Haciendo frente a los períodos de abatimiento
“SIEMPRE feliz, siempre feliz, todos los días brilla el sol.” Así comenzaba una vieja canción folklórica. Pero, ¿es cierto esto? En la mayoría de los países hay días nublados, días lluviosos, días sombríos, días invernales, días en los que el sol no aparece.
Así pasa con todos nosotros en nuestra travesía por la vida. No todos los días son días felices, gozosos y agradables. Hay días en que parecemos estar en un período de abatimiento, días cuando nada parece salir bien, días en que no podemos aplicarnos, cuando parece que cometemos muchos errores sin ninguna causa aparente. Particularmente las personas que hacen trabajo “creativo” a veces se enfrentan con períodos de abatimiento. ¿Cuál es la causa?
Puede ser algo tan sencillo como el tiempo. Los días tristes de algún modo afectan nuestros sentimientos. O quizás sea algo de naturaleza psicosomática. ¿Lo ha desilusionado u ofendido alguien? Es posible que esto inconscientemente lo aflija. ¿Ha tenido mucha presión o tensión en su trabajo, o implicó éste muchas horas? ¿Se ha permitido comer o beber en demasía, o se ha acostado tarde? El sentimiento de depresión puede deberse a demasiado trabajo o a demasiado placer.
Por otra parte, quizás se deba a la química del cuerpo. Esta es la causa por la cual tantas mujeres tienen períodos de abatimiento todos los meses. La investigación ha mostrado que las mujeres tienen el doble del promedio de accidentes en sus días ‘difíciles.’ En una cárcel de mujeres se halló que el 60 por ciento de los delitos violentos impremeditados habían sido cometidos durante sus días ‘difíciles.’ Se dice que la enfermedad debido a este problema le cuesta a la industria de los Estados Unidos unos 5.000.000.000 de dólares al año.
Cualquiera que sea la causa de sus períodos de abatimiento, apéguese a la realidad, aceptándola y haciendo los ajustes correspondientes. Por supuesto, lo que uno puede hacer a manera de ajuste depende grandemente de las circunstancias de uno. Si uno es su propio patrón, o si es un ama de casa o sucede que tiene que realizar varias tareas, entonces es muy probable que durante los períodos de abatimiento uno pueda escoger las tareas que sean menos fatigosas. Si como ama de casa halla que el lavar la ropa para la familia es sencillamente demasiado fatigoso, entonces manténgase ocupada haciendo alguna otra cosa necesaria que no represente un desafío tan grande, aun cuando no esté dentro de su programa. ¡El lunes no siempre tiene que ser el día de lavar la ropa!
Lo mismo aplica a ustedes los hombres. Sabiendo que ustedes no se sienten bien durante un período de abatimiento, ¿por qué no hacer algo que requiera menos esfuerzo, concentración o habilidad... si le es posible elegir?
Pero si uno trabaja en una fabricación en cadena, o como secretario privado, o en algún trabajo que lo ata a una rutina u horario estricto, entonces sencillamente tendrá que “sonreír y aguantar.” Sin embargo, uno lo puede hacer más fácil por medio de su actitud mental. En vez de ceder a la tendencia de pensar negativamente, trate de pensar positivamente. Discipline su modo de pensar y dése fuertes razones para aplicarse a pesar del abatimiento.
La Biblia nos aconseja a pensar positivamente en Filipenses 4:8: “Cuantas cosas sean verdaderas, . . . cuantas sean amables, cuantas sean de buena reputación, cualquier virtud que haya y cualquier cosa que haya digna de alabanza, continúen considerando estas cosas.” Es interesante que el contexto de esas inspiradas palabras nos aconseja, “No se inquieten por cosa alguna.”—Fili. 4:6.
¿Qué le ayudará a pensar positivamente y a mantener su cabeza en alto a pesar del abatimiento? Algo que le ayudará es el leer la Biblia, la Palabra de Dios. Hay muchos salmos de los que puede derivar consuelo, tales como el Sal. 23, el Sal. 34, el Sal. 37, el Sal. 55 y el Sal. 103. También de los evangelios, que relatan de la vida y dichos de Jesús, en especial palabras como las que se encuentran en Mateo 11:28-30.
Si usted y sus amigos tienen teléfono, o tienen acceso a los mismos, una sencilla llamada amistosa puede hacer mucho por ayudarlo a salir de un período de abatimiento. Llame para inquirir cómo está un amigo, piense en algo interesante que contarle y se hallará refrescado al mismo tiempo que refresca a la otra persona. (Pro. 11:25) Además, si sabe tocar un instrumento musical, o si tiene un tocadisco o un magnetófono o una radio, sintonícelo o toque algo alegre, o algo sosegante, algo edificante por su pura belleza. Recuerde, la música ha ayudado a los que sufren de enfermedades mentales y aun a niños que parecían irremediablemente retardados. Puede ser un remedio para el alma que trata de hacer frente a un período de abatimiento.—1 Sam. 16:14-17, 23.
Otra ayuda para hacer frente a períodos de abatimiento es el recordarse de la virtud del contentamiento. Pocos si es que algunos de los seguidores de Jesús tuvieron una variedad tan amplia de experiencias tanto agradables como dolorosas como el apóstol Pablo, y sin embargo a pesar de todo pudo decir: “He aprendido, en cualesquier circunstancias que esté, a bastarme con lo que tengo,” esto es, a estar contento. El contar las bendiciones que uno tiene, tratando de ser razonable y comprendiendo que el sol no brilla todos los días, nos ayudará a enfrentarnos a los períodos de abatimiento.—Fili. 4:11; 2 Cor. 11:22-33.
Aun otra gran ayuda es la esperanza. La Biblia habla encarecidamente de la esperanza. La enlaza con la fe y el amor, dos de las mayores virtudes. (1 Cor. 13:13) Sirve como ancla para el alma, un yelmo de protección para la mente. Como se ha dicho de otros asuntos, así con el abatimiento, recuerde que “esto también pasará.” Aunque el sol no brilla todos los días, tampoco deja de brillar indefinidamente. Así es que continúe esperando por algo mejor.—1 Tes. 5:8; Heb. 6:19.
Por supuesto, una gran ayuda para cuando uno tiene un período de abatimiento es la consideración de parte de los que están allegados a uno. Es muy probable que usted la recibirá si usted es considerado con otros cuando ellos tienen períodos de abatimiento. Si nota tal cosa, entonces muestre empatía y afinidad. Use tacto, consideración, compasión y haga concesiones por su irritabilidad y mal humor. Por medio de sembrar esa semilla es muy probable que siegue una cosecha de lo mismo cuando usted se enfrente a un período de abatimiento.