Produciendo al Agente Principal de la Gobernación Divina
“A éste, Dios lo ensalzó a su diestra como Agente Principal y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.”—Hech. 5:31.
1. ¿Por qué no resultará en salvación para nosotros si pasamos por alto al Agente Principal de la Gobernación Divina?
NO NOS conviene pasar por alto a Aquel a quien el Gobernante Divino del universo ensalza para ser su Agente Principal y Salvador. Si pasáramos por alto a ese Agente Principal y tratáramos de venir al Gobernante Divino en adoración, no resultaría en salvación para nosotros. Solo es por medio de su Agente Principal que el Gobernante Divino nos da los medios para conseguir salvación a la vida y felicidad perfectas en el bendito nuevo orden que ha prometido el Gobernante Divino. La gente en todas partes necesita saber este hecho vital.
2. ¿En vista de qué acción reciente por el Sanedrín de Jerusalén necesitaba saber ese hecho dicho tribunal judicial?
2 Hace mil novecientos años los más altos dignatarios religiosos en Jerusalén necesitaban saber ese hecho. Esos hombres constituían el tribunal judicial supremo del país, el Sanedrín. En un fallo dado algunas semanas antes, habían condenado a muerte a aquella persona tan disputada, Jesucristo. Ante ellos ahora tenían a los doce seguidores principales de esa persona controversial. En el banquillo Simón Pedro y los otros once seguidores dijeron al Tribunal que el hombre a quien ellos habían condenado a muerte había sido hecho el “Agente Principal y Salvador” de Dios. En respuesta a una orden del Tribunal dijeron:
3. En respuesta a la orden del Sanedrín, ¿qué dijeron aquellos doce seguidores del hombre condenado acerca de obediencia y del Agente Principal?
3 “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres. El Dios de nuestros antepasados levantó a Jesús, a quien ustedes dieron muerte violenta, colgándolo en un madero. A éste, Dios lo ensalzó a su diestra como Agente Principal y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados. Y nosotros somos testigos de estos asuntos, y también lo es el espíritu santo, el cual Dios ha dado a los que le obedecen como gobernante.”—Hech. 5:29-32.
4. ¿Qué habría de dar a Israel el que fue ensalzado para ser Agente Principal y Salvador, y en armonía con qué pacto de Dios?
4 Gustárale o no al alto tribunal de Jerusalén, aquel Jesús fijado en un madero estaba vivo de entre los muertos, aun a la diestra de Dios, y así podía servirle de Agente Principal y Salvador al Gobernante Divino, a favor de la nación de Israel. Un “Agente Principal y Salvador,” para hacer ¿qué? “Para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados.” Este “perdón de pecados” habría de ser conforme a un “nuevo pacto” que el Gobernante Divino había prometido establecer con su pueblo escogido.—Jer. 31:31-34; Luc. 22:20.
5. (a) Antes de la muerte de Jesús, ¿por quién se había predicado arrepentimiento a Israel? (b) ¿Qué preguntas fueron pertinentes ahora en cuanto al arrepentimiento y el perdón de pecados y la relación de los miembros del Sanedrín con Dios?
5 Ese Tribunal de Jerusalén sabía que antes de aparecer Jesucristo en la escena terrestre, Juan el Bautista había predicado: “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.” Luego, después que Juan el Bautista fue encarcelado, este Jesucristo a quien Juan había bautizado comenzó a dar el mismo mensaje, diciendo: “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.” (Mat. 3:1, 2, 13-17; 4:12-17) Esto continuó hasta la muerte de Jesús bajo la instigación del Tribunal Sanedrín de Jerusalén. ¿Hubo entonces alguna diferencia en el asunto de arrepentimiento de parte de Israel? ¿Cuáles eran los pecados que habrían de ser perdonados? ¿No habían recibido los miembros del Tribunal buen motivo para reflexionar al oír las palabras de Simón Pedro ante ellos? ¿Cómo estaba afectada ahora la relación de ellos con Dios? ¿Descansaba esta relación sobre la misma base que antes? Veamos.
6. ¿Cómo llegó a estar obligado Jehová a redimir su pueblo Israel de Egipto, y de qué manera lo hizo?
6 La nación de Israel vino a existir allá en la tierra de Egipto, durante los 215 años de la permanencia de Jacob (Israel) y sus descendientes allí. (Gén. 49:28-33) Algún tiempo después de la muerte del primer ministro egipcio José, hijo de Jacob, los israelitas fueron hechos esclavos, y se hizo un esfuerzo por exterminar a la nación. Entonces al propio tiempo predicho de Dios sacó a estos descendientes de Jacob (Israel) “de la tierra de Egipto, de la casa de esclavos.” Esto fue después que Dios les había ordenado que celebraran una nueva Cena, la cena de la Pascua, allá en Egipto el 14 de Nisán del año 1513 a. de la E.C. En la noche de ese día se degolló el cordero de la Pascua y su sangre fue salpicada sobre los postes de las puertas y sobre los dinteles de las casas de los israelitas, entonces fue asado entero y se comió detrás de las entradas cerradas marcadas con sangre. Dios aceptó el sacrificio de ese cordero de la Pascua y los libró de Egipto después de su cena de sacrificio. Los había comprado, por decirlo así, con ese cordero sacrificado de la Pascua. (Éxodo 12:1 a 13:18) Así la nación de Israel fue un pueblo “a quien Dios fue a redimírselo como pueblo.”—2 Sam. 7:23.
7, 8. (a) ¿Cómo, en el mar Rojo, estableció más firmemente Dios que era dueño del pueblo de Israel? (b) ¿En qué procedió Jehová a entrar con Israel en el monte Sinaí, y qué le dijo a Moisés que dijera como proposición?
7 Bajo el acaudillamiento del profeta Moisés, Dios condujo a los israelitas redimidos a salvo a través de las aguas del mar Rojo pero ahogó detrás de ellos al ejército egipcio que venía en perseguimiento de ellos. (Éxodo 14:1 a 15:21) Esta liberación milagrosa de la nación de Israel estableció tanto más que Dios era dueño de ellos; realmente le pertenecían. En el tercer mes lunar (Siván) después de haber salido de la tierra de Egipto, Dios los llevó al pie del monte Sinaí en la península Arábiga. El profeta Moisés, como mediador entre Dios y la nación de Israel, subió al monte Sinaí (Horeb) para tratar con Dios a favor de este pueblo redimido. Ahora se dieron pasos para establecer un pacto, es decir, un contrato solemne, validado, entre Dios y este pueblo redimido de Israel. Note lo que Dios dijo a Moisés que dijera al pueblo:
8 “Ustedes mismos han visto lo que hice a los egipcios, para llevarlos a ustedes sobre alas de águilas y traerlos a mí mismo. Y ahora si ustedes obedecen estrictamente mi voz y verdaderamente guardan mi pacto, entonces ciertamente llegarán a ser mi propiedad especial de entre todos los demás pueblos, porque toda la tierra me pertenece a mí. Y ustedes mismos llegarán a ser para mí un reino de sacerdotes y una nación santa.”—Éxo. 19:3-6.
9. ¿Procedió Dios sobre la base de su derecho a introducir a Israel en un pacto santo con él, o de qué manera manejó el asunto?
9 De esa manera se expresaron claramente las obligaciones del pacto y el pacto recibió un propósito definido: producir un “reino de sacerdotes,” una “nación santa,” que pertenecería a Dios. Aquí no debe pasarse por alto que Dios no le impuso este pacto a la nación de Israel. No dijo: ‘Los he redimido de esclavitud en Egipto y también los he librado de las aguas del mar Rojo, y por lo tanto ustedes me pertenecen por derecho y por compra. Puedo hacer con ustedes lo que quiera, y lo que yo diga vale como ley y ustedes tendrán que obedecerla.’ En cambio, lo que Dios mandó a Moisés que dijera al pueblo indica que Dios quería saber si su pueblo redimido deseaba, estaba dispuesto, a entrar en un pacto santo con él. En vez de dictatorial y tiránicamente imponerles un pacto, Dios esperó que ellos expresaran su voluntad en cuanto al asunto. ¡Si no había anuencia de parte de ellos, no habría pacto!
SE AGUARDÓ LA VOLUNTAD EXPRESADA DEL PUEBLO REDIMIDO
10. ¿Por qué requirió un mediador ese pacto, y qué factor humano reconoció Dios en el asunto?
10 Éste habría de ser un pacto bilateral, es decir, un contracto o acuerdo solemne entre dos partes. Puesto que habría de ser un pacto entre el Santísimo Dios y criaturas humanas imperfectas, pecaminosas, que habían heredado condenación y muerte de Adán y Eva, este pacto requería un mediador, al cual Dios reconoció como justo debido a la fe, a saber, Moisés el hijo de Amram el levita. (Gál. 3:19, 20) Dios, una Parte, mostró su deseo de entrar en el pacto, pero ahora bien, ¿cuál era la voluntad de la otra parte que fue invitada a entrar en el pacto? La inauguración formal del pacto entre Dios e Israel aguardaba la expresión de la voluntad de la parte menor invitada. A tal grado como éste reconoció Dios la voluntad humana.
11. ¿Qué actitud expresó Israel para con el pacto propuesto, y antes de esa expresión a Jehová, qué no les declaró Jehová?
11 ¿Qué actitud asumió el pueblo, que estaba representado aquí por sus ancianos nacionales, para con el pacto propuesto? El registro bíblico dice: “De modo que vino Moisés y llamó a los hombres de más edad del pueblo y expuso ante ellos todas estas palabras que Jehová le había mandado. Después de eso todo el pueblo respondió unánimemente y dijo: ‘Todo cuanto ha hablado Jehová estamos dispuestos a hacerlo.’ Inmediatamente le llevó Moisés a Jehová las palabras del pueblo.” (Éxo. 19:7, 8) Antes que Jehová Dios recibiera esa expresión de anuencia de parte del pueblo, no les declaró desde la cima del monte Sinaí los Diez Mandamientos, las leyes fundamentales del propuesto pacto de la Ley.—Éxodo 19:9 a 20:22.
12. (a) De modo que, ¿qué se le dejó al pueblo que hiciera acerca del pacto? (b) ¿Qué llamaremos ese acto de los israelitas para con el pacto, y qué término descriptivo se expresa en Romanos 6:13?
12 Se le dejó al pueblo que expresara su libre albedrío, ya fuera aceptando o rechazando la proposición divina. Se les dejó que decidieran al albedrío llegar a ser la ‘propiedad especial de Jehová de entre todos los demás pueblos’ o rehusar llegar a serlo debido a las condiciones estipuladas. Por eso, cuando este pueblo redimido contestó como un solo hombre a la proposición divina, “Todo cuanto ha hablado Jehová estamos dispuestos a hacerlo,” o, literalmente, “lo estaremos haciendo,” ¿qué estaban haciendo? ¿Qué llamaremos ese acto suyo, en otras palabras? ¿Es demasiado decir que fue el comprometerse a Jehová Dios para hacer su voluntad según Él la hablara? ¿Paralela esto con lo que el apóstol cristiano Pablo dijo a la congregación cristiana en Roma: “Preséntense ustedes mismos a Dios como aquellos vivos de entre los muertos, también sus miembros a Dios como armas de justicia”? (Rom. 6:13) An American Translation vierte esto más fuerte, diciendo: “Ofrézcanse ustedes mismos a Dios.” (También la Versión Moderna) The New English Bible: “Pónganse a la disposición de Dios.” La Revised Standard Version: “Entréguense a Dios.” (También la Versión Popular) A New Translation de Moffatt: “Tienen que dedicarse a Dios.”
13, 14. (a) ¿Por qué fue que Jehová les ofreció el pacto en vez de imponérselo a Israel, y, por la respuesta de ellos, qué estaban haciendo de hecho? (b) ¿Cuándo reafirmaron su voluntad, y así qué llegaron a ser para Jehová?
13 Jehová no usó fuerte persuasión con los israelitas, diciendo: ‘Los he redimido de Egipto y los he librado del mar Rojo. Además, ustedes son la descendencia natural de Abrahán mi amigo. Por lo tanto ustedes tienen que entrar en este pacto conmigo.’ Es cierto, fue por esas razones que Dios les ofreció una relación de pacto con él, y ciertamente puso una perspectiva atractiva ante ellos para entrar en el pacto. Pero quedaba de los israelitas escoger si llegarían a ser o no el pueblo de Jehová como su Dios. Por lo tanto, cuando dijeron: “Todo cuanto ha hablado Jehová lo estaremos haciendo,” estaban dedicándose ellos mismos a Jehová para ser Su pueblo, para hacer Su voluntad que habría de manifestarse en el pacto. Más tarde, después que se dieron los Diez Mandamientos y luego se hizo la entrega de un conjunto de leyes a Moisés, el pacto fue validado sobre la sangre de víctimas animales. Y así los israelitas llegaron a ser el pueblo dedicado de Dios en un pacto obligatorio con Jehová Dios. En esa ocasión, aun con mejor conocimiento, el pueblo reafirmó su determinación de hacer la voluntad de Jehová, pues el registro en Éxodo 24:7, 8 nos dice:
14 “Finalmente [Moisés] tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo. Entonces dijeron: ‘Todo lo que ha hablado Jehová estamos dispuestos a hacerlo y a ser obedientes.’ Así es que tomó Moisés la sangre y la roció sobre el pueblo y dijo: ‘Aquí está la sangre del pacto que Jehová ha celebrado con ustedes tocante a todas estas palabras.’”—Vea también Hebreos 9:18-20.
15. ¿De cuán larga duración fue ese pacto, y a quiénes les fue obligatorio?
15 Ese pacto, inaugurado con los miembros de aquel pueblo redimido allí en el monte Sinaí, no solo les fue obligatorio a los que estaban presentes sino que también les fue obligatorio a sus descendientes carnales, naturales. Fue un “pacto hasta tiempo indefinido.” (Lev. 24:8) Esto puso a todos sus descendientes naturales en una relación de pacto con Dios mientras durara el pacto. En consecuencia los israelitas que nacieron en el desierto después de la inauguración de ese pacto en el monte Sinaí estuvieron en aquel pacto con Dios en el año cuadragésimo y último de su viaje obligatorio en el desierto. De modo que continuaron siendo un pueblo dedicado o nación dedicada.
16. En las llanuras de Moab, ¿de qué manera optaron muchos por no permanecer en relación de pacto con Jehová?
16 Sin embargo, en ese año final (1473 a. de la E.C.) millares de miembros de esa nación dedicada no optaron por permanecer en relación de pacto con Jehová. Demostraron esto en las llanuras de Moab. En el relato de Moisés de esto leemos, en Números 25:1-5:
“Ahora bien, Israel estaba morando en Sitim. Entonces el pueblo comenzó a tener relaciones inmorales con las hijas de Moab. Y venían las mujeres llamando al pueblo a los sacrificios de sus dioses, y empezó el pueblo a comer y a inclinarse ante los dioses de ellas. De modo que Israel se apegó [o, Israel se apareó, AT; o, Israel se unció, RS] al Baal de Peor; y la cólera de Jehová empezó a encenderse contra Israel.
“Por lo tanto Jehová le dijo a Moisés: ‘Toma a todos los que son cabezas del pueblo y expónlos a Jehová hacia el sol, para que la ardiente cólera de Jehová se vuelva atrás de Israel.’ Entonces Moisés dijo a los jueces de Israel: ‘Maten cada uno de ustedes a sus hombres que tienen apego [que se aparearon, AT; que se uncieron, RS] con el Baal de Peor’”—NM; Mof.
17. (a) ¿Cuántos murieron allí por quebrantar su pacto con Jehová? (b) ¿De qué manera habla Jehová, en Oseas 9:10, del apego de ellos al Baal de Peor?
17 Hubo veinticuatro mil israelitas que murieron como resultado de este quebrantamiento de su compromiso para hacer “todo cuanto ha hablado Jehová.” (Núm. 25:9; 1 Cor. 10:8) Más de setecientos años después Jehová se refirió a este incidente sumamente alarmante y desagradable, por medio de su profeta Oseas. Primero dice cuán deseable le era la nación de Israel y luego dice cómo fue que muchos israelitas se hicieron repugnantes a él. Jehová dice: “Como uvas en el desierto hallé a Israel. Como la breva en una higuera en su principio vi a los antepasados de ustedes. Ellos mismos entraron a Baal de Peor, y procedieron a dedicarse a la cosa vergonzosa, y se hicieron repugnantes como la cosa de su amor.” (Ose. 9:10, NM; AT) La traducción de la Biblia de Moffatt dice: “Se dedicaron ellos mismos a Baal el Infame.” (También la de Leeser) Debido a que era de Jehová Dios que se estaban separando esos israelitas para pasarse a otra deidad, la Revised Standard Version dice: “Ellos . . . se consagraron a Baal.” (También Versión Moderna; Bover-Cantera; Ed. Paulinas.)
18. (a) ¿De qué manera pone de relieve la traducción de Oseas 9:10 por la Jewish Publication Society la deslealtad de su acto para con Jehová? (b) ¿Cómo se pone de relieve la deslealtad en relación con la misma palabra hebrea en Ezequiel 14:7, 8?
18 Aquellos israelitas infieles habían estado dedicados al único Dios vivo y verdadero, pero ahora se separaron de Él para dedicarse a Baal. Para poner de relieve ese acto de deslealtad, la Biblia de la Jewish Publication Society dice: “Se separaron ellos mismos hacia la cosa vergonzosa.” El verbo hebreo vital aquí es nazar, y se usa en relación con lo que hacía un nazareo judío cuando se separaba especialmente para Dios. (Núm. 6:1-8) En los días del profeta Ezequiel, poco antes de la primera destrucción de Jerusalén en 607 a. de la E.C., hubo muchos israelitas que obraron de manera similar a lo que hicieron los israelitas infieles en los días de Moisés en las llanuras de Moab. Tocante a esos desleales Jehová dijo al profeta Ezequiel:
“A absolutamente cualquier hombre de la casa de Israel o de los residentes forasteros que residen como forasteros en Israel, que se retire [nazar] de seguirme y que haga subir sus ídolos estercolizos sobre su corazón y que coloque el tropiezo mismo que causa su error enfrente de su rostro . . . tendré que cortarlo de en medio de mi pueblo; y ustedes tendrán que saber que yo soy Jehová.”—Eze. 14:7, 8.
19. (a) ¿Envuelve a alguna otra dedicación la dedicación de esos israelitas desleales al Baal de Peor? (b) En vez de hablar de separarse para el Baal de Peor, ¿qué dice definitivamente Números 25:3?
19 Así el mismísimo lenguaje indica que aquellos israelitas separatistas primero estaban en una relación de pacto con Jehová Dios, en la cual relación sus antepasados los habían introducido al decir al mediador Moisés: “Todo lo que ha hablado Jehová estamos dispuestos a hacerlo y a ser obedientes.” (Éxo. 24:7; 19:8) Pero ahora, al abandonar el pacto y pasarse a la idolatría, estaban quebrantando su dedicación a Jehová y dedicándose a la cosa idolatrada. Números 25:3, en vez de hablar de que Israel mismo se separó para Baal, dice definitivamente: “De modo que Israel se apegó [se unció, RS; Mod (marg.); se dejó atar, Rotherham; se unió, Yg;a Mof; Le; se adhirió, Je;b también el Núm. 25 versículo 5] al Baal de Peor.” Esto debe ser una advertencia para nosotros hoy, si algunos de nosotros tenemos alguna relación con Jehová Dios. (1 Cor. 10:6, 11) No deseamos cometer el mismo error fatal. Significaría deslealtad a la gobernación divina o rebelión contra ella.
MOSTRANDO EL CAMINO A UN NUEVO PACTO
20. (a) ¿Por qué no fue sin defecto aquel primer pacto, y por eso para qué dejó lugar? (b) ¿Por medio de qué profeta fue predicho el nuevo pacto, y qué dijo Moisés acerca del mediador mejor?
20 El pacto que Jehová hizo por medio de Moisés con el pueblo dedicado de Israel fue un “pacto hasta tiempo indefinido.” Ese pacto en el que entraron en el monte Sinaí no fue sin defecto, debido a la imperfección de los israelitas y su mediador Moisés. Por lo tanto, dejaba lugar para un pacto mejor, a un nuevo pacto. Por consiguiente Jehová Dios se propuso un nuevo pacto, y el privilegio de entrar en este segundo pacto habría de ofrecerse a la nación del Israel natural. Más de seiscientos años antes que este nuevo pacto fuera inaugurado por medio de un nuevo mediador, Jehová lo predijo por medio del profeta Jeremías en el séptimo siglo antes de la llegada de ese Mediador mejor. (Jer. 31:31-34; Heb. 8:6-13) Moisés predijo la venida de este Mediador mejor y mayor, y dijo que este mediador venidero sería levantado de entre los israelitas; sería un israelita natural.—Deu. 18:15-19; Hech. 3:22, 23; 7:37, 38.
21. (a) ¿Cuándo, dónde y con qué anuncio nació este mediador mejor? (b) ¿Por qué celebró Jesús la Pascua judía, y en su última celebración, qué se identificó ser él mismo, y cómo?
21 En el año 2 a. de la E.C. nació ese Mediador mejor, como descendiente del rey David y en la ciudad de David, Belén. Al mismo tiempo era el Hijo de Dios, y al nacer el ángel de Dios anunció a los pastores en los campos cerca de Belén: “Les declaro buenas nuevas de un gran gozo que todo el pueblo tendrá, porque les nació hoy un Salvador, que es Cristo el Señor.” (Luc. 2:10, 11) Habiendo nacido de una madre judía, éste que habría de ser “Cristo el Señor” fue judío natural y estaba bajo la Ley del pacto que Moisés había mediado entre Dios e Israel. En confirmación de esto leemos, en Gálatas 4:4: “Mas cuando llegó el límite cabal del tiempo, Dios envió a su Hijo, que vino a ser procedente de una mujer y que vino a estar bajo ley.” Estando bajo la ley del pacto con Israel, Jesucristo celebró la cena de la Pascua. En su última celebración de la Pascua, en 33 E.C., se señaló a sí mismo como Mediador del prometido nuevo pacto. ¿Cómo? Estableció en ese entonces lo que se llama la Cena del Señor, y cuando entregó la copa de vino a sus apóstoles fieles dijo: “Esta copa significa el nuevo pacto en virtud de mi sangre, que ha de ser derramada a favor de ustedes.” (Luc. 22:20) Jesús derramó su propia sangre para validar ese pacto.
22. (a) ¿Cuándo empezó Jesús a dar los pasos que lo llevarían a ser el mediador del nuevo pacto? (b) ¿Por qué al principio puso reparos Juan para bautizar a Jesús?
22 Sin embargo, como el profeta Moisés, el Señor Jesús tuvo que dar los pasos que lo llevarían a ser aquel Mediador del nuevo pacto. ¿Cuándo se puso a hacer esto? Al tiempo de su bautismo en el río Jordán. A la edad de treinta años dejó su carpintería en Nazaret y fue a Juan el Bautista para ser sumergido en agua. Esta fue una nueva clase de bautismo que Juan había de ejecutar. Hasta entonces, como leemos en Marcos 1:4: “Juan el que bautizaba se presentó en el desierto, predicando bautismo en símbolo de arrepentimiento para perdón de pecados.” (Luc. 3:3) Pero Jesús el Hijo de Dios no vino a Juan el Bautista para ser bautizado en símbolo de arrepentimiento para perdón de pecados. Jesús era perfecto e inmaculado. (Heb. 7:26) No vino a Juan con una conciencia mala procurando que se le ‘hiciera solicitud a Dios para una buena conciencia.’ (1 Ped. 3:21) Juan sabía esto, y por eso leemos que Juan “trató de impedírselo, diciendo: ‘Yo soy el que necesito ser bautizado por ti, ¿y vienes tú a mí?’” Sin embargo, ¿qué contestó Jesús?
23. ¿Qué le contestó Jesús a Juan, y por qué habló de que era “apropiado llevar a cabo todo lo que es justo” aunque había guardado la Ley?
23 “En respuesta Jesús le dijo: ‘Deja que sea, esta vez, porque de esa manera nos es apropiado llevar a cabo todo lo que es justo.’” (Mat. 3:13-15) ¿Qué quiso decir Jesús con eso? Como judío natural, había guardado la ley del pacto mosaico sin tacha. Sobre este punto dijo más tarde en su Sermón del Monte: “No piensen que vine a destruir la Ley o los Profetas. No vine a destruir, sino a cumplir.” (Mat. 5:17) Por supuesto, el pacto de la Ley con Israel era la voluntad de Dios, pero Jesús había estado llevando a cabo la voluntad de Dios en ese respecto durante toda su vida terrestre hasta su bautismo. De modo que las palabras de Jesús, “todo lo que es justo,” quería decir algo que iba más allá del pacto de la Ley, pero algo que sería en cumplimiento de los rasgos simbólicos del pacto de la Ley. Esto era “todo lo que es justo,” porque era la voluntad de Dios que él llevara a cabo esto. De modo que esto es lo que empezó a efectuar al tiempo de su bautismo.
24. Según Hebreos 10:5-10, ¿qué profecía en particular estaba cumpliendo Jesús al presentarse para bautismo?
24 Al presentarse para el bautismo, Jesús realmente cumplió las palabras de “los Profetas,” tal como dijo. El apóstol Pablo indica cuál de las profecías cumplió Jesús, en Hebreos 10:5-10, donde leemos concerniente a Jesús al tiempo de su venida para el bautismo: “Por eso cuando viene al mundo dice: ‘Sacrificio y ofrenda no quisiste, pero me preparaste un cuerpo. No aprobaste holocaustos y ofrenda por los pecados.’ Entonces dije yo: ‘¡Mira! He venido (en el rollo del libro está escrito de mí) para hacer tu voluntad, oh Dios.’ . . . Por dicha ‘voluntad’ hemos sido santificados por medio del ofrecimiento del cuerpo de Jesucristo una vez para siempre.” Así Jesús estaba cumpliendo el Salmo 40:6-8. La “voluntad” de Dios requería que Jesús se sacrificara, que sacrificara su “cuerpo.”
25. (a) ¿De qué, pues, fue símbolo el bautismo de Jesús en agua? (b) ¿De qué manera estaba Jesús ya dedicado y redimido?
25 Puesto que la profecía requería esto, bueno, entonces, Jesús habría tenido una mala conciencia si no hubiera venido para hacer la voluntad especial de Dios y por lo tanto no se hubiera presentado a Juan para el bautismo. Es evidente que el hecho de que Jesús fue bautizado fue simbólico. Su bautismo no fue “en símbolo de arrepentimiento para perdón de pecados.” Fue en símbolo de que Jesús viniera o se presentara para hacer la voluntad de Dios, la cual “voluntad” divina incluía el ofrecer el cuerpo de Jesús en sacrificio una vez para siempre. Como judío natural ya estaba bajo la ley mosaica y era miembro de la única nación en la Tierra que entonces estaba dedicada a Dios, para hacer “todo cuanto ha hablado Jehová.” También, como hijo primogénito de María, cuyo hijo primogénito su esposo José adoptó como su propio hijo primogénito, Jesús fue santificado a Dios y le pertenecía a él. (Éxo. 13:1, 2) Por esta razón Jesús tuvo que ser redimido por José y María para que pudiera participar en trabajo seglar. (Núm. 3:13-51; 18:14-16) De modo que el bautismo de Jesús no representó una dedicación de sí mismo a Dios, sino la presentación de sí mismo para hacer la voluntad de Dios aun al grado del sacrificio.
26. (a) ¿Cómo manifestó Dios su aceptación de la presentación que Jesús hizo de sí mismo? (b) ¿A qué grado llevó a cabo Jesús en la carne aquella “voluntad” divina?
26 Jehová Dios manifestó que aceptó esta presentación de su Hijo Jesús puesto que derramó su espíritu santo sobre el Jesús bautizado y dejó que se oyera Su voz desde el cielo, diciendo: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado.” (Mat. 3:16, 17) Después de eso Juan el Bautista anunció al Jesús ungido como “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” (Juan 1:28-36; Hech. 10:37, 38) Jesús llevó a cabo la voluntad de Dios hasta el mismísimo fin de sus días en la carne en la Tierra. Durante la última noche que estuvo en la Tierra en su cuerpo humano natural oró a Dios y dijo: “Padre mío, si no es posible que ésta pase sin que la beba, efectúese tu voluntad.” (Mat. 26:39-44) La siguiente tarde, alrededor de las quince horas, mientras Jesús colgaba del madero de tormento, como nos dice Juan 19:30: “Jesús dijo: ‘¡Se ha realizado!’ e, inclinando la cabeza, entregó su espíritu.” Así, en armonía con la voluntad de Dios, se ofreció el cuerpo de Jesús una vez para siempre.
27. (a) ¿Qué clase de resurrección tuvo Jesucristo, y por qué? (b) ¿Cómo llegó a estar entonces en posesión de toda la humanidad, con qué cosa reservada para los muertos?
27 En armonía con esta ofrenda de sacrificio de su cuerpo humano perfecto, Jesucristo fue levantado de entre los muertos al tercer día, no en un cuerpo de carne y sangre, sino en un cuerpo espíritu. (1 Ped. 3:18; 1 Cor. 15:42-45) Al cuadragésimo día de su resurrección, Jesús ascendió al cielo y presentó allí a Dios el valor o mérito de su sacrificio humano a favor de toda la humanidad. Él había dicho en la Tierra que había venido “para servir y para dar su alma en rescate en cambio por muchos.” (Mat. 20:28) El apóstol Pablo habla de Jesús como habiendo “sufrido la muerte, para que por la bondad inmerecida de Dios gustase la muerte por todo hombre.” Pablo también habla de “un hombre, Cristo Jesús, que se dio a sí mismo como rescate correspondiente por todos.” (Heb. 2:9; 1 Tim. 2:5, 6) Así Jesucristo, por presentar a Dios el valor vital de su sacrificio humano, rescató a todos los de la humanidad, los compró, aun sin que ellos le pidieran que lo hiciera. Por este motivo, habrá, bajo su reino celestial, una “resurrección así de justos como de injustos.” (Hech. 24:15) Jesucristo es dueño de todos ellos.
28. (a) Así el resucitado Jesucristo llegó a ser ¿qué tocante a la salvación de la humanidad? (b) ¿De qué mayor cosa sirve él también de Agente Principal?
28 De esta manera, en armonía con la “voluntad” divina, Jesucristo el Hijo de Dios llegó a ser el Agente Principal de la salvación para toda la humanidad. Esto es lo que hemos de entender de Hebreos 2:9, 10, que dice: “Contemplamos a Jesús, que ha sido hecho un poco inferior a los ángeles, coronado de gloria y honra por haber sufrido la muerte, para que por la bondad inmerecida de Dios gustase la muerte por todo hombre. Porque le fue propio a aquel por cuya causa todas las cosas son y por quien todas las cosas son, al traer a la gloria a muchos hijos, hacer al Agente Principal de su salvación perfecto por medio de sufrimientos.” Y en Hebreos 5:9, 10: “Y después de haber sido hecho perfecto vino a ser responsable por la salvación eterna de todos los que le obedecen, porque ha sido llamado específicamente por Dios sumo sacerdote a la manera de Melquisedec.” Éste demostró ser digno de servir como el Agente Principal de la Gobernación Divina.
[Notas]
a Traducción literal de Young de la Santa Biblia (1862).
b La Biblia de Jerusalén (1966).
[Ilustración de la página 298]
Aunque el pueblo de Israel realmente pertenecía a Jehová, no les impuso su pacto, sino que esperó que ellos indicaran su propio deseo en cuanto al asunto