Jehová, quien hace cumplir la profecía
1. ¿Hasta qué grado han podido predecir acontecimientos los hombres, y con qué resultado para sus seguidores?
LOS hombres interpretan acontecimientos para tratar de hacer profecías. Algunos han hecho predicciones, pero han sido muy indefinidas e incompletas, porque no pueden dar detalles. Ninguna ha resultado ser enteramente acertada y confiable. En muchos casos, los que han creído en sus profecías y las han obedecido han experimentado resultados desastrosos.
2. (a) ¿Quién solamente puede hacer la profecía verdadera, y por qué? (b) ¿Por qué razón hace profecías Jehová, y cómo hace él que se cumplan?
2 Solo Jehová puede hacer la profecía verdadera, porque él tiene un entendimiento perfecto, no solo de la mente del hombre y de todos los factores, animados e inanimados, que se relacionan con los acontecimientos, sino también de las otras cosas esenciales, a saber, la habilidad y el poder de mover todas estas cosas para efectuar el cumplimiento de su profecía. Jehová pronuncia profecías para que su pueblo conozca sus propósitos. Luego apoya su palabra con toda su poderosa organización angelical invisible y con su irresistible espíritu santo o fuerza activa; de modo que se encarga de que se cumpla la profecía. Lleva a cabo su buen propósito, y nunca viola ninguno de sus principios justos al hacerlo.
SE HACE CUMPLIR JUICIO SOBRE JERUSALÉN
3. (a) ¿Por qué razones predijo Jehová la desolación de Jerusalén y Judá? (b) ¿Qué le hicieron los babilonios a Jerusalén misma? (c) ¿Qué hicieron ellos con los utensilios del templo, y se llevaron ellos el arca del pacto?
3 Para amonestar a la Jerusalén antigua, y para nuestro provecho hoy en día, Jehová mediante sus profetas predijo la destrucción de Jerusalén y la desolación de Judá y dio detalles concerniente a ello. Exactamente a tiempo usó al rey de una potencia mundial como instrumento para hacer cumplir estas profecías. En números anteriores hemos considerado por qué este juicio se determinó y cómo comenzó a hacerse cumplir por el sitio de Jerusalén. Finalmente, el ejército babilónico entró en Jerusalén el noveno día del cuarto mes, en el undécimo año del rey Sedequías de Judá. En el día diez del quinto mes, ab (2-3 de agosto de 607 a. de la E.C.), destruyeron completamente el templo, el palacio real y los muros de la ciudad. Jeremías, un testigo presencial, nos dice que los babilonios desmenuzaron las columnas de cobre del templo y la gigantesca palangana de cobre, el “mar fundido.” También se llevaron los utensilios de cobre, plata y oro. En cuanto al arca de oro del pacto que contenía las dos tablas de piedra inscritas con los Diez Mandamientos, aparentemente ya había desaparecido, de modo que no cayó en manos paganas.—Jer. 52:12-14, 17-23.
4. ¿Cómo hizo Jehová que se cumpliera su juicio como se había profetizado en Ezequiel 9:6-8?
4 Dios también hizo cumplir su juicio sobre el sacerdocio infiel del templo contaminado, como se predijo en Ezequiel 9:6-8. “El jefe de la guardia de corps tomó a Seraya el sacerdote principal y a Sofonías el segundo sacerdote y a los tres porteros, y de la ciudad tomó a un oficial de la corte del que sucedió que era comisario de los hombres de guerra, y a siete hombres de los que tenían acceso al rey, a los cuales se halló en la ciudad, y al secretario del jefe del ejército, el que reunía a la gente del país, y a sesenta hombres de la gente del país, a los cuales se halló en medio de la ciudad.... Y a éstos el rey de Babilonia procedió a derribarlos y hacerlos morir en Ribla en la tierra de Hamat. Así Judá se fue al destierro desde su propio suelo.”—Jer. 52:24-27.
5. ¿Qué hicieron los babilonios al “ungido de Jehová,” con qué efecto en los que respetaban la línea real de David?
5 Los ejecutores fueron crueles; colgaron a algunos de los príncipes judíos solo de la mano. Violaron a las mujeres en Sion mismo. Mataron atrozmente a los hijos del rey Sedequías delante de sus ojos y lo deportaron a Babilonia, donde murió. Este acto contra el rey era como suprimir a los que respetaban la línea real de David: “El mismísimo aliento de nuestras narices, el ungido de Jehová, ha sido capturado en su hoyo grande, aquel de quien hemos dicho: ‘En su sombra viviremos entre las naciones.’”—Lam. 4:20.
PACTO CON DAVID CONTINÚA EN VIGOR
6. ¿Cómo se preservó la línea real durante toda la cautividad en Babilonia?
6 Aunque Jehová hizo cumplir este juicio exactamente como se predijo, no olvidó su pacto inquebrantable con David. Providencialmente conservó a uno de la línea real por medio de quien pudiera venir el Shiloh prometido. Este fue Joaquín, sobrino de Sedequías, que había sido llevado al cautiverio en 617 a. de la E.C. Joaquín tuvo hijos en Babilonia: Sealtiel, Malquiram, Pedaya, Senazar, Jecamías, Hosama y Nedabías. De estos hijos, Sealtiel fue considerado como el padre de Zorobabel, que llegó a ser gobernador de Judá bajo Persia y que reedificó el templo en la Jerusalén restaurada.—1 Cró. 3:15-19; Esd. 3:2, 8; Mat. 1:12; Luc. 3:27.
7. ¿Cómo se conservó similarmente la línea del sacerdocio aarónico?
7 Así mismo, cuando se le dio muerte al sumo sacerdote Seraya Jehová se encargó de que a su hijo Josadac se le perdonara la vida y fuera llevado al destierro a Babilonia. (1 Cró. 6:14, 15) Él tuvo un hijo llamado Jesúa (o, Josué; LXX, Jesús). Josué fue quien cooperó con Zorobabel en reedificar el templo en la Jerusalén restaurada. De esta manera no fue rota ni la línea de la casa de David ni la línea de sumos sacerdotes de la familia aarónica, sino que continuaron hasta que Jesucristo se presentó en la escena.—Esd. 3:2; Neh. 12:26; Agg. 1:1; Zac. 3:1; Luc. 3:1, 2.
8. Después de la caída de Jerusalén, ¿fue convertida la tierra inmediatamente en un desierto desolado?
8 Nabuzaradán, el jefe de la guardia de corps, dejó que algunas de las personas humildes del país se quedaran como viñadores y trabajadores forzados. Nombró sobre ellos a Gedelías el hijo de Ahicam el hijo de Safán. (2 Rey. 25:12, 22) Pero Jehová había dicho que ‘haría a Jerusalén montones de piedras, guarida de chacales,’ y las ciudades de Judá “un desierto desolado, sin habitante.” (Jer. 9:11; 4:7; 6:8; 26:9; 32:43; 33:10, 12; Zac. 7:5, 14) ¿Cómo haría cumplir esto?
9. (a) ¿Por qué estaba Jeremías en buen posición para observar cómo se hacía que se cumpliera completamente esta profecía sobre la desolación de Judá? (b) ¿Qué le sucedió al gobernador Gedelías y cómo consideró la gente después el consejo de Jehová por medio de Jeremías? (c) ¿Hasta dónde llegó el resto que huía, y podrían ellos escapar allí de que Jehová hiciera cumplir sus juicios?
9 Jeremías, a quien también se le permitió que se quedara allí con la gente, informa que Ismael el hijo de Netanías el hijo de Elisama de la descendencia real vino con un grupo de hombres y asesinó a Gedelías, y huyó de Judá a Ammón. Los caudillos que quedaban del pueblo le pidieron a Jeremías que orara por el consejo de Jehová, y recibieron el consejo de quedarse en la tierra de Judá como siervos del rey Nabucodonosor. Pero rechazaron este consejo y bajaron a Egipto, llevándose con ellos a Jeremías y a Baruc su secretario. Establecieron su morada en Egipto en Tafnes, Migdol y Nof (Menfis) y en la tierra de Patros. (Jer. 41:1 a 44:1) Pero no pudieron escaparse del juicio de Dios allí, porque Jehová les dijo que también entregaría al faraón Hofra de Egipto en mano de sus enemigos.—Jer. 44:2-30; compare con Ezequiel 29:17-20; 30:22-26.
ANIMALES SALVAJES ÚNICOS HABITANTES POR SETENTA AÑOS
10. (a) ¿Cómo se cumplió ahora en la tierra la ley sabática de Jehová? (b) ¿Por qué es extraordinaria la medida del tiempo de este cumplimiento? (c) ¿Cómo es el registro de 2 de Crónicas, capítulo 36, un testimonio a la habilidad de Jehová en cuanto a hacer que se cumpla su palabra?
10 Mediante esta mudanza de la gente a mediados del séptimo mes, tishri o etanim, que sería cerca de la fecha del 1 de octubre de 607 a. de la E.C. del calendario gregoriano, la tierra de Judá quedó completamente desolada, sin ningún habitante humano ni animal doméstico. La medida de tiempo para hacer cumplir la profecía de Jehová aquí es extraordinaria. Porque era en este séptimo mes etanim, en el día diez, el día de la expiación, que se tocaba la trompeta en un año de Jubileo para “proclamar libertad en la tierra a todos sus habitantes.” Comenzaba un año sabático para la tierra dada por Dios. (Lev. 25:8-22) Tan exactamente al tiempo apropiado del año comenzó una serie ininterrumpida de años sabáticos, en compensación de todos los años sabáticos que los israelitas desobedientes no habían guardado. La tierra habría de disfrutar, figuradamente, de un número perfecto de años sabáticos—setenta, durante el cual tiempo habría de estar completamente desolada, sin habitante humano, un lugar que habrían de evitar los transeúntes como sitio donde habían apariciones. El registro escrito más tarde, un testimonio de la habilidad de Jehová de hacer cumplir su palabra, dice:
“De modo que trajo contra ellos al rey de los caldeos, . . . Y procedió a quemar la casa del Dios verdadero y a derribar el muro de Jerusalén; . . . Además, se llevó cautivos a Babilonia a los restantes de la espada, y vinieron a ser siervos de él y de sus hijos hasta que comenzó a reinar la realeza de Persia; para cumplir la palabra de Jehová por boca de Jeremías, hasta que la tierra hubo pagado sus sábados. Todos los días de yacer desolada guardó el sábado, para cumplir setenta años.”—2 Cró. 36:17-23; compare también con Daniel 9:1, 2.
11. (a) ¿Cómo confirma Josefo, citando al historiador caldeo Beroso, que toda Judea estuvo en condición parecida a desierto por setenta años? (b) ¿Qué trato diferente se le dio a la tierra de Judá en comparación con el que se le dio a Samaria cuando ocurrió la cautividad de ésta?
11 El historiador seglar judío Flavio Josefo, del primer siglo de nuestra era común, corrobora el relato de la Biblia, escribiendo acerca de la desolación de Jerusalén:
Él [el historiador caldeo Beroso en el tercer siglo a. de la E.C.] nos da un catálogo de la posteridad de Noé, que agrega los años de la cronología de ellos, desde Noé mismo hasta Nabolasar rey de los babilonios y caldeos, con un relato de las hazañas de este rey. Nos dice que él envió a su hijo Nabucodonosor con un poderoso ejército a Egipto y Judea donde, al informársele acerca de una sublevación, redujo al pueblo a sujeción, incendió nuestro templo de Jerusalén, y se llevó en cautiverio a Babilonia a toda nuestra nación. Después de esto nuestra ciudad yació desolada durante un intervalo de setenta años, hasta los días de Ciro, rey de Persia.—Libro 1, sección 36, de To Epaphroditus on the Antiquities of the Jews in Answer to Apion.
Y ése fue el fin de la nación de los hebreos; habiendo ido dos veces más allá del Éufrates. Porque la gente de las diez tribus fue llevada de Samaria por los asirios, en los días del rey Oseas. Después de lo cual la gente de las dos tribus, que quedó después de haber sido tomada Jerusalén, fue llevada por Nabucodonosor, rey de Babilonia y Caldea. Ahora, en cuanto a Salmanasar, él removió a los israelitas de su país, y colocó allí a la nación de cutheanos que anteriormente había pertenecido al interior de Persia y Media; pero después se les llamó samaritanos; al tomar el nombre del país al cual fueron trasladados. Pero el rey de Babilonia, que sacó a las dos tribus, no colocó ninguna otra nación en su país. Por lo cual todo Judea, y Jerusalén, y el templo, continuaron siendo un desierto por setenta años.—Libro 10, capítulo 9, párrafo último, de Antiquities of the Jews, edición por Whiston.
12. (a) ¿Por qué no podemos contar el período de setenta años de desolación de Judá desde 626 a. de la E.C.? (b) ¿Podemos empezar a contar el período de setenta años desde 617 a. de la E.C.? Explique su contestación.
12 De modo que, ¿exactamente cuándo comenzaron a contarse los predichos setenta años de la desolación de Jerusalén y Judá? No en 626 a. de la E.C., el tercer año del reinado del rey Joaquim, porque no hubo ningún cautiverio de judíos en Babilonia entonces. Aun en su noveno año, 620 a. de la E.C., Joaquim solo llegó a ser tributario del rey de Babilonia. En el undécimo año de su reinado, en 618 a. de la E.C., se rebeló contra Nabucodonosor, quien vino contra él.a Poco antes del fin del undécimo año de Joaquim, su hijo y sucesor, Joaquín, que solo reinó tres meses y diez días, salió a rendirse a Nabucodonosor, que estaba sitiando la ciudad. Fue el 1 de nisán de 617 a. de la E.C., (en la primavera) que comenzó el primer año de reinado de Sedequías, el tío de Joaquín, a quien Nabucodonosor hizo rey de Jerusalén en lugar de Joaquín. (2 Rey. 24:12-18) Esta, entonces, no fue la desolación sino solo el cautiverio de comparativamente pocos, a saber, 3,023 judíos con sus esposas y familias.—Jer. 52:28.
CUÁNDO COMENZÓ Y CUÁNDO TERMINÓ LA DESOLACIÓN
13. (a) ¿Por qué no podemos comenzar a contar los predichos setenta años sino hasta en etanim, el séptimo mes lunar, en 607 a. de la E.C.? (b) Si Judá estaba desolada, ¿cómo explicamos Jeremías 52:30, que informa que otros judíos fueron deportados más tarde?
13 Ciertamente, cuando el rey Joaquim estuvo en sublevación abierta contra Nabucodonosor y, más tarde, cuando Sedequías, rompió su juramento y se rebeló contra Nabucodonosor en la última parte de su reinado, no podía decirse que la nación llegó a ser cautiva de Babilonia. Por eso, los setenta años de cautiverio ininterrumpido a Babilonia no comenzaron sino hasta 607 a. de la E.C., en el mes de etanim, cuando la tierra quedó completamente desolada al bajar sus habitantes restantes a Egipto. Entonces los judíos como nación entraron en el destierro en Babilonia, sin un rey en Jerusalén. Este destierro fue por un período ininterrumpido de setenta años. (Dan. 9:1, 2) Los setecientos cuarenta y cinco judíos llevados al destierro, como se menciona en Jeremías 52:30, no fueron tomados del país desolado de Judá, sino que fueron capturados más tarde cuando Nabucodonosor, como copa simbólica de Jehová, hizo que las naciones que lindaban con la tierra de Judá bebieran la poción amarga de ser conquistadas violentamente.—Jer. 25:17-29.
14. (a) ¿Qué otra línea de evidencia prueba que el período de setenta años empezó en 607 a. de la E.C.? (b) ¿Cómo hizo cumplir Jehová la profecía de que la tierra disfrutaría de guardar su sábado de setenta años?
14 ¿Cuándo terminaría la desolación? En 537 a. de la E.C., cuando el rey Ciro de Persia libertó al resto judío y salió de Babilonia y comenzó a poblar nuevamente el país de Judá. Esta fecha puede establecerse mediante el uso de los registros de la historia seglar. El período de desolación de la tierra de Judá comenzó setenta años antes, en 607 a. de la E.C. Nabucodonosor no trajo a ningún colonizador a ocupar la tierra de Judá, como había hecho el rey de Asiria en la tierra de Samaria cuando él capturó a ese país. Jehová hizo cumplir su profecía por medios milagrosos y la tierra de Judá fue mantenida en una desolación completa, para que pudiera descansar los predichos setenta años.—2 Cró. 36:21-23.
15. ¿Qué noticias le llegaron a Ezequiel en el año undécimo de su destierro que produjeron un cambio en sus profecías?
15 Ezequiel, allá en Babilonia, se enteró acerca de la destrucción, evidentemente antes de que las tropas de Nabucodonosor regresaran victoriosas, en el undécimo año de su destierro en Babilonia. Dice él: “Finalmente sucedió en el duodécimo año [por determinado cálculo], en el décimo mes, en el quinto día del mes de nuestro destierro, que vino a mí el escapado de Jerusalén, diciendo: ‘¡La ciudad ha sido abatida!’” (Eze. 33:21) De ahí en adelante, Ezequiel pudo profetizar acerca de la restauración venidera al fin de los setenta años de desolación.—Eze. 36:1 a 37:28.
16. (a) ¿Fue algo gozoso para Jehová y su profeta Jeremías el que se hiciera cumplir la desolación? (b) ¿Cómo revela el libro de Lamentaciones la manera en que se sintieron Jehová y Jeremías en cuanto a la caída de Jerusalén?
16 Aunque Jehová hizo cumplir su profecía ¿fue esto algo de gozo para él y para su profeta fiel Jeremías? No. Él inspiró a Jeremías a escribir el libro bíblico llamado Lamentaciones, describiendo la condición lastimera de Jerusalén:
“¡Oh cómo ha llegado a sentarse solitaria, la ciudad que abundaba de gente! ¡Cómo ha llegado a ser como una viuda, la que era populosa entre las naciones! . . . Sus adversarios han llegado a ser la cabeza. . . . Porque Jehová mismo le ha traído pesar a ella a causa de la abundancia de las transgresiones de ella, sus propios hijos han andado cautivos delante del adversario. Y de la hija [ciudad] de Sion se escapa todo su esplendor.”—Lam. 1:1-6, 17; 2:13; 5:16-22.
17. (a) ¿Hicieron infeliz a Jehová estos acontecimientos de modo que cancelara su pacto con David? (b) ¿Cómo llegaron a ser los adversarios de Sion “la cabeza”?
17 Pero esta condición lamentable del pueblo que tenía sobre sí el nombre de Dios y que sufrió a causa de sus pecados contra Jehová de ninguna manera canceló el pacto de Jehová ni lo hizo infeliz con sus propósitos. Es verdad que en 607 a. de la E.C. los adversarios de Sion llegaron a ser “la cabeza.” “El trono de Jehová” en Sion había sido derrocado. El reino típico o en miniatura de Dios había pasado. Ya no había ningún reino típico de Dios sobre la Tierra para obstruir a las naciones gentiles o no judías en su camino a la plena dominación mundial. Por permiso de Dios tuvieron dominio completo.
REINO DE DIOS NO DERROCADO PARA SIEMPRE
18. (a) ¿Qué largo período de tiempos proféticos empezó en 607 a. de la E.C.? (b) ¿Por qué no se sentía Jehová Dios infeliz en cuanto a esto? (c) ¿Qué pregunta surge ahora?
18 ¿Por qué no estaba infeliz Jehová Dios? Porque, aunque estos ininterrumpidos “tiempos de los gentiles” o “tiempos señalados de las naciones” empezaron con la desolación de Judá en el séptimo mes judío de 607 a. de la E.C., solo durarían hasta que Shiloh, El que tiene el derecho legal al reino derrocado de Dios, viniera y Dios le diera la corona, el turbante real y el cetro, para gobernar en medio de los gentiles, las naciones mundanas que son sus enemigos. Pero, ¿cuándo sería la entronización del Hijo real de David? El Rey celestial de la Eternidad había fijado el tiempo. Lo predijo e hizo que fuera registrado en su Palabra inspirada. Ciertamente haría que se cumpliera. En el futuro cercano La Atalaya considerará la duración de los “tiempos de los gentiles.”—Gén. 49:10; Luc. 21:24; Eze. 21:25-27; Sal. 110:1-6.
19. (a) ¿Por qué eran las profecías concernientes al rey venidero de Jehová aun más seguras para los cristianos primitivos de lo que habían sido en los días de los profetas? (b) ¿Cómo expresa esto el apóstol Pedro?
19 En sus días los profetas Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel habían visto que muchas profecías anteriores de Jehová se habían cumplido, y tenían confianza completa en que Jehová podía predecir los acontecimientos y hacer que sus palabras de profecía se cumplieran. Por lo tanto, las profecías respecto de Aquel que tenía el derecho legal y respecto a su llegada para ejercer gobernación de rey sobre el trono de Jehová, para escribir muchas de las cuales se inspiró a estos mismísimos hombres, fueron aun más seguras para los apóstoles y para los cristianos primitivos, porque ellos tuvieron un registro de, y hasta presenciaron el cumplimiento de, muchas de las profecías de estos profetas. Pedro expresó esta confianza: “Por consiguiente tenemos la palabra profética hecha más segura; y ustedes hacen bien en prestarle atención como a una lámpara que resplandece en un lugar oscuro.”—2 Ped. 1:19.
20. (a) ¿Por qué podemos estar todavía más seguros hoy día? (b) ¿Qué hace que las profecías de la Palabra de Dios sean tan seguras de cumplirse?
20 Desde los días de los apóstoles, han pasado diecinueve siglos y todavía podemos estar más seguros que los cristianos del primer siglo, porque numerosas profecías se han cumplido desde entonces. Aquel cuyo es el derecho legal quitará completamente la dominación mundial de las manos de las naciones y la mantendrá permanentemente para la bendición de todas las familias de la Tierra. Porque tenemos que recordar, como Pedro pasó a decir, que: “Ninguna profecía de la Escritura proviene de interpretación privada alguna. Porque la profecía no fue traída en ningún tiempo por la voluntad del hombre, sino que hombres hablaron de parte de Dios al ser llevados por espíritu santo.” El sapientísimo Dador de profecía también es Quien la hace cumplir de manera todopoderosa.—2 Ped. 1:20, 21.
[Nota]
a Este fue el octavo año de Nabucodonosor, que corrió del 1 de nisán de 618 a. de la E.C. al 29 de adar de 617 a. de la E.C. (de primavera a primavera). Su noveno año había comenzado (el 1 de nisán de 617 a. de la E.C.) para el tiempo en que se había llevado a Joaquín y los otros cautivos judíos.—2 Cró. 36:9, 10.