Circuncisos de corazón y de oídos
“Hombres obstinados e incircuncisos de corazón y de oídos, siempre están ustedes resistiendo el espíritu santo.”—Hech. 7:51.
1. ¿Qué significado se dio temprano a la circuncisión, y por qué?
LA CIRCUNCISIÓN ha sido conocida y practicada casi desde que se han llevado registros. Ha sido un tema de mucho interés, tanto desde el punto de vista de la salud, como desde el punto de vista de la religión. Es probable que la circuncisión se hiciera necesaria, en primer lugar, por razones de medicina, debido al efecto que tuvo el que el hombre cayera de la perfección. De todos modos, en cualquier tiempo que sea que se comenzó a practicar, evidentemente recibió pronto un significado religioso. Se comprende esto cuando se considera el registro bíblico. El hombre caído ‘veneró y rindió servicio sagrado a la creación más bien que a Aquel que creó.’ (Rom. 1:25) Esto lógicamente llevó a que se le diera atención incorrecta, hasta adoración, al sexo y a la fertilidad, y a cualquier cosa relacionada con ello. La circuncisión, que literalmente significa “cortar alrededor,” tiene que ver con el órgano del sexo y la procreación, y sirve de marca de identificación permanente, también como prueba de iniciación en un grupo social o religioso. Pero, preguntamos: ¿Encuentra la circuncisión un lugar apropiado en la religión verdadera? Si así es, queremos darle la debida atención, basada en un entendimiento correcto. Para obtener esto, tenemos que dirigirnos a la Palabra de Dios, la Biblia, la única fuente de información confiable.
2. ¿Cuándo y con quiénes hizo Dios un requisito de la circuncisión? ¿Qué detalles se suministraron?
2 La primera mención de circuncisión en la Biblia se hace cuando Dios hizo, o confirmó, su pacto con Abrahán, que entonces tenía noventa y nueve años de edad. Dios le dijo a Abrahán: “Este es mi pacto que ustedes guardarán, entre mí y ustedes, incluso tu descendencia después de ti: Todo varón de ustedes tiene que ser circuncidado . . . en la carne de su prepucio, y esto tiene que servir como señal del pacto entre mí y ustedes.” Se suministraron más detalles: “Todo varón de ustedes que tenga ocho días de edad tiene que ser circuncidado . . . Sin falta tiene que ser circuncidado todo el nacido en tu casa y todo el comprado con dinero tuyo . . . Y el varón incircunciso que no quiera circuncidarse la carne de su prepucio, esa misma alma tiene que ser cortada de su pueblo. Ha quebrantado mi pacto.” Por consiguiente el rehusar deliberadamente la circuncisión significaba muerte, no sencillamente ser despedido de la casa, tanto para el hijo como para el esclavo varón.—Gén. 17:10-14, 22-27.
3. ¿Cuáles dos preguntas surgen del registro de Génesis 17:10-14?
3 Surgen dos preguntas aquí. No hay duda en cuanto al derecho que tiene Dios en el asunto, pero quizás nos preguntemos por qué se escogió la circuncisión como señal, especialmente cuando se considera que, hablando humanamente, la operación envuelve algún dolor y bochorno. Cuando Dios da una señal, o símbolo, para que se observe, por lo general se puede discernir muy fácilmente su idoneidad, como la inmersión en agua como símbolo de la dedicación de uno a Jehová. La otra pregunta es: ¿Por qué estaba envuelta toda la casa, incluso todos los esclavos varones? ¿No eran simplemente Abrahán y sus descendientes los que realmente estaban en el pacto? Nos interesará ver si la Palabra de Dios esclarece estas preguntas.
4. (a) ¿Qué situación surgió que hizo necesario el mandato de Dios que se da en Josué 5:2-7? (b) ¿Cómo tiene significado especial la palabra de Jehová en Josué 5:9?
4 Las Escrituras Hebreas muestran que los descendientes de Abrahán, los israelitas, continuaron observando el requisito ya mencionado. Fue incorporado en la Ley dada por Moisés, aunque no se dio como un nuevo mandamiento. (Lev. 12:3) Sin embargo, durante los cuarenta años que los israelitas vagaron por el desierto, los varoncitos que nacieron en aquel tiempo no fueron circuncidados. Fue una nueva generación la que finalmente atravesó el río Jordán y entró en la Tierra Prometida. Entonces Jehová le dio a Josué la orden de circuncidar a todos los hijos de Israel. Cuando se completó, Jehová dijo significativamente: “Hoy he hecho rodar de sobre ustedes el oprobio de Egipto.” (Jos. 5:2-9) Puesto que la evidencia indica que los egipcios practicaban la circuncisión, esto quizás signifique que ahora los egipcios no tendrían base para vituperar a Israel debido a que tantos de sus varones estuvieran incircuncisos. También, ahora había una generación más joven del pueblo de Jehová, de la cual se había cortado el último vestigio, por lo menos en símbolo, de tener conexión alguna con Egipto, junto con sus dioses falsos y adoración inmunda. Ahora podemos comenzar a comprender que la circuncisión, la “señal del pacto” dada a Abrahán, fue un símbolo adecuado de la adoración pura también en el caso de Abrahán, señalando a los que estaban en relación de pacto con Jehová como un pueblo singular. Desde Guilgal en adelante, los israelitas, que llegaron a ser conocidos como judíos, han continuado observando este requisito.
5. ¿Debería dividirse la Biblia en dos partes como entre la letra y el espíritu de la ley?
5 Dirigiéndonos a las Escrituras Griegas Cristianas, encontramos que todavía hay adherencia a un requisito semejante, y ahora leemos acerca de circuncisión del corazón, como en Romanos 2:29. Uno pudiera pensar que ésta es la primera referencia, y sentir cierto alivio al apartarse del aspecto literal, de la letra de la ley, y esperar ahora obtener el significado interior, el espíritu de la ley. Pero, no. Moisés fue el primero que mencionó la circuncisión del corazón, de donde obtenemos el significado básico.
6. (a) ¿Con relación a qué menciona Moisés la circuncisión del corazón? (b) ¿Cómo muestra Moisés que los oídos están envueltos en esto, y qué lección enseña?
6 Moisés escribió: “Tienen que circuncidar el prepucio de sus corazones y no endurecer más su cerviz.” Esto era necesario a fin de llevar a cabo, no los requisitos ceremoniales, la letra de la ley, sino los requisitos fundamentales, basados en amor verdadero, como se expresa en la súplica: “Y ahora, oh Israel, ¿qué está pidiendo de ti Jehová tu Dios sino que temas a Jehová tu Dios, de modo que andes en todos sus caminos y lo ames y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y toda tu alma?” Más tarde, Moisés nuevamente dirige una súplica, mostrando que están envueltos tanto el corazón como los oídos, diciendo: “Jehová tu Dios tendrá que circuncidar tu corazón y el corazón de tu prole, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y toda tu alma por amor de tu vida.” Él pone la selección delante de ellos: “Si escuchas los mandamientos de Jehová tu Dios,” a fin de amarlo y obedecerlo, recibirían su rica bendición. “Pero si tu corazón se aparta y no escuchas, y realmente te dejas seducir y te inclinas ante otros dioses y les sirves, . . . positivamente perecerán.” En otras palabras, el corazón y oídos circuncisos significan un corazón humilde, enteramente sincero, presto a, y deseoso de, escuchar y observar, conservando así a uno en el camino de la adoración pura. Pero si uno tiene un corazón que está inclinado a apartarse, a no dar oídos, debido a orgullo, como se entiende por una cerviz endurecida, entonces de seguro será entrampado en la religión falsa, y saldrá perdiendo.—Deu. 10:12, 16; 30:6, 15-18; vea también Josué 24:14, 15, 19.
7. ¿Cómo habla Jeremías tocante a esta misma cosa?
7 Note las palabras directas de Jeremías sobre este tema: “¿A quién hablaré y advertiré, para que oigan? ¡Mira! Su oído está incircunciso, de manera que no pueden prestar atención. ¡Mira! La mismísima palabra de Jehová ha venido a ser para ellos un oprobio.” Cuando tanto Judá como Israel se habían hecho muy infieles, Jeremías, contrastando la circuncisión carnal con la espiritual, informa el mensaje de Jehová así: “Les pediré cuentas a todos los circuncisos [en la carne] pero todavía en incircuncisión, a Egipto y a Judá . . . porque todas las naciones son incircuncisas, y todos los de la casa de Israel son incircuncisos de corazón.”—Jer. 6:10; 9:25, 26.
8. ¿Cuándo y cómo repasó Esteban la historia de Israel, y a qué acusación y resultado llevó esto?
8 Siglos más tarde, cuando Esteban, el mártir cristiano, estaba presentando su defensa delante del Sanedrín, habló de Abrahán, diciendo que Dios “le dio un pacto de circuncisión.” Entonces mencionó a Moisés, diciendo que “rehusaron hacerse obedientes a él nuestros antepasados, antes lo echaron a un lado y en sus corazones se volvieron a Egipto, diciendo a Aarón: ‘Haznos dioses que vayan delante de nosotros.’” Finalmente, enlazando a aquellos antepasados con el Sanedrín de Jerusalén (sus oyentes inmediatos), Esteban dijo: “Hombres obstinados e incircuncisos de corazón y de oídos, siempre están ustedes resistiendo el espíritu santo; como hicieron sus antepasados, así hacen ustedes.” Esteban habló del “Justo [Jesús], cuyos traidores y asesinos ustedes ahora han venido a ser.” ¿Cuál fue la reacción del Sanedrín? “Se sintieron cortados [no como en circuncisión, sino “aserrados,” Kingdom Interlinear] hasta el corazón.” En cuanto a sus oídos, no había exceso de carne, que requiriera circuncisión literal, y por eso ¿qué hicieron? “Se pusieron las manos sobre los oídos y se precipitaron de común acuerdo sobre él,” y lo mataron a pedradas.—Hech. 7:8, 39-43, 51-58.
9. ¿A qué se debe la incircuncisión de corazón y oídos? ¿Qué resultados tiene?
9 ¡Qué terrible acusación cayó sobre aquellos líderes religiosos! Los corazones y oídos incircuncisos representan a individuos que son encallecidos, obstinados, inflexibles, y están conectados con un rostro descarado y duro, un corazón duro y una cerviz endurecida. (Pro. 21:29; 28:14; 29:1) El orgullo es la causa básica, algo que lleva a la persona de mal en peor, como Daniel dijo de Nabucodonosor: “Su corazón se hizo altivo y su propio espíritu se hizo duro, de modo que actuó presuntuosamente.” Lo mismo fue cierto de Faraón.—Dan. 5:20; Éxo. 7:22; 9:7; vea también Hebreos 3:7-13.
10. (a) ¿Cómo podemos distinguir entre la mente y el corazón? (b) ¿Cómo puede ser circuncidado el corazón?
10 ¡Qué importante, y qué deseable, es tener un corazón circunciso! ¿Cómo podemos lograrlo? A diferencia de la mente, que piensa y razona sobre información adquirida, el corazón se identifica estrechamente con el afecto y el deseo, y llega a ser la fuente, o asiento, de los motivos. Tiene un gran poder emocional, y puede impeler, o incitar, a cierto proceder. (Éxo. 35:21) Fácilmente puede dirigir a la mente con su influencia. El corazón es el mismísimo centro, o móvil, de su entero modo de ser emocional, su personalidad. Es el yo verdadero, interior, la “persona secreta del corazón,” el “hombre que soy por dentro.” (1 Ped. 3:4; Rom. 7:22) ¿Cómo puede ser circuncidado el corazón? Podemos guiarnos por lo que sucede en la circuncisión literal. Cuando se hace necesaria, debido a un peligro para la salud, la carne que se corta se considera excesiva, o como una obstrucción, algo que impide mantener una condición limpia y saludable. De modo que la circuncisión del corazón significa deshacernos de, o cortar por completo de nosotros, cualquier cosa en nuestros deseos o motivos, que sea contraria a los deseos de Jehová. Significa una remoción completa de cualquier cosa que esté sirviendo de obstrucción, como el orgullo, y que hace que uno se haga insensible a Jehová, a sus llamamientos y a su Palabra.
11. (a) ¿Qué ejemplo excelente se registra de corazón y oídos circuncisos? (b) ¿Cómo puede efectuarse esta operación espiritual?
11 Un ejemplo excelente de corazón y oídos circuncisos se demostró, como informa Lucas, por “cierta mujer por nombre Lidia, . . . adoradora de Dios, [que] estaba escuchando, y Jehová le abrió el corazón ampliamente para que prestase atención a las cosas que Pablo estaba hablando.” (Hech. 16:14) Ciertamente no había obstrucción alguna. No podemos efectuar esta operación espiritual por nuestras propias fuerzas y sabiduría. Pablo habla del judío verdadero, cuya “circuncisión es la del corazón por espíritu.” Sí, necesitamos el espíritu de Dios, y él nos dijo cómo orar por una nueva actitud: “Crea en mí aun un corazón puro, oh Dios, y pon en mí un espíritu nuevo, uno que sea constante.”—Rom. 2:29; Sal. 51:10.
12. ¿Qué está envuelto en desechar la vieja personalidad, y vestirse de la nueva?
12 Dios no pone dentro de nosotros automáticamente su espíritu, su fuerza invisible, activa. Nosotros tenemos que cooperar, sometiendo nuestro propio espíritu, o inclinaciones mentales y emocionales, a la influencia y funcionamiento de su espíritu, que opera por medio de su Palabra. De ese modo uno tiene un espíritu nuevo y constante en su corazón limpio, basado en conocimiento exacto, “así como la verdad está en Jesús.” Uno es ‘hecho nuevo en la fuerza que impulsa su mente,’ y se le ayuda a ‘desechar la vieja personalidad que se conforma a su manera de proceder anterior.’ En cambio, aprende a ‘vestirse de la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad.’ Los que proceden de esta manera ‘se hacen imitadores de Dios,’ imitando lo que es bueno.—Efe. 4:20-24; 5:1.
13. ¿Requiere esto una personalidad enteramente diferente? ¿Cómo puede ilustrarse esto?
13 Quizás a usted le parezca que es más fácil decir eso que hacerlo, y deseamos considerar ciertos aspectos. Entre otras cosas, el vestirnos de la nueva personalidad no significa una personalidad enteramente diferente, perdiendo así nuestra identidad. Cierto, tenemos que fijar en el madero, o amortiguar, las cosas que son malas, tanto en nuestro corazón como en nuestra vida. (Gál. 5:24; Col. 3:5) Sin embargo, algunas cualidades y habilidades, aunque sean perjudiciales si no se controlan, pueden lograr mucho bien cuando se controlan y se dirigen por conductos correctos. Por ejemplo, un genio vivo es el funcionamiento de una mente viva, junto con sentimientos fuertes, ambos sin control, y pronto causan mucho daño. Pero esa misma habilidad de pensar rápidamente, y de expresar simpatía o entusiasmo espontáneo, cuando está controlada por un buen motivo, puede ser de gran ayuda, especialmente cuando se testifica a otros. En todo eso, incluso el gobierno de uno mismo, se requiere perseverancia. Como dice Santiago: “El que mira con cuidado en la ley perfecta que pertenece a la libertad y persiste en ella” llega a ser, “no un oidor olvidadizo, sino un hacedor de la obra, [y] será feliz al hacerla él mismo.”—Sant. 1:25.
14. ¿Cómo pueden dirigirse a buen uso las habilidades que impulsan a un don natural?
14 También puede ser que le parezca a usted que un don natural, tal como para la música o la poesía, deba reprimirse por ser una distracción, algo que lo hace a uno un soñador, cuando hay tanto trabajo que hacer. Eso bien puede ser cierto, si no se controla el don, pero la habilidad especial que va aunada a ese don puede ser dirigida a buen uso. Por ejemplo, una sinfonía se compone de diversos movimientos edificados cuidadosamente, formando un contraste equilibrado, que están bella y armoniosamente expresados, y bien modulados de principio a fin, libres de repetición insípida. Bueno, puede decirse exactamente lo mismo en cuanto a preparar y pronunciar un discurso sobre la verdad. Mientras más comprende y aprecia usted la Palabra de Dios en su composición, también las ayudas de la Sociedad Watch Tower para el estudio de la Biblia, más saca usted de ellas para usted mismo, y para ayudar a otros. El galardón, también, es mucho mayor. Mientras que en la música predomina el llamamiento emocional, cuando uno está expresando la verdad, el mensaje del Reino, hay un equilibrio apropiado entre el llamamiento intelectual y el llamamiento emocional. Ante todo, honra a Jehová, el Gran Compositor.
15. (a) ¿Cuáles son algunas de las causas del desaliento? (b) ¿Quiénes sin duda tuvieron sentimientos similares, y qué podemos aprender de ellos?
15 A veces nos desanimamos en nuestros esfuerzos por vestirnos de la nueva personalidad. La vieja personalidad, con sus hábitos profundamente arraigados, y presiones internas, sin mencionar las externas que vienen del mundo de Satanás... se permite que estas cosas obtengan el dominio. Aunque Pablo dijo que el espíritu y la carne “están opuestos el uno al otro, de manera que las mismísimas cosas que ustedes quisieran hacer no las hacen,” también dijo: “Sigan andando por espíritu y no llevarán a cabo ningún deseo carnal.” (Gál. 5:16, 17) Por consiguiente, cuando somos vencidos y caemos en un derrotero incorrecto, nos sentimos quebrantados de corazón. En esto no somos los únicos. Imagínese cómo se sintió Pedro al darse cuenta de que había hecho la mismísima cosa que había prometido que jamás haría, es decir, negar a su Maestro amado. Imagínese, también, cómo debe haberse sentido cuando, después de años de servicio en un puesto responsable, Pablo tuvo que reprenderlo ante otros. En cuanto a Pablo, imagínese lo que sintió cuando, como Saulo, “respirando todavía amenaza y asesinato contra los discípulos del Señor,” súbita y enérgicamente se le hizo ver con plena claridad la verdadera situación. (Mat. 26:35, 75; Gál. 2:11-14; Hech. 9:1-9) Sin embargo, esos siervos no se desanimaron. Sobre todo, no endurecieron su corazón. Tampoco debemos hacerlo nosotros. ¡Cuánto nos consuela leer lo que Juan escribió: “En esto . . . aseguraremos nuestro corazón delante de él respecto de cualquier cosa en que nos condene nuestro corazón, porque Dios es mayor que nuestro corazón y conoce todas las cosas”! ¿Cómo aplica esto?—1 Juan 3:19, 20.
16. (a) ¿Quién nos está invitando ahora a venir? ¿Estamos obligados a responder? (b) ¿Cómo tiene prioridad Jehová en cuanto a escoger, y qué estímulo da esto?
16 ¡Qué deleitable y alentador es el ser invitado por primera vez a la casa de alguna persona, haciéndosele así accesible a uno una amistad más estrecha! La invitación misma le da nuevo ánimo a uno, y uno se siente como una persona diferente. ¿No es cierto eso, especialmente si se está pasando por un tiempo difícil? Bueno, en estos “tiempos críticos, difíciles de manejar,” Jehová está extendiendo la invitación más atractiva. (2 Tim. 3:1) A nadie se le obliga a responder. Como se mencionó antes, la selección queda de parte de uno. Sin embargo, en primer lugar la selección es de Jehová, y correctamente es así. Como David escribió: “Feliz es aquel a quien tú escoges y haces que se acerque, para que resida en tus patios.” Entre otras cosas, Jehová hace la selección declarando las condiciones que deben satisfacerse. (Sal. 65:4; 24:3, 4) Otra cosa es que la invitación se hace de tal modo que atrae solo a los que son sinceros y humildes de corazón, aun a los quebrantados de corazón. Esto muestra que Jehová es mayor que nuestro corazón. Como él dice: “En la altura y en el lugar santo es donde resido, también con el aplastado y de espíritu humilde, para revivificar el espíritu de los de condición humilde y para revivificar el corazón de los que están siendo aplastados.”—Isa. 57:15; vea también 2 Crónicas 16:9.
17. ¿En qué sentido se requiere humildad de parte de Dios, y cómo la ha mostrado?
17 Tenemos que ser humildes cuando nos acercamos a Jehová. Sorprendente es el hecho de que esto es cierto desde ambas partes. ¿Se le ha ocurrido que se requiere humildad de parte de Dios para que él se doble, por decirlo así, para fijar la vista en la familia humana agobiada por el pecado? “¿Quién es como Jehová nuestro Dios? . . . Está condescendiendo en tender la vista sobre cielo y tierra, levantando al de condición humilde desde el polvo mismo.” “Tu propia mano derecha me sustentará, y tu propia humildad me hará grande.” Aun a los que se han extraviado, Jehová hace un llamamiento: “He extendido mis manos todo el día a un pueblo terco.” ¡Escuche también a Jesús: “¡Cuántas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina reúne sus pollitos debajo de sus alas! Pero ustedes no lo quisieron”! Tan grande paciencia y tal bondad inmerecida ciertamente requieren humildad.—Sal. 113:5-7; 18:35; Isa. 65:2; Mat. 23:37.
18. ¿Adónde nos ha invitado Jehová a venir, y cómo podemos identificar el lugar hoy día?
18 No tenga duda. Usted está invitado a venir. ¿Adónde? La selección es de Jehová. “Jehová ha escogido a Sion; la ha ansiado como morada para sí.” David tenía presente a Sion terrestre, el centro de la adoración pura. (Sal. 132:8, 13-18) Esto se cumple en tiempo moderno en el monte Sion celestial, donde Jehová instaló a su Hijo como rey en 1914 E.C. En visión, Juan vio al Cordero de pie allí, “y con él ciento cuarenta y cuatro mil,” la congregación cristiana completa. Hay un resto de esta clase de Sion todavía en la Tierra, representando la organización de Dios. Es a este lugar que él invita a venir a los que se dan cuenta de que necesitan un lugar de seguridad, similar a la provisión que Dios hizo al tiempo del Diluvio. En ese entonces proveyó el arca, en la cual “guardó en seguridad a Noé . . . con otras siete personas.”—Sal. 2:6; Rev. 14:1; Gén. 7:1; 2 Ped. 2:5.
19. (a) Desde su restauración, ¿qué condición reina en Sion? (b) ¿Qué requisito se impone a todos los que vienen a la organización de Dios?
19 Cuando este resto del Israel espiritual había sido reunido, después de ser disciplinado durante el período de 1914 a 1918, entonces se cumplieron estas magníficas promesas, recibiendo énfasis la limpieza y la humildad: “¡Despierta, despierta, ponte tu fuerza, oh Sion! ¡Ponte tus hermosas prendas de vestir, oh Jerusalén, la ciudad santa! Porque ya no volverá a entrar en ti el incircunciso e inmundo.” “Ciertamente dejaré permanecer en medio de ti un pueblo humilde y de condición abatida, y realmente se refugiarán en el nombre de Jehová.” (Isa. 52:1; Sof. 3:12) Todos los que vienen a la organización de Dios, y entran en asociación estrecha con la clase de Sion, tienen que ser circuncisos de corazón y oídos. ¡Ah! Ahora podemos entender por qué hasta los esclavos de la casa de Abrahán tenían que ser circuncidados. Aquella entera casa representó al pueblo organizado de Dios en la actualidad. Tiene que mantenerse limpio; todo el “oprobio de Egipto” debe haber sido rodado de sobre él.—Jos. 5:9.
20. ¿Cómo se ha hecho posible un traslado permanente, y a qué costo?
20 ¡Cuánto agradecemos el que Jehová nos haya invitado bondadosamente a venir a Sion, no solo de visita, sino según el arreglo de un traslado permanente! En el mundo de los deportes, como en el fútbol, se paga una suma tremenda por el traslado de un jugador especialmente talentoso de un equipo a otro. Prescindiendo de lo elevada que sea la suma, no pudiera jamás compararse con el precio costeado por Jehová, y que voluntariamente pagó su Hijo con su costoso sacrificio humano. Como dice Pablo: “Fueron comprados por precio.”—1 Cor. 6:20.
21, 22. (a) ¿Cómo podemos mostrar que apreciamos la invitación de Jehová? (b) ¿De qué maneras diferentes se expresa la invitación a venir en la Palabra de Dios, y cómo debería afectarnos?
21 Podemos, y debemos, mostrar que apreciamos la invitación de Jehová extendiéndola a otros. Como Lidia, que, después de ser bautizada, suplicó a Pablo y sus compañeros que vinieran y se quedaran en su casa. Dice Lucas: “Sencillamente nos obligó a aceptar.” Isaías predijo esta magnífica obra, diciendo que “muchos pueblos ciertamente irán y dirán: ‘Vengan, y subamos a la montaña de Jehová’ . . . Porque de Sion saldrá ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.” Escuche también esta invitación gratuita: “Oigan, . . . vengan, compren y coman. Sí, vengan, compren vino y leche aun sin dinero y sin precio.” Cuando estuvo en la Tierra, Jesús invitó: “Vengan a mí, todos los que se afanan y están cargados, y yo los refrescaré.” Predijo que al volver invitaría a los que son semejantes a ovejas, diciendo: “Vengan, ustedes que han sido bendecidos por mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo.” (New World Translation) De hecho, la Palabra de Dios concluye con este llamamiento excelente, animando a los que responden a pasarlo a otros: “Y el espíritu y la novia siguen diciendo: ‘¡Ven!’ Y cualquiera que oye diga: ‘¡Ven!’ Y cualquiera que tenga sed venga; cualquiera que desee tome del agua de vida gratis. El que da testimonio de estas cosas dice: ‘Sí; vengo pronto.’ [Y Juan responde:] ‘¡Amén! Ven, Señor Jesús.’”—Hech. 16:15; Isa. 2:3; 55:1; Mat. 11:28; 25:34; Rev. 22:17, 20.
22 La invitación a venir se expresa tan a menudo en la Palabra de Dios, y con un llamamiento tan grande, que verdaderamente puede decirse que de hecho es una invitación sumamente apremiante. ¿No quiere usted responder? ¿No quiere usted venir, e invitar a otros a venir?