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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1980 | 1 de julio
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Preguntas de los lectores
● ¿Cuál es el significado de Amós 5:5, que dice: “No busquen a Betel”?
Los israelitas del reino norteño fueron muy celosos en su práctica de la adoración falsa. Esto se puede ver por las palabras que se les dirigieron por medio del profeta Amós: “‘Vengan a Betel y cometan transgresión. En Guilgal sean frecuentes en cometer transgresión, y traigan sus sacrificios por la mañana; al tercer día, sus décimas partes. Y de lo que está leudado hagan humear un sacrificio de acción de gracias, y proclamen ofrendas voluntarias; publíquenlo, porque así lo han amado, oh hijos de Israel,’ es la expresión del Señor Soberano Jehová.”—Amós 4:4, 5.
Betel fue un centro de adoración falsa. Fue allí donde Jeroboán, el primer rey del reino norteño, colocó un becerro de oro (1 Rey. 12:28-30) También Guilgal debe haber sido un lugar donde se efectuó adoración apóstata. Por lo tanto, el que Israel ofreciera sacrificios en Betel y en Guilgal era realmente una transgresión contra Jehová.
Es notable el hecho de que en su adoración idolátrica los israelitas también adoptaron otras prácticas que hubieran sido contrarias a la Ley. La Ley estipulaba: “Ninguna ofrenda de grano que ustedes presenten a Jehová debe ser cosa hecha con levadura.” (Lev. 2:11) Sin embargo, los israelitas apóstatas hacían ofrendas con levadura como “sacrificio de acción de gracias.” De manera similar, todo el espíritu tras de los sacrificios voluntarios era uno de no anunciarlos. Sin embargo, los israelitas idólatras les daban publicidad. Amaban su adoración falsa, pero Jehová la odiaba.
Por lo tanto, al continuar los israelitas en su derrotero infiel no podían escapar de la ejecución del juicio de Jehová. Solo por medio de abandonar la adoración falsa y regresar a Jehová con arrepentimiento podían tener la esperanza de escapar. Por eso al profeta Amós se le inspiró a declarar: “Esto es lo que ha dicho Jehová a la casa de Israel: ‘Búsquenme, y sigan viviendo. Y no busquen a Betel, y a Guilgal no deben venir, y a Beer-seba no deben pasar [es decir, pasar a esta ciudad enclavada de Simeón]; porque Guilgal misma sin falta irá al destierro; y en lo que respecta a Betel, llegara a ser algo mágico [evidentemente una ruina desolada que llenaría de temor supersticioso a los transeúntes]. Busquen a Jehová, y sigan viviendo, para que él no se haga operativo justamente como un fuego, oh casa de José [el reino de diez tribus, del cual la parte principal la componían descendientes de Efraín y Manasés, los hijos de José], y éste realmente no devore, y Betel no quede sin quien lo extinga.’”—Amós 5:4-6; Jos. 19:1, 2.
No era por medio de ir en peregrinación a Betel, Guilgal y Beer-seba, todas las cuales eran ciudades del reino norteño de Israel, que los israelitas podían esperar escape de la calamidad. El que buscaran el favor divino en aquellos lugares solo traería la ira de Dios sobre la gente. Betel, Guilgal y Beer-seba, junto con sus santuarios, quedarían reducidas a nada. La única esperanza de Israel era ‘buscar a Jehová,’ regresar a él con corazón completo.
De igual manera hoy, sin importar lo celosas que sean las personas en sus prácticas religiosas, si sus practicas no están en armonía con la verdad de la Palabra de Dios, no son de ningún beneficio.
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¿Puede usted leer el futuro?La Atalaya 1980 | 1 de julio
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