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Conozca al alfiletero trepador de la creación¡Despertad! 1976 | 8 de agosto
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parezca que es demasiado trabajo tratar de conseguir carne de una fortaleza ambulante con púas.
Bueno, ésa es mi historia. Quizás algún día nos volvamos a encontrar. Si no, ¿por qué no me admira desde cierta distancia? Me puede llamar un alfiletero, pero no soy de la clase corriente. Pues, según su modo de ver las cosas, todos mis “alfileres” van en la dirección contraria.
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Conozca al enorme Behemot¡Despertad! 1976 | 8 de agosto
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Conozca al enorme Behemot
“BEHEMOT” es la designación que se aplica a un animal en un registro que por haberse copiado y vuelto a copiar vez tras vez ha sido conservado por unos 3.500 años. La voz probablemente significa “bestia enorme.” ¿Qué criatura es de tamaño tan tremendo que merezca la antigua designación “Behemot”? Es un mamífero de piel gruesa y casi desnuda que se llama el hipopótamo. El hecho de que “Behemot” es el hipopótamo concuerda con la descripción que se halla de esta criatura en el libro bíblico de Job.
Una porción de esa descripción antigua dice: “Hierba verde come tal como un toro. Sus huesos son tubos de cobre; sus huesos fuertes son como varas de hierro forjado. Debajo de los espinosos árboles de loto se echa, en el lugar de cañas oculto y el lugar pantanoso. Los espinosos árboles de loto le levantan cerco con su sombra; los álamos del valle de torrente lo rodean. Si el río actúa violentamente, él no corre en pánico. Está lleno de confianza, aunque el Jordán irrumpa contra su boca.”—Job 40:15, 18, 21-23.
Es cierto que el hipopótamo come vegetación “tal como un toro.” Cada día más de 90 kilos de plantas acuáticas blandas, hierba, cañas y otra verdura entran en su estómago. Puesto que tiene una capacidad de 150 a 190 litros, el estómago del hipopótamo no tiene inconveniente alguno en encargarse de todo este alimento.
Cuando está plenamente desarrollado este animal puede alcanzar de tres y medio a más de cuatro metros de longitud. Un hipopótamo macho que se mantuvo en cautiverio llegó a pesar 4.065 kilos. Apenas parece posible que las piernas cortas de este animal puedan soportar todo ese peso. Sin embargo, los huesos de las piernas son fuertes como “tubos de cobre.” A pesar del aspecto torpe que presenta por ser tan voluminoso, el hipopótamo no es meramente una masa de grasa. Al contrario, gran parte de su peso consta de músculo. El tremendo peso del animal de ningún modo impide su movimiento. Puede correr con mayor rapidez que un hombre.
La cabeza del hipopótamo es definitivamente su rasgo sobresaliente. En el caso de un animal plenamente desarrollado, la cabeza puede pesar hasta una tonelada. El mirar en la boca de la criatura, que abierta puede extenderse hasta un metro o más, es muy parecido a dar un vistazo a una caverna rosada. Sus colmillos, los caninos inferiores, son especialmente prominentes. Estos miden unos sesenta centímetros de largo y cada uno puede pesar unos tres kilos. Una mordida de sus quijadas poderosas basta para penetrar la coraza dura del cocodrilo.
La estructura del hipopótamo es tal que le es tan cómodo vivir en el agua como en la tierra. Su piel, especialmente la del vientre, es muy dura. Por eso no le causan ninguna dificultad los golpes y rasguños que recibe cuando su cuerpo bajo pasa sobre las piedras grandes en los lechos de los ríos. Poros especiales en la piel secretan una sustancia espesa y aceitosa que se pone color de rosa a la luz del sol. Esta sustancia mantiene la piel húmeda y flexible cuando queda expuesta al aire por períodos extensos. Cuando el animal está sumergido en el agua, la misma secreción puede servir de capa protectora. Los ojos del hipopótamo están situados muy arriba en la parte delantera de la cabeza, y las ventanas de la nariz en la punta de su hocico. Este arreglo hace posible que la criatura vea y respire mientras está casi completamente sumergida. Cuando el hipopótamo se zambulle, se le cierran las orejas y las ventanas de su nariz.
A menudo se ven los hipopótamos en “el lugar de cañas oculto,” pues pasa gran parte del día en el agua. A veces se puede observar una manada de veinte o treinta de estas criaturas gigantescas. Dado que son animales tan enormes, no les da pánico ante una inundación, como dice la Biblia. Con parte de su cabeza elevada fuera del agua, pueden nadar contra el diluvio. Pues, hasta pueden correr bajo el agua. En la obra The Animal Kingdom se hace notar que el hipopótamo puede “correr por el fondo de los lagos a unos trece kilómetros por hora.”
El poderoso y enorme Behemot ciertamente es una criatura imponente. De su propia manera, Behemot agrega testimonio silencioso al hecho de que existe un Hacedor omnipotente. Fue este Creador, Jehová Dios, que dijo a su siervo Job: “Aquí, pues, está Behemot, al que he hecho lo mismo que a ti.”—Job 40:15.
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