Esclavos teocráticos
“Sean esclavos de Jehová.”—Rom. 12:11, NM.
1. ¿Qué hace discutible que el ser esclavo sea un honor, pero de qué cosas depende?
¿HAY honor alguno y dignidad en ser esclavo? Según las normas de este mundo, eso difícilmente podría ser. Cuando la esclavitud era cosa común los que generalmente se hallaban en tal servidumbre, aunque a menudo desempeñaban ocupaciones y deberes que hoy son considerados como profesionales, cultos y honorables, eran despreciados como inferiores. Se abusaba mucho de la institución de la esclavitud, y el alivio para los esclavos fué lento y se tardó mucho en venir. Se informa que algunos países mahometanos todavía se adhieren a la institución. Fué introducida a las colonias británicas en América tan recientemente como en el siglo diecisiete, y no fué abolida en los Estados Unidos de América hasta la segunda mitad del siglo diecinueve. En realidad, no fué hasta ese mismo siglo diecinueve que la esclavitud fué abolida por los gobiernos de la cristiandad en general. En muchas partes los descendientes de los esclavos libertados todavía son considerados con desprecio y mantenidos dentro de límites y bajo restricciones. ¿Cómo, entonces, podría el ser esclavo tener honor alguno y dignidad? ¿Cómo podría el llamarse uno esclavo o escoger llamarse esclavo ser otra cosa que humillante? Pues, todo eso depende de: de quién es usted esclavo o qué clase de esclavo es usted. El ser esclavo teocrático es un honor y privilegio. Es una servidumbre que conduce a la vida eterna.
2. ¿Cuándo comenzó la esclavitud, y para quién fue una condición maldita?
2 La esclavitud es una institución antigua. No hay registro en la Biblia de que existiera social y económicamente antes del diluvio. Pero el que surgiría algún tiempo después del diluvio se predijo cuando Noé, después de haber sido injuriado por su hijo Cam, maldijo a uno de los hijos de Cam, diciendo: “Maldito sea Canaán; esclavo de esclavos será para sus hermanos. . . . Bendito Sem de Yahveh, mi Dios; sea Canaán esclavo suyo. Dilate Dios a Jafet y more en las tiendas de Sem, y sea Canaán su esclavo.” (Gén. 9:25-27, BC; UTA; Mo) Esto no condenó a una de las tres divisiones principales de la familia humana a esclavitud inevitable. No, sino que el hecho es que esta maldición que Dios inspiró a Noé a que expresara se cumplió siglos después. En ese tiempo Jehová Dios trajo a su pueblo escogido, los israelitas, a la tierra de Canaán y por mandato divino ellos exterminaron a los cananeos o esclavizaron a muchos de ellos, tales como los habitantes de Gabaón y ciudades aliadas. El ser tal esclavo, por causa de descender del Canaán maldecido, en verdad sería una humillación.
3. ¿Por qué era honorable ser esclavo de Abrahán?
3 Pero comparando esclavos con esclavos, ¿qué hombre o mujer temeroso de Dios no consideraría un honor haber sido esclavo de Abrahán el descendiente de Sem hijo de Noé? ¿Por qué? Porque Abrahán fué un hombre de fe en el Dios verdadero, Jehová, y por causa de su fe obediente fué el “amigo de Dios”. Jehová Dios no le prohibió a Abrahán que tuviera esclavos según la costumbre de ese tiempo antiguo. Noé había bendecido al bisabuelo de Abrahán, Sem, y en armonía con eso Jehová aprobaría el que Abrahán tuviera esclavos. Mientras residió como inmigrante en la tierra de Canaán, Abrahán tuvo cientos de ellos. Ellos pelearon a su lado para lograr una victoria teocrática cuando los reyes agresores de las inmediaciones de Babilonia invadieron la tierra de Canaán y se llevaron cautivos a su pariente Lot y su familia. Leemos: “Cuando supo Abrán que su pariente había sido tomado preso, llamó a sus criados, sus esclavos domésticos, trescientos dieciocho de ellos, y salió en persecución hasta Dan. Con sus esclavos cayó sobre ellos por la noche, y los derrotó.” De modo que esos esclavos fueron instrumentos de Dios y estuvieron con Abrahán a su regreso cuando el rey Melquisedec de Salem le encontró y atribuyó su victoria a Jehová, diciendo: “¡Bendito sea Abrán del Dios Altísimo, el creador de los cielos y la tierra! ¡Y bendito el Dios Altísimo, que entregó a tus enemigos en tu poder!”—Gén. 14:1-20, UTA.
4. (a) ¿Cómo fué honrado el esclavo más antiguo de Abrahán? (b) ¿Por qué nunca fué culpable Abrahán de degradar la esclavitud abusando de ella?
4 Mientras Abrahán no tenía hijos, un esclavo que se encargaba de manejarle la casa después que Lot se fué, lógicamente era su heredero, a saber, Eliezer de Damasco. Cuando Abrahán engendró a su hijo Isaac y llegó el tiempo para que éste se casara, fué de nuevo a un siervo, el “más antiguo esclavo de su casa, el que tenía a su cargo cuanto le pertenecía,” probablemente este Eliezer, a quien Abrahán envió a conseguir la esposa de Isaac. En este drama profético este esclavo antiguo es honrado al representar el espíritu santo de Dios, la fuerza activa que Jehová usa para atraer y preparar para su Hijo unigénito Jesús una novia, una compañía de 144,000 seguidores fieles adoptados por Jehová Dios como sus hijos. (Gén. 15:1-3; 24:1-10, 61-66, UTA) Abrahán no degradó la práctica de la esclavitud en su casa aprovechándose de ella para propósitos inmorales. Esto hubiera resultado en degradar la posición de su verdadera esposa Sara, una mujer libre. Además, fué mediante esta única esposa que Dios prometió que Abrahán tendría un heredero nacido puramente en quien todas las familias de la tierra serían bendecidas. En consecuencia cuando Abrahán tuvo su primer hijo Ismael por medio de una esclava, no fué mediante un acto inmoral. Su esposa Sara, en ese entonces tan vieja como para perder toda esperanza de darle a Abrahán un hijo de su propio cuerpo, le pidió que tomara a su esclava egipcia Agar para poder adoptar a su hijo como hijo propio de ella. Después que Agar concibió a Ismael, Abrahán no tuvo más relaciones con ella. (Gén. 16:1-15; Gál. 4:21-25, NM; UTA) Después Jehová bendijo a Sara milagrosamente con un hijo propio de ella.
5. ¿Qué posición adoptó Abrahán tocante a la religión de sus esclavos, y cómo se muestra esto?
5 Abrahán era teocrático. Tenía fe en el Altísimo Dios y le obedecía como su Creador, Guía y Gobernante. Él gobernaba su casa grande como Jehová querría. Como dueño de esclavos Abrahán determinaba y controlaba la religión o forma de adoración de sus esclavos, a quienes había obtenido ya fuera por compra o por el casamiento de sus esclavos entre sí mismos. De esa manera él no permitía ninguna impiedad, ni idolatría, sino que edificaba únicamente la fe verdadera en su casa. Por mandato de Dios él se circuncidó e hizo que todos los varones de su casa se circuncidaran. “Tomó Abrahán a su hijo Ismael y a todos los esclavos nacidos en su casa y a todos los que él había comprado—a todos los varones en la casa de Abrahán—y les circuncidó la carne de su prepucio aquel mismo día, como se lo había mandado Dios.” A cualquier varón que rehusara la circuncisión se le ordenaba que se separara de la casa de Abrahán. Abrahán les enseñó a sus esclavos lo tocante a Dios. Concerniente a este hecho Dios testificó, diciendo: “Yo le he conocido, a fin de que mande a sus hijos y a su casa después de sí, de modo que guarden el camino de Jehová.” Testificando más al hecho de que Abrahán instruyó a sus esclavos en la adoración de Dios está la oración de su esclavo más antiguo cuando fué enviado a conseguir una esposa para Isaac: “Oh Jehová, Dios de mi amo Abrahán, ruégote me depares buen encuentro hoy, y que le muestres benevolencia a mi amo Abrahán.” A través de todo el arreglo del casamiento este esclavo antiguo reconoció al Dios de Abrahán y abiertamente le adoró.—Gén. 17:9-14, 22-27, UTA; Gé 18:19; 24:2-56, AN.
6. ¿Cuál era la posición que ocupaban Moisés y los israelitas ante Dios? ¿Por qué?
6 Abrahán como dueño de esclavos representó cómo el Altísimo Dios a quien Abrahán adoró tiene esclavos también sobre la tierra. No nos referimos únicamente al tiempo antiguo cuando el profeta Moisés condujo a los israelitas fuera de Egipto y a través del mar Rojo a una existencia nacional libre. Moisés y los israelitas cantaron después que los egipcios perseguidores fueron tragados por el mar Rojo. Aptamente refiriéndose a su canción, el Apocalipsis 15:3 describe a los cristianos verdaderos de nuestro día en estas palabras: “Están cantando el cántico de Moisés el esclavo de Dios y el cántico del Cordero, diciendo: ‘Grandes y maravillosas son tus obras, Jehová Dios, el Todopoderoso.’” (NM) Sí, en ese entonces Moisés fué sobresalientemente el esclavo de Dios. Pero toda la nación de Moisés, los hijos de Israel, fueron esclavos de Dios con él. ¿Por qué? Porque por muchos años habían sido esclavos renuentes en Egipto y sus despiadados capataces se habían propuesto destruirlos, y por medios sobrehumanos el Dios de su antepasado Abrahán los había salvado y los había librado. Dijo Jehová cuando dió a los israelitas la ley del Jubileo: “Es a mí que son esclavos los israelitas, siendo mis esclavos a quienes saqué de la tierra de Egipto, yo, el SEÑOR vuestro Dios. . . . no serán vendidos como esclavos.”—Lev. 25:55, 42, UTA; Mo.
7. Por eso ¿qué derecho tenía Dios sobre Israel, y qué le mandó a hacer para con sus propios esclavos?
7 Como su Salvador y Dueño absoluto Jehová tenía todo derecho a sus servicios. Tenía todo derecho de dictar que su adoración debería ser de Él, El que había ejecutado juicios contra todos los ridículos dioses falsos de Egipto. En los primeros dos de sus Diez Mandamientos a Israel él afirmó su derecho y obró sobre él, diciendo: “Yo soy Yavé [Jehová], tu Dios, que te ha sacado de la tierra de Egipto, de la casa de la servidumbre. No tendrás otro Dios que a mí. No te harás imágenes talladas, ni figuración alguna de lo que hay en lo alto de los cielos, ni de lo que hay abajo sobre la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas, y no las servirás, porque yo soy Yavé, tu Dios, un Dios celoso.” (Éxo. 20:2-5, NC; Mo; UTA) Él hizo que ellos celebraran anualmente esa liberación de la esclavitud egipcia. (Éxo. 13:3, 14, NC; Mo; UTA) Ellos tenían toda obligación de adorar y obedecer a su Dueño y Amo indivisamente, sin queja, mas con gratitud. Él permitió que los israelitas tuvieran esclavos, sin duda los descendientes de los esclavos de su antepasado Jacob o Israel y que se habían mudado a Egipto con ellos por ese período de tiempo. (Gén. 30:42, 43, Mo; UTA) Pero Jehová hizo que su pueblo librado aplicara Sus leyes a tales siervos. Como ilustración, su Cuarto Mandamiento ordenaba a los israelitas: “El séptimo día, día de descanso al SEÑOR tu Dios, no harás ningún trabajo ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava.” (Éxo. 20:10, UTA; Mo) Como esclavos teocráticos del Señor Dios, los israelitas estaban obligados a cuidar de que sus propios esclavos cumplieran con la ley y pacto de Dios.
8. ¿Por qué son esclavos los israelitas espirituales, sin tener que avergonzarse?
8 Por diecinueve siglos los israelitas naturales han cesado de ser el pueblo escogido de Jehová. Ahora él trata con los israelitas espirituales, los que son judíos interiormente. ¿Es USTED uno de ellos? ¿Se ha dedicado usted enteramente a él por medio de su Hijo Jesucristo y tiene la evidencia de ser engendrado por su espíritu a una vida celestial? ¿Sí? Entonces, ¿sabe usted que es esclavo? De acuerdo con su propia admisión, usted tiene que ser esclavo de Jehová. No se avergüence del vocablo. Que los del mundo se mofen todo lo que quieran de la idea de que Dios tiene esclavos y se imaginen que, porque ellos rehusan ser siervos de Él, ellos no son esclavos de nadie. Todo hombre, mujer y niño sobre la tierra es y tiene que ser siervo humilde de uno de los dos amos contrarios. Si usted rehusa ser esclavo de Jehová, no exprese escarnio a Sus esclavos. Usted entonces es el esclavo vil de su contrario, Satanás el Diablo. Lo que Jesús declaró en el sermón del monte hace cosa segura que usted no puede servir a ambos amos. Si usted odia y desprecia a uno, entonces es inevitable que tendrá que amar y adherirse al otro. El único otro es el Diablo, el dios de Mammón, las riquezas mundanas egoístas. (Mat. 6:24, NM) Usted puede escogerlo, si quiere. Pero, en cuanto a nosotros, escogemos a Jehová. Es un estado bendito el ser sus siervos humildes, esclavos teocráticos. Hombres más grandes que usted lo han considerado un honor ser tales, aun Jesucristo mismo. No podemos evitarlo: somos los esclavos del dios a quien adoramos.
9. ¿Cómo es que Jesús ha tenido esclavos desde el pasado hasta el fin de este mundo?
9 Jesucristo el Hijo de Dios también tiene a quienes posee y controla y quienes están obligados a servirle. En este respecto es igual al hijo y heredero de Abrahán, Isaac, quien heredó todos los esclavos de su padre. (Gén. 26:19-32; 25:5, UTA) Todos los 144,000 miembros del cuerpo de Cristo están en servidumbre a Jesús, porque él es la Cabeza legítima de este cuerpo. Esto no deja sin incluir a los “doce apóstoles del Cordero”. Ellos y otros discípulos prominentes de Jesús se sintieron honrados al declararse como sus esclavos, llamando atención a su subordinación a él al comienzo de sus cartas a la congregación cristiana. (Apo. 7:3-8; Rom. 1:1 y Tito 1:1 y 2 Ped. 1:1 y Sant. 1:1 y Judas 1 y Fili. 1:1, NM) Hoy el resto de los miembros de su cuerpo sobre la tierra no se hallan en alguna posición superior a la de los apóstoles. Jesús colocó a este resto obediente en esa misma posición cuando preguntó en su profecía sobre el fin del mundo: “¿Quién es verdaderamente el esclavo fiel y discreto, a quien su amo asignó sobre sus domésticos para darles el alimento al debido tiempo? Feliz es aquel esclavo si al llegar su amo le hallare haciéndolo así. De cierto les digo: Lo nombrará al cargo de todos sus bienes.”—Mat. 24:45-47, NM; Luc. 12:42, 44.
10. ¿Sobre personas en qué condición tiene cumplimiento también Joel 2:28, 29?
10 Es sobre los miembros de esta clase fiel y discreta, después que se han arrepentido de sus faltas y errores durante la I Guerra Mundial, que aplica la profecía de Dios por medio de Joel: “Acontecerá después de esto, que derramaré mi espíritu sobre toda carne; profetizarán sus hijos y sus hijas; sus ancianos soñarán sueños, y sus jóvenes verán visiones. Además, sobre los esclavos y las esclavas, en aquellos días derramaré mi espíritu.” El apóstol Pedro primero aplicó esta profecía en su día, desde el Pentecostés en adelante, y tiene su aplicación final y completa sobre el resto desde el fin de la I Guerra Mundial en 1918.—Joel 2:28, 29, UTA; Mo; Hech. 2:16-18, NM; UTA; Mo.
11. ¿Cómo nos hizo Jesús su propiedad, y por qué no tenemos nada que temer?
11 No fué por medio de algún pago barato de unas cuantas monedas de oro y plata que Jesús nos hizo su propiedad, para tener control sobre nuestra misma vida y muerte. Él derramó su propia sangre preciosa cuando fué colgado del madero de tormento como esclavo criminal despreciable y por medio de esto nos compró. (1 Ped. 1:18, 19) Entonces, ¿qué tenemos que temer al tener un Amo tan altruísta, tan abnegado y piadoso como es él? ¿Cómo podría él alguna vez oprimirnos, lastimarnos o hacernos alguna cosa que no fuera bien?
12. En vista de lo que le costó a él, ¿cómo nos sentimos hacia nuestro Dueño?
12 Apreciando a qué costo personal nos compró, ¿cómo podríamos entregarnos voluntariamente a algún otro amo, al pecado, a nuestro vientre, a este mundo corrupto, al Diablo? “Porque cualquiera en el Señor que fué llamado esclavo es el liberto del Señor: de igual modo el que fué llamado hombre libre es esclavo de Cristo. Fueron comprados con un precio; dejen de hacerse esclavos de los hombres. . . . También, no pertenecen a ustedes mismos, porque fueron comprados con un precio. Sin falta, glorifiquen a Dios en el cuerpo de ustedes en conjunto.” (1 Cor. 7:22, 23; 6:19, 20, NM) Nunca queremos negar que él es nuestro Dueño. Estamos determinados por lo tanto a resistir a los profetas falsos que Jesús dijo que se levantarían al fin del mundo; y Pedro amonestó: “Estos mismos introducirán calladamente sectas destructivas y hasta repudiarán al mismo dueño que los compró, trayendo sobre sí mismos destrucción acelerada.” (Mat. 24:11, 24, 3; 2 Ped. 2:1, 2, NM) ¡Jamás suscitaremos una sublevación de esclavos, semejante a la del gladiador romano Espártaco en 73 d. de J.C., en contra de nuestro Dueño legítimo! Nunca desertaremos de su servicio y llegaremos a ser fugitivos. Amamos a nuestro Amo. En lugar de abandonar traidoramente su servicio preferimos ser como el esclavo hebreo que rehusaba dejar el servicio de su amo y hacía que su oreja fuera horadada con un punzón al poste de la puerta para significar que ahora era su esclavo hasta tiempo indefinido.—Éxo. 21:1-5; UTA; Deu. 15:17.
EGIPCIOS SUFRIDORES DEL HAMBRE, GABAONITAS
13. ¿Quiénes hoy se han hecho esclavos como los egipcios en el día de José, y por qué?
13 El resto engendrado por el espíritu, la clase del esclavo fiel y discreto, no está solo ahora en preferir esta servidumbre apropiada a Dios por medio de su Hijo Jesucristo. Una muchedumbre que crece rápidamente, contando ya con cientos de miles, se ha entregado a Dios por medio de Cristo. En este día cuando el hambre espiritual resultante en muerte ha azotado a la cristiandad y a todo el resto de este mundo pero cuando hay abundancia espiritual a disposición del resto del cuerpo de Cristo, estas otras ovejas han imitado a los egipcios durante el hambre de siete años para la cual el primer ministro de Faraón, José, había hecho amplia provisión. Estas personas de buena voluntad han venido al José Mayor, Jesucristo, quien es representante del Faraón Mayor, Jehová Dios, y han dicho igual que los egipcios: “Ni a nuestro señor se le oculta que no nos queda más que nuestro cuerpo y nuestras tierras. ¿Vamos a perecer ante ti nosotros y nuestras tierras? Cómpranos y compra nuestras tierras por pan; seremos nosotros y nuestras tierras esclavos del Faraón; danos para sembrar, para que podamos vivir y no muramos y no se queden yermas nuestras tierras.” Cristo Jesús ha obrado ahora igual que José: “José adquirió para el Faraón todas las tierras de Egipto, pues los egipcios, obligados por el hambre, vendieron cada uno su campo, y la tierra vino a ser propiedad del Faraón, y sometió a la servidumbre del Faraón tierras y pueblos, desde el uno al otro extremo de la tierra de Egipto.” (NC) En contestación al rescate de ellos por Cristo de una muerte por hambre espiritual ellos contestan como los egipcios azotados por el hambre: “¡Nos has dado la vida! ¡Podamos hallar gracia a los ojos de mi señor y seremos esclavos del Faraón!” (Gén. 47:15-26, BC; CB; UTA) De modo que estas otras ovejas han llegado a ser esclavos del Estado, esclavos del Reino.
14. ¿Por qué no se puede sacar a estos esclavos recientes del servicio del templo o exterminarlos?
14 Estas otras ovejas del Pastor Propio destinadas a la tierra tienen que seguirle obedientemente a dondequiera que él las conduzca. Nadie puede quitarlos de su cuidado sin el merecido castigo. Tienen que servir a Dios en su templo día y noche. Su vida será perdonada como la de los gabaonitas, que eran descendientes del Canaán maldecido y que estaban destinados a ser destruídos con el resto de los cananeos por Josué y los israelitas. Pero igual que los antiguos gabaonitas ellos han buscado y obtenido paz con el Josué Mayor, Jesucristo, y su Dios Jehová. A medida que continúan saliendo de entre los cananeos modernos bajo condena, el Josué Mayor les dice: “¡Malditos serán pues; nunca dejarán ustedes de suministrar esclavos, así leñadores como aguadores, para el templo de mi Dios!” A esto ellos contestan: “Aquí estamos, pues, en tu poder; haz con nosotros como te parezca justo y correcto.” Ellos son maldecidos, no como Canaán, sino debido a que una prohibición, un tabú, ha sido puesto sobre ellos. Ellos han venido a ser la propiedad de Jehová Dios y su Cristo, y nadie puede ejecutarlos o sacarlos de su servicio en el templo sin castigo. Dios tiene poder absoluto sobre la vida y muerte de ellos y sólo Él puede ejecutarlos por dejar de ser esclavos fieles. ¡Ay de cualquiera que viole esta prohibición divina en cuanto a ellos! Cinco reyes de los amorreos inmediatamente trataron de hacerlo y sus fuerzas de ataque fueron extirpadas, Jehová mismo arrojando grandes y mortíferas piedras de granizo desde el cielo y haciendo que el sol y la luna se detuvieran cuando Josué se lo pidió en oración para poder completar la matanza. Con nacionalismo fanático, el rey Saúl una vez trató de destruir a los gabaonitas declarados tabú, y la entera nación de Israel sufrió un hambre de tres años debido a ello hasta que fué expiada la muerte de esos gabaonitas. Jehová Dios hará lo mismo a la cristiandad por tocar violentamente a los gabaonitas modernos para impedir que hagan su servicio a Dios en el templo y obtengan vida en el nuevo mundo.—Jos. 9:3-27, UTA; Jos 10:1-27; 2 Sam. 21:1-14.
15. ¿En qué obra se unen al Gedeón Mayor todos sus esclavos?
15 La clase del esclavo fiel y discreto recibe bien a esos consiervos y trata de proteger los derechos de éstos. Junto con el Gedeón Mayor, Cristo Jesús, se unen en la obra iconoclasta de demoler el altar del dios falso Baal y su pértiga sagrada de adoración falsa, y dedican sus sacrificios de alabanza a Jehová Dios en obediencia a su mandato. Como está escrito: “Así que Gedeón tomó diez de sus esclavos, e hizo como le dijo el SEÑOR; . . . De modo que dieron a Gedeón el nombre de Jerobaal ese día, que quiere decir, ‘Haga el Baal su propia parte contra él, pues él le derribó su altar.’” (Jue. 6:27, 32, UTA) Baal significa “dueño”.
16. En vista del hecho de que Dios es Dueño, ¿qué reconocemos y qué determinamos hacer?
16 Jehová es nuestro Dueño y nuestro Dios. Gozosamente todos nosotros, tanto el resto como las otras ovejas, confesamos ser su propiedad viva a quienes él ha comprado por medio de la sangre de su Hijo Jesucristo. Llevamos las marcas de ello, como el apóstol Pablo, quien dijo: “De aquí en adelante que nadie me moleste, porque estoy llevando en mi cuerpo las marcas de un esclavo de Jesús.” (Gál. 6:17, NM) Por consiguiente reconocemos el derecho de Dios de dictar cuál tiene que ser nuestra religión, nuestra forma de adoración, y a él solo adoraremos como Dios verdadero. En contraste con Él no tenemos derecho alguno. Estamos obligados a guardar sus mandamientos y amorosamente rendiremos nuestro servicio sagrado a él, escogiendo obedecerlo a él como Gobernante más bien que a los hombres. Somos sus esclavos teocráticos ahora y por siempre jamás.