Manifestando lealtad a Jehová y su Palabra
1. ¿De qué manera a menudo son incompatibles los puntos de vista expresados por miembros de las iglesias en cuanto a la Biblia, y por qué existe esta situación?
EN ESTE mundo moderno y materialista no es fuera de lo común oír la expresión de dudas acerca de lo confiable de la Biblia. Cuando se les pregunta a miembros de las iglesias si reconocen a la Biblia como la Palabra de Dios, ellos quizás digan prontamente que sí. Pero a menudo estas mismas personas, en su siguiente expresión, declaran que hay cosas en la Biblia que ellas sencillamente no creen. El problema puede ser que carezcan de conocimiento, o quizás hayan influido en ellos los comentarios de escépticos. Pero, sea cual sea la causa, la actitud de esas personas no refleja lealtad a Dios y su Palabra.
2. ¿Qué actitud en cuanto a los relatos bíblicos expresan muchos clérigos? Ilustre.
2 Los clérigos mismos, en cantidades que aumentan, hacen declaraciones públicas en que expresan descreimiento en la Biblia. Un blanco de ataque frecuente son los milagros de que se informa en las Escrituras. Y uno de estos milagros que más frecuentemente es objeto de ridículo es el del nacimiento virginal de Jesús. Acerca de éste, un clérigo de la Iglesia Anglicana dijo: “¿Pudiera cualquier hombre inteligente del siglo veinte creer . . . que Jesús nació de una Virgen sin la agencia de un padre humano? Si a todo el que no creyera en el Parto Virginal se le pidiera que saliera de la Iglesia Anglicana habría una aguda escasez de clérigos y difícilmente quedarían profesores en nuestros colegios teológicos.”—The Sunday Express, 6 de agosto de 1967.
3. ¿Por qué no es argumento sólido contra el creer que Jesús nació de una virgen el hecho de que en nuestros días no están realizándose partos virginales?
3 Pero, ¿por qué debería ser difícil para cualquier persona que afirma tener fe en Dios creer el relato bíblico de que por el espíritu santo de Dios la virgen judía María llegó a estar encinta y dio a luz a Jesús? (Luc. 1:30-35; Mat. 1:18-25) Es verdad que no están realizándose partos virginales entre las mujeres en nuestro día. Pero, ¿es esto razón sólida para no creer? ¿Creen esos clérigos solo en los acontecimientos de los cuales ellos mismos han sido testigos? ¿Rehúsan creer que la Tierra misma tuvo un principio, sencillamente porque no estuvieron allí para verlo suceder? ¿Rechazan también la idea de que la vida terrestre tuvo un principio?
4. ¿Por qué no es irrazonable el que el Creador pudiera hacer que una virgen diera a luz?
4 Realmente, ¿qué sería más difícil: el que Dios hiciera que se concibiera un niño en la matriz de una virgen viviente, o el que creara al primer humano viviente de materia sin vida? Es solo razonable que el Creador Todopoderoso, quien diseñó a la mujer y le dio la capacidad de producir hijos, pudiera también hacer que una mujer llegara a estar encinta por medio de su fuerza activa invisible, su espíritu santo. Es cierto que ningún hombre puede explicar en detalle cómo María como virgen concibió en su matriz, pero eso no debe sorprendernos. Ningún hombre entiende plenamente cómo se concibe y desarrolla en la matriz de su madre un niño aun en condiciones normales. La mismísima idea de que los “planos” para el crecimiento de un humano completo, con todos los órganos necesarios, puedan estar contenidos en una sola célula fertilizada hace vacilar la imaginación. (Sal. 139:14-16) Sin embargo, ¿quién negaría que la concepción se efectúa y que los niños nacen?
5. Al rechazar el nacimiento de Jesús de una virgen, ¿qué otra enseñanza fundamental rechaza el clero, y por qué es así?
5 Además, cualquiera que rechaza el nacimiento de Jesús de una virgen también rechaza el sacrificio de rescate como base para la salvación. ¿Por qué? Porque la vida de un humano perfecto, correspondiente a la del perfecto Adán, se necesitaba para redimir a la humanidad. (1 Tim. 2:5, 6) Si Jesús hubiera sido sencillamente un espíritu materializado, no habría satisfecho los requisitos. Si un padre humano hubiera sido responsable de su vida, él habría heredado la imperfección de Adán. (Job 14:4) Pero porque Dios era su padre, su perfección estaba asegurada; y puesto que fue dado a luz por una madre humana, él mismo era humano. Además, su nacimiento de una virgen había sido predicho con siglos de adelanto por el profeta Isaías (7:14). Está claro, pues, que lo que la Biblia dice acerca del nacimiento de Jesús de una virgen está en armonía con el resto de la Palabra de Dios. Así, un poco de razonamiento sano muestra que hay toda razón para creer lo que la Biblia dice acerca del nacimiento de Jesús y para animar a otros a creer lo mismo.
6. ¿Cuál es la verdadera razón por la cual estos clérigos no creen que Jesús haya nacido de una virgen, y cómo lo comprueban los hechos?
6 ¿Por qué es, pues, que estos clérigos dicen que no creen en que Jesús haya nacido de una virgen? ¿Pudiera ser que no creen en Dios y por eso rechazan la idea de toda intervención divina en los asuntos humanos? En respuesta a esa pregunta, note lo que declara un clérigo canadiense en su libro A Church Without God (Iglesia sin Dios): “Werner Pelz, quien intituló un libro God Is No More [Dios ya no es], es vicario de la Iglesia Anglicana; . . . el padre Jackson, que dice: ‘Si hay un Dios, no podemos referirnos a él como ser supremo,’ es capellán de una universidad; Thomas Altizer, que escribió The Gospel of Christian Atheism [El evangelio del ateísmo cristiano], es profesor adjunto de estudios bíblicos en una universidad estadounidense; yo soy del personal de una parroquia anglicana en Toronto. Afirmo ser cristiano y anglicano; sin embargo puedo decir, con toda seriedad, que no hay Dios.” (Página 39) Esta actitud no es rara entre los clérigos. Un informe del National Observer declara: “Una actitud de ‘Dios está muerto’ está difundida en el pensamiento del 90 por ciento de los teólogos protestantes de menos de 40 años de edad.” Así, queda manifiesto que en las filas del clero prevalece franca deslealtad a Dios y su Palabra. Pero usted no tiene que compartir los puntos de vista de ellos.
RECONOCIENDO NUESTRAS LIMITACIONES
7, 8. (a) ¿Cómo únicamente podemos probar que somos verdaderamente leales a Jehová y su Palabra? (b) ¿Deberíamos esperar entender todo lo que tiene que ver con Jehová y cómo y por qué hizo todas las cosas que se le atribuyen en la Biblia?
7 Para que usted se muestre verdaderamente leal a Jehová y su Palabra, usted tiene que saber lo que la Biblia contiene. Usted tiene que estar convencido de que la Biblia verdaderamente es inspirada de Dios. Usted tiene que ver en ella evidencia de la sabiduría y el amor superlativos de Dios, y estas cosas están claramente expuestas en un lenguaje que hasta un niño puede entender. (Mat. 5:44, 45; 1 Juan 4:8-10) ¿Pero es razonable esperar entender todo lo que tiene que ver con Jehová y cómo y por qué hizo todas las cosas que la Biblia le atribuye a él? No; hay asuntos que nuestra mente, con limitaciones humanas, sencillamente no puede comprender plenamente. Según está registrado en Romanos 11:33, un apóstol de Jesucristo sabiamente reconoció esto: “¡Oh la profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán inescrutables son sus juicios e ininvestigables sus caminos!” Sin embargo, aunque el apóstol Pablo no afirmó profundizar en todos los juicios de Dios, él lealmente reconoció el derecho que como Creador Dios tiene de hacer según su propia voluntad, porque, como escribió Pablo en el Ro cap. 11 versículo 36, “de él y por él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria para siempre.”—Vea también Revelación 4:11.
8 De manera que este escritor inspirado de la Biblia nos insta a ofrecernos a Dios para su servicio sagrado, no haciendo esto ciegamente, sin entendimiento, sino, como dice el primer versículo 1 del capítulo doce de Romanos, “con su facultad de raciocinio.” No obstante, esa facultad de raciocinio tiene que usarse de manera correcta.
9. ¿Por qué nos encontraremos con dificultades si esperamos que la Biblia se conforme a nuestro propio punto de vista personal?
9 Hay personas que al comenzar el estudio de la Biblia tienen la idea de que ésta debe conformarse a su propio punto de vista personal. Esto, por supuesto, hace difícil el que comprendan y aprecien lo que dice. ¿Por qué? Porque, como la Biblia muestra, ‘los caminos de Dios son más altos que los caminos de nosotros, y los pensamientos de él son más altos que los pensamientos de nosotros.’ (Isa. 55:9) Todos nosotros somos imperfectos, sujetos a error. El rey Salomón, uno de los hombres más sabios que jamás ha vivido, reconoció ese hecho, diciendo: “No hay hombre que no peque.” (1 Rey. 8:46) La experiencia humana demuestra lo veraz de esto. Así, si una persona considera los asuntos desde el punto de vista del razonamiento humano imperfecto, los juicios de Dios quizás parezcan extraños. Pero si la Biblia se conformara a nuestro punto de vista humano limitado, ¿probaría eso que la Biblia es de Dios? ¡No!—Eze. 18:29, 30.
10. ¿Cómo debemos abordar un estudio de los caminos de Jehová?
10 A medida que aprendemos de los caminos de Jehová deberíamos esperar hacer ajustes en nuestro pensamiento. En vez de argüir en cuanto a cómo pensamos que Dios debió haber decidido ciertos asuntos, nuestro deseo debería ser aprender de lo que él hizo. Si mostramos una disposición apropiada, él nos ayudará. “Él hará que los mansos anden en su decisión judicial, y enseñará a los mansos su camino.”—Sal. 25:9.
APRENDIENDO DE LAS DECISIONES JUDICIALES DE DIOS
11. Cuando el asunto se considera debidamente, ¿cómo puede uno beneficiarse de un estudio del juicio de Jehová contra los cananeos?
11 Como ejemplo, considere lo que se puede aprender de la decisión judicial de Jehová acerca de la destrucción de los cananeos. La instrucción contenida allí puede dar amplitud al punto de vista de una persona, fortalecer su fe y darle una comprensión de sus responsabilidades como la que quizás no haya tenido antes. Juntos, repasemos ese relato bíblico.
12. Antes de que los israelitas entraran en la tierra de Canaán, ¿qué instrucciones les dio Moisés?
12 Jehová había sacado a los israelitas de esclavitud en Egipto y ahora ellos estaban acampados en la frontera de la nueva tierra a la cual él los había conducido. Su profeta Moisés habló a la gente diciendo: “Cuando Jehová tu Dios por fin te introduzca en la tierra a la cual estás yendo para tomar posesión de ella, entonces tendrá que quitar de delante de ti naciones populosas: . . . siete naciones más populosas y más fuertes que tú. Y Jehová tu Dios ciertamente las abandonará en manos tuyas, y tendrás que derrotarlas. Sin falta debes darlas irrevocablemente a la destrucción. No debes celebrar pacto alguno con ellas ni mostrarles ningún favor.” (Deu. 7:1, 2) Pero, ¿por qué?
13. ¿Qué muestra en cuanto a la veracidad de Jehová el que él le diera la tierra a Israel?
13 Moisés explicó: “Jehová tu Dios está expulsándolas de delante de ti . . . a fin de realizar la palabra que Jehová les juró a tus antepasados, a Abrahán, Isaac y Jacob.” (Deu. 9:5) Más de cuatrocientos años antes Jehová había hecho un pacto formal con su fiel siervo Abrahán, prometiendo esta misma tierra a él y a su prole, y él había renovado aquella promesa a Isaac y Jacob. Ahora había llegado el tiempo para el cumplimiento de la promesa. Jehová no había olvidado. Él no cambió de opinión porque los cananeos estuvieran en la tierra. Dios no miente. (Gén. 15:5-21; Tito 1:2) Él no promete cierta recompensa y entonces da otra cosa. Su palabra es digna de confianza, y por ello podemos estar agradecidos.—Hab. 2:3.
14. ¿Resultó en sufrimiento para gente inocente la expulsión de los cananeos?
14 Pero, ¿trajo esta acción sufrimiento inmerecido a gente inocente, los que entonces habitaban la tierra? ¡De ningún modo! Como le dijo Moisés a Israel: “Es por la iniquidad de estas naciones que Jehová tu Dios está expulsándolas de delante de ti.” (Deu. 9:5) La Biblia, e igualmente la arqueología, muestra que estas personas eran excesivamente depravadas. Practicaban adulterio, sodomía y bestialidad, y llevaban a cabo la adoración del dios-ídolo Moloc con sus ritos de sacrificios de niños. (Lev. 18:3, 20-25) Acerca de esta gente, el profesor Merrill Unger declara lo siguiente: “La brutalidad, lujuria y abandono de la mitología cananea es mucho peor que en cualquier otro lugar del Oriente Cercano en aquel tiempo. Y la característica pasmosa de las deidades cananeas, el que no tenían carácter moral alguno, tiene que haber desarrollado las peores características en sus devotos y ocasionado muchas de las prácticas más desmoralizadoras del tiempo, tales como la prostitución sagrada, el sacrificio de niños y la adoración de culebras. . . . El carácter de la religión cananea según se pinta en la literatura ugarítica suministra suficiente información de fondo para ilustrar la exactitud de . . . declaraciones bíblicas en su descripción de la completa degeneración moral y religiosa de los habitantes de Canaán.”
15. Al repasar el juicio de Jehová contra los depravados cananeos, ¿cómo establecen firmemente nuestra confianza tanto su actitud en cuanto a la iniquidad como su gran paciencia para con los humanos?
15 ¿Qué aprendemos de esto? Una cosa es clara: que aunque Jehová es amador de la justicia, él también odia la iniquidad. (Sal. 45:7) También, lo que sucedió manifiesta claramente que Jehová no destruye apresuradamente a personas imperfectas a la primera señal de transgresión de parte de ellas. Como se muestra en Génesis 15:16, Dios había notado la iniquidad de los habitantes amorreos de Canaán más de cuatrocientos años antes, pero él no los destruyó entonces. Él manifestó extraordinaria gran paciencia. Y aun cuando amenazaba el tiempo para la ejecución de juicio contra los cananeos, Jehová permitió que Rahab de Jericó y los habitantes de Gabaón y sus ciudades vecinas escaparan de la destrucción porque mostraron fe en Jehová, y optaron por compartir la suerte de Israel. Esto establece más firmemente nuestra confianza. Nos da razón sólida para creer que Jehová no tolerará para siempre la iniquidad, pero, no obstante, que él es de gran paciencia y compasivo para con sus criaturas.—Eze. 33:11; 2 Ped. 3:15.
16. ¿Qué les sucedió a los niños cananeos, y, para beneficiarnos del principio que se demostró allí, qué escollo debemos evitar?
16 También se puede aprender algo de lo que les sucedió a los hijos de los cananeos. Ellos no fueron perdonados cuando sus padres inicuos fueron ejecutados. Esto es significativo, y, si no permitimos que el sentimentalismo nos ciegue la vista, podemos beneficiarnos grandemente del principio que se demostró allí.
17, 18. (a) Como lo muestra la Biblia, ¿sobre quiénes ha puesto Dios responsabilidad plena por los niños menores de edad? (b) ¿Por qué no sería consecuente, pues, el que Dios interviniera para proteger a los hijos de los efectos de lo que sus padres hacen?
17 Es un privilegio tener hijos, pero con ese privilegio viene responsabilidad. La Biblia muestra que Dios coloca plena responsabilidad por los hijos menores en los padres de ellos. A su propio pueblo, Dios declaró por medio del profeta Moisés: “He puesto delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la invocación de mal; y tienes que escoger la vida a fin de que te mantengas vivo, tú y tu prole, amando a Jehová tu Dios, escuchando su voz y adhiriéndote a él.” (Deu. 30:19, 20) Por el proceder que siguieran, los israelitas escogerían o la vida o la muerte tanto para sí mismos como para sus hijos.
18 No podemos evadir la realidad de que los hijos o reciben beneficio o sufren como resultado de lo que sus padres hacen. Si un padre es industrioso, amoroso y dedicado a Dios, los hijos obtendrán grandes beneficios. Pero si él es perezoso o un borrachín, ¿puede él esperar apropiadamente que Dios proteja a sus hijos de los efectos de su mal proceder? ¿Está Dios obligado a asumir la responsabilidad del padre o a asignarla a otra persona para que no le venga sufrimiento a su prole? ¿Sería consecuente el que Dios cooperara con tal hombre en la evasión de su responsabilidad? Obviamente no.
19. ¿Quiénes realmente escogieron muerte para los niños cananeos? ¿Pudieran haber hecho otra cosa?
19 Los padres cananeos pudieran haber escogido vida para sí mismos y sus hijos. Rahab lo hizo; lo mismo hicieron los habitantes de Gabaón y de otras tres ciudades cananeas. Ellos reconocieron que el Dios verdadero estaba guiando a Israel, y por lo tanto se pusieron de parte de ellos. Por esto, ellos y sus hijos fueron perdonados con vida. (Jos. 2:1-21; 6:25; 9:3-21) Otros pudieran haber hecho lo mismo, pero rehusaron. Al hacer esto escogieron la muerte para sí mismos y para su prole.
20. ¿Cómo muestran los padres hoy día si realmente les importa lo que les suceda a sus hijos menores en el día de la venganza de Jehová?
20 ¿Tiene esto significado para nosotros hoy? Ciertamente que sí. Los padres que escogen un modo de vivir disoluto no tienen razón para creer que, cuando azote el día de la venganza de Jehová que se acerca rápidamente, Dios dejará vivos a sus hijos menores solo porque son jóvenes. En los padres descansa la responsabilidad de poner el ejemplo en la adoración correcta y de dirigir a sus hijos en ese camino. (Efe. 6:4) ¿Cuánto significan para usted sus hijos? ¿Está usted cumpliendo su responsabilidad? ¿Ha dedicado usted su vida a Jehová Dios, y está usted probándole su lealtad por medio de hacer Su voluntad? Si así es, usted muestra que entiende y sostiene lealmente el principio tan vívidamente ilustrado en lo que les sucedió a los habitantes de Canaán.—Pro. 2:7, 8.
LEALTAD BAJO PRESIÓN
21. ¿De qué manera muestran muchos jóvenes cristianos lealtad a la Palabra de Dios en la escuela aun cuando están bajo presión?
21 La lealtad o la falta de lealtad se hace particularmente manifiesta cuando una persona se encara a dificultad o cuando se encuentra bajo presión. Y eso es algo que es parte de la experiencia de todo el que camina en los pasos de Jesucristo. (2 Tim. 3:12) No es difícil hablar de acuerdo con la Palabra de Dios cuando uno se halla en compañía de los que concuerdan con uno. Pero, ¿qué hace usted cuando está frente a los que menosprecian las Escrituras? Si usted está asistiendo a la escuela, por ejemplo, ¿qué sucede cuando los maestros o estudiantes hacen declaraciones de desprecio contra el registro bíblico? ¿Demuestra usted su lealtad a la Palabra de Dios? En todas partes de la Tierra hay jóvenes cristianos que lo hacen, aprovechando estas oportunidades para hablar a favor de la verdad. A veces esto hace que sus compañeros de clase se burlen de ellos. (1 Ped. 2:19, 20) En otros casos ha abierto el camino para explicar con detalles las razones para lo que uno cree, y el resultado ha sido un excelente testimonio acerca de Jehová y sus propósitos.
22. ¿Cómo demostraron su lealtad a Jehová y su ley tres jóvenes hebreos en la antigua Babilonia?
22 A todo tiempo los siervos leales de Jehová se han mantenido firmes en su devoción a él. Jóvenes hebreos que vivían en la Babilonia antigua fueron puestos bajo presión para hacer que violaran la ley de Jehová contra la idolatría. Nabucodonosor, gobernante del imperio, se enfureció ante el informe de que ellos no habían obedecido su edicto imperial de inclinarse delante de la elevada imagen que él había levantado. No era que el rey rehusara reconocer la religión de los judíos en absoluto. (Dan. 2:46-49) Pero el orgullo ahora desequilibró su razón. Exigió que estos jóvenes obedecieran su decreto. Sadrac, Mesac y Abednego no le mostraron falta de respeto al rey, pero conocían la ley de Jehová que prohibía la adoración de imágenes. Reconocían a Jehová como el Soberano Supremo, de modo que era a él que debían lealtad. Demostraron su lealtad por medio de fidelidad a la ley de Dios aun cuando el rey de Babilonia los amenazó con la muerte.—Dan. 3:13-24.
23, 24. ¿Cómo prueban hoy los testigos de Jehová su lealtad a Jehová frente a las demandas de gobiernos humanos?
23 Los apóstoles de Jesucristo se enfrentaron a una prueba similiar de lealtad. Llevados delante del tribunal supremo de Jerusalén, se les ordenó que dejaran de predicar en el nombre de Jesús. No se les dijo que no podían leer las Escrituras en absoluto, tampoco se les dijo que no deberían hablar acerca de éstas a otros. Pero había este asunto en particular que les era ofensivo a los oficiales. (Hech. 4:15-18) Similarmente, en algunos países hoy oficiales del gobierno les dicen a los testigos de Jehová que ellos no se oponen a que lean la Biblia ni a que la consideren entre ellos mismos, pero no les gusta que prediquen que “es a Jehová tu Dios que tienes que adorar, y es a él solo que tienes que rendir servicio sagrado.” (Mat. 4:10) Ellos no quieren que le estén diciendo a la gente, como Jesús lo hizo, que los cristianos verdaderos “no son parte del mundo.” (Juan 17:14) Ellos quieren que su gente esté envuelta en los asuntos del mundo y esté dispuesta a demostrar su devoción al Estado por medio de actos prescritos de devoción.
24 ¿Qué deben hacer los testigos de Jehová cuando los gobiernos exigen tales cosas de ellos? ¿Sería correcto que ellos escondieran porciones de la Biblia de la vista pública, para agradar a gobernantes mundanos? ¿Qué haría usted? Pedro y Juan, apóstoles de Jesucristo, mostraron lo que es leal hacer, cuando le dijeron al tribunal judío: “Si es justo a la vista de Dios escucharles a ustedes más bien que a Dios, júzguenlo ustedes mismos. Mas en cuanto a nosotros, no podemos dejar de hablar de las cosas que hemos visto y oído.” Y cuando los llevaron delante del tribunal por segunda vez, los apóstoles de nuevo hicieron clara su posición: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.”—Hech. 4:19, 20; 5:29.
APOYO LEAL A LA NORMA MORAL DE LA BIBLIA
25-27. ¿Qué prueba hay de que el clero no apoya lealmente la norma moral de la Biblia?
25 En contraste con los apóstoles, había en Jerusalén quienes afirmaban ser sacerdotes de Dios, pero que estaban muy dispuestos a sustituir los preceptos de hombres por los mandamientos de Dios. (Mat. 15:1-9) El clero moderno de la cristiandad muestra tener una disposición similar. Frecuentemente se les oye rechazar públicamente lo que la Biblia dice sobre diferentes asuntos. Un tema sobre el cual han sido particularmente expresivos es el de la moralidad sexual.
26 Cualquiera que haya estudiado la Biblia sabe lo que ella dice sobre este asunto: “No debes cometer adulterio.” (Rom. 13:9) “Huyan de la fornicación.” (1 Cor. 6:18) “Ni hombres que se tienen para propósitos contranaturales, ni hombres que se acuestan con hombres . . . heredarán el reino de Dios.” (1 Cor. 6:9, 10) No hay nada ambiguo en cuanto a lo que dicen esos textos bíblicos: el adulterio, la fornicación y la homosexualidad son condenados por Dios. Pero, ¿sostienen los clérigos lo que dice la Palabra de Dios? Según dijo Joseph Fletcher, de una escuela teológica episcopal, al comentar sobre la llamada “nueva moralidad,” “no hay nada contra las relaciones sexuales extramaritales como tales, en esta ética, y en algunos casos es cosa buena.” (Commonweal, 14 de enero de 1966) El ministro presbiteriano Gordon Clanton, no satisfecho con eso, dijo en la revista Christian Century (8 de enero de 1969): “Ahora tenemos que ir más allá de eso y proclamar que las relaciones sexuales fuera del matrimonio, propiamente entendidas y amorosamente practicadas, son en verdad un bien positivo.” Y él hace saber que él cree que es el deber de la iglesia debilitar cualquier agarro que todavía tenga en la sociedad una moralidad más estricta. Pero la tendencia no se detiene siquiera allí.
27 Informando acerca de legislación británica para derogar penas criminales impuestas contra actos de homosexualidad entre adultos que consienten en ellos, el Times de Nueva York (12 de febrero de 1966) declaró: “Las iglesias han estado al frente en la demanda de reforma. La Iglesia Anglicana y grupos católicos romanos y metodistas han pedido la adopción de la recomendación [de abrogación].” En 1967, noventa sacerdotes episcopales que se reunieron en Nueva York declararon que la iglesia debe reconocer que la homosexualidad “quizás hasta sea algo bueno.” Y en los Países Bajos dos homosexuales varones fueron “casados” por un sacerdote católico romano. ¡La cosa repugnante es que los hombres que hacen estas cosas afirman que son ministros cristianos!—Tito 1:16.
28. ¿Cómo probamos personalmente si somos apoyadores leales de la norma moral de la Biblia o no?
28 Las personas que leen la Biblia saben que lo que estos clérigos están haciendo es malo, que no están actuando en armonía con la Palabra de Dios y que quedan condenados por ella. (Rom. 1:32) Pero si una persona cree que ellos proceden mal, se exige de ella más que solo palabras para demostrarlo. Prescindiendo de lo que una persona diga con su boca, si ella misma, fuera de la vista pública, participa en fornicación, adulterio u homosexualidad, o en la conducta relajada que lleva a tales cosas, esa persona también es inmunda a la vista de Dios. Sin importar lo que afirme ser, sin importar lo que otras personas piensen que sea, la persona que participa en tal conducta no es leal a Dios.—1 Tes. 4:7, 8; Ose. 4:12.
29, 30. ¿Qué tiene que ver la actitud de corazón de uno en cuanto a la moral con la lealtad de uno para con Jehová?
29 La lealtad envuelve el corazón, y el corazón representa lo que una persona es en la profundidad de lo interior. (Luc. 5:22) Jehová observa, no solo lo que parece que somos en el exterior, sino también lo que es nuestro corazón. “Todo camino de un hombre es recto a sus propios ojos, pero Jehová está avaluando los corazones.”—Pro. 21:2.
30 Cuando Dios hace un avalúo de su corazón, ¿qué halla él? ¿Es una buena condición? (Isa. 65:14) ¿Halla él un corazón que ha atesorado sus dichos y que se deleita en su ley? (Sal. 119:11, 97) ¿Halla él que genuinamente, en lo más profundo, usted considera la conducta inmoral de la misma manera que él la considera? ¿Odia usted verdaderamente lo que es malo? Eso es lo que el salmista de la Biblia nos insta a hacer, diciendo: “Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo. Él está guardando las almas de sus leales.” (Sal. 97:10) Si nosotros hacemos caso de ese consejo, eso da evidencia de lealtad de parte de nosotros, y podemos confiar en que nuestras almas serán preciosas a los ojos de Jehová.
PONIÉNDOSE DE PARTE DE LOS LEALES DE JEHOVÁ
31. Si una persona cree verdaderamente lo que la Biblia dice, ¿cómo se manifestará esto?
31 Ahora es el tiempo para mostrar con claridad que no deje lugar a dudas dónde está uno con relación a Jehová Dios y su Palabra. ¿Cree usted realmente lo que Dios dice en su Palabra la Biblia? Si así es, su habla lo reflejará. Su conducta lo mostrará. También será evidente en su selección de asociados. Usted se esforzará por actuar en armonía con el Salmo 149:1, que dice: “¡Alaben a Jah! Canten a Jehová una canción nueva, su alabanza en la congregación de los leales.”
32, 33. Al buscar la congregación de los que son leales a Jehová y su Palabra, ¿de qué hechos acerca de las iglesias de la cristiandad debe estar al tanto una persona?
32 Como hemos visto, no todas las congregaciones que se reúnen para adoración están compuestas de personas leales a Jehová y su Palabra. Algunos quizás lleven la Biblia a la iglesia. Quizás en el sermón se cite un pasaje de las Escrituras. Pero muchas doctrinas y prácticas eclesiásticas no están en armonía con la Palabra de Dios. De hecho, tanto se ha desviado la cristiandad de las enseñanzas de la Palabra de Dios, que la revista Christian Century (5 de septiembre de 1962) dijo: “Si somos verdaderamente honrados, ¿no sería un mejor símbolo de la condición actual del protestantismo una Biblia cerrada, cubierta con polvo y llena de obituarios que amarillecen?” Y un periódico católico, el Luxemburger Wort (16 de enero de 1965), comentando sobre la situación en Luxemburgo, declaró: “¿No es una situación lamentable el que . . . la mayoría arrolladora de nuestros católicos, sí, de nuestros sacerdotes, nunca hayan completado la lectura de la Biblia, ni siquiera del Nuevo Testamento?”
33 Esta situación no es nueva. Allá en 1929 se hizo una encuesta de 500 estudiantes de teología de las iglesias Bautista, Congregacionalista, Episcopal, Evangélica, Luterana, Metodista y Presbiteriana. Se hizo esta pregunta: “¿Cree usted que la Biblia está totalmente libre de leyendas o mitos?” El noventa y cinco por ciento de los que contestaron dijeron: “No.” Obviamente ellos no aceptan la Biblia como la Palabra de Dios.
34. ¿Cómo han demostrado centenares de miles de personas por toda la Tierra su deseo de probarse leales a Jehová y su Palabra?
34 Si usted no concuerda con la posición de estas personas es vital que lo muestre. Y en todas partes de la Tierra hay centenares de miles de personas que han hecho precisamente eso. No quieren tener nada que ver con ninguna organización religiosa que es desleal a Jehová Dios y su Palabra la Biblia. (2 Cor. 6:14-17; Rev. 18:4) Por esa razón se han salido de las iglesias, pero no han dejado de adorar a Dios. Con regularidad se reúnen para adoración en las más de 25.000 congregaciones de los testigos de Jehová por toda la Tierra. Creen lo que la Biblia dice. Sostienen sus normas morales. En casi cualquier comunidad se les puede ver cada semana visitando los hogares de sus vecinos para animarlos a consultar la Biblia. Con gusto presentan a cualquier persona sincera la evidencia arrolladora de que la Biblia verdaderamente es la Palabra de Dios. Y, más que eso, gustosamente ofrecen a tales personas un servicio de estudio gratis de la Biblia en su hogar para ayudarlas a obtener un conocimiento exacto de la Palabra de Dios para que puedan vivir en armonía con ella.
35. ¿Qué futuro les espera a los que prueban su lealtad a Jehová?
35 ¡Qué maravilloso futuro tienen esos leales siervos de Jehová! Porque la propia Palabra inspirada de Dios declara: “Jehová . . . no dejará a sus leales. Hasta tiempo indefinido ciertamente serán guardados; pero en cuanto a la prole de los inicuos, ésta en verdad será cortada. Los justos mismos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella.”—Sal. 37:28, 29.