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Un Dios de amorLa Atalaya 1963 | 15 de septiembre
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implícita. Él es nuestro Hacedor, y aun cuando la obediencia a su ley resultara en nuestra muerte, podemos contar confiadamente con su poder para restaurar la vida. En particular, este incidente no debería apartarnos de Jehová, sino que debería hacer que lo amemos más que nunca, porque, en términos que podemos entender, él nos ha ayudado a darnos cuenta de lo que él mismo hizo a favor nuestro.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1963 | 15 de septiembre
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Preguntas de los lectores
● ¿Qué determinó el que Dios aceptara el sacrificio de Abel y rechazara el de Caín?—C. C., EE. UU.
No hay nada en las Escrituras que indique que Dios dio a los hijos de Adán instrucciones en cuanto a la naturaleza del sacrificio que le agradaría. Se han ofrecido varias teorías en este sentido, pero parece sumamente razonable concluir que Caín y Abel simplemente ofrecieron lo que tenían a la mano, en vista de sus ocupaciones. Sin duda habían sabido de parte de sus padres el relato de cuando Dios se disgustó con ellos por haber comido del fruto prohibido y por eso cada uno a su propio modo trató de conseguir el ser aceptado por su Hacedor.—Gén. 4:2-5.
Si Dios no hubiera reconocido ningún sacrificio no hubiera habido manera de saber si el sacrificio de Caín era sincero o no. Sin embargo, cuando Dios aceptó el sacrificio de Abel y no el de Caín, inmediatamente se hizo manifiesto que Caín no era sincero, que no estaba interesado principalmente en conseguir el ser aceptado por Dios, sino más bien en adelantarse a su hermano menor. Por eso leemos: “Caín . . . se originó del inicuo y mató atrozmente a su hermano. Y ¿por qué causa lo mató atrozmente? Porque sus propias obras eran inicuas, pero las de su hermano eran justas.” Las obras de Caín no fueron inicuas porque haya ofrecido el sacrificio de la clase incorrecta, frutos del campo en vez de un animal que exigiera derramar sangre, sino porque ofreció estos frutos con el motivo incorrecto. Si su motivo hubiera sido correcto, entonces cuando notó que el sacrificio de Abel fue aceptado mientras que el suyo fue rechazado, hubiera raciocinado sobre lo que estuvo mal y hubiera imitado a su hermano menor y así también hubiera hallado aceptación con Dios. Realmente, el matar a Abel fue asesinato premeditado, en muestra de cuán inicuo era realmente; el orgullo inculcó un odio asesino en su corazón.—1 Juan 3:12; Gén. 4:8.
La ofrenda de Abel fue aceptada porque fue tanto de la clase correcta como ofrecida con fe. A Caín le faltó fe, pero este hecho se hizo conspicuo solo cuando averiguó que su sacrificio no estaba siendo aceptado por Dios. Por eso leemos: “Por fe Abel ofreció a Dios un sacrificio de mayor valor que Caín, por cual fe se le dio testimonio de que era justo, Dios dando testimonio respecto a sus dádivas; y mediante ésta, aunque murió, todavía habla.” La Biblia no dice cómo, exactamente, indicó Dios que el sacrificio de Abel era aceptable y el de Caín no, y sería inútil tratar de imaginarse cómo fue.—Heb. 11:4.
● ¿Cuáles son las obligaciones de los padres cristianos para con un hijo retrasado mentalmente?—M. L., EE. UU.
Primera de 1 Timoteo 5:8 es muy específica e inequívoca al decir: “Ciertamente si alguno no provee para los que son suyos, y especialmente para los que son miembros de su casa, ha repudiado la fe y es peor que una persona sin fe.” Por eso, los padres están bajo la obligación de proveer para sus hijos, aunque sean retrasados, si de alguna manera pueden hacerlo. Recuerde, tal impedimento mental no se debe a falta alguna del niño sino más bien a las circunstancias, como un nacimiento desafortunado o caída temprana, o a la imperfección de los padres.
La obligación de los padres no solo incluye el proveer para las necesidades materiales sino también para las necesidades espirituales. Los padres cristianos no pueden pasar por alto las instrucciones registradas en Deuteronomio 6:4-7, en cuanto a la manera en que el padre debe hablar acerca de la ley de Dios con su hijo sin importar donde estén juntos. Tampoco ha de ser pasado por alto el mandato de Efesios 6:4, en cuanto a criar a los hijos en la disciplina y el consejo autoritativo de Jehová. Si el niño
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