Un paraíso global... ¿por qué es posible?
HOY día muchas personas informadas expresarían la siguiente opinión: ‘Un paraíso global sería maravilloso, pero es imposible. Jamás podría convertirse la Tierra en un paraíso total.’ ¿Se siente usted inclinado a convenir en eso?
Sin duda usted está enterado de algunas cosas que los hombres han hecho que han resultado en despojar nuestra Tierra, aparentemente arruinando toda esperanza de que sea un paraíso.
Por ejemplo, los hombres han contaminado nuestro aire con hollín y humos peligrosos. Usted lo ha aspirado, ¿no es verdad? Además de perjudicar nuestra salud, esto está dañando a todo nuestro planeta. ¿Cómo? Una autoridad informó ‘que el hombre está empeorando la situación del tiempo al lanzar a la atmósfera polvo, humo y otras partículas contaminadoras.’ Se dice que esto ha resultado en alterar el clima y producir cambios meteorológicos que han extendido los desiertos y contribuido a las hambres, como las que se experimentaron recientemente en el África.
Tampoco podemos pasar por alto las otras formas de contaminación igualmente dañinas que están haciendo de nuestra Tierra todo menos un paraíso. Los derrames de petróleo matan la vida marina. A menudo las corrientes están tan llenas de productos químicos que el agua es peligrosa, y millones de peces mueren. El alimento de los hombres y de los animales está contaminado con mercurio, cobre, plomo y el insecticida DDT.
También puede parecer que un paraíso global es imposible debido a la devastación ya producida por la erosión achacable al hombre. Los hombres han despojado los bosques, desnudado los campos de su vegetación protectiva o abusado de los pastos, lo cual ha resultado en centenares de miles de hectáreas inútiles. ¿Con qué efecto? La revista Bioscience recalcó: “Por primera vez en la historia humana el hombre ha llegado a una etapa en que realmente tiene el potencial para destruir el biosistema de la Tierra, ya sea intencionada o accidentalmente.”
¿Es posible el recobro?
¿Ha sido dañada la Tierra a tal grado que nunca podrá recobrarse, que nunca podrá ser un paraíso? Rene J. Dubos, profesor emérito en La Universidad Rockefeller, dijo referente a esto: “Tenemos problemas enormes, la mayoría de los cuales empeoran. . . . Pero he quedado convencido de que estas situaciones malas son reversibles.”
¿Ha pensado usted alguna vez en la capacidad de la Tierra para recobrarse? Verdaderamente es asombroso ver cómo la Tierra puede poco a poco vencer el daño y abuso que ha recibido. En el libro reciente Man and His Environment: Law se hizo el siguiente comentario:
“El mundo viviente de reaprovisionamiento propio realmente es mucho más rico por comparación que cualquier almacén de tesoro. La naturaleza, a no ser que la rompan en fragmentos explotados y separados por completo del sustento, se repone constantemente . . . Las cualidades dinámicas, movientes, renovadoras que la naturaleza posee retienen su actividad y hacen ridícula cualquier comparación con la tesorería humana más rica.”
Abunda la prueba de que la Tierra puede restaurarse. Por ejemplo, ¿ha oído usted acerca de la isla de Krakatoa, cerca de Java? La voló una explosión volcánica de poder equivalente a una bomba de hidrógeno de 10.000 megatones. Lo que quedó no fue más que tierra esterilizada cubierta de cenizas y piedra pómez. Pero, ¿permanecería así Krakatoa, un montón de cenizas sin vida? Los biólogos observaron deseosos de saber. En el transcurso de tres años, veintiséis especies de plantas se restablecieron de por sí. Pasaron otros diez años y se produjeron cocoteros, caña de azúcar silvestre y orquídeas. Y después de otros doce años se hallaban allí 263 especies de animales. Aun sin la ayuda del hombre ese lugar asolado se convirtió de nuevo en un paraíso tropical de bosques y pájaros hermosos.
No es necesario viajar a una isla lejana para ver este proceso recuperativo en acción, ni para ver sus resultados. Probablemente hay zonas en su país que han sufrido cambios drásticos a causa de la contaminación, inundaciones, guerra, prácticas agrícolas destructivas o la erosión. No obstante, puede que estas zonas ya se hayan recobrado de esos cambios o estén en el proceso de hacerlo.
Por ejemplo, en los Estados Unidos, hace un siglo o más, muchas secciones de Nueva Inglaterra fueron convertidas en terreno agrícola. Para hacerlo, tuvieron que desmontar selvas vírgenes, quitar la vegetación y amontonar las rocas en los lados de los campos. Sin embargo, a medida que la corriente agrícola se mudó hacia el oeste, estos campos fueron abandonados. Dentro de poco, plantas silvestres empezaron a crecer en los campos incultos... malas hierbas, herbaje, varilla de oro y plantas jóvenes de frambuesas, zarzas y otras de fruta parecida. Después de pocos años se hallaban abedules, y pequeños árboles de pinos blancos, gracias a las semillas transportadas por el viento. Entonces alrededor de algunos de los pinos brotaron cerezos negros de las semillas que los pájaros habían dejado caer. Por un tiempo los pinos dominaron. Pero eso solo una fase pasajera, porque bajo la sombra de su tupido dosel pocos pinos recién nacidos pudieron echar raíces. Pero los robles y los arces sí pudieron arraigar, de modo que gradualmente reemplazaron los pinos. Más tarde, bajo los elevados árboles de madera dura, empezaron a crecer abetos, hayas y tilos americanos. Y a la vez que acontecían estos cambios, la clase de animales que se hallaban allí iba cambiando y ajustándose al bosque cambiante.
Dé un paseo grato por estas colinas hoy y respire los dulces aromas del bosque y mantenga atentos los ojos y oídos para percibir las variadas formas de vida silvestre. De vez en cuando hallará los restos de un cerco de piedras cuyo lento derrumbe da testimonio silencioso de lo que era esta tierra poco tiempo atrás. Ahora el bosque ha vuelto.
Pero ¿qué se puede decir cuando los hombres han intervenido, cuando su acción no ha sido sencillamente la de tornar un bosque en tierra agrícola por un tiempo, sino que han contaminado o dañado terriblemente la Tierra? ¿Todavía puede recobrarse? ¿Todavía existe la posibilidad de que la Tierra llegue a ser un paraíso?
A la desolación y de vuelta
“Contaminación en paraíso” fue el título de una película documental televisada que trató acerca del terriblemente contaminado río Willamette en el estado de Oregón. El hombre había explotado y dañado el río. ¿Pero quedó arruinado para siempre? Después que la legislación le puso coto a la peor contaminación, el río se restauró de por sí. Llegó a ser un lugar en el cual nadar, y de nuevo abundaba de salmón. Similarmente, un informe de 1975 en que se relata que el río Támesis de Inglaterra está recobrándose, dice: “Hace un año se cogió en el Támesis el primer salmón en 141 años. Este verano se halló el segundo salmón en el río.”
No solo los lagos y ríos, sino también la tierra puede recobrarse después que el hombre la ha devastado. Si uno visitara las secciones de Francia, Bélgica y Alemania que fueron pulverizadas y desnudadas en las guerras mundiales, hallaría ahora campos lujuriantes y bosques exuberantes.
A veces el hombre mismo puede cooperar eficazmente con los procesos restaurativos de la Tierra. En Nueva Zelanda, los pobladores primitivos cortaron o quemaron bosques grandes para usar la tierra para pastos. Pero, en muchos casos, pusieron más animales a pacer en la tierra que los que podían alimentar los pastos. Además, los conejos, que el hombre introdujo en Nueva Zelanda, resultaron ser una plaga porque comieron la vegetación que se necesitaba para fijar el suelo. ¿El resultado? Extensa erosión... tierra arruinada. Sin embargo, más tarde, peritos en el cuidado del terreno trabajaron para detener el daño en las colinas Tara, y hasta para invertirlo. Restauraron la fertilidad por medio de esparcir estiércol y sembrar pasto leguminoso, y trabajaron para controlar la multiplicación de los conejos. Con el tiempo las colinas volvieron a ser pastos útiles y agradables.
¿Qué se puede decir de tierra que el hombre ha arruinado por siglos? ¿Podrá recobrarse y llegar a ser parte de un paraíso global?
Un caso que sirve de ejemplo es el del Cercano Oriente, Oriente Medio y África del Norte. Posiblemente al pensar en esta zona se represente un cuadro de lo que ha estado allí en tiempos recientes: ‘dunas, pantanos palúdicos y lomas desnudas de piedra caliza.’ Pero el agrónomo Walter C. Lowdermilk, en un artículo que escribió para Scientific American, explicó que la evidencia prueba que “en un tiempo esta tierra fue un paraíso pastoral,” pero que “por más de 1000 años han pacido en ella con exceso.” ¡Imagínese... un “paraíso pastoral”! Pero, ya que ha estado devastada por tanto tiempo, ¿ha llegado al ‘punto desde el cual no es posible regresar’?
Como representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, el Sr. Lowdermilk investigó lo que se hacía en Israel. Llegó a la conclusión de que “Israel está restaurando para el cultivo una tierra dañada por un milenio de abuso.” Sí, con la ayuda y cooperación del hombre la tierra puede recobrarse aun después de siglos de abuso; puede “regresar.”
¿Hubiera pensado usted que la zona del “Cercano Oriente, Oriente Medio y África del Norte” fue en un tiempo un “paraíso pastoral” y que se le pudiera hacer volver a esa condición? Eso no debe causar sorpresa si se considera desde el punto de vista bíblico.
La Biblia explica que al principio de la historia humana el Creador le proveyó a la primera pareja humana un paraíso o jardín. Evidentemente éste estaba situado en la zona que ahora llamamos el Oriente Medio. El relato histórico de esto dice:
“Había plantado Dios en Edén, a oriente, un jardín delicioso, en que colocó al hombre que había formado. Y Dios había hecho nacer de la tierra toda suerte de árboles hermosos a la vista, y de frutos suaves al paladar . . . De Edén salía un río para regar el paraíso.”—Gén. 2:8-10, Herder.
Nuestros antepasados, Adán y Eva, tenían la responsabilidad de cuidar ese jardín o parque y de extenderlo hasta que toda la Tierra llegara a ser un paraíso.—Gén. 1:28; 2:15.
Pero las primeras criaturas humanas se rebelaron y fueron expulsadas del paraíso original. Dios le dijo al hombre: “Maldito está el suelo por tu causa. Con dolor comerás su producto todos los días de tu vida. Y espinos y cardos hará crecer para ti . . . Con el sudor de tu rostro comerás pan.”—Gén. 3:17-19.
¿Se realizó esa maldición? Ciertamente que sí. Siglos después Lamec hasta habló de cuánto necesitaban alivio “del dolor de nuestras manos que resulta del suelo que Jehová ha maldecido.” (Gén. 5:29) Lamec profetizó que en los días de Noé vendría alivio de esa maldición, y así sucedió. Por medio de un diluvio, Dios exterminó a los inicuos. Después de eso, Jehová Dios indicó que también había levantado la maldición de la Tierra.—Gén. 8:21.
A causa de eso, se podía decir más tarde que partes de la Tierra eran como “de regadía por todas partes . . . como un paraíso del Señor.” (Gén. 13:10, Herder) Y la Tierra Prometida fue abundantemente fructífera, verdaderamente ‘manaba leche y miel.’ (Núm. 13:23-27; Deu. 8:7-9; 11:10-17) ¿No confirma la exactitud de esta descripción bíblica la declaración que hizo el agrónomo Lowdermilk de que gran parte de esa zona ‘fue en un tiempo un paraíso pastoral’? Además, ¿no conoce usted personalmente zonas de la Tierra que ahora mismo son semejantes a paraíso por ser tan hermosas y fructíferas?a
¿Qué falta?
Sin embargo, el evaluar honradamente la escena mundial nos lleva a la conclusión de que aun si hay parques y granjas hermosas que ahora son semejantes a paraíso, son la excepción. El hombre está arruinando la Tierra cada vez más. Sí, la responsabilidad está sobre los hombros del hombre. Oh, es verdad que a veces los “desastres naturales” como las inundaciones o sequías causan daño. Pero el problema fundamental estriba en lo que el hombre ha hecho y está haciendo. Walter Lowdermilk hizo notar:
“Por más ásperas que sean estas condiciones [comunes ahora en el Oriente Medio], no ha habido un deterioro significante en el clima desde los tiempos romanos. . . . El ‘desierto’ que se apoderó de la tierra anteriormente lujuriante fue la obra del hombre, no de la naturaleza.”
De modo parecido el libro Ecology dice:
“El hombre ha tenido el poder —y la responsabilidad— de un destino que se le atribuyó en Génesis: de ‘tener dominio sobre toda la tierra.’ Pero durante su dominio ha violado casi todo principio ecológico.”—Página 165.
No obstante, los logros técnicos del hombre que se han usado para contaminar y devastar nuestra Tierra podrían ser adaptados para deshacer el daño. La Encyclopædia Britannica (1974) admitió: “El conocimiento científico y tecnológico hoy disponible es más que suficiente para resolver la mayoría de los principales problemas ambientales del mundo.” ¡Imagínese lo que se pudiera lograr si se aplicara ese conocimiento unida y persistentemente a nuestra Tierra, teniendo en cuenta que la Tierra es un lugar exquisito en que vivir y que tiene tan amplia capacidad para recobrarse del daño que se le ha hecho! La Tierra pudiera volver a ser un hogar limpio, puro y sano para el género humano. ¡Esto es lo que el hombre necesita!
De hecho, el Dr. Rene Dubos señaló que un problema grave hoy día es que
“por alguna razón los modos de vivir no satisfacen algo muy profundo que el ser humano necesita. Cuando la gente rara vez tiene la oportunidad de experimentar las sensaciones fundamentales de la vida —de tener contacto con la naturaleza en su serenidad, de oír sus sonidos gratos y aspirar sus olores deliciosos— sufre agudamente por falta de esto y busca un sustituto. Las drogas suministran una oportunidad momentánea de crear uno su propio mundo, una clase de satisfacción que los enviciados a las drogas creen que el mundo verdadero ya no proporciona.”
Es verdad que se necesita algo más que el simplemente alejarse a los bosques, puesto que algunas personas que han huido a zonas selváticas todavía recurren a las drogas en busca de excitación y escape. Pero eso no altera el hecho de que si la Tierra fuera un paraíso global, todos pudiéramos obtener paz y satisfacción del “contacto con la naturaleza en su serenidad.”
Puesto que verdaderamente existe la posibilidad de un paraíso global, ¿por qué no se ha logrado? ¿Qué hace falta? ¿Y por qué se puede decir con plena confianza que es absolutamente posible que usted viva para ver un paraíso global y para disfrutar de la vida en él?
[Nota]
a La revista Newsweek, en su número del 1 de septiembre de 1975, informó que ‘el tráfico humano ya ha puesto en peligro la vida vegetal y animal que los parques fueron creados para proteger.’ Por eso UNESCO está tratando de reservar zonas que todavía están intactas. Leemos: “A fin de mitigar el impacto del hombre sobre la naturaleza, la agencia está estableciendo una red global de ecosistemas semejantes a Edén llamados ‘reservas de bioesfera.’”—Página 64.
[Ilustración de la página 4]
Krakatoa fue esterilizada por una explosión volcánica, pero aun sin la ayuda del hombre de nuevo llegó a ser un paraíso tropical
[Ilustración de la página 5]
Tierra que el hombre desnudó y más tarde abandonó ha vuelto a ser un bosque