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Sigan tras las cosas que son edificantesLa Atalaya 1955 | 1 de agosto
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felices a su nuevo mundo justo cuando ejecute el juicio contra todos los que ‘no reconocen el señorío’ al hablar ofensivamente en contra de Jehová y su arreglo del nuevo mundo.—Judas 8, 9, 14-16, NM.
22. A pesar de la opresión que se le ocasiona a la organización de Jehová, ¿por qué nos regocijamos y cobramos ánimo?
22 El ‘mundo del Diablo’ está lleno de pesar y dolor y se encuentra en un estado desdichado, pero no hay razón por la que los testigos de Jehová sean infelices. A pesar de toda la opresión que le han ocasionado a la organización de Jehová los que se oponen a las buenas nuevas, nos maravillamos de su prosperidad y crecimiento. Nos mantendremos firmes y continuaremos en la obra de predicar, cobrando ánimo de la seguridad que Jehová nos ha dado. “Considérenlo todo gozo, mis hermanos, cuando se encuentren frente a diferentes pruebas, sabiendo como ustedes lo saben que esta cualidad probada de su fe produce aguante. Feliz es el hombre que continúa aguantando la prueba, porque al llegar a ser aprobado recibirá la corona de la vida, que Jehová prometió a los que continúan amándolo.”—Sant. 1:2, 3, 12, NM.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1955 | 1 de agosto
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Preguntas de los lectores
● ¿Qué quiere decir Marcos 9:49, 50 (NM): “Pues todos tienen que ser salados con fuego. La sal es excelente; pero si alguna vez la sal pierde su fuerza, ¿con qué la mezclarán? Tengan sal en ustedes mismos, y mantengan paz entre unos y otros”?—A. C., Estados Unidos.
La ley mosaica exigía que los sacrificios fueran sazonados con sal: “Sazonarás con sal toda ofrenda de tus ofrendas de grano, y no debes dejar que falte de tu ofrenda de grano la sal del pacto de tu Dios. Junto con toda ofrenda tuya presentarás sal.” ¿Por qué? La sal es un preservativo y evita la putrefacción. Dos versículos antes se prohibía el ofrecer cualquier cosa fermentada. El sacrificio era salado con el propósito de evitar la fermentación. Puesto que impedía cambio que naciera de la descomposición, la sal daba garantía de permanencia, y se usaba en conjunto con un pacto para indicar la invariabilidad y permanencia del acuerdo, que los contratantes implicados en el pacto habían de ser firmes y leales a sus términos, y no los corromperían: “Todas las contribuciones santas que los hijos de Israel contribuirán a Jehová, las he dado a ti y a tus hijos y a tus hijas contigo, como una porción concedida hasta tiempo indefinido. Es un pacto de sal delante de Jehová para ti y para tu prole contigo.” También, “¿No debéis vosotros saber cómo Jehová, el Dios de Israel, dió a David el reino sobre Israel para siempre, a él y a sus hijos, por pacto de sal?” Así que la sal simboliza permanencia e incorruptibilidad, y se ofrecía con las ofrendas de grano y de carne.—Lev. 2:13, 11; Núm. 18:19, NM; 2 Cró. 13:5; Eze. 43:24.
Entre los pueblos antiguos el comer sal juntos era señal de amistad y simbolizaba fidelidad y lealtad perpetuas. Este punto de vista de tiempos antiguos se refleja en Esdras 4:14: “Ahora por cuanto nosotros comemos la sal del palacio, y no conviene que miremos callados la deshonra del rey, por tanto hemos enviado para certificar esto al rey.” Al que sacrificaba en el altar de Jehová se le consideraba como partícipe con Jehová; de modo que el uso de sal con los sacrificios era símbolo de participar de sal con él, lo que era una figura de lealtad perpetua.
Si la amistad se corrompía con deslealtad o conducta impura solía decirse que la sal simbólica había perdido su fuerza: “La sal, a buen seguro, es excelente. Pero si aun la sal pierde su fuerza, ¿con qué se mezclará? No sirve ni para terreno ni para abono. La gente la echa afuera.” En la página 525 The Westminster Dictionary of the Bible dice: “La sal impura de Siria, cuando se expone a la lluvia y el sol o la almacenan en casas húmedas, tiende a perder su sabor y hacerse inservible. No puede usarse, como mucho otro desperdicio, como abono, porque para nada sirve.” A causa de que los seguidores verdaderos de Jesús, por su ejemplo y por predicar, serían una influencia para preservar de putrefacción y corrupción moral, Jesús los llamó “la sal de la tierra.” También los llamó “la luz del mundo.” Así como ellos eran una luz para dispersar
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