Biblia
Definición: La Palabra escrita de Jehová Dios para la humanidad. Él utilizó unos 40 secretarios humanos para ponerla por escrito durante un período de 16 siglos, pero fue Dios mismo, mediante su espíritu, quien dirigió activamente su escritura. Así, pues, es inspirada por Dios. Una gran parte del registro lo componen declaraciones formales hechas efectivamente por Jehová, y detalles en cuanto a las enseñanzas y las actividades de Jesucristo, el Hijo de Dios. Hallamos allí declaraciones de los requisitos de Dios para sus siervos y de lo que él hará para que se realice Su gran propósito para la Tierra. Para que nuestro aprecio de estas cosas se profundice, también Jehová ha conservado en la Biblia un registro que muestra lo que sucede cuando las personas o las naciones prestan atención a Dios y obran en armonía con su propósito, así como las consecuencias cuando obran independientemente. Por medio de este registro histórico fidedigno Jehová da a conocer sus tratos con la humanidad, y de esta manera nos muestra su propia maravillosa personalidad.
Razones por las cuales debe considerarse la Biblia
La Biblia misma dice que se origina de Dios, el Creador de la humanidad
2 Tim. 3:16, 17: “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia, para que el hombre de Dios sea enteramente competente, estando completamente equipado para toda buena obra.”
Rev. 1:1: “Una revelación por Jesucristo, que Dios le dio, para mostrar a sus esclavos las cosas que tienen que suceder dentro de poco.”
2 Sam. 23:1, 2: “La expresión de David hijo de Jesé [...] El espíritu de Jehová fue lo que habló por mí, y su palabra estuvo sobre mi lengua.”
Isa. 22:15: “Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano, Jehová de los ejércitos.”
Hubiera de esperarse que el mensaje de Dios estuviera disponible a toda la humanidad por todo el mundo. La Biblia, completa o en parte, ha sido traducida a unos 1.800 idiomas. Se han publicado miles de millones de ejemplares de ella. La obra enciclopédica The World Book Encyclopedia dice: “La Biblia es el libro más extensamente leído de la historia. Probablemente sea también el más influyente. Se han distribuido más ejemplares de la Biblia que de cualquier otro libro. Ha sido también traducido más veces y en más idiomas que cualquier otro libro” (edición de 1984, tomo 2, pág. 219).
La profecía bíblica explica el significado de las condiciones mundiales
Muchos líderes mundiales reconocen que la humanidad se halla al borde del desastre. La Biblia predijo estas condiciones hace mucho tiempo; explica lo que significan y en lo que resultarán (2 Tim. 3:1-5; Luc. 21:25-31). Nos dice lo que tenemos que hacer para sobrevivir a la destrucción mundial que se aproxima, lo cual nos permitirá tener la oportunidad de alcanzar vida eterna aquí en la Tierra bajo condiciones de justicia. (Sof. 2:3; Juan 17:3; Sal. 37:10, 11, 29.)
La Biblia nos permite entender el propósito de la vida
Da respuesta a preguntas como: ¿Qué origen tuvo la vida? (Hech. 17:24-26). ¿Por qué estamos aquí? ¿Será solo para vivir unos cuantos años, obtener lo más que podamos de la vida, y entonces morir? (Gén. 1:27, 28; Rom. 5:12; Juan 17:3; Sal. 37:11; Sal. 40:8.)
La Biblia muestra cómo podemos tener las mismísimas cosas que más anhelan aquellos que aman la justicia
Nos dice dónde podemos hallar compañerismo sano con personas que verdaderamente se aman las unas a las otras (Juan 13:35), qué puede asegurarnos que tendremos suficiente alimento para nosotros y para nuestras familias (Mat. 6:31-33; Pro. 19:15; Efe. 4:28), cómo podemos ser felices a pesar de las condiciones difíciles que nos rodean. (Sal. 1:1, 2; 34:8; Luc. 11:28; Hech. 20:35.)
Explica que el Reino de Dios, Su gobierno, removerá el presente sistema inicuo (Dan. 2:44), y que bajo la gobernación del Reino la humanidad disfrutará de salud perfecta y vida eterna. (Rev. 21:3, 4; compárese con Isaías 33:24.)
No hay duda de que un libro que afirma que se origina de Dios, que explica tanto el significado de las condiciones mundiales como el propósito de la vida, y que muestra cómo se resolverán nuestros problemas, merece nuestra consideración.
Pruebas de que es inspirada
Está llena de profecías que reflejan un conocimiento detallado del futuro... algo que es imposible para los humanos
2 Ped. 1:20, 21: “Ninguna profecía de la Escritura proviene de interpretación privada alguna. Porque la profecía no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo.”
◼ Profecía: Isa. 44:24, 27, 28; 45:1-4: “Jehová [...] Aquel que dice a la profundidad acuosa: ‘Evapórate; y secaré tus ríos’; Aquel que dice de Ciro: ‘Es mi pastor, y todo aquello en que me deleito él lo llevará a cabo por completo’; aun en mi decir de Jerusalén: ‘Será reedificada,’ y del templo: ‘Te será colocado tu fundamento.’ Esto es lo que ha dicho Jehová a su ungido, a Ciro, a quien he asido de la diestra, para sojuzgar delante de él naciones, para que desciña yo hasta las caderas de reyes; para abrir delante de él las puertas de dos hojas, de modo que las puertas mismas no estén cerradas: ‘Delante de ti yo mismo iré, y las protuberancias del terreno enderezaré. Las puertas de cobre haré pedazos, y las barras de hierro cortaré. [...] Por amor de mi siervo Jacob y de Israel mi escogido, hasta procedí a llamarte por tu nombre.’” (El libro de Isaías quedó completo para alrededor de 732 a. de la E.C.)
◻ Cumplimiento: Ciro no había nacido todavía cuando se escribió la profecía. Los judíos no fueron llevados al exilio sino hasta 617-607 a. de la E.C., y Jerusalén y su templo no fueron destruidos sino hasta 607 a. de la E.C. La profecía se cumplió en detalle a partir de 539 a. de la E.C. Ciro desvió las aguas del río Éufrates hacia un lago artificial, las puertas de Babilonia que daban al río quedaron abiertas por descuido mientras la gente festejaba en la ciudad, y Babilonia cayó ante los medos y los persas bajo el acaudillamiento de Ciro. Después de esto, Ciro libertó a los exiliados judíos y los envió de vuelta a Jerusalén con instrucciones de reconstruir el templo de Jehová allí (The Encyclopedia Americana, 1956, tomo III, pág. 9; Light From the Ancient Past [Luz desde el pasado antiguo], Princeton, 1959, Jack Finegan, págs. 227-229; “Toda Escritura es inspirada de Dios y provechosa”, Nueva York, 1983, págs. 281-284, 295).
◼ Profecía: Jer. 49:17, 18: “‘Edom tiene que llegar a ser objeto de pasmo. Todo el que vaya pasando junto a ella se quedará mirando pasmado y silbará por motivo de todas sus plagas. Justamente como en el derribo de Sodoma y Gomorra y sus pueblos vecinos,’ ha dicho Jehová, ‘no morará allí hombre alguno.’” (La escritura de las profecías de Jeremías estuvo completa para el año 580 a. de la E.C.)
◻ Cumplimiento: “Judas Macabeo los echó [a los edomitas] de Palestina en el siglo II a. de J.C., y en 109 a. de J.C. Juan Hircano, caudillo macabeo, extendió el reino de Judá hasta incluir en él la parte occidental de las tierras edomitas. En el siglo I a. de J.C. la expansión romana acabó con los últimos vestigios de la independencia edomita [...] Después que los romanos destruyeron a Jerusalén en 70 d. de J.C., [...] el nombre Idumea [Edom] desapareció de la historia” (The New Funk & Wagnalls Encyclopedia, 1952, tomo 11, pág. 4114). Nótese que el cumplimiento se extiende hasta nuestro día. De ninguna manera se puede argüir que la profecía haya sido escrita después que ocurrieron los acontecimientos.
◼ Profecía: Luc. 19:41-44; 21:20, 21: “[Jesús] miró la ciudad [Jerusalén] y lloró sobre ella, diciendo: [...] ‘Vendrán días sobre ti en que tus enemigos edificarán en derredor de ti una fortificación de estacas puntiagudas y te rodearán y te afligirán de todos lados, y te arrojarán al suelo a ti y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no discerniste el tiempo en que se te inspeccionaba.’” Dos días más tarde, aconsejó a sus discípulos: “Cuando vean a Jerusalén cercada de ejércitos acampados, entonces sepan que la desolación de ella se ha acercado. Entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas, y los que estén en medio de Jerusalén retírense” (profecía que Jesucristo pronunció en 33 E.C.).
◻ Cumplimiento: Jerusalén se rebeló contra Roma y, en 66 E.C., el ejército romano bajo Cestio Galo atacó la ciudad. Pero, como informa el historiador judío Josefo, el comandante romano “levantó el sitio cuando más podía contar con el buen éxito” (Flavio Josefo, Guerra de los Judíos, volumen I, pág. 208, traducción de J. M. Cordero, 1972). Esto brindó a los cristianos la oportunidad de huir de la ciudad, lo cual hicieron, pues, según dice Eusebio Pánfilo en su libro Historia eclesiástica —véase la traducción al inglés por C. F. Cruse, Londres, 1894, pág. 75— se mudaron a Pela, más allá del Jordán. Entonces, para el tiempo de la Pascua del año 70 E.C. el general Tito sitió la ciudad, erigió un cerco de 7,2 kilómetros (4,5 millas) de largo en solo tres días y, después de cinco meses, Jerusalén cayó. “Jerusalén misma fue destruida sistemáticamente, y el Templo fue dejado en ruinas. Las obras arqueológicas nos muestran hoy lo eficaz que fue la destrucción de las edificaciones judías por todo el país” (The Bible and Archaeology [La Biblia y la arqueología], Grand Rapids, Michigan, 1962, J. A. Thompson, pág. 299).
Su contenido es científicamente exacto respecto a asuntos que los investigadores humanos llegaron a descubrir solo en fecha reciente
El origen del universo: Gén. 1:1: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” En 1978, el astrónomo Robert Jastrow escribió: “Ahora vemos que la prueba que presenta la astronomía conduce a un punto de vista bíblico del origen del mundo. Los detalles difieren, pero los elementos esenciales en el relato astronómico y en el relato bíblico de Génesis son iguales: la cadena de los sucesos que culminaron en la aparición del hombre comenzó repentina y bruscamente en un momento específico en el tiempo, en un instante de luz y energía” (God and the Astronomers [Dios y los astrónomos], Nueva York, 1978, pág. 14).
La forma del planeta Tierra: Isa. 40:22: “Hay Uno que mora por encima del círculo de la tierra.” En tiempos antiguos, la opinión general era que la Tierra era plana. No fue sino hasta más de 200 años después de haberse escrito este texto bíblico cuando una escuela de filósofos griegos llegó a la conclusión de que la Tierra probablemente era esférica, y unos 300 años después de eso un astrónomo griego calculó el radio aproximado de la Tierra. Pero ni en aquellos tiempos era el punto de vista general que la Tierra fuera esférica. Solo en el siglo XX se les ha hecho posible a los humanos volar en avión, y después salir al espacio sideral, y hasta viajar a la Luna, lo cual les ha permitido tener una vista clara del “círculo” del horizonte de la Tierra.
La vida animal: Lev. 11:6: “La liebre [...] es rumiante.”Aunque por mucho tiempo algunos críticos atacaron esta declaración, finalmente, en el siglo XVIII, el británico William Cowper observó que el conejo rumia. La manera poco común como lo hace se describió en 1940 en la publicación Proceedings of the Zoological Society of London (Actas de la Sociedad Zoológica de Londres), tomo 110, Serie A, págs. 159-163.
Su armonía interna es significativa
Esto es especialmente cierto en vista del hecho de que los libros de la Biblia fueron escritos por unos 40 hombres de condiciones tan variadas como las de un rey, un profeta, un pastor, un recaudador de impuestos y un médico. La escribieron durante un período que abarcó 1.610 años; de modo que no tuvieron oportunidad para confabularse. Aun así, sus escritos concuerdan, hasta en los detalles más pequeños. Para poder apreciar el grado a que las diversas partes de la Biblia se entrelazan armoniosamente, es preciso leerla y estudiarla personalmente.
¿Cómo podemos estar seguros de que la Biblia no ha sido cambiada?
“En la cantidad de MSS. [manuscritos] antiguos que adveran [o certifican que es auténtico] un escrito, y en la cantidad de años que habían pasado entre el original y los MSS. adverantes, la Biblia disfruta de una decidida ventaja sobre escritos clásicos [como los de Homero, Platón y otros]. [...] En conjunto, los MSS. clásicos son solo un puñado en comparación con los bíblicos. Ningún libro antiguo está tan bien adverado como la Biblia.” (The Bible From the Beginning [La Biblia desde el principio], Nueva York, 1929, P. Marion Simms, págs. 74, 76.)
Un informe publicado en 1971 muestra que posiblemente haya 6.000 copias manuscritas de las Escrituras Hebreas en su totalidad o en parte; las más antiguas son del siglo III a. de la E.C. De las Escrituras Griegas Cristianas, hay unas 5.000 en griego, y la más antigua se remonta al principio del siglo II E.C. También hay muchas copias de traducciones antiguas a otros idiomas.
En la introducción de su obra The Chester Beatty Biblical Papyri (Los papiros bíblicos de Chester Beatty), que consta de siete tomos, sir Frederic Kenyon escribió: “La primera conclusión, y la más importante, a que se llega al examinarlos [los papiros] es la conclusión satisfaciente de que confirman la validez esencial de los textos existentes. No se muestra ninguna variación notable o fundamental ni en el Antiguo Testamento ni en el Nuevo. No hay omisiones ni añadiduras importantes en los pasajes, ni variación alguna que afecte hechos ni doctrinas vitales. Las variaciones del texto afectan asuntos menores, como el orden de las palabras o la cuestión de precisamente qué palabras se usaron [...] Pero la importancia esencial de ellos es que confirman, mediante pruebas de una fecha más temprana que la de las pruebas hasta ahora disponibles, la integridad de nuestros textos existentes” (Londres, 1933, pág. 15).
Es cierto que algunas traducciones de la Biblia se adhieren más fielmente que otras a lo que dicen los idiomas originales. Ciertas Biblias modernas en paráfrasis se han tomado libertades que a veces alteran el significado original. Algunos traductores han permitido que sus creencias personales influyan en sus traducciones. Pero se pueden identificar esos puntos débiles cuando se comparan varias traducciones.
Si alguien dice...
‘Yo no creo en la Biblia’
Usted pudiera contestar: ‘Pero sí cree en Dios, ¿verdad?... ¿Podría decirme qué es lo que dice la Biblia que a usted se le hace difícil de aceptar?’.
O contestar: ‘Permítame preguntarle: ¿Ha tenido usted siempre ese parecer?... He oído a otras personas decir eso, hasta cuando no han estudiado a fondo la Biblia. Pero puesto que la Biblia dice claramente que el mensaje que ella contiene proviene de Dios mismo, y que él nos ofrece vida eterna si creemos en lo que su palabra dice y vivimos en conformidad con ella, ¿no concuerda usted en que valdría la pena por lo menos examinarla para ver si las afirmaciones que hace son ciertas o no?’. (Utilice la información de las páginas 63-66.)
‘La Biblia se contradice’
Usted pudiera contestar: ‘Otras personas me han dicho eso, pero ninguna ha podido mostrarme cuál es en realidad la contradicción. Y en mi propia lectura de la Biblia nunca he visto una. ¿Podría usted mostrarme una?’. Entonces pudiera añadir: Lo que sí he notado es que muchas personas sencillamente no han hallado respuesta a ciertas preguntas sobre las cuales la Biblia las ha hecho pensar. Por ejemplo, ¿de dónde obtuvo Caín su esposa?’. (Utilice la información de las páginas 291, 292.)
‘La Biblia fue escrita por hombres’
Usted pudiera contestar: ‘Eso es cierto. Unos 40 de ellos participaron en escribirla. Pero fue inspirada por Dios’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿Qué significa eso? Que Dios dirigió la escritura de ella, de manera parecida a como un hombre de negocios utiliza a su secretaria para que le escriba cartas’. 2) ‘La idea de recibir mensajes de alguien que esté allá en el espacio no debe sorprendernos. Hasta los seres humanos han enviado mensajes e imágenes desde la Luna. ¿Cómo lo hicieron? Valiéndose de leyes que Dios mismo estableció hace mucho tiempo’. 3) ‘Pero, ¿cómo podemos estar seguros de que lo que la Biblia contiene realmente proviene de Dios? Contiene información que no pudo haberse originado de una fuente humana. ¿Qué clase de información? Detalles acerca del futuro; y estos siempre han resultado completamente exactos’. (Para ejemplos, véanse las páginas 63-65; además, las páginas 420-425, bajo el título “Últimos días”.)
‘Cada cual interpreta la Biblia a su manera’
Usted pudiera contestar: ‘Y obviamente no todos los que hacen eso están en lo correcto’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘El torcer las Escrituras para que se conformen a nuestras propias ideas puede resultar en perjuicio permanente (2 Ped. 3:15, 16)’. 2) ‘Hay dos cosas que pueden ayudarnos a entender la Biblia correctamente. Primero, considere el contexto (los versículos que se hallan antes y después) de cualquier declaración. Luego, compare los textos con otras declaraciones de la Biblia que traten sobre el mismo tema. De esa manera dejamos que la propia Palabra de Dios guíe nuestros pensamientos, de modo que la interpretación no sea la nuestra, sino la de Él. Es así como se ha hecho en las publicaciones de la Sociedad Watch Tower’. (Véanse las páginas 385, 386, en la sección titulada “Testigos de Jehová”.)
‘No es práctica para nuestro día’
Usted pudiera contestar: ‘Y nosotros estamos interesados en cosas que nos resulten prácticas hoy día, ¿no es así?’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿No le parece que el poner fin a las guerras sería algo práctico?... ¿No cree que sería un buen comienzo el que la gente aprendiera a vivir en unidad y en paz con personas de otras naciones?... Eso es, exactamente, lo que la Biblia ha predicho (Isa. 2:2, 3). Eso está sucediendo hoy en día entre los testigos de Jehová, gracias a la educación bíblica que reciben’. 2) ‘Se necesita algo más... que todos los hombres y las naciones que causan las guerras sean eliminados, removidos. ¿Sucederá alguna vez tal cosa? Sí, y la Biblia explica cómo (Dan. 2:44; Sal. 37:10, 11)’.
O contestar: ‘Comprendo su preocupación. Si un libro que supuestamente ha de servir de guía no fuera práctico, sería tonto de nuestra parte usarlo, ¿verdad?’. Entonces pudiera añadir: ‘¿No le parece que sea práctico un libro que provee consejo sano que nos permite tener una feliz vida de familia?... Las teorías y las prácticas que tienen que ver con la vida de familia han cambiado muchas veces, y los resultados que vemos hoy en día no son buenos. Pero los que saben lo que la Biblia dice, y lo ponen en práctica, tienen una vida de familia estable y feliz (Col. 3:12-14, 18-21)’.
‘La Biblia es un buen libro, pero no hay tal cosa como la verdad absoluta’
Usted pudiera contestar: ‘Es cierto que cada persona parece tener una opinión diferente. Y aun cuando alguien piensa que ya comprende un asunto, a menudo descubre que hay por lo menos otro factor que no había tomado en cuenta. Pero hay alguien que no tiene dicha limitación. ¿Quién será ese?... Sí; el Creador del universo’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘Por eso Jesucristo le dijo: “Tu palabra es la verdad” (Juan 17:17). Esa verdad se halla en la Biblia (2 Tim. 3:16, 17)’. 2) ‘Dios no quiere que andemos a tientas, en ignorancia; ha dicho que su voluntad es que lleguemos a un conocimiento exacto de la verdad (1 Tim. 2:3, 4). De manera completamente satisfaciente la Biblia contesta preguntas como...’. (Para ayudar a algunas personas tal vez sea necesario que primero considere con ellas pruebas que las convenzan de la existencia de Dios. Véanse las páginas 117-124, la sección titulada “Dios”.)
‘La Biblia es un libro del hombre blanco’
Usted pudiera contestar: ‘Es verdad que los blancos han impreso muchos ejemplares de la Biblia. Pero la Biblia no dice que una raza sea superior a otra’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘La Biblia procede de nuestro Creador, y él es imparcial (Hech. 10:34, 35)’. 2) ‘La Palabra de Dios ofrece a gente de todas las naciones y tribus la oportunidad de vivir para siempre aquí en la Tierra bajo su Reino (Rev. 7:9, 10, 17)’.
O contestar: ‘¡En absoluto! El Creador de la humanidad fue quien escogió a los hombres que él inspiraría para escribir los 66 libros de la Biblia. Y si él decidió emplear a personas de piel clara, la responsabilidad, en cuanto a eso, era de él. Pero el mensaje de la Biblia no habría de limitarse a la gente blanca’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘Note lo que Jesús dijo... (Juan 3:16). “Todo”, incluye a personas de cualquier color de piel. Además, antes de ascender al cielo Jesús dijo estas palabras de despedida a sus discípulos... (Mat. 28:19)’. 2) ‘Un hecho interesante es que Hechos 13:1 habla de cierto hombre llamado Niger, cuyo nombre significa “negro”. El fue uno de los profetas y maestros de la congregación de Antioquía, Siria’.
‘Solo creo en la Biblia católica (o, quizás, en la “Versión Valera”)’
Usted pudiera contestar: ‘Si tiene la suya a la mano, quisiera compartir con usted algo que he hallado que es muy animador’.
O contestar: ‘Muchas personas usan esa versión de la Biblia, y yo mismo tengo una en mi biblioteca’. Entonces pudiera añadir: 1) ‘¿Sabe usted que la Biblia se escribió originalmente en hebreo, arameo y griego?... ¿Lee usted esos idiomas?... Por eso agradecemos el que la Biblia haya sido traducida al español’. 2) ‘Esta tabla (Tabla de los libros de la Biblia, en NM) indica que Génesis, el primer libro de la Biblia, se terminó de escribir en 1513 a. de la E.C. ¿Sabe usted que, después que se escribió Génesis, pasaron casi 2.800 años antes que se produjera la primera traducción de la Biblia en castellano?, ¿y que pasarían alrededor de 300 años más antes que se produjera la Versión de Casiodoro de Reina (1569), la cual fue revisada unos 30 años después (1602) por Cipriano de Valera, y se conoce ahora como la Versión Valera? Pasarían otros 200 años antes que se produjera la primera versión católica en español o castellano, y no fue sino hasta 1825 cuando se produjo la versión católica Torres Amat’. 3) ‘Desde el siglo XVII, el español ha experimentado muchos cambios. Hemos visto eso durante nuestra propia vida, ¿no es cierto?... Así que agradecemos tener traducciones modernas que expresen cuidadosamente las mismas verdades originales en el idioma que hablamos hoy’.
‘Ustedes tienen su propia Biblia’
Véase la sección titulada “Traducción del Nuevo Mundo”.