Jehová bendice a los leales
“Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo. Él está guardando las almas de sus leales.”—Sal. 97:10.
1. ¿Por qué tiene Jehová el derecho de esperar lealtad de nosotros, y qué acciones tiene el derecho de tomar?
EN VIRTUD de ser el Creador de toda cosa viviente en el cielo y en la Tierra, Jehová es el Rey supremo y único Dios verdadero. La Biblia se refiere a él como “Rey hasta tiempo indefinido.” (Jer. 10:10) ¿No tiene él, entonces, el derecho de requerir lealtad de sus súbditos a quienes creó? (Efe. 4:24) ¿No es solo razonable que ejecute sanciones sobre los desleales pero que bendiga a los que son leales? ¿No hacen lo mismo los gobernantes humanos?
2. ¿A quién cree la mayoría de la gente que debe mostrar su lealtad primaria? ¿Por qué es incorrecto esto?
2 De los más de tres mil millones de personas en la Tierra hoy día, comparativamente pocos piensan en su obligación de ser leales al Gran Soberano, Jehová Dios. Con falta de perspicacia solo ven al gobierno humano nacionalista que está directamente sobre ellos. Piensan que la lealtad a ese gobierno tiene que anteponerse a todo lo demás. Ante su demanda están dispuestos a violar las leyes de Dios, haciendo lo que es malo a sus ojos. Pero, ¿no es ésta una perspectiva torcida de los superiores? Es semejante a los empleados en un negocio que consideran la autoridad de los supervisores como estando por encima de la del dueño. La autoridad de los gobernantes humanos no es mayor que la de Aquel que es Rey sobre todos.
3. ¿Cómo demostraron algunos hombres del primer siglo su lealtad a Dios?
3 Allá en el primer siglo de nuestra era común un grupo de hombres mostró la perspectiva correcta cuando un cuerpo de gobernantes humanos exigió de ellos algo que envolvía desobediencia al Soberano Supremo. Ellos mostraron su lealtad a él mediante su respuesta, diciendo: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.” (Hech. 5:29) En una cuestión de importancia como ésta quizás no le sea difícil a una persona ser leal a Dios, pero ¿qué hay de cosas aparentemente pequeñas? ¿Qué hay de cosas que quizás parezcan inocentes pero que puedan llevar a uno a actos de deslealtad aun más serios?
4. ¿Qué ideas comunica la palabra “lealtad”?
4 La palabra “lealtad” comunica la idea de adherencia y devoción fieles a un gobernante o a un líder. Además, contiene la idea de devoción a algo o a alguien así como también fidelidad a cualquier persona o personas a quienes uno debe fidelidad. En la parte hebrea de la Biblia la palabra hebrea para “lealtad” se refiere a la bondad. Sin embargo contiene más que la idea de tierna consideración o bondad que brota del amor, aunque incluye a ésta de modo que la palabra hebrea a menudo se traduce como “bondad amorosa” o “amor leal.” Es bondad que amorosamente se adhiere a un objeto hasta que quede cumplido su propósito en conexión con ese objeto, y es tal como la que Dios expresa hacia sus siervos y que ellos expresan hacia él. Así se puede ver que la lealtad puede ser bilateral. Los súbditos la pueden mostrar a un gobernante y un gobernante a sus súbditos. Concerniente a Jehová, está escrito en 2 Samuel 22:26: “Con alguien leal tú actuarás en lealtad.” Esto ha resultado cierto, ya que él nunca ha dejado de cumplir una promesa a sus siervos leales.
REY DE ISRAEL
5. ¿Cómo manifestó Jehová lealtad a los israelitas?
5 Al reflexionar en la antigua nación de Israel podemos ver como Dios obró lealmente tocante a ella. Esa nación tenía una relación singular con él. Con una mano fuerte él había librado al pueblo de la esclavitud en Egipto y lo había llevado a salvo hasta el pie del monte Sinaí en Arabia. Allí hizo un pacto o acuerdo con ellos, algo que no había hecho con ningún otro grupo nacional. Les dio un código de leyes y los gobernó como su Rey invisible. Concerniente a esta relación excepcional, Moisés les dijo: “Es a ti que Jehová tu Dios ha escogido para que llegues a ser su pueblo, una propiedad especial, de entre todos los pueblos que están sobre la superficie del suelo.” (Deu. 7:6) Así él era el verdadero Rey de Israel. Jehová también les manifestó su lealtad dándoles victorias sobre naciones enemigas que eran más populosas y más poderosas que ellos.—Deu. 9:1-3.
6. ¿Qué esperaba de ellos, y cómo les aclaró esto?
6 Jehová esperaba apropiadamente que le manifestaran lealtad al no ir tras otros dioses. Esto se manifestó claramente en las leyes que les dio. El primero de los famosos Diez Mandamientos declara: “Yo soy Jehová tu Dios, que te he sacado de la tierra de Egipto, de la casa de esclavos. No debes tener otros dioses contra mi rostro.” (Éxo. 20:2, 3) Sería un acto serio de deslealtad a él, su Dios y Rey, el que cualquiera de la nación se dirigiera a la adoración de dioses extranjeros.
7. ¿Cómo se trajo el asunto de lealtad a la atención de los israelitas en las llanuras de Moab?
7 Muchos años después cuando estaban en las llanuras de Moab preparándose para entrar en la tierra que Dios les había prometido, Moisés les advirtió acerca de las sanciones que su Rey invisible acarrearía sobre ellos si obraran de manera desleal. Entre otras cosas, dijo: “Maldito serás en la ciudad, y maldito serás en el campo.” (Deu. 28:16) También mencionó las bendiciones que recibirían por ser leales.—Deu. 28:1-14.
8. ¿Qué incentivo tenían los israelitas para ser obedientes y leales?
8 Los israelitas tenían, en lo que Dios había hecho por ellos, un incentivo muy real para continuar en el camino de la obediencia y lealtad a él. Los había librado de la esclavitud egipcia y había hecho provisión para todas sus necesidades durante sus cuarenta años en el desierto. Les dio milagroso maná para alimento, les suministró agua, les dio un código sanitario que protegía su salud, y hasta impidió que sus zapatos y su ropa se gastaran durante aquel período.—Deu. 29:5.
9. ¿Cómo reaccionaron los moabitas y los madianitas a la presencia de los israelitas en las llanuras de Moab?
9 Hacia el fin de sus cuarenta años en el desierto los amorreos los atacaron bajo el acaudillamiento de los reyes Sehón y Og. Jehová ayudó a Israel a vencer a estos enemigos. (Deu. 2:32-36; 3:1-13) Los moabitas notaron esta victoria y les dio mucho miedo, especialmente cuando vieron el inmenso campamento de los israelitas desplegado sobre las llanuras de Moab. Sintieron un “pavor mórbido a causa de los hijos de Israel.” (Núm. 22:1-3) Los madianitas nómadas también se preocuparon, y por eso sus hombres de mayor edad (ancianos) consultaron con los hombres de mayor edad de los moabitas. Estos últimos dijeron: “Ahora esta congregación lamerá todos nuestros alrededores como el toro que lame el producto verde del campo.” (Núm. 22:4) Así se desarrollaron acontecimientos que harían que una cosa aparentemente pequeña llegara a ser una prueba seria de la lealtad de los israelitas a Jehová, su Rey.
BALAC CONSPIRA CONTRA ISRAEL
10. ¿Por qué buscó Balac la ayuda de Balaam, y cuál fue su súplica?
10 Sabiendo que no podrían conseguir una victoria militar sobre los israelitas sin ayuda divina, Balac, rey de los moabitas, buscó la ayuda de Balaam, un hombre que vivía en la lejana población de Petor, evidentemente en el valle del alto Éufrates cerca de Harán. Aunque no era israelita, Balaam tenía algún conocimiento y reconocimiento de Jehová el Dios verdadero. Balac y sus aliados madianitas enviaron una delegación a Balaam pidiéndole que viniera y maldijera a los israelitas. Transmitieron la súplica de Balac: “Ahora dígnate venir, por favor; de veras maldíceme a este pueblo, porque es más poderoso que yo. Quizás pueda herirlo y pueda expulsarlo del país; porque bien sé yo que aquel a quien tú bendices es bendito y aquel a quien tú maldices es maldito.” (Núm. 22:6) Balaam rechazó la solicitud después de inquirir de Jehová, diciendo: “Vayan a su país, porque Jehová ha rehusado dejarme ir con ustedes.”—Núm. 22:13.
11. ¿Cómo reveló Balaam lo que motivaba su corazón?
11 Balac envió una segunda delegación de mensajeros más honorables. Le ofrecieron a Balaam ricos galardones si venía y execraba a Israel. A pesar del hecho de que, al recibir la visita de la primera delegación, Dios le había dicho a Balaam que no fuera, Balaam nuevamente trató de obtener permiso para ir, siendo movido por su deseo codicioso del rico galardón. Jehová permitió que Balaam tomara su propia decisión para hacer lo que estaba en su corazón, pero cuando Balaam optó por ir con la delegación, esto desagradó a Dios y envió a Su ángel para ofrecer resistencia. Este ángel dijo: “¡Mira! Yo... yo he salido para ofrecer resistencia, porque tu camino ha estado temerariamente contra mi voluntad.” (Núm. 22:22-32) Haciendo caso omiso de esta evidencia del desagrado de Jehová, Balaam continuó haciendo lo que estaba en su corazón cuando el ángel dijo que podía ir con los hombres.—2 Ped. 2:15, 16; Jud. 11.
12. (a) Describa los resultados de los esfuerzos de Balaam por maldecir a los israelitas. (b) ¿Qué plan alternativo presentó a Balac y a los ancianos madianitas?
12 Después de llegar a Moab, Balaam intentó maldecir a Israel tres veces, pero cada vez Jehová hizo que Balaam pronunciara una bendición. Como puede comprenderse, el rey Balac estaba furioso. “Fue para execrar a mis enemigos que te llamé, y, ¡mira! los has bendecido hasta el límite estas tres veces.” (Núm. 24:10) Esta evidencia adicional del desagrado de Dios a causa del deseo de Balaam de maldecir a Israel no disminuyó el deseo codicioso de Balaam por el galardón. Ahora raciocinó con Balac y también con los gobernantes madianitas que si pudieran hacer que los israelitas llegaran a ser desleales a Jehová, entonces Jehová mismo los maldeciría. Balaam sugirió que sedujeran a los israelitas a participar en la adoración sexual de Baal de Peor. (Núm. 31:16) Concerniente a esto, Revelación 2:14 dice que Balaam “anduvo enseñando a Balac a poner un tropiezo delante de los hijos de Israel, a comer cosas sacrificadas a ídolos y a cometer fornicación.” Fue una treta astuta.
PRUEBA DE LEALTAD
13. (a) ¿A qué punto débil planeaba dirigir su golpe Balaam? (b) ¿Cómo ya había hecho esta debilidad que su lealtad a Dios fuera probada por cosas aparentemente pequeñas?
13 Al seguir el plan de Balaam, los moabitas y los madianitas estarían dirigiendo su golpe a un punto débil de los israelitas, sus deseos carnales. Esta debilidad ya les había causado dificultad. En una ocasión durante su jornada a través del desierto anhelaban ciertas clases de alimentos de los que habían disfrutado mientras estaban en Egipto. No se trataba de que tuvieran hambre, sino de que sucumbieran a su deseo carnal de comer ciertas clases de alimento que les gustaban. No estaban satisfechos con lo que Dios les había provisto, y por eso se quejaron, diciendo: “¿Quién nos dará a comer carne? ¡Cómo nos acordamos del pescado que comíamos de balde en Egipto, de los pepinos y las sandías y los puerros y las cebollas y el ajo! Pero ahora nuestra alma se halla seca. Nuestros ojos no se posan en cosa alguna sino en el maná.” (Núm. 11:4-6) Esta expresión de desagradecimiento les acarreó la cólera de Jehová puesto que era un rechazamiento de sus provisiones. En otra ocasión se refirieron irrespetuosamente al maná como “pan despreciable.” (Núm. 21:5) Algo tan insignificante como el alimento pudo hacer que se quejaran contra su Rey invisible. Balaam planeaba usar esta debilidad carnal, que parecía ser cosa pequeña, para llevarlos a cometer un acto serio de deslealtad a Dios.
14. Describa cómo Balaam pudo haber presentado su plan a los moabitas y madianitas.
14 Cuando presentó su plan a Balac y sus aliados, quizás Balaam haya hablado más o menos de esta manera: ‘Mira, por favor, cuán hermosas son las mujeres de Moab y de Madián. Y en sus bailes son sumamente tentadoras y seductivas. Y, ¿no es cierto que los israelitas han estado en el desierto durante cuarenta años y no les ha dado su Dios solo maná para comer? ¿No es posible que miren el producto de la tierra con ojos hambrientos? Si, pues, las mujeres de Moab y Madián les extendieran su hospitalidad, ¿no estarían estos errantes en el desierto listos para un verdadero banquete de la mejor comida y el mejor vino de Moab? Que se sienten a comer y beber. Que prueben los manjares tentadores de Moab, y que su ánimo se acalore con el vino fuerte de Madián. Cuando se hayan acostumbrado a la práctica, entonces las mujeres sabrán cómo atraerlos a tener relaciones con ellas, y que Israel se incline ante los dioses de Moab.’
15, 16. (a) ¿De qué manera pudieron haber razonado algunos de los hombres israelitas cuando recibieron la invitación que les extendieron las moabitas y las madianitas? (b) ¿Por qué fue peligroso su razonamiento?
15 Cuando las hermosas moabitas y madianitas extendieron la invitación a los hombres israelitas para que vinieran a su fiesta, sin duda les pareció a los hombres como una expresión de hospitalidad inocente. Quizás hayan raciocinado de esta manera: ‘¿Qué daño podría haber en aceptar la hospitalidad bondadosa de los moabitas y madianitas? No habría ningún daño en compartir alimento y vino. Los bailes servirían de diversión para disminuir la tensión. Ciertamente, después de la dura lucha que tuvimos con los amorreos, tenemos derecho a algún esparcimiento.’ Tal raciocinio sería justificación peligrosa de acciones que los pondrían en una situación muy precaria.
16 Parecería una cosa pequeña el aceptar la hospitalidad de los moabitas y los madianitas y comer su tentadora variedad de alimentos deliciosos. Pero estaba envuelto el asunto de las malas asociaciones. Estas personas eran adoradores paganos del sexo que se entregaban a ritos desenfrenados como parte de su adoración de Baal, incluso la prostitución en sus ceremonias. El asociarse repetidas veces con tales personas, especialmente en el ambiente relajado de una fiesta, no era seguro. La buena comida y las cantidades abundantes de vino producirían un ánimo alegre y menor resistencia a lo que es malo a los ojos de Dios. Bajo estas circunstancias, ¿no serían tentados los varones israelitas al ver mujeres escasamente vestidas, de gran belleza sensual, bailando delante de sus mesas del banquete? ¿No sucumbirían a la invitación seductora de estas mujeres para participar con ellas en los ritos desenfrenados de la adoración de Baal? Así las malas asociaciones los llevarían a actos serios de deslealtad a su Dios y Rey.—Éxo. 34:12-15; Ose. 4:11.
17. (a) ¿Qué hacía de las fiestas más que solo alimento y comida? (b) ¿Cómo entramparon a los israelitas que asistieron a ellas?
17 Las fiestas de aquellos pueblos paganos eran religiosas en todo aspecto. Su música, bailes y ritos desenfrenados todos formaban parte de su adoración de Baal. Los bailes que ejecutaban sus mujeres en honor de sus dioses tenían el propósito de excitar las pasiones sexuales de los presentes. Los israelitas que participaron en esta fiesta de veras sucumbieron a las tentaciones colocadas delante de ellos. Como un toro que es llevado al matadero fueron llevados por sus deseos carnales primero a una fiesta aparentemente inocente y luego a conducta lujuriosa e idolátrica, todo lo cual fue pecado contra Dios. (Pro. 7:22) “El pueblo comenzó a tener relaciones inmorales con las hijas de Moab. Y venían las mujeres llamando al pueblo a los sacrificios de sus dioses, y empezó el pueblo a comer y a inclinarse ante los dioses de ellas.”—Núm. 25:1, 2.
18. ¿En qué resultó al fin el asunto aparentemente pequeño de aceptar la invitación cuando los parranderos israelitas regresaron a su campamento?
18 Como predijo Balaam, la cólera de Jehová se encendió debido a esta maldad y deslealtad de parte de los israelitas. Hizo que una plaga mortífera barriera su campamento, matando a 23.000 personas. (1 Cor. 10:8) El capítulo veinticinco de Números no dice específicamente cuántos idólatras fueron muertos por los jueces de Israel, pero probablemente éstos fueron incluidos en la cifra en números redondos de 24.000 víctimas de la plaga, evidentemente 1.000 muertos violentamente. Así el aceptar una invitación para asistir a una fiesta aparentemente inocente llevó a esta calamidad para aquellos israelitas.
19. ¿Cómo se le puso fin al azote en el campamento de los israelitas, y con qué palabras recordó Oseas a los israelitas siglos después ese acto de deslealtad?
19 Finalmente se puso fin al azote cuando Finees, hijo de Eleazar el sumo sacerdote, traspasó con una lanza a Zimri y a la madianita Cozbi, a quien Zimri había introducido en su tienda de campaña para tener relaciones inmorales con ella. Muy probablemente Zimri era un cabecilla entre los desleales. Puesto que la prostitución ceremonial formaba parte de la adoración de Baal, se podría considerar que Zimri introdujo la adoración de Baal en el campamento de Israel cuando introdujo a Cozbi en su tienda y tuvo relaciones sexuales con ella allí. (Núm. 25:6-8) Siglos más tarde Jehová recordó a los israelitas ese acto de deslealtad para con él cuando hizo que su profeta Oseas escribiera: “Ellos mismos entraron a Baal de Peor, y procedieron a dedicarse a la cosa vergonzosa, y se hicieron repugnantes como la cosa de su amor.”—Ose. 9:10.
20. ¿Por qué no tuvo éxito la treta de Balaam, y cómo fue contraproducente?
20 La treta de Balaam, aunque causó mucho daño a los israelitas, no tuvo éxito, porque hubo israelitas leales que resistieron las tentaciones carnales para hacer lo que es malo a los ojos de Dios. La treta realmente fue contraproducente para los madianitas, porque Dios mandó a los israelitas leales que los derribaran. “Le habló Jehová a Moisés, diciendo: ‘Que haya un hostigamiento de los madianitas, y ustedes tienen que herirlos, porque ellos están hostigándolos a ustedes con sus actos de astucia que cometieron contra ustedes astutamente en el asunto de Peor y en el asunto de Cozbi hija de un principal de Madián, la hermana de ellos que fue mortalmente herida en el día del azote por el asunto de Peor.’” (Núm. 25:16-18) Las ciudades y los campamentos amurallados de los madianitas en la zona fueron destinados al fuego. Cinco reyes de Madián, todos los varones, y toda hembra que había tenido coito, así como Balaam, fueron ejecutados. (Núm. 31:1-20) Los moabitas, que eran descendientes de Lot el sobrino de Abrahán, no fueron ejecutados, pero debido a su participación en el ardid Dios les impidió que entraran en la congregación de Jehová, “hasta la décima generación misma . . . hasta tiempo indefinido.”—Deu. 23:3, 4.
LEALES BENDECIDOS
21, 22. ¿Cómo fue Finees un ejemplo de lealtad a Jehová, y qué podemos aprender de lo que les sucedió a los desleales?
21 El sacerdote Finees demostró ser uno de los leales, y por su rápida acción contra Zimri y Cozbi se hace mención de él dándole encomio. No toleró “rivalidad alguna” hacia la adoración de Jehová, y esto le fue “contado por justicia.” Debido a esto recibió un pacto de paz con Jehová que “tiene que servir como pacto de un sacerdocio hasta tiempo indefinido para él y su prole después de él.”—Núm. 25:11-13; Sal. 106:30, 31.
22 El ejemplo excelente del leal Finees es el que deberíamos querer seguir hoy, no el de los que sucumbieron a los deseos carnales. Lo que les sucedió a aquellos desleales nos sirve de ejemplo amonestador. (1 Cor. 10:11) Es un ejemplo de cómo el abrigar deseos incorrectos, aun cuando parezcan pequeños e insignificantes, puede resultar en desastre.—Sant. 1:14, 15.
23. ¿Cómo se establece un paralelo entre la posición de los cristianos leales hoy día con la de los israelitas leales en las llanuras de Moab, y qué bendiciones esperan?
23 Tal como aquellos israelitas que, como Finees, permanecieron leales a Jehová fueron bendecidos con el privilegio de entrar en la Tierra Prometida, así hoy día los cristianos que mantienen lealtad a Jehová pueden esperar recibir las magníficas bendiciones que Dios tiene reservadas para los que lo aman. Entrarán en la magnífica nueva era que ha prometido que vendrá bajo el reinado de su Rey ungido, Jesucristo. “Del aumento de su dominio y de su paz no habrá fin.” Gobernará “con juicio y justicia, desde ahora y para siempre.” (Isa. 9:7, Versión Moderna) ¡Qué incentivo nos da esto para jamás ceder a las tentaciones carnales y entregarnos a actos de deslealtad a Dios!
24. ¿Qué tenemos que reconocer en cuanto a los deseos carnales, y por qué es nuestra situación similar a la de los israelitas cuando estuvieron en las llanuras de Moab?
24 Con la esperanza de esa nueva era frente a nosotros, tenemos razón sólida para resistir las tentaciones a hacer lo que es malo a los ojos de Jehová. Pero tenemos que reconocer que los deseos carnales son un punto débil en los humanos hoy tal como lo fueron en los días de aquellos israelitas que acamparon en las llanuras de Moab. Las tentaciones para satisfacer esos deseos son muy grandes porque estamos rodeados de gente mundana que se ha entregado a la conducta relajada y a la inmundicia sexual. En un sentido están participando en la adoración sexual como lo estuvieron los moabitas y los madianitas. Su literatura, sus espectáculos teatrales, sus películas y programas de televisión dan prominencia a toda concupiscencia depravada de la carne que puede imaginarse una mente corrupta. Tenemos que resistir esa mala influencia. El sucumbir a ella y ser llevados a hacer lo que es malo a los ojos de Dios puede sernos fatal, como lo fue para los 24.000 israelitas que perecieron por su deslealtad.
25. Cuando nos enfrentemos a tentaciones carnales, ¿qué debemos recordar?
25 Por lo tanto, cuando usted se enfrente a tentaciones que parezcan cosas pequeñas pero que realmente pueden resultar en hacer lo que es malo a los ojos de Dios, usted querrá recordar esta prueba de lealtad que aconteció en las llanuras de Moab. Escoja el derrotero de los leales, y tenga presente lo que está escrito en el Salmo 97:10: “Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo. Él está guardando las almas de sus leales.”
[Ilustración de la página 171]
Al aceptar lo que pudo haber parecido ser una expresión de la hospitalidad de los madianitas, los israelitas fueron inducidos a actos de pecado serio contra el Dios verdadero