El camino de Dios es el de amor
Nuestros lectores temerosos de Dios se interesarán al notar que todos los textos usados en este artículo están tomados de ediciones católicas de las Sagradas Escrituras. La versión católica en inglés más conocida es la Versión Douay-Rheims, que fué revisada por el obispo R. Challoner y publicada con la aprobación de la iglesia católica. Otra versión que ahora está creciendo en popularidad y que está escrita en inglés moderno es la traducción hecha por el monseñor Ronald A. Knox. Estas son las dos versiones católicas reconocidas de la Santa Biblia que se citan aquí.
Se deleitarán al observar cómo, de estas dos traducciones de la Palabra Divina, se muestran las maravillosas obras de Dios, que prueban que “el camino de Dios es el de amor”, y verán qué bendiciones aguardan a la humanidad fiel a través del arreglo de Dios. Con las Sagradas Escrituras a mano, si tienen una copia, lean la conferencia que aquí está impresa según la presentó el presidente de la Sociedad Watch Tówer en una reunión pública anunciada y al mismo tiempo transmitida por una bien conocida estación de radio de Nueva York.
“Dios es amor”—1 Juan 4:16, Knox.
1. (a) ¿Quién fué el Prometido por Dios? (b) Dado que hace tanto que vino, ¿qué pregunta hacen los hombres ahora?
EL Dios Altísimo, que creó a la humanidad, nos dió su Palabra escrita, las Sagradas Escrituras, y en ellas enunció muchas promesas. Estas profecías predijeron que con el tiempo se proveería un Santo para bendecir a todas las familias de la tierra. Ese Prometido fué Jesucristo. Hoy la humanidad, concebida en iniquidades, concebida en pecados, desea saber por qué hay tanta dificultad, por qué hay tanto dolor, enfermedad y tristeza entre los hombres, por qué hay tanto egoísmo y descontentamiento en este mundo, tanto tiempo después que vino este Prometido, Jesucristo. La humanidad desea y busca bendiciones. Así que pregunta: “Si Jesucristo es la Simiente prometida de Dios y es quien traerá bendiciones que afectarán a hombres de todas las naciones, ¿por qué no se hace algo acerca de esto ahora?” ¿Seguirá usted leyendo para saber la explicación que se da en las Sagradas Escrituras?
2, 3. (a) ¿Dónde y cómo nació este Prometido? (b) ¿Cómo supo la virgen María que él habría de nacer por medio de ella?
2 Hace más de diecinueve siglos Jesucristo nació en Belén. Nació de una mujer grandemente favorecida por Dios, la virgen María. Una de las cosas más maravillosas que jamás han acontecido sobre la tierra fué este milagro, un hijo varón nacido de una virgen. Fué el Todopoderoso Dios en el cielo quien, por medio de su espíritu santo, transfirió la vida de su Hijo celestial al seno de la virgen y al debido tiempo presentó la Simiente prometida. Isaías, el profeta de Dios, había predicho esto: “Por lo tanto el Señor mismo les dará una señal. He aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo: y su nombre será llamado Emmanuel.” (Isa. 7:14, Dy) La madre de Jesús fué de la línea del rey David y por eso podía producir este heredero real. Ella fué la virgen escogida para producir la Simiente de promesa. Ella supo de esto porque Gabriel, el ángel del Señor, vino y habló con ella, así como el registro en la Sagrada Biblia dice:
3 “Entonces el ángel le dijo a ella: María, no temas; tú has hallado favor a la vista de Dios. Y he aquí, concebirás en tu seno, y darás a luz un hijo, y lo llamarás Jesús. Él será grande, y los hombres lo conocerán como el Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de su padre David, y él reinará sobre la casa de Jacob eternamente; su reino nunca tendrá fin. Pero María dijo al ángel: ¿Cómo puede ser eso, cuando yo no tengo conocimiento de hombre? Y el ángel le contestó: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te hará sombra. Así esa cosa santa que habrá de nacer de ti será conocida como el Hijo de Dios.”—Luc. 1:30, 35, Knox.
4. ¿Para cumplir cuáles dos propósitos nació Jesús de esta manera?
4 Este maravilloso milagro se llevó a cabo en cumplimiento de la promesa de Dios, el que una virgen daría a luz al Hijo de Dios, y Su promesa adicional también tendrá cumplimiento: “Su reino nunca tendrá fin.” ¿Por qué, entonces, hubo de venir el Hijo de Dios de esta manera? En primer lugar fué para dar a conocer el nombre, la Palabra y el reino del Dios Altísimo, su Padre en el cielo. En su ministerio Jesús mismo nos dijo eso precisamente: “Ningún hombre jamás ha visto a Dios; pero ahora su Hijo unigénito, que habita en el seno del Padre, él mismo nos ha traído un mensaje claro.” (Juan 1:18, Knox) Sí, este Hijo, que había residido con su Padre en su existencia prehumana, fué transferido del cielo a la tierra y hecho un “poco menos que los ángeles” para darnos un mensaje claro de su Padre. Él conocía a su Padre, y nosotros llegamos a conocer al Padre porque el Hijo estuvo con el Padre. Porque el Hijo dijo en oración a su Padre: “He ensalzado tu gloria en la tierra, cumpliendo la tarea que me diste para hacer; ahora, Padre ensálzame tú a tu mismo lado, en aquella gloria que tenía contigo antes de que empezara el mundo. He hecho conocer tu nombre a los hombres que me has confiado, escogidos de este mundo.” (Juan 17:4-6, Knox) Así vemos que el propósito primario de Jesús sobre esta tierra fué el de dar a conocer el nombre, la Palabra y el reino de su Padre. Su propósito secundario fué proveer el sacrificio de rescate para la humanidad.
5. ¿Qué gran atributo ha estado manifestando Dios así a la humanidad?
5 Estos dos propósitos efectuados por Jesús son grandes bendiciones que nos afectan a todos. De modo que este don de Dios, el enviar a su Hijo al mundo para cumplir estos propósitos, manifiesta el gran amor que Dios nos tiene y prueba que el camino de Dios es el de amor. Vez tras vez él ha manifestado su amor para con la humanidad, y constantemente está haciendo arreglos para bendecirla, aunque el hombre hoy piensa que Dios es lento en hacerlo. Pero ¿tenemos suficiente paciencia para investigar lo que Dios ha hecho, lo que está haciendo y lo que todavía hará para nosotros? Sigamos leyendo, pues.
6. ¿Cuál, pues, es el camino de Dios, y cómo manifestamos que conocemos a Dios?
6 Habiendo andado con Jesucristo, el apóstol Juan dice que “Dios es amor”, lo cual significa que su camino es el del amor al guiar y tratar con la humanidad. “¿Cómo puede el hombre que no tiene amor tener conocimiento alguno de Dios, cuando Dios es amor? Lo que ha revelado el amor de Dios, en lo que concierne a nosotros, es que él ha enviado a su Hijo unigénito al mundo, para que nosotros podamos tener vida por medio de él. Ese amor reside, no en el demostrarle nosotros algún amor a Dios, sino en el demostrarnos él amor a nosotros primero, cuando él envió a su Hijo para ser una propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios ha manifestado tal amor hacia nosotros, nosotros también tenemos que amarnos los unos a los otros. Ningún hombre jamás ha visto a Dios; pero si nos amamos los unos a los otros, entonces tenemos a Dios habitando en nosotros, y el amor de Dios ha llegado a la plenitud de su crecimiento en nuestras vidas.”—1 Juan 4:8-13, Knox.
7. En vista de las enseñanzas de los hombres acerca de Dios en contraste con lo que enseña su Palabra, ¿qué preguntas nos sentimos impulsados a hacer?
7 Viendo lo que Dios ha hecho en cuanto a cumplir sus propias profecías en las Escrituras, al enviar a su Hijo unigénito al mundo para ayudar al hombre a entender y llegar a conocer a su Creador, ciertamente tenemos que decir que Dios es amor. De la manera en que Jesús nos enseñó y de la manera en que las Sagradas Escrituras inspiradas nos enseñan podemos apreciar que Dios es AMOR. ¡Pero cuánta diferencia hay cuando se trata de las cosas que los hombres nos enseñan hoy acerca de Dios! En vista de dichas enseñanzas de los hombres y viendo que Dios ha hecho tanto pensando en nuestra bendición eterna, nos sentimos impulsados a preguntar: Si Dios es amor, ¿cómo podría haber un lugar de tormento eterno, llamado el infierno, adonde se dice que van billones de criaturas hechas a la imagen de Dios después de la muerte del cuerpo? Se dice que allí hay fuego y azufre ardiendo por la eternidad y se dice que allí permanecen almas condenadas sin liberación, en tormento consciente. ¿Cómo podría haber siquiera tal lugar como el “purgatorio”, donde se dice que las almas sufren dolores agudísimos mientras esperan su liberación para ser llevadas al cielo? ¿Por qué habría de ser la voluntad de Dios que la gran mayoría de la gente viva y sufra en pobreza y angustia, al grado que mucha gente dice que el hombre tiene su infierno aquí en la misma tierra? ¿Cómo puede armonizarse el hecho de que Dios es amor con tales ideas y enseñanzas de los hombres? Hasta cuando el apóstol Pablo enseñó ciertas cosas a la gente temerosa de Dios en Berea éstos estuvieron “escudriñando diariamente las escrituras, para ver si estas cosas eran así”. (Hech. 17:11, Dy) Nosotros podemos ser tan nobles como aquellos de Berea por medio de hacer la misma cosa.
8, 9. (a) Debido a la presente miseria del hombre, ¿qué preguntas hacemos acerca de su futuro? (b) ¿Cómo tendría Dios más amor para un árbol que para el hombre?
8 En su presente condición los de la humanidad están en miseria. ¿Qué hombre no está apesadumbrado? Vive unos cuantos años y luego entra a la muerte. Después de eso, según ciertas enseñanzas de este mundo, si él no ha sido un hombre bueno tiene que ir al tormento eterno en las llamas del infierno. El paciente Job, un hombre que amó y sirvió a Dios, dijo esto: “El hombre, nacido de mujer, viviendo por corto tiempo, está lleno de muchas miserias.” (Job 14:1, Dy) ¿No parece que el hombre tiene suficiente angustia sobre la tierra sin que tenga que ir a un lugar de tormento eterno después que muera para experimentar más y peor miseria? Así que escuchamos con interés lo que Job dice en seguida: “Un árbol tiene esperanza. Si se le corta, crece verde de nuevo, y las ramas allí echan retoños. Si su raíz está vieja en la tierra, y su tronco muerto en el polvo: a la percepción de agua, brotará, y producirá hojas, como cuando fué por primera vez plantado. Pero el hombre, cuando esté muerto, y desnudo, y consumido, dígaseme, ¿dónde está?” (Job 14:7-10, Dy) El árbol es hermoso; es creación de Dios, pero no es inteligente.
9 El hombre es inteligente, a la imagen de Dios, y ¿hemos de creer que Dios ama a un árbol más que al hombre, que un árbol una vez que es cortado reverdece y crece otra vez, pero que el hombre—no; que aunque él haya vivido en sus miserias aquí, Dios le atormenta más después de su muerte? Ninguno de nosotros queremos la muerte. Nos gustaría brotar otra vez como lo hace un árbol verde, y nos gustaría vivir en un ambiente placentero, si sólo supiéramos cómo lograrlo. Pero después de la muerte ¿dónde se encuentra el hombre? Job preguntó esto. ¿Creía Job que se encontraba en un infierno ardiente, en un purgatorio de llamas, o en un limbo?
10. ¿Qué oró Job con respecto al infierno, y por qué?
10 ¿Qué conocía Job acerca de este tema del “infierno”? En ese tiempo Job estaba cubierto de diviesos como resultado de una enfermedad que trajo sobre él Satanás el Diablo. Verdaderamente era un hombre que estaba sufriendo dolor continuo sobre la tierra. De modo que en vista de la enseñanza popular tocante al “infierno”, ¿no es extraño que Job dijera esto a Dios: “¿Quién me concederá esto, que tú me protejas en el infierno, y me escondas hasta que pase tu ira, y me señales un tiempo cuando te acordarás de mí”? (Job 14:13, Dy) Aquí Job, en su padecimiento, le ora a Dios en el cielo que lo esconda en el infierno. ¿Podría usted imaginarlo queriendo ir al infierno si éste fuera un lugar de terrible tormento consciente? Seguramente que Job tenía suficiente angustia y no estaba deseando saltar de la sartén para dar en las brasas. No, ciertamente que no. Pero para evitar lo que parece ser una contradicción algunos se han imaginado que tiene que haber una parte del infierno que sea un lugar dichoso y otra parte que sea un lugar de tormentos. Por lo contrario, Job oró de esa manera porque conocía los arreglos de Dios y sabía lo que significa “infierno” en las Sagradas Escrituras. Él sabía que en algún tiempo en el futuro Dios se acordaría de todos los que habían ido a este “infierno” bíblico, y que les daría una oportunidad en un nuevo mundo, “en que mora la justicia.” (2 Ped. 3:13, Dy) Entonces, ¿qué es ese “infierno”?
11. ¿A quiénes se tiende como ovejas en el infierno, y qué esperanza hay para ellos?
11 Un escritor de los Salmos dijo esto tocan te al asunto: “Oíd estas cosas, todas ustedes las naciones: presten oído, todos ustedes los habitantes del mundo. Todos ustedes los que son nacidos de la tierra, y ustedes los hijos de los hombres: tanto ricos como pobres a una. Son tendidos en el infierno como ovejas: la muerte los devorará. Y los justos tendrán dominio sobre ellos en la mañana: y su ayuda se podrirá en el infierno, perdiendo su gloria.” (Sal. 48:2, 3, 15, Dy) Las ovejas no están en el infierno, pero a las ovejas se les da la muerte a millones. En tales cantidades, también, mueren los hombres y van al “infierno” bíblico. El salmista dice que allí la muerte los devora y que su ayuda se pudre, pero él añade: “Pero Dios redimirá mi alma de la mano del infierno, cuando él me reciba.”—Sal. 48:16, Dy.
12. (a) ¿Por qué se han visto obligados los hombres a ver la muerte? (b) ¿Por qué no puede ser que vayan al infierno para que sus almas sean atormentadas?
12 Otro escritor de Salmos dice: “¿Quién es el hombre que vivirá, y no verá la muerte: que librará su alma de las manos del infierno?” (Sal. 88:49, Dy) Por ningún medio humano de sí mismo o de algún otro hombre puede una persona que hoy vive sobre la tierra escapar del “infierno” bíblico. La razón por la cual el hombre ha sido obligado a ver la muerte es que él ha nacido pecador debido al pecado de nuestros primeros padres Adán y Eva en el “paraíso de placer”. “La paga del pecado es la muerte. Pero la gracia de Dios, vida eterna en Cristo Jesús nuestro Señor.” (Rom. 6:23, Dy) Ya que todos han sido obligados a ir al “infierno” bíblico, ¿era con el fin de hacer que sus almas fueran atormentadas de alguna manera? ¿Cómo podía suceder eso a las almas pecadoras, cuando Dios dice en Ezequiel 18:4 (Dy), esto: “He aquí todas las almas son mías: como el alma del padre, así también el alma del hijo es mía: el alma que pecare, ésa misma morirá”? Entonces, según las Sagradas Escrituras, el hombre deja de existir cuando va al “infierno”, porque su alma muere, lo que hace imposible que su alma sea atormentada por algún tiempo o por la eternidad.
13. (a) Si infierno significa tormento, entonces ¿qué tendríamos que decir acerca de Jesús? (b) ¿Cómo se manifiesta lo que es el infierno mediante una comparación de las traducciones Douay y Knox?
13 Si alguien quiere argüir que el infierno es un lugar de tormento ardiente consciente, entonces tiene que argüir, también, que Cristo Jesús, el Hijo de Dios, aquel que nació de la virgen María, también fué a un lugar donde se atormentan las almas para allí substituir por la humanidad pecadora. Hablando de la resurrección de Jesús, el apóstol Pedro dijo: “Porque David dijo concerniente a él: . . . Porque no dejarás mi alma en el infierno: ni permitirás que tu Santo vea la corrupción. . . . él habló de la resurrección de Cristo. Porque ni fué dejado en el infierno: ni su carne vió la corrupción.” (Hech. 2:25-31, Dy) El infierno bíblico en que Jesús estuvo por partes de tres días es el sepulcro común de la humanidad, y fué de este sepulcro que su Padre celestial lo levantó al tercer día. En prueba de esto la traducción del Mons. Knox de Hechos 2:27, 31 no usa la palabra “infierno” como lo hace la Versión Douay, sino que dice: “No dejarás mi alma en el lugar de la muerte, ni permitirás que tu fiel siervo vea la corrupción. Era acerca del Cristo que él decía, previendo su resurrección, que no fué dejado en el lugar de la muerte, y que su cuerpo no vió la corrupción.”
14. ¿Cómo manifiesta la autoridad católica que “infierno” es el sepulcro común?
14 Las Sagradas Escrituras hablan de los muertos como estando dormidos, no como sufriendo conscientemente tormento. Los muertos no podían ser atormentados al ir al “infierno” bíblico, porque esa palabra se traduce al español de la palabra hebrea seol en las Antiguas Escrituras y de la palabra griega hades en las Nuevas Escrituras. De las 65 veces que aparece la palabra hebrea seol, la Versión Douay la traduce 63 veces “infierno” y una vez “abismo” y una vez “muerte”. (Job 17:16; Oseas 13:14, Dy) Pero en Job 14:13, citado más arriba (§ 10), Mons. Knox traduce seol “sepulcro” en lugar de “infierno”, y la traduce “sepulcro” en lugar de “infierno” en otros lugares también. (Gén. 37:35; 42:38, Knox) Así la erudición católica reconoce que el “infierno” bíblico es el sepulcro común de la humanidad.
15. ¿Tiene alguien sentidos en el infierno? ¿Qué manifiestan las Escrituras?
15 De modo que cuando uno muere y va al infierno, ¿siente algo allí? ¿Posee sentidos algunos que lo hagan capaz de sufrir tormento? La Palabra de Dios, y no las palabras del hombre, contesta: “Porque los vivos saben que han de morir, pero los muertos no saben ya nada. Tampoco tienen ellos ya una recompensa: porque la memoria de ellos se olvida. Cuanto tu mano pueda hacer, hazlo con ahinco: porque no habrá ni trabajo, ni razón, ni sabiduría, ni conocimiento, en el infierno a donde te vas apurando.” (Ecl. 9:5, 10, Dy) En estos textos, en vez de “infierno”, Mons. Knox traduce seol “sepulcro”. Ciertamente si una persona estuviera viva en el purgatorio o en el infierno, tendría que tener algunos sentidos, para poder sentir la tortura y el dolor que algunos maestros nos dicen que sufre allí la persona después de morir. Por lo contrario, se nos dice definitivamente, en el Salmo 145:4 (Dy): “Su espíritu saldrá, y él volverá a su tierra: en ese día todos los pensamientos de ellos perecerán.” Y en el Salmo 6:6 (Dy): “Porque no hay nadie en la muerte, que se acuerde de ti: ¿y quién se confesará a ti en el infierno?” Según las Sagradas Escrituras, cuando un hombre muere deja de pensar y sentir; entra al “infierno”, al infierno bíblico, que es el sepulcro común, y allí permanece dormido hasta la resurrección. No goza de ningún descanso consciente allí.
16. ¿Qué manifestó la experiencia de Lázaro, a quien Jesús levantó de los muertos, en cuanto a los que están en el infierno?
16 Lázaro, el amigo de Jesús, estuvo muerto y en el sepulcro por cuatro días. Jesús, hablando con sus discípulos acerca de la muerte de Lázaro, dijo que estaba dormido. Sus discípulos pensaron que Jesús se refería a que todavía no había muerto sino que estaba descansando. Juan 11:11-15 (Knox) nos dice: “Él les dijo: Nuestro amigo Lázaro está descansando ahora; voy allá a despertarlo. Pero, Señor, le dijeron los discípulos, si él está descansando, su vida se salvará. Jesús había estado informándoles de su muerte; pero ellos suponían que él quería decir el descanso que viene con el sueño. De modo que ahora Jesús les dijo abiertamente: Lázaro está muerto. Y por ustedes, me alegro que no estaba allí; eso les ayudará a creer. Pero vengan, vamos a él.” Jesús tuvo una maravillosa oportunidad aquí para manifestar cómo sería la resurrección en el nuevo mundo, por medio de levantar a Lázaro que de hecho estaba muerto y en el sepulcro. Cuando él llegó, Marta, la hermana de Lázaro, dijo a Jesús: “Si tú hubieses estado aquí, mi hermano no hubiera muerto.” Más tarde Jesús levantó a Lázaro de la tumba, pero no hay nada en las Sagradas Escrituras que manifieste que Lázaro haya dicho algo acerca de estar en un infierno de tormento ardiente o en un purgatorio por cuatro días o en un limbo, o de estar en el cielo con los santos ángeles. Ciertamente si Lázaro hubiera estado en cualquier lugar aparte del sepulcro y si su alma se hubiera marchado viva a algún lugar en el espacio, él lo hubiera sabido cuando volvió a su propio pueblo de Betania. Él se lo hubiera dicho al apóstol Juan y el apóstol Juan lo hubiera registrado en su Santo Evangelio. Pero no lo hizo. De modo que Lázaro experimentó precisamente lo que dijo Eclesiastés 9:10, que no hay sabiduría, conocimiento, sentido ni actividad en el infierno o sepulcro adonde va el hombre cuando muere.
17. ¿Por qué no pudo Dios haber pensado en tal cosa como tormento eterno de almas después de la muerte?
17 Dios nunca podría haber pensado en una cosa como el purgatorio o el tormento eterno en el infierno. Eso sería lo que más lejos estaría de su mente. Prueba de que Dios nunca pensó en tal cosa se halla en su Santa Biblia, donde él se opone a tal cosa, diciendo: “Ellos han edificado los altos de Tofet, que está en el valle del hijo de Ennom, para quemar a sus hijos y sus hijas en el fuego: lo que no mandé ni en lo cual he pensado en mi corazón.” Dios nunca tuvo tal idea para sus criaturas, sin embargo su pueblo apóstata tomó a sus hijos e hijas y los quemó en el fuego a los ídolos e imágenes de dioses falsos. Esto movió a Dios a decir: “Aquí los dioses de la campiña tienen que tener sus altares en las lomas, y hay que quemar niños como sacrificio en su honor; un rito que no es de prescripción, ni orden, ni imaginación mía.” (Jer. 7:31, Dy; y Jer 19:5, Knox) No, un Dios amoroso nunca podía pensar en atormentar a criaturas hechas a su imagen, echando a humanos vivos en un fuego como sacrificio. Mucho menos permitiría su amor que él pensara en una doctrina de tormento eterno o de tormento purgativo en fuego para almas humanas después de la muerte.
18. En las Sagradas Escrituras ¿qué se indica por fuego, como en 2 Tesalonicenses 1:7-9?
18 Cuando se hace mención del fuego en las Sagradas Escrituras se indica con eso destrucción completa, y no tormento eterno; como, por ejemplo, en este texto de 2 Tesalonicenses 1:7-9 (Dy): “Y a ustedes que están perturbados, descanso con nosotros, cuando el Señor Jesús sea revelado desde el cielo con los ángeles de su poder: en una llama de fuego, dando venganza a los que no conocen a Dios y que no obedecen el evangelio de nuestro Señor Jesucristo. Los cuales sufrirán castigo eterno en destrucción, de la faz del Señor y de la gloria de su poder.” Aquí “destrucción” no significa inutilizar o dañar. Cuando Dios destruye o quema alguna cosa, acaba por completo con su existencia.
19. ¿A quién odia Dios y a quién manifiesta misericordia?
19 Ahora, a los que odian a Dios él no los bendecirá. El Salmo 144:20 (Dy) declara: “El Señor guarda a todos los que lo aman: pero a todos los inicuos los destruirá.” Su expresión de amor no se extenderá a los que lo aborrecen; pero a los que lo aman él les extiende misericordia: “Yo soy el Señor tu Dios, poderoso, celoso, que visito la iniquidad de los padres sobre los hijos, hasta la tercera y cuarta generación de aquellos que me aborrecen: y muestro misericordia hasta las miles a los que me aman, y guardan mis mandamientos.” (Éxo. 20:5, 6, Dy) Notará usted que Dios manifiesta su ira únicamente hacia los que lo aborrecen. No manifiesta ira contra las personas simplemente porque nacieron de ciertos padres en una condición pecaminosa. Toda persona crecida tiene libre albedrío. Puede decidir para sí mismo a quién servirá. Los que odian a Dios y lo rechazan no recibirán su amor. Extiende su misericordia a miles de aquellos que lo aman. Resulta en bien temer a Dios y manifestar amor hacia Dios. Eso nos preservará de la destrucción ardiente que Dios traerá sobre los inicuos.
EXPRESIONES DE AMOR
20. ¿Cómo es el hecho de que estamos vivos una expresión del amor de Dios?
20 Todo lo que Dios ha hecho y lo que hará en el futuro está impulsado por el amor. No podría ser de otra manera ya que “Dios es amor”. Nuestra misma existencia es una expresión de su amor. Él nos creó, dándonos vida. “Porque contigo está la fuente de la vida.” (Sal. 35:10, Dy) Él es Aquel que tiene existencia propia. No vale la pena tratar de pensar cuándo principió él puesto que él no principió: él no tuvo principio y no tendrá fin. Antes de que empezara a crear él estaba solo. Pero tuvo gran gozo y felicidad al producir creaciones de diferentes clases, así que hoy vemos en nuestro derredor las maravillas de su creación. Todas las cosas que él hace le traen alabanza y honor cuando son obedientes a sus reglas, y así debe ser. Él ha producido una raza de criaturas terrestres inteligentes, criaturas humanas. Es natural que deseen vivir, porque Dios les dió vida y el deseo de preservarla. La vida en sí misma no está completa, pero el vivir en felicidad, el vivir con la oportunidad de alabar a su Creador, eso sí trae gozo completo a la criatura humana.
21. ¿Cómo da prueba toda la naturaleza de que el Creador es un Dios de Amor?
21 Cuando miramos en nuestro derredor vemos a toda la naturaleza dando prueba de que el Creador es un Dios de amor. Él hizo todas las cosas para el placer del hombre. Contemple Su generosidad tal como se ve en la naturaleza. Ha provisto alimentos de todas clases para la humanidad: frutas, vegetales, nueces, granos, bayas, además de agua para refrescarnos. En cuanto concierne a las cosas que necesitamos para nuestra vida, él le da a la humanidad una superabundancia. Solamente tiene uno que hacer un viaje a distintas partes de la tierra para ver las diferentes clases de alimento que usan los diferentes pueblos, todos ellos alimentos nutritivos, todos ellos agradables de comer. Dios también toma en cuenta lo que necesitamos en cuanto a vestido y albergue. Él ha provisto animales que producen lana, y en los campos las plantas que suministran algodón y fibras, materias que pueden convertirse en tela, y árboles que producen madera y ramas y follaje para nuestro albergue. Hasta se pueden usar las pieles de animales para ropa; de manera que podemos tener la ropa y protección que necesitamos para nuestro cuerpo, y con gran abundancia. Todo lo que se requiere es que la humanidad use sus capacidades para emplear estas cosas de la manera apropiada.
22, 23. (a) ¿Qué sentidos nos ha dado Dios, y con qué propósitos? (b) ¿Cómo puede el hombre expresar la vida, y dónde le gustaría vivir para siempre?
22 Considere este cuerpo que Dios nos ha dado, y observe lo que el hombre puede hacer con él. Puede ver, mirando a sus compañeros, contemplando toda la maravillosa creación de Dios viva e inanimada. Puede palpar, para darse cuenta de si las cosas están calientes o frías; puede determinar la forma de las cosas palpándolas con sus dedos, sin tener que verlas. Dios nos ha dado el maravilloso sentido del gusto. No importa qué comamos podemos distinguirlo, aunque solamente haya una sombra de diferencia en el sabor de este alimento y aquél. Nos ha permitido oír, captar la música y melodía de los pájaros, el agitamiento de las olas, los movimientos variables y audibles del aire. Nos ha concedido el sentido del oído para que podamos escuchar las voces de nuestros amados, las de nuestros hermanos y hermanas, padres y madres y amigos. Podemos determinar lo que indican y lo que desean expresar. Dios también nos ha dado el sentido del olfato. Con éste podemos gozar de la fragancia del sinnúmero de flores que él ha hecho, los perfumes naturales que llenan el aire, el olor de los deliciosos alimentos que comemos.
23 Dios nos ha dado todos estos sentidos como un don precioso para aumentar nuestro gozo de vivir, no para que experimentemos tormento ahora o después. Esto manifiesta que él amó a sus criaturas desde el principio. ¡Qué bien pueden expresar la vida en la tierra sus criaturas! El hombre puede andar, correr, trepar, nadar, sí, volar, no con alas naturales como los pájaros, sino usando maquinaria que se hizo posible gracias a los dones mentales que Dios le dió y que le permiten elevarse en el aire mediante el aplicar las leyes de Dios para la naturaleza. Todas estas cosas nos ha dado Dios. No somos criaturas que nos hayamos desarrollado nosotros mismos mediante una evolución. No estamos aquí por casualidad. Fuimos formados, creados por el poder de Dios, y todas estas cosas que poseemos son dádivas de Él, bendiciones de un Dios amoroso. Aunque es imperfecto ahora, el hombre goza de sus cinco sentidos y goza de su hogar, la tierra. Si las cosas fueran perfectas y pacíficas, el hombre estaría satisfecho de vivir sobre la tierra para toda la eternidad. ¿No es verdad que usted desearía eso?
24. ¿Qué cosas puede hacer el cerebro, y qué se manifiesta por el hecho de que Dios nos dió este don?
24 En realidad usted no se daría cuenta de que está vivo si no fuera por el cerebro que Dios colocó en su cabeza. ¡Qué órgano es éste! ¡Qué registros puede hacer! ¡Qué impresiones se graban en él durante nuestra presente vida tan breve! ¡Cuántas cosas nos hace recordar! ¡Qué imaginación tiene para concebir cosas! ¡Qué bien puede razonar! Hay voluntad en ese cerebro que nos impulsa a tomar acción, que nos hace proceder de cierta manera. Este cerebro nuestro tiene una conciencia que puede entrenarse en justicia. No parece tener límite el alcance a que puede ser usado nuestro cerebro. Puede ser dirigido al estudio de asuntos científicos, astronomía, matemática, ingeniería. Puede estudiar la manera de erigir grandes construcciones y edificios para hospedaje y las obras de la tierra. Puede estudiar e idear y desarrollar lenguajes. Podríamos seguir pensando sin llegar a un fin en las cosas que puede hacer el cerebro humano, porque hoy en día hay hombres en toda la tierra que están usando su cerebro de muchas diferentes maneras, algunos para bendición de la gente y, desgraciadamente, otros para el mal de la gente. No importa de qué manera lo usa el hombre caído, Dios nos dió el cerebro y ciertamente que esto en sí mismo es una expresión de su amor.
25. ¿Qué atributos dió Dios al hombre?
25 Otra cosa de importancia: Dios le dió al hombre los mismos atributos de él. Los atributos de Dios son amor y sabiduría, justicia y poder. Colocó estos en el primer hombre Adán cuando lo creó, porque Dios hizo a Adán a su imagen. “Dios es amor.” (1 Juan 4:8, Knox) “Todo la hechura de Dios; suyos son la sabiduría y el poder.” (Job 12:13, Knox) “Vean dónde se sienta, . . . justicia y derecho los pilares de su trono.” (Sal. 96:2, Knox) “No una vez, sino dos veces he oído la voz de advertencia de Dios; todo el poder es de Dios.”—Sal. 61:12, Knox.
26. Al expresar Dios su amor, ¿de qué cosas encargó él al hombre?
26 Estos diferentes textos testifican que él es un Dios de sabiduría, amor, justicia y poder. Si todos los hombres siguieran estos atributos según se colocaron en el primer hombre en perfección, esta tierra ahora sería un maravilloso lugar en donde vivir. Debido al interés amoroso que tenía en el hombre, Dios le dió poderes directivos para que atendiera a sus responsabilidades en cuanto a cuidar a los animales inferiores y tratar con toda la familia humana. “Y Dios dijo: Hagamos al hombre, llevando nuestra misma imagen y semejanza; pongámoslo a dominar sobre los peces del mar, y todo lo que vuela por el aire, y el ganado, y la tierra entera, y todos los reptiles que se mueven sobre la tierra.” (Gén. 1:26, Knox) Dios era generoso, amoroso en el hecho de tomar al hombre y ponerlo a cargo de todas estas cosas.
27. ¿Dónde colocó Dios al hombre, y cómo hizo provisión para que no viviera solo?
27 “De modo que el Señor Dios tomó al hombre y lo puso en su jardín de delicias, para que lo cultivara y atendiera. Y éste fué el mandato que el Señor Dios le dió al hombre: Puedes comer lo que te baste de todos los árboles del jardín excepto del árbol que trae conocimiento del bien y del mal; si alguna vez comes de éste, tu destino es la muerte.” (Gén. 2:15-17, Knox) Luego Dios le dió al hombre una esposa perfecta y hermosa como su ayudante y para poblar la tierra. “Y Dios pronunció su bendición sobre ellos: Auméntense y multiplíquense y llenen la tierra, y háganla suya; tomen dominio de los peces del mar, y de todo lo que vuela por el aire, y de todas las cosas vivas que se mueven en la tierra.” (Gén. 1:28, Knox) ¡Otra expresión del amor de Dios! Él no formó a un hombre y a una mujer para solamente colocarlos en un hogar paradisíaco y dejarlos vivir allí solos con los animales. ¡No! Hizo provisión para una vida de familia feliz entre los hombres, como el medio para poblar la tierra. Dijo: ‘Ahora ustedes multiplíquense, llenen esta tierra con su género y sojúzguenla. Tengan hijos y crezcan ellos a ser personas como ustedes y que ellos se multipliquen otra vez hasta que toda esta tierra esté llena de criaturas humanas. Al mismo tiempo hagan de esta tierra un paraíso perfecto. Este es su hogar.’ Ciertamente que el Creador mostró amor cuando formó al hombre y le puso en un paraíso terrenal de delicias.
LA PRUEBA DEL AMOR
28. Al poner Dios el árbol prohibido en el paraíso ¿de qué cosa manifestó que dependía la felicidad y el contento del hombre?
28 Si el hombre hubiera continuado en el amor de Dios las cosas serían diferentes hoy día. Pero el hombre abandonó el amor de Dios y siguió su propia senda. Aunque el hombre hizo esto, Dios no abandonó a la humanidad. “Porque Dios amó tanto al mundo, como para dar su Hijo unigénito: para que quienquiera que crea en él no perezca, sino tenga vida eterna.” (Juan 3:16, Dy) Pero algunas personas se preguntan: ‘Pues, Dios no pudo haber sido muy amoroso cuando colocó allí en el paraíso el árbol de la ciencia del bien y del mal. ¿Cómo podía este árbol y el prohibir que el hombre comiera de él ser una expresión del amor divino?’ Sin embargo, el Creador conoce lo que es mejor para el hombre. Él conoce Su propósito al formarlo y colocarlo aquí sobre la tierra. En cuanto a Adán y Eva su felicidad y contentamiento, junto con toda su familia, dependía de su aprecio continuo de las bendiciones de Dios. Si Dios alguna vez viniera a estar fuera de la vida de ellos no podrían estar contentos, ni gozarían de la vida, puesto que hubieran perdido el amor del Padre, y eso es cosa esencial para la vida. Dios estaba interesado en que el hombre siguiera viviendo en Su favor, en Sus bendiciones y en Su verdadera adoración. Así que todo dependía del amor de Dios, de su justicia, sabiduría y poder y de un cumplimiento de las leyes de Dios, y no de las leyes del hombre.
29. (a) ¿Había de gobernarse el hombre a sí mismo? (b) Entonces ¿qué deseaba ver Dios en el hombre?
29 Dios no hizo arreglos para que el hombre se gobernara a sí mismo. Dios había hecho arreglos completos para atender los asuntos de la tierra y para que el hombre hiciera las cosas de la manera que Dios sabía resultarían en el mayor bien para el hombre. Todo esto para bendición de la creación. El hombre ahora debería mostrar su aprecio de la soberanía de Dios, de su dominio sobre el universo. Si no se mostrara ningún aprecio, naturalmente que se perderían las bendiciones. Dios le dijo al hombre: “Puedes comer lo que te baste de todos los árboles del jardín excepto del árbol que trae conocimiento del bien y del mal; si alguna vez comes de éste, tu destino es la muerte.” (Gén. 2:17, Knox) Esto manifiesta que Dios gobernaría al hombre, no por la fuerza ni la coerción, no por temor del tormento de fuego infernal, sino por medio de apelar al aprecio del hombre, a su gratitud, al amor del hombre para su Creador. Dios gobierna en amor. Lo único que le dijo al hombre que hiciera fué: No comas de ese árbol en particular. Lo que Dios deseaba ver en el hombre era la obediencia.
30. ¿Qué hubiera hecho el hombre si hubiera tenido aprecio?
30 La obediencia se expresa por medio de apreciar y hacer lo que desea Aquel que está bendiciendo a uno. Sería para el bien del mismo hombre hacer lo que Dios quería que hiciera. Si el hombre fuera apreciativo y amoroso hacia su Padre, haría exactamente lo que su Creador deseaba. ¿Qué tenía el hombre? Nada aparte de lo que Dios le había dado, y todo lo que tenía era para su propio bien. El hombre por lo tanto debería tenerle amor y aprecio a su Hacedor. Debería observar los principios que Dios estableció para el hombre y debería sujetarse a esos principios. El hombre debería tener presente que Jehová Dios es el Legislador, quien da las direcciones para el curso de acción que el hombre ha de tomar. El hombre debería respetar estas leyes y mandamientos de Dios. De modo que Dios puso una prueba sencilla sobre el hombre. Tenía que ver con su obediencia en cuanto a algo de comer. Con solamente mantenerse alejado de ese árbol prohibido el hombre ciertamente hubiera manifestado que apreciaba y amaba a Dios.
31. ¿A quién prefirió escuchar Eva?
31 Pero Eva y Adán no amaron a Dios, porque tomaron del fruto de ese árbol. Por medio de la serpiente, Satanás el Diablo se presentó a Eva y ella prefirió creer a Satanás la serpiente antes que al Creador. La serpiente le dijo a Eva: “¿Qué mandato es éste que Dios les ha dado, de no comer del fruto de ningún árbol del jardín?” “A lo cual la mujer contestó: Podemos comer del fruto de cualquier árbol del jardín excepto del árbol que está en medio de él; esto es lo que Dios nos ha prohibido comer o aun tocar, bajo pena de muerte. Y la serpiente le dijo: ¿Qué es este hablar de muerte? Dios bien sabe que tan pronto como coman ustedes de este fruto sus ojos serán abiertos, y ustedes mismos serán como dioses, conociendo el bien y el mal.” (Gén. 3:2-5, Knox) “Y la serpiente dijo a la mujer: No, ustedes no morirán la muerte.”—Gén. 3:4, Dy.
32. ¿De qué cosas manifestaron Adán y Eva una falta, y por qué?
32 Eva no mostró amor al tomar del fruto prohibido. Adán manifestó su egoísmo, también, por comer de él. No había ningún amor en su corazón, ningún aprecio, ninguna gratitud por todas las cosas maravillosas que Dios les había dado. Prefirieron ser desobedientes, hacer sus propias leyes, decidir por sí mismos lo que era bueno y lo que era malo, sin mirar hacia el gran Soberano del universo que tiene todo el poder, la sabiduría y el amor para que Él los guiara. No, ahora ellos serían muy listos, harían sus propias leyes y vivirían de acuerdo con ellas, serían como Dios. ¡Qué insensatez, porque para poder disfrutar de la vida una criatura tiene que reconocer la ley del Supremo, su arreglo y modo de bendecir, y no lo que la criatura cree que debe hacerse!
33. ¿Cómo manifestó Dios entonces que su amor para la humanidad no había cesado?
33 Allá en el paraíso de delicias nuestros primeros padres se volvieron en contra de Dios. Pero el amor de Dios no cesó de manifestarse. En esta promesa él expresó su manera amorosa de tratar con la familia humana: “Pondré enemistades entre ti [la serpiente] y la mujer, y tu simiente y su simiente: ella te aplastará la cabeza, y tú acecharás su talón.” (Gén. 3:15, Dy) De modo que Dios permitió que Adán y Eva vivieran suficiente tiempo para procrear una familia grande. Dios sabía que él podía ganar el amor de los descendientes de Adán que apreciaran las bendiciones divinas; pero a los que fueran inicuos voluntariosos y que no desearan vivir bajo la ley y el arreglo de Dios Él los destruiría. Ellos no serían bendecidos eternamente por la Simiente de la mujer de Dios, sino que serían quebrantados como la simiente de la serpiente.
34. ¿Qué derecho perdieron Adán y Eva, pero cuál sigue siendo el propósito de Dios concerniente al hogar del hombre?
34 Por su desobediencia Adán y Eva perdieron el derecho de vivir en la tierra. Perdieron su hogar en el paraíso de delicias y fueron arrojados del jardín de Edén. Pero en cuanto a su prole, Dios prometió que su Simiente de promesa vendría y que cambiaría las cosas. El propósito de Dios era que el hombre viviera en su hogar terrestre para toda la eternidad, mientras que la humanidad ahora vive por un tiempo muy breve. Esta tierra habría de ser el hogar del hombre, y no el cielo, ni el purgatorio, ni un infierno de tormento eterno. “El Señor lo ha pronunciado; el Señor que hizo los cielos, y toda la estructura y figura de la tierra, amoldada a su voluntad. No la creó para estar ociosa, la formó para ser el hogar del hombre.” (Isa. 45:18, Knox) Dios dice además: “Así será mi palabra, que saldrá de mi boca. No volverá a mí vacía, sino que hará todo lo que yo quiera y prosperará en las cosas por las cuales la envié.” (Isa. 55:11, Dy) Esta tierra, el hogar del hombre, no va a ser quemada y puesta fuera de existencia. Dios dice que esta tierra no quedará ociosa, y no la creó para estar ociosa, sino que la hizo para ser el hogar del hombre, para que se llenara de humanos perfectos y fuera traída a un estado paradisíaco por todas partes. El Salmo 103:5, (Dy) dice: “Que has cimentado la tierra sobre sus propias bases: no será movida por siempre jamás.” Eclesiastés 1:4 (Dy) añade: “Una generación pasa, y otra generación viene: pero la tierra queda estable para siempre.” La tierra permanece para siempre como el hogar del hombre, y al debido tiempo Dios hará que la humanidad perfecta viva sobre ella eternamente en placer, prosperidad, y con abundancia. Los hombres entonces estarán alabando a Dios, porque el camino de Dios es el de amor y él está haciendo que las cosas resulten en beneficio y bendición del hombre.
UN LIBRO COMO DÁDIVA DEL AMOR
35. ¿Qué libro es una dádiva del amor de Dios, y cómo fué producido?
35 Todas las citas que se han hecho aquí son de las Sagradas Escrituras, la Sagrada Biblia. Ese Libro de libros es una dádiva del amor de Dios porque contiene un registro de sus promesas. Manifiesta cómo ha tratado con el hombre durante los 6,000 años pasados, bendiciendo y guiando a los hombres obedientes hasta el tiempo presente. En el siglo dieciséis antes de Cristo, Dios empezó a hacer que se escribiera la Biblia en su forma presente. Tuvo su principio con los escritos de Moisés. Otros escritores inspirados vinieron después, todos escribiendo bajo la dirección de Dios. Finalmente, como en 98 d. de J.C., el apóstol Juan terminó la escritura del último de los libros de la Biblia.
36. ¿Qué dijo el apóstol Pedro tocante a los escritos de los profetas de Dios?
36 Hablando de los más de treinta y cinco libros de la Biblia escritos antes de que principiara la iglesia cristiana, el apóstol Pedro escribe: “Ahora la palabra de los profetas nos da más confianza que nunca. Con buena razón es que ustedes están prestando tanta atención a esa palabra; ella seguirá brillando, como una lámpara en algún cuarto oscuro, hasta que rompa el alba, y la estrella del día se levante en su corazón. Sin embargo ustedes deben siempre recordar esto, que ninguna profecía de la escritura es el objeto de interpretación privada. Nunca fué el impulso del hombre, después de todo, lo que nos dió la profecía; hombres la pronunciaron, pero eran hombres a quienes Dios había santificado, arrobados, mientras hablaban, por el Espíritu Santo.”—2 Ped. 1:19-21, Knox.
37. Entonces ¿cuál es la mejor guía escrita para nosotros, y por qué?
37 Recordemos que todas estas cosas fueron escritas para beneficio nuestro. Dios se encargó de ver que el texto de la Biblia se preservara, porque ese texto era suyo propio, escrito bajo su inspiración. Por esto Su Palabra es una guía perfecta para todos nosotros. Debemos dirigirnos a ella y estudiarla. Nos hace sabios para alcanzar la salvación. Pablo le dijo esto a Timoteo: “Porque desde tu infancia has conocido las santas escrituras, que te pueden instruir para salvación, por la fe que es en Cristo Jesús. Toda escritura, inspirada de Dios, es provechosa para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia: para que el hombre de Dios sea perfecto, preparado para toda buena obra.”—2 Tim. 3:15-17, Dy.
38, 39. (a) ¿Qué libro revela los propósitos de Dios, y qué prometió Dios a Abrahán, David y Daniel? (b) ¿Qué asegurará el Reino para la humanidad?
38 Ciertamente que podemos confiar en la Biblia, mucho más que en la palabra hablada del hombre. Esta es la palabra de verdad de Dios, la que presenta la historia de la humanidad desde Adán hasta el tiempo presente y nos declara qué habrá de suceder en el futuro cercano. La Sagrada Biblia revela los propósitos de Dios para un nuevo mundo. Cuando nos dirigimos a las Escrituras podemos oír las promesas de Dios acerca de este nuevo mundo con bendiciones para toda la humanidad fiel. Hace mucho que Dios le prometió a Abrahán: “En tu simiente serán bendecidas todas las naciones de la tierra; porque tú has obedecido a mi voz.” (Gén. 22:18, Dy) Adán había desobedecido y traído pecado, tristeza y muerte sobre la familia humana, pero al obediente Abrahán, Dios prometió que las bendiciones irían a todas las naciones por medio de su Simiente, que es Jesucristo. Más tarde Dios le prometió a David un Gobernante para la humanidad: “Levantaré tu simiente después de ti, la cual será de tus hijos: y estableceré su reino. Él me edificará una casa: y yo estableceré su reino para siempre. Yo seré para él un padre, y él será para mí un hijo: y no apartaré mi misericordia de él, como la aparté de aquel que te precedió. Sino que yo lo asentaré en mi casa, y en mi reino para siempre: y su trono será firmísimo para siempre.”—1 Paralipómenos 17:11-14, Dy.
39 Siglos después Dios inspiró a Daniel a que profetizara: “Pero en los días de esos reinos el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será destruído: y su reino no será entregado a otro pueblo. Y romperá en pedazos y consumirá a todos estos reinos: y él mismo quedará estable para siempre.” (Dan. 2:44, Dy) Estos textos, juntamente con muchas otras profecías en la Biblia, señalan hacia un reino que Dios establecerá para siempre para bendecir a hombres y mujeres fieles. Ese reino hará que la humanidad esté segura en sus hogares: “Edificarán casas y las habitarán: y plantarán viñas y comerán los frutos de ellas. . . . no plantarán para que otro coma. . . . El lobo y el cordero se alimentarán juntos; el león y el buey comerán paja; el polvo será la comida de la serpiente. No harán daño ni matarán en todo mi santo monte, dice el Señor.” Además, con respecto al Rey y su dominio dice Isaías: “Él juzgará al pobre con justicia, y reprenderá con equidad por los mansos de la tierra. . . . El lobo vivirá junto con el cordero: y el leopardo se acostará con el cabrito. El ternero y el león y la oveja morarán juntos: y un niñito los conducirá. El ternero y el oso se alimentarán, sus crías descansarán, juntas: y el león comerá paja como el buey. Y el niño que mama jugará en el hoyo del áspid: y el destetado meterá la mano dentro de la guarida del basilisco. No harán daño, ni matarán en todo mi santo monte: porque la tierra está llena del conocimiento del Señor, como las cubrientes aguas de la mar.”—Isa. 65:21-25 y Isa 11:4-9, Dy.
40. ¿Qué hay acerca de guerras entre naciones bajo el Reino?
40 En aquel día, bajo ese reino, ¿habrá más guerras entre las naciones? Escuche a Miqueas 4:3, 4 (Dy): “Y él juzgará entre mucha gente y reprenderá a fuertes naciones que están a la distancia: y ellas forjarán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en azadas. No tomará espada nación contra nación: ni aprenderán más la guerra. Y todo hombre se sentará debajo de su parra y debajo de su higuera, y no habrá quien los espante: pues la boca del Señor de los ejércitos ha hablado.” Cristo Jesús, la Simiente de la promesa de Dios, es Él que traerá todas estas bendiciones a la familia humana por medio del reino que Dios ha decretado será establecido con Jesús como Rey.
41. ¿Cómo resultó en un cumplimiento de Isaías 9:6 y 7 el cumplimiento de las palabras del ángel a María?
41 Recuerde ahora las palabras del ángel a la virgen María: “Concebirás en tu seno, y darás a luz un hijo, y lo llamarás Jesús. . . . el Señor Dios le dará el trono de su padre David, y él reinará sobre la casa de Jacob eternamente; su reino nunca tendrá fin.” (Luc. 1:31-33, Knox) Eso se llevó a cabo para cumplir Isaías 9:6, 7 (Dy): “Porque un niño nos ha nacido, y un hijo se nos ha dado, y el gobierno está sobre su hombro: y su nombre será llamado: Maravilloso, Consejero, Dios el Poderoso, el Padre del mundo venidero, el Príncipe de Paz. Su imperio se multiplicará, y no habrá fin de la paz. Se sentará sobre el trono de David, y sobre su reino: para establecerlo y fortalecerlo con juicio y con justicia, desde entonces y para siempre. El celo del Señor de los ejércitos hará esto.”
42. ¿Qué oración enseñó Jesús a sus discípulos, y qué significa su cumplimiento para las naciones de este mundo?
42 Jesús sabía que había sido señalado a este puesto exaltado para ser el Gobernante del nuevo mundo. De modo que enseñó a sus apóstoles a orar por este reino, por cuanto ellos iban a ser tomados dentro del reino juntamente con él. A Dios su Padre en el cielo ellos oraron: “Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como se hace en el cielo.” (Mat. 6:10, Dy) Hasta el día presente los cristianos oran esta misma oración, pero ¿ha meditado usted tocante a lo que ha estado pidiendo en esa oración? ¿Aprecia usted que cuando le pide al Padre en el cielo que se haga su voluntad en la tierra así como se hace en el cielo le está pidiendo que destruya todo este arreglo inicuo que existe sobre la tierra? Porque las naciones terrestres no están haciendo su voluntad. Usted está orando para que sean removidas, así como profetizó Daniel, y que en su lugar ponga Dios su reino. Entonces ¿dejará usted de hacer esa oración ahora o desea usted el Reino y sus bendiciones?
RESCATE Y RESURRECCIÓN
43. ¿Cómo ha hecho Jesús posible que el hombre consiga vida eterna?
43 Cuando estuvo sobre la tierra Jesús no sólo vindicó el santo nombre y la Palabra de su Padre celestial sino que también proveyó el rescate que necesitaba la humanidad, por medio de morir como un sacrificio perfecto en el Calvario. Por medio de entregar su vida humana perfecta y sin pecado él saldó la condenación que la ley de Dios impuso sobre la prole de Adán. De este modo, todo lo que el rebelde Adán había perdido para su posteridad que aun no había nacido, Jesús lo compró de debajo de esa sentencia. Por este medio él hizo posible que el hombre consiguiera vida eterna. Por esto el apóstol Pablo escribe: “El pecado ofrece la muerte, como pago; Dios nos ofrece vida eterna como un don gratuito, por medio de Cristo Jesús nuestro Señor.” (Rom. 6:23, Knox) Todo lo que recibió Adán como pago por su pecado fué la muerte, no la vida eterna en un infierno o purgatorio ardiente. Si nosotros hoy aceptamos a Cristo Jesús, el don gratuito de Dios a nosotros por medio de él es vida eterna, en el nuevo mundo. Jesús dijo: “Así como el Padre tiene dentro de sí mismo el don de vida, así ha dado al Hijo que él tenga también dentro de sí mismo el don de vida, y además le ha dado poder para ejecutar juicio, ya que es el Hijo del Hombre. No se asombren de eso; el tiempo viene, cuando todos los que están en sus tumbas oirán su voz y saldrán de ellas; aquellos cuyas acciones han sido buenas levantándose a una nueva vida, y aquellos cuyos hechos han sido malos levantándose a enfrentarse a su sentencia.”—Juan 5:26-29, Knox.
44. ¿Por medio de quién vino la muerte, pero por medio de quién viene la vida y hasta cuándo tiene que reinar éste?
44 Aquí tenemos la promesa de Jesús de que todos aquellos en los sepulcros saldrán al debido tiempo, algunos a una resurrección de vida y bendiciones en el nuevo mundo y otros a un juicio que irá contra algunos de ellos porque rehusarán alinearse con el reino de Dios bajo Cristo en aquel tiempo. La vida es por medio de Cristo Jesús; así como leemos en 1 Timoteo 2:5, 6 (Knox): “Hay sólo un Dios, y sólo un mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo, quien es un hombre, como ellos, y se dió a sí mismo como rescate por todos ellos.” El primer hombre Adán trajo el pecado al mundo y la muerte por medio del pecado, de manera que todos nosotros sus descendientes hemos muerto. El hombre Cristo Jesús ha provisto un rescate para todos los creyentes. Jesús presentó su rescate a Dios en el cielo después de su resurrección de entre los muertos, y ahora Dios lo ha sentado en su trono celestial para gobernar como Rey del nuevo mundo. Dice el apóstol Pablo: “Su reinado, como sabemos, tiene que continuar hasta que haya puesto a todos sus enemigos bajo sus pies, y el último de esos enemigos que será desposeído es la muerte.” (1 Cor. 15:25, 26, Knox) El reinado de Cristo es la provisión de Dios para la humanidad, provisto para expresarle su amor. Dios ama la vida, no la muerte. La muerte es el pago del pecado. Jehová ama al pecador que se arrepiente y que se dirige a Él. El que el primer hombre pecó y se puso en contra de Él no ha hecho que Dios se ponga en contra de la familia humana. Pero Dios sí insiste en que seamos obedientes a sus leyes y que obremos de acuerdo con sus arreglos, si esperamos vivir.
CUÁNDO
45. ¿Cuándo habrá de comenzar a suceder todo esto, y hacia qué están llevando a las naciones el egoísmo y el odio?
45 Bien, dirá alguien, ustedes hablan de que el camino de Dios es el de amor; entonces, ¿cuándo acontecerá todo esto? Para respuesta diríjase al capítulo 24 de Mateo. Nos habla de una señal con muchas facetas: guerras, pestilencias, hambres, terremotos y persecución de cristianos; la cual señal aparecería cuando llegara el tiempo para que empezara el Reino. Jesús allí les dijo a sus discípulos que cuando los cristianos vieran que estas cosas estuvieran sucediendo al mismo tiempo en la tierra, que entonces sabrían que este viejo sistema de cosas estaba pasando y que el gobierno nuevo y justo, el reino de Dios por el cual les enseñó a orar, se había establecido en los cielos. Dijo: “Entonces muchos se escandalizarán y se traicionarán unos a otros y se aborrecerán unos a otros.” (Mat. 24:10, Dy) ¿No es ésa una descripción verdadera de la situación sobre la tierra hoy? El egoísmo reina supremo. Esto está llevando a una “gran tribulación” tal como el hombre nunca jamás ha visto ni volverá a ver otra vez. Acabará con toda esta iniquidad y con las naciones que participan en ella. El punto culminante de esa gran tribulación será la batalla del Armagedón a la que el papa se ha visto impelido a mencionar. Esa batalla acabará con la existencia de todos los ángeles inicuos juntamente con Satanás el Diablo, y con todos los humanos que están sirviendo a esta organización inicua.
46. ¿Cómo podría la batalla del Armagedón ser una expresión del amor de Dios?
46 ¿Es esa batalla, pues, una expresión del amor de Dios para la familia humana? Sí. Dios no se place en la muerte de los inicuos, pero será una bendición para la humanidad el que Dios destruya a todos los inicuos. “Vivo yo, dice el Señor Dios, que no deseo la muerte del inicuo, sino que el inicuo se vuelva de su camino y viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos: y ¿por qué morirás, oh casa de Israel?” (Eze. 33:11, Dy) Es cosa muy insensata que criatura alguna se aparte de los mandamientos y dirección de Dios. ¿Por qué escogerá usted morir solamente por llevar a cabo su propia voluntad y manera de vivir? A los que rehusan obedecer los mandamientos de Dios él los exterminará, acabará con ellos, los aniquilará. Eso es lo que sucederá a los inicuos. (Sal. 144:20, Dy; 2 Tes. 1:7-9) Es esencial para todos los hombres que aman la justicia el que los inicuos sean destruídos. Es una expresión del amor que Dios tiene a la justicia y de su bondad hacia el hombre el que destruya a los inicuos del universo.
47. ¿Con quiénes poblará Dios la tierra?
47 El Gobernante Soberano del universo producirá una tierra perfecta, poblada por una familia humana perfecta. ¿Por qué, pues, deberá dejar Dios que los inicuos permanezcan en esta tierra para corromperla? Es Dios quien se ha propuesto producir una sociedad perfecta de hombres y mujeres, todo como una expresión de su amor, trayéndoles felicidad, paz, abundancia y contentamiento con su vida perfecta. El propósito de él es llenar esta tierra con criaturas justas y felices, no con criaturas inicuas.
48. ¿Cómo manifiesta el diluvio del día de Noé que el Armagedón será una expresión del amor de Dios?
48 En el día de Noé el diluvio fué una cosa esencial. La tierra en ese entonces estaba llena de iniquidad, porque la humanidad en general se había dirigido en contra de Dios. La excepción fué la familia inmediata de Noé, que amaba y predicaba la justicia, ocho personas. La gente rehusó ser convertida por la amonestación de Dios por medio de Noé, para limpiarse; él la aniquiló, incluyendo a los gobiernos que entonces existían, porque le pesó a Dios haber hecho al hombre, le afligió la condición a que había descendido. De modo que los destruyó a todos. Noé amó a Dios y Dios amó a Noé y a su familia, cuatro parejas casadas. A éstos Dios pasó a través de la catástrofe, la destrucción de aquel mundo viejo e impío. Dios tuvo que destruir a aquel primer mundo y a toda su gente para que Noé, su esposa, sus tres hijos y sus esposas, pudieran gozar de la vida en felicidad. Dios hará la misma cosa otra vez. Tiene que hacerlo. Así como el diluvio fué una expresión de su amor, es también una expresión de su amor el que traiga la batalla del Armagedón. Es esencial ahora para que la gente que ama la justicia pueda vivir en paz y unidad por la eternidad.
49. ¿Cómo llegan los hombres a conocer algo mejor que la mera existencia?
49 La vida es gozosa en felicidad sólo bajo Dios. Estamos viviendo hoy—sí, pero pocos de la humanidad están disfrutando de esta vida. El hombre vive, existe, pero cuando las personas sinceras llegan a conocer a Dios y seguir sus justos mandamientos y vivir de acuerdo con sus buenos principios, empiezan a vivir en felicidad. “La bendición del Señor hace ricos a los hombres: tampoco se les añadirá aflicción.” (Pro. 10:22, Dy) El reino de Jehová por el cual oramos abarcará toda la tierra y será una bendición duradera para la humanidad obediente.
50. ¿Qué tiene que predicarse ahora antes del Armagedón, y para que los hombres puedan hacer qué cosa?
50 Y ahora, antes de la batalla del “gran día del Dios todopoderoso”, Armagedón, estas buenas nuevas de la destrucción de este mundo y del establecimiento del reino de Dios tienen que predicarse en todas las tierras e islas del mar. (Apo. 16:14-16, Dy; Mat. 24:14) Así como Noé supo del diluvio venidero y fué un predicador de la justicia y predicó las nuevas salvadoras en su día, así los que sepan del Armagedón y del reino de Dios tienen que predicar “este evangelio” en todo el mundo para un testimonio. No hay manera alguna de escapar de la destrucción en la batalla del Armagedón excepto por venir la gente al Señor Dios y buscar al justo y buscar al manso, “por si de algún modo sean ustedes escondidos en el día de la indignación del Señor,” así como Noé y su familia pasaron a través del diluvio. Fueron escondidos en el día de la indignación del Señor en contra de aquel viejo mundo. (Sof. 2:3, Dy) Dios no cambia. Él puede preservar a su pueblo en todas partes de la tierra en este día, al fin de este mundo inicuo.
51. ¿Ha levantado Dios a algunos testigos, y cuál es el propósito de ellos, su obra, su camino?
51 Dios por esto se está encargando de ver que “este evangelio del reino” sea predicado en todo el mundo para un testimonio a todas las naciones. Después de eso vendrá el fin, el fin de este sistema de cosas. Dios ha levantado a sus testigos. Estos testigos de Jehová Dios toman muy en serio este asunto. Desean que la gente conozca el camino de Dios. Ellos muestran su aprecio por medio de predicar las buenas nuevas del Reino en todo el mundo. Los testigos de Jehová sienten su responsabilidad de llevar este mensaje a la gente. No son políticos ni comerciales, y están en contra de cualquier esperanza falsa tal como el comunismo ateo. Aman a Dios en el cielo y desean servirle a él y a su Hijo Jesucristo el Rey. Desean que otros, también, conozcan acerca de él y que le sirvan. Animan a todas las personas que aman la justicia a que prueben por las Sagradas Escrituras todas las cosas que ellos predican. Cualquiera puede tomar la Sagrada Biblia, sea ésta una edición católica o no, y probar a su propia satisfacción cuáles son las provisiones de Dios para él. Todos deben dirigirse a las Sagradas Escrituras para la prueba, así como hicieron los de Berea antigua: “Estos eran de una mejor clase que los tesalonicenses; ellos recibían la palabra con toda avidez, y examinaban las escrituras, día tras día, para averiguar si todo ésto era verdad.”—Hech. 17:11, Knox.
52. Como testigos de Jehová ¿qué cosas fundamentales creemos?
52 Por medio de esas Sagradas Escrituras nosotros, como testigos de Jehová, creemos que el primer hombre pecó y que trajo la muerte sobre toda la familia humana. Pero Jehová Dios amó a la humanidad y arregló para su redención para que pudiera conseguir vida en el nuevo mundo. Dió a su Hijo Jesucristo para que el pecado del mundo pudiera ser quitado.
53. ¿Qué testimonio damos acerca de la resurrección y el lograr o no lograr la vida en el nuevo mundo?
53 De las Sagradas Escrituras hemos aprendido y damos testimonio de que la resurrección es una de las doctrinas más grandes enseñadas en la Palabra de Dios, y que la humanidad que ahora está en los sepulcros será levantada y recibirá la oportunidad para vida eterna, la manada pequeña de fieles seguidores de Jesús consiguiendo la vida en el cielo como la novia de Cristo, y el resto de la humanidad creyente consiguiendo una herencia en el paraíso restaurado a la tierra. Los que manifiestan amor a Dios y se esfuerzan por hacer la voluntad de Dios fielmente, vivirán por toda la eternidad. Los que rehusan seguir la ley de Dios irán a la muerte eterna.
54. ¿Qué cosas debemos buscar antes del Armagedón, y por qué?
54 El nuevo mundo está muy cercano. Antes del Armagedón debemos buscar la justicia y la mansedumbre para que seamos escondidos en el día de la indignación del Señor. Jehová Dios no está airado con los que le aman. Él expresará su ira en contra del Diablo y sus demonios inicuos y la gente de la tierra que sirve al Diablo. A éstos la Simiente de la mujer de Dios los aplastará y dejará fuera de existencia.
55. ¿Qué libro debemos conseguir, leer y estudiar, y por qué?
55 Todo lo que ha hecho Dios lo ha hecho por amor. Ha expresado su propósito en las Sagradas Escrituras, y podemos confiar en su Palabra. La Sagrada Biblia ha resultado ser verdadera hasta ahora, y podemos tener fe en las promesas de Dios en cuanto al futuro. Para conseguir vida eterna en felicidad tenemos que llegar a conocer al gran Creador Jehová Dios y su Hijo. Por esa razón Jesús dijo a Dios: “Y esto es vida eterna: Que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.” (Juan 17:3, Dy) Consígase una Biblia Versión Douay o una Biblia Versión Knox (o cualquier otra Biblia católica). Léala. Pruebe para sí mismo que lo que ha leído aquí es verdad bíblica. En amor Dios preservó su Palabra, la Biblia, para usted. Entonces léala. Aprenda de la vida y de su oportunidad para lograrla, como prueba de que el camino de Dios es el de amor.