“Que nadie jamás menosprecie tu juventud”
“Que nadie jamás menosprecie tu juventud. Por lo contrario, hazte ejemplo para los fieles en el hablar, en conducta, en amor, en fe, en castidad.”—1 Tim. 4:12.
1. (a) ¿Qué actitud para con los mayores de edad y la autoridad asumen a menudo hoy los jóvenes? (b) ¿Qué se ha hecho para aplacar a los jóvenes, y qué preguntas han surgido de ello?
EN EL mundo actual uno de los temas predominantes de conversación es el de los jóvenes. El viejo adagio de que los niños deben verse y no oírse, queriendo decir que deben estar presentes con sus mayores pero no exteriorizar su opinión sobre los asuntos, ha perdido su significado, y, de hecho, la generación más joven lo considera como la manera en que la generación de mayor edad amordaza la libre expresión de pensamiento de los jóvenes. Debido a la concesión de libertad de expresión y acción, hoy los jóvenes tienen mucho que decir acerca de cómo deben hacerse las cosas; y si las autoridades no concuerdan, a menudo los jóvenes se hacen cargo del asunto y se salen con las suyas. Se necesitarían resmas de papel para explicar lo que se ha hecho para aplacar a los jóvenes, para impedir que le causen problemas a la generación de mayor edad. Se han relajado normas, se han cambiado leyes, todo en un esfuerzo por mantener contenta a la generación más joven. ¿Es posible que se haya perdido la perspectiva correcta en este asunto? ¿Pudiera ser que en vez de complacer a los jóvenes, se les debería pedir y exigir que mostraran un respeto profundo a sus mayores? En vez de acudir a las teorías contradictorias de los hombres, acudamos a la Palabra del Creador de la humanidad y veamos lo que debe ser el punto de vista apropiado.
2. (a) ¿Cuáles fueron los mandatos de Dios a su pueblo Israel en cuanto a la actitud apropiada para con los padres? (b) ¿Qué responsabilidades tenían los padres en cuanto a educar o entrenar a los hijos?
2 Temprano en la historia de la nación de Israel —el pueblo escogido por Dios para ser una posesión especial— Dios mismo dio leyes y mandamientos a la nación. Entre las primeras Diez Leyes estaba ésta que se encuentra en Éxodo 20:12, que formó parte del Decálogo: “Honra a tu padre y a tu madre para que resulten largos tus días sobre el suelo que Jehová tu Dios te está dando.” Jehová pasó a decir estas palabras, registradas en Éxodo 21:15: “Y el que hiera a su padre y a su madre ha de ser muerto sin falta.” A los padres en Israel se les pedía que dieran entrenamiento apropiado a sus hijos para que con el tiempo estuvieran capacitados para asumir responsabilidades dentro del círculo de la familia. Las palabras de Moisés el siervo de Dios, dichas bajo inspiración, fueron: “Y estas palabras que te estoy mandando hoy tienen que resultar estar sobre tu corazón; y tienes que inculcarlas en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes. Sin falta deben guardar los mandamientos de Jehová su Dios y sus testimonios y sus disposiciones reglamentarias que él te ha mandado.”—Deu. 6:6, 7, 17.
3. (a) ¿Qué se hacía con los hijos inicuos, rebeldes, en el Israel de la antigüedad? (b) ¿Por qué no era esto cruel ni inhumano?
3 Al transcurrir el tiempo, si un niño resultaba rebelde, incorregible, inclinado a la conducta incorrecta, era responsabilidad de los padres llevar a ese niño ante los hombres de más edad de la ciudad para su corrección. Estas son las palabras en cuanto a ese niño: “En caso de que un hombre llegue a tener un hijo terco y rebelde, que no escucha la voz de su padre ni la voz de su madre, y ellos lo han corregido pero él no quiere escucharles, entonces su padre y su madre tienen que asirlo y sacarlo a los hombres de más edad de su ciudad y a la puerta de su lugar, y tienen que decir a los hombres de más edad de su ciudad: ‘Este hijo nuestro es terco y rebelde; no escucha nuestra voz, es glotón y borracho.’ Entonces todos los hombres de su ciudad tienen que apedrearlo, y tiene que morir. Así tienes que eliminar lo que es malo de en medio de ti, y todo Israel oirá y verdaderamente llegara a tener miedo.” (Deu. 21:18-21) Muchas personas en el mundo actual opinan que este tratamiento es cruel, inhumano. Pero hay que recordar que había requisitos estrictos, que primero aplicaban a los padres, de que dieran entrenamiento apropiado al niño. Recuerde Deuteronomio 6:17: “Sin falta deben guardar los mandamientos de Jehová su Dios y sus testimonios y sus disposiciones reglamentarias que él te ha mandado.” Los padres no tenían libertad para tratar a sus hijos de manera severa, impía, cruel o desamorada. Habían de ser dechados en rasgos piadosos, mostrando amor, consideración y cuidado a su prole. El padre habría de ser una persona en quien los hijos pudieran confiar por ser un siervo de Jehová honrado, recto, íntegro y amoroso. La madre había de tenerle respeto profundo a su esposo y ser amparo y ayuda a los hijos. Los hijos no habían de ser echados del hogar a componérselas como pudieran. Eran una herencia que había de cuidarse en todo respecto. Por eso, si un niño resultara malo sería a causa del derrotero rebelde de ese niño; el cual derrotero lo conduciría con el tiempo, si no recibía corrección, a los hombres de más edad de la ciudad y al juicio de éstos.
4. ¿Cómo considera la Palabra de Dios a los hijos, y qué galardón reciben los padres que sí dan entrenamiento apropiado a sus hijos?
4 La Palabra de Dios señala que es una gran bendición el tener hijos y criarlos en la disciplina de Jehová. El salmista bajo inspiración registra estas palabras: “¡Miren! Los hijos son una herencia de parte de Jehová; el fruto del vientre es un galardón. Como flechas en la mano de un poderoso, así son los hijos de la juventud. Feliz es el hombre físicamente capacitado que ha llenado su aljaba de ellos.” (Sal. 127:3-5) De modo que el niño entrenado apropiadamente desde su juventud puede ser una persona en la cual se pueda confiar y nadie puede menospreciar o desdeñar a tal niño. ¡Qué ciertas son las palabras de los Proverbios al decir lo siguiente acerca de esas personas: “El padre de un justo sin falta estará gozoso; el que llega a ser padre de un sabio también se regocijará en él. Tu padre y tu madre se regocijarán, y la que te dio a luz estará gozosa”!—Pro. 23:24, 25.
EJEMPLOS BÍBLICOS DE CONDUCTA RECTA
5. ¿De qué maneras diferentes deben ser un ejemplo los hijos?
5 El registro bíblico nos suministra mucha información buena sobre la conducta recta de unos jóvenes que debe servir como incentivo a la generación más joven de este siglo veinte. Por su conducta muchos de estos jóvenes ejemplificaron las cualidades de las que habló el apóstol Pablo al escribir estas palabras de consejo al joven Timoteo. Recuerde, él dijo que Timoteo debería ser un ejemplo de muchas maneras, “en el hablar, en conducta, en amor, en fe, en castidad.”—1 Tim. 4:12.
6. ¿Cómo mostró respeto el joven Eliú a las personas de mayor edad en sus tratos con Job?
6 El libro bíblico de Job nos dice acerca del buen ejemplo en el hablar y en la conducta del joven Eliú. Este Eliú era un pariente lejano de Abrahán. Estuvo sentado en la presencia de Job en medio de su aflicción y había escuchado las palabras de consejo y crítica que habían dado a Job los hombres de más edad Elifaz, Bildad y Zofar. También había escuchado la propia defensa de Job y su tendencia a hablar en términos egocéntricos acerca de su enfermedad, incomodidad y angustia. Entonces Eliú comenzó sus palabras de consejo de esta manera: “Joven soy yo en días y ustedes son de edad. Por eso me retiré y tuve miedo de declarar mi conocimiento a ustedes. Dije: ‘Días mismos deben hablar, y una multitud de años es lo que debe dar a conocer la sabiduría.’” (Job 32:6, 7) Desde ese punto en adelante Eliú habló sobre los asuntos en cuestión. Su conducta en esta situación fue sin tacha. Comprendió que los hombres de más edad debían ser reconocidos y se les debía permitir hablar sin interrupción. Mostró respeto a estos hombres. Al mismo tiempo también tenía un mensaje que declarar y cuando llegó el tiempo apropiado sí habló y pronunció un discurso inspirador sobre los problemas que tenía Job, mostrando que Jehová Dios es justo y recto en sus caminos.
7. ¿Cómo es esto un ejemplo para jóvenes y viejos en nuestro día, y qué palabras de estímulo dio Pedro en armonía con esto?
7 Al proceder así Eliú ciertamente fue un ejemplo excelente para jóvenes y viejos por igual. Mediante esto se nos recuerda que, dondequiera y cuandoquiera que se nos pidiese defender la verdad de la Palabra de Dios, nuestra conducta debe reflejar el respeto apropiado que corresponde. El saber lo que es correcto y apropiado es una cosa; el comportarnos de manera apropiada al declarar lo que es correcto es otra. El individuo que muestra respeto apropiado y se comporta de manera recta no será fomentador de actos o palabras ingobernables. No será instigador de revuelta contra las leyes de César, ni contra las leyes que gobiernan a los cristianos según se encuentran en la Palabra de Dios. No buscará tomar control de las cosas con el pretexto de que los caminos de la justicia y la ley son demasiado lentos y anticuados y que hay que revisarlos. Más bien, como Eliú, será un defensor de lo que es recto, pero mostrará por su conducta apropiada que es una persona que aprecia profundamente la palabra y los mandamientos de Jehová Dios. Entonces ese decoro apropiado estará en armonía con el consejo del apóstol Pedro, que dijo: “Mantengan excelente su conducta entre las naciones, para que, en la cosa en que hablen contra ustedes como de malhechores, ellos, como resultado de las obras excelentes de ustedes de las cuales ellos son testigos oculares, glorifiquen a Dios en el día para la inspección por él.”—1 Ped. 2:12.
8. ¿Qué clase de persona resultó ser Josías como rey en Judá?
8 Otro ejemplo de fidelidad en la juventud es el de Josías, rey de Judá entre los años 659 a. de la E.C. y 629 a. de la E.C. El libro de Segundo de Reyes señala que solo tenía ocho años de edad cuando fue nombrado rey en Judá. En su decimoctavo año, o cuando tenía unos veinticinco años de edad, Josías ordenó que se completara la obra de reparación del templo de Jehová. Fue durante ese tiempo que Hilcías el sumo sacerdote encontró el “mismísimo libro de la ley” en la casa de Jehová. Este hallazgo fue informado a Josías, y el relato en 2 Reyes 22:11-13 nos dice esto: “Y aconteció que en cuanto oyó el rey las palabras del libro de la ley, inmediatamente rasgó sus prendas de vestir. Entonces el rey dio orden . . . ‘Vayan, inquieran de Jehová a favor de mí mismo y a favor del pueblo y a favor de todo Judá respecto a las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande es la furia de Jehová que se ha encendido contra nosotros por el hecho de que nuestros antepasados no escucharon las palabras de este libro por medio de hacer conforme a todo lo que está escrito concerniente a nosotros.’”
9, 10. ¿Cómo se puso Josías a restaurar la adoración correcta en Judá?
9 Al responder así de modo inmediato y positivo para determinar cuál era la voluntad de Jehová y cómo la habría de llevar a cabo el pueblo, Josías mostró su gran amor a Jehová y su deseo de hacer la voluntad de Jehová. Quería inquirir de Jehová acerca de sus instrucciones en el asunto. Envió a sus siervos a inquirir de la profetisa de Jehová, Hulda, en cuanto a lo que habría de hacerse. Aunque la palabra de Jehová condenó las acciones del pueblo de Judá por abandonar su ley, Josías cumplió fielmente y se aseguró de que las palabras de la ley fueran ahondadas por sonido en los oídos de los habitantes del país. El relato bíblico dice:
10 “Entonces el rey envió y reunieron a él a todos los hombres de más edad de Judá y de Jerusalén. Después de eso el rey subió a la casa de Jehová, y también todos los hombres de Judá y todos los habitantes de Jerusalén con él, y también los sacerdotes y los profetas y todo el pueblo, desde el pequeño hasta el grande; y él se puso a leer a oídos de ellos todas las palabras del libro del pacto que se había hallado en la casa de Jehová. Y el rey se quedó de pie junto a la columna y ahora celebró el pacto ante Jehová, de andar tras Jehová y de guardar sus mandamientos y sus testimonios y sus estatutos con todo el corazón y con toda el alma por medio de poner por obra las palabras de este pacto que estaban escritas en este libro. Por consiguiente, todo el pueblo se levantó en apoyo del pacto.”—2 Rey. 23:1-3.
11. Bosqueje algo de la obra de limpieza que efectuó Josías a favor del pueblo de Judá. ¿Qué se dijo acerca de él por su acción valerosa?
11 Este rey joven de veinticinco años de edad de veras fomentó con empeño los intereses de Jehová y, por su conducta, su amor a la justicia y su hablar las palabras de sabiduría piadosa, tuvo la bendición de Jehová. El registro de Segundo de Reyes sigue relatando algunos de los actos que efectuó de acuerdo con las palabras de la Ley. Hizo inservible para adoración a Tofet, que estaba en el valle de los hijos de Hinón, de modo que los niños no tuvieran que pasar por el fuego en sacrificio a Moloc. Demolió los lugares altos de adoración pagana enfrente de Jerusalén, y se deshizo de los mediums espiritistas, pronosticadores profesionales de sucesos, los terafim y los ídolos estercolizos, y todas las cosas repugnantes que había en Judá y Jerusalén. De modo que se dijo acerca de él: “Y resultó que no hubo rey como él antes de él que se volviera a Jehová con todo su corazón y con toda su alma y con toda su fuerza vital, conforme a toda la ley de Moisés; tampoco después de él se ha levantado uno semejante a él.” (2 Rey. 23:4-25) Verdaderamente, ningún hombre podía menospreciar la juventud de este rey joven.
12. ¿Qué experiencia personal tuvo el joven Jeremías con Jehová?
12 Uno de los principales profetas de Jehová en los últimos días del Reino de Judá fue el hombre Jeremías. De hombre resultó ser un siervo fiel y confiable de Jehová. Pero aun desde su juventud en adelante este siervo joven de Jehová fue una persona a quien los de más edad no podían menospreciar ni criticar. Él escribe acerca de su experiencia personal con Jehová Dios con estas palabras: “Y empezó a ocurrirme la palabra de Jehová, diciendo: ‘Antes de estar formándote en el vientre te conocí, y antes que procedieras a salir de la matriz te santifiqué. Profeta a las naciones te hice.’ Pero yo dije: ‘¡Ay, oh Señor Jehová! Mira que realmente no sé hablar, pues solo soy un muchacho.’ Y Jehová pasó a decirme: ‘No digas: “Solo soy un muchacho.” Antes bien, a todos aquellos a quienes te envíe, debes ir; y todo lo que yo te mande, debes hablar. No tengas miedo a causa de sus rostros, porque “Yo estoy contigo para librarte,” es la expresión de Jehová.’”—Jer. 1:4-8.
13. Por su fiel proceder ante Jehová, ¿por qué pruebas pasó Jeremías, y por cuántos años profetizó fielmente acerca de los juicios de Jehová?
13 Jeremías se fió de la palabra de Jehová y llegó a ser un vocero denodado de Jehová para el pueblo de Judá y Jerusalén. Su fe plena descansaba en su Dios Jehová. Su ministerio denodado no se llevó a cabo sin recibir oposición de sus mismos semejantes israelitas. El relato bíblico muestra que Jeremías fue condenado, puesto en el cepo, se hizo un complot contra su vida, y fue arrojado en una cisterna profunda que sirvió de prisión para él. El libro bíblico de Jeremías contiene el relato de las profecías de este hombre, procedentes de la boca de Jehová Dios. Por cuarenta años obró como profeta de Jehová enviado para “desarraigar y para derruir y para destruir y para demoler, para edificar y para plantar.” (Jer. 1:10) Sí, desde su juventud en adelante este hombre de Dios de veras fue una persona a quien nadie podía menospreciar.
14. (a) Debido a la conducta recta, ¿qué puestos llegaron a ocupar los jóvenes Daniel y sus tres compañeros? (b) ¿Cómo demostraron Sadrac, Mesac y Abednego su lealtad a Jehová Dios?
14 Un profeta contemporáneo de Jeremías fue el joven Daniel. Este siervo joven de Jehová fue llevado cautivo a Babilonia cuando solo era un muchacho. Él, junto con sus tres compañeros allegados: Sadrac, Mesac y Abednego, hicieron historia bíblica durante su morada en Babilonia. Aun siendo jóvenes en aquel país pagano fielmente hicieron la voluntad de su Creador, Jehová Dios. Debido a su conducta recta se le confió a Daniel la gobernación de todo el distrito jurisdiccional de Babilonia y fue hecho prefecto principal sobre todos los sabios de Babilonia. Sus compañeros, Sadrac, Mesac y Abednego, también fueron nombrados a puestos responsables en el gobierno, y más tarde tuvieron la oportunidad de demostrar que eran esclavos dedicados de Jehová en el episodio del horno ardiente.—Dan. 2:48, 49; 3:8-30.
15. ¿Cómo fue el Señor Jesús un ejemplo excelente para los jóvenes de hoy día?
15 De importancia particular al considerar a los siervos jóvenes de Jehová es el relato de la vida del Señor Jesucristo. Su vida terrestre comenzó alrededor del año 2 a. de la E.C., en la pequeña población de Belén, cuando su madre, la virgen María, lo dio a luz y lo colocó en un pesebre. Aunque el relato bíblico no da muchos detalles en cuanto a los días de la muchachez del Señor Jesús, lo que se dice nos da un vistazo de este joven, perfecto, enviado a la Tierra para rescatar a la humanidad imperfecta. A una edad joven viajó con sus padres a Jerusalén para la fiesta de la pascua. Mientras estuvo allí entró en conversación con los maestros en el templo de Jehová. Y fue allí donde lo encontraron sus padres después de haberlo perdido en las muchedumbres que habían concurrido a Jerusalén para la pascua. El registro bíblico nos habla acerca de esa ocasión y nos informa que los que estaban en el templo escuchándolo hablar “quedaban asombrados de su entendimiento y de sus respuestas.” A pesar de sus años tiernos —tenía unos doce años de edad entonces— estaba dando atención a la Palabra de Dios y había hecho que le tuvieran respeto las personas con quienes tuvo trato. Sin embargo, el registro bíblico muestra que Jesús continuó en sujeción a sus padres y que siguió progresando en sabiduría y en desarrollo físico y en favor con Dios y los hombres.—Luc. 2:41-52.
16. ¿Qué clase de joven resultó ser Timoteo según lo manifiestan los comentarios del apóstol Pablo en 1 Corintios 4:17 y Filipenses 2:19, 20?
16 A eso se debe que, con todos estos ejemplos registrados en las Escrituras Hebreas, y con la conducta y modo de vivir de Jesús vívidamente grabados en la mente, el apóstol Pablo pudiera dar buen consejo a otro joven, Timoteo, y aconsejarle que fuera “ejemplo para los fieles en el hablar, en conducta, en amor, en fe, en castidad.” (1 Tim. 4:12) Y el hecho de que este joven fue un ejemplo excelente lo confirma la referencia de Pablo a él en 1 Corintios 4:17. Al hablar a esa congregación corintia Pablo dijo: “Envío a Timoteo a ustedes, puesto que es mi hijo amado y fiel en el Señor; y él les recordará mis métodos relacionados con Cristo Jesús, así como yo estoy enseñando en todas partes en toda congregación.” De este joven el apóstol Pablo también escribió lo siguiente a la congregación filipense: “Por mi parte, espero en el Señor Jesús enviarles dentro de poco a Timoteo, para que yo sea un alma alegre cuando llegue a saber de las cosas que tienen que ver con ustedes. Porque no tengo a ningún otro de disposición como la de él que genuinamente cuide de las cosas que tienen que ver con ustedes.”—Fili. 2:19, 20.
17. ¿Qué pregunta se nos hace ahora acerca de los jóvenes, y cuál es la respuesta correcta a esa pregunta?
17 ¿Es posible entonces en este día y era, el siglo veinte, un tiempo de gran alboroto y tensión entre los pueblos de todas las naciones, que los ejemplos del pasado sean provechosos para dirigir a los jóvenes de este mundo moderno? Sin falta la respuesta es ¡Sí! Pues la vida de estos hombres, y de otros que no mencionamos, pueden servir de señales de camino para los jóvenes a fin de que ‘nadie jamás menosprecie su juventud.’ De hecho, por todas partes de esta Tierra tenemos ejemplos de jóvenes que de veras no están dando causa a nadie para que menosprecie su juventud; más bien, están dando causa para que la gente quede favorablemente impresionada con su habla, su conducta, su amor, su fe y su conducta casta. El leer el siguiente artículo demostrará lo que están haciendo estos jóvenes para producir alabanza a su Magnífico Creador, Jehová Dios, y cómo pueden recibir ayuda adicional de sus padres y de la generación adulta.
[Ilustración de la página 653]
Nadie tenía razón para menospreciar a Jeremías, desde su juventud en adelante, aunque recibió oposición y fue puesto en el cepo por su ministerio