La esperanza de la creación... a la espera de que se realice
“Esperanza de que la creación misma también será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios.”—Rom. 8:20, 21.
1, 2. ¿Qué diferencia hay entre nosotros y las personas mundanas que esperan que se realice lo inesperable a favor de la creación humana?
¡PARECE cosa desesperanzada el pensar que haya esperanza para la humanidad! No son pocas las personas que piensan de ese modo.
2 Sin embargo, de otras personas se pudiera decir que esperan lo inesperable. Es decir, siguen esperando sin que haya base alguna para que vean cumplidas sus esperanzas. Pero nosotros somos personas que tenemos base sólida para esperar la realización de nuestra gloriosa esperanza, y con tal base esperamos. En esto nos parecemos a un hombre de la antigüedad.
3. A este respecto, ¿a quién nos parecemos?, y, en el caso de aquel patriarca de la antigüedad, ¿cómo se realizó la esperanza que él tenía, basada en un fundamento correcto?
3 Ese hombre fue un oriental llamado Abrahán, quien originalmente vivía en lo que ahora se llama Irak. Porque creyó en una esperanza especial que se le dio, se mudó a la vecindad del pueblo llamado Beer-seba, al norte de la península del Sinaí. En el caso de Abrahán, la esperanza para ciertas naciones llegó a estar enlazada con el nacimiento de un varoncito que le daría su esposa Sara. Noventa y nueve años de vida se amontonaron sobre él, y 89 sobre su esposa. Ordinariamente, la vejez extrema debería haber acabado con las esperanzas que tenían de que les naciera un hijo. Pero Abrahán había recibido la promesa de parte de una Persona que jamás deja de cumplir lo que ha prometido, es decir, su Dios, Jehová. Entonces, ¿qué hizo Abrahán? Se adhirió firmemente a la esperanza que Dios le había dado. El registro histórico que se encuentra en la Biblia dice: “Aunque más allá de toda esperanza, no obstante, basado en esperanza tuvo fe, para venir a ser padre de muchas naciones de acuerdo con lo que [Dios] había dicho: ‘Así será tu descendencia.’” (Rom. 4:18) La esperanza de Abrahán no terminó en desilusión, porque, por un milagro, tuvo de su esposa Sara su hijo Isaac. ¡De este nacimiento se originaron naciones!
4. (a) ¿Con qué está enlazada toda la creación humana, no solo respecto a la población que vive actualmente, sino remontándonos hasta qué punto en el pasado? (b) ¿Qué preguntas surgen respecto al primer hombre cuando vagaba solitariamente por su hogar terrestre?
4 ¡Hoy toda la creación humana está enlazada a una esperanza dada por Dios! Esta no tiene referencia solamente a la población que actualmente vive en la Tierra, sino a toda la creación humana como cosa que se remonta hasta la prole directa de Adán, el primer hombre que hubo en la Tierra. Para honra de su Creador, este primer hombre recibió existencia en absoluta perfección de cuerpo y mente. Se le colocó en un hogar terrestre perfecto, el jardín de Edén, con todas las provisiones que se necesitaban para mantener la vida humana perfecta en felicidad. Su Creador, su Padre celestial, llegó a ser su compañero, y le hablaba con regularidad desde la región invisible. Además de esto, por hallarse rodeado de los animales terrestres, las aves y los peces del jardín de Edén, Adán tenía muchas cosas que podían evitar que sintiera soledad. Pero ¿por qué había puesto a Adán en este deleitable Paraíso su Padre celestial? ¿Para ser un silvicultor o jardinero que vagara solitariamente? ¿Por cuánto tiempo se suponía que viviera y disfrutara de toda esta bondad procedente de su Dador de Vida?
5. ¿De qué individuo dependían las respuestas a esas preguntas, y qué consejo pertinente podía tener presente el perfecto Adán?
5 ¡A Adán se le hizo entender que todo esto dependía de él! Puesto que su memoria era perfecta, jamás podría Adán olvidar el consejo que su Padre celestial le dio: “De todo árbol del jardín puedes comer hasta quedar satisfecho. Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo no debes comer de él, porque en el día que comas de él positivamente morirás.”—Gén. 2:16, 17.
6. ¿Qué le abría a la humanidad aquel mandato divino, y cómo llegarían a existir los descendientes de Adán?
6 Aquel mandato divino le abría a Adán el camino a la vida perdurable, de ser aquello la voluntad de Dios para él. Como posteriormente muestra el registro, Adán sí vivió 930 años, pero pudo haber vivido indefinidamente más. Él se hizo responsable de que nosotros estemos muriendo hoy. Como todos debemos comprender, aquel primer hombre que hubo en la Tierra tuvo prole; de otro modo, no estaríamos aquí. Pero esto no sucedió por el método no humano de reproducción asexual que los experimentadores científicos de hoy día llaman producción de clones, como en el caso de algunas plantas. Más bien, como en el caso de las aves y los animales terrestres, Dios creó para Adán un complemento femenino, una esposa, y dio comienzo a la creación de ella por medio de sacar del costado de Adán una costilla. Dios, al casar al primer hombre con la primera mujer que hubo en la Tierra, les presentó la esperanza de tener vida sin fin en la Tierra paradisíaca. Los bendijo y les dijo que reprodujeran su género para llenar toda la Tierra, sobre la cual se extendería el paraíso de ellos.—Gén. 2:18-24; 1:26-28.
7. ¿En qué estado jamás esperaban Adán y Eva que los asuntos humanos llegaran a hallarse?, y ¿por qué no debe echarse la culpa del curso de los acontecimientos humanos a la serpiente?
7 Para toda la humanidad las perspectivas eran muy esperanzadas entonces. Adán y Eva jamás esperaban ver a su prole “gimiendo juntamente y estando en dolor juntamente” debido a la condición física, moral y social en que nos encontramos hoy. En sí mismo, el hecho de que ellos, en un proceder de desobediencia, comieran del fruto del árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo puede haber parecido una cosa insignificante, pero eso llegó a ser responsable de la condición actual. Por comer y así cometer pecado, primero Eva, y entonces Adán, destrozaron la esperanza que Dios les había dado, mientras todavía estaban sin hijos. A menos que Dios interviniera de alguna manera, hoy nos hallaríamos en un estado de completa desesperanza. Es verdad que en Edén una serpiente se envolvió en el curso de los acontecimientos, pero no echemos toda la culpa a aquel reptil. En vez de eso, la Biblia nos señala al invisible espíritu manipulador que hubo detrás de la serpiente. ¿Quién fue éste? Un ángel celestial, que se resolvió a apartar a Adán y Eva de hacer de Jehová Dios su esperanza.
8. Movida por el engaño, ¿qué hizo Eva, y por qué no nos hallamos nosotros hoy día en el jardín de Edén original?
8 Aquel maquinador rebelde que habló por medio de la serpiente engañó a Eva y la condujo a tratar de hacerse como Dios. En tal posición, ella edificaría la esperanza que ella misma escogiera. Hasta aquel tiempo, Adán el esposo de Eva había sido el profeta de Dios para ella. Adán había obrado como vocero de Dios al informar a Eva acerca del mandato de Dios de no comer del fruto prohibido. Pero ella, después de haber tratado de hacerse una diosa por medio de comer del fruto prohibido, obró como profetisa para la serpiente al utilizar su hermosa voz para inducir a Adán a unírsele en el desafuero. Por fin, por razones que deshonraban a Dios, Adán ‘escuchó la voz de su esposa,’ la falsa profetisa. (Gén. 3:17) Por lo tanto, Jehová Dios pronunció una justa sentencia de muerte contra Su profeta infiel, Adán. La esposa de éste, Eva, quedó bajo aquella sentencia. Pudiendo darse ya por muertos, Adán y Eva fueron echados del jardín de Edén, para que vivieran el resto de sus días en la Tierra inculta. Todos nosotros, todavía sin nacer y en los órganos reproductivos de Adán y Eva, fuimos echados junto con ellos.
9. ¿Se ofreció a aquellos dos pecadores humanos voluntariosos alguna esperanza diferente de lo que se había estipulado en el mandato de Dios a Adán?, y ¿cómo quedó la situación respecto a nosotros, su prole?
9 A aquellos transgresores voluntariosos originales, Adán y Eva, no se les ofrecieron perspectivas que difirieran de lo que se estipulaba en el mandato de Dios a Adán. Correctamente, no se les ofreció ninguna esperanza, porque ellos habían descartado la esperanza que Dios les había dado originalmente. Pero ¿quedó la situación sin esperanza para todos nosotros, la prole no responsable de ellos? ¡Felizmente para nosotros, no!
SE OFRECE UNA ESPERANZA DADA POR DIOS
10. ¿A quién se sentenció primero allá en Edén, cómo se llegó a llamar a éste, y cómo habría de irle en la contienda predicha?
10 A Adán y Eva personalmente no se dirigieron palabras de esperanza; ellos simplemente las oyeron por casualidad. Las palabras de Dios que contenían una base para que tengamos esperanza se dirigieron al espíritu rebelde que había usado arteramente a la serpiente para inducir a Eva a convertirse en profetisa de éxito para él. A aquel espíritu se le estigmatizó con el nombre de Satanás el Diablo. Debido a que inició el proceder de astucia y empleo de tretas con el propósito de engañar, hasta por medio de una serpiente en Edén, también se le llamó “la serpiente original.” (Rev. 12:9; 20:2) Esta criatura de espíritu que se deificó a sí misma, quien llegó a ser la primera criatura que mintió contra Dios y a la mujer, fue la primera que recibió una decisión judicial de Dios en Edén. Dios pronunció su maldición sobre este individuo y entonces predijo un conflicto en el cual “la serpiente original” y los que se pusieran de su lado en la contienda sufrirían derrota.
11. ¿Cómo permitía que se abrigara alguna esperanza respecto a la prole de Adán y Eva la fraseología de la sentencia que se impuso a “la serpiente original”?
11 A “la serpiente original” Dios dijo: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón.” (Gén. 3:14, 15) Esto significaba aniquilación para “la serpiente original” y su prole. Pero ¿otorgaba base para esperanza a favor de la prole futura de Adán y Eva esta decisión judicial de Dios? No, no directamente, sino solo por ilación o inferencia.
12. ¿Qué clase de “mujer” introdujeron en el caso las palabras de Dios a Satanás, y por qué no podía María, la madre de Jesucristo, satisfacer los requisitos para ser aquella “mujer”?
12 ¡Ajá! se introduce a una mujer en el caso. ¿Quién había de ser ella? Tenía que ser una que desplegara enemistad, odio, a “la serpiente original” y su prole. Eva, quien se había hecho falsa profetisa para “la serpiente original,” no podría ser apropiada. A ella se le había persuadido a creer que Jehová Dios era un mentiroso. Ni siquiera María, la madre de Jesucristo, podría resultar apropiada. Pasarían cuatro mil años antes de que esta mujer judía naciera como descendiente de Abrahán y bajo el código de la Ley dado a los judíos. El primogénito de ella, Jesús, vivió solo 33 años y medio en la Tierra. Cuando la madre terrestre de éste vio lo que por causa de “la serpiente original” le hicieron en el Calvario a este hijo que le había sido dado milagrosamente, ya había vivido la mayor parte de su vida. Por eso, ella misma solo pudiera haber ejercido enemistad para con “la serpiente original” durante solamente unas cuantas décadas de vida.
13. ¿Unicamente quién o qué podría resultar ser la “mujer” mencionada, y en qué posición con relación a la serpiente simbólica se complació ella en que se le colocara?
13 Lo lógico sería que la “mujer” de la profecía de Dios fuera una que estuviera viva y escuchando cuando Dios habló a “la serpiente original” en Edén. La “mujer” simbólica continuaría viviendo mucho tiempo después de la muerte de Eva, sí, hasta el mismo tiempo de Dios en el cual la “mujer” hubiera de dar a luz la prometida “descendencia,” lo cual resultó ser más de 3.000 años después de la muerte de Eva. Por eso, ¿quién pudiera ser esta “mujer” simbólica si no la propia “mujer” de Dios, es decir, su organización celestial de santas criaturas de espíritu que rehusaron unirse a “la serpiente original” en la rebelión de este individuo? Estas criaturas respetaron el matrimonio de Dios con su organización universal fiel y no se divorciaron de Él para unirse a la organización que se casaría con “la serpiente original.” Les complació mucho el que Dios pusiera enemistad entre ellas y la “descendencia” organizada de “la serpiente original.”
14. (a) ¿Qué expectativa, pues, fue puesta ante la “mujer” de Dios, junto con qué experiencia posterior de las mujeres en general? (b) ¿Nacimos nosotros en relación de hijos de Dios? No obstante, ¿qué esperanza está puesta ante la humanidad?
14 En Edén, pues, Dios puso ante su organización celestial semejante a esposa una perspectiva de maternidad. Desde entonces en adelante ella podía tener la esperanza de llegar a ser madre de la “descendencia” de la cual su Esposo, Jehová Dios, llegaría a ser el Padre. Para la “mujer” de Él valía la pena esperar 4.000 años para la realización de esta esperanza. Ella estaba dispuesta a experimentar cuanto penoso dolor de parto esto pudiera envolver, tal como en el caso de la mujer simbólica que se ve en la visión que describe el apóstol cristiano Juan en Revelación 12:1-5. La maternidad es el deseo normal de toda mujer adulta. Por eso, ¿por qué no poner la maternidad como expectativa ante la organización celestial que era la “mujer” de Dios? De manera apropiada, la esperanza de maternidad le fue impartida a la “mujer” de Dios antes de que Dios misericordiosamente dejara que Eva, la esposa de Adán, que ahora era pecaminoso, experimentara la maternidad fuera de Edén. Pero no fue a manera de bendición que Dios le dijo a la pecaminosa Eva: “Aumentaré en gran manera el dolor de tu preñez; con dolores de parto darás a luz hijos.” (Gén. 3:16 en contraste con Gé 1:28) Al pasar a la prole de ellos información acerca de la profecía de Dios sobre la “descendencia” de la “mujer,” Adán no obró como profeta de Dios; tampoco obró como profetisa de Dios su esposa Eva. Fuera que Adán y Eva creyeran o no la promesa de Dios que se registró en Génesis 3:15, Dios sí tenía el propósito de que la prole de ellos basara esperanza en aquella promesa. Aunque Adán fue creado como “hijo de Dios,” nosotros, su prole imperfecta, infectada de pecados, no nacimos en relación de hijos para con Jehová Dios. (Luc. 3:38) Por eso, no tenemos naturalmente el testimonio del espíritu santo de Dios junto con nuestro propio espíritu humano en el sentido de que seamos hijos de Dios. Sin embargo, ¿hay alguna esperanza de que volvamos a entrar en la familia de hijos de Dios? ¡Sí, la hay!
15. ¿Qué indica respecto al caso de la humanidad el hecho de que hoy día haya más de 4.000 millones de nosotros todavía con vida en la Tierra?
15 Si el caso no encerrara ninguna esperanza para nosotros, ¿por qué dejaría Dios que tantos de nosotros les naciéramos a Adán y Eva... mucho más de 100 generaciones de la prole de ellos hasta ahora? Hoy, después de todas las guerras y otras catástrofes además de la enfermedad y la muerte natural, habemos más de 4.200 millones de nosotros con vida, y se predice que para el año 2.000 E.C. habrá 6.000 millones de seres humanos en la Tierra. ¿Ha sido en vano todo esto? ¡Evidentemente, no!
16. (a) Debido a la incapacidad del hombre mismo, ¿de quién que tiene la capacidad para obrar depende la realización de la esperanza de la creación? (b) ¿El nacimiento y vida de quién en la Tierra señaló el punto de viraje en la historia humana?
16 Por supuesto, el hombre no puede arreglarse a sí mismo por esfuerzo propio. Sin embargo, el caso de la creación humana no es desesperanzado, a pesar de lo poco prometedor del aspecto de los asuntos. Esto no se debe a nada que el hombre mismo pueda hacer, sino que se basa sólidamente en lo que Dios ya ha hecho y todavía hará según su promesa inquebrantable. El hecho de que Dios permitiera que de Adán y Eva nacieran unas 70 generaciones hizo posible que su Hijo procedente del cielo naciera como el hombre Jesucristo. Este Hijo de Dios efectuó en la Tierra la voluntad de Dios para provecho de toda la humanidad. ¡Esto señaló un punto de viraje en la historia de nosotros los seres humanos!
LA CREACIÓN HUMANA “SUJETADA A FUTILIDAD” CON ESPERANZA DE LIBERTAD
17. En Romanos 8:19–24, ¿qué escribió el apóstol Pablo acerca de que la humanidad quedara sujeta a su propio vano esfuerzo y acerca de que la creación estuviera esperando qué, con gemidos?
17 Unos 23 años después que Jesucristo hubo terminado su carrera terrestre y ascendido al cielo, el apóstol cristiano Pablo escribió a la congregación de Roma, Italia, y dijo: “La expectativa ansiosa de la creación [humana] aguarda la revelación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a futilidad, no de su propia voluntad, sino por aquel que la sujetó, sobre la base de la esperanza de que la creación misma también será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación sigue gimiendo juntamente y estando en dolor juntamente hasta ahora. No solo eso, sino que también nosotros mismos que tenemos las primicias, a saber, el espíritu, sí, nosotros mismos gemimos dentro de nosotros mismos, mientras aguardamos encarecidamente la adopción como hijos, el ser puestos en libertad de nuestros cuerpos por rescate. Porque fuimos salvados en esta esperanza.”—Rom. 8:19-24.
18. (a) ¿Quién fue el que sujetó a futilidad a toda la creación humana, y cómo? (b) ¿Adónde nos han llevado hoy día las instituciones humanas? ¿Es lo que está inminente lo mismo que la “expectativa ansiosa” de la creación gimiente?
18 Aquel mediante el cual la creación humana fue sujetada a futilidad o frustración fue Dios. No quedamos sujetos a ésta por nuestra propia voluntad, puesto que no fue por nuestra voluntad que nacimos. Dios tuvo el propósito de que se nos diera existencia, a pesar de que sentenció a muerte a Adán y Eva. (Gén. 3:16-24; 5:1-4) Sin embargo, no nacimos con la “gloriosa libertad” que Adán y Eva tuvieron al principio en el Jardín de Edén como “hijos de Dios.” Nacimos en “esclavitud a la corrupción,” bajo la condenación de toda la prole de Adán a la muerte. (Rom. 5:12) Por eso, no podíamos salvarnos nosotros mismos. Todos nuestros esfuerzos por efectuar nuestra propia salvación estaban condenados a futilidad, a frustración. ¿A dónde nos han llevado todos los esfuerzos de los gobiernos hechos por el hombre? ¿A dónde nos han llevado hasta este mismo día todos los arreglos sociales, económicos, financieros, médicos y científicos de la humanidad aspirante? Todos seguimos experimentando corrupción mental, corporal y moral. Además, ahora parece que una guerra nuclear con proyectiles balísticos intercontinentales que salieran de los mares y se precipitaran desde los cielos significaría el fin abrupto de todos nosotros. ¿Puede describirse esto como la “expectativa ansiosa” de la creación gimiente?
19. ¿Con qué propósito sujetó Dios al hombre caído a futilidad o frustración, pero sobre la base de qué esperanza hizo él esto?
19 Sin embargo, el Creador del hombre no está sujeto a la futilidad o frustración. La humanidad corrupta no puede frustrar el propósito del Creador. Por eso, él mismo es una esperanza para nosotros. Así que él desea que pongamos nuestra confianza, no en nosotros mismos, sino en él. A todos nos sujetó a la incapacidad humana, para que no tengamos base para cifrar nuestra esperanza en nosotros mismos. Él, como única Fuente de esperanza, sujetó a la humanidad a futilidad, pero no sobre una base desesperanzada. Más bien, como lo dice Romanos 8:20, 21, “sobre la base de la esperanza de que la creación misma también será libertada de la esclavitud a la corrupción y tendrá la gloriosa libertad de los hijos de Dios.”
20. (a) ¿Disfruta de la “gloriosa libertad de los hijos de Dios” el llamado “mundo libre”? (b) La “expectativa ansiosa de la creación” aguarda que se haga la revelación de ¿qué?
20 Hoy los gobernantes de cierta ideología política clasifican su región como “el mundo libre” en contraste con la gente que se halla bajo gobernaciones de índole contraria. Pero, aleguen lo que aleguen los grupos políticos en conflicto, ninguno de ellos tiene la “gloriosa libertad de los hijos de Dios.” Solamente el Dios y Padre del Señor Jesucristo ofrece a la familia humana la esperanza de restaurarla a la relación que Adán y Eva tenían cuando él los creó en Edén. Pero esta restauración tiene que esperar hasta que Dios haga algo en el futuro. Las siguientes palabras del apóstol nos dan a saber lo que es esto: “La expectativa ansiosa de la creación aguarda la revelación de los hijos de Dios.” (Rom. 8:19) El apóstol Pablo, quien escribió estas palabras en Romanos 8:15-17, se clasificó entre aquellos “hijos de Dios.”
21. ¿Quién es el principal de esos “hijos de Dios,” y cómo se le sanó la herida que recibió en el “talón,” con qué propósito en mira según Hebreos 2:14, 15?
21 Estos “hijos de Dios” especiales son la descendencia de la “mujer” de Dios, de la cual se habla en la profecía edénica de Dios, en Génesis 3:15. El principal de esa “descendencia” de la organización celestial de Dios es Jesucristo, a quien Dios dejó que “la serpiente original” magullara en el talón cuando murió sobre el madero de tormento en el año 33 E.C. Pero Dios sanó aquella herida de talón por medio de resucitar a su fiel Hijo al tercer día de la muerte de éste. Por haber sido resucitado como Hijo celestial de Dios, espíritu, no como Hijo humano, pudo ser recibido de nuevo por la “mujer” celestial de Dios. Este, como dice Hebreos 2:14, 15, ‘reducirá a la nada al que tiene el medio para causar la muerte, es decir, al Diablo; y emancipará a todos los que por temor de la muerte han estado sujetos a la esclavitud durante toda su vida.’
22. ¿Quiénes son los miembros secundarios de la “descendencia” de la “mujer” de Dios?
22 Los miembros secundarios de la “descendencia” de la “mujer” compuesta de Dios son los discípulos de Jesucristo, aquellos que reciben un engendramiento por medio del espíritu de Dios para llegar a ser “hijos de Dios” espirituales y coherederos en el cielo con su hermano mayor, Jesucristo.
23. Según 1 Pedro 1:3, 4, ¿a qué clase de esperanza ha engendrado Dios a los miembros secundarios de la “descendencia”? ¿Está todavía activa esa esperanza en esta fecha tardía?
23 El apóstol Pedro llama “viva” la esperanza celestial de éstos cuando les escribe: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, porque según su gran misericordia nos dio un nuevo nacimiento a una esperanza viva mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, a una herencia incorruptible e incontaminada e inmarcesible. Está reservada en los cielos para ustedes.” (1 Ped. 1:3, 4) Esta esperanza de ellos todavía ‘vive’ hoy. No ha muerto debido a alguna demora aparente en cuanto a realizarse para el resto de ellos todavía en la Tierra. Estos esperan ver realizada dentro de poco esta esperanza al tiempo fijado por su Dios y Padre, Jehová. El apóstol Pablo nos hace recordar Génesis 3:15, cuando escribe a la congregación romana engendrada por espíritu y dice: “El Dios que da paz quebrantará a Satanás bajo los pies de ustedes en breve.”—Rom. 16:20.
24. ¿Quiénes esperan ansiosamente la revelación de esos “hijos de Dios,” y después de qué acontecimiento se realiza esta revelación?
24 La “revelación” de estos “hijos de Dios” junto con el principal Hijo de Dios, Jesucristo, en el futuro cercano, es lo que la “expectativa ansiosa de la creación [humana]” está esperando encarecidamente. Pero esperamos poco antes de ese acontecimiento la “grande tribulación” que el Padre celestial, Jehová Dios, soltará sobre los opositores y perseguidores que atribulan a sus hijos espirituales y los compañeros leales de éstos.—Rev. 7:14, 15; 2 Tes. 1:6-10.