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¿Qué es lo más importante de su vida?La Atalaya 1985 | 1 de abril
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ahorros de toda la vida en el caso de muchas personas, lo cual las ha dejado en la miseria y sin hogar. Además, dado que las condiciones por todo el mundo son muy inestables, ¿qué garantía hay de que lo que usted consiguió trabajando duro no será eliminado por algún inesperado cambio de circunstancias?
Por lo tanto, sin duda usted ve la importancia de examinar sus metas personales. Entonces, ¿qué considera usted en realidad lo más importante de su vida?
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Felicidad mediante una relación preciadaLa Atalaya 1985 | 1 de abril
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Felicidad mediante una relación preciada
“UN PERRO vivo está en mejor situación que un león muerto” (Eclesiastés 9:4). Con estas pocas palabras, el rey Salomón de la antigüedad declaró la verdad fundamental de que la vida es más importante que cualesquiera posesiones materiales o metas ambiciosas que quizás esperemos alcanzar. Sin la vida no podemos beneficiarnos de nada. Sí, la vida es esencial en nuestra búsqueda de felicidad.
Algo “mejor que la vida”
No obstante, por preciada que sea la vida, hay algo que es aun mejor. ‘¿Es eso posible? —pudiera preguntarse usted—. ¿Qué podría ser más preciado que la vida misma?’
El rey David del antiguo Israel nos suministra la respuesta. Al dirigirse al Creador, Jehová Dios, dijo con profundo aprecio: “Porque tu bondad amorosa es mejor que la vida, mis propios labios te encomiarán” (Salmo 63:3). Las palabras sinceras de David muestran que el ser objeto de la bondad amorosa de Dios, que se basa en tener una excelente relación con él, es aun más preciado que la vida misma. ¿Por qué es así?
La vida... qué la hace posible
Suponga que usted recibiera un regalo, algo que realmente le gustara. Claro, usted se sentiría muy alegre de recibir el regalo y quizás disfrutaría muchísimo de usarlo. Pero realmente sería una muestra de ingratitud si pensara solo en el regalo, y no en el dador del obsequio. ¿No fue la relación personal entre usted y el dador lo que impulsó a éste a hacer el regalo? Si no existiera dicha relación, usted no habría recibido el regalo ni habría disfrutado de él.
Lo mismo aplica a la vida. Por preciada que sea, tenemos que tener presente de dónde provino nuestra vida y cómo se ha sustentado. Ciertamente no la creamos nosotros mismos, ni podemos sustentarla independientemente de todas las maravillosas provisiones que Jehová ha hecho en la Tierra (Salmo 100:3; Hechos 14:17). El mismísimo hecho de que tengamos vida, y sin duda estamos disfrutando de la vida hasta cierto grado, es una expresión de la bondad amorosa del Grandioso Creador, Jehová Dios. ¿Podemos ver por qué creía de todo corazón el rey David que la “bondad amorosa [de Dios] es mejor que la vida”?
Hay otra razón por la cual el tener una relación aprobada con el Creador es más importante que tener vida... nuestro futuro depende de ello. Veamos por qué se dice eso.
¿No concuerda usted en que la vida es transitoria y está llena de incertidumbres? Alguien quizás trabaje muy duro por muchos años para alcanzar cierta meta materialista que le parezca que vale la pena. Sin embargo, la muerte pronto le priva de todo lo que ha logrado. Es exactamente como dijo el sabio rey Salomón: “¿Qué llega a tener un hombre por todo su duro trabajo y por el esfuerzo de su corazón con que está trabajando duro bajo el sol? Porque todos sus días su ocupación significa dolores y vejación, también durante la noche su corazón simplemente no se acuesta. Esto también es mera vanidad”. (Eclesiastés 2:22, 23; compárese con Ec 2:3-11.)
A pesar de esto, el propósito de nuestro Creador amoroso es que todos los que lo aman y lo obedecen sean liberados de la frustración y de la futilidad que forman parte de nuestra vida hoy día. Jehová nos da la seguridad con esta maravillosa promesa: “No edificarán y otro lo ocupará; no plantarán y otro lo comerá. Porque como los días de un árbol serán los días de mi pueblo; y la obra de sus propias manos mis escogidos usarán a grado cabal”. (Isaías 65:22.)
¿No es esta expresión de la bondad amorosa de Dios mejor que nuestra vida limitada e insegura de la actualidad? El ser objeto de Su bondad amorosa, sí, el vivir en ese Nuevo Orden y disfrutar de vida llena de propósito y significado ciertamente sería una meta que de veras valdría la pena. Para realizar dicha perspectiva feliz, hay que alcanzar la aprobación de Jehová ahora y mantener una estrecha relación con él y su pueblo.
Interés a corto plazo, o beneficio a largo plazo
En vista de lo susodicho, ciertamente careceríamos de perspicacia y sensatez si nos ocupáramos únicamente en la búsqueda de algún interés propio, ya sea fama, fortuna, una carrera, logros académicos, satisfacción personal o cualquier otra cosa que se considere que valga la pena en este sistema de cosas. Aunque tales metas quizás no tengan nada de malo en sí mismas, el ir en pos de cualesquiera de éstas como si fuera lo más importante muy bien podría hacer que descuidáramos nuestras responsabilidades ante nuestro Creador. Con el tiempo, podríamos perder Su aprobación y no alcanzar “la vida que lo es realmente”. (1 Timoteo 6:19; Lucas 9:24.)
El seguir ese derrotero puede asemejarse a un joven que se sale de la escuela y se va a trabajar como obrero no especializado tan solo para conseguir dinero para gastos personales. Tal vez a él le parezca que finalmente se ha liberado de las restricciones de la escuela y que se está divirtiendo. Pero ¿no está sacrificando él su bienestar a largo plazo por cierto interés a corto plazo y poco seguro? De igual manera, pues, ¿no carece de perspicacia la persona que descuida su relación con el Creador por estar demasiado ocupada yendo en pos de alguna meta personal?
Por ocupados que estemos, generalmente nos las arreglamos para hallar el tiempo y la energía a fin de hacer las cosas que realmente consideramos importantes, ¿no es cierto? Por eso Jesús, quien comprendía inequívocamente la naturaleza humana, señaló de modo conciso: “Porque donde está tu tesoro, allí también estará tu corazón”. (Mateo 6:21.)
Entonces, ¿en qué clase de “tesoro” ha fijado usted su corazón? El brillo y el oropel del mundo quizás parezcan muy atrayentes. Pero pregúntese: ¿Cuán duraderos son los supuestos beneficios que se obtienen de tales cosas? ¿Traen verdadera felicidad, o simplemente placeres temporeros, como una droga, que luego deja un efecto secundario indeseable o hasta doloroso?
Haga una elección sabia
Se puede aprender una lección valiosa de la gente de los días de Lot. “Comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban”, dijo Jesús. En otras palabras, las personas estaban ocupadas yendo en pos de lo que ellas consideraban importante, sin hacer caso alguno de la voluntad de Dios. ¿Cuál fue el resultado? “El día en que Lot salió de Sodoma llovió del cielo fuego y azufre y los destruyó a todos.” Luego, para beneficio nuestro, Jesús añadió: “De la misma manera será en aquel día en que el Hijo del hombre ha de ser revelado”. (Lucas 17:28-30.)
Todo indica que “aquel día” está muy cerca. Jehová Dios, debido a que se interesa en nuestro bienestar eterno, ha estado haciendo llamamientos repetidas veces por medio de su Palabra y su pueblo organizado en todas las naciones. La invitación consiste en volverse de búsquedas egoístas y llegar a reconciliarse con él. Sería verdaderamente insensato dejar que nuestros intereses personales ocuparan todo nuestro tiempo y energías, de modo que no respondiéramos a este llamamiento amoroso. Más bien, como lo expresó el apóstol Pablo, deberíamos reconocer la urgencia de los tiempos: “¡Miren! Ahora es el tiempo especialmente acepto. ¡Miren! Ahora es el día de salvación”. (2 Corintios 5:20; 6:2.)
¿Estará usted entre los que serán bendecidos con la perspectiva feliz de sobrevivir al fin del actual sistema de cosas inicuo para entrar en el justo Nuevo Orden que Dios ha prometido? Esto depende de lo que usted considere más importante en su vida ahora y de lo que usted haga para alcanzar una relación aprobada con Dios. ¡A usted le toca escoger!
[Ilustraciones en la página 5]
Si usted siente gratitud hacia el dador... ¿qué hay del dador más grande, Jehová Dios?
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