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‘Pelee una excelente pelea por la fe’La Atalaya 1963 | 15 de febrero
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que centenares de miles, sí, millones de otras personas que todavía andan a tientas buscando la luz la hallen, si es el placer de Dios. El traerles la luz es la grande responsabilidad que descansa sobre los testigos de Jehová. Deben llevar la verdad y la luz de la Biblia hasta los fines de la Tierra. Esto lo harán por la bondad inmerecida de Dios hasta el fin de este sistema de cosas. Jesús ha declarado que se hará. Dijo: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada como testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”—Mat. 24:14.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1963 | 15 de febrero
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Preguntas de los lectores
● En vista del hecho de que se ha declarado en las publicaciones de la Watch Tower que las obras de curación ejecutadas por Jesús y sus apóstoles no dependían de la fe de los que fueron curados, ¿cómo hemos de entender Mateo 13:58, que dice: “No hizo muchas obras poderosas allí debido a la falta de fe de ellos”?—N. B., EE. UU.
Hoy muchos curadores por fe, al enfrentárseles al hecho de que no pueden curar a una persona, afirman que eso se debe a la falta de fe de ésta. No obstante, esto es meramente un subterfugio para tratar de ocultar con explicaciones el hecho de que no pueden curar. Ese, sin embargo, no fue el caso con Jesús y sus apóstoles. No hay nada en el registro que indique que la viuda de Naín ejerciera fe en que su hijo sería devuelto a la vida. Jesús meramente notó a la madre adolorida y la consoló levantando de entre los muertos a su hijo. Así, también, Pedro y Juan curaron a un tullido en la puerta del templo sin expresión alguna de fe de parte de él. El miró a ellos esperando recibir algunas limosnas, y, para su sorpresa y asombro, fue curado.—Luc. 7:12-15; Hech. 3:1-8.
Lo que dicen las Escrituras en Mateo 13:58 es que Jesús no hizo muchas obras poderosas debido a la falta de fe de ellos, no que él no pudo hacer obras allí. Aparentemente pocas personas salieron a verlo y ser curadas. Esto estuvo en gran contraste con lo que sucedió en otros lugares, de los cuales leemos: “Grandes muchedumbres se acercaron a él, trayendo con ellas personas que estaban cojas, lisiadas, ciegas, mudas y muchas en otras condiciones, y casi se las arrojaban a los pies, y él las sanó.” El mismo hecho de que les traían éstas a Jesús era acto suficiente de fe. No hay nada que indique que Jesús sometiera a éstas a un interrogatorio en cuanto a su fe.—Mat. 15:30.
● ¿Cómo hemos de entender Génesis 7:11 y 8:2? ¿Contienen estos versículos construcción paralela, o hubo tanto lluvia de los cielos como un brotar de agua desde debajo de la Tierra al tiempo del Diluvio?—N. K., EE. UU.
Génesis 7:11 y 8:2 dicen: “En el año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, en el día decimoséptimo del mes, en este día todas las fuentes de la vasta profundidad acuosa fueron rotas y abiertas y las compuertas de los cielos fueron abiertas.” “Las fuentes de la profundidad acuosa y las compuertas de los cielos llegaron a estar cegadas, y así el aguacero desde los cielos fue restringido.”
En Génesis 7:11 las expresiones “vasta profundidad acuosa” y “compuertas de los cielos” se usan para referirse al gran dosel de agua que estaba alrededor de la Tierra en suspensión y que se describe en Génesis 1:6, 7 como “las aguas . . . encima de la expansión.” Cuando se dice que las fuentes fueron rotas y las compuertas abiertas significa que Dios hizo que las fuerzas que sostenían al gran dosel de agua en suspensión fueran vencidas y así permitió que las aguas cayeran copiosamente sobre la Tierra, no con ningún gran chapoteo global sino como por medio de compuertas en ciertos canales, particularmente en los polos, pero también por medio de lluvia durante cuarenta días.
Esto no tiene referencia a las fuentes de agua debajo de la superficie de la Tierra y el que éstas hayan sido abiertas y hayan brotado a través de la corteza de la Tierra para causar inundaciones desde debajo. Los expositores de la Biblia que interpretan las palabras de Génesis 7:11 como significando el brotar agua de debajo de la Tierra no entienden apropiadamente el hecho de que existía un dosel de agua que estaba suspendido en el espacio, produciendo una vasta profundidad acuosa allí, como se nota por lo que Génesis 1:6, 7 declara concerniente a la división de las aguas que había debajo de la expansión atmosférica de las aguas que había encima. Por eso tenemos que concluir que en Génesis 7:11 y 8:2 se usa una construcción paralela.
Así como se menciona el comienzo del Diluvio cuando se rompen y abren las fuentes de la profundidad acuosa y se abren las compuertas de los cielos, en Génesis 7:11, así la cesación del diluvio, mencionada en Génesis 8:2, se menciona cuando se cierran aquellas fuentes de la profundidad acuosa y las compuertas de los cielos. En otras palabras, el contenido del dosel acuoso se agotó. Por supuesto, esto no significó que no habría más lluvia sobre la Tierra. Más bien, a medida que las nubes se formaban por la evaporación del agua, la lluvia continuaría cayendo a ese grado. Pero ya no había un gran depósito acuoso, un abismo acuoso o inmenso dosel de vapor mantenido en suspensión por encima de la Tierra.
● ¿Qué se guardaba en el arca del pacto? Según 2 Crónicas 5:10, “no había nada en el Arca salvo las dos tablas que Moisés había dado en Horeb, cuando Jehová pactó con los hijos de Israel mientras estaban saliendo de Egipto,” y 1 Reyes 8:9 dice casi lo mismo. Sin embargo, Hebreos 9:4 dice: “Este tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta todo alrededor de oro, en la cual estaba la jarra de oro que contenía el maná y la vara de Aarón que floreció y las tablas del pacto.”—T. R., EE. UU.
Las palabras de Pablo en Hebreos 9:4 se basan en los siguientes textos, que muestran lo que fue colocado en el arca del pacto: “Moisés le dijo a Aarón: ‘Toma una jarra y pon en ella un omer lleno de maná y deposítalo delante de Jehová como algo que ha de guardarse a través de sus generaciones.’ Así como Jehová le hubo mandado a Moisés, Aarón procedió a depositarlo delante del Testimonio como algo que había de guardarse.” Aunque sin duda Aarón juntó el maná y lo puso dentro de una jarra, es evidente que el depositarlo delante del Testimonio no pudo haber tenido lugar hasta que el arca del pacto o arca del testimonio fue hecha y las tablas de la ley fueron recibidas. (Éxo. 16:33, 34) Más tarde Moisés mismo relató: “Me volví y descendí de la montaña y coloqué las tablas en el arca que yo había hecho, para que continuaran allí, así como Jehová me había mandado.” (Deu. 10:5) “Posteriormente Jehová le dijo a Moisés: ‘Devuelve la vara de Aarón delante del Testimonio como algo que ha de guardarse como señal a los hijos de la rebeldía, para que sus murmuraciones cesen contra mí, para que no mueran.’” (Núm. 17:10) Por estos textos es claro que el arca del pacto contenía en un tiempo las cosas mencionadas por Pablo, y por eso obviamente él estaba escribiendo acerca del tiempo en que esto fue así.
Sin embargo, lejos de haber una contradicción entre sus palabras y las que se encuentran en 2 Crónicas 5:10, el mismísimo hecho de que este texto declara que al tiempo de la dedicación del templo de Salomón “no había nada en el Arca salvo las dos tablas que Moisés había dado en Horeb” denota que en algún tiempo antes de eso el Arca sí contenía otras cosas, haciendo digno de atención el que ahora no las tenía.
La razón dada por colocar delante de Jehová la vara de Aarón que floreció, es decir, como testimonio contra los rebeldes, parecería sugerir que por lo menos por la duración del viaje en el desierto, o mientras aquellos rebeldes vivieran, esta vara permaneció en el arca del pacto. Por lo tanto, es razonable concluir que fue algún tiempo después que los israelitas entraron en la tierra de la promesa y antes de la dedicación del templo de Salomón que la jarra de oro y la vara de Aarón fueron quitadas. Pero no parece razonable el que Jehová hubiera permitido que esas cosas sagradas cayeran en manos de los filisteos al tiempo que tomaron el Arca en los días del Sumo Sacerdote Elí, de otra manera las dos tablas de la ley también habrían faltado. Aparentemente la jarra de oro de maná y la vara de Aarón que floreció habían cumplido su propósito; de modo que Jehová permitió que fueran quitadas.
Interesantemente, hay más de un arca que se menciona en conexión con las tablas. El arca de la cual Moisés habla en Deuteronomio 10:1-5 y que Jehová le dijo que construyera fue un recipiente temporario para las dos tablas de la ley que recibió en el monte Sinaí. Mientras que no fue sino hasta más tarde, alrededor del fin del año, que el arca del pacto estuvo lista para ser usada.—Éxo. 39:33–40:3.
¿Qué hay del libro mencionado en 1 Samuel 10:25? Concerniente a él leemos: “Samuel habló al pueblo con respecto al legítimo impuesto de la soberanía real y lo escribió en un libro y lo depositó delante de Jehová.” ¿Significa, el depositarlo
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