La bondad amorosa divina y el Reino
“En bondad amorosa ciertamente será establecido firmemente un trono, y uno debe sentarse en él con fidelidad en la tienda de David, juzgando y buscando justicia y siendo pronto en la rectitud.”—Isa. 16:5.
1, 2. (a) ¿Qué invitación grita Jehová para los sedientos y hambrientos, junto con qué promesa para los que responden? (b) ¿De qué se podía tener sed y hambre, y por qué habrá un cumplimiento del pacto que está implicado?
“¡OIGAN, todos los sedientos! Vengan al agua. ¡Y los que no tienen dinero! Vengan, compren y coman. Sí, vengan, compren vino y leche aun sin dinero y sin precio. ¿Por qué siguen ustedes pagando dinero por lo que no es pan, y por qué es su afán por lo que no resulta en satisfacción? Escúchenme atentamente, y coman lo que es bueno, y halle su alma su deleite exquisito en la pinguosidad misma. Inclinen su oído y vengan a mí. Escuchen y su alma se mantendrá viva, y prestamente concluiré con ustedes un pacto que durará indefinidamente respecto a las bondades amorosas para con David que son fieles. ¡Miren! Lo he dado como testigo a los grupos nacionales, como caudillo y comandante a los grupos nacionales.”—Isa. 55:1-4.
2 Ese fué Jehová Dios llamando, invitando a los sedientos y hambrientos. ¿De qué podían tener sed y hambre? De un rey justo, de un gobierno bueno, en cumplimiento del pacto que Jehová Dios concluyó con el rey David. Jamás hubo un pacto más importante que este pacto que Dios mismo hizo con el hombre David. Todo el que tenga sed y hambre de un gobierno de justicia, paz e integridad perfecta tiene que aguardar a que Dios cumpla ese pacto por completo. El pacto no es un simple pedazo de papel que pueda ser despedazado y pisoteado con desprecio por violadores voluntariosos. El pacto es inquebrantablemente obligatorio. Tiene que cumplirse y se cumplirá.
3. ¿Qué parte interesada de este pacto lo propuso, y qué es lo que dignifica a este pacto?
3 Quizás parezca casi increíble que el Altísimo Dios del cielo hiciera un pacto o contrato solemne y obligatorio con un simple hombre en la tierra. No obstante Dios mismo nos ha provisto el registro escrito de los pactos que ha hecho con hombres. Él es Quien propuso el pacto con el rey David. Un hombre imperfecto caído jamás podría atreverse a proponer tal cosa. Puesto que el pacto fué propuesto por Jehová Dios, personaje tan encumbrado y poderoso, debería ser algo demasiado grandioso para que el pensamiento del hombre lo originara. No podría ser una cosa trivial. Es preciso que sea algo sumamente importante para Dios y provechoso para el hombre. Esto es lo que dignifica al pacto.
4. ¿Qué oyó Abrahán decir a Jehová con un juramento por medio de su ángel?
4 Imagínese a un hombre oír a Jehová Dios decir: “Por mí mismo ciertamente juro, es la declaración de Jehová, que debido a que tú has hecho esta cosa y no has retenido a tu hijo, tu único, yo seguramente te bendeciré y seguramente multiplicaré tu simiente como las estrellas de los cielos y como los granos de arena que están en la orilla del mar, y tu simiente tomará posesión de la puerta de sus enemigos. Y por medio de tu simiente todas las naciones de la tierra ciertamente se bendecirán debido a que has escuchado mi voz.” (Gén. 22:15-18) Sin embargo eso fué lo que el patriarca hebreo Abrahán oyó a Dios decir por medio de su ángel. Él oyó a Dios jurar por sí mismo al pacto anunciado allí.
5. ¿Por qué debemos nosotros los de hoy día apreciar la importancia y valor de ese pacto, y qué pregunta de importancia personal tenemos que contestar?
5 De todas las personas nosotros hoy debemos apreciar la importancia y valor de ese pacto. Hoy nosotros deberíamos discernir que es sumamente necesario que las naciones se bendigan por un medio provisto por Dios. Hoy todas las naciones mundanas, incluyendo a la república de Israel, en realidad se están maldiciendo mediante el materialismo y el militarismo. Esto no se debe a que la simiente o prole prometida de Abrahán no esté a la mano para que las naciones procuren la bendición. No; más bien es que las naciones no tienen fe en el propio pacto de Dios con Abrahán y están egoísta y orgullosamente pasando por alto su simiente o prole. Lo completamente insensato que les es a las naciones hacer esto es algo que todo el mundo puede ver claramente. Por lo tanto la pregunta llega a ser una pregunta de importancia personal: ¿Quiénes de entre “todas las naciones de la tierra” procurarán la bendición por el medio de Dios?
6, 7. (a) ¿Por qué otro pacto es apoyado el pacto con Abrahán? (b) ¿Qué pregunta concerniente al rey David contesta este pacto, y a qué cualidad de Jehová llamó la atención este pacto?
6 Ciertamente si seguimos a las naciones mundanas o a sus caudillos políticos y a sus consejeros económicos y religiosos, vendremos a estar bajo una maldición en vez de entrar en una bendición de parte de Dios por medio de la simiente de Abrahán. Ese pacto con Abrahán es apoyado por el pacto de Dios con el rey David. Contado desde Abrahán, David fué el décimocuarto hombre en la línea de descendencia. Por consiguiente fué llamado el hijo de Abrahán. (Mat. 1:1) Por medio del pacto con David el hijo de Abrahán, Dios aseguró que el pacto abrahámico para la bendición de todas las naciones y familias de la tierra se cumpliría por medio de un gobierno, un reino teocrático. En su día David fué rey de una nación teocrática, el antiguo Israel, con su capital en Jerusalén. El rey anterior a él, Saúl de la tribu de Benjamín, había muerto en batalla sin un sucesor para el trono de todo Israel. Surgió la pregunta: ¿Tendría el rey David un sucesor sobre el trono de Jerusalén en su familia? Jehová Dios se aseguró de eso. A causa de que el rey David desplegó gran celo santo para la casa de adoración, o templo, de Dios, Jehová Dios introdujo otro pacto de importancia para todo el género humano. Por medio de su profeta Natán él dijo a David:
7 “Jehová te ha dicho que una casa es lo que Jehová hará para ti. Cuando tus días se cumplan cabalmente y tengas que acostarte con tus padres, entonces yo ciertamente levantaré tu simiente después de ti, la cual saldrá de tus entrañas, y realmente estableceré firmemente su reino. Él es el que edificará una casa para mi nombre, y ciertamente estableceré el trono de su reino firmemente para siempre. Yo mismo llegaré a ser su padre y él mismo llegará a ser mi hijo. Cuando obre mal, entonces ciertamente lo reprenderé con la vara de los hombres y con los golpes de los hijos de Adán. En cuanto a mi bondad amorosa, no se apartará de él de la manera que la quité de Saúl, a quien quité de delante de ti. Y tu casa y tu reino ciertamente serán firmes para siempre delante de ti; tu mismísimo trono llegará a ser un trono establecido firmemente para siempre.”—2 Sam. 7:11-16.
AMOR LEAL
8. ¿Por qué se dice de ese pacto que es un “pacto indefinidamente duradero con respecto a las bondades amorosas para con David que son fieles”?
8 ¡Qué grandioso pacto fué ése, un pacto para un gobierno, un reino, que sería estable para todo tiempo, el trono del cual jamás sería echado abajo! ¡Qué privilegio inefable fué para un hombre fiel y su casa el estar vinculados a ese pacto del reino! Ese pacto había de cumplirse con la bondad amorosa de Dios como algo que le era muy necesario para llegar a una grandiosa culminación en un reino eternamente inmutable. En realidad, fué bondad amorosa de parte de Dios lo que lo impulsó a hacer el pacto. Desde este punto de vista podemos entender por qué Jehová, por medio de su profeta Isaías, habla de él como un “pacto que durará indefinidamente respecto a las bondades amorosas para con David que son fieles.”
9. ¿Cómo se expresa esta bondad amorosa, y por lo tanto qué lectura alternativa da en inglés la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras en su margen por hhésed?
9 Por lo tanto, mucho depende de la bondad amorosa de Jehová. Este es un rasgo notable de él y ha entrado en acción de manera sobresaliente para con nosotros las criaturas humanas. Un estudio de esta frase “bondad amorosa” revelará que significa más que el ser bondadoso a causa de un motivo amoroso. Establece una relación entre aquel que expresa la bondad amorosa y el que la recibe. Es una bondad que amorosamente se adhiere al objetivo de la bondad amorosa y que se apega tenazmente a él con una lealtad que no suelta sino hasta que se ha realizado el digno propósito de la bondad amorosa. De hecho, la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras en su lectura marginal del texto hebreo da la lectura alternativa “amor leal” para la palabra hebrea hhésed; para esta palabra hebrea en el número plural da “hechos (o, casos) de amor leal,” “plena bondad amorosa,” o, “pleno amor leal.”
10. En conformidad con un léxico recientemente publicado, ¿cómo leería la expresión de Isaías 55:3, y por eso qué es lo que coloca al propósito de la bondad amorosa en un plano de no poder fracasar?
10 Un léxico hebreo-inglés recientemente publicado sugiere que estas evidencias continuas de bondad amorosa deberían leerse “la siempre probada lealtad.” Así la expresión “un pacto que durará indefinidamente respecto a las bondades amorosas para con David que son fieles” leería “un pacto que durará indefinidamente respecto a la siempre probada lealtad para con David que es fiel.” Esto de probarse la lealtad de Dios repetidas veces es lo que la hace fiel. Así que resulta infalible la lealtad de Dios para con aquel a quien introduce en el pacto consigo mismo. Muestra la solidaridad de Dios para con aquel que es introducido en el pacto. Esto ayuda al pacto a permanecer firme, prescindiendo de lo que haga la otra parte del pacto. Esto asegura que el propósito de la bondad amorosa no fracasará, que no producirá desilusión.
11, 12. (a) Por consiguiente, ¿cómo se puede describir que es Jehová para con sus adoradores fieles? (b) ¿Cuáles fueron los desenvolvimientos que llevaron al primer uso de la frase “bondad amorosa” en las Escrituras?
11 Subsista este hecho para Su honor y crédito: Jehová Dios es leal. Desde la primera mención de esta frase significante en el texto hebreo la bondad amorosa del gran Dios que preserva a sus adoradores fieles brilla con calor consolador. Cuando se mencionó por primera vez, el sobrino del patriarca Abrahán vivía en la ciudad de Sodoma. Jehová Dios le dijo a Abrahán que se hallaba en camino para destruir a la ciudad inicua, inmoral. Abrahán sabía que su sobrino Lot, junto con su esposa y dos hijas, se hallaba en la ciudad y que la vida de éstos estaba en peligro—la de cuatro personas. Evidentemente queriendo que la vida de ellos fuera salvada al salvarse Sodoma misma, Abrahán suplicó a Jehová hasta que Jehová finalmente prometió que si se hallara aunque fuera sólo diez personas justas en Sodoma él no la destruiría.
12 Dos ángeles de Jehová prosiguieron hasta Sodoma bajo la apariencia de hombres, y Lot les extendió la hospitalidad de su hogar. Por medio de aceptarlos como invitados suyos, Lot estaba obligado a ser leal para con ellos. Probó que era leal durante un asalto que hicieron los sodomitas a su casa. Con fe advirtió a sus yernos en perspectiva lo concerniente a la destrucción inminente de la ciudad condenada a exterminio. A la mañana siguiente, antes de salir el sol, los ángeles apresuraron a Lot y a su familia hasta las afueras de la ciudad. “¡Escapa a la región montañosa por temor de que seas barrido!” dijo uno de los ángeles de Jehová. Luego Lot pidió un favor adicional, diciendo: “¡Eso no, por favor, Jehová! Por favor, tu siervo ha hallado favor a tus ojos de modo que estás magnificando tu bondad amorosa, que has ejercido conmigo para preservar viva mi alma, pero yo—yo no puedo escapar a la región montañosa.” Consideradamente el ángel de Jehová le concedió el favor que pidió, y Lot y sus dos hijas hicieron su escape con buen éxito y sobrevivieron al incendio de Sodoma con fuego y azufre.—Gén. 18:16 a 19:26.
13. (a) ¿Qué cualidad de Dios magnificó ese rescate de Lot y sus hijas? (b) ¿Por qué no necesitan temer las “otras ovejas” de hoy día que la bondad amorosa de Jehová fracase?
13 Este rescate de Lot y sus hijas magnificó el amor leal de Jehová, en primer lugar para el tío de Lot, Abrahán, porque con él Jehová había hecho el pacto para la bendición de todas las familias de la tierra. (Gén. 12:1-3) Esa fué una ilustración para nuestro propio día, para las personas semejantes a ovejas que ahora están siendo recogidas dentro del favor divino. Tienen que depender en gran manera de esa misma bondad amorosa, de ese mismo amor leal de Jehová, para ser preservadas a través de la destrucción ardiente de la organización mundial que espiritualmente se llama Sodoma. (Apo. 11:8) Estas “otras ovejas” del Gran Pastor no necesitan temer que fracase Su bondad amorosa. Por no menos de veintiséis veces el Salmo 136 solo repite la razón por alabar a Jehová, diciendo: “Porque su bondad amorosa es hasta tiempo indefinido.” Cuando Dios declaró su propio nombre delante del profeta Moisés en el monte Sinaí al tiempo de escribir los Diez Mandamientos, se describió a sí mismo, diciendo: “Jehová, Jehová, un Dios misericordioso y benigno, lento para airarse y abundante en bondad amorosa y verdad, que preserva bondad amorosa para miles, perdonando iniquidad y transgresión y pecado, . . . Aquí estoy concluyendo un pacto: . . . Porque tú no debes inclinarte ante otro dios, porque Jehová está dedicado exclusivamente a su nombre. Él es un Dios que exige devoción exclusiva.” (Éxo. 34:4-14) Este Dios, que se siente agraviado por ser presentado en falsos colores y que exige devoción indivisa, es correcto en todo detalle al describirse. Por consiguiente podemos contar seguramente con su lealtad.
LEALTAD AL REINO
14. Desde su comienzo, ¿qué exigió ese pacto del reino, y por lo tanto de qué principio jamás podemos desviarnos?
14 Desde el mismísimo tiempo en que Jehová estableció el pacto con David para el reino eterno, ese pacto del reino llegó a ser algo que exigía el apoyo y adhesión leales tanto de Dios como del hombre. El pacto estuvo inseparablemente vinculado al rey David y su línea de sucesores reales. En realidad, el pacto fué personificado en la casa o dinastía real de David, de modo que lealtad al pacto quiso decir lealtad a la casa de David bajo Jehová Dios. La lealtad del hombre tenía que ser dirigida a ese pacto. Hasta este año de 1959, ése es un principio del cual jamás podemos apartarnos si estamos determinados a agradar al gran Proponente del pacto, Jehová Dios. Tenemos a Jehová mismo como nuestro perfecto Ejemplo de lealtad.
15. Después de ser favorecido con este pacto, ¿en qué serie de crímenes fué atrapado el rey David?
15 Algún tiempo considerable después que el rey David había sido tan altamente favorecido con este pacto, fué atrapado en una serie de pecados horribles, delitos atroces en violación de los Diez Mandamientos. Codició a la esposa de otro hombre y cometió adulterio con ella, la esposa de su propio oficial militar fiel Urías el heteo. Cuando la mujer llegó a estar encinta, David que se había desequilibrado espiritualmente trató de protegerse. Hizo arreglos para que el esposo de ella fuese colocado en una posición peligrosa en la batalla, para ser abandonado allí a muerte segura. Después de que el valiente y leal Urías hubo sido enviado de esta manera a su muerte, David mandó traer la esposa de Urías a su propia casa para que fuera una de sus muchas esposas. A causa de estos crímenes, ¿no debería ser condenado a muerte el David inmundo, manchado de sangre y no debería ser cancelado el pacto con él?
16. ¿Cómo había de ser castigado David a causa de esto, y quién sufrió la muerte?
16 Por medio del mismísimo profeta Natán por medio de quien Jehová había anunciado el pacto del reino a David, Jehová envió su mensaje de condenación fuerte, mostrando cuán vilmente se había portado David. En castigo la espada jamás había de partir de la propia casa personal de David; el mal había de surgir de su casa, y algunas de sus esposas serían abiertamente violadas. David vió cómo había despreciado a Jehová y había tratado al Dios del pacto con falta de respeto. Con pena confesó su pecado contra Jehová. Temió por su vida. “Usted no morirá,” le dijo Natán; pero el niño ilegítimo de su adulterio codicioso había de morir. Nada desvió a Jehová de esta sentencia. El niño bastardo sólo vivió siete días y murió.
17. (a) ¿Qué hubo, pues, acerca del pacto del reino con David? (b) ¿Cómo se mostró la profundidad de la bondad amorosa de Jehová en lo que toca al sucesor inmediato de David?
17 Sin embargo, ¿qué hubo del pacto del reino con David? Jehová no lo canceló. Fué leal a él. Ejerció la bondad amorosa que había de acompañar a este pacto con el fin de llevarlo a éxito glorioso. David fué reinstalado en el favor divino y se le dejó continuar en el “trono de Jehová” en Jerusalén; pero los diversos castigos manifestados en la sentencia de condenación que Jehová dió se le impusieron a David con el transcurso del tiempo. La profundidad de la bondad amorosa o amor leal de Jehová se mostró aun más en el hecho de que el siguiente hijo que David tuvo mediante la ex esposa de Urías, un hijo legítimo, fué escogido por Dios para llegar a ser el sucesor de David en el trono y para llevar hacia adelante el pacto del reino. Por eso, después de la muerte de David en el favor divino, “Salomón empezó a sentarse sobre el trono de Jehová como rey en lugar de David su padre y a hacerlo con buen éxito, y todos los israelitas le fueron obedientes.” (1 Cró. 29:23; 2 Sam. 11:1 a 12:25) La bondad amorosa de Jehová de acuerdo con el pacto del reino resultó ser un medio de salvación. ¡Cuán maravilloso!
18. Por eso, ¿cómo se expresó apropiadamente David en su salmo, y qué dijo atinadamente su hijo Salomón en oración en la dedicación del templo?
18 Por eso el rey David pudo decir en su salmo: “Te daré gracias, oh Jehová, entre las naciones, y a tu nombre haré melodía. El que hace grandes actos de salvación para su rey y ejerce bondad amorosa para con su ungido, para con David y para con su simiente para siempre.” (2 Sam. 22:50, 51) Cuando su hijo y sucesor, Salomón, estaba dedicando el magnífico templo para el cual David había hecho tantos preparativos, el rey Salomón pudo decir en oración pública a Dios con apreciación sincera: “Oh Jehová el Dios de Israel, no hay Dios como tú en los cielos arriba o en la tierra debajo, pues guardas el pacto y la bondad amorosa para con tus siervos que están andando delante de ti con todo su corazón, tú que has cumplido para con tu siervo David mi padre lo que le prometiste, de modo que hiciste la promesa con tu propia boca, y con tu propia mano has efectuado el cumplimiento, como en este día. Y ahora, oh Jehová el Dios de Israel, cumple a tu siervo David mi padre aquello que le prometiste, diciendo: ‘No será quitado hombre tuyo alguno de delante de mí de sentarse en el trono de Israel, si sólo tus hijos cuidan de su camino andando delante de mí así como tú has andado delante de mí.’ Y ahora, oh Dios de Israel, resulte fidedigna tu promesa que has prometido a tu siervo David mi padre, por favor.”—1 Rey. 8:22-26.
19. En la vejez de Salomón, ¿cómo surgió la necesidad de que Jehová ejerciera bondad amorosa, y por qué motivo le fué permitido a Abías suceder a Roboam en el trono?
19 En lastimoso contraste con su padre David, el rey Salomón en su vejez apostató de Jehová. Allí de nuevo surgió la necesidad de que Jehová ejerciera su bondad amorosa, por causa del pacto eterno del reino. El pacto no fué cancelado. Por consiguiente el hijo de Salomón, Roboam, se sentó sobre el trono de Jehová en Jerusalén, pero no como rey sobre las doce tribus de Israel. Por el decreto de castigo que Jehová impuso diez tribus fueron cortadas del dominio de los reyes de la casa de David. De modo que Roboam siguió dominando sólo sobre dos tribus fieles, Judá y Benjamín. (1 Rey. 11:1-13; 12:19-24) Roboam murió como rey malo. No obstante, su hijo Abías vino al trono del reino de Judá. ¿Por qué? La respuesta inspirada dice: “A causa de David, Jehová su Dios le dió una lámpara en Jerusalén levantando a su hijo después de él y manteniendo en existencia a Jerusalén, porque David hizo lo que era recto a los ojos de Jehová y no se apartó de nada que él le hubo mandado todos los días de su vida, sólo en el asunto de Urías el Heteo.”—1 Rey. 15:4, 5.
20. ¿Qué llamado hizo el rey Abías al ejército israelita enemigo, y para quién ganó la batalla Jehová?
20 Cuando el rey Abías salió para guerrear contra las sublevadas diez tribus de Israel, primero les hizo una llamada desde una vertiente de montaña con las palabras siguientes: “¿No les toca a ustedes saber que Jehová el Dios de Israel mismo dió un reino a David sobre Israel para siempre, a él y a sus hijos, mediante un pacto de sal?... Y ahora ustedes están pensando en resistir contra el reino de Jehová en la mano de los hijos de David, cuando ustedes son una gran multitud y con ustedes están los becerros de oro que Jeroboam [su rey] hizo para ustedes como dioses... Y, ¡miren! con nosotros está a la cabeza El Dios verdadero con sus sacerdotes y las trompetas de señales para dar la alarma de batalla contra ustedes. Oh hijos de Israel, no peleen contra Jehová el Dios de sus antepasados, porque no tendrán buen éxito.” (2 Cró. 13:3-12) Sin embargo, el pacto del reino y la adhesión leal a Jehová como Dios el Pactante en nada atrajo a aquellos israelitas sublevados. Siguieron adelante con la batalla. Pero Jehová ganó la batalla para los que estaban adhiriéndose lealmente a su pacto para el reino con David.
21, 22. ¿Quiénes fueron un ejemplo para nosotros hoy día en poner la adoración y el pacto del reino de Dios por encima del nacionalismo, y qué registro se hicieron ellos para sí mismos?
21 La división de las doce tribus de Israel en dos reinos les impuso gran prueba a los israelitas en lo que tocaba a la lealtad para con el pacto del reino. Pero hubo israelitas que pusieron la adoración de Dios y su pacto del reino por encima del nacionalismo. Nos sirven de ejemplo a nosotros hoy día. Por ejemplo, considere a los sacerdotes y levitas que servían en el templo de Jehová en Jerusalén pero cuyos hogares se hallaban situados en cuarenta y ocho ciudades esparcidas en las doce tribus de Israel. (Núm. 35:6-8; Jos. 21:1-41) El registro que hicieron para sí mismos dice:
22 “Los sacerdotes y los levitas mismos que estaban en todo Israel se pusieron de parte de [el hijo del rey Salomón] procedentes de todos sus territorios. Pues los levitas dejaron sus dehesas y su propiedad y luego vinieron a Judá y a Jerusalén, porque Jeroboam [el rey de las diez tribus sublevadas] y sus hijos los habían despedido para que no sirvieran a Jehová como sacerdotes.... Y siguiéndolos [a los levitas] los que de entre todas las tribus de Israel estaban entregando su corazón a buscar a Jehová el Dios de Israel vinieron ellos mismos a Jerusalén a hacer sacrificios a Jehová el Dios de sus antepasados. Y siguieron fortaleciendo la soberanía real de Judá y confirmando a Roboam el hijo de Salomón.”—2 Cró. 11:13-17.
23. Según el registro, ¿qué hicieron los israelitas que ya vivían temporáneamente en Judá respecto al punto en cuestión?
23 Los israelitas que vivían temporáneamente en Judá no se sublevaron ni promovieron guerra civil, sino que se sometieron lealmente al rey que representaba al pacto del reino de Jehová con David. El registro dice: “En cuanto a los hijos de Israel que moraban en las ciudades de Judá, Roboam continuó reinando sobre ellos.”—2 Cró. 10:17.
24. Durante los reinados de reyes de Judá, ¿quiénes desertaron al reino de Judá, y a quiénes recogió a Jerusalén Asa, resultando en qué pacto?
24 A través de los reinados de varios reyes de Judá, hubo israelitas fieles que desertaron al reino de Judá, porque el rey de Judá disfrutaba de las bondades amorosas o hechos de amor leal de Jehová. En los días del nieto de Roboam, el rey Asa, “empezó a recoger a todo Judá y Benjamín y a los residentes temporarios que estaban con ellos de [las tribus sublevadas de] Efraín y Manasés y Simeón, porque habían desertado a él desde Israel en grandes cantidades cuando vieron que Jehová su Dios estaba con él. De modo que fueron recogidos en Jerusalén... Además, entraron en un pacto para buscar a Jehová el Dios de sus antepasados con todo su corazón y con toda su alma.” Lo buscaron mientras podía ser hallado, y “él se dejó hallar de ellos.”—2 Cró. 15:9-15.
25, 26. (a) ¿Qué notable demostración de lealtad al pacto del reino vino al tiempo de morir el rey Ocozías de Jerusalén? (b) ¿Cómo fué el único heredero del pacto del reino ungido rey finalmente?
25 El rey Ocozías fué el octavo gobernante de Jerusalén en la línea del rey David. Al tiempo de morir él ocurrió una demostración notable de lealtad al pacto del reino según se simbolizaba en la casa real de David. Su madre Atalia, la nieta del inicuo rey Omri de las diez tribus sublevadas, usurpó el trono de Jerusalén. Ese trono pertenecía únicamente a hombres dentro del pacto del reino de Jehová. Para mantenerse en él Atalia “destruyó a toda la prole real de la casa de Judá,” toda salvo un bebé, Joás. La tía de éste, Josabet, se había casado con el sumo sacerdote levita Joiada. Determinada a mantener viva la línea real del rey David en conformidad con el pacto de que a David no le debería faltar un hombre que se sentara en su trono, la tía Josabet hurtó al bebé Joás. Los mantuvo a él y a su nodriza ocultos en una recámara interior del templo de Jehová.
26 ¡Cuán apropiado que el templo de Jehová ocultara en seguridad al único heredero de Su pacto del reino! En el séptimo año de esta existencia oculta de Joás, que crecía, el leal sumo sacerdote Joiada lo sacó y lo ungió rey en una columna del templo. La usurpadora asesina Atalia oyó el ruido de júbilo. “¡Conspiración! ¡Conspiración!” gritó ella cuando entró y vió lo que había sucedido. En lealtad al rey legítimo de Jehová, el sumo sacerdote Joiada hizo que ella fuera conducida afuera y muerta en una puerta del palacio. (2 Cró. 22:10 a 23:15; 2 Rey. 11:1-16) En su bondad amorosa Jehová, por medio de sus adoradores leales, probó ser fiel a su pacto hecho con su siervo el rey David.
27. En el caso de Joás, ¿cómo resultó en deslealtad el que dejara de tener aprecio, pero qué mantuvo funcionando al pacto del reino?
27 El dejar de tener aprecio resulta en deslealtad. Aun Joás dió un ejemplo de esto. Mientras vivió el sumo sacerdote Joiada y fué su consejero espiritual, el rey Joás anduvo rectamente. Después de morir Joiada, Joás escuchó a los príncipes de Judá que se inclinaban a la idolatría. El hijo de Joiada, el sumo sacerdote Zacarías, se opuso a ello. “Porque ustedes han dejado a Jehová, él, a su vez, los dejará a ustedes,” dijo él. Finalmente, por mandato del propio rey Joás, la gente conspiró contra el sumo sacerdote Zacarías y lo mató a pedradas en el mismísimo atrio del templo de Jehová. ¡Qué ruin ingratitud! Dice 2 Crónicas 24:22: “Joás el rey no se acordó de la bondad amorosa que Joiada su padre [de Zacarías] había ejercido para con él, de modo que mató a su hijo, quien, cuando estuvo al borde de la muerte, dijo: ‘Encárguese de ello Jehová y lo reclame.’” Jehová lo reclamó. El registro nos dice cómo murió Joás: “Sus propios siervos conspiraron contra él a causa de la sangre de los hijos de Joiada el sacerdote, y lograron matarlo sobre su propio canapé, de modo que murió.” (2 Cró. 24:25) Su hijo Amasías le sucedió sobre el “trono de Jehová.” De esta manera, por la bondad amorosa de Jehová, el pacto del reino siguió funcionando.