-
La angustia de Jacob y el nuevo pacto de DiosLa Atalaya 1980 | 1 de mayo
-
-
llegarán a ser mi propiedad especial de entre todos los demás pueblos, porque toda la tierra me pertenece a mí. Y ustedes mismos llegarán a ser para mí un reino de sacerdotes y una nación santa.”—Éxo. 19:5, 6.
22. (a) ¿Qué clase de gobierno sería dicho “reino de sacerdotes,” y para quiénes sería adecuado? (b) ¿Para quién sería aquella “nación santa” una “propiedad especial,” y qué clase de relación tendría con él?
22 Ciertamente las palabras “un reino de sacerdotes” señalan a un gobierno idóneamente adecuado para satisfacer las necesidades de la humanidad. Sus sacerdotes representan y sirven a Dios, el Salvador de la humanidad. De por sí, el “reino de sacerdotes” es una “nación,” un grupo nacional de tal limpieza que se le puede llamar ‘santo,’ adecuado para que lo use Dios. Dios lo escogió de todas las otras naciones de la Tierra. Se propuso que fuera la “propiedad especial” de Dios, así como una esposa es la propiedad especial de su esposo. De hecho, Dios comparó a los israelitas redimidos de la antigüedad con una esposa nacional al decir que él “los poseía como dueño marital.” Pero ella, en vez de rendir a Jehová la debida sujeción de esposa por medio de cumplir el pacto sagrado de él, pasó por alto las obligaciones especiales de esta relación favorecida. (Jer. 3:1-3, 20) ¡Merecía que él se divorciara de ella!
23. ¿Surtió efecto la Ley Mosaica? ¿Qué hizo Dios acerca del gobierno ideal que se había propuesto para la humanidad?
23 Sabemos por medio de la historia posterior de aquel antiguo pueblo en pacto con Jehová Dios que las cosas no mejoraron permanentemente para ellos. Por eso, no se puede disputar el hecho de que el pacto de la Ley para el cual Moisés sirvió de mediador no surtió efecto. Por lo tanto, ¡cuánto nos podemos alegrar de que Dios no haya dejado de hacer los arreglos a favor de aquel deseado “reino de sacerdotes”! Teniendo en mira ese gobierno ideal, reemplazó el viejo pacto con el pacto mejor.
-
-
Beneficiándonos de “un solo mediador entre Dios y los hombres”La Atalaya 1980 | 1 de mayo
-
-
Beneficiándonos de “un solo mediador entre Dios y los hombres”
1. (a) ¿Por qué no están interesados en un nuevo pacto los judíos de hoy día? (b) ¿Quién era el único que podía proponer el nuevo pacto y su mediador?
HOY día ninguna de las 152 naciones que componen las Naciones Unidas está interesada en hacer un pacto con Jehová, el Dios de Abrahán, Isaac y Jacob. No, ni siquiera los 15.000.000 de judíos que actualmente están esparcidos por la Tierra. A pesar de la profecía de Jeremías 31:31-34, prefieren creer que todavía están bajo el viejo pacto de la Ley en el cual Moisés sirvió de mediador. “A causa de ignorar la justicia de Dios pero de procurar establecer la suya propia [esforzándose por guardar el pacto de la Ley], no se sujetaron a la justicia de Dios,” que les estaba disponible por medio del nuevo pacto. (Rom. 10:1-3) Jehová, el Dios de verdadera justicia, propuso el nuevo pacto. Él era el único que podía establecerlo y escoger el mediador apropiado para él.
-