Preguntas de los lectores
● ¿Sería correcto que un matrimonio cristiano adoptara por hijo a un niño?—J. W., EE. UU.
El adoptar por hijo a un niño es asunto que habrá de decidirse por el matrimonio individual. La situación es semejante a determinar si habrán de tener un hijo natural, en casos donde eso es posible. La decisión hecha por un matrimonio en tales asuntos no sería criterio sobre el cual otros tengan que basar su decisión. Tampoco sería adecuado criticar a personas por el derrotero que optan por seguir en lo que a esto se refiere.
La Sociedad Watch Tower no tiene arreglos para ayudar a personas a arreglar adopciones. No mantiene una lista de nombres y direcciones de individuos que desean que otros adopten por hijos a los suyos. Tampoco puede la Sociedad suministrar ayuda jurídica para tales asuntos.
Si los cónyuges legalmente adoptan por hijo a un niño, llegan a ser responsables de ese niño de una manera que se compara a la responsabilidad que tienen los padres naturales. Por consiguiente, los cristianos que adoptan por hijo a un niño desearán cuidar a ese niño apropiadamente, dando atención no solo a las necesidades físicas del niño sino también a las necesidades espirituales más importantes del niño. Al padre adoptivo, que es cabeza de la casa, se le requiere bíblicamente que asuma la responsabilidad principal tanto del bienestar material como del bienestar espiritual del hijo.—1 Tim. 5:8; Isa. 38:19; Efe. 5:21–6:4.
Algunos cristianos han considerado el no tener hijos o el tener menos hijos como circunstancia que les permite más tiempo para el servicio de Jehová Dios. Los matrimonios sin hijos, por ejemplo, no tienen las responsabilidades concomitantes del criar hijos y por eso tienen mayores oportunidades de emplear su tiempo y energías en la búsqueda directa de los intereses del Reino.—Mat. 6:33.
Por supuesto, los matrimonios deben gobernar sus propios asuntos. Saben sus circunstancias y deseos individuales. Por eso, queda de ellos decidir si habrán de adoptar por hijo a un niño o no.—Gál. 6:5.
● ¿Quién fue el padre del Sélaj que menciona la Biblia? ¿Fue Cainán o Arpaksad?—J. B., EE. UU.
Evidentemente Arpaksad fue el padre de Sélaj. Sin embargo, surge la susodicha pregunta debido a aparente falta de armonía entre ciertos textos bíblicos. Por ejemplo, según el Texto Masorético Hebreo, Génesis 10:24 y 1 Crónicas 1:18 indican que Arpaksad fue el padre de Sélaj. Por otra parte, Lucas, al dar la genealogía de Jesucristo por medio de su madre, María, dice en Lucas 3:35, 36 que Sélaj fue “hijo de Cainán, hijo de Arfaxad [Arpaksad].”
Al considerar este asunto, es interesante notar que el nombre Cainán no aparece en manuscritos hebreos existentes de las Escrituras Hebreas y se omite en todas las antiguas versiones y targums.
Muchos creen que el nombre Cainán no se hallaba en el texto original del relato del Evangelio de Lucas. Notablemente, en una nota al pie de la página sobre Lucas 3:36 en la Traducción del Nuevo Mundo de las Escrituras Griegas Cristianas, edición en inglés de 1950, se indica que la expresión “hijo de Cainán” se omite en el Manuscrito de Cambridge, que es del siglo sexto E.C. Tal omisión armoniza con el Texto Masorético en Génesis 10:24; 11:12 y 1 Crónicas 1:18. No obstante, se reconoce que el nombre Cainán quizás sea una corrupción de la palabra “caldeo.” Por consiguiente, el texto griego de Lucas 3:36 quizás haya dicho en un tiempo: “el hijo del caldeo Arfaxad.”
Un conocimiento del hecho de que los nombres Arpaksad y Cainán pudieron aplicar a la misma persona se refleja en el libro ‘Cosas en las cuales es imposible que Dios mienta.’ En él, en las páginas 112 y 113, se publica un cuadro intitulado “La línea genealógica terrenal del Hijo de Dios como Descendencia de la ‘mujer’ de Dios.” Allí uno halla el nombre Arpaksad seguido del nombre Cainán entre paréntesis.
● Una comparación cuidadosa de Mateo 1:1-16 con Lucas 3:23-38 muestra que Mateo dio el linaje de Jesucristo por medio de Salomón, mientras que Lucas lo dio por medio de Natán, otro hijo de David. ¿Por qué, entonces, ambas genealogías alistan a Sealtiel y a Zorobabel?—M. K., Alaska.
Evidentemente fue por medio de un matrimonio que la línea de familia que condujo hasta Jesús desde el rey David por medio de su hijo Natán se fusionó con la línea por medio de Salomón después de muchas generaciones.
Primero de Crónicas 3:16-18 muestra que Sealtiel fue el hijo carnal de Jeconías (el rey Joaquín). Con esto conviene Mateo, al decir: “Después de la deportación a Babilonia Jeconías engendró a Sealtiel.” (Mat. 1:12) Sin embargo, Lucas no se equivocó al indicar que Sealtiel era “hijo de Nerí.” (Luc. 3:27) Es patente que esto fue cierto, porque Nerí dio en matrimonio su hija a Sealtiel. Puesto que no era raro que los hebreos se refirieran a un yerno como hijo, y especialmente en las listas genealógicas, Lucas podía referirse apropiadamente a Sealtiel como hijo de Nerí, así como ya se había referido a José como hijo de Helí, quien realmente era el padre de la esposa de José, María.—Luc. 3:23.
Por consiguiente, fue por medio de tal unión marital que la línea de familia de David por medio de Natán se fusionó con la línea por medio de Salomón. Esto también explicaría el hecho de que tanto Mateo como Lucas mencionan al hijo de Sealtiel, Zorobabel. Con el tiempo, por medio de diferentes descendientes de Zorobabel, las dos líneas de familia otra vez emprendieron derroteros separados para conducir a Jesucristo.
Con buena razón, entonces, el libro ‘Cosas en las cuales es imposible que Dios mienta’ dice en la página 71: “La mayoría de los judíos que sobrevivieron a la caída y destrucción de Jerusalén fueron llevados al destierro a Babilonia. Entre los judíos cautivos allí durante los siguientes setenta años estuvo uno llamado Nerí, que había descendido del rey David por medio de su hijo Natán. Esta línea de familia ahora llegó a estar emparentada con la familia de Salomón por medio de Sealtiel y su hijo Zorobabel.” El estar emparentadas estas líneas de descendencia también se muestra en las páginas 112 y 113 de esta publicación.
Para información adicional sobre las genealogías de Jesucristo presentadas por Mateo y Lucas, sírvase ver La Atalaya del 1 de julio de 1962, página 414.