¿Cuán misericordioso es usted?
1. ¿Por qué no hay excusa para esta presente generación en su extensa falta de misericordia?
EN ESTE día de intolerancia y egoísmo, el que obra misericordiosamente es una bendición refrescante. Se dice del Dios verdadero: “Jehová es benévolo y misericordioso, tardo para la cólera y grande en bondad amorosa. Jehová es bueno para con todos, y sus misericordias están sobre todas sus obras.” (Sal. 145:8, 9) Y Jesús nos amonestó: “Continúen haciéndose misericordiosos, así como su Padre es misericordioso.” (Luc. 6:36) ¡Qué acusación de esta generación presente, entonces, son las condiciones intolerables que resultan del sinnúmero de sospechas, rivalidades y animosidades de pueblos y naciones!
2. ¿A quiénes únicamente se extiende la misericordia de Dios, y por qué?
2 Proverbios 28:27 dice: “El que le está dando al de escasos recursos no tendrá carencia, pero el que está escondiendo sus ojos tendrá muchas maldiciones.” De esto se hace patente que la misericordia de Dios no se extiende a los que ‘esconden sus ojos.’ Dios no es sentimentalista. Su ejercicio de misericordia siempre está en armonía con sus otras cualidades y normas rectas, incluso su justicia y santidad. (Ose. 2:19) Cualquiera que abuse de la misericordia de Dios, pensando que Dios continuará su misericordia para con éste sin importar lo que haga, está destinado a amarga desilusión. El que muestra falta de respeto deliberado por los caminos justos de Dios ofende a Dios por sus actos y derrotero de la vida, y el Dios verdadero correctamente ‘encerrará con cólera sus misericordias.’—Sal. 77:9; Rom. 2:4-11.
3. ¿Qué preguntas pudieran ayudarnos a determinar nuestra propia cualidad de misericordia?
3 El medio hermano de Jesús Santiago dio advertencia sana y, al mismo tiempo, consoladora seguridad cuando escribió: “Porque al que no practica misericordia se le hará su juicio sin misericordia. La misericordia se alboroza triunfalmente sobre el juicio.” (Sant. 2:13) ¿Cuán misericordioso es usted? ¿Se le hace fácil pasar por alto ofensas que se cometan contra usted? o ¿se le hace difícil despedir asuntos de esta índole de su mente? ¿Está usted consciente activamente de las necesidades de los que lo rodean? o ¿es preciso que traigan estas cosas a su atención constantemente? ¿Se inclina a sospechar de los motivos de otros? o ¿puede usted reconocer y aceptar la sinceridad y la falta de engaño? ¿Se inclina a ser más solícito de los que son prominentes o que tienen ciertos talentos? o ¿puede usted hallar verdadero placer en cualidades estrictamente espirituales? Si fuese a pesarse usted mismo en la balanza de estas preguntas, ¿se hallaría falto de misericordia? El resultado es vital, porque, sea que individualmente nos interesemos o no, el juicio de Jehová se anotará individualmente para con nosotros tal como lo ha indicado él por medio de Santiago, y solo al que practica misericordia se le mostrará misericordia cuando sea sometido a juicio.
4. ¿Cómo pudiera ser identificada una persona misericordiosa?
4 La persona misericordiosa es la que no guarda rencor, que está dispuesta a abstenerse de condenar y castigar siempre que lo permitan las circunstancias, que es generosa al dar tanto material como espiritualmente, que está consciente de los necesitados y que muestra interés en ellos de manera activa, que no muestra parcialidad ni usa su lengua en orgullo y celos, que ejecuta sus actos de caridad y distribuye sus dones de misericordia con sinceridad y humildad libre de hacer alarde, que no se hace tan eficaz en sus tratos con sus asociados que llegan a ser para ella simples partes de una “máquina que funciona como organización.” El dar generoso de sí misma, aun más que de sus posesiones, no quedará sin galardón... ciertamente no quedará sin galardón de Jehová. La Palabra de Dios dice: “El que está mostrándole favor al de condición humilde le está prestando a Jehová, y Él le pagará de vuelta su trato.” Y Jesús agregó al proverbio: “Felices son los misericordiosos, puesto que a ellos se les mostrará misericordia.”—Pro. 19:17; Mat. 5:7.
LA DEVOCIÓN A LOS PRINCIPIOS CORRECTOS TRAE FAVOR
5. ¿Quién fue José, y por qué fue particularmente amado de su padre?
5 Un ejemplo sobresaliente de una persona que imitó la misericordia de Jehová fue José el bisnieto de Abrahán e hijo de Jacob o Israel. José nació en Siria, el primero de dos hijos de Jacob por su amada esposa Raquel. (Gén. 30:22-24; 35:24) Puesto que Jacob tenía noventa y un años de edad cuando nació José, José era un hijo de su vejez y llegó a ser amado más que sus hermanos mayores. Cuando José tenía aproximadamente seis años de edad, Jacob salió de Padán-aram adonde había ido para obtener esposa de entre su propio pueblo y, con toda su familia, regresó a Canaán. (Gén. 31:17, 18, 41) Residió por un tiempo en Sucot, en Siquem y en Betel. Más tarde, en camino de Betel a Belén, la madre de José, Raquel, murió mientras daba a luz su segundo hijo Benjamín; de modo que Benjamín era el único hermano de padre y madre de José, los otros hijos de Jacob siendo medios hermanos de José, nacidos de Jacob a Lea, la hermana de Raquel, y a Zilpa y Bilha, las dos siervas de Lea y Raquel.—Gén. 33:17-19; 35:1, 5, 6, 16-19.
6. (a) ¿Qué informe concerniente a sus medios hermanos trajo José a su padre, y por qué no fue esto un acto falto de misericordia? (b) ¿Cómo, en una ocasión previa, habían mostrado Simeón y Leví que carecían de compasión?
6 Los diez medios hermanos de José no desplegaron la misma devoción a los principios correctos que José manifestó desde una edad temprana. Cuando tenía diecisiete años estaba cuidando ovejas en asociación con los hijos de Jacob por Bilha y Zilpa. Aunque más joven que sus hermanos, José demostraba más celo por los intereses de su padre que estos medios hermanos y concienzudamente le llevó un mal informe a su padre. (Gén. 37:2) No estaba obrando con falta de misericordia al proceder así, porque estos hermanos estaban siguiendo un proceder de maldad y Jacob tenía derecho a saberlo. Quizás esta devoción a los principios correctos haya contribuido al amor de Jacob por José. Pero, en vez de que los hermanos de José se beneficiaran del ejemplo de José, demostraron una actitud celosa y desplegaron el mismo espíritu de dureza para con él que había hecho que ellos, bajo el acaudillamiento de Simeón y Leví, mataran atrozmente a los hombres de Siquem que estaban tratando de establecer relaciones amigables con ellos y que estaban indefensos en esa ocasión. Aunque alegaron que su matanza de los siquemitas estuvo justificada, su padre Jacob dijo a Simeón y Leví, los líderes del ataque: “Me han acarreado ostracismo, haciendo de mí un hedor a los habitantes del país,” y muchos años después Jacob se refirió a la cólera de Simeón y Leví como maldita, “porque es cruel, y su furor, porque actúa con dureza.” (Gén. 34:1-31; 49:7) Debido a su falta de compasión, cuando vieron que su padre amaba a José más que a todos sus hermanos y mandó hacerle una larga prenda de vestir parecida a camisa, rayada (quizás similar a las que se ponían las personas de rango), “no podían hablarle pacíficamente.”—Gén. 37:3, 4.
7. ¿Qué sueños tuvo José, y cómo reaccionaron su padre y sus medios hermanos?
7 Con el tiempo José tuvo un sueño que informó a sus hermanos. En su sueño todos los hermanos estaban atando gavillas en medio del campo cuando la gavilla de él se levantó y se puso recta y las gavillas de sus medios hermanos procedieron a rodear la gavilla de él e inclinarse ante ella. Al oír esto sus hermanos empezaron a decirle: “¿Vas a ser rey sobre nosotros de seguro?” y hallaron más razón para odiarlo. El relato continúa: “Después tuvo aún otro sueño, y se lo contó a sus hermanos y dijo: ‘Miren que otra vez he tenido un sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas estaban inclinándose ante mí.’ Entonces se lo contó a su padre así como a sus hermanos, y su padre empezó a reprenderlo y decirle: ‘¿Qué significa este sueño que has soñado? ¿Acaso yo y también tu madre y tus hermanos vamos a venir de seguro e inclinarnos a tierra ante ti?’ Y sus hermanos le cobraron envidia, pero su padre observó el dicho.” Jacob evidentemente reconoció que los sueños podrían ser significativos. Aunque pudiera parecer que José estaba manifestando una actitud de superioridad sobre sus hermanos, estaba, de hecho, contando solamente lo que Jehová le había revelado, una circunstancia que dio a sus hermanos más oportunidad de manifestar su condición de corazón.—Gén. 37:5-11.
LOS CELOS ENGENDRAN ODIO HOMICIDA
8. ¿Cómo llegó José a estar lejos de casa con sus medios hermanos, y cómo consideraron el asunto sus hermanos?
8 Ahora sus medios hermanos fueron a apacentar el rebaño de su padre en las inmediaciones de Siquem mientras Jacob moraba en Hebrón. Jacob se preocupó por el bienestar de ellos, quizás teniendo presente la animosidad que se había suscitado contra él y sus hijos en estas inmediaciones al salir de Siria. Aunque debe haber sido una asignación desagradable para él en vista de la animosidad de sus medios hermanos, José no vaciló en ir por Jacob para ver si estaban sanos y salvos y si el rebaño estaba sano y salvo. Finalmente los localizó cerca de Dotán, pero, antes que llegase cerca de ellos, ellos alcanzaron a verlo de lejos y se pusieron a maquinar para darle muerte.—Gén. 37:12-20.
9. ¿Qué planeaba hacer Rubén, pero qué le sucedió finalmente a José a manos de sus hermanos?
9 Rubén, el primogénito de Jacob, trató de librarlo de las manos de ellos, “a fin de devolverlo a su padre,” estando preocupado por la obligación que tenía como primogénito de responder por José. (Gén. 37:22-30) Evidentemente Rubén no estuvo presente cuando pasó una caravana de ismaelitas en camino a Egipto procedente de Galaad. Judá propuso que José fuera vendido en vez de matarlo y encubrir su sangre. Los hermanos convinieron y, aunque José suplicó por misericordia, lo vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Luego tomaron la prenda de vestir larga de José, que le habían quitado, degollaron un macho cabrío y metieron la prenda de vestir larga en la sangre. Cuando más tarde se le mostró ésta a Jacob, estuvo convencido de que una feroz bestia salvaje había devorado a su hijo, y tan grande fue su dolor que rehusó ser consolado. Con el tiempo los mercaderes llevaron a José a Egipto y fue vendido como esclavo a Potifar, el jefe de la guardia de corps de Faraón.—Gén. 37:21-36.
10. ¿Cómo es esto un ejemplo para nosotros hoy día, y qué beneficio derivaría José de sus sufrimientos?
10 Este odio asesino que los medios hermanos de José habían manifestado de manera tan violenta y su encallecida falta de interés en su padre subsisten como ejemplo amonestador a cualesquiera que hoy abriguen animosidad para con sus hermanos espirituales en la congregación cristiana. Jesús dijo: “Todo el que continúe airado con su hermano será responsable al tribunal de justicia.” (Mat. 5:22) Pero José estaba siendo preparado para llegar a ser una gran bendición a su pueblo, y el sufrimiento que experimentó habría de refinarlo para esta gran responsabilidad.
JOSÉ SUSTENTADO EN LA MISERICORDIA DE JEHOVÁ
11. ¿Cómo reaccionó José a sus desagradables experiencias, sin embargo qué pruebas adicionales le aguardaban?
11 Jamás permitió José que sus experiencias desagradables lo amargaran y lo apartaran del Dios verdadero. Al contrario, confió tanto más en el poder salvador y preservador de Jehová, y debido a esto fueron bendecidas todas las obras de sus manos. Su diligencia en el servicio de Potifar hizo que al debido tiempo fuese elevado a la posición de superintendente de la casa de Potifar. La esposa de Potifar trató repetidas veces de seducir a José pero no lo logró, pues él permaneció firme en su determinación de no pecar contra su Dios. Frustrada en sus esfuerzos, ahora la esposa de Potifar acusó falsamente a José de intentar violarla y, cuando Potifar le creyó su embuste, José fue echado a la prisión.—Gén. 39:1-20.
12. (a) ¿Cómo trataron a José en la prisión, qué experiencia tuvo con dos siervos de Faraón y cómo lo animó esto? (b) ¿Qué circunstancias resultaron en que José fuera librado de la prisión?
12 Por un tiempo José fue tratado con dureza en la prisión. (Sal. 105:17, 18) Sin embargo, su diligencia y confianza en Jehová fueron recompensadas nuevamente con responsabilidad adicional, y su conducta ejemplar bajo circunstancias adversas resultó en que fuera puesto en una posición de confianza sobre los otros prisioneros. Estos, con el tiempo, llegaron a incluir a dos siervos de Faraón: su copero principal y su panadero principal. Más tarde, cada uno tuvo un sueño y a la mañana siguiente estaban decaídos porque no había nadie que les interpretara sus sueños. José, sensible a la necesidad de ellos y con debido crédito a Jehová Dios, les interpretó sus sueños y, tal como se los reveló, así sucedió. El copero principal fue restaurado al favor de Faraón en el transcurso de tres días, mientras que el panadero principal fue colgado dentro del mismo período. Indiscutiblemente animado por el favor que Jehová le había manifestado al darle las interpretaciones y sin duda sintiéndose más seguro del origen divino de sus propios sueños, José instó al copero principal a que hablara a Faraón a favor de José, y éste convino en hacerlo. Pero el copero, fuera de la prisión, se olvidó de ello hasta dos años más tarde cuando Faraón mismo tuvo sueños que no podía entender. Cuando todos los sacerdotes practicantes de magia de Egipto no pudieron interpretar los sueños de Faraón, el copero recordó su experiencia con José y se la relató a Faraón. Inmediatamente José fue sacado de la prisión para interpretar los sueños de Faraón.—Gén. 39:21-41:14.
13. ¿Cuál fue la interpretación de los sueños de Faraón, y cómo fue recompensado José por Jehová por su paciencia durante sus pruebas?
13 Ahora el registro de paciencia que había acumulado José y la actitud compasiva que había mantenido durante sus pruebas iban a ser recompensados. Nuevamente dando crédito a Jehová, José interpretó los dos sueños de Faraón, explicando que habría siete años de abundancia seguidos de siete años de hambre. Entonces José informó a Faraón que Jehová le había dado una respuesta de paz y describió cómo Faraón podía prepararse para los años de hambre durante los años de abundancia. Faraón reconoció en José mismo al administrador de alimento capacitado que se necesitaría y lo nombró a esta posición, haciéndolo segundo en el reino y dándole toda autoridad para organizar la obra de almacenar grano contra los años de hambre. Almacenaron cantidades tan grandes que finalmente dejaron de contarlo. A José también le fue dada una esposa, Asenat, la hija de Potifera, sacerdote de On, quien le dio a luz dos hijos, Manasés y Efraín.—Gén. 41:15-52.
ARREPENTIMIENTO VERDADERO ABRE PASO A LA MISERICORDIA
14. ¿Qué oportunidad se le presentó a José en su posición ensalzada, y cómo habría de ser puesta a la prueba más severa su misericordia?
14 Ahora José de veras se hallaba en una posición envidiable. La vida de la gente de Egipto, incluso la vida de Potifar y su esposa, estaban en sus manos. Pero no había ningún peligro para ninguno de ellos. José ya había mostrado ser hombre perdonador y misericordioso, no un hombre vengativo o rencoroso. Sin embargo, su misericordia iba a ser puesta a la prueba más severa. Esto aconteció cuando el hambre se había esparcido a toda la Tierra y pueblos de toda la Tierra venían a Egipto buscando grano. Un día, cuando José estaba atendiendo a sus deberes y proveyendo alimento compasivamente para las naciones hambrientas así como para los egipcios, se presentaron sus diez medios hermanos delante de él y se inclinaron, rostro a tierra. Inmediatamente José se acordó de los sueños que había soñado en cuanto a ellos y, aunque los reconoció, él no se dio a conocer a ellos y solo les hablaba por medio de un intérprete. ¿De qué manera los trataría? Después de más de veinte años, había llegado el tiempo de juicio de ellos. Puesto que habían obrado sin misericordia merecían ser juzgados sin misericordia y, obrando como representante de Jehová, José no podía violar la justicia de Jehová. Sin embargo, José no era hombre rencoroso, y tendría que rendir cuentas a Dios por su proceder para con ellos. De modo que, con sabiduría de arriba, los puso a prueba.—Gén. 41:53-42:8.
15. (a) ¿Cómo trató José a sus medios hermanos, y con qué fin en mira? (b) ¿Cómo reaccionaron sus medios hermanos a este giro de acontecimientos?
15 Obrando con dureza para con ellos, los acusó de ser espías, y cuando ellos profesaron su inocencia y le contaron que todos eran hijos de un solo hombre y que otro hermano todavía estaba en casa, ató a Simeón delante de sus ojos y les dijo que él tenía que permanecer en custodia hasta que regresaran con su otro hermano. Heridos en el corazón, sus hermanos revelaron una actitud de completo arrepentimiento, aceptando esta calamidad como justicia retributiva de parte de Dios, “porque,” como dijeron entre ellos mismos, “vimos la angustia de su alma [de José] cuando suplicaba de nosotros que tuviésemos compasión, pero no escuchamos.” José, alcanzando a oírlos, aunque ellos no lo sabían, se conmovió profundamente y se apartó de ellos en lágrimas. Sin embargo, su prueba todavía no estaba consumada. No debía haber duda alguna de la sinceridad de su arrepentimiento. Cargando sus receptáculos con grano, José secretamente les había restaurado su dinero en sus sacos, y los envió a casa, manteniendo en custodia a Simeón.—Gén. 42:9-28.
16. (a) ¿Cómo descendió finalmente Benjamín a Egipto, y cómo reaccionó José al verlo? (b) ¿A qué prueba final sometió José a sus medios hermanos, y en qué resultó?
16 Con el tiempo se les acabó el grano y se hizo necesario volver a Egipto. Pero se les había advertido que no volvieran a ver el rostro del administrador de alimento de Egipto a menos que su hermano estuviera con ellos. Jacob, temeroso de perder al único hijo restante de su amada esposa Raquel como ya había perdido a José, siguió rehusando dejarlo ir, hasta que finalmente no hubo otra salida. Judá prometió ser fiador por él. Cuando se presentaron delante de José y José vio a su propio hermano de padre y madre, Benjamín, con ellos no pudo restringirse. Puesto que se le excitaron sus emociones internas para con su hermano, se retiró a una habitación interior y cedió a las lágrimas. Luego puso a sus medios hermanos a la prueba final. Mediante un ardid hizo parecer que Benjamín había hurtado una valiosa copa de plata y exigió que Benjamín se quedara como esclavo mientras los otros regresaban a su hogar y a su padre. Acongojados y apesadumbrados porque sabían que la pérdida de su amado Benjamín haría descender las canas de su padre al sepulcro, le suplicaron a José que les restaurara a Benjamín por causa de su Padre y, finalmente, cuando Judá se ofreció voluntariamente en lugar de Benjamín, José ya no pudo aguantar y, soltándose en lágrimas, se reveló a sus hermanos, diciendo: “Yo soy José su hermano, a quien ustedes vendieron para Egipto. Pero ahora no se sientan heridos y no se encolericen contra ustedes mismos por haberme vendido acá; porque para la conservación de vida me ha enviado Dios delante de ustedes.” Entonces José, por orden de Faraón, hizo arreglos para que Jacob su padre viniera a Egipto con toda su casa, y lo mejor de la tierra de Egipto llegó a ser de ellos.—Gén. 42:29-47:31.
ESTANDO EN JUICIO CON UN REGISTRO DE MISERICORDIA
17. (a) ¿Qué da énfasis al grado y la calidad de la misericordia de José, y por qué podemos estar razonablemente seguros de que la misericordia fue una cualidad característica de José? (b) ¿Cómo podemos beneficiarnos personalmente de los ejemplos de José, Jesús y Esteban?
17 Dan énfasis al grado y la calidad de la misericordia de José las circunstancias bajo las cuales la ejerció. Tratado cruelmente, hasta asesinamente, por sus medios hermanos, acusado falsamente y con malicia por la esposa de Potifar, encarcelado injustamente y con dureza por Potifar, olvidado irreflexiva y desagradecidamente por el copero principal a quien había consolado compasivamente, José no pensó en pagar en la misma moneda cuando estuvo dentro de su poder hacerlo. Al contrario, amorosamente y con profunda y sincera consideración atendió todas sus necesidades, extendiendo su interés compasivo a toda la casa de su padre y a todo el pueblo de la nación de Egipto. Ciertamente esta cualidad de misericordia no fue algo que José adquirió solo después de haber sido ensalzado a una posición de prominencia y poder. Más bien, la misericordia que Jehová ejerció hacia él durante sus pruebas, preservándolo, sosteniéndolo y tranquilizándolo, subsiste como testimonio de la actitud perdonadora y misericordiosa que José debe haber mantenido a través de todo ello. Esto parece ser muy cierto al considerar la regla que declaró Jesús: “Felices son los misericordiosos, puesto que a ellos se les mostrará misericordia.” (Mat. 5:7) Es muy semejante a la propia actitud de Jesús en el madero de tormento cuando estaba a punto de morir y dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen,” y como la de Esteban cuando lo estaban matando a pedradas y clamó: “Jehová, no les imputes este pecado.” (Luc. 23:34; Hech. 7:60) Jehová recompensó la actitud misericordiosa que se desplegó en cada caso.
18. ¿Por qué debe ser de interés particular para nosotros nuestro ejercicio de misericordia?
18 ¿No se ve claramente, entonces, cuál debe ser nuestro interés al ejercer misericordia? Pablo nos asegura que “cada uno de nosotros rendirá cuenta de sí mismo a Dios.” (Rom. 14:12) ¡Cuán tranquilizador es saber que “la misericordia se alboroza triunfalmente sobre el juicio”! Sea en algún punto crítico durante el tiempo presente, o en el Día de Juicio que se aproxima rápidamente (2 Ped. 3:7), cómo nos irá al rendir cuenta de nosotros mismos delante de Dios y su Juez nombrado, Jesús, dependerá, entre otros factores, del registro de misericordia que muestre nuestra cuenta. El seguir con constancia el mandamiento de Jesús de amar, bajo toda circunstancia, ayudará a llenar ese registro y, al mismo tiempo, contribuirá a la alabanza de Jehová y a la paz de la congregación.
[Ilustración de la página 21]
A pesar de las súplicas de José por misericordia, sus hermanos lo vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata
[Ilustración de la página 23]
Aunque los hermanos de José lo habían tratado sin misericordia, no se vengó sino que mostró compasión a sus hermanos arrepentidos y atendió a todas sus necesidades