Por qué Jehová vacía la tierra
“La tierra yace contaminada bajo sus habitantes; porque han infringido las leyes, han violado los estatutos, han quebrantado el pacto eterno.”—Isa. 24:5, NR.
1, 2. ¿Qué preguntas se hacen en conexión con cierta manera de tratar a edificios religiosos, y cómo reaccionaría usted en las situaciones que se describen?
¿ES usted católico? ¿Qué hay si algún individuo entrara en su catedral, embarrara con pintura la pared, volcara los asientos, metiera el hacha en la ebanistería, rompiera las ventanas de vidrio de color y destrozara el altar? ¿Desearía usted que lo echaran fuera? ¿O se encogería usted de hombros y le permitiría que se quedase para continuar su vandalismo y desorganizar completamente los servicios? ¿Es usted protestante? ¿Dejaría usted que alguien hiciera eso al edificio en que adora, después que usted hubiese contribuído dinero para construirlo? Quizás usted sea judío. ¿Permitiría usted que algún hombre arruinara su sinagoga? ¿O lo echaría usted fuera? Sea cual fuera su religión, si usted ha planeado un lugar de adoración, ha dado dinero para construirlo, quizás hasta haya ayudado a edificarlo con sus propias manos, luego ha invitado a otras personas para que vengan a adorar con usted allí, y cuando llegasen lo profanaran y lo arruinaran, ¿se mostraría usted indiferente y sin perturbarse dejaría que estas personas continuaran su vandalismo? ¿O daría usted pasos contra ellos?
2 Tal vez no sea una iglesia el edificio que usted haya construído. Tal vez sea un museo o una biblioteca o un capitolio para su gobierno. Se ha edificado con un propósito especial. Usted quiere ver cumplido ese propósito. Ahora entra una muchedumbre en el edificio para estropearlo y desfigurarlo. Quizás no lo arruinen. Tal vez sólo lo usen mal, impidiendo que se use para el propósito deseado. Aun si cuidaran el edificio, ¿desearía usted que su biblioteca fuera convertida en un cuarto para juego, o que su iglesia fuera usada como burdel? Usted no construyó el edificio para eso. Usted estaría en su derecho al echar a los que pervirtiesen su uso. Además, usted no le tendría ningún respeto a la persona que permitiera que usaran su edificio de tal manera incorrecta o que lo arruinaran, ¿no es verdad?
3. ¿Cuál es el propósito de Dios para la tierra, y qué parte desempeña el hombre en dicho propósito?
3 Tal es el caso con Dios y la tierra. Dios creó la tierra. Empleó miles de años preparándola para que el hombre habitara en ella. Introdujo la luz, purificó la atmósfera, dividió el mar y la tierra seca, creó una gran variedad de plantas y animales, y finalmente dió al hombre y a la mujer su comienzo en un hermoso jardín paridisíaco. Habían de ‘cultivarlo y cuidarlo’ y amorosamente habían de tener “en sujeción los peces del mar y las criaturas volátiles de los cielos y los animales, y finalmente dió al hombre y a la animal reptante” y ellos mismos habían de ‘ser fecundos y hacerse muchos y llenar la tierra y sojuzgarla.’ Mediante el cuidado del hombre las bellezas creadas de la tierra con su gran variedad de vida vegetal y animal habían de ser mantenidas en su condición perfecta, y por medio de reproducir su género el hombre, el propósito de Jehová al hacer la tierra podría efectuarse: “Así dice Jehová, Creador de los cielos (él solo es Dios), el que formó la tierra y la hizo, el cual la estableció; (no en vano la creó, sino que para ser habitada la formó): ¡Yo soy Jehová, y no hay otro Dios!”—Gén. 2:15; 1:26, 28; Isa. 45:18, Mod.
4. ¿Quiénes o qué cosas han de reflejar alabanza a Jehová?
4 Ese fué el propósito de Jehová al crear la tierra. Él quiso que fuera habitada por personas obedientes; le dijo al primer hombre que cuando desobedeciera moriría, y clara y lógicamente dió a entender por esto que mientras el hombre y su esposa fueran obedientes nunca se extinguirían de sobre la tierra. La tierra hermosa, junto con la gente en ella y el universo alrededor de ella, había de reflejar Su alabanza: “¡Alabadle, todos sus ángeles! ¡alabadle, todas sus huestes! ¡alabadle, sol y luna! ¡alabadle, todas las lucientes estrellas! ¡Alabad a Jehová desde la tierra, monstruos marinos, y todos los abismos; fuego y granizo, nieve y vapor; viento tempestuoso que cumple su palabra; montañas, y todos los collados; árboles frutales, y todos los cedros; bestias, y todos los ganados; lo que va arrastrándose, y ave volátil: reyes de la tierra, y todos los pueblos; príncipes, y todos los jueces de la tierra; mancebos, y también las doncellas; los ancianos con los niños!”—Sal. 148:2, 3, 7-12, Mod.
5. ¿Cómo pueden las cosas animadas y también las inanimadas alabar a Jehová sin hablar?
5 Pero ¿cómo pueden alabar a Jehová el sol y la luna y las estrellas que son mudos? De la misma manera que la mano de obra excelente vista en cierto objeto que un hombre haya hecho da a saber la habilidad y sabiduría de ese hombre: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento manifiesta la obra de sus manos. Un día a otro día transmite copiosamente el dicho, y una noche a otra noche divulga el conocimiento. No hay dicho, ni palabras, ni es oída su voz; empero por toda la tierra ha salido su melodía, y hasta los cabos del mundo sus palabras.” Y sin hablar, la tierra, con sus majestuosas montañas y verdes valles llenos de fascinadores pájaros y animales, proclama la sabiduría y poder infinitos del Todopoderoso Dios que la hizo. Toda la gloriosa creación visible de Dios refleja la majestad de Jehová: “Porque sus cualidades invisibles se observan claramente desde la creación del mundo en adelante, porque se entienden por las cosas hechas, hasta su poder eterno y Divinidad.”—Sal. 19:1-4, Mod; Rom 1:20.
6. ¿Por qué es razonable esperar que el hombre alabe a Dios?
6 Pero el hombre, como los ángeles, fué especialmente privilegiado. Se le dió inteligencia, el poder del habla, y las cualidades piadosas de justicia, amor, sabiduría y poder. Estaba equipado para cuidar la tierra y la vida animal que estaba en ella, para encargarse de que todo reflejara plenamente la gloria de Jehová, y con la lengua podía agregar su alabanza verbal para engrosar el coro que ascendía hacia el cielo desde la tierra. ¿No podría esperar Dios razonablemente que el hombre lo alabara y le manifestara gratitud, en vista de todo lo que había hecho por el hombre? ¿No es cosa natural el mostrar gratitud? ¿No se considera incultos a los hombres si no reconocen las cortesías o pequeños favores que reciben de parte de otros? Una persona normalmente bondadosa no se siente feliz si se le niega la oportunidad de mostrar aprecio a sus benefactores. El expresar buenos impulsos es agradable; el reprimir la expresión de ellos es un tormento y una frustración. ¡Y cuánto más cierto es esto cuando se ha recibido, no sólo una pequeña cortesía o favor, sino un hogar terrestre y la vida misma! De modo que Jehová no nos reprime, sino que nos invita por medio del salmista a que expresemos alabanza: “¡Todo lo que tiene aliento alabe a Jehová!”—Sal. 150:6, Mod.
7. ¿Qué ha resultado de las actividades de algunos hombres, y qué hará Jehová lógicamente?
7 Pero ¿qué hay si muchos hombres sobre la tierra la usasen mal y maltratasen los animales de ésta? ¿Qué hay si arruinasen las praderas y talasen los bosques de modo que la erosión no estorbada se llevase la buena capa superior del suelo y dejara desiertos y regiones en que se producen grandes vendavales de polvo? Estas montañas y valles ya no reflejarían los poderes creativos de Jehová que merecen alabanza. Y si matasen a los animales y los pájaros por ganancia egoísta o sólo por deporte, estas criaturas vivientes se desvanecerían y ya no reflejarían la sabiduría creativa de Jehová. Pero todavía, si libran guerra, siguen normas de arrasar todo en una región antes de abandonarla al enemigo y empapan el suelo con sangre humana, ¿será el género humano una alabanza a Jehová su Creador? ¿No restarían dichas actividades de la capacidad de la tierra para reflejar las cualidades invisibles y merecedoras de alabanza de Jehová? ¿No sería eso semejante al que un hombre embarrara un espejo con lodo? Además, ¿no sería eso semejante a que en el edificio en que usted adora entraran unos vándalos y lo profanaran y desorganizaran los servicios religiosos? Si abusasen así de la invitación que usted les hizo de venir a adorar, usted estaría en su derecho al echarlos fuera. Usando la misma lógica, ¿no debe desalojar Jehová de la tierra a todo el que la dañe y la profane y la arruine de modo que no puedan usarla apropiadamente los que la aprecian y aprecian al Creador de ella? Jehová desalojará a dichos contaminadores de la tierra; ellos no impedirán que se efectúe el propósito que él expresó de que la tierra será un planeta poblado por sus alabadores: “Como lo he dicho, así lo haré; lo he dispuesto y lo cumpliré.”—Isa. 46:11, NC.
POR QUE ISRAEL HABIA DE EXPULSAR A LOS CANANEOS
8. ¿Qué dicen algunos críticos presuntuosos, y en qué sentido son inconsistentes?
8 Los que critican a Jehová presuntuosamente dicen que él obró semejante a un matasiete injusto cuando le dijo a Israel que expulsara a los cananeos de la Tierra Prometida. A éstos no les perturba el que sus antepasados hayan expulsado a pueblos que vivieron antes en la tierra que ellos ahora ocupan, ni que los restos de estos pueblos de antes ahora estén reunidos en tierras estériles reservadas por el gobierno y se les deje allí para que se mueran de inanición. Pero les trastorna el pensar que Dios apoyó el desalojamiento de los cananeos cuando Israel entró en esa tierra. Los antepasados de estos críticos no eran dueños de la tierra, pero expulsaron a otros de ella. Sin embargo, Jehová es el dueño de la tierra y de todos los que están en ella; no obstante ellos lo critican por hacer lo que él cree conveniente con lo que es suyo: “De Jehová es la tierra y cuanto ella contiene; el mundo y los que en él habitan.” Además, la blasfemia que dirigen contra Dios proviene del hecho de que no conocen Su Palabra; estando ciegos, no perciben por qué Dios mandó que los cananeos fuesen desalojados de la tierra.—Sal. 24:1, Mod.
9. ¿Por qué desalojó Dios a los cananeos de la tierra de Canaán?
9 ¿Despreció Dios a los cananeos sin causa? ¿Estaba mostrando prejuicio racial contra ellos, discriminando contra ellos a causa de nacionalidad? ¿Fué un caso de favoritismo especial, en que Dios los desalojó sólo para dar la tierra a su nación escogida de Israel? El decir que sí es decir que usted desconoce los hechos del caso. A Israel se le dijo por qué Dios se proponía desposeer a los cananeos: “No digas en tu corazón esto cuando Jehová tu Dios los empuje de delante de ti: ‘Fué por mi propia justicia que Jehová me ha traído para tomar posesión de esta tierra,’ siendo así que es por la iniquidad de estas naciones que Jehová las está expulsando de delante de ti.” A continuación se mencionan algunas de las iniquidades que cometieron y que se le amonestó a Israel que evitara: “Cuando seas introducido en la tierra que Jehová tu Dios te está dando, no debes aprender a obrar de acuerdo con las cosas detestables de esas naciones. No debería hallarse en ti nadie que haga pasar por el fuego a su hijo o su hija, nadie que emplee adivinación, practicante de magia o alguien que busque augurios o hechicero, o uno que ate a otros con un hechizo o alguien que consulte a un médium espiritista o a un pronosticador profesional de acontecimientos o alguien que pregunte a los muertos. Porque todo el que hace estas cosas es algo detestable a Jehová, y a causa de estas cosas detestables Jehová tu Dios los está expulsando de delante de ti.”—Deu. 9:4; 18:9-12.
10, 11. ¿Mediante qué prácticas hicieron inmunda a la tierra los cananeos, y cómo fué limpiada la tierra?
10 Después de advertir a los israelitas que no tuviesen relaciones sexuales con parientes cercanos o con los cónyuges de otros, u hombres con hombres, u hombres con bestias, o mujeres con bestias, y que no quemasen a sus hijos en el fuego a Moloc, el dios de los amonitas, Jehová dice: “No se contaminen con ninguna de estas cosas, porque con todas estas cosas se han contaminado las naciones que estoy enviando de delante de ustedes. En consecuencia la tierra está inmunda, y le traeré castigo a ella por su iniquidad y la tierra vomitará a sus habitantes. Y ustedes mismos deben guardar mis estatutos y mis fallos judiciales, y no deben hacer ninguna de todas estas cosas detestables, sea nativo o residente temporario que esté residiendo por un tiempo en medio de ustedes. Porque todas estas cosas detestables las han hecho los hombres de la tierra que estuvieron antes que ustedes, de modo que la tierra está inmunda. Entonces la tierra no los vomitará a causa de que la contaminen de la misma manera que ciertamente vomitará a las naciones que estuvieron antes que ustedes.” Lev. 18:24-28.
11 “Con todas estas cosas se han contaminado las naciones que estoy enviando de delante de ustedes.” Con todos estos pecados sexuales promiscuos, depravados, pervertidos y abominables se contaminaron estas naciones. Hacían de sórdidas prácticas sexuales una parte de su religión, usando sus arboledas y lugares altos para celebrar orgías delante de símbolos o imágenes fálicos. Concerniente a su adoración lujuriosa, Rótherham, en la página 259 de su traducción Emphasised Bible, dice: “Su mismísima adoración era vergonzosamente sensual y repugnantemente cruel. En honor de sus deidades las mujeres entregaban su virtud. Sus lugares sagrados eran burdeles. Los órganos generativos eran representados a las claras mediante símbolos repugnantes. Los pueblos tenían prostitutos santos (¡ !), hombres y mujeres. . . . Los dioses lujuriosos son crueles, y exigen que se les adore con sangre humana.” Cuando quemaban a sus hijos en fuego a Moloc perpetraban asesinato ritual, y la sangre de estas víctimas contaminaba la tierra: “Y no deben corromper la tierra en que están, porque es la sangre lo que corrompe la tierra y para la tierra no puede haber expiación respecto a la sangre que se ha derramado en ella salvo por la sangre del que la derrame.” Usando metáfora vívida y poderosa, Jehová dice que dicho comportamiento horrible hace que la misma tierra se enferme y tenga náuseas y para limpiarse y purificarse y librarse de la causa que la enferma “la tierra vomitará a sus habitantes.”—Núm. 35:33.
12. ¿Qué le sucedería a Israel si copiase a los cananeos, y cómo fué protegido Israel?
12 “Las malas asociaciones,” la Biblia dice, “corrompen las costumbres provechosas.” El asociarse con los cananeos corrompería a los israelitas. Por eso Jehová mandó a Israel que permaneciera separado, que no se contaminara con la sucia adoración sexual de los cananeos. Para purificar la tierra los cananeos habían de ser expulsados, e Israel sería protegido por medio de mantenerse separado. Dios dió a Israel su ley para mantener limpia a la nación para que la tierra no vomitara a Israel también: “Ahora ustedes tienen que guardar todos mis estatutos y todos mis fallos judiciales y hacerlos, para que la tierra a que los estoy trayendo para que vivan en ella no los vomite. Y no deben andar según los estatutos de las naciones a quienes estoy enviando de delante de ustedes, porque ellas han hecho todas estas cosas y yo las aborrezco.”—1 Cor. 15:33; Lev. 20:22, 23.
LA TIERRA VOMITA A ISRAEL
13, 14. ¿Qué hizo el reino de diez tribus de Israel, y en qué resultó?
13 Pero los israelitas no expulsaron a los cananeos, ni se adhirieron a la ley de Dios ni se mantuvieron separados de estas naciones lujuriosas. Los israelitas anduvieron según los estatutos de los paganos y confraternizaron con ellos, ¡y cuán corrompido se hizo Israel debido a estas malas asociaciones! Escuche cuán degradado se hizo el reino de diez tribus de Israel: “Mi pueblo a sus leños consulta y su bastón le hace revelación; pues el espíritu de fornicación le descarría y se entrega a la lujuria, abandonando a su Dios. Sobre las cimas de los montes ofrecen sacrificio y sobre las colinas queman incienso, bajo la encina, el álamo y el terebinto, porque es grata su sombra. Por eso se prostituyen vuestras hijas y vuestras nueras cometen adulterio. No castigaré a vuestras hijas porque se prostituyan ni a vuestras nueras porque cometan adulterio, por cuanto ellos mismos se apartan con las rameras y con las hieródulas [prostitutas del templo, Mo] ofrecen sacrificio; y el pueblo, que no entiende, se prepara la ruina.”—Ose. 4:12-14, BC.
14 Todo esto le preparó la ruina a los israelitas, que no entendieron: “Siguieron erigiéndose pilares sagrados y palos sagrados sobre toda colina alta y bajo todo árbol frondoso; y allí en todos los lugares altos continuaron produciendo humo sacrificatorio de la misma manera que las naciones a quienes Jehová había desterrado a causa de ellos y continuaron haciendo cosas malas para ofender a Jehová. Y continuaron sirviendo a ídolos excrementosos, concerniente a los cuales Jehová les había dicho: ‘No deben hacer esto’; y continuaron abandonando todos los mandamientos de Jehová su Dios y procedieron a hacerse estatuas fundidas, dos becerros, y a hacer un palo sagrado, y se pusieron a postrarse ante todo el ejército de los cielos y a servir a Baal; y continuaron haciendo que sus hijos y sus hijas pasaran por el fuego y practicando la adivinación y buscando augurios, y continuaron vendiéndose para hacer lo que era malo a los ojos de Jehová, para ofenderlo; por lo tanto Jehová se encolerizó contra Israel, de modo que los quitó de su vista.” ¿Cómo hizo esto Jehová? “Israel se fué de su propio suelo desterrado a Asiria.” De esta manera vomitó la tierra al reino de diez tribus de Israel.—2 Rey. 17:10-12, 16-18, 23.
15, 16. ¿Qué muestra el registro histórico en cuanto al comportamiento del reino de dos tribus de Judá?
15 Esta expulsión de Israel de la tierra debería haber servido de advertencia al reino de dos tribus de Judá que se hallaba al sur, pero no efectuó ninguna corrección. Isaías censuró la zambullida apóstata de Judá en las sucias orgías sexuales religiosas: “¿No sois vosotros, hijos apóstatas, simiente de mentira? Vosotros, los que ardéis en lujuria junto a los grandes árboles, bajo todo árbol frondoso, los que sacrificáis a los niños en las torrenteras, en medio de las oquedades de las rocas. En las piedras lisas del torrente está tu heredad, ellas son tu suerte; también a ellas has derramado libaciones y ofrecido oblaciones; ¿me voy yo a calmar con eso? En alta y encumbrada montaña has puesto tu lecho, también allá subiste para ofrecer sacrificios. Y tras la puerta y la jamba colocaste tu signo distintivo [fálico, UTA]; pues, prescindiendo de mí, te descubriste y subiste a tu lecho, lo ensanchaste y te contrataste [retribución] de aquellos de cuya cohabitación gustaste; contemplaste el estandarte [falo, UTA].” Isa. 57:4-8, BC.
16 Existe una tradición que dice que Isaías fué aserrado en pedazos sanguinariamente por el inicuo rey Manasés, y que fué este acto vil el que impulsó la expresión de Pablo: “fueron aserrados en pedazos.” Como quiera que sea eso, las palabras supracitadas de Isaías le vienen perfectamente al reinado inicuo de Manasés. Él edificó los lugares altos, erigió altares a Baal, usó mediums espiritistas y pronosticadores profesionales de acontecimientos, colocó altares para adorar las estrellas en los atrios del templo de Jehová y hasta puso en el templo una de las imágenes de la Ashera, e hizo de su propio hijo un sacrificio llameante a Moloc. Manasés sedujo a Judá “a hacer lo que era malo más que las naciones a las que Jehová había aniquilado.” Jehová dijo: “Él ha obrado más inicuamente que todo lo que hicieron los amorreos que fueron antes que él y él procedió a hacer que hasta Judá pecara con los ídolos excrementosos de él.”—Heb. 11:37; 2 Rey. 21:9, 11.
17. ¿Qué dijo Jehová acerca de lo que le acontecería a Judá, y qué sucedió?
17 La tierra fué contaminada por sus habitantes, aun más que cuando la dominaban los cananeos. ¿Practicaría favoritismo Jehová y mostraría acepción de personas? “Aquí estoy trayendo una calamidad sobre Jerusalén y Judá,” dijo Jehová, “de la cual si alguien oye ambos oídos le retiñirán.” Con una ilustración sencilla continúa Jehová: “Yo simplemente limpiaré a Jerusalén justamente como uno limpia el tazón sin asa, limpiándolo y volviéndolo boca abajo. Y en verdad abandonaré al resto de mi posesión y los entregaré en mano de sus enemigos, y ellos simplemente llegarán a ser presa y despojo para todos sus enemigos, por razón de que hicieron lo que era malo a mis ojos y continuamente estuvieron ofendiéndome.” Los babilonios invadieron la tierra, la conquistaron, y la vaciaron de habitantes así como se vacía un plato de su contenido cuando se vuelve boca abajo. Cuando la nación de Israel entró en la tierra se le dijo que los cananeos estaban siendo desalojados a causa de su depravación religiosa, y se le advirtió a Israel que si copiaba a estos religiosos inmorales, sanguinarios, la tierra volvería a estar corrompida y contaminada y asqueada y vomitaría a Israel para limpiarse. Los israelitas pasaron por alto la advertencia; fueron vomitados.—2 Rey. 21:12-15.
18. ¿Cómo predijo Isaías la desolación de la tierra y mostró que Dios no haría acepción de personas?
18 Isaías predijo esta acción de vaciar de habitantes la tierra, cuando dijo: “He aquí que Jehová vaciará la tierra, y la dejará desierta, y cual vaso, la volverá boca abajo, y dispersará sus habitantes. Y sucederá que como al pueblo, así le irá al sacerdote; como al siervo, así a su amo; como a la criada, así a su señora; como al comprador, así al vendedor; como al prestador, así al que toma prestado; como al acreedor, así al deudor. La tierra también es profanada bajo sus habitantes; porque traspasaron la ley, cambiaron el estatuto, y quebrantaron el pacto eterno. Por tanto la maldición ha devorado la tierra; y los que habitan en ella son culpables: por tanto son abrasados los habitantes de la tierra, y pocos hombres son dejados en ella.” No se mostró acepción de personas. No se hicieron excepciones a causa de posición religiosa o financiera o social. Personas de toda clase compartieron la culpa por la contaminación de la tierra, y personas de toda clase sufrieron por esta culpa. Habían violado las leyes de Dios y habían violado los estatutos que se les dió para protegerlos. Habían quebrantado el pacto de la ley dado por medio de Moisés, pacto que había de estar en vigor hasta tiempo indefinido, tiempo encubierto, hasta que, bajo protección, los hubiera guardado hasta el tiempo de la llegada del Mesías. Pero ahora el no haberlo guardado quiso decir que serían quitados de la tierra, llevados cautivos a Babilonia.—Isa. 24:1, 2, 5, 6, Mod.
19. ¿Cómo nos sirve esto de advertencia a nosotros?
19 Jehová no creó la tierra para que la contaminaran personas inicuas. Había de reflejar la alabanza de Él; las plantas y animales vivientes en ella habían de hacerlo, y ciertamente las criaturas humanas especialmente privilegiadas con su superior capacidad intelectual habían de ser una alabanza para su Creador. Si no alaban a Dios ellas mismas, e impiden que otros lo alaben, y aun contaminan la tierra hasta que queda demasiado manchada para reflejar brillantemente la alabanza de su Hacedor, entonces hay que desalojar a esas personas. Jehová no hace acepción de personas. Desalojó a los cananeos. Desalojó a los israelitas. Desalojará a los contaminadores de la tierra hoy en día. Estos antiguos sucesos ‘que fueron escritos de antemano fueron escritos para nuestra instrucción,’ y “estas cosas siguieron aconteciéndoles como ejemplos y se escribieron como una amonestación para nosotros a quienes los fines cabales de los sistemas de cosas han llegado.” Jehová no titubea en sus principios, ni se desvía de sus propósitos: “Yo, Jehová, no cambio.” Hemos recibido la advertencia procedente de Dios en cuanto a contaminar la tierra, así como los israelitas recibieron la suya. Obedezcamos la nuestra, sacando provecho de lo que les pasó a ellos por no prestar atención a la advertencia que recibieron.—Rom. 15:4; 1Cor.10:11; Mal. 3:6, Mod.