Capítulo 6
Los días de la cristiandad están contados
1. ¿Por qué puede hacerse la pregunta en cuanto al asunto del tiempo tocante a la cristiandad, y por qué están contados sus días?
“¿CUÁNTO tiempo queda?” Bien pudiéramos hacer esta pregunta tocante a esa organización religiosa que se extiende por todo el mundo, la cristiandad. El Dios a quien ella afirma que adora es un Contador de Años. Él ha puesto dentro de su propia jurisdicción los “tiempos y sazones” en cuanto a sus criaturas humanas, y especialmente en cuanto a las que alegan ser representantes y siervos de Él religiosamente. (Daniel 2:20-22; Hechos 1:7) Este hecho debería servir de gran consuelo a todos los que aman lo que es correcto. ¿Por qué? Porque nos asegura que el Todopoderoso Dios de justicia no tolerará eternamente la iniquidad aquí en la Tierra. Él ha señalado el tiempo en que permitirá que la religión falsa predomine en toda la Tierra, esclavizando a casi toda la familia humana. Ni siquiera la más poderosa organización religiosa falsa en la Tierra podrá evitar ser destruida a manos de Él, cuando haya llegado Su debido tiempo para que Él ejecute su decisión judicial contra la religión falsa. La cristiandad ha sido muy culpable al representarlo falsamente ante la humanidad. Por lo tanto, ¡los días de la cristiandad están contados!
2. ¿Cómo se ilustró el fin de la cristiandad en el tipo, y cómo habría de ser Ezequiel un hombre “señal” a su pueblo?
2 Este hecho sobresaliente se ilustró en el tipo antiguo de la cristiandad, a saber, Jerusalén y la tierra de Judá en los días del profeta Ezequiel, más de seis siglos antes de nuestra era común. A Ezequiel se le dijo que habría de ser un hombre “señal” a su pueblo, la casa de Israel. Lo que se le dijo que hiciera sería una “señal” profética de lo que sucedería dentro y alrededor de Jerusalén, la capital del reino de Judá.—Ezequiel 4:3; 12:6, 11.
3. ¿Qué organización hace bien en escuchar lo que Jehová le dice a Ezequiel desde encima de su organización semejante a carro en 613 a. de la E.C.?
3 Todavía es el año 613 a. de la E.C., y Ezequiel todavía está en Tel-abib en la tierra de Babilonia y todavía está contemplando la visión de la organización semejante a carro de Jehová. Ezequiel, aunque ahora está plenamente comisionado como profeta y atalaya por Jehová, todavía no ha entrado en acción. Desde sobre el magnífico “carro” celestial, Jehová continúa hablándole a Ezequiel, diciéndole específicamente lo que tiene que hacer ahora, primero. Hoy la gente de la cristiandad hace bien en escuchar lo que le dice a Ezequiel:
4. ¿Qué habría de hacer Ezequiel con el ladrillo que tenía que tomar, como “una señal a la casa de Israel”?
4 “Y tú, oh hijo del hombre, toma para ti un ladrillo, y tienes que ponerlo delante de ti y grabar sobre él una ciudad, aun a Jerusalén. Y tienes que poner sitio contra ella y construir un muro de asedio contra ella y amontonar un cerco de sitiar contra ella y colocar campamentos contra ella y poner arietes todo alrededor contra ella. Y en cuanto a ti, toma para ti una tartera de hierro, y tienes que ponerla como un muro de hierro entre ti y la ciudad, y tienes que fijar tu rostro contra ella, y tiene que llegar a estar bajo sitio, y tienes que sitiarla. Es una señal a la casa de Israel.”—Ezequiel 4:1-3.
5. ¿En qué ocasión estuvo Ezequiel en Jerusalén estando ésta bajo sitio, y qué había llevado a un rey extranjero a imponer este sitio?
5 Quizás estas instrucciones le hayan recordado a Ezequiel que él mismo había estado en una ocasión dentro de Jerusalén estando ésta bajo sitio. Esto solo había sido cuatro años antes, allá en el año 617 a. de la E.C. Eso fue cuando, por segunda vez, el rey de Babilonia, llamado Nabucodonosor, había venido contra Jerusalén y la había sitiado. El gobernante en el trono de Jerusalén en aquel tiempo era Joaquim, hijo del buen rey Josías. En el octavo año del reinado del rey Joaquim este rey de Babilonia había venido contra Jerusalén y había hecho a Joaquim su súbdito, para hacerle pagar tributo a él en vez de al rey de Egipto. Por tres años el rey Joaquim permaneció sujeto al rey de Babilonia y luego se rebeló contra él.
6. Durante el sitio que hubo después de la rebelión de Joaquim, ¿qué le sucedió a él, y por eso qué hicieron los habitantes de Jerusalén?
6 De modo que en el undécimo año del reinado del rey Joaquim Jerusalén vio venir al rey de Babilonia contra ella por segunda vez, a fin de llevarse cautivo al rey Joaquim a la tierra de Babilonia y poner un rey diferente en su lugar en el trono de Jerusalén. De modo que Jerusalén estuvo bajo sitio por el rey de Babilonia en el año 617 a. de la E.C., en el tercer año del vasallaje de Joaquim a Babilonia. Pero antes de terminar el sitio, el rey Joaquim murió, y su hijo Joaquín fue puesto en el trono por los habitantes de Jerusalén. En la ciudad sitiada de Jerusalén Joaquín solo reinó por tres meses, y entonces decidió rendirse al rey de Babilonia.
7. ¿Qué hizo con Jerusalén el sitiador Nabucodonosor después que el rey Joaquín se rindió a él, y qué le sucedió a Ezequiel?
7 Entonces no era el tiempo de Jehová para que Jerusalén y su templo fueran destruidos, y él no puso en el corazón del rey de Babilonia destruir la ciudad santa en aquel tiempo. En vez de eso, leemos lo siguiente acerca de Nabucodonosor rey de Babilonia: “Se llevó al destierro a toda Jerusalén y a todos los príncipes y a todos los hombres valientes y poderosos —a diez mil estaba llevando al destierro— y también a todo artífice y edificador de baluartes. A nadie se había dejado atrás excepto a la clase de humilde situación de la gente de la tierra. Así se llevó a Joaquín al destierro a Babilonia; y a la madre del rey y a las esposas del rey y a sus oficiales de la corte y a los hombres de nota del país se los llevó como gente desterrada de Jerusalén a Babilonia.” (2 Reyes 23:36 a 24:15; 2 Crónicas 36:5-10; Daniel 1:1-4; Jeremías 22:18, 19) Ezequiel hijo de Buzi el sacerdote fue llevado al destierro con el rey capturado, Joaquín, en 617 a. de la E.C.—Ezequiel 1:1-3.
8. Según el horario de Jehová, ¿cuánto tiempo más le quedaba a Jerusalén, y qué le reveló Jehová a Ezequiel que haría el rey Sedequías en asuntos internacionales?
8 Después de eso, según el horario de Jehová, la ciudad de Jerusalén y el reino de Judá iban a ser perdonados por unos once años más. Para ocupar el lugar del deportado Joaquín, el tío de éste, Matanía, hijo del buen rey Josías, fue puesto en el trono de Jerusalén por el rey de Babilonia, y su nombre fue cambiado a Sedequías. Como era un rey malo, que favorecía a los egipcios en contra de los babilonios, surgió la pregunta: ¿Repetiría el rey Sedequías el error de su hermano Joaquim y se rebelaría contra el rey de Babilonia? Tres años antes que sucediera esto, Jehová le reveló por una visión a Ezequiel que el rey Sedequías de hecho haría eso. (Ezequiel 17:1-6, 9-21; 2 Reyes 24:18 a 25:2; Jeremías 52:1-5) Verdaderamente, cuando Ezequiel fue levantado como profeta y atalaya a la casa de Israel, los días de Jerusalén y el reino de Judá estaban contados. Jehová llevaba la cuenta.
9. ¿Qué habría de hacer Ezequiel para representar en pantomima lo que le sucedería a Jerusalén y la protección que tendrían los sitiadores y el uso del brazo de éstos para acción vigorosa?
9 Para representar en pantomima lo que le sucedería a la ciudad capital Jerusalén después de la rebelión del rey Sedequías contra el rey de Babilonia en violación de un juramento ante Jehová, Ezequiel habría de acostarse con los ojos fijos en el dibujo de la ciudad de Jerusalén que él había grabado en un ladrillo mientras todavía estaba húmedo. Para representar la protección desde detrás de la cual los atacantes pondrían sitio a la ciudad condenada a destrucción, Ezequiel habría de poner una tartera de hierro entre él mismo y el ladrillo grabado. También habría de tener el “brazo desnudo,” como un soldado babilonio con el brazo desnudo para acción vigorosa contra la ciudad sitiada.
10, 11. ¿Cómo demuestra el relato histórico, escrito por un hombre que estuvo entre los sitiados, que Jehová no dio en vano una “señal” mediante Ezequiel?
10 En cumplimiento de la “señal” que Ezequiel habría de representar ante la casa de Israel, el sitio sí aconteció al debido tiempo de Jehová.
11 El relato histórico de esto según lo describió uno que realmente estuvo en la ciudad sitiada en aquel tiempo, a saber, el profeta Jeremías, dice como sigue: “Sedequías empezó a rebelarse contra el rey de Babilonia. Y aconteció el año noveno de ser él rey, en el mes décimo [Tebet], al décimo día del mes, que Nabucodonosor el rey de Babilonia vino, sí, él y toda su fuerza militar, contra Jerusalén y se pusieron a acampar contra ella y a edificar contra ella un muro de asedio todo en derredor. Y la ciudad vino a estar sitiada hasta el año undécimo del rey Sedequías.” (2 Reyes 24:20 a 25:2; Jeremías 52:1-5) Hubo una breve interrupción de este sitio cuando los babilonios (caldeos) se retiraron a fin de rechazar a los egipcios a quienes el rey Sedequías había recurrido por ayuda. Pero, después de haberse encargado de esta amenaza egipcia, los babilonios regresaron y reanudaron el sitio, tal como el profeta Jeremías advirtió que lo harían. (Jeremías 37:5-11) Jehová no había dado en vano una “señal” por medio de Ezequiel.
12. ¿Por qué le habría de venir este sitio desastroso a la ciudad con la cual estaba vinculado el nombre de Jehová, y cómo había llegado a ser Jerusalén la ciudad capital de solo dos tribus de todo Israel?
12 ¿Por qué, sin embargo, le habría de venir este sitio junto con sus consecuencias desastrosas a la ciudad con la cual estaba vinculado el nombre de Jehová por el templo de él allí? Extraño como suene el decirlo, se debió a que la destrucción de Jerusalén vino como castigo de la mano de Jehová por la rebelión de su pueblo pactado contra Él. Aquella ciudad fue por unos setenta y tres años la capital del reino unido de las doce tribus de Israel. Pero después del fin malo y muerte del rey Salomón hubo una revuelta de diez tribus contra su hijo y sucesor, el rey Roboam. El reino fue roto en dos partes desiguales, y diez tribus (principalmente en el norte) formaron el reino de Israel bajo el rey Jeroboán con su ciudad capital en Siquem en el territorio de la tribu de Efraín. Las dos tribus leales de Judá y Benjamín, junto con la tribu de Leví cuyos hombres capacitados servían en el templo de Jehová, formaron el reino de Judá al sur, con su capital en Jerusalén. (1 Reyes 12:1-25; 2 Crónicas 10:1 a 11:16) Eso fue en 997 a. de la E.C., ó 384 años antes que profetizara Ezequiel.
LOS 390 DÍAS DE LLEVAR EL ERROR DE ISRAEL
13. ¿Por cuántos días habría de acostarse Ezequiel sobre su lado izquierdo ante el ladrillo grabado, y con qué propósito en mira?
13 El hecho de que la destrucción de Jerusalén habría de ser en castigo por el error religioso de su pueblo escogido Jehová se lo declaró directamente a Ezequiel, que estaba representando el sitio de Jerusalén, diciendo: “Y en cuanto a ti, acuéstate sobre tu lado izquierdo, y tienes que poner el error de la casa de Israel sobre él. Por el número de los días que te acostarás sobre él llevarás el error de ellos. Y yo mismo tengo que darte los años de su error hasta el número de trescientos noventa días, y tienes que llevar el error de la casa de Israel. Y tienes que completarlos.”—Ezequiel 4:4-6.
14. ¿Por qué habría de considerarse a Jerusalén responsable por el error de “la casa de Israel” por 390 días?
14 Por esto Ezequiel habría de indicar, no la largura del sitio venidero de Jerusalén, sino el año exacto en el cual habría de ser destruida la ciudad, al fin de su sitio. Aquí la expresión “la casa de Israel” representa al reino septentrional o norteño de las diez tribus rebeldes de Israel, que no reconocían a Jerusalén como su capital. Sin embargo, a Jerusalén se le consideraba responsable del error religioso del reino septentrional de Israel, porque, desde los años finales del rey Salomón, aquella ciudad había dado a todas las tribus de Israel, las doce, un ejemplo religioso malo, que llevaba a la idolatría.
15. ¿Cómo estuvo implicado el rey Roboam en el “error” del reino septentrional de Israel? Por eso, ¿se zanjó con Jehová el asunto de rendir cuentas cuando Samaria fue destruida en 740 a. de la E.C.?
15 También, el hijo y sucesor del rey Salomón, Roboam, no había tratado bondadosamente con los motivos de queja de las diez tribus que se quejaban. De modo que las había impelido a sublevarse y las había alejado de Jerusalén como centro de la adoración de Jehová. Por consiguiente Jerusalén no estaba libre de culpa tocante al error religioso del reino septentrional de Israel. Este reino rebelde de Israel no duró trescientos noventa (390) años desde su comienzo en 997 a. de la E.C., porque fue destruido por la Potencia Mundial Asiria alrededor del año 740 a. de la E.C. Aunque esto sirvió de castigo directo por apartarse de la adoración de Jehová como Dios, la destrucción del reino septentrional de Israel, con su capital final en Samaria, no zanjó el asunto en lo que tocaba a Jehová. Todavía quedaba algo que zanjar en las cuentas de la capital madre, Jerusalén. ¿Cuándo habría de zanjarse esto?
16. ¿Cuándo habría de zanjarse el asunto de rendir cuentas por el “error” del reino septentrional de Israel?
16 Al fin de trescientos noventa años desde el comienzo del reino septentrional, norteño, de Israel. Ese “error” no podía empezar más temprano que al comienzo de aquel reino mismo, en 997 a. de la E.C. Ciertamente empezó entonces. En aquel año de revuelta, ¿qué hizo el rey Jeroboán?
17, 18. Según el registro de 1 Reyes 12:26-33, ¿qué hizo el rey de las tribus sublevadas, Jeroboán?
17 “Y Jeroboán empezó a decir en su corazón: ‘Ahora el reino se volverá a la casa de David. Si este pueblo continúa subiendo a ofrecer sacrificios en la casa de Jehová en Jerusalén, entonces el corazón de este pueblo de seguro se volverá a su señor, Roboam el rey de Judá; y ciertamente me matarán y se volverán a Roboam el rey de Judá.’ Por lo tanto el rey tomó consejo e hizo dos becerros de oro y le dijo al pueblo: ‘Es demasiado para ustedes el que suban a Jerusalén. Aquí está tu Dios, oh Israel, que te subió de la tierra de Egipto.’
18 “Entonces colocó el uno en Betel, y el otro lo puso en Dan. Y esta cosa llegó a ser causa de pecado, y el pueblo empezó a ir delante del uno hasta Dan. Y él se puso a hacer una casa de lugares altos y a hacer sacerdotes de la gente en general, que, casualmente, no eran de los hijos de Leví. . . . Y empezó a hacer ofrendas sobre el altar que él había hecho en Betel el día quince del mes octavo, en el mes que él había inventado por sí; y procedió a hacer una fiesta para los hijos de Israel y a hacer ofrendas sobre el altar para hacer humo de sacrificio.”—1 Reyes 12:26-33; 2 Crónicas 11:14, 15.
19. ¿Cuándo terminarían esos 390 años, y qué muestra en cuanto a Jehová esta cuenta del tiempo de los asuntos?
19 Habiendo sido hallado el año del comienzo del “error” de la casa de Israel, a saber, 997 a. de la E.C., entonces si medimos trescientos noventa años desde ese año llegamos a la fecha de la destrucción de Jerusalén. Es el año 607 a. de la E.C.a El que el profeta Ezequiel haya calculado esa fecha al recibir la profecía seis años antes que Jerusalén sufriera destrucción o no, no lo sabemos. Pero la exactitud del asunto demuestra que Jehová de veras es un Contador de Años y que él había determinado con anticipación el año en que habría de ejecutar completamente su decisión judicial en la Jerusalén infiel. Esto es algo que la correspondencia del día moderno de la Jerusalén infiel, a saber, la cristiandad, debe tomar seriamente a pechos en esta fecha avanzada. ¿Se da cuenta ella, al examinar la Biblia, de que sus días están contados?
LOS CUARENTA DÍAS DE LLEVAR EL ERROR DE JUDÁ
20. En el segundo caso, ¿cuántos días habría de estar acostado Ezequiel sobre su lado derecho, y con qué propósito en mira?
20 Sin embargo, ¿no había ningún “error” de parte del reino meridional o sureño de Judá, cuyo castigo hubiera de ejecutarse en Jerusalén al grado de destruirla? Sí. Jehová no pasó por alto esto, pues, siguiendo, le dijo lo siguiente a Ezequiel, que estaba representando en pantomima el sitio de Jerusalén: “Y tienes que acostarte sobre tu lado derecho en el segundo caso, y tienes que llevar el error de la casa de Judá cuarenta días. Un día por un año, un día por un año, es lo que te he dado. Y al asedio de Jerusalén fijarás tu rostro, con tu brazo desnudo, y tienes que profetizar contra ella. Y, ¡mira! ciertamente pondré cuerdas sobre ti para que no te vuelvas de tu un lado a tu otro lado, hasta que hayas completado los días de tu sitio.”—Ezequiel 4:6-8.
21. Si Ezequiel estaba en dirección al este, ¿hacia qué reinos respectivamente estarían vueltos su lado izquierdo y su lado derecho, y cuál fue el total de los días de estar acostado él en este sitio mímico de Jerusalén?
21 Si Ezequiel estaba acostado con la cabeza en dirección al este en su sitio mímico de Jerusalén, entonces su lado izquierdo estaría al norte, la dirección del anterior reino septentrional de Israel, y su lado derecho estaría al sur. De modo que era adecuado que se acostara sobre su lado derecho al llevar el “error” del reino meridional de Judá. Por supuesto, el que Ezequiel se acostara sobre su lado derecho por cuarenta días fue después de acostarse sobre el lado izquierdo por trescientos noventa días, lo cual significaría cuatrocientos treinta días de acostarse como en sitio.
22. ¿Cómo aplicaron los cuarenta días en cuanto al “error” del reino de Judá con referencia a los 390 días por el “error” de Israel, y por eso cómo aplicaron los cuarenta años en cuanto a Judá con respecto a los 390 años por Israel?
22 Sin embargo, en el cumplimiento mismo en la Jerusalén de la antigüedad, los cuarenta días por el “error” de la “casa de Judá” correrían concurrentemente con los últimos cuarenta días de los trescientos noventa días por el “error” de la “casa de Israel.” La unidad de medir tiempo que Jehová le dio a Ezequiel fue: “un día por un año,” hecha enfática al ser repetida. Esta fue la misma unidad de medir tiempo que Jehová dio cuando requirió que los rebeldes israelitas vagaran cuarenta años en el desierto después de haber salido de Egipto. (Números 14:34) De modo que esa unidad de tiempo que se declaró allá en 1512 a. de la E.C. tenía por lo menos 899 años cuando Jehová se la volvió a declarar a Ezequiel. En armonía con ello los cuarenta años por el “error” de la “casa de Judá” habrían de correr concurrentemente con los últimos cuarenta años del período de 390 años por el “error” de la “casa de Israel.” Los últimos cuarenta años de ese período comenzaron en el año 647 a. de la E.C. (350 años después de 997 a. de la E.C.) Esos cuarenta años terminaron en 607 a. de la E.C. Ambos períodos, el más largo y el más corto, tenían que convergir en la misma fecha, pues la Jerusalén antigua fue destruida solo una vez, a saber, en 607 a. de la E.C.
23, 24. ¿Cómo fue señalado el período de cuarenta años de llevar el “error” de Judá, y cómo indica 2 Reyes 24:3, 4; 21:16 por qué comenzó entonces a pesar de que Josías restauró la adoración pura en ese tiempo?
23 Ahora surge una pregunta: ¿Fue el principio de esos cuarenta años por el “error de la casa de Judá” señalado por algo que indicaba un comienzo de contar “error” religioso? Sí, el año de apertura de ese período fue el decimotercer año del reinado del buen rey Josías de Jerusalén, y fue en ese año que Jehová nombró a Jeremías hijo de Hilcías el sacerdote para servir como Su profeta en la tierra de Judá. (Jeremías 1:1-3; 25:3) Pero, ¿no estaba restaurando en aquel tiempo el buen rey Josías la adoración pura de Jehová por toda la tierra de Judá? ¿Por qué, entonces, debería comenzar Jehová a contar “error” contra la “casa de Judá” en ese año? Se debía a los pecados del rey Manasés, abuelo del rey Josías, pecados que habían sido tan abundantes y sumamente alarmantes y desagradables que Jehová no podía borrarlos de la cuenta que tenía contra Jerusalén como ciudad idólatra, manchada de sangre. Leemos:
24 “Fue solo por orden de Jehová que esto tuvo lugar contra Judá, para quitarlo de su vista por los pecados de Manasés, conforme a todo lo que había hecho; y también por la sangre inocente que él había derramado, de manera que llenó a Jerusalén de sangre inocente, y Jehová no consintió en conceder perdón.”—2 Reyes 24:3, 4; 21:16.
25. ¿Cómo indica 2 Reyes 23:25-27 que, a pesar de los esfuerzos nobles del rey Josías, quedaba una cuenta que Jehová habría de saldar con Jerusalén?
25 Aun después de los nobles esfuerzos del rey Josías por poner en vigencia la ley de Jehová en Judá y Jerusalén, leemos: “Y resultó que no hubo rey como él antes de él que se volviera a Jehová con todo su corazón y con toda su alma y con toda su fuerza vital, conforme a toda la ley de Moisés; tampoco después de él se ha levantado uno semejante a él. Sin embargo, Jehová no se volvió del gran ardor de su cólera, con que ardía su cólera contra Judá por todas las cosas ofensivas con las cuales Manasés los había hecho ofender. Antes bien dijo Jehová: ‘A Judá, también, quitaré de mi vista, tal como he quitado a Israel; y ciertamente rechazaré a esta ciudad que he escogido, aun a Jerusalén, y la casa [templo] de la que he dicho: “Mi nombre continuará allí.”’”—2 Reyes 23:25-27.
26. ¿De qué manera no había mejorado las cosas el rey Amón en Judá, dejando así una fuerte cantidad de imperdonable responsabilidad para Jerusalén cuando su hijo Josías llegó a ser rey?
26 El padre de Josías, el rey Amón, no había mejorado los asuntos en Judá y Jerusalén, pues tocante al rey Amón está escrito: “Y procedió a hacer lo que era malo a los ojos de Jehová, tal como había hecho Manasés su padre; y a todas las imágenes esculpidas que Manasés su padre había hecho Amón sacrificó, y continuó sirviéndoles. Y no se humilló a causa de Jehová lo mismo que Manasés su padre se humilló, pues Amón fue uno que hizo aumentar la culpabilidad. Finalmente sus siervos conspiraron contra él y le dieron muerte en su propia casa.” (2 Crónicas 33:22-25) Así el rey Amón dejó a Judá y Jerusalén con un repugnante registro y una fuerte cantidad de imperdonable responsabilidad ante Jehová cuando su hijo y sucesor, Josías, llegó a ser rey en 659 a. de la E.C.
27. Si los cuarenta años hubieran comenzado a contarse cuando el rey Manasés fue llevado cautivo a Babilonia, ¿por qué pudieran haber terminado esos cuarenta años durante el reinado de Josías, y por qué habría sido esto inadecuado?
27 En el decimotercer año del reinado de Josías, Jehová levantó a Jeremías hijo de Hilcías el sacerdote como su profeta, en 647 a. de la E.C. Por el profetizar de Jeremías, Jehová definitivamente dio a saber su propósito de hacer que Judá y Jerusalén sufrieran desolación completa. (Jeremías 19:1-5; 25:1-11) En armonía con esto, Jehová hizo del decimotercer año del reinado del rey Josías el principio de la cuenta de los cuarenta años de llevar el “error de la casa de Judá.” Este período de cuarenta años terminó en 607 a. de la E.C., o veintiún años después de la muerte del rey Josías. Si el período de cuarenta años hubiera comenzado durante el reinado de su abuelo, el rey Manasés, especialmente desde el tiempo en que el rey Manasés fue llevado cautivo a Babilonia por el rey de Asiria, entonces los cuarenta años podrían haber terminado durante el reinado del rey Josías. ¿Por qué? Porque el reinado del rey Manasés duró cincuenta y cinco años, y el reinado de su hijo Amón duró dos años, y el del rey Josías treinta y un años. (2 Crónicas 33:10 a 34:2, 19-28) El reinado de Josías fue bueno de principio a fin, y por eso no se permitió que la calamidad que había de venir al fin de cuarenta años viniera en su día.—2 Reyes 22:11-20; 2 Crónicas 34:14-33.
28. Sin embargo, ¿en la calamidad que viene sobre quién estamos interesados hoy, y cómo corresponde el antitipo moderno con la Jerusalén de la antigüedad en cuanto a la idolatría y derramamiento de sangre?
28 Sin embargo, lo que especialmente nos interesa hoy día es el cumplimiento de la calamidad que le vendrá a la correspondencia del día moderno de aquellas Jerusalén y Judá manchadas de sangre, idólatras, a saber, la cristiandad. La cristiandad está llena de cosas idolatradas, de imágenes religiosas y de estatuas y emblemas nacionalistas a los cuales se rinde devoción idolátrica, no a menor grado de lo que se vio en el tipo antiguo. La cristiandad ha sido llenada de “sangre inocente” en gran cantidad “de extremo a extremo,” no a menor grado que en el caso de Jerusalén. (2 Reyes 21:16) Desde su mismísimo principio la cristiandad ha sido ensuciada con derramamiento de sangre. El emperador romano, Constantino el Grande, después de haber aceptado el cristianismo de su día, haciéndolo la religión del Estado, sí, después de haber presidido el Concilio religioso de Nicea, hizo que su hijo mayor fuera ejecutado y después de eso su propia esposa, Fausta. Así, los mismísimos cimientos de la cristiandad fueron ensuciados con sangre.—The Encyclopædia Britannica, 11.ma edición, tomo 6, página 989, párrafo 4.
29. Si Jehová consideró responsable de derramamiento homicida de sangre a la Jerusalén antigua, ¿qué casos de derramamiento de sangre en gran escala de parte de la cristiandad desde el día del emperador Constantino puede considerar Jehová?
29 A través de los siglos que siguieron, las faldas de la cristiandad han goteado sangre. ¡Si esa sangre pudiera clamar, testificaría contra las diez cruzadas religiosas que la cristiandad llevó a cabo en vano contra los mahometanos “infieles” del Oriente Medio, los crímenes de la inquisición religiosa, las guerras religiosas entre católicos romanos y protestantes, su Guerra de los Cien Años, su Guerra de los Treinta Años, y ahora, finalmente, sus dos guerras mundiales de este siglo veinte por medio de las cuales se derramó más sangre de la que se ha derramado desde la fundación de la Babilonia antigua por Nemrod, un “poderoso cazador en oposición a Jehová” de hace cuatro mil doscientos años! ¿No ha llegado a ser el “error” de la cristiandad mucho mayor que el de Jerusalén y Judá de la antigüedad? Considerando todos los hechos la respuesta es sencillamente: ¡Sí! Y si Jehová consideró responsable a la Jerusalén antigua, ¿no debería Él hacer lo mismo con la cristiandad?
LA CRISTIANDAD PEOR QUE LA “PAGANÍA”
30, 31. Una comparación de la cristiandad con el paganismo corresponde con ¿qué estimación que Jehová le expresó a Ezequiel acerca de Jerusalén al ser comparada con los países circunstantes, y por eso qué estaba resuelto a hacerle Jehová a Jerusalén?
30 La cristiandad no puede negar que ha obrado mucho peor que el dominio religioso que ella llama “paganismo” o “paganía.” La estimación que ha hecho Jehová de ella ha de ser la misma que le expresó al profeta Ezequiel acerca de la ciudad donde estaba ubicado el templo de Su adoración: “Esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: ‘Esta es Jerusalén. En medio de las naciones la he puesto, con países todo alrededor de ella. Y ella procedió a portarse rebeldemente contra mis decisiones judiciales en iniquidad más que las naciones, y contra mis estatutos más que los países que la rodean toda, pues mis decisiones judiciales rechazaron y, en cuanto a mis estatutos, no anduvieron en ellos.’
31 “Por lo tanto esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: ‘Debido a que ustedes fueron más turbulentos que las naciones que están todo alrededor de ustedes, en mis estatutos no anduvieron y mis decisiones judiciales no ejecutaron; sino que según las decisiones judiciales de las naciones que están todo alrededor de ustedes, ustedes ejecutaron, ¿verdad? Por lo tanto esto es lo que ha dicho el Señor Soberano Jehová: “Aquí estoy contra ti, oh ciudad, aun yo, y ciertamente ejecutaré en medio de ti decisiones judiciales a los ojos de las naciones. Y ciertamente haré en ti lo que no he hecho y como lo cual no haré más por causa de todas tus cosas detestables.”’”—Ezequiel 5:5-9.
32. Como cuando Ezequiel fue levantado como profeta, ¿en qué punto en el tiempo está ahora el llevar el “error” de la cristiandad, y desde todo punto de vista qué ha de ser cierto acerca de los días restantes de ésta?
32 Cuando nos acordamos de que fue tarde en el período de cuarenta años de llevar “error” por la casa de Judá que Jehová nombró a Ezequiel como su profeta y atalaya, vemos razón para creer que igualmente es tarde en el período señalado de Jehová para llevar el error de la cristiandad. Aquí nos hallamos a más de medio siglo desde el fin de los Tiempos de los Gentiles en el año 1914, y las dos guerras mundiales de la cristiandad son ahora historia vergonzosa y parece que nada la disuade de prepararse para una tercera guerra mundial. En vista de su propio estado interno los días de la cristiandad tienen que estar contados. Pero por la cuenta del tiempo de Jehová los días de ella ciertamente están contados. Y cuando se acabe el número de ellos, entonces, ¿qué?
33. ¿Qué y cómo habría de comer y beber Ezequiel durante los días del sitio mímico de Jerusalén?
33 Jehová le indicó al profeta Ezequiel lo que significaría simultáneamente para Jerusalén y Judá la terminación de los 390 “días” (años) y de los 40 “días” (años). Después de decirle a Ezequiel cómo representar en pantomima el sitio de Jerusalén que se acercaba, Jehová pasó a decirle: “Y en cuanto a ti, toma para ti trigo y cebada y habas y lentejas y mijo y espelta, y tienes que ponerlos en un solo utensilio y hacerte pan de ellos, para el número de los días que estés acostado sobre tu lado; trescientos noventa días lo comerás. Y tu alimento que comerás será por peso... veinte siclos al día. De vez en cuando lo comerás. Y agua beberás meramente por medida, la sexta parte de un hin. De vez en cuando beberás.”—Ezequiel 4:9-11.
ALIMENTO Y CONDICIONES DE SALUD MALOS
34. ¿Qué indicó para Jerusalén durante su sitio aquella dieta de inanición para Ezequiel, y qué efectos tendría esto en la salud de ella?
34 Piense en ello... ¡comer sólo el peso de veinte siclos (un poco más de 228 gramos) de alimento al día, y beber sólo la sexta parte de un hin (aproximadamente medio litro) de agua al día, por trescientos noventa días! Una dieta de inanición como ésa indicaba una crítica escasez de alimento, un hambre, sí, precisamente como el hambre en que habría de verse la ciudad sitiada de Jerusalén. ¡Esto era suficiente, también, para que cundiera la peste entre los habitantes hambreados! Y sin embargo éstas son las mismísimas cosas que a Ezequiel se le mandó que representara en pantomima y qué Jehová claramente dijo, a modo de interpretación, que le sobrevendrían a Jerusalén bajo sitio. Hasta se produciría canibalismo como resultado, dijo él:
35. Según lo que Jehová le dijo a Ezequiel, ¿hasta qué punto sería extremada el hambre?
35 “‘Por lo tanto padres mismos comerán a hijos en medio de ti, e hijos mismos comerán a sus padres, y ciertamente ejecutaré en ti actos de juicio y esparciré a todo el residuo de ti a todo viento. Por lo tanto, tan ciertamente como que estoy vivo,’ es la expresión del Señor Soberano Jehová, ‘seguramente por causa de que fue mi santuario lo que contaminaste con todas tus cosas repugnantes y con todas tus cosas detestables, yo mismo también soy Aquel que ciertamente te disminuirá y mi ojo no se sentirá apenado y ciertamente yo mismo tampoco mostraré compasión. Una tercera parte de ti... por la peste morirán, y por hambre se acabarán en medio de ti.’”—Ezequiel 5:10-12.
36. ¿Cómo ilustró Ezequiel que el hambre y la peste consumirían a sus víctimas como fuego?
36 Los que morirían como resultado del hambre y la peste dentro de la Jerusalén sitiada habrían de ser como la tercera parte del cabello que Ezequiel se afeitaría de su cabeza y barba, no con navaja, sino con una espada de guerra, y que Ezequiel habría de ‘quemar en el fuego mismo en medio de la ciudad tan pronto como se hayan cumplido los días del sitio [mímico].’ (Ezequiel 5:1, 2) ¡El hambre y la peste habrían de consumir a sus víctimas como el fuego!
37. ¿Cómo se ilustró el pan ceremonialmente inmundo que los habitantes de Jerusalén se verían obligados a comer?
37 ¡Qué desdichada dieta habrían de tener los habitantes enjaulados de la Jerusalén sitiada! Era suficientemente malo tener que comer pan hecho de una variedad de ingredientes: de trigo, cebada, habas, lentejas, mijo y espelta. Para un judío como Ezequiel hijo de un sacerdote del templo ese pan sería inmundo, porque su composición violaba el principio que Jehová había manifestado en la ley dada por Moisés, en Levítico 19:19: “No debes sembrar tu campo con semillas de dos índoles, y no debes ponerte una prenda de vestir de hilo de dos índoles, mezclados juntos.” (También, Deuteronomio 22:9) ¡Pero mire el material combustible que los habitantes de la Jerusalén sitiada quizás tendrían que usar al cocer este pan ritualmente inmundo! Jehová lo insinuó cuando le dijo a Ezequiel cómo cocer la mezcla del pan: “Y como torta redonda de cebada lo comerás; y en cuanto a él, sobre tortas de estiércol del excremento de la humanidad lo cocerás delante de sus ojos.” Ezequiel habría de representar un cuadro profético mediante ello, pues nos dice: “Y Jehová pasó a decir: ‘Justamente así los hijos de Israel comerán su pan inmundo entre las naciones a las cuales los dispersaré.’”—Ezequiel 4:12, 13.
38. ¿Cómo expresó horror Ezequiel ante comer pan de esa clase preparado de tal manera, y qué significaba para Jerusalén el tener que comer tan objetable pan?
38 Cocido de tal manera, el pan sería doblemente inmundo. ¿Nos parece repugnante a nosotros los de la civilización moderna ese proceso de cocimiento? Hace veinticinco siglos hasta le fue repugnante a Ezequiel. No pudo menos que expresar su horror, como nos dice: “Y procedí a decir: ‘¡Ay! ¡oh Señor Soberano Jehová! ¡Mira! Mi alma no es alma contaminada; ni cuerpo ya muerto ni animal despedazado he comido desde mi juventud, aun hasta ahora, y en mi boca no ha entrado ninguna carne asquerosa.’” (Ezequiel 4:14) Más de seiscientos años después un cristiano judío, el apóstol Pedro, tuvo repulsión similar ante las instrucciones que se le dieron en una visión de Dios. (Hechos 10:9-17; 11:5-10) Ezequiel, de una familia sacerdotal, no deseaba, ni siquiera bajo las horribles condiciones de hambre de un sitio, contaminarse ceremonialmente, aunque significara muerte por inanición. Eso le suministra a uno solo un vislumbre del horrible aprieto con que se podría ver humillada la Jerusalén sitiada.
39. ¿Por qué podía mostrar Jehová consideración a los sentimientos de Ezequiel a este respecto, y sin embargo cómo le habría de ir a Jerusalén en cuanto a alimento y bebida?
39 Sin embargo, una mezcla de pan, fuera cocida sobre tortas de estiércol hechas de excremento humano o no, todavía sería inmunda, además de estar en abastecimiento escaso. Este era el punto principal que habría de recalcarse. Por consiguiente Jehová pudo mostrar consideración a los sentimientos de Ezequiel y hacer el proceso de cocimiento más normal para personas del Oriente Medio. “Por consiguiente,” dice Ezequiel, “me dijo: ‘Ve esto, te he dado estiércol de ganado vacuno en vez de las tortas de excremento de la humanidad, y tienes que hacer tu pan sobre él.’” Entonces Jehová da su propia explicación, pues Ezequiel escribe: “Y continuó, diciéndome: ‘Hijo del hombre, aquí estoy quebrando las varas alrededor de las cuales se suspenden panes de forma de anillo, en Jerusalén, y tendrán que comer pan por peso y con solicitud ansiosa, y será por medida y con horror que beberán el agua misma, para que les falte pan y agua y se miren pasmados unos a otros y se pudran en su error.’”—Ezequiel 4:15-17.
40. ¿Cómo demostraron los desenvolvimientos posteriores en Jerusalén que Jehová no había hecho una declaración exagerada en cuanto a alimento y bebida?
40 Esta no fue ninguna declaración exagerada. Durante el sitio mismo, el profeta Jeremías, aprisionado dentro de Jerusalén, finalmente recibió un pan redondo “diariamente procedente de la calle de los panaderos, hasta que se agotó todo el pan de la ciudad.” (Jeremías 37:21) Finalmente, Jeremías pudo escribir lo siguiente sobre el último año del reinado del inicuo rey Sedequías en la Jerusalén sitiada: “El día nueve del mes cuarto fue grave el hambre en la ciudad, y resultó que no hubo pan para la gente de la tierra. Y se logró abrir brecha en la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron de noche por el camino de la puerta entre el muro doble que está junto al jardín del rey, mientras los caldeos estaban todo alrededor contra la ciudad; y el rey empezó a irse con dirección al Arabá. Y una fuerza militar de caldeos fue corriendo tras el rey, y lograron alcanzarlo en las llanuras desérticas de Jericó; y toda su propia fuerza militar fue desparramada de su lado.” (2 Reyes 25:3-5; Jeremías 39:3-5; 52:6-8) ¡Muy verdadera resultó la “señal” amonestadora que Jehová dio por medio de Ezequiel!
41. ¿Cómo habría de irles a los sobrevivientes del sitio de Jerusalén en las tierras a las cuales fueran esparcidos?
41 Sin embargo, ¿qué pasó en cuanto a los sobrevivientes del sitio de Jerusalén que duró dieciocho meses? Como Jehová le dijo a Ezequiel, habrían de ‘comer su pan inmundo entre las naciones a las cuales los dispersaré.’ (Ezequiel 4:13) Habrían de ser dispersados, esparcidos a tierras no israelitas como desterrados, dejando la tierra de Judá y Jerusalén en desolación completa. En Jerusalén no solo dejaron a las víctimas del hambre y la peste, sino también a los que habían sido muertos por las armas y equipo militar de los caldeos o babilonios. Estas últimas bajas bélicas y los sobrevivientes mismos eran como las otras dos partes del cabello que Ezequiel se había afeitado de la cabeza y la barba con una espada. Los muertos en la guerra eran como la tercera parte de su cabello que Ezequiel habría de cortar con la espada todo alrededor, en todos lados. En cuanto a los sobrevivientes, que habrían de ser dispersados entre las naciones gentiles, eran como la tercera parte restante del cabello de Ezequiel que él habría de esparcir al viento, no para una vida pacífica en el destierro, sino, como Jehová le dijo a Ezequiel: “Sacaré una espada misma detrás de ellos.” (Ezequiel 5:2) Explicando las acciones simbólicas de Ezequiel en cuanto a estas últimas dos porciones de cabello, Jehová le dijo a su profeta:
42. ¿Cómo lo explicó Jehová según la manera en que Ezequiel trató a la última tercera parte del cabello que se había afeitado, y qué habrían de saber los sobrevivientes?
42 “Y otra tercera parte [la segunda tercera parte del cabello]... por la espada [de guerra] caerán todo alrededor de ti. Y la última tercera parte la esparciré aun a todo viento, y una espada es lo que sacaré detrás de ellos. Y mi cólera ciertamente vendrá a su final y ciertamente apaciguaré mi furia en ellos y me consolaré; y tendrán que saber que yo mismo, Jehová, he hablado en mi insistencia en devoción exclusiva cuando lleve mi furia a su final sobre ellos.”—Ezequiel 5:12, 13.
43. ¿Cuál habría de ser la experiencia de los que fueron representados por los cabellos envueltos en las faldas de Ezequiel y de los que fueron representados por el cabello arrojado al fuego?
43 Algunos desterrados habrían de ser como los pocos cabellos que Ezequiel tomaría de la tercera porción de cabello afeitado y envolvería en las faldas de su prenda de vestir. Esos desterrados pasarían por su dura experiencia y regresarían de la dispersión para emprender una adoración purificada de Jehová después que la tierra de Judá hubiera permanecido desolada por setenta años. Pero en cuanto a los desterrados en general, no habría de ser ninguna experiencia fácil. El fuego consumidor de la cólera de Jehová estaría contra ellos. Como el cabello humano, serían muy combustibles. Por eso, en cuanto a los cabellos restantes que no estaban envueltos en las faldas de Ezequiel, Jehová le dijo: “Y otros de ellos los tomarás y tienes que lanzarlos en medio del fuego e incinerarlos en el fuego. De uno [un fuego] saldrá un fuego a toda la casa de Israel.”—Ezequiel 5:3, 4.
44, 45. ¿Qué clase de ejemplo habría de hacer Jehová de la gente de Jerusalén, y qué actos de juicio habría de efectuar para con aquellos de Jerusalén que parcialmente sobrevivieran?
44 De modo que los que tratan de adorar hipócritamente al Dios verdadero no escaparán por largo tiempo. Jehová odia el ser tratado por hipócritas religiosos como un Dios a quien se le puede engañar. Por lo tanto a esos que parcialmente sobrevivan este Dios que requiere devoción exclusiva dice:
45 “Y haré de ti un lugar devastado y un oprobio entre las naciones que están todo alrededor tuyo delante de los ojos de todo el que pase. Y tienes que llegar a ser un oprobio y objeto de palabras ultrajantes, un ejemplo amonestador y un horror a las naciones que están todo alrededor de ti, cuando haga en ti actos de juicio en cólera y en furia y en enfurecidas censuras. Yo mismo, Jehová, he hablado. Cuando envíe las flechas dañinas del hambre sobre ellos, que tienen que resultar ser para arruinamiento, las cuales flechas enviaré para arruinarlos a ustedes, aun el hambre aumentaré sobre ustedes y ciertamente quebraré sus varas alrededor de las cuales se suspenden panes de forma de anillo. Y ciertamente enviaré sobre ustedes hambre y bestias salvajes dañinas, y ellas tienen que privarte de hijos, y la peste y la sangre misma irán pasando por ti, y una espada traeré sobre ti. Yo mismo, Jehová, he hablado.”—Ezequiel 5:14-17.
46. ¿Fueron los hechos posteriores más crueles que esas palabras proféticas? Por eso, ¿qué les resulta a los hipócritas religiosos que causan oprobio a Jehová y su nombre?
46 ¡Palabras crueles! Quizás así les parezca esa declaración del propósito de Jehová a los sentimentalistas y a los que no detestan de corazón la hipocresía religiosa y que no aprecian la dignidad del Dios verdadero que ha sido ultrajado. Pero esas palabras no fueron más crueles que las experiencias mismas que les sobrevinieron a los sobrevivientes dispersos de la destrucción de Jerusalén en 607 a. de la E.C. Jehová no habló en vano, ni había exagerado las cosas. Sus palabras no han de tomarse a la ligera. Cuando fingidores religiosos arrojan oprobio sobre Él y su nombre sagrado, esto ciertamente resulta en que sobre ellos venga oprobio de parte de las naciones mundanas. Jehová pone de manifiesto la hipocresía religiosa de ellos ante las naciones del mundo.
FLECHAS DE HAMBRE Y PESTE HERIRÁN A LA CRISTIANDAD
47. Por no prestar atención a este “ejemplo amonestador” de la historia bíblica, ¿qué condiciones de alimento y salud habrá de esperarse que le vengan a la cristiandad?
47 Que no resulte cosa perdida en cuanto a nosotros esta lección histórica. ¿Por qué deberíamos sufrir con la cristiandad, que no ha tomado a pechos este “ejemplo amonestador” que está registrado tan claramente en la Palabra de Jehová? Por supuesto, no se predice solo que le vendrá hambre y peste a la cristiandad, sino a todo el mundo de la humanidad, de acuerdo con las advertencias de ecólogos y economistas y estadísticos de hoy que se preocupan por la manera en que el aumento de población está dejando atrás a la producción de alimento y también por el esparcimiento de enfermedades debido a la contaminación creciente del ambiente del hombre. Pero cuando Jehová suelta la “tribulación grande” según la predijo su Hijo Jesucristo, en Mateo 24:21, 22, y cuando hiere a la correspondencia del día moderno de Judá y Jerusalén de la antigüedad, entonces la cristiandad sufrirá hambre y peste en un sentido adicional.
48. ¿Cómo sufrirá la cristiandad hambre y peste en un sentido adicional?
48 Los clérigos asalariados de la cristiandad, aun los de la más elevada dignidad eclesiástica, ya no recibirán el apoyo financiero y material de la gente. Sus iglesias religiosas y seminarios y otras instituciones relacionados con ellas sufrirán y perecerán por falta de contribuciones y patrocinio; de hecho, serán despojados con violencia. No siendo alimentados y nutridos con la sana doctrina de la Palabra escrita de Jehová, tanto el clero como sus organizaciones religiosas resultarán estar enfermos de muerte espiritualmente, heridos por una epidemia de enfermedades venéreas que son el resultado de cometer fornicación religiosa con los elementos políticos y seglares de este inmundo sistema de cosas.
49. Por habérsele representado falsamente, ¿de qué no protegerá Jehová a la cristiandad, y cómo llevará Él a un final su furia en cualesquier sobrevivientes hipócritas de la destrucción de la cristiandad?
49 Debido a que ella lo ha representado falsamente a las naciones, Jehová no la protegerá de padecer violencia a manos de los elementos mundanos disgustados. El número de sus días habrá llegado a su plenitud. Será destruida tan seguramente como lo fue Jerusalén allá en 607 a. de la E.C. Cualesquier asociados de la cristiandad que sobrevivan a la destrucción de ella en la “tribulación grande” no saldrán a ningún futuro mejorado, de larga vida, así como no salieron a eso los sobrevivientes hipócritas de la destrucción de la Jerusalén antigua. Solo afrontan penalidad adicional y destrucción final en la parte adicional y concluyente de la “tribulación grande.” La “espada” simbólica de Jehová de ejecución judicial se blandirá contra ellos en la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en la situación mundial llamada Har-Magedón. (Revelación 16:14-16; 19:11-21) Así él llevará su furia justa contra la hipocresía y la impiedad religiosas a un final sobre ellos.
50. ¿Qué efectuó, religiosamente, la desolación de la tierra de Judá y Jerusalén en aquel tiempo, e igualmente, a qué llevará religiosamente la remoción de la cristiandad?
50 ¿Parece esto un cuadro lóbrego, un cuadro que manifiesta con detalles bien definidos las “endechas y gemir y plañir” que estaban escritos en el “rollo” que se comió Ezequiel? ¡Sin embargo, el cuadro tiene un lado brillante! ¿Qué efectuó la desolación completa de la tierra de Judá y Jerusalén en aquel tiempo? Borró toda religión falsa de aquella tierra dada por Dios. La tierra quedó limpia para el restablecimiento de la religión pura allí al debido tiempo de Jehová. (Ezequiel 2:9 a 3:2) Sucederá de manera similar aquí en este siglo veinte. Si la cristiandad habrá de desaparecer en la “tribulación grande” que se aproxima, también habrá de desaparecer todo el resto de la religión falsa. La Tierra entera habrá de ser limpiada de toda religión falsa y de su influencia y poder contaminadores, corruptores.
51. ¿Por qué la destrucción de la cristiandad y toda otra religión falsa no dejará un vacío impío en la Tierra?
51 Pero esto no dejará un vacío religioso, una vacuidad impía. La religión verdadera del único Dios vivo y verdadero sobrevivirá bajo su protección. Sin la oposición y persecución de parte de los promotores de la religión falsa, florecerá bajo bendición divina y se esparcirá a todas partes de la Tierra. Después de la destrucción de Jerusalén en 607 a. de la E.C., Ezequiel fue nombrado para profetizar acerca de este futuro bendito para toda la humanidad.—Vea la profecía de Ezequiel 36–48 en los capítulos treinta y seis a cuarenta y ocho inclusive.
[Nota]
a Compare con Aid to Bible Understanding, página 338, párrafos 7-9.