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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1951 | 1 de junio
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Preguntas de los lectores
● ¿Qué fué el “conocimiento del bien y del mal” mencionado en el Génesis 2:17, y es igual a lo que se menciona en el Génesis 3:5 y 3:22?—G. G., África del Sur.
El “bien y el mal” en los tres textos parece referirse a la misma cosa. Adán y Eva supieron algo acerca del mal antes de comer del fruto del “árbol del conocimiento del bien y del mal”. (Gén. 2:17) Sabían que sería incorrecto para ellos comer ese fruto, y sabían que la muerte era un mal que debería evitarse. “Seréis como dioses sabiendo el bien y el mal” parece significar más que sólo tener un conocimiento provechoso de lo que es correcto y lo que es incorrecto. (Gén. 3:5, Va) La palabra dioses podría significar Jehová Dios, puesto que la palabra hebrea aquí es Elohim y puede significar Dios (Jehová) o dioses. Si quiere decir dioses, entonces podría referirse a Jehová Dios y su cocreador e Hijo unigénito, el Logos. Fué a ése que Jehová le dijo, en el Génesis 3:22: “He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal.”
El conocer “el bien y el mal” como Jehová y su Hijo unigénito lo conocen parecería significar conocer el bien y el mal usted mismo, es decir, usted hace la decisión de lo que es bueno y lo que es malo, usted juzga lo que es correcto y lo que es incorrecto. Adán y Eva ya no fueron teocráticos, ya no confiaron en Dios como el Soberano Universal sobre todas las criaturas, ya no lo aceptaron como el único para determinar lo correcto y lo incorrecto. Determinarían por sí mismos lo que iban a hacer en la tierra, y no permitirían que Dios fuera el Supremo Árbitro.
Por esto al hombre que llevaba la mayor responsabilidad y que era la cabeza de la mujer, Jehová le dijo en sustancia: ‘Está bien, Adán, si tú no quieres ser teocrático sigue tu propio camino. Decide tú mismo lo que es bueno y malo desde tu punto de vista. Ya no tienes lugar en el jardín del Edén. Este jardín es para gente teocrática que estén sujetos a mi. ¡Ahora vete!’ Este aspecto del asunto armoniza con el hecho de que Dios no designó el cometer el pecado como la razón para echar fuera a Adán del Edén, mas dice que fue porque “el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal” y por lo tanto no debería tener oportunidad de comer del árbol de la vida.
● ¿Qué quiso decir Jesús por sus palabras, “¡Dios mío, Dios mío! ¿por qué me has desamparado?”—F. M., Georgia.
Jesús dijo estas palabras en cumplimiento del Salmo 22:1, que originalmente fué escrito relativo a David. No que David fuera desamparado para ser empalado en alguna estaca de tormento, sino que fué desamparado a la furia de los enemigos por su fidelidad al pacto del Reino. En todo esto David fué un tipo profético de Cristo. Jesús fué desamparado a una muerte vergonzosa, en un árbol maldito, a fin de probar su integridad. Por permanecer fiel él triunfó en su Integridad, como el resto del Salmo lo muestra. Otros versículos del Salmo 22 concernientes a David fueron cumplidos sobre Jesús, probando además que fué profético del Mayor David, Cristo. Compare el Salmo 22:1 con Mateo 27:46 y Marcos 15:34; el Salmo 22:7, 8 con Mateo 27:39, 43; el Salmo 22:15 con Juan 19:28; el Salmo 22:16 con Marcos 15:25; y el Salmo 22:18 con Mateo 27:35.
Pero la mera declaración de estas palabras proféticas del Salmo 22:1 no fué suficiente en sí misma para el cumplimiento de ellas. Al tiempo que Jesús las declaró en la estaca de tormento en verdad tuvieron un antecedente contra el cual se cumplirían. En este caso el desamparar Dios a Jesús no significó que Dios le dió la espalda como desaprobándolo y condenándolo, sino únicamente que Dios lo entregó a la furia completa de sus enemigos, hasta el grado de permitirles que lo mataran. Así Dios desamparó o entregó a Jesús a sus enemigos, para ser sometido a ellos para que hicieran lo que quisieran con él, sin aun protegerlo de la muerte ignominiosa.
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Un “Job“ moderno manteniendo su integridadLa Atalaya 1951 | 1 de junio
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Un “Job“ moderno manteniendo su integridad
● Hace como seis años que mi esposa y mis hijos empezaron a estudiar las publicaciones de La Atalaya. En ese tiempo tuve que ir al hospital para una operación, porque tenía cáncer de la cara. Hace unos tres años que yo comencé a interesarme. Ahora sé que todo pasa para el bien de los que aman al Señor. Mientras estaba en el hospital el año pasado traté de usar el tiempo que me quedaba de un modo provechoso, de acuerdo con la instrucción que se nos da en Lucas 9:23. Algunos enfermos y algunas enfermeras me llamaron predicador y otros me llamaron Job. Puesto que Job era predicador de justicia lo consideré un honor que en todo mi sufrimiento me clasificaran en la misma clase con él. He tenido 49 operaciones, y he perdido el
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