“Cíñanse con humildad de mente”
“Todos ustedes cíñanse con humildad de mente los unos para con los otros, porque Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes.”—1 Ped. 5:5.
1. A que desarrollen ¿qué cualidad se anima a los cristianos? ¿Por qué?
¿CONOCE usted a personas orgullosas, altivas, vanas, egotistas, engreídas? Casi todos nosotros conocemos algunas. Pero ¡cuánto más preferimos asociarnos con individuos humildes, sí, de mente humilde, modestos, mansos, sencillos! De hecho, la cualidad de humildad, el ser de mente humilde, es algo que a todos los cristianos se les anima a desarrollar. En una ocasión Jesús sabía que sus discípulos habían estado arguyendo entre ellos mismos en cuanto a quién era el mayor, y les dijo: “Si alguien quiere ser el primero, tiene que ser el último de todos y ministro de todos.” Luego paso a mostrar que no había lugar para que un hombre fuera arrogante y les indicó que si aceptaban a personas semejantes a niños sobre la base de su nombre sería igual a aceptarlo a él así como a su Padre Jehová. De modo que ciertamente animó a sus discípulos a ser de mente humilde. (Mar. 9:33-37) Años más tarde Pedro escribió: “Todos ustedes cíñanse con humildad de mente,” y pasó a explicar por qué, diciendo, “porque Dios se opone a los altivos, pero da bondad inmerecida a los humildes.” (1 Ped. 5:5) Se ve, pues, que no solo nosotros hallamos que la humildad de mente es una cualidad deseable, sino también Dios, y él remunera a los que la poseen con bondad inmerecida.
2. ¿Por qué deberíamos considerar Segundo de los Reyes, capítulo cinco?
2 Queremos tener la aprobación de Dios; por eso nos sería provechoso considerar seriamente este asunto de la humildad. Puesto que la Biblia dice que las cosas escritas en ella “fueron escritas para nuestra instrucción,” ¿podemos hallar un relato en las Escrituras que nos instruya en la humildad? (Rom. 15:4) Uno digno de consideración en conexión con esto se halla en Segundo de los Reyes, capítulo cinco. Allí aprendemos en cuanto a un individuo de tiempos antiguos que desarrolló humildad, y al leer y analizar el relato podemos obtener beneficio personalmente a medida que nos esforzamos, cada uno de nosotros, por ceñirnos con humildad de mente.
NAAMÁN APRENDE HUMILDAD
3. ¿Qué aprendemos acerca del hombre Naamán?
3 En el siglo diez a. de la E.C., Siria, que estaba al norte de Israel, tenía un jefe del ejército que se llamaba Naamán, el cual condujo a los sirios a la victoria. Sin saberlo Naamán en aquel tiempo, fue Jehová quien por medio de él había dado salvación a Siria. Naamán “había llegado a ser un hombre grande delante de su señor y a ser tenido en estima, . . . y el hombre mismo había resultado hombre valiente y poderoso.” (2 Rey. 5:1) Sin duda debido a su posición y sus hazañas militares, Naamán era un hombre orgulloso, pero había contraído lepra. Esta repugnante enfermedad no le impedía ocupar el puesto de un jefe del ejército en Siria como habría sucedido en Israel, pero, con el tiempo, ésta sirvió para humillarlo y beneficiarlo de una manera sumamente rara.—Lev. 13:46.
4. ¿Cómo llegó el rey de Siria a saber de Eliseo?
4 Partidas merodeadoras de los sirios habían tomado cautiva a una muchachita israelita de la tierra de Israel, y esta muchacha llegó a ser criada de la esposa de Naamán. Esta muchacha (que no recibe nombre en la Biblia) sabía acerca del profeta de Jehová llamado Eliseo y los milagros que había ejecutado. Tenía fe en el Dios de Eliseo, Jehová, y dio testimonio de su fe. En una ocasión cuando estaba hablando con la esposa de Naamán, su ama, dijo: “¡Si solo mi señor estuviera delante del profeta que hay en Samaria! En ese caso él lo recobraría de su lepra.” Con el tiempo el testimonio de la muchacha israelita llegó a oídos del rey de Siria.—2 Rey. 5:2-4.
5. ¿Cómo se puso en contacto Naamán con Eliseo?
5 El rey sirio, evidentemente Benhadad II, escribió una carta a Joram, rey de Israel, y envió a su jefe del ejército Naamán unos ciento sesenta kilómetros para entregarla. Junto con Naamán envió regalos valiosos. Joram recibió la carta y leyó: “Y ahora bien, al mismo tiempo que te llegue esta carta, aquí te envío en efecto a Naamán mi siervo, para que lo recobres de su lepra.” Joram desmayó ante la carta y temió que el rey sirio estaba “buscando una riña” con él. Eliseo, el profeta del Dios verdadero, llegó a enterarse de esto y envió a decirle al rey Joram: “Permite que [Naamán] venga a mí, por favor, para que sepa que existe profeta en Israel.” ¡Ah, al fin Naamán iba a recibir atención personal del hombre que la muchachita israelita dijo que podía curarlo!—2 Rey. 5:5-8.
6. (a) ¿Qué sucedió cuando Naamán llegó a la casa de Eliseo? (b) ¿Qué no trataba de hacer Eliseo, y en qué se interesaba?
6 “De manera que vino Naamán con sus caballos y sus carros de guerra y se paró a la entrada de la casa de Eliseo.” ¿Cómo reaccionaría Eliseo al tener tal dignatario presente? ¿Colmaría de atención especial a este famoso jefe del ejército? El relato continúa: “Sin embargo, Eliseo le envió un mensajero, diciendo: ‘Yendo allá, tienes que bañarte siete veces en el Jordán para que vuelva a ti tu carne; y sé limpio.’” No, Eliseo no trataba de conseguir favores adulando a individuos de alto rango. Se interesaba en tener el favor continuo de Jehová y en ver que la voluntad de Él se efectuara.—2 Rey. 5:9, 10.
7. ¿Cómo reaccionó Naamán a las instrucciones de Eliseo?
7 ¿Se alegró Naamán al enterarse de lo fácil que le sería curarse de su condición leprosa? No; más bien, el relato continúa diciendo: “Ante esto se indignó Naamán y empezó a irse y decir: ‘Mira que yo me había dicho: “Saldrá a mí hasta afuera y ciertamente estará de pie e invocará el nombre de Jehová su Dios y moverá su mano de acá para allá sobre el lugar y realmente le dará recobro al leproso.” ¿No son el Abana y el Farpar, los ríos de Damasco, mejores que todas las aguas de Israel? ¿No puedo bañarme en ellos y ciertamente ser limpio?’ Con eso se volvió y se fue furioso.”—2 Rey. 5:11, 12.
8. ¿Qué cosa estaba perdiendo de vista Naamán debido a su orgullo, lo cual sus siervos le ayudaron a considerar?
8 Parecía que el orgullo de Naamán iba a impedir que fuera curado. No le agradó el recibimiento tan pobre ni un remedio tan sencillo. Parecía estar más interesado en alguna pompa y ceremonia conectadas con la curación que en la curación misma. El orgullo estaba a punto de estorbar la obediencia a las instrucciones del profeta de Dios. Pero los siervos de Naamán le ayudaron a ver las cosas en la debida perspectiva. Dijeron: “Si hubiese sido una cosa grande la que te hubiera hablado el profeta mismo, ¿no la harías? ¿Cuánto más, pues, dado que te dijo: ‘Báñate y sé limpio’?” (2 Rey. 5:13) Tenían el punto de vista correcto. Apreciaban que la cosa principal era que Naamán fuera curado de su enfermedad, y su conversación con su amo produjo resultados.
9. ¿Qué sucedió cuando Naamán obedeció las instrucciones de Eliseo?
9 “Por lo cual bajó y empezó a zambullirse en el Jordán siete veces conforme a la palabra del hombre del Dios verdadero.” Sí, empezó a mostrar humildad de mente; se ciñó con humildad y cumplió cabalmente con el procedimiento recomendado. Fue al Jordán y se zambulló en el agua, una vez, dos veces, así hasta seis veces, pero nada de curación. Luego se zambulló por séptima vez, ¿y el resultado? “Su carne se volvió como la carne de un muchachito y quedó limpio.” ¡Fue curado!—2 Rey. 5:14.
10. (a) ¿Cómo reaccionó Naamán al ser curado? (b) ¿Por qué rehusó Eliseo la oferta de Naamán de un regalo?
10 Pero ¿cuánto humilló esto a Naamán? ¿Regresaría a casa ahora, orgulloso de su condición limpia pero careciendo de aprecio por lo que se había hecho? El relato pasa a mostrar que regresó adonde estaba el hombre del Dios verdadero, una distancia de quizás cuarenta kilómetros o más, junto con sus caballos y carros de guerra. Esta vez Eliseo se presentó ante él, y Naamán dijo: “He aquí, pues, sé con certeza que no hay Dios en ninguna parte de la tierra sino en Israel.” ¡Qué confesión de fe! Agradecidamente le ofreció a Eliseo un regalo de bendición. Sin embargo, Eliseo no estaba interesado en obtener ganancia por su servicio a Jehová, y por eso dijo: “Tan ciertamente como que vive Jehová delante de quien en efecto estoy de pie, yo ciertamente no lo aceptaré.” A pesar de la instancia de parte de Naamán, Eliseo “siguió rehusando” aceptar cualquier regalo, pues se daba cuenta de que Jehová era el Sanador y él no buscaba lucrarse del ministerio que Jehová le había dado.—2 Rey. 5:15, 16.
11, 12. ¿Acerca de qué expresó ahora interés Naamán? ¿De qué maneras?
11 Finalmente Naamán dijo: “Si no, por favor, que se le dé a tu siervo un poco de tierra, la carga de un par de mulos; porque tu siervo ya no ofrecerá ofrenda quemada o sacrificio a ningún otro dios sino a Jehová.” Naamán humildemente expresó su deseo de adorar al Dios de Eliseo, pero quería hacerlo en suelo israelita aunque tenía que regresar al servicio del rey de Siria.—2 Rey. 5:17.
12 ¡Cuán humilde de mente se había hecho Naamán; no estaba interesado en hacer una demostración ostentosa ni en llegar a ser eminente él mismo, sino, más bien, estaba interesado en agradar a Jehová, aquel que ahora reconocía como el Dios verdadero! Pasó a decir a Eliseo: “En esta cosa que Jehová perdone a tu siervo: Cuando entre mi señor en la casa de Rimón [el dios falso que adoraba el rey de Siria] para inclinarse allí, y él esté sosteniéndose sobre mi mano, y tenga yo que inclinarme en la casa de Rimón, cuando me incline en la casa de Rimón que Jehová, por favor, perdone a tu siervo en cuanto a esto.” Naamán ya no estaría adorando a este ídolo Rimón, sino que su inclinar solamente sería mecánico de su parte para facilitar el que se inclinara su rey. Eliseo creyó que Naamán era sincero, y por eso le dijo: “Vete en paz.”—2 Rey. 5:18, 19.
13. ¿En qué resultó para Naamán mismo el ‘ceñirse con humildad de mente’?
13 ¿No es interesante ver cómo, en un tiempo relativamente corto, Naamán aprendió a ‘ceñirse con humildad de mente’ y como resultado llegó a ser adorador de Jehová y consiguió Su favor y bendición? Pero durante este mismo tiempo, alguien más se estaba haciendo egocéntrico, altivo. ¿Quién fue éste?
GUEJAZI MOVIDO POR CODICIA
14, 15. ¿Cómo mostró Guejazi en lo que él realmente se interesaba?
14 Eliseo tenía un servidor llamado Guejazi que evidentemente estuvo presente durante la discusión de Naamán con Eliseo. Guejazi vio los asuntos de modo diferente de como los vio Eliseo. Se informa que dijo, evidentemente a sí mismo: “Mira que mi amo le ha perdonado gastos a este sirio Naamán no aceptando de su mano lo que trajo. Tan ciertamente como que vive Jehová, yo ciertamente correré tras él y tomaré algo de él.” Guejazi estaba interesado en la ganancia material, en obtener lucro de la obra del espíritu de Jehová; de modo que los asuntos espirituales no eran el interés de mayor importancia en su mente.—2 Rey. 5:20.
15 Naamán se bajó de su carro para ir al encuentro de Guejazi y preguntó: “¿Va todo bien?” Guejazi contestó: “Todo va bien,” y luego procedió a mentir para adquirir lo que deseaba. “Mi amo mismo me ha enviado, diciendo: ‘¡Mira! Ahora mismo acaban de venir a mí dos jóvenes de la región montañosa de Efraín de los hijos de los profetas. Dales, sí, por favor, un talento de plata y dos mudas de prendas de vestir.’” Guejazi envolvió mentirosamente a su amo Eliseo y a los hijos de los profetas en su treta maligna.—2 Rey. 5:21, 22.
16. ¿Qué sucedió cuando Guejazi regresó a Eliseo?
16 Naamán todavía manifestaba el mismo espíritu generoso que le había mostrado a Eliseo antes y dijo: “Anda, toma dos talentos.” Luego Naamán “siguió instándolo” a Guejazi, de modo que este hombre codicioso tomó los dos talentos de plata y las dos mudas de prendas de vestir y procedió a depositarlas en su casa. Luego, con las manos vacías, Guejazi regresó a Eliseo. “¿De dónde vienes, Guejazi?” preguntó Eliseo. Añadiendo otra mentira para encubrir las que dijo a Naamán, y para ocultar la verdad mentirosamente, Guejazi contestó: “Tu siervo no fue a ninguna parte.” Pero, por supuesto, Jehová sabía lo que había estado maquinando Guejazi y reveló todo el asunto a Eliseo. Y por eso Eliseo le dijo a Guejazi: “¿No te acompañó mi corazón mismo al momento que se volvió el hombre para apearse de su carro para recibirte? ¿Es tiempo de aceptar plata o de aceptar prendas de vestir u olivares o viñas u ovejas o ganado o siervos o siervas?”—2 Rey. 5:23-26.
17. (a) ¿Por qué tenía razón para perturbarse Eliseo? (b) ¿Qué le sucedió a Guejazi por su codicia?
17 ¿Puede usted imaginarse la sensación horripilante que golpeó a Guejazi? ¡Pues, su amo sabía exactamente lo que él había hecho! Imagínese también la indignación justa que sintió Eliseo. Él había servido los intereses de Jehová al curar la lepra de Naamán y había rehusado aceptar remuneración financiera por su papel en este milagro. Y ahora su siervo, que no estaba envuelto directamente, había ido y codiciosamente había tomado algo con dolo. Eliseo, con el obvio respaldo de Jehová, pasó a decirle a Guejazi: “De manera que la lepra de Naamán se te pegará a ti y a tu prole hasta tiempo indefinido.” Y el relato concluye diciendo: “Inmediatamente salió de delante de él, leproso, blanco como la nieve.”—2 Rey. 5:27.
ATRIBUTOS QUE SE DEBEN IMITAR O EVITAR
18. ¿Qué podemos repasar en conexión con Segundo de los Reyes, capítulo cinco?
18 Reflexione en el relato de Segundo de los Reyes, capítulo cinco, que acabamos de considerar. Ciertamente notamos algunas características y disposiciones sobresalientes de diferentes personas. Nos será sumamente provechoso repasar algunas de estas diferencias.
19. (a) ¿Qué admirables cualidades poseía la muchachita israelita? (b) ¿Cómo podemos nosotros manifestar características como éstas?
19 Piense en la muchachita israelita. Fue tomada cautiva de Israel, pero esto no debilitó su fe en Jehová ni en el hecho de que él podía usar a uno de sus siervos fieles para ejecutar milagros por medio de él. Eliseo nunca había curado a ningún leproso en Israel, como Jesús indicó más tarde. (Luc. 4:27) Pero esta muchachita tenía fe verdadera. No había ninguna duda en cuanto a ello en su mente; creía implícitamente que si Naamán iba y pedía, Jehová contestaría. Aunque solo era criada, tuvo el valor de dar testimonio acerca de su fe en Jehová. Debe haberlo hecho con entusiasmo y con convicción para haber logrado que su mensaje fuera aceptado de tal modo que se obrara en armonía con él, y no fuera considerado simplemente como alguna noción pueril. Lo mismo que esta humilde e innominada sierva de Dios que dio tan sobresaliente ejemplo de fe, nosotros debemos hablar la verdad con denuedo para que todos los de corazón honrado se puedan beneficiar. Jamás debemos retraernos de dar a conocer a Jehová y sus propósitos, por temor a que no estemos capacitados para hablarle a alguien de un rango social superior al nuestro. Debemos tener plena confianza en Jehová convencidos de que él puede dirigirnos.—Sal. 56:11.
20. ¿Cómo podemos imitar a Eliseo?
20 Consideremos ahora a Eliseo. La Biblia nos dice bastante en cuanto a este siervo de Jehová obrador de milagros. Dios lo usó hasta para levantar a alguien de entre los muertos. (2 Rey. 4:32-37) Pero el deseo de Eliseo no era el de ser visto ni de hacerse rico sino, más bien, el de ayudar a la gente a aumentar en aprecio a Jehová y sus propósitos. Lo que le interesaba ciertamente no era hacer famoso el nombre de él, sino magnificar el nombre de su Dios, Jehová. Bueno sería que imitáramos a Eliseo en cuanto a interesarnos principalmente en Jehová, poniendo en primer lugar nuestro amor a él y ayudando a otros a que lo invoquen para salvación.—Mat. 22:37, 38; Rom. 10:13.
21, 22. ¿Cuáles son algunas de las cosas que Naamán tuvo que hacer al humillarse?
21 Aunque Naamán era “hombre valiente y poderoso” antes de su encuentro con Eliseo, aprendió a ceñirse con humildad de mente. Llegó a apreciar que a los ojos de Jehová él solo era otra persona, y no alguien digno de honores o atención especiales de parte de Sus siervos. ¡Qué gozo debe haber sentido cuando salió del Jordán la séptima vez y vio su piel completamente limpia! ¡Cuánto se alegró de que se había humillado y seguido la recomendación de Eliseo dada por medio de un mensajero!
22 También piense en lo que se debe haber requerido para que un hombre en su posición hiciera lo que él hizo. No solo aceptó la palabra de una muchachita esclava de una nación enemiga; sino que tuvo que dejar atrás a sus propios dioses, quizás pensando en que corría el peligro de desagradarlos, e ir a un país que estaba en enemistad con el suyo y pedir a un profeta de un Dios extraño que hiciera algo para él. El que Naamán se hiciera humilde quiso decir algo de mayor valor para él que el ser limpiado de lepra. ¿Qué fue eso? Resultó en que se hiciera adorador de Jehová, un hombre que deseaba tener la aprobación del único Dios verdadero. Una excelente remuneración de veras por vestirse de humildad. Como sucedió con Naamán, nosotros también podemos sacar inconmensurable provecho de modo espiritual si ‘nos envolvemos con la prenda de vestir de la humildad’ y comprendemos que Dios favorece a los humildes.—1 Ped. 5:5, New English Bible.
23. ¿Por qué podemos beneficiarnos de repasar el derrotero de Guejazi?
23 El otro individuo cuyas actividades se llaman a nuestra atención en este 2 Rey. capítulo 5 de la Biblia es alguien cuyo ejemplo hacemos bien en no copiar. Guejazi había estado sirviendo con Eliseo por algún tiempo y tuvo bastante oportunidad de ver cómo Jehová estaba usando a Eliseo y qué privilegio le era estar con Eliseo. Pero se puso a desear riqueza material. Su codicia se apoderó de él cuando vio que su amo rehusó toda la plata y prendas de vestir que Naamán ofrecía. Su deseo se hizo fecundo y lo movió a pecar. (Sant. 1:14, 15) Tramó un plan e inventó un cuento para obtener algunas de las cosas materiales con las cuales Naamán regresaba a casa. Hasta se atrevió a mentir a su amo, en efecto mintiéndole a Jehová, que había nombrado a Eliseo. ¡Y qué desastrosos resultados le sobrevinieron, pues fue herido de lepra! Su codicia le costó su salud y el privilegio que había tenido de servir con Eliseo. Podemos beneficiarnos de esta ilustración que muestra el desastroso derrotero de ser codicioso, autoidólatra. Aprendemos que el tratar de obtener ganancia personal del servicio de Jehová es una cosa muy peligrosa y algo que tenemos que evitar.—Compare con Juan 12:4-6.
UN PARALELO PROFÉTICO PARA HOY DÍA
24. ¿A quiénes se puede considerar que representaron Eliseo y Naamán?
24 Eliseo fue un siervo ungido de Dios. Es decir, Jehová lo nombró especialmente para hacer cierto trabajo. De modo que se puede usar como cuadro o tipo profético de los miembros de la novia de Cristo que todavía quedan en la Tierra, el resto de los 144.000 que serán unidos con Cristo en los cielos. (Rev. 14:1-3) La humanidad en general está en una posición muy parecida a aquella en que estuvo Naamán. En vez de padecer de lepra, están sufriendo de la plaga mortífera del pecado, y en esta condición ellos, generalmente, pelean contra los miembros de la novia de Cristo que todavía quedan en la Tierra y contra los que están asociados con ellos.—Rom. 5:12; Mat. 24:9.
25. ¿Cómo se le ha ayudado a la “grande muchedumbre” semejante a Naamán?
25 Sin embargo, por medio de dar un testimonio del Reino, como el de la criadita israelita de la esposa de Naamán, muchos de éstos han sido dirigidos en el camino correcto para ser curados de su condición enferma, en sentido espiritual. Se han puesto en contacto con la clase ungida de Eliseo y se les ha dicho lo que Jehová requiere de ellos para recobrarse espiritualmente y obtener una buena conciencia para con él. Tal como fue cierto en el caso de Naamán, así también en el caso de estas personas, se ha requerido fe y autohumillación. Se les ha animado y han obedecido y tienen el gozo de haberse limpiado a una condición aceptable a la vista de Dios. Ya han llegado a formar parte de la “grande muchedumbre” cuya esperanza es vivir para siempre en un justo nuevo sistema en una Tierra purificada. (Rev. 7:9) Los de esta “grande muchedumbre” han llegado a reconocer que no hay Dios en ninguna parte salvo entre los testigos del Dios verdadero, Jehová. Aprecian que la curación espiritual se da gratis, en armonía con las instrucciones de Jesús.—Mat. 10:1, 8.
26. ¿Cómo se considera a los que, so pretexto de servir a Dios, explotan a otros por ganancia personal?
26 La clase de Eliseo no desea explotar a los de la “grande muchedumbre” al ayudarlos a conseguir recobro espiritual de la plaga del pecado. Rehúsan aceptar paga por ayudar a individuos al recobro espiritual, tal como Eliseo rehusó aceptar un regalo, financiero o material, de Naamán. Dan de su tiempo libremente para ayudar a otros que quieren estudiar la Palabra de Dios. Y si algunos asociados con la congregación del pueblo de Dios en la Tierra tratan de conseguir ganancia material a costa de la “grande muchedumbre,” se les pone de manifiesto como codiciosos, culpables de idolatrarse. Éstos son removidos de la organización, lo cual armoniza con el trato que Eliseo le administró a Guejazi por su codicia y avaricia. Esto se amolda a la regla: “Ni fornicadores, . . . ni avarientos, . . . ni los que practican extorsión heredarán el reino de Dios.”—1 Cor. 6:9, 10.
27, 28. ¿Qué puede hacer la gente hoy para identificarse como parte de la “grande muchedumbre”?
27 Estos que componen la “grande muchedumbre” que se ponen en asociación con los siervos ungidos de Dios también tienen que ceñirse con humildad de mente. La Today’s English Version de la Biblia dice en 1 Pedro 5:5: “Y todos ustedes tienen que ponerse el delantal de la humildad, para servirse los unos a los otros; pues la escritura dice: ‘Dios resiste al orgulloso, pero da gracia al humilde.’” Un delantal nos hace pensar en alguien que está sirviendo, que está atendiendo los intereses de otros, preparando alimento para otros. De modo que el ponerse “el delantal de la humildad” tendría que ver con el ser humildes, tener humildad de mente, interesarse en servir a otros.
28 ¿Está usted dispuesto a ‘ceñirse con humildad de mente,’ a “ponerse el delantal de la humildad”? ¿Está dispuesto a aceptar el camino de Jehová para salvación? En este siglo veinte tenemos un ejemplo de humildad, sí, de humildad de mente, que se encuentra en todo el mundo. Está en la organización de los testigos de Jehová. ¿Por qué no sigue leyendo y ve cómo éstos se han amoldado humildemente al camino de Jehová para salvación?
[Ilustración de la página 689]
Al mostrar humildad de mente el jefe del ejército sirio Naamán fue curado milagrosamente de lepra
[Ilustración de la página 692]
La codicia de Guejazi lo impulsó a tratar de obtener lucro de la obra del espíritu de Jehová y la generosidad de Naamán. Le costó a Guejazi su salud y su privilegio de servir con Eliseo