Capítulo 5
Recompensada la integridad probada del “Siervo”
1. (a) ¿Qué es un cabro emisario? (b) ¿Se hace más fácil sobrellevar el sufrimiento envuelto porque uno tenga que morir por toda la humanidad?
NO ES cosa fácil sufrir a manera de cabro emisario y a la misma vez mantener la integridad para con el Dios de la Justicia. El individuo que sirve de cabro emisario es una persona inocente, y sin embargo se le hace responder por la culpa de otros o sufrir en el lugar de ellos. La prueba a que se somete la integridad de alguien en esa posición no es aligerada cuando ése tiene que responder por la culpa y sufrir hasta el punto mismo de morir por el mundo entero de la humanidad. Como presentó el caso un escritor inspirado: “Porque apenas morirá alguien por un justo; en realidad, por el bueno, quizás, alguien aun se atreva a morir.”—Romanos 5:7.
2. En sus instrucciones acerca del antiguo Día de Expiación judío, ¿qué dice la Biblia acerca de un cabro emisario o macho de cabrío emisario?
2 Y sin embargo, a fecha tan temprana como en el siglo dieciséis antes de nuestra era común, por primera vez se reveló que alguien serviría a la manera de cabro emisario para la entera raza de la humanidad. En el código de leyes que fue dado por medio de Moisés a la nación de Israel en el monte Sinaí en 1513 a. de la E.C., Jehová Dios estipuló que los israelitas habían de celebrar un solemne Día de Expiación en el día décimo del séptimo mes lunar (Tisri) cada año. Con relación a la expiación por los pecados que se hacía por medio de la sangre de un toro y un cabro, la cual sangre se introducía en el Santísimo del tabernáculo y se rociaba delante del arca dorada del pacto de Dios, había un cabro del cual se hacía el cabro emisario. La manera en que se determinaba cuál era el cabro y lo que se hacía con él se nos describe en el capítulo dieciséis del tercer libro de Moisés, de esta manera:
Y [Aarón] recibirá de toda la multitud de los hijos de Israel dos machos de cabrío por el pecado, y un carnero para holocausto. Y luego que hubiere ofrecido el ternero, y hecho oración por sí y por su casa, hará estar los dos machos de cabrío delante del Señor a la entrada del tabernáculo del testimonio: y echando suertes sobre los dos, la una para el Señor, y la otra para el macho de cabrío emisario: ofrecerá por el pecado aquel, á quien saliere la suerte para el Señor: y á quien cayere la de ser macho de cabrío emisario, lo presentará vivo delante del Señor, para hacer las preces sobre él, y echarle al desierto.
Después que hubiere purificado el santuario, y el tabernáculo, y el altar, entonces ofrezca el macho de cabrío vivo: y puestas las dos manos sobre la cabeza de él, confiese todas las iniquidades de los hijos de Israel, y todos los delitos y pecados de ellos, los cuales cargando con imprecaciones sobre la cabeza de él, lo echará al desierto por un hombre destinado. Y después que el macho de cabrío hubiere llevado todas las iniquidades de ellos á tierra solitaria, y hubiere sido soltado en el desierto.—Levítico 16:5-10, 20-22, Versión de Scío de San Miguel.
3, 4. ¿Cómo sabemos que el macho cabrío emisario del Día de Expiación tenía significado típico?
3 Traducciones modernas vierten “el macho de cabrío emisario” como “el macho cabrío para Azazel.” La antigua Versión de los Setenta hecha por judíos de Alejandría, Egipto, según la traducción de Charles Thomson al inglés, dice que la suerte para este cabro era “una suerte, ‘Para escape.’” También: “para hacer expiación sobre él, para dejarlo escapar.” (Levítico 16:8-10) La antigua Vulgata latina vierte esto “el cabro emisario” (caper emissarius), que corresponde con “macho de cabrío emisario.” Pues bien, este cabro, que era un rasgo del Día de Expiación anual del Israel antiguo, tenía significado típico. Era tipo de algo bueno que le vendría a la humanidad. En Hebreos 10:1 está escrito: “La Ley tiene una sombra de las buenas cosas por venir.” Y, hablando acerca de las víctimas que se sacrificaban en el Día de Expiación, Hebreos 13:11-14 dice:
4 “Los cuerpos de aquellos animales cuya sangre es introducida en el lugar santo por el sumo sacerdote por el pecado son quemados fuera del campamento. Por eso Jesús también, para santificar al pueblo con su propia sangre, sufrió fuera de la puerta. Salgamos, pues, a él fuera del campamento, soportando el vituperio que él soportó, porque no tenemos aquí una ciudad que continúe.”
5. ¿Cómo indica el lenguaje de Isaías 53:4, 5 que el “Siervo” de Jehová había de servir del “macho de cabrío emisario” antitípico?
5 Según la profecía de Isaías, capítulo 53 cincuenta y tres, el “Siervo” de Jehová es el portador de pecados que fue prefigurado por el cabro emisario del Día de Expiación que continuó observándose en el templo de Jehová hasta que la ciudad de Jerusalén fue destruida por los romanos en 70 E.C. El hecho de que el “Siervo” Mesiánico había de servir del “macho de cabrío emisario” antitípico lo procede a mostrar el profeta Isaías, diciendo: “Verdaderamente nuestras enfermedades fueron las que él mismo llevó; y en cuanto a nuestros dolores, él los cargó. Pero nosotros mismos lo consideramos como plagado, golpeado por Dios y afligido. Pero a él se le estuvo traspasando por nuestra transgresión; se le estuvo aplastando por nuestros errores. El castigo que era para nuestra paz estuvo sobre él, y a causa de sus heridas ha habido una curación para nosotros.”—Isaías 53:4, 5.
6. ¿Con qué actividad por parte de Jesús conecta el apóstol Mateo el cumplimiento de Isaías 53:4?
6 Hay otro escritor bíblico inspirado que aplica la profecía de Isaías acerca del “Siervo” de Jehová a Jesucristo, y ése es Mateo Leví, quien había sido recaudador de impuestos. Mencionando los milagros de curar enfermedades humanas ejecutados por Jesús, Mateo 8:14-17 dice: “Jesús, al entrar en la casa de Pedro, vio a la suegra de éste acostada y enferma con fiebre. Por consiguiente le tocó la mano, y la fiebre la dejó, y ella se levantó y se puso a servirle. Pero, al anochecer, la gente le trajo muchos endemoniados; y él expulsó a los espíritus con una palabra, y curó a todos los que se sentían mal; para que se cumpliera lo que se habló por medio de Isaías el profeta, que dijo: ‘Él mismo tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias.’”—Isaías 53:4.
7. ¿Cómo indican las Escrituras que del cuerpo de Jesús fluía vitalidad cuando él ejecutaba curaciones?
7 No podemos decir hasta qué punto le sustrajo vitalidad a Jesús esta ejecución de curaciones milagrosas. Pero está escrito, en Lucas 6:18, 19: “Hasta los que eran molestados de espíritus inmundos fueron curados. Y toda la muchedumbre procuraba tocarle, porque salía poder de él y sanaba a todos.” El hecho de que Jesús percibía este fluir de vitalidad desde su cuerpo, hasta en el caso de una sola curación, se desprende claramente de este caso registrado en Lucas 8:42-48: “Mientras iba, las muchedumbres lo apretaban. Y una mujer, que padecía flujo de sangre hacía doce años, y que no había podido conseguir que nadie la curara, se acercó por detrás y tocó el fleco de su prenda exterior de vestir, y al instante cesó el flujo de su sangre. De modo que Jesús dijo: ‘¿Quién es el que me tocó?’ Cuando todos lo negaban, Pedro dijo: ‘Instructor, las muchedumbres te rodean y te oprimen estrechamente.’ Sin embargo Jesús dijo: ‘Alguien me tocó, porque percibí que de mí salió poder.’ Viendo que no había pasado inadvertida, la mujer vino temblando y cayó delante de él y reveló ante todo el pueblo por qué motivo le tocó y cómo fue sanada al instante. Pero él le dijo: ‘Hija, tu fe te ha sanado; vete en paz.’”—Compare con Marcos 5:25-34.
8. ¿Qué incidente indica que las curaciones que Jesús ejecutaba tenían algo que ver con su papel de Portador de Pecados?
8 En el caso del “Siervo” de Jehová, las curaciones que Jesús ejecutaba así milagrosamente eran prueba de que era el Portador de Pecados. Por ejemplo, cuando críticos religiosos acusaron a Jesús de blasfemar por decir a un hombre que estaba paralizado: “Cobra ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados,” lo siguiente aconteció: “Y Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo: ‘¿Por qué piensan cosas inicuas en sus corazones? Por ejemplo, ¿qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? Sin embargo, para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados...,’ dijo entonces al paralítico: ‘Levántate, toma tu cama y vete a tu casa.’ Y él se levantó y se fue a su casa. Al ver esto, las muchedumbres fueron sobrecogidas de temor, y glorificaron a Dios, que dio tal autoridad a los hombres.”—Mateo 9:2-8.
9. (a) ¿Por qué es una necesidad más importante para la humanidad el que se le limpie del pecado que el que se le cure físicamente? (b) Como base para esa limpieza, ¿qué provisión se exigía?
9 Aunque los muchos maravillosos milagros eran testimonio del hecho de que Jesús era el Mesías, el Ungido (Hechos 10:38), él estaba más interesado en sanar a toda la humanidad de lo que era la causa fundamental de toda esta enfermedad. La curación principal que se necesitaba era la curación del pecado, el salario del cual es la muerte con todas sus asociadas debilidades corporales y dolencias. (Romanos 6:23) La curación espiritual era más importante que la curación física, porque el que en alguien ejecutaran una curación corporal Jesús o sus discípulos autorizados no significaba la salvación eterna del que hubiera sido sanado. El limpiar del pecado exigía el derramamiento de la sangre de Jesucristo en muerte de sacrificio en el Día de Expiación antitípico.—Hebreos 9:22.
10. (a) ¿Qué hacía que pareciera que Jesús estaba “plagado” por Dios? (b) ¿Cómo “era para nuestra paz” el castigo que vino sobre él?
10 Debido a la persecución religiosa que amontonaban sobre él los que servían legítimamente en el templo en Jerusalén y otros líderes religiosos a los cuales se tenía en alta estima, parecía como que Jesús estaba “plagado” por Dios mismo. Parecía que Dios le causaba heridas de golpes por medio de los que aparentemente estaban participando en el verdadero servicio de Dios. Pero el aguantar esto sin quejarse era para Jesús excelente disciplina procedente de su Padre celestial. En vista de la severidad de esto, era como castigo para él. (Hebreos 12:2-8) Pero este castigo “era para nuestra paz,” es decir, el aguante de este castigo por Jesús era para que resultara en que entráramos en relación de paz con Dios.
11. ¿Cómo respondió Jesús al sufrimiento que se amontonó sobre él, y con qué beneficio para nosotros?
11 Si Jesús se hubiera rebelado contra esta experiencia disciplinaria en la Tierra, lo hubiéramos perdido todo. Pero uno de sus más íntimos apóstoles, Simón Pedro, nos escribe, diciendo: “Cristo sufrió por ustedes, dejándoles dechado para que sigan sus pasos con sumo cuidado y atención. Él no cometió pecado, ni en su boca se halló engaño. Cuando lo estaban injuriando, no se puso a injuriar en cambio. Cuando estaba sufriendo, no se puso a amenazar, sino que siguió encomendándose al que juzga con justicia. Él mismo cargó con nuestros pecados en su propio cuerpo sobre el madero, para que acabásemos con los pecados y viviésemos a la justicia. Y ‘por sus heridas ustedes fueron sanados.’” (1 Pedro 2:21-24) Aquí el apóstol Pedro cita de Isaías 53:5, y así llega a ser otro judío que, bajo inspiración divina, identifica a Jesucristo como el “Siervo” predicho en la profecía de Isaías.
COMO OVEJA QUE NO RESISTE
12. ¿Cómo se predijo en Isaías 53:6, 7 la sumisión de Jesucristo a lo que Jehová permitió?
12 Jesucristo tendría que ser muy sumiso a la soberanía universal de Jehová para poder cumplir lo que Isaías dice además acerca del “Siervo” al establecer comparaciones con ovejas. Mostrando la diferencia entre nosotros y el “Siervo,” Isaías 53:6, 7 dice: “Como ovejas todos nosotros hemos andado errantes; ha sido cada cual a su propio camino que nos hemos dirigido; y Jehová mismo ha hecho que el error de todos nosotros se encuentre con aquél. Estuvo en severa estrechez, y él fue dejando que se le afligiera; no obstante, no abría su boca. Se le fue trayendo justamente como una víctima ovejuna al degüello; y como una oveja que delante de sus esquiladores ha enmudecido, él igualmente no abría su boca.”
13. (a) ¿A quién aplicó esta porción de las Escrituras Felipe el evangelizador? (b) Hablando en sentido espiritual, ¿cómo éramos como ovejas que vagaban y qué se necesitaba para socorrernos?
13 Cuando un eunuco etíope preguntó de quién hablaba aquí el profeta Isaías, si de sí mismo o de algún otro hombre, Felipe el evangelizador aplicó aquella porción de las Escrituras a Jesucristo. (Hechos 8:26-35) Además, no hay duda de que Pedro tenía presente esta porción de las Escrituras cuando escribió lo siguiente a compañeros cristianos: “Y ‘por sus heridas ustedes fueron sanados.’ Porque ustedes, como ovejas, andaban descarriados; pero ahora se han vuelto al pastor y superintendente de sus almas.” (1 Pedro 2:24, 25) Sí, debido a que espiritualmente éramos como ovejas que vagaban, extraviadas en ignorancia, error y pecado, necesitábamos que se nos recobrara. Esto exigía que una “oveja” inmaculada que sirviera de sustituto fuera degollada por nosotros, debido a nuestro proceder erróneo. En excelente armonía con la profecía de Isaías, Juan el Bautista señaló a Jesús ya bautizado y ungido y dijo: “¡Mira, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!”—Juan 1:29, 36.
14. ¿Cómo indica Revelación 5:8-10 quién resultó ser aquella ‘oveja traída al degüello’?
14 Repetidamente, en el libro que está en último lugar en las Santas Escrituras, Revelación, se alude a Jesucristo con la expresión: “el Cordero,” y se le dice: “Fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios personas de toda tribu y lengua y pueblo y nación, e hiciste que fuesen un reino y sacerdotes para nuestro Dios, y han de gobernar como reyes sobre la tierra.”—Revelación 5:8-10; 22:1; compare con 1 Pedro 1:18, 19.
15. (a) Cuando Jesús fue sometido a juicio, ¿cómo resultó verdad que Jesús estuvo “enmudecido,” como una oveja delante de sus esquiladores? (b) ¿Por qué optó por este proceder?
15 Cuando se vio envuelto finalmente en un juicio con su vida terrestre en juego, este “Cordero” rehusó responder a las falsas acusaciones de los que testificaban contra él. Permaneció “enmudecido,” porque no deseaba decir nada que estorbara la ejecución de la voluntad de su Padre celestial, como se expresaba, por ejemplo, en Isaías 53:5. Optó por dejar que el registro público que se había hecho delante de la nación de Israel hablara por sí mismo. Si sus jueces terrestres no optaban por aceptar este testimonio verdadero y válido, entonces llevaban la responsabilidad de esto delante del Juez Supremo, Jehová Dios. Ellos mostraron, con todo, que no se habrían guiado por los hechos verdaderos, aunque Jesús hubiera roto el silencio que de propósito mantenía. Él no peleó contra morir como un cordero degollado para redimir a toda la humanidad del pecado, la enfermedad y la muerte. Confiaba en que el Dios Todopoderoso podía resucitarlo de entre los muertos a vida inmortal.—Mateo 26:65; Lucas 23:8-11; Juan 19:8-11.
MUERTE Y ENTIERRO DEL “SIERVO”
16. ¿Por qué no impuso Dios una restricción a los enemigos que prendieron a su “Siervo”?
16 El Dios Todopoderoso no impuso restricción a los enemigos cuando llegó el tiempo debido para que el “Siervo” de Jehová fuera entregado a ellos. Dejó que llegaran hasta el límite y así mostraran el grado de su crueldad y malignidad. Como dijo Jesús a los que habían venido al Jardín de Getsemaní en la noche de la Pascua para arrestarlo: “¿Salieron con espadas y garrotes como contra un salteador? Mientras estaba con ustedes día tras día en el templo no extendieron las manos contra mí. Pero ésta es su hora y la autoridad de la oscuridad.”—Lucas 22:52, 53.
17, 18. ¿Quién aplicó la “restricción,” según se predijo en Isaías 53:8, y de qué manera?
17 ¿Quién, pues, aplica una restricción y a quién o a qué se aplica, según lo que el profeta Isaías ahora pasa a decir acerca del “Siervo” de Jehová? “A causa de restricción y de juicio él fue quitado; y ¿quién se preocupará siquiera con los detalles de su generación? Pues fue cortado de la tierra de los vivientes. A causa de la transgresión de mi pueblo sufrió el golpe. Y hará su sepultura aun con los inicuos, y con la clase rica en su muerte, a pesar de que no había hecho violencia y no hubo engaño en su boca.”—Isaías 53:8, 9.
18 De esto se desprende claramente que los enemigos del “Siervo” de Jehová aplicaron la restricción. Además, fue una restricción que se le impuso a la justicia, la imparcialidad, para que no fuera respetada y ejecutada. (Compare con Salmo 40:11; Isaías 63:15) Esto concuerda con la manera en que se cita este versículo (Isaías 53:8) en Hechos 8:33, donde se cita la lectura de la Versión de los Setenta griega (LXX). Dice: “Durante su humillación apartaron de él el juicio. ¿Quién referirá los detalles de su generación? Porque su vida se quita de la tierra.” Así, se usa la palabra “humillación” en vez de “restricción.” Pero notamos que el versículo no dice: ‘Durante su humildad,’ para aludir a la humildad y sumisión del “Siervo”; sino que dice: “Durante su humillación.” De modo que los enemigos de Jesús lo humillaron por medio de restringir la justicia. Mientras impedían así la justicia y equidad, el “juicio” de una vista justa de su causa y un fallo correcto, libre de prejuicio, ‘fue apartado de él.’
19. ¿Cómo comunican otras traducciones de la Biblia la idea que allí se expresa?
19 Así, como predijo Isaías 53:8, “a causa de restricción y de juicio él fue quitado.” La sustancia de lo que de hecho aconteció se da sencillamente en la traducción de la Biblia al inglés por S. T. Byington, que dije: “Lo sacaron de la ley y el orden.” Por supuesto, todo parecía ser legal, sin empujar a un lado los tribunales legales; pero la manera en que se manejó el caso del “Siervo” de Jehová fue un ultraje a la justicia. Como dice la Versión Moderna: “Por medio de la opresión y del juicio fue quitado.” Correspondientemente, la Sagrada Biblia de Straubinger dice: “Fué arrebatado por un juicio injusto,” mientras que la Biblia de Jerusalén dice: “Tras arresto y juicio fue arrebatado.”
20. Con relación a esto, ¿qué pregunta pasa a hacer el profeta Isaías?
20 Entonces, Isaías 53:8 pasa a hacer esta pregunta: “Y ¿quién se preocupará siquiera con [los detalles de] su generación?” La LXX griega dice así en este caso: “¿Quién referirá los detalles de [o relatará por completo] su generación?”—Hechos 8:33.
21, 22. (a) ¿A quiénes no aplica aquí la palabra “generación”? (b) ¿Cómo muestran esto diferentes traducciones de la Biblia?
21 La palabra “generación” no aplica aquí a la “generación perversa” de personas, según Hechos 2:40, en medio de la cual Jesucristo vivió. El profeta Isaías no está apartando nuestra atención del “Siervo” sufriente para que la pongamos en los contemporáneos del “Siervo” que causaron los sufrimientos de éste; como se sugiere en la lectura que suministra la Versión Moderna: “Y en cuanto a los de su generación, ¿quién entre ellos pensaba . . .?” O como dice la traducción de la Sociedad Judía de Publicación en inglés: “Y con su generación ¿quién razonó?” A lo cual añade este comentario en una nota al pie de la página: “Nadie. El martirio le fue infligido sin interferencia o protesta de nadie.”—Vea el libro Isaiah (Isaías), por la casa The Soncino Press, página 263, publicado en 1949.
22 En vez de tal cosa, el profeta Isaías mantiene nuestra atención enfocada en el “Siervo” aun cuando usa la palabra hebrea para “generación.” A esto se da énfasis en varias traducciones modernas: “Y de su causa ¿quién se preocupa?” (BJ) “Sin que nadie defendiera su causa.” (NC) Y la traducción de la antigua Versión Aramea Peshitta dice: “¿Y quién puede describir su angustia?” (Lamsa) Así, nuestra atención no se transfiere del “Siervo.”
23. ¿En qué sentido, pues, hemos de entender la pregunta que se plantea en Isaías 53:8?
23 El “Siervo” de Jehová no había de tener hijos terrestres naturalmente. Por eso la palabra “generación” no pregunta acerca de ninguna prole del “Siervo,” el Mesías. La palabra “generación” pudiera tener la idea de “derechos de nacimiento,” o “descendencia,” los antecedentes naturales de uno. En este sentido, pues, se ha de entender la pregunta que plantea Isaías: “Y ¿quién se preocupará siquiera con [los detalles de] su generación?” “¿Quién referirá los detalles de su generación?” (Isaías 53:8; Hechos 8:33) Por consiguiente, mientras se celebraban los juicios de Jesús el Mesías ante los tribunales, ¿no pudo haberse presentado esta pregunta? ¿Quién del Tribunal Supremo judío, el Sanedrín de Jerusalén, tomó en cuenta quién era este hombre que estaba en juicio ante ellos? ¿Se interesaron honradamente en conseguir los hechos verídicos en cuanto a los antecedentes de este hombre... que cumplía todos los requisitos que probaban que era con toda verdad el Mesías prometido? Cuando el sumo sacerdote, como presidente del Sanedrín, puso a Jesús bajo juramento de admitir verdaderamente su identidad, todo el tribunal se puso a acusarlo de blasfemia y por lo tanto de ser merecedor de la muerte según la Ley Mosaica.—Mateo 26:59-68.
24. (a) Cuando Jesús estuvo delante de Poncio Pilato, ¿cómo fue que tampoco Pilato dio debido peso a “los detalles de su generación”? (b) Por eso, como se predijo en Isaías 53:8, ¿en qué resultó aquello?
24 El gobernador romano, Poncio Pilato, cuando se enteró de que muchos consideraban que Jesús era el Mesías, el Cristo, se preocupó y dio pasos para determinar algo en cuanto a los antecedentes originales de éste. Pero a pesar de sus dudas, cedió a la presión de la chusma fanática que clamaba pidiendo que se fijara en un madero a Jesús el Mesías, y lo sentenció a morir en un madero de ejecución. (Mateo 27:24-26; Lucas 23:6-25; Juan 18:33 a 19:16 inclusive) Así “los detalles de su generación” no fueron examinados imparcialmente ni recibieron debido peso, y los que se encargaron del caso del Mesías no sintieron la debida preocupación. Puesto que la respuesta a la pregunta de Isaías fue: Nadie que estuviera en autoridad temporal, no es raro que lo demás de Isaías 53:8 pase a declarar lo siguiente: “Pues fue cortado de la tierra de los vivientes. A causa de la transgresión de mi pueblo sufrió el golpe.”
25. ¿Cuándo fue Jesucristo “cortado de la tierra de los vivientes,” recibiendo así el “golpe” que otros merecían?
25 Esto significaba que la vida terrestre del Mesías sería acortada. Y así lo fue, puesto que a Jesucristo le dieron muerte a la edad de treinta y tres años y medio. Recibió el golpe que otros merecían debido a la propia transgresión de ellos. No obstante, esto no sucedió antes del tiempo que Dios había fijado para que su “Siervo” Mesiánico fuera cortado de en medio de los que vivían en la Tierra. En la profecía de Daniel 9:24-27, Jehová dijo lo siguiente acerca de la septuagésima y última semana de las setenta semanas de años que tenían que ver con el Mesías: “Y después de las sesenta y dos semanas [que seguían a las anteriores siete semanas] Mesías será cortado, con nada para sí. . . . Y él tiene que mantener el pacto en vigor para los muchos por una semana [desde el otoño de 29 E.C. hasta el otoño de 36 E.C.]; y a la mitad de la semana [en la primavera de 33 E.C.] hará que cesen el sacrificio y la ofrenda de dádiva [en virtud de su propio sacrificio humano perfecto].”
26. ¿A la “transgresión” de quien alude Isaías en el Is. 53 versículo 8 del capítulo 53?
26 De nuevo el profeta Isaías, en el Is. capítulo 53, versículo 8, envuelve a su propio pueblo en la situación, diciendo “mi pueblo,” que eran entonces también el pueblo escogido de Dios. Así, también, Isaías admite la “transgresión” de su propia nación y señala a la inocencia del “Siervo” Mesiánico, Jesucristo. Sin embargo, este Mesías estuvo dispuesto a sufrir inocentemente a favor de la nación judía, “mi pueblo,” como Isaías los llama. Esta nación en particular era culpable de transgresión contra Jehová el Dios de ellos. Por medio de Moisés el mediador habían sido introducidos en un pacto de Ley en el monte Sinaí en Arabia en 1513 a. de la E.C. Por no observar aquel pacto de la Ley perfectamente, llegaron a ser una nación maldita, sujeta a todas las maldiciones sobre las cuales Moisés les había advertido de antemano en Deuteronomio 28:15-68. Esta era una maldición que no estaba sobre lo demás de la familia humana, puesto que ninguno de estos gentiles fue admitido dentro del pacto de la Ley Mosaica.
MESÍAS HECHO MALDICIÓN POR UNA NACIÓN
27, 28. (a) ¿Cómo podía quitársele a la nación judía la maldición debida a haber violado el pacto de la Ley? (b) ¿Qué decía la Ley en cuanto a la manera en que Dios consideraba al individuo a quien se colgaba de un madero?
27 ¿Cómo se le quitaría esta maldición a la nación judía? Por la muerte de alguien de su propia nación sobre un madero o árbol de ejecución. En Deuteronomio 21:22, 23 está escrito:
28 “Y en caso de que llegue a haber en un hombre un pecado que merezca la sentencia de muerte, y se le haya dado muerte, y lo hayas colgado en un madero, su cuerpo muerto no debería quedarse toda la noche en el madero antes bien, sin falta debes enterrarlo ese mismo día, porque cosa maldecida de Dios es el que ha sido colgado; y no debes contaminar tu terreno, que Jehová tu Dios te está dando como herencia.”
29. Así, según lo explica el apóstol Pablo, ¿cómo suministró Jesús un medio de librar a la nación judía de la maldición en que se hallaba por violar la Ley?
29 No solo era necesario que Jesús muriera como sacrificio de rescate, sino también que muriera en un madero de ejecución. “Porque,” dice el apóstol Pablo, “todos los que dependen de obras de ley están bajo maldición; porque está escrito: ‘Maldito es todo el que no continúa en todas las cosas escritas en el rollo de la Ley a fin de hacerlas.’ Además, que por ley nadie es declarado justo para con Dios es evidente, porque ‘el justo vivirá a causa de la fe.’ Ahora bien, la Ley no se adhiere a la fe, sino que ‘el que los hace vivirá por medio de ellos.’ Cristo por compra nos libró de la maldición de la Ley llegando a ser una maldición en lugar de nosotros, porque está escrito: ‘Maldito es todo aquel que es colgado en un madero.’ El propósito fue que la bendición de Abrahán llegase a ser para las naciones por medio de Jesucristo, para que mediante nuestra fe recibiésemos el espíritu prometido.”—Gálatas 3:10-14; Deuteronomio 27:26; Levítico 18:5.
30. En cuanto al lugar de entierro del Mesías, ¿qué predijo Isaías 53:9?
30 Jesús el Mesías llegó a ser una maldición en lugar de la nación judía cuando murió sobre el madero de ejecución en Calvario, fuera de Jerusalén, en el Día de la Pascua de 33 E.C. Muerto, Jesús no podía controlar dónde hubieran de enterrarlo. Su cuerpo pudiera haber sido tomado, como el de un criminal maldito que no mereciera una resurrección, y haber sido arrojado en Gehena, el valle de Hinom al sur y sudoeste de Jerusalén donde los fuegos incineradores para la basura de la santa ciudad se mantenían ardiendo y hasta se mezclaban con azufre. Pero esta profecía de Isaías 53:9 tenía que cumplirse en él: “Y hará su sepultura aun con los inicuos, y con la clase rica en su muerte, a pesar de que no había hecho violencia y no hubo engaño en su boca.”
31. ¿Cómo se realizó el que a Jesús se le enterrara “con los inicuos” y “con la clase rica”?
31 El que Jesús muriera entre dos conocidos criminales colgados en maderos clasificaría el entierro de Jesús como “con los inicuos,” aunque no fuera enterrado al lado mismo de ellos. Según la ley de Dios por medio de Moisés, Jesús tenía que ser bajado del madero y enterrado aquel mismo día antes de la caída del Sol. El tiempo estaba pasando rápidamente, y los judíos le solicitaron a Pilato que sus soldados quitaran los cuerpos de los tres hombres antes que terminara el Día de la Pascua. (Juan 19:31-37) Pensando de antemano en tal cosa, un discípulo secreto de Jesucristo, un rico llamado José de Arimatea, fue y consiguió permiso del gobernador Pilato para bajar el cuerpo de Jesús y enterrarlo. De modo que Jesús fue enterrado en una tumba recientemente cortada en la cual todavía no había sido colocado ningún cadáver. Al hacer que esto se efectuara, este rico, José, no se dio cuenta de que estaba participando en el cumplimiento de Isaías 53:9 en el sentido de que el “Siervo” de Jehová haría su sepultura “con la clase rica en su muerte.”—Juan 19:38-42; Mateo 27:57-60; Marcos 15:42-46; Lucas 23:50-53.
32. Aun después de la muerte de Jesús, ¿cómo mostraron los enemigos judíos que consideraban a Jesús como un impostor inicuo?
32 Este entierro de Jesús el Mesías “con la clase rica” no quitó la mancha de que muriera con inicuos y fuera enterrado como un inicuo. Los judíos enemigos averiguaron dónde fue enterrado el cuerpo de Jesús, e hicieron que el gobernador Pilato sellara la piedra sepulcral y permitiera que se colocara una guardia de soldados en la tumba, porque clasificaban a Jesús como un impostor inicuo. Temían que si no hacían esto los discípulos de Jesús se robarían el cadáver y entonces dirían que él había sido resucitado, y así “será esta última impostura peor que la primera.” Aunque al tercer día la guardia de soldados informó que fue un glorioso ángel del cielo el que rompió el sello del gobernador e hizo rodar la piedra, abriendo la tumba, los principales sacerdotes y los ancianos sobornaron a los soldados de la guardia para que le dijeran a la gente que los discípulos de Jesús habían ejecutado esta “última impostura” y eran peores impostores que Jesús mismo.—Mateo 27:62-66; 28:11-15.
33, 34. (a) ¿Por qué permitió Jehová toda esta humillación de su “Siervo”? (b) ¿Cómo indicó la profecía en Isaías 53:10 que no sería en vano que el Mesías mantendría su integridad?
33 Jesús el Mesías sufrió toda esta humillación de manos de sus enemigos aunque, como predijo Isaías 53:9, “no había hecho violencia y no hubo engaño en su boca.” ¿Por qué permitió esto el Dios Todopoderoso? Fue debido a que el desafío que Satanás el Diablo había levantado, que envolvía hasta al “Siervo” de Jehová, tenía que ser sofocado para siempre. Su “Siervo” tenía que ser examinado o probado aquí mismo en la Tierra, y tenía que quedar mostrado que él era completamente firme en su lealtad a la soberanía universal de Jehová prescindiendo de todo el sufrimiento y humillación que se le permitiera a Satanás el Diablo causarle al “Siervo.” El que el “Siervo” de Jehová mantuviera la integridad piadosa bajo esta prueba sin paralelo no sería en vano ni sin una recompensa satisfaciente. Por ello, Isaías 53:10 dice:
34 “Pero Jehová mismo se deleitó en aplastarlo; lo enfermó. Si pones su alma como ofrenda por la culpa, él verá su prole, él prolongará sus días, y en su mano lo que es el deleite de Jehová tendrá éxito.”
LA RECOMPENSA POR LA INTEGRIDAD PROBADA
35. (a) ¿En qué sentido ‘aplastó’ Jehová a su “Siervo” y “lo enfermó”? (b) En realidad, ¿en qué fue que “Jehová mismo se deleitó”?
35 Jehová Dios no ‘aplastó’ personal y directamente a su “Siervo” Mesiánico. No lo “enfermó” directamente, según todas las apariencias, hablando figurativamente. Más de cuatro milenios antes, en el Jardín de Edén, Jehová le había dicho lo siguiente a la serpiente en presencia de la entidad invisible que había manipulado a aquella serpiente: “Pondré enemistad entre ti y la mujer y entre tu descendencia y la descendencia de ella. Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón.” (Génesis 3:15) Para cumplir esa profecía, Jehová tenía que permitir que la Gran Serpiente, Satanás el Diablo, magullará al “Siervo” Mesiánico en el talón, hasta la muerte misma. Él estuvo perfectamente complacido con que la Gran Serpiente hiciera esto. En el sentido de que lo permitió según su propósito, Jehová “lo enfermó,” hasta la muerte misma. Lo que quedó probado bajo el aplastamiento y la enfermedad mortal fue lo que deleitó a Jehová Dios, a saber, la integridad de Jesús.
36. ¿Por qué tiene que ser Jehová quien, según dice el texto bíblico, ‘pone como ofrenda por la culpa,’ el alma de su “Siervo”?
36 A la luz de lo que dice el Is. capítulo 53 cincuenta y tres de Isaías acerca del “Siervo” de Jehová, el “Siervo” suministra una “ofrenda por la culpa” para otros. Dice la Sagrada Biblia de Straubinger: “Luego de ofrecer su vida en sacrificio por el pecado, verá descendencia y vivirá largos días y la voluntad de Yahvé será cumplida por sus manos.” (Isaías 53:10b) Al decir: “Si pones su alma como ofrenda por la culpa,” como dice en hebreo, la persona a quien así se habla tendría que ser Jehová Dios, puesto que era a Él que el Israel antiguo ofrecía las ofrendas por la culpa típicas y a Él también ofrece Jesucristo la antitípica ofrenda por la culpa para toda la humanidad. (Hebreos 9:24 a 10:14 inclusive) Jehová es Quien determina el valor de un sacrificio, en cuanto a si satisface los requisitos para librar a los pecadores de su culpa y las consecuencias de ésta.
37. En cumplimiento de lo que se prefiguró en el Día de Expiación judío, ¿cómo presentó Jesús a Dios una ofrenda aceptable por la culpa?
37 Para que la ofrenda aceptable por la culpa le fuera presentada a Él en los cielos, Jehová levantó a su “Siervo” de entre los muertos al tercer día. Puesto que había entregado su alma humana como ofrenda por la culpa, el “Siervo” Mesiánico no podía ser levantado a la vida de nuevo como alma humana con un cuerpo de carne y sangre y huesos. Por eso el Dios Todopoderoso lo resucitó como persona de la región de los espíritus, pero todavía con el mérito o valor de su sacrificio humano perfecto. Por eso, cuando Jesús el Mesías ascendió finalmente al cielo y entró en la presencia de su Padre Celestial, no entró con las manos vacías. Tenía consigo lo que correspondía con la sangre de víctimas animales en el Día de Expiación judío, a saber, el mérito de su vida humana sacrificada como ofrenda por la culpa. Esto fue lo que presentó en el gran Día de Expiación antitípico, y Jehová lo aceptó a favor de toda la humanidad.
PROLE
38. ¿Por medio de qué es que Jesús el Mesías llega a tener “prole,” según lo que se dice en Isaías 53:10?
38 Hasta donde muestra el Is. capítulo 53 cincuenta y tres de Isaías, el “Siervo” Mesiánico moriría sin prole. Así fue como murió Jesucristo, sin hijos, sin casarse. En contraste con el primer Adán, que pecó y le hizo perder la vida a su prole, acerca de Jesús el Mesías está escrito: “El último Adán vino a ser un espíritu dador de vida.” (1 Corintios 15:45) Por medio de su ofrenda por la culpa él podía comprar de vuelta del pecado y la muerte a toda la prole de Adán y Eva y podía devolverles la vida, vida perfecta y libre de la condenación divina. ¿Hará esta cosa maravillosa el “espíritu dador de vida,” Jesús el Mesías? Sí, y esa es la significación de las palabras de Isaías 53:10: “Si pones su alma como ofrenda por la culpa, él verá su prole, él prolongará sus días, y en su mano lo que es el deleite de Jehová tendrá éxito.” Esto le promete “prole” al “Siervo.”
39. ¿Qué otros textos bíblicos indican que el Rey Mesiánico tendría prole?
39 En paralelo con esa promesa de prole está la que se le hizo al Rey Mesiánico en estas palabras del salmo profético: “En lugar de tus antepasados llegará a haber tus hijos, a quienes nombrarás príncipes en toda la tierra.” (Salmo 45:16) Y en cuanto a la promesa asociada que se encuentra en Isaías 53:10: “prolongará sus días,” esto significaría que el “Siervo” resucitado de Jehová sería padre de prole por largo tiempo. ¿Por cuánto tiempo? Para siempre, según la profecía de Isaías 9:6 respecto al descendiente mesiánico del rey David. Allí leemos: “Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; y el gobierno principesco vendrá a estar sobre su hombro. Y por nombre se le llamará Maravilloso Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” De modo que este Rey Mesiánico tendría hijos, pero no para que llegaran a ser sus sucesores en el puesto, porque él sería un Padre Eterno, uno que daría vida eterna a los hijos.
40. ¿Por qué “el deleite de Jehová tendrá éxito” en la mano del “Siervo” Mesiánico?
40 Este “Siervo” resucitado de Jehová no solo tendría buen éxito en cuanto a restaurar a la vida por la eternidad a la prole comprada y adoptada del primer Adán, sino que también tendría buen éxito en todas las demás cosas que Jehová confiaría al control de su mano. El “Siervo” Mesiánico se encargará de llevar a cabo concienzudamente “lo que es el deleite de Jehová.” De manera que bajo la bendición asegurada de Dios aquello a lo cual el “Siervo” extiende su mano tendrá buen éxito, para gloria de Jehová y para beneficio de todos los demás relacionados con esto.
“SATISFECHO” DESPUÉS DEL PENOSO AFÁN DE SU ALMA
41. Después de todo el penoso afán que experimentara como alma humana, ¿cómo se sentiría el “Siervo” de Jehová, según se predijo en Isaías 53:11?
41 Delante del “Siervo” Mesiánico se puso una gozosa expectativa. Después de todo el penoso afán que sufriría como alma humana, se le haría sentir satisfecho con lo que vería realizado. No tendría base para resentirse por todo lo que se le hubiera permitido sufrir en la Tierra. La expectativa que se dio en Isaías 53:11 fue: “A causa del penoso afán de su alma él verá, quedará satisfecho. Por medio de su conocimiento el justo, mi siervo, traerá una posición de justos a muchas personas; y sus errores él mismo los cargará.”
42. ¿Qué le sería particularmente satisfaciente a este “Siervo”?
42 La cosa más satisfaciente que este “Siervo” de integridad vería sería la vindicación de la soberanía universal de Jehová Dios, su Padre celestial. El que él mantuviera la integridad al Soberano Universal bajo la prueba más severa aquí abajo en la Tierra le suministró a su Padre celestial una respuesta válida a Satanás el Diablo, quien estaba desafiando con escarnio a Jehová Dios. Nunca más podía este Adversario abrir su vil boca en un ataque al más encumbrado siervo en la organización universal de Jehová.—Proverbios 27:11.
43. ¿Por medio de qué “conocimiento” traería el Mesías una posición de justos a muchos que habían heredado de Adán el pecado, y de qué manera?
43 En asociación con la vindicación del Señor Soberano Jehová estaría el dar reputación o posición de justos a muchos aquí en la Tierra que habían heredado del pecador Adán la injusticia y la condenación. (Romanos 5:12) El “conocimiento” por medio del cual él produce esto es evidentemente un conocimiento adquirido. Este fue el conocimiento que adquirió al llegar a ser hombre en la Tierra y sufrir injustamente en contacto con la humanidad enferma y pecaminosa. Llegó a ser un “hombre que era para dolores y para estar familiarizado con enfermedad.” (Isaías 53:3) Su “conocimiento” aquí denota o da a entender sufrimiento bajo una prueba de integridad hasta la amarga muerte. Lo que él no había conocido en la vida que vivió arriba en el cielo antes de ser criatura humana, a saber, sufrimiento doloroso debido a su fidelidad al Señor Soberano Jehová, lo llegó a experimentar y realmente conocer aquí abajo en la Tierra durante el tiempo en que Satanás el Diablo es “el dios de este sistema de cosas,” “el gobernante de este mundo.” (2 Corintios 4:4; Juan 12:31) Al llegar a conocer el sufrimiento hasta la muerte en esta experiencia personal él pudo suministrar el sacrificio de expiación que haría justos a muchos.
44. ¿A quiénes viene esta “posición de justos,” y cuándo?
44 Esta justicia o posición de justos delante de Dios viene primero a los 144.000 coherederos de Jesucristo, por imputación. A individuos como éstos el apóstol Pablo escribió, en 2 Corintios 5:21, diciendo: “Al que no conoció pecado él lo hizo pecado por nosotros, para que nosotros llegásemos a ser justicia de Dios por medio de él.” Además, en Romanos 5:19: “Porque así como por la desobediencia de un solo hombre muchos fueron constituidos pecadores, así mismo también por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos.” Al debido tiempo la posición de justos vendrá a los hijos del Padre Eterno, Jesucristo. Durante su reinado por mil años sobre la Tierra él elevará a esta “prole” terrestre a una posición de justos en perfección, para que demuestren su lealtad y fidelidad a la soberanía universal de Jehová en sentido perfecto, y ganen así la dádiva de la vida eterna.—Revelación 20:4-6, 11-15.
45. ¿Por qué hay razón para que estemos muy agradecidos a Jehová por proveer un “Siervo” mantenedor de integridad como ése?
45 A favor de los muchos a los cuales se llevará así a una posición de justos se cumple la profecía de Isaías 53:11: “Y sus errores él mismo los cargará.” Es decir, él mismo como el “Siervo” Mesiánico de Jehová llevaría la pena por los errores de ellos y así los liberaría de la condenación a muerte. El apóstol Pedro describe cómo se hizo esto, diciendo con referencia al “Siervo” de Jehová: “Él mismo cargó con nuestros pecados en su propio cuerpo sobre el madero, para que acabásemos con los pecados y viviésemos a la justicia. Y ‘por sus heridas ustedes fueron sanados.’ Porque ustedes, como ovejas, andaban descarriados; pero ahora se han vuelto al pastor y superintendente de sus almas.” (1 Pedro 2:24, 25) ¡Qué agradecidos debemos estar por lo que este “Siervo” Mesiánico ha hecho por nosotros! ¡Qué agradecidos debemos estar a Jehová por suministrar tal “Siervo” de integridad!—Romanos 3:24-26.
“UNA PORCIÓN ENTRE LOS MUCHOS” PARA EL “SIERVO”
46, 47. Explique la promesa profética: “Le daré una porción entre los muchos.”
46 Antes de la venida del “Siervo” Mesiánico de Jehová hubo “muchos” siervos fieles de Jehová que habían permanecido fieles al Señor Soberano Jehová y a quienes Jehová dio una porción apropiada aun durante esta vida. Tome, por ejemplo, los casos de Noé, Abrahán, Isaac, Jacob (Israel), José, y Job. Hay una porción reservada para las muchas personas de integridad piadosa en el venidero nuevo sistema de cosas de Jehová bajo el reino de su “Siervo” Mesiánico sobre toda la Tierra. Esos adoradores fieles de Jehová estuvieron entre las “muchas personas” para las cuales Su “Siervo” llevó la carga del pecado. Tal como Jehová mostró aprecio de este modo por la integridad que mantuvieron aquellos “muchos” leales de los tiempos anteriores, así consistentemente daría una porción a su “Siervo” Mesiánico entre aquellos “muchos” fieles de la antigüedad. Por lo tanto, Isaías 53:12 dice:
47 “Por esa razón yo le daré una porción entre los muchos, y será con los poderosos que él repartirá proporcionalmente el despojo, debido a que él derramó su alma hasta la mismísima muerte, y fue con los transgresores que fue contado; y él mismo llevó el mismísimo pecado de muchas personas, y por los transgresores procedió a interponerse.”
48. ¿Quiénes son los “poderosos” con los cuales reparte despojos el “Siervo” de Jehová, y como resultado de guerra que se pelea dónde?
48 El “Siervo” no solo recibe de Jehová una “porción entre los muchos,” sino que también adquiere los despojos de guerra por medio de una victoria que obtiene de sus enemigos y de los enemigos del Dios del cual es el siervo principal. El que él reparta proporcionalmente los despojos con los “poderosos” indica que él mismo es también ‘poderoso.’ ¿Y quiénes son estos “poderosos”? Los poderosos con los cuales reparte proporcionalmente los despojos son los que participan en la guerra con él. (Isaías 60:22) No parece que los “poderosos” sean los ángeles celestiales con los cuales el “Siervo” Mesiánico peleará la guerra venidera en Har-Magedón contra los enemigos de Jehová Dios. (Revelación 16:14, 16; 19:11-14) Más bien, los “poderosos” son los que participan en la misma clase de guerra que el “Siervo” peleó aquí en la Tierra. Isaías 53:12 enlaza su repartición proporcionada del despojo con otros debido a lo que él hizo en la Tierra hasta el tiempo en que fue cortado de la Tierra, “de la tierra de los vivientes.”—Isaías 53:8.
49. ¿Qué dicen las Escrituras en cuanto a las victorias de que disfrutan Jesús y sus seguidores aquí en la Tierra?
49 En la noche de la Pascua del año 33 E.C., poco antes que Jesús fuera arrestado y llevado a juicio y sentenciado a muerte, dijo a sus fieles apóstoles: “En el mundo están teniendo tribulación, pero ¡cobren ánimo! yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33) Además, evidentemente aludiendo a una procesión en celebración de una victoria, el apóstol Pablo escribe, en 2 Corintios 2:14: ¡“Gracias a Dios que siempre nos conduce en una procesión triunfal en compañía con el Cristo y hace que el olor del conocimiento de él sea perceptible en todo lugar por medio de nosotros!” Además, cuando se expresa en cuanto a lo que Dios hizo por medio de Jesucristo, el apóstol Pablo escribe: “Ha quitado del camino [el documento manuscrito contra nosotros] clavándolo al madero de tormento. Desnudando por completo a los gobiernos y a las autoridades, los exhibió a la vista pública como vencidos, conduciéndolos en una procesión triunfal por medio de él.”—Colosenses 2:14, 15.
50, 51. Puesto que la guerra es espiritual, ¿qué es el “despojo” que Jesús reparte proporcionalmente con su congregación?
50 Por lo tanto, puesto que la alusión que se encuentra en Isaías 53:12 es obviamente a un guerrear espiritual que el “Siervo” Mesiánico tenía que llevar a cabo, ¿qué es el “despojo” que él reparte proporcionalmente con los 144.000 “poderosos” de su congregación? Bíblicamente, sería los “dones en la forma de hombres” que él otorgó a su congregación desde el Pentecostés de 33 E.C. en adelante. Aludiendo al bélico Salmo 68:18 sesenta y ocho, y citando el versículo dieciocho, el apóstol Pablo escribe lo siguiente con referencia a Jesucristo:
51 “Por lo cual él dice: ‘Cuando ascendió a lo alto se llevó cautivos; dio dones en la forma de hombres.’ Ahora bien, la expresión ‘ascendió,’ ¿qué significa, sino que también descendió a las regiones inferiores, es decir, a la tierra? El mismísimo que descendió también es el que ascendió muy por encima de todos los cielos, para dar plenitud a todas las cosas. Y dio algunos como apóstoles, algunos como profetas, algunos como evangelizadores, algunos como pastores y maestros, teniendo en mira el reajuste de los santos, para obra ministerial, para la edificación del cuerpo del Cristo.”—Efesios 4:8-12.
52, 53. (a) ¿Cómo resultan “poderosos” los coherederos de Cristo? (b) Según la referencia de Isaías 53:12, ¿qué es un “despojo” que ellos le arrebatan al enemigo, y por qué?
52 Estos “dones en la forma de hombres” estuvieron entre los cautivos que él condujo como resultado de dar su alma humana como rescate para el mundo condenado de la humanidad. (Mateo 20:28; 1 Timoteo 2:5, 6) Jesucristo, habiendo resucitado y ascendido, otorga esos “dones en la forma de hombres” a su congregación de 144.000 coherederos ungidos, para fortalecerlos a todos de modo que lleven a cabo un guerrear triunfante contra este mundo y su dios y de ese modo participen con Jesús en vindicar la soberanía universal de Jehová Dios. A ellos dice, en Revelación 3:21: “Al que venza yo le concederé sentarse conmigo en mi trono, así como yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.” Debido a que salen vencedores del mundo inicuo y su dios ellos demuestran que son “poderosos,” y el “Siervo” Mesiánico de Jehová reparte proporcionalmente también a ellos una participación en los privilegios del Reino. Lo que ellos le han arrancado al enemigo vencido es la base del enemigo para desafiar con escarnio a Jehová con relación al desinterés y abnegación de la devoción de los adoradores de Jehová a su soberanía universal.—Proverbios 27:11.
53 Este participar en la vindicación del Señor Soberano con Jesucristo el “Siervo” es un “despojo” precioso en el cual se da una porción a los 144.000 vencedores. Esto, por supuesto, no significa que no compartirán los gloriosos despojos de la victoria que el “Siervo” de Jehová gana en la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón. (Revelación 19:11-21; 2:26, 27) No obstante, no es particularmente con esto que se trata en Isaías 53:12, que se refiere claramente a una obra propiciatoria o intercesora por parte del “Siervo” Mesiánico de Jehová.
54. Según la explicación que registra Isaías, ¿por qué se recompensa de esta manera al “Siervo”?
54 ¿Por qué se recompensa con un ensalzamiento como éste al “Siervo”? El Isa. 53 versículo 12 responde: “Debido a que él derramó su alma hasta la mismísima muerte, y fue con los transgresores que fue contado; y él mismo llevó el mismísimo pecado de muchas personas, y por los transgresores procedió a interponerse.”
55. ¿Con qué mira “derramó [Jesús] su alma hasta la mismísima muerte”?
55 En el Jardín de Getsemaní Jesús dijo lo siguiente a sus fieles apóstoles antes de ser arrestado allí: “Mi alma está hondamente contristada, hasta la muerte.” (Mateo 26:38) No obstante, despojó su alma humana hasta la muerte, y se apegó firmemente al propósito que tenía el que él hubiera llegado a ser alma humana: “El Hijo del hombre no vino para que se le sirviera, sino para servir y para dar su alma en rescate en cambio por muchos.” Dio su alma humana en cambio por medio de morir como hombre. (Mateo 20:28) Se vació, derramando su alma hasta la muerte misma. Esto hizo posible que Jehová Dios ‘pusiera el alma de él como ofrenda por la culpa,’ para que se diera una posición de justos a los que aceptaran el sacrificio de rescate de Jesucristo.—Isaías 53:10, 11.
56, 57. (a) ¿Estaba Jesús al tanto de que estaba cumpliendo lo que se había predicho en el capítulo 53 de Isaías acerca del “Siervo” de Jehová? (b) ¿Quiénes lo contaron “con los transgresores,” y por qué aguantó aquella humillación?
56 Jesucristo se reconoció como el “Siervo” predicho en el Is. capítulo 53 cincuenta y tres de Isaías. Admitió que era el “Siervo,” cuando dijo a sus fieles apóstoles en la noche de la Pascua en que fue traicionado y arrestado: “Mas ahora el que tiene bolsa tómela, así mismo también la alforja; y el que no tiene espada venda su prenda exterior de vestir y compre una. Porque les digo que esto que está escrito tiene que realizarse en mí, a saber: ‘Y fue contado con los desaforados.’ Porque lo que tiene que ver conmigo está realizándose.” (Lucas 22:36, 37) Así fue que, más tarde en aquella noche, cuando la chusma vino al jardín para arrestarlo, vinieron armados con garrotes y espadas como para prender a un desaforado, un transgresor, un salteador. (Marcos 14:48, 49) Aquella fue una acción secreta por la chusma, bajo la cubierta de la noche. Pero más tarde, durante las horas del día, Jesús fue expuesto públicamente como persona a quien se contara entre los transgresores cuando lo fijaron en un madero como quebrantador de las leyes, y, para intensificar que lo contaran entre los transgresores, “fijaron en maderos junto con él a dos salteadores, uno a su derecha y uno a su izquierda.” (Marcos 15:27) Pero Jesús aguantó esta humillación suya, para que la Palabra de Jehová fuera vindicada como verdadera e infalible y para que por la transgresión de su propio pueblo él llevara el golpe de la pena.—Isaías 53:8.
57 El hecho de que Jehová Dios recompensó y ensalzó altamente a su “Siervo” Mesiánico prueba que Él mismo no contó a este “Siervo” con los transgresores. Simplemente predijo que el mundo clasificaría de ese moda al “Siervo” Mesiánico. Sin embargo Jesucristo aguantó aquella humillación, que sería difícil de soportar para un siervo fiel de Dios, aparentemente para oprobio de su Dios y para crédito del que ha desafiado con escarnio a Dios. Pero Jesús bebió aquella copa de humillación pública, para probarse misericordioso para con la humanidad condenada y moribunda. Esto es lo mismo que Isaías 53:12 llama a nuestra atención al decir: “Y él mismo llevó el mismísimo pecado de muchas personas, y por los transgresores procedió a interponerse.”—Compare con Hebreos 2:14-18; 4:15.
58. (a) Así, ¿la misericordia de quién se desplegó sobresalientemente para con los transgresores humanos, y hasta qué grado? (b) ¿Por qué fue a su Hijo unigénito que él escogió para desempeñar el papel de su “Siervo”?
58 Él mismo se interpuso y llevó el mismísimo pecado de los muchos transgresores, para que la misericordia de Jehová Dios mismo se extendiera a toda la humanidad. Jehová, al enviar su “Siervo” Mesiánico y permitir que éste aguantara todo este sufrimiento y humillación hasta la mismísima muerte, estaba desplegando su propia misericordia ilimitada para con nosotros los transgresores. La idea entera de mostrar misericordia a la humanidad bajo condena se originó de Jehová Dios. Su misericordia fue tan grande que no perdonó ni a su muy amado Hijo celestial en el interés de que esto se efectuara. (Romanos 8:31, 32) Él no deseó que su propósito de extender misericordia fracasara debido a depender de un agente del cual no pudiera estar absolutamente seguro. Él sí tenía la más completa confianza en su Hijo unigénito, en que este Hijo no Le fallaría en medio de ninguna circunstancia en absoluto, y por eso escogió a este Hijo para desempeñar el papel de “Mi Siervo.” (Isaías 52:13; 53:11) Al hacer que su Hijo pasara por la severa disciplina que estaba prescrita para este “Siervo,” Dios mostró que lo amaba muy profundamente.—Hebreos 12:3-6.
59. ¿A quién atribuyen las Escrituras esta maravillosa expresión de “amor para con el hombre”?
59 Todas las gracias vayan a Jehová Dios por levantar a tan confiable “Siervo,” por medio del cual se magnifica Su propio amor y misericordia. Esta acción fue ciertamente un despliegue de Su propia filantropía; tal como está escrito: “Cuando se manifestó la bondad y el amor para con el hombre de parte de nuestro Salvador, Dios, él nos salvó, no debido a obras de justicia que nosotros hubiésemos ejecutado, sino según su misericordia, por medio del baño que nos trajo a la vida y por medio de hacernos nuevos por espíritu santo. Este espíritu él lo derramó ricamente sobre nosotros por medio de Jesucristo nuestro Salvador.”—Tito 3:4-6.
60. (a) Aunque Job fue abundantemente recompensado por mantener su integridad, ¿por qué se le dio a Jesucristo una recompensa mucho mayor? (b) ¿De qué da seguridad para el futuro la fidelidad de Jesús bajo prueba cuando estuvo en la Tierra?
60 Nos regocija el que la integridad probada del fiel “Siervo,” Jesucristo, haya sido tan dignamente recompensada, con rango más encumbrado y mayor responsabilidad en la organización universal de Jehová. Como ilustración de esto por adelantado, el paciente Job de la antigüedad, por mantener inquebrantablemente su integridad, fue recompensado con el doble de la cantidad de cosas que había tenido antes de su severa prueba. (Job 42:10) Mucho más que eso estuvo envuelto en la prueba de Jesucristo en la Tierra y en el que él mantuviera su integridad, y apropiadamente su recompensa fue mucho mayor. Tan ciertamente como que fue fiel bajo tan severa prueba de su integridad cuando estuvo en la Tierra, será plenamente fiel en el desempeño de sus mayores responsabilidades ahora en este tiempo crítico y en todo el futuro.—Lucas 16:10.