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Jehová Dios, el Gran AlfareroLa Atalaya 1965 | 1 de noviembre
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Dios. También recalcará para nosotros la importancia de ser sumisos a Él, de permitir que nos guíe su Palabra, su espíritu santo y su instrumento visible, su conducto terrestre de comunicación. Porque ¿quién puede resistir su voluntad expresa?
31 Y además, esto ayudará a fortalecer en gran manera nuestra fe, porque hallaremos que estos sucesos tienen un paralelo en nuestro día. Finalmente, ayudará a todos los ministros cristianos a obtener un aprecio aumentado de su propia comisión de predicación, porque suyo es el privilegio de participar en derramar las plagas modernas sobre el Egipto moderno, incluyendo a Babilonia la Grande. ¡Estas razones deben hacer que queramos investigar este tema con interés más vehemente!
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El Gran Alfarero moldea vasos humanosLa Atalaya 1965 | 1 de noviembre
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El Gran Alfarero moldea vasos humanos
“Yo soy Jehová, y no hay ningún otro. Formando luz y creando oscuridad, haciendo paz y creando calamidad, yo, Jehová, estoy haciendo todas estas cosas.”—Isa. 45:6, 7.
1. ¿Para quién crea luz y paz Jehová? ¿Para quién las tinieblas y la calamidad? ¿Por qué?
JEHOVÁ Dios como el Gran Alfarero tiene el derecho de tratar con sus criaturas de acuerdo con su voluntad soberana. Como lo cree conveniente, forma la luz y hace la paz y crea las tinieblas y la calamidad, así como leemos en Isaías 45:7. Para el justo asigna luz y paz, como leemos: “La luz misma ha resplandecido para el justo.” “Paz abundante pertenece a los que aman tu ley.” Pero para los inicuos, Jehová crea las tinieblas y la calamidad: “El camino de los inicuos es como la oscuridad.” “Él hará llover sobre los inicuos trampas, fuego y azufre.”—Sal. 97:11; 119:165; Pro. 4:19; Sal. 11:6.
2. Además de enviar la luz del Sol y la lluvia sobre los buenos y los malos, ¿qué más ha creído conveniente enviar a veces Jehová a los desobedientes, como se ve por cuál ejemplo?
2 El Gran Alfarero dio un ejemplo notable de hacer estas cosas en las diez plagas que envió sobre el antiguo Egipto en los días de Moisés, en particular las últimas siete plagas. Sin embargo, así como Jehová envía la luz del Sol y la lluvia tanto sobre los inicuos como sobre los buenos, también, a la inversa, a veces ha servido Su propósito soberano el enviar calamidad o mal sobre su propio pueblo, cuando es desobediente, así como sobre sus enemigos, y por eso hallamos que en aquel entonces su pueblo Israel también sufrió por las primeras tres plagas.—Mat. 5:45.
3, 4. (a) ¿Cómo recalcan más las plagas que vinieron sobre Egipto el papel de Jehová como el Gran Alfarero? (b) ¿Por qué deberíamos estar interesados en el registro de ellas?
3 El efecto que estas plagas tuvieron en diversas personas, animales y cosas recalca además el papel soberano de Jehová como el Gran Alfarero. Esas plagas sirvieron Su propósito al revelar la condición de corazón de los que fueron afectados por ellas. El levantar las plagas ciertamente endurecía el corazón de Faraón y los de su pueblo que tenían su espíritu. Pero el hecho de que las primeras tres plagas también vinieron sobre Israel no hizo que Moisés y su pueblo se quejaran. De hecho, hubo una “vasta compañía mixta” de forasteros que aprendió la lección de todas las plagas que vinieron sobre ella, pues de otra manera no hubiera salido de Egipto con los israelitas aquella noche memorable del 14 de Nisán.—Éxo. 12:38.
4 Como se notó previamente, el registro de las diez plagas sobre Egipto es de interés más que simplemente histórico para los cristianos hoy en día. Es parte de “todas las cosas que fueron escritas en tiempo
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