Logren asirse firmemente de la vida que lo es realmente
“Da órdenes . . . que trabajen en lo bueno, que sean ricos en obras excelentes, que sean liberales, listos para compartir, atesorando para sí mismos con seguridad un fundamento excelente para el futuro, para que logren asirse firmemente de la vida que lo es realmente.”—1 Tim. 6:17-19.
1-3. (a) Describa la escena cuando la muchedumbre encolerizada exigía que “el hombre” Jesús fuera muerto. (b) ¿Acerca de qué es posible que haya estado pensando Jesús en esas circunstancias? (c) ¿Qué preguntas hace surgir todo esto?
“¡MIREN! ¡El hombre!” Allí estaba de pie delante de la muchedumbre que aullaba, y entre ésta se hallaban los principales sacerdotes y oficiales de los judíos que gritaban: “¡Al madero con él! ¡Al madero con él!” Había asesinato en su mismísimo corazón al clamar: “Debe morir.” No necesitamos mucha imaginación para visualizar con el ojo de nuestra mente a esta muchedumbre hostil que buscaba sangre. ¿Y la sangre de quién querían? Nada menos que la de Jesucristo, el Hijo de Dios.—Juan 19:4-7.
2 Sin duda muchas cosas pasaron por la mente de Jesús mientras estaba de pie allí fuera del palacio de Pilato. Sabía que había descendido del cielo para hacer la voluntad de su Padre. Entendía que esa voluntad divina incluía el morir en un madero de tormento, y esto es a lo que inmediatamente se enfrentaría. Pero, ¿qué había en cuanto al futuro? ¿Sería resucitado? Él sabía que esto dependía de si había sido juzgado fiel en todo lo que se le había dado que hiciera; también de si podría aguantar la terrible presión de estas horas finales hasta su mismísimo último aliento.
3 Pero aquí nos hallamos tratando del fin del relato. ¿Cómo empezó todo esto? ¿Y cómo, quizás nos preguntemos, pudo Jesús al morir asirse firmemente de la vida que lo es realmente?
4, 5. (a) ¿Cómo fue que Jesús nació en Belén? (b) ¿Qué anuncio se hizo de este acontecimiento, y a quiénes se les hizo?
4 Fue allá en el año 2 a. de la E.C. que el ángel Gabriel vino a María, que estaba comprometida con José, mientras estaba en la aldehuela de Nazaret y le dijo que ella iba a dar a luz un hijo, y que su hijo realmente sería el Hijo de Dios. Más tarde ese mismo año María y José viajaron a la ciudad de Belén, a unos cien kilómetros al sur, a fin de registrarse según lo había decretado César Augusto. La selección del tiempo para este decreto fue providencial, porque tan pronto habían llegado María dio a luz a Jesús en un establo. Todo esto fue tal como se había predicho en la profecía.—Luc. 1:26-35; 2:1-7; Miq. 5:2.
5 El ángel de Jehová anunció este acontecimiento trascendental a los pastores en los campos cercanos esa noche histórica, diciendo: “Les declaro buenas nuevas de un gran gozo . . . les nació hoy un Salvador, que es Cristo el Señor, en la ciudad de David.” Inmediatamente se apresuraron a ‘ver esta cosa que había sucedido.’ Al volver a donde estaban sus rebaños glorificaron y alabaron a Dios “por todas las cosas que oyeron y vieron.”—Luc. 2:8-20.
Sucesos de la niñez de Jesús
6. ¿Qué sucedió cuando Jesús tenía ocho días de edad?
6 Según la costumbre de los judíos, Jesús fue circuncidado al octavo día y fue presentado en el templo de Jerusalén cuarenta días después de su nacimiento, para que José y María hicieran el sacrificio adecuado según la “ley de Jehová.” Fue en esta visita al templo que encontraron a un anciano llamado Simeón a quien se le había revelado “por el espíritu santo que no vería la muerte antes que hubiese visto al Cristo de Jehová.” Tomando al bebé en sus brazos Simeón bendijo a Jehová, diciendo: “Han visto mis ojos tu medio de salvar . . . y una gloria de tu pueblo Israel.” También, una profetisa de ochenta y cuatro años de edad llamada Ana “se acercó y empezó a dar gracias a Dios y a hablar acerca del niño a todos los que esperaban la liberación de Jerusalén.”—Luc. 2:21-38.
7, 8. ¿Qué serie de acontecimientos hizo que la familia de Jesús fuera primero a Egipto y más tarde regresara a la aldea de Nazaret?
7 Algún tiempo después de estos acontecimientos, es interesante saber, los astrólogos, de quienes se informa que vinieron a Jesús el día que nació (según las enseñanzas de la cristiandad), llegaron. Primero habían ido a Jerusalén y se les dijo que fueran a Belén, y allí “vieron al niñito con María su madre.” Después de abrir sus tesoros y presentarle al niño regalos costosos regresaron directamente a su país oriental, pues habían recibido advertencia divina en un sueño de que no regresaran a Herodes en Jerusalén. Entonces el ángel de Jehová informó a José: “Levántate, toma al niñito y a su madre y huye a Egipto, y quédate allí hasta que te diga; porque Herodes está para buscar al niñito para destruirlo.”—Mat. 2:1-15.
8 De modo que desde el mismo principio alguien no quería al Hijo de Dios como niño recién nacido, y ese alguien era Satanás el Diablo, el archienemigo de Jehová. Herodes, como agente de Satanás, viendo que había sido sobrepujado en astucia por los astrólogos, se enfureció. Ordenó que todos los varoncitos de Belén de dos años de edad para abajo fueran muertos. El Diablo y su instrumento terrestre ciertamente tomaron medios extremos en su esfuerzo por asesinar al Hijo de Dios. No fue sino hasta después que murió Herodes que José, María y Jesús regresaron de la tierra de Egipto y se establecieron en Nazaret.—Mat. 2:19-23.
9, 10. (a) ¿Qué sucedió al tiempo de la Pascua cuando Jesús tenía doce años de edad? (b) Después de eso, ¿qué información tenemos acerca de Jesús durante los años de su adolescencia?
9 Allí en el distrito de Galilea el niño Jesús creció con su padre adoptivo y su madre y sus medios hermanos y hermanas. Se le enseñó el oficio de carpintero y “continuó creciendo y haciéndose fuerte.” Cuando volvemos a saber de Jesús, el registro histórico nos dice que había viajado con sus padres a Jerusalén al tiempo de la Pascua, teniendo entonces doce años de edad. De alguna manera se separó de sus padres, y cuando finalmente lo hallaron después de tres días, pues, allí estaba en el templo “sentado en medio de los maestros y escuchándoles e interrogándoles. Pero todos los que le escuchaban quedaban asombrados de su entendimiento y de sus respuestas.” No, este muchachito Jesús no estaba perdiendo su tiempo andando con una pandilla de delincuentes juveniles por toda la ciudad. “¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre?” dijo a sus asombrados padres.—Luc. 2:39-50.
10 Jesús regresó a Nazaret y continuó obedientemente sujeto a sus padres, y como dice el relato: “Jesús siguió progresando en sabiduría y en desarrollo físico y en favor con Dios y los hombres.” Más tarde en su vida Jesús ciertamente necesitaría toda la sabiduría, fuerza física y bendición de Dios que pudiera adquirir en la niñez.—Luc. 2:51, 52.
Jesús empieza su ministerio dinámico
11. ¿Qué acontecimiento muy importante en la vida de Jesús sucedió en el año 29 E.C.?
11 Después de los acontecimientos del año 12 E.C. no tenemos registro particular de Jesús hasta el otoño de 29 E.C., cuando, a los treinta años de edad, viene a Juan el Bautista, evidentemente primo de él, y solicita ser bautizado en el río Jordán. Inmediatamente después del bautismo Juan no solo vio descender el espíritu santo en la forma de una paloma sobre Jesús, sino que también oyó una voz desde el cielo decir: “Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado.” De modo que desde su bautismo en adelante, Jesús tuvo el apoyo de la energía dinámica de Jehová.—Mat. 3:13-17.
12, 13. ¿Cómo trató Satanás de destruir a Jesús al principio de su ministerio, pero de qué manera fracasó el ardid sutil?
12 En preparación para su gran obra Jesús fue llevado por el espíritu santo al desierto de Judea, donde ayunó durante cuarenta días. Al fin de este período, cuando Jesús estaba en una condición física debilitada, el Diablo, todavía tratando de destruir a este Hijo de Dios, lo abordó con una tentación triple, esperando quebrantar su integridad. Sugirió que Jesús convirtiera piedras en pan para satisfacer su hambre. Fracasó esto. Luego trató de inducir a Jesús a probar que era el Hijo de Dios saltando desde el almenaje del templo. También fracasó esto. Entonces el “gobernante de este mundo,” el Diablo, le ofreció a Jesús todos los reinos humanos si caía y hacía un solo acto de adoración a Satanás. También fracasó esto. ¿Cómo respondió este hombre Jesús, perfecto en facultades físicas y mentales, a estas ofertas? ¿Las consideró, pensó en ellas, las pesó en su mente, o fue atraído por lo deseables que eran? ¿Le contestó al Diablo con razonamiento humano o lógica rabínica? No, en cada caso inmediatamente recurrió a la Palabra de Dios para su respuesta y defensa, diciendo: “Está escrito . . .”—Mat. 4:1-11; Juan 12:31.
13 De modo que desde el mismo principio de su ministerio terrestre especial Jesús anduvo: en su integridad, fiel y leal a su Padre celestial, Jehová. Y continuó haciendo esto hasta que fue fijado ignominiosamente en el madero. ¡Jesús ciertamente probó que se estaba esforzando por lograr, con el tiempo, asirse firmemente de la vida que lo es realmente, la vida eterna!
14. (a) ¿Sabemos cómo era Jesús? (b) Entonces, ¿cómo podemos saber qué clase de persona era?
14 ¿Se ha preguntado usted cómo era Jesús, o qué clase de persona era este Hijo de Dios? En cuanto a su apariencia, la Biblia no dice nada absolutamente. No nos dice nada en cuanto al color de su cabello o de sus ojos, ni nos dice cuál era su estatura, cuánto pesaba ni ningún otro detalle de su apariencia. Asuntos como éstos son trivialidades insignificantes. Sin embargo, qué clase de persona era es importantísimo, y concerniente a esto aprendemos mucho de lo que hizo, lo que dijo, cómo lo dijo y lo que otros dijeron acerca de él.
15. Históricamente, ¿cómo se compara Jesús como trabajador a otros del pasado o del presente?
15 Es un hecho reconocido que no puede ser disputado: Jesucristo fue el individuo más grande, el más influyente, que jamás ha pisado esta Tierra. Toda la historia humana antes de su tiempo se enfoca en su llegada y toda la historia desde entonces gira sobre su llegada. Y también lo que asombra es el tiempo muy breve en el cual efectuó tanto. No es exageración decir que en solo tres años y medio Jesús efectuó cien veces más de lo que otras personas hacen en toda su vida. Si usted duda esta declaración, entonces mida los logros de cualquier otra criatura con esta declaración inspirada del apóstol Juan: “Hay, de hecho, muchas otras cosas también que Jesús hizo, que, si se escribiesen alguna vez en todo detalle, supongo que el mundo mismo no podría contener los rollos escritos.” ¡No hay duda de que Jesús fue un trabajador muy asiduo!—Juan 21:25.
16. ¿Estaban preparados los asociados de Jesús para llevar a cabo la obra de predicar y hacer discípulos después que Jesús fue muerto?
16 Poco después de su bautismo Jesús escogió a ciertos discípulos que más tarde viajaron y estuvieron asociados estrechamente con él durante su ministerio. (Juan 1:35-51) Usted recuerda como, al concluir su ministerio terrestre, el resucitado Jesús dijo a estos asociados: “Vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones.” Al proceder así no los estaba enviando a una misión que no conocían. No; más bien, ellos lo habían observado cuidadosamente durante aproximadamente tres años a medida medida que había hecho discípulos, y por eso estaban bien entrenados y equipados para llevar a cabo la obra que Jesús mismo había comenzado.—Mat. 28:19.
17. ¿Cuáles son algunos de los acontecimientos que sucedieron durante los primeros seis meses del ministerio de Jesús, y cuánto territorio abarcó en su ministerio durante este período?
17 Fue en Caná de Galilea que Jesús ejecutó su primer milagro como señal para fortalecer la fe de sus discípulos en su Mesiazgo. Después de eso visitó Capernaum y predicó allí por un tiempo antes de subir a Jerusalén para la Pascua en el año 30 E.C. De modo que en sus primeros seis meses de predicar y hacer discípulos Jesús había caminado mucho... desde el valle del bajo Jordán donde Juan estaba bautizando hasta los alrededores del mar de Galilea en el norte y las colinas a su occidente, y luego de regreso al sur a Jerusalén.—Juan 2:1-13.
“El hombre” en acción
18. ¿Qué cualidades admirables desplegó Jesús cuando visitó a Jerusalén al tiempo de la Pascua en 30 E.C.?
18 Si Pilato hubiera observado la zona del templo en esa época particular de la Pascua cuando Jesús entró con un látigo en la mano, probablemente habría exclamado: “¡Miren! ¡El hombre en acción!” ¡Ah, sí! un hombre verdaderamente denodado, valeroso, lleno de justa indignación al ver la casa de adoración de su Padre convertida en una casa de mercadería. De modo que entró en acción: echó fuera las ovejas y el ganado vacuno, derramó el dinero y volcó las mesas... todo sin ayuda de nadie. Éste no era un alfeñique pusilánime, como las obras de arte de la cristiandad tan a menudo representan a Jesús. Sus discípulos, observando a este valiente hombre de acción, comentaron que la profecía del Salmo 69:9 estaba cumpliéndose allí ante sus mismos ojos: “El celo por tu casa me consumirá.”—Juan 2:14-17.
19, 20. (a) ¿Quién fue Nicodemo, y qué conversación tuvo lugar entre él y Jesús? (b) ¿Qué prueba dijo Jesús que identificaría si un hombre es malo o bueno?
19 Otra cualidad admirable que Jesús desplegó fue su habilidad para hablar la verdad con denuedo, sin timidez cuando estaba en la presencia de gobernantes. Esto quedó demostrado cuando el fariseo Nicodemo vino a verlo durante la noche. Nicodemo, “un gobernante de los judíos,” identificó correctamente a Jesús diciendo: “Sabemos que tú como maestro has venido de Dios.” En respuesta, Jesús dijo: “A menos que uno nazca otra vez, no puede ver el reino de Dios.” Cuando este fariseo desplegó su torpeza de entendimiento, Jesús lo reprendió, diciendo: “Eres tú maestro de Israel y sin embargo no sabes estas cosas? . . . Si les he dicho cosas terrenales y sin embargo no creen, ¿cómo creerán si les digo cosas celestiales?” Sin embargo, Jesús mostró imparcialidad, porque continuó dando a este hombre la misma oportunidad como a todos los demás de conocer la verdad, la verdad de que solo los que ejercen fe en el Hijo unigénito de Dios lograrán asirse firmemente de la vida que lo es realmente. “El que ejerce fe en [el Hijo],” Jesús le dijo, “no ha de ser juzgado. El que no ejerce fe ya ha sido juzgado, porque no ha ejercido fe en el nombre del Hijo unigénito de Dios.” Así quedó de Nicodemo determinar por sí mismo si recibiría juicio divino adverso o no.—Juan 3:1-12, 16-18.
20 Probablemente este miembro del Sanedrín escogió el manto de la oscuridad para visitar a Jesús porque temía los judíos, y le parecía que podría perjudicar su reputación si lo vieran en presencia de Jesús. Quizás a esto se haya debido que Jesús terminó su conversación con Nicodemo diciendo: “En esto estriba la prueba: la luz ha venido al mundo, pero los hombres prefirieron la oscuridad a la luz porque sus obras eran malas. Todos los hombres malos odian la luz y la evitan, por temor de que sus prácticas sean descubiertas. El hombre honrado viene a la luz para que se vea claramente que Dios está en todo lo que hace.”—Juan 3:19-21, New English Bible.
21. ¿Qué evidencia mostró que la obra de Juan el Bautista estaba menguando?
21 Después de estos acontecimientos Jesús y sus discípulos entraron en el distrito rural de Judea, donde muchos creyentes fueron bautizados, no por Jesús sino por sus discípulos. De hecho, eran tantos los que se bautizaban que los discípulos de Juan el Bautista le preguntaron cuál era el significado de esto. En respuesta, entre otras cosas, Juan explicó: “Aquél [Jesús] tiene que seguir aumentando, pero yo tengo que seguir menguando.”—Juan 3:22-4:2.
22. ¿Qué sucedió en la ciudad de Sicar que hizo accesible el camino para que muchos samaritanos, al debido tiempo, lograran asirse firmemente de la vida que lo es realmente?
22 Poco después que Juan el Bautista fue encarcelado, Jesús salió de Judea y entró en Galilea. (Mat. 4:12) En camino él y sus compañeros pasaron por el territorio de los samaritanos, donde Jesús efectuó un poco de “testificación informal” al hablar con una mujer junto a un pozo fuera de la ciudad de Sicar. Estaba “cansado del viaje”; sin embargo, aprovechó la oportunidad para identificarse, pues los samaritanos también esperaban al Mesías. El resultado final de la conversación que tuvo con la samaritana junto al pozo fue que otros individuos salieron de la ciudad para conocer a Jesús. Estos, a su vez, le suplicaron tan insistentemente que se quedara con ellos que permaneció allí dos días, y “muchos más creyeron a causa de lo que él dijo.”—Juan 4:3-43.
Jesús empieza gran ministerio galileo
23. De vuelta en el distrito de Galilea, ¿qué tema incluyó Jesús entonces en su mensaje, y por qué motivo?
23 Algún tiempo después de la Pascua de 30 E.C., este ministro dinámico regresó al distrito de Galilea y pasó la mayor parte de los siguientes dos años en esa zona. De esto dice el relato, “volvió Jesús en el poder del espíritu a Galilea,” lo cual explica bien por qué los galileos tuvieron el privilegio de presenciar algunas de sus más poderosas obras. Su mensaje impelido por espíritu incorporó por primera vez el tema que Juan el Bautista usó, quien ahora estaba acallado por encarcelamiento, a saber, “Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos se ha acercado.”—Luc. 4:14, 15; Mat. 4:17; Mar. 1:14, 15; Juan 4:43.
24. (a) ¿Qué acontecimiento muy extraordinario sucedió en la sinagoga de Nazaret? (b) Pero, ¿cómo reaccionaron los ciudadanos, y por qué?
24 “En el poder del espíritu” Jesús entró, en día de sábado, en la sinagoga de Nazaret, la ciudad en que se había criado, y les leyó del rollo de Isaías, capítulo 61, versículos 1 y 2: “El espíritu de Jehová está sobre mí, porque me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despachar a los quebrantados con una liberación, para predicar el año acepto de Jehová.” Luego declaró Jesús: “Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír.” Bueno, se maravillaron de sus palabras atractivas, pero cuando rehusó ejecutar milagros para entretenimiento de ellos y, en cambio, comparó a sus oyentes con los israelitas sin fe en los días de los profetas Elías y Eliseo, “se llenaron de cólera” y lo sacaron apresuradamente a un precipicio con el propósito de despeñarlo. Sin embargo, este poderoso Jesús, guiado por espíritu, simplemente pasó por en medio de ellos y partió para Capernaum, porque éste no era el tiempo ni la manera en que había de morir.—Luc. 4:16-31.
25, 26. (a) ¿Dejó de predicar Jesús en el territorio de Galilea debido al maltrato que recibió en su propia ciudad de Nazaret? (b) ¿Qué milagros ejecutó, y con qué resultados?
25 Mientras caminaba junto a la orilla del mar de Galilea, Jesús invitó a cuatro discípulos a que lo acompañaran en su ministerio... Pedro y su hermano Andrés, Santiago y su hermano Juan. Entonces el relato dice que este celoso hacedor de discípulos “recorría toda la Galilea . . . predicando las buenas nuevas del reino y curando toda suerte de dolencia y toda suerte de mal.” Pronto se esparcieron los informes por todas partes a través de Siria y venían las muchedumbres con toda clase de enfermedades —entre ellas epilépticos, paralíticos, personas poseídas de demonios— y a todos los curaba.—Mat. 4:18-24.
26 También hubo un leproso que, arrodillado, suplicó a Jesús: “Si tan solo quieres, puedes limpiarme.” Enternecido, Jesús lo tocó y dijo: “Quiero. Sé limpio.” Entonces se le dijo al hombre que no anunciara el asunto, antes bien, que se mostrara al sacerdote e hiciera la ofrenda que requería la Ley. Pero debido a que la gente habla acerca de cosas milagrosas como ésta, pronto se esparció la noticia hasta que se le hizo imposible a Jesús siquiera entrar abiertamente en una ciudad. De modo que buscaba un poco de paz y tranquilidad en lugares solitarios fuera de la ciudad, sin embargo las muchedumbres “siguieron viniendo a él de todas partes.”—Mar. 1:40-45; Luc. 5:12-16.
27. ¿Qué demostró cuán extremadamente paciente era Jesús con otros?
27 Podemos imaginarnos cuánto agotaba esto el tiempo y energía de Jesús. Hasta un hombre perfecto necesita algo de tiempo en que pueda tener reposo y descanso, pero parece que esas personas, por su ansiedad de ser curadas de sus enfermedades (y eso gratis), no querían dar a Jesús siquiera esta poca consideración a la cual tenía derecho. Pero la cosa más interesante es que Jesús jamás se quejó o mostró resentimiento a causa de esta falta de consideración, y esto demostró otra de sus cualidades verdaderamente grandes, a saber, su extrema paciencia con la gente.
28. (a) ¿Qué se manifestó especialmente en la ocasión en que Jesús curó a cierto paralítico en Capernaum? (b) ¿Se regocijaron todos los presentes al ver la ejecución de este milagro?
28 Después de ausentarse de Capernaum por algunos días se informó que Jesús había vuelto y pronto tanta gente se apiñó dentro y alrededor de la casa donde estaba que era imposible entrar. Por consiguiente, cuatro vigorosos amigos de un paralítico hicieron un hoyo en el techo y lo bajaron, con todo y camilla, a donde estaba Jesús. Este aspecto algo divertido del acontecimiento es casi todo lo que recuerdan algunas personas. Sin embargo, lejos de ser una maniobra para captar la atención, demostró la fe que tenían esas personas, y “vio Jesús la fe de ellos.” De modo que dijo: “Hijo, tus pecados te son perdonados.” Pero no todos los presentes se regocijaron al oír eso. Ciertos escribas criticaron a Jesús en sus corazones. Pudiendo discernir lo que había en sus corazones, Jesús trató de razonar con ellos: ‘¿Qué es más fácil,’ preguntó, ‘decir: “Tus pecados te son perdonados,” o decir, “Levántate y toma tu camilla y anda”?’ Luego explicó por qué usó la primera expresión... “para que sepan ustedes que el Hijo del hombre tiene autoridad para perdonar pecados sobre la tierra.” Ahora bien, ¿no fue ésa una manera bondadosa de reprender a esos escribas? Así se dio un tremendo testimonio del poder y reino de Dios y la mayor parte de los que estaban presentes exclamaron: “Jamás vimos cosa semejante.”—Mar. 2:1-12; Mat. 9:2-8.
29. Cuando los opositores desaprobaron el que Jesús comiera con recaudadores de impuestos y pecadores, ¿de qué manera les contestó adecuadamente?
29 Una de las cosas que impresionan mucho al lector de estos relatos históricos inspirados es cuán a menudo Jesús tenía la respuesta exacta, la más adecuada y apropiada para acallar a los opositores. Por ejemplo, después de escoger al recaudador de impuestos Leví para ser uno de sus seguidores, este hombre preparó un gran banquete de recepción e invitó a Jesús y a sus discípulos así como a muchos recaudadores de impuestos y pecadores. Bueno, los fariseos y sus escribas reprocharon a Jesús por comer con estas personas que, a sus ojos, eran despreciadas como pecaminosas y corrompidas, personas que habrían de ser evitadas. De modo que, ¿cuál fue la respuesta perfecta de Jesús para acallar a estos escarnecedores farisaicos? Ésta: “Los que están sanos no necesitan médico, pero los que se hallan mal sí. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores a arrepentimiento.”—Luc. 5:27-32.
“El hombre” hizo el bien en día de sábado
30, 31. (a) ¿Qué sucedió cuando Jesús visitó el estanque de Betzata en sábado? (b) ¿Cómo justificó Jesús el hacer bien en sábado?
30 En la primavera de 31 E.C. Jesús viajó de nuevo a Jerusalén para la Pascua. Cerca de la puerta de las ovejas de la ciudad en un estanque llamado Betzata se topó con una escena patética. Muchas personas con enfermedades y dolencias, algunos ciegos, otros cojos o con miembros secos, buscaban ser curados. Escogiendo a un hombre que había estado enfermo durante treinta y ocho años, Jesús le dijo: “Levántate, toma tu camilla y anda.” Lo hizo el hombre, ¡completamente curado!—Juan 5:1-9.
31 Pero los judíos que observaron esto, en vez de glorificar a Dios por lo que había sucedido, alzaron el grito contra Jesús porque hizo esta buena obra de sanar en día de sábado. ¿De qué manera les contestó Jesús? Dijo: “Mi Padre ha seguido trabajando hasta ahora, y yo sigo trabajando.” Ah, sí, imitando al Trabajador Supremo, que jamás cesa de laborar a favor nuestro, que envía la luz del Sol y lluvia aun en sábado, así también este Trabajador Magistral Jesús jamás cesó de obrar lo que era bueno para provecho de otros aun en sábado.—Juan 5:10-17.
32, 33. Además de objetar a las curaciones milagrosas en sábado, ¿qué otra acusación dirigieron los opositores contra Jesús, pero de qué manera la contestó?
32 ¿Aceptó la muchedumbre la explicación de Jesús? No, sino que se enfurecieron aun más y “procuraban con más empeño matarlo, porque no solo quebraba el sábado, sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios”... por lo menos así es como éstos veían el asunto. Es difícil imaginarse que esas personas estuvieran tan cegadas por las tradiciones religiosas que, aun ante la evidencia tan indisputable de que él era el Mesías, rehusaron reconocer que era Dios quien curó a este hombre por medio de Jesús. Sin embargo, Jesús continuó razonando con ellos, mostrándoles que él no estaba “haciéndose igual a Dios,” sino que estaba dando todo el crédito a Jehová por lo que había hecho, diciendo: “El Hijo no puede hacer ni una sola cosa por su propia iniciativa, sino únicamente lo que ve hacer al Padre.” Pues, ellos lo verían hacer cosas aun mayores, porque venía el tiempo en que “los muertos oirán la voz del Hijo de Dios,” sí, “viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz y saldrán.”—Juan 5:18-30.
33 Al decir estas grandes verdades a esa muchedumbre ¿realmente pensaba Jesús que los convencería de que él era el Mesías? Difícilmente. Él no era así de ingenuo. Por consiguiente, concluyó esta conversación, diciendo: “Si creyeran a Moisés me creerían a mí, porque aquél escribió de mí. Pero si no creen los escritos de aquél, ¿cómo creerán mis dichos?”—Juan 5:46, 47.
34. En otra ocasión, ¿por qué se levantó la acusación de quebrar el sábado contra los discípulos de Jesús?
34 Después de la Pascua en Jerusalén, al regresar al distrito de Galilea los discípulos de Jesús arrancaron y comieron unas cuantas espigas cuando pasaban por un campo. Otra vez los fariseos los acusaron de quebrar el sábado. En respuesta, Jesús dijo que el sábado fue hecho para el hombre, no el hombre para el sábado, y además, “el Hijo del hombre es Señor aun del sábado.”—Mar. 2:23-28.
35. En todavía otro sábado, ¿cómo razonó Jesús más ampliamente con sus opositores para mostrar que era correcto ejecutar milagros en sábado, y con qué resultados?
35 En ocasión de otro sábado, Jesús estaba en una sinagoga y los fariseos estaban observando si “quebraría” el sábado curando la mano seca de un hombre. A fin de conseguir una acusación contra él, preguntaron: “¿Es lícito curar en día de sábado?” En respuesta, Jesús preguntó: “¿Quién será el hombre entre ustedes que tenga una sola oveja y, si ésta cayera en un hoyo en sábado, no le echará mano y la sacará?” Enseguida le dijo al hombre que extendiera su mano seca, y ésta fue restaurada inmediatamente tan sana como la otra. Otra vez, ¿alabaron esos líderes religiosos farisaicos a Dios por esta demostración divina del Mesiazgo de Jesús? No; más bien, se llenaron de furia y “salieron y entraron en consejo contra él para poder destruirlo.” De modo que otra vez vemos que este “Señor del sábado” no mostró temor alguno a esos inicuos. Siguió haciendo el bien y trabajando siete días a la semana en el trabajo que Jehová le había dado que hiciera.—Mat. 12:9-14; Luc. 6:5-11.
Maestro Magistral siguió adelante sin cesar
36. ¿Por qué había aun mayor urgencia entonces que cuando Jesús empezó su ministerio?
36 Apenas tres meses después de la Pascua de 31 E.C. Jesús había terminado la mitad de su obra de hacer discípulos. Solo le quedaba otro año y nueve meses en los cuales completar la asignación y lograr asirse firmemente de la vida que lo es realmente. No había tiempo que perder. Todavía había mucho trabajo que hacer.
37. ¿Qué famoso discurso presentó Jesús cerca de Capernaum, con qué beneficios especiales para nosotros si lo leemos?
37 Alrededor de este tiempo Jesús presentó su famoso discurso que se llama comúnmente el Sermón del Monte. Exactamente dónde estaba situada esa montaña no se sabe con certeza, pero estaba cerca de Capernaum junto al mar de Galilea. Lo que realmente importa fue lo que Jesús dijo en esa ocasión. Usted hallará registrado este sermón en Mateo 5:3-7:27, capítulo cinco, versículo tres, hasta el capítulo siete, versículo veintisiete. En ese discurso Jesús ciertamente dio a su auditorio mucho en que pensar, más, de hecho, que lo que es posible repetir con unas cuantas palabras. Nos haría bien a todos sentarnos y leer ese sermón y pensar acerca de lo que él dijo. Jesús estaba hablando allí los pensamientos de Dios bajo inspiración a medida que su Padre en el cielo dirigía. Por eso si queremos pensar los pensamientos de Dios hacemos bien en tomar el tiempo para leer y meditar en lo que se dijo allí.
38. ¿Qué hizo tan eficaces los métodos de enseñar que Jesús empleaba?
38 ¿Qué pensó el auditorio de Jesús acerca de aquella conferencia al aire libre? “El efecto fue que las muchedumbres quedaron atónitas por su modo de enseñar; porque les enseñó como persona que tiene autoridad, y no como sus escribas.” Ciertamente probó que era el Maestro Magistral, sin par terrestre. Algunas de las cosas que hicieron tan eficaces los métodos de enseñanza de Jesús fueron: simplicidad, brevedad, claridad, ilustraciones vívidas y preguntas penetrantes que hicieron que su auditorio escudriñara su propio corazón y llegara a una decisión a favor o en contra de la verdad.—Mat. 7:28, 29.
39. Además de sus asombrosas enseñanzas, ¿qué más continuó haciendo Jesús para convencer a la gente de que él era el Mesías?
39 Además de usar métodos eficaces de enseñar, este Gran Maestro continuó acentuando con milagros la segunda mitad de su ministerio al ir de lugar en lugar. En Capernaum sanó al siervo paralítico de un oficial del ejército no israelita, porque, como dijo Jesús: “No he hallado en Israel a nadie con tan grande fe.” Cuando el féretro que llevaba el cuerpo del único hijo de una viuda iba pasando en camino al cementerio de Naín, Jesús lo tocó y al dar la orden se hizo al joven volver a la vida. ¡Qué testimonio fue eso para el Mesiazgo de Jesús!—Mat. 8:5-13; Luc. 7:11-17.
40. ¿Cómo habría de saber el encarcelado Juan el Bautista si Jesús realmente era el Mesías?
40 Las noticias de estas cosas maravillosas le llegaron al encarcelado Juan el Bautista, de modo que envió mensajeros que inquirieran de Jesús: “¿Eres tú El Que Viene . . .?” En respuesta, Jesús les dijo que informaran lo que estaban viendo con sus propios ojos... que los ciegos recibían la vista, los cojos andaban, los leprosos quedaban limpios, los sordos oían, a los muertos se les levantaba y a los pobres se les decían las buenas nuevas. Eso ciertamente convencería a Juan de que “El Que Viene” realmente había venido.—Luc. 7:18-23.
41, 42. (a) ¿Qué sucedió en una ocasión cuando Jesús estaba tomando una comida con un fariseo? (b) ¿De qué manera mostró prudentemente el Maestro Magistral que las personas pagadas de su propia justicia recibirán poco perdón por sus pecados?
41 Pues, hasta cuando Jesús tomaba tiempo para comer siempre estaba alerta y dispuesto a a enseñar la verdad a la gente. Considere, por ejemplo, la ocasión en que Jesús estaba reclinado a una comida en la casa de un fariseo y una mujer notoriamente pecaminosa llegó llorando, con esperanzas de que Jesús le perdonara sus pecados. Le lavó los pies a Jesús con sus lágrimas, se los secó con su cabello, los besó tiernamente y les untó costoso aceite perfumado. Al observar esto el fariseo desacreditó a Jesús en su corazón; de hecho, desdeñó toda la escena. Pero note como el Maestro Magistral, con la siguiente ilustración, le enseñó a este fariseo pagado de su propia justicia una lección que no olvidaría pronto. Dos hombres eran deudores de cierto prestamista, uno le debía quinientos denarios, el otro solo cincuenta. No pudiendo pagarle los deudores, el prestamista canceló ambas deudas. Por supuesto, el deudor que debía más tenía razón para amar más al prestamista. Entonces Jesús aplicó la ilustración al caso a propósito, diciendo:
42 “Entré en tu casa; no me diste agua para mis pies. Mas esta mujer me mojó los pies con sus lágrimas y los enjuagó con sus cabellos. No me diste beso; mas esta mujer, desde la hora que entré, no dejó de besarme los pies tiernamente. No me untaste la cabeza con aceite; mas esta mujer me untó los pies con aceite perfumado. En virtud de esto, te digo, los pecados de ella, por muchos que sean, son perdonados, porque amó mucho; mas al que se le perdona poco, poco ama.”—Luc. 7:36-50.
43. ¿Qué sucedió cuando Jesús volvió a visitar todas las comunidades galileas por segunda vez?
43 Poco después de estos acontecimientos Jesús se puso a visitar todas las ciudades y aldeas de Galilea por segunda vez, llevando consigo a sus doce apóstoles junto con varias discípulas devotas. En esta gira echó fuera a más demonios, encontró más oposición de los fariseos, dijo más ilustraciones, abrió más ojos ciegos, levantó más personas muertas y consoló a más personas oprimidas diciéndoles las buenas nuevas acerca de su glorioso reino.—Mat. 12:22-45; 13:1-52; Luc. 8:1-3.
44. ¿Cuál fue la reacción ante la predicación de las buenas nuevas acerca del reino de Dios en el país de los gadarenos?
44 La gira circular llevó a Jesús a través del mar de Galilea al país de los gadarenos. ¿Cómo recibiría este nuevo territorio al Gran Maestro? Bueno, cuando echó fuera a una “Legión” de demonios de dos hombres, y los demonios hicieron que una piara de cerdos se precipitara por un despeñadero, los ciudadanos instaron a Jesús a que abandonara su distrito. ¿Se puso a pelear Jesús y rehusó partir? No, el tiempo era demasiado corto para hacer eso. Había dado un testimonio. Por lo menos uno de los endemoniados puso su fe en Jesús, y fue remunerado con una comisión de Jesús para ir y esparcir las buenas nuevas entre sus parientes y las diez ciudades federadas conocidas como la Decápolis. De modo que no hubo necesidad de que Jesús se quedara. Más personas dignas estaban aguardando ansiosamente que volviera a cruzar Galilea para que pudieran recibir la bendición de su presencia, gente como Jairo con una hija moribunda y la mujer inominada que por doce años había sufrido de un flujo de sangre que ningún médico podía curar. Sí, de veras que el tiempo era demasiado corto para desperdiciarlo con opositores que no mostraban aprecio.—Mat. 8:28-34; Mar. 5:1-43.
45. ¿Cómo respondieron los ciudadanos de Nazaret cuando Jesús volvió a la sinagoga para enseñar, recordándole qué?
45 Si Jesús volviera a visitar su propia ciudad de Nazaret, ¿hallaría que habían tenido un cambio de sentimientos? ¿Reconocerían su error pasado y recibirían alegremente a su más distinguido ciudadano? Bueno, al regresar y enseñar en su sinagoga, se quedaron asombrados por su sabiduría, y no obstante tropezaron porque pensaban que él no era más que “hijo del carpintero.” Al comentar: “El profeta no carece de honra salvo en su propio territorio y en su propia casa,” Jesús probablemente tuvo presente al profeta Jeremías y cómo la gente de su ciudad lo había rechazado.—Mat. 13:54-58; Jer. 1:1; 11:21.
Haciendo frente a la necesidad de un mayor testimonio
46, 47. (a) Después de dos años de testificación intensa, ¿encontramos a Jesús disminuyendo gradualmente su actividad ministerial? (b) ¿Cuál fue su justipreciación de la situación espiritual de la gente después de visitar el territorio por tercera vez, y qué dijo que debería hacerse en cuanto a ello?
46 Uno pudiera concluir que después de aproximadamente dos años de predicación intensa, después de volver a visitar varias zonas, después de ejecutar una gran multitud de milagros que miles de personas presenciaron, después de todo eso, para ahora Jesús pensaría en disminuir gradualmente su campaña. Pero exactamente lo contrario, lo hallamos dando pasos para acelerar y expandir la obra de predicar.
47 Ante todo, Jesús mismo partió a todavía otra gira, la tercera a Galilea, visitando “todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas y predicando las buenas nuevas del reino y curando toda suerte de dolencia y toda suerte de mal.” Lo que vio en esta gira en circuito lo convenció más que nunca de lo necesario que era aumentar e intensificar la obra de predicar. Adondequiera que iba, al ver las muchedumbres “se compadeció de ellas, porque estaban desolladas y desparramadas como ovejas sin pastor.” “Sí, la mies es mucha, mas los obreros son pocos,” observó. ¿Qué podía hacerse en cuanto a ello? “Rueguen al Amo de la mies que envíe obreros a su siega,” fue el consejo de Jesús.—Mat. 9:35-38.
48. ¿Qué instrucciones dio Jesús a los doce apóstoles antes de enviarlos a la obra de predicar?
48 En armonía con su ferviente oración este hombre celoso y activo dio pasos para que más predicadores de las buenas nuevas salieran al campo. Convocó a los doce apóstoles y los envió de dos en dos, resultando en que seis pares fueran por el territorio en seis direcciones diferentes. Al enviar a estos ministros de tiempo cabal les dio instrucciones específicas en cuanto adónde habrían de ir, a quiénes habrían de predicar y a quiénes habrían de evitar. También se les dijo que dijeran e hicieran exactamente lo que habían observado que Jesús decía y hacía. “Al ir, prediquen, diciendo: ‘El reino de los cielos se ha acercado.’” Por el poder del espíritu santo podrían ‘curar enfermos, levantar muertos, limpiar leprosos, expulsar demonios.’ Tampoco habrían de cobrar dinero por estas curaciones piadosas. “Recibieron gratis, den gratis,” habría de ser la regla que seguirían.—Mat. 10:1-42; Mar. 6:7-13.
49. ¿Por qué decidieron salir aun lugar solitario Jesús y sus apóstoles, pero qué desenvolvimientos siguieron?
49 Cuando los doce regresaron para relatar las maravillosas experiencias de las que habían disfrutado, Jesús sugirió que se retiraran a algún lugar solitario fuera de la ciudad, pues donde estaban “eran muchos los que venían e iban, y no tenían tiempo desocupado siquiera para tomar una comida.” Pero la gente descubrió adónde se dirigían y llegaron allí aun antes que Jesús y sus discípulos. Por lo tanto, ¿qué habría de hacer este ejemplo perfecto de altruismo y generosidad, este Gran Maestro? Cuando los vio “se enterneció por ellos, porque eran como ovejas sin pastor. Y comenzó a enseñarles muchas cosas.” El tiempo corría. Se hizo tarde. Todos tenían hambre. Por eso este hombre de Dios que obraba milagros alimentó a cinco mil hombres con solo cinco panes y dos pescados, y no obstante, ¡quedaron doce cestas de fragmentos!—Mar. 6:30-44, New World Translation.
50. En el transcurso de un breve período se informó que Jesús había estado ¿en qué lugares muy esparcidos?
50 Este acontecimiento sucedió alrededor del tiempo de la Pascua en el año 32, lo cual quiso decir que solo le quedaba alrededor de un año a Jesús en el cual tenía que acabar su trabajo y probar que era digno de la vida que lo es realmente, la cual estaba reservada para él como galardón por su fidelidad. No nos sorprende, pues, que entonces hallemos a Jesús predicando en lugares muy esparcidos y todo dentro de un período breve, a medida que se esforzaba por dar un mayor testimonio por una zona mayor a un mayor número de personas. Primero, lo encontramos en los alrededores de Capernaum en la costa septentrional del mar de Galilea. Enseguida, se informa que está ejecutando milagros en la costa del Mediterráneo cerca de las ciudades de Tiro y Sidón. Poco después de eso está lejos de allí al este del mar de Galilea y del alto Jordán, predicando en las diez ciudades que se llamaban la Decápolis y ejecutando muchos milagros en ese territorio.—Mar. 7:24-37.
51. ¿Qué penalidades e incomodidades sin duda experimentó Jesús, sin embargo por qué, evidentemente, no se hace mención de estos asuntos?
51 Cuando uno se pone a pensar, Jesús ciertamente anduvo mucho para llegar a estos lugares esparcidos. Y no obstante jamás se quejaba en cuanto a la tensión física o en cuanto a la penalidad causada por el calor o la lluvia, el polvo o el lodo, como fuera el caso. De hecho, estas cosas se consideraban de tan poca importancia que jamás se mencionan. La cosa vital, el asunto importante, la predicación salvadora de vidas que Jesús efectuó... ésta es la cosa que los escritores bíblicos inspirados recalcan en sus relatos.
52. ¿Quiénes eran los mayores opositores de Jesús, y qué prueba que jamás se arrepentirían y aceptarían al Mesías?
52 Eso no quiere decir que la Biblia calla del todo las cosas que Jesús sufrió en su ministerio. Nos dice mucho acerca de la persecución y la oposición que fue amontonada sobre él, especialmente por los líderes religiosos. Desde el principio hasta el fin de su ministerio terrestre tuvo que contender con los desafíos siempre presentes de éstos. Habían pasado más de dos años, tiempo durante el cual había mostrado a la gente una evidencia milagrosa tras otra para probar que verdaderamente era el Hijo de Dios. Y ahora, habiendo acabado de alimentar a varios miles de personas (cuatro mil hombres, además de las mujeres y los niños) con solo siete panes y unos cuantos pescados —una hazaña que debería convencer al incrédulo más escéptico— aquí vienen los fariseos y los saduceos buscando una señal del cielo de que Jesús era el Mesías. ¿Cuál fue la respuesta de Jesús? Simplemente repitió lo que ya les había dicho en una ocasión previa, a saber: “Una generación inicua y adúltera sigue buscando una señal, pero no se le dará señal alguna sino la señal de Jonás.” Y como lo probaron los acontecimientos posteriores, cuando sucedió esa “señal de Jonás,” cuando Jesús estuvo en el corazón de la Tierra por tres días como Jonás estuvo en el vientre del pez, ¡no obstante aquellos hombres ‘inicuos y adúlteros’ rehusaron creer!—Mat. 15:32-16:4; 12:38-40.
53. Cerca de la conclusión del ministerio galileo de Jesús que duró dos años, ¿qué importante acontecimiento tuvo lugar, y dónde?
53 Antes de dar fin a su gran ministerio galileo que había ocupado la mayor parte de dos años, Jesús llevó a Pedro, Santiago y Juan a una montaña encumbrada. Allí, en lo que probablemente fue el monte Hermón de 2.743 metros de altura, presenciaron la escena de la transfiguración.—Mat. 17:1-13.
Jesús dirige plena atención al sur
54. ¿Dónde se concentró la actividad de Jesús durante los seis meses finales?
54 Fue en el otoño del año 32, en la fiesta de las cabañas, que Jesús mudó el centro de su actividad hacia el sur, dentro y alrededor de Jerusalén y los distritos de Judea y Perea. Allí concentró su predicación durante los últimos seis meses de su ministerio terrestre. Aquí, como en todas partes, Jesús enseñó a la gente preceptos sabios y principios justos, muchas veces usando ilustraciones apropiadas. Algunas de sus declaraciones formales y profecías más importantes fueron expresadas durante esta campaña en el sur.
55. ¿Dónde hallamos a Jesús predicando, ante oposición, y qué les dice a los creyentes y a los no creyentes?
55 A medida que se acercaba el fin, y el enemigo se veía más desesperado, Jesús tuvo que ser aun más cauteloso para que no lo mataran antes del debido tiempo determinado por Dios. (Juan 7:1-19, 25) Y no obstante, ¿hallamos a este predicador vigoroso ocultándose en las colinas, o transigiendo en su mensaje para que no se les hiciera ofensivo a las susceptibilidades religiosas del clero? De ninguna manera. Denodadamente entraba en el templo y se ponía a enseñar a la gente, como era su costumbre. A los que le creían les dijo: “Si permanecen en mi palabra, verdaderamente son mis discípulos, y conocerán la verdad, y la verdad los libertará.” Pero a los opositores dijo: “Ustedes proceden de su padre el Diablo, y quieren hacer los deseos de su padre.”—Juan 8:31, 32, 44.
56. ¿Qué se hizo para acelerar el dividir a la gente en el corto tiempo que quedaba del ministerio de Jesús?
56 Jesús se dio cuenta de que también aquí en este territorio ‘la mies, en realidad, era mucha, pero pocos los obreros.’ Por eso si, en el tiempo limitado que tenía, habría de darse un testimonio eficaz en este territorio, como lo había hecho durante los dos años en el norte, entonces tendría que efectuarse algún trabajo preliminar, por decirlo así. Por lo tanto “designó a otros setenta y los envió de dos en dos delante de sí a toda ciudad y lugar adonde él mismo iba a ir.” Esto quiso decir que, en vez de los seis pares que usó en Galilea el año anterior, ahora había treinta y cinco pares de testigos que clamaban en el país: “El reino de Dios se ha acercado a ustedes.” Esto ciertamente prepararía a la gente para que rápidamente pudiera decidir si estaba a favor o en contra del Mesías cuando él visitara su ciudad.—Luc. 10:1-16.
57. Cuando los setenta evangelizadores regresaron, regocijándose por el hecho de que los demonios obedecían su voz, ¿qué dijo Jesús, queriendo decir qué?
57 Cuando regresaron los setenta le informaron gozosamente a Jesús: “Hasta los demonios quedan sujetos a nosotros por el uso de tu nombre.” Sin embargo, se les dijo: “No se regocijen a causa de esto, de que los espíritus queden sujetos a ustedes, sino regocíjense porque sus nombres han sido inscritos en los cielos.” Realmente, el poder sobre los demonios solo demostraba el poder de Jehová sobre ellos, pero el tener uno su nombre escrito en el cielo dependía de la fidelidad de uno. De modo que uno debe esforzarse por ser fiel, sea al echar demonios o al hacer algo menos espectacular.—Luc. 10:17-24.
58. ¿Cuáles son algunas de las verdades importantes que el Gran Maestro enseñó durante su ministerio en el sur?
58 Considere algunas de las grandes verdades que le enseñó a la gente este Maestro incansable al ir de un lugar a otro en su ministerio, y de un marco de circunstancias a otro. Parecía que cada día sacaba nuevas verdades del almacén de sabiduría y conocimiento de su Padre. Su relato acerca del samaritano compasivo fue una lección de verdadero amor y misericordia al prójimo. Marta fue reprendida porque estaba demasiado ansiosa en cuanto a las cosas materiales; María fue elogiada por su actitud. Los demonios fueron expulsados por el “dedo” de Dios, no por Satanás “el gobernante de los demonios.” (Luc. 10:24-42; 11:14-22) Jamás se inquiete en cuanto a qué comer o vestir, sino, más bien, busque continuamente el reino de Dios y todas sus necesidades serán satisfechas. Los del “rebaño pequeño” no deben temer, porque su Padre les dará una participación en el Reino. Es al “mayordomo fiel” que el Amo nombra sobre todo lo suyo.—Luc. 12:22-32, 41-44.
59. ¿De qué manera contestó Jesús a los opositores cuando lo criticaron otra vez por curar a los enfermos en sábado?
59 Cuando lo criticaron por curar en día de sábado a una mujer que había estado encorvada durante dieciocho años, Jesús dijo: “Hipócritas, ¿no desata del pesebre cada uno de ustedes en día de sábado su toro o su asno y lo lleva a beber? ¿No era propio, pues, que esta mujer que es hija de Abrahán, y a quien Satanás tuvo atada, ¡fíjense! dieciocho años, fuera desatada de esta ligadura en día de sábado?” Otra vez, en día de sábado curó a un hombre que tenía hidropesía, y dijo: “¿Quién de ustedes, si su hijo o su toro cae en un pozo, no lo sacará inmediatamente en día de sábado?”—Luc. 13:10-17, NW; Luc. 14:1-6.
60. Describa algunas de las interesantes ilustraciones que usó el Gran Maestro.
60 Y, ¡oh, qué interesantes y prácticas ilustraciones usaba este Gran Maestro! Muy a menudo decía una parábola adecuada para cerrarles la boca a los críticos que se hallaban en sus auditorios. Considere algunas de éstas brevemente. Había un hombre rico, pero no rico para con Dios, que se proponía derribar sus graneros para edificar graneros más grandes; pero murió durante la noche. (Luc. 12:13-21) El reino de Dios es como un menudo grano de mostaza que crece hasta ser un árbol grande, o, de nuevo, es como un poco de levadura en la harina. (Luc. 13:18-21) Los convidados a un banquete deben tomar los asientos humildes si esperan ser ensalzados más tarde. El constructor de una torre primero considera el costo; el rey que no puede ganar la batalla está presto a pedir paz. El pastor se regocija más por hallar una oveja perdida que por sus noventa y nueve que están seguras; una mujer se regocija más por hallar una moneda perdida que por las nueve que no se han perdido. (Luc. 14:7-11, 28-33; 15:4-10) Y también tenemos la famosa parábola del hijo pródigo, y otra igualmente famosa acerca del rico y Lázaro. (Luc. 15:11-32; 16:19-31) Una viuda insistente hizo que un juez inicuo le concediera su petición sencillamente porque seguía importunándole por justicia. Dos hombres oraban en el templo; las oraciones del recaudador de impuestos pecaminoso fueron contestadas, pero no las del fariseo pagado de su propia justicia. (Luc. 18:1-14) Estas solo son unas cuantas de las muchas ilustraciones que usó este Instructor Magistral.
Los últimos días gloriosos del ministerio de Jesús
61. Antes de terminar su ministerio terrestre, ¿qué dijo Jesús que él todavía tenía que experimentar?
61 Jesús estaba enterado del sufrimiento y muerte que iba a experimentar en breve. De modo que por tercera vez advirtió a sus apóstoles de estos acontecimientos venideros, diciendo: “¡Miren! Subimos a Jerusalén, y se completarán todas las cosas escritas por medio de los profetas acerca del Hijo del hombre. Por ejemplo, será entregado a hombres de las naciones y se hará burla de él y será tratado insolentemente y escupido; y después de azotarlo lo matarán, mas al tercer día se levantará.” Jesús no temía enfrentarse a estas cosas; solo quería resultar fiel hasta la muerte y lograr asirse firmemente de la vida eterna arriba en el cielo.—Luc. 18:31-33.
62, 63. (a) ¿Por qué había algo de duda en cuanto a si Jesús estaría presente en la Pascua en Jerusalén en el año 33? (b) Pero, ¿de qué manera fue removida esa duda el domingo, cinco días antes del 14 de Nisán?
62 Mientras se hacían las preparaciones para la Pascua, el habla por todos lados de Jerusalén versaba sobre si Jesús se presentaría o no. Esto se debía a que “los principales sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes de que si alguien llegara a saber dónde estaba [Jesús], lo expusiera, a fin de prenderlo.”—Juan 11:55-57.
63 Fue en un ambiente así de acalorado que Jesús se presentó, sí, ¡y qué presentación fue! Aquí venía entrando a la ciudad cabalgando en una procesión triunfal, y la gente tendía sus prendas de vestir y ramas de palma delante de él, y gritaba: “¡Bendito es El que viene como el Rey en el nombre de Jehová!” El efecto que tuvo esto fue que “toda la ciudad se puso en conmoción,” y en cuanto a los fariseos, se dijeron los unos a los otros: “Observan que ustedes no logran absolutamente nada. ¡Miren! El mundo se ha ido tras él.” De modo que, al anochecer ese domingo, Jesús se retiró y pasó la noche fuera de la ciudad por causa de seguridad. Todavía le quedaban cinco días más de trabajo intenso que hacer.—Luc. 19:36-38; Mat. 21:1-11; Juan 12:12-19.
64. ¿Qué hizo Jesús el lunes de esta semana final, y por qué?
64 Al día siguiente, el lunes, Jesús limpió el templo echando fuera a los comerciantes y volcando las mesas de los cambistas. Éste no era ningún anarquista que incitara al motín o a la revolución. Éste era el justo Hijo de Dios y citó la Escritura para apoyar su acción, diciendo: “Está escrito: ‘Mi casa será llamada casa de oración,’ pero ustedes la hacen cueva de salteadores.” Se recordará que tres años antes de esto, Jesús había demostrado su celo ardiente por la adoración pura de Jehová al limpiar de manera similar el templo de estos elementos comerciales voraces. De modo que, ¿cuál fue la respuesta a este segundo limpiamiento? “Los principales sacerdotes y los escribas y los de más importancia del pueblo procuraban destruirlo.” Así demostraron que no se habían reformado y que eran irreformables.—Mat. 21:12, 13; Luc. 19:45-48.
65, 66. (a) ¿Cuáles fueron algunas de las cosas que le dijo Jesús a la muchedumbre del templo el martes? (b) Entonces, a oídos de sus apóstoles, ¿qué información adicional en forma de profecías y parábolas reveló Jesús?
65 El martes fue otro día de mucha actividad para este Jesús evidentemente incansable. Lo hallamos en el templo enseñando a la gente aunque su autoridad fue desafiada por los principales sacerdotes y hombres de mayor edad. Se dirigió directamente a estos líderes religiosos infieles cuando habló sus parábolas acerca de los dos hijos, los cultivadores inicuos y el banquete de bodas. (Mat. 21:23-22:14) Cuando le fueron lanzadas preguntas entrampadoras acerca de pagar impuestos, acerca de la resurrección y concerniente a cuál es el mayor mandamiento de la Ley, Jesús demostró estar plenamente capacitado para contestarlas todas con argumentos irrefutables. Luego él mismo propuso una pregunta acerca del origen del Mesías, una pregunta que realmente los acalló: “Nadie podía decir una palabra en respuesta a él, ni se atrevió nadie desde aquel día interrogarle ya más.” (Mat. 22:15-46) En esta ocasión Jesús también presentó su más severa denunciación de los hipócritas escribas y fariseos... una obra magistral de denuncia.—Mat. 23:1-39.
66 Al abandonar Jesús la zona del templo observó proféticamente: “En verdad les digo: De ningún modo se dejará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada.” Entonces él y sus apóstoles salieron al monte de los Olivos, donde les dio su profecía de largo alcance acerca del fin de este sistema de cosas, así como las parábolas de las diez vírgenes, los talentos y la parábola que habla de la separación de las ovejas de las cabras.—Mat. 24:1-25:46.
67. ¿Por qué acontecimientos nefandos se recuerda el miércoles?
67 El miércoles, mientras Jesús permanecía en Betania, el enemigo en Jerusalén fraguó una conspiración inspirada por el Diablo para apoderarse secretamente de Jesús. “Los principales sacerdotes y los hombres de mayor edad del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote que se llamaba Caifás, y entraron en consejo para prender a Jesús por medio de un astuto ardid y matarlo.” Entonces apareció en la escena un instrumento sumamente oportuno y ya hecho para el crimen, a saber, Judas Iscariote, quien preguntó: “¿Qué me darán para que lo traicione a ustedes?” Se convino en una suma de treinta piezas de plata.—Mat. 26:3-16.
68. El jueves, después de la puesta del Sol, señaló ¿qué acontecimiento?
68 El jueves estuvo ocupado con las preparaciones de última hora para la Pascua anual. Esa noche después de ponerse el Sol, Jesús y sus doce apóstoles se reunieron en una habitación superior grande en Jerusalén para celebrar lo que resultó ser la última Pascua legal bajo el arreglo del pacto de la Ley. ¡Qué ocasión trascendental fue ésta! ¡Antes que volviera a ponerse el Sol Jesús habría entregado su vida terrestre a fin de asirse firmemente de la vida que lo es realmente, vida eterna e inmortalidad!—Mar. 14:12-16.
69. Después de celebrar la última Pascua, ¿qué serie de acontecimientos siguieron uno al otro durante las horas que quedaban de la vida de Jesús?
69 Allí se encontraban en lo privado de una habitación superior para convidados, solo Jesús y sus doce apóstoles. Sería una noche larga y de desvelo para este fiel Hijo de Dios. En las siguientes pocas horas habrían de suceder en orden rápido algunos acontecimientos muy dramáticos de importancia trascendental. Los trece comen la Pascua. Jesús lava los pies de sus apóstoles. Judas es identificado como el traidor; sale súbitamente. Entonces se instituye la Cena Memorial y a los once fieles se les invita a participar con Jesús en un pacto del reino. Jesús ora. Entonces los once y Jesús salen para el Jardín de Getsemaní. Allí Jesús se entrega a oración ferviente antes de ser traicionado y arrestado. El juicio es una farsa al ser llevado Jesús de Anás a Caifás, al Sanedrín, a Pilato, a Herodes y de vuelta a Pilato.—Mat. 26:20-27:2; Luc. 23:1-16.
70. Describa la escena al llegar a ser la gobernación real la cuestión ardiente allí afuera del palacio del gobernador.
70 Represéntese, por favor, esa escena... una chusma gritadora contra un hombre perfecto, impávido, colocado de pie serenamente entre todos ellos. Pilato le pregunta a Jesús: “¿Eres tú el rey de los judíos?” Jesús contesta: “Mi reino no es parte de este mundo.” No hallándole falta alguna, Pilato de nuevo presenta a Jesús ante la chusma, diciendo: “¡Miren! ¡El hombre!” La chusma grita: “¡Al madero con él! ¡Al madero con él!” Pilato pregunta: “¿A su rey fijo en un madero?” Los principales sacerdotes contestan: “No tenemos más rey que César.”—Juan 18:28-19:16.
71. Describa la ejecución del inocente Hijo de Dios a manos de los soldados romanos.
71 Azotado, atormentado con espinas, abofeteado y escupido, este Justo entonces fue clavado a un madero de tormento para sufrir una muerte con agonía prolongada. Finalmente, alrededor de las tres de la tarde el viernes, 14 de Nisán del año 33 E.C., Jesús clamó con su último aliento: “¡Se ha realizado!”—Mar. 15:16-20; Juan 19:1-3, 30.
72, 73. Como repaso, ¿cuáles fueron algunas de las cosas que Jesús realizó en su breve ministerio aquí en la Tierra?
72 Sí, todo lo que Jehová se había propuesto al enviar a su Hijo unigénito a la Tierra se había realizado plenamente. Jesús había aprendido obediencia por las cosas que sufrió; había probado que el Diablo es mentiroso y se había hecho idóneo para ser el Vindicador de Jehová en la cuestión de la soberanía universal. Había venido para “dar testimonio a la verdad,” y ciertamente que sí hizo esto. Predicó buenas nuevas a los pobres, consoló a los que estaban de duelo y declaró el día de la venganza de Jehová a los altos y a los bajos por igual. Jesús obró lo que era bueno, fue rico en obras excelentes, fue sumamente liberal con su tiempo y energía a favor de otros, estuvo dispuesto a compartir su gran conocimiento y sabiduría con otros, y al cabo finalmente logró asirse firmemente de la vida que lo es realmente, vida eterna en los cielos con su Padre.—Juan 18:37; 1 Tim. 6:12, 18, 19; Heb. 5:8.
73 En todo esto Jesús también nos dejó un dechado para que siguiésemos sus pasos con sumo cuidado y atención.
[Ilustración de la página 135]
Celosamente Jesús limpió el templo de Jehová de los que estaban haciéndolo una casa de mercadería
[Ilustración de la página 137]
Jesús invitó a los pescadores Santiago y Juan a que lo acompañaran en su ministerio
[Ilustración de la página 139]
En día de sábado Jesús sanó la mano seca de un hombre
[Ilustración de la página 140]
En su Sermón del Monte, Jesús dio a su auditorio mucho en que pensar
[Ilustración de la página 141]
Hasta cuando comía, como aquí en la casa de un fariseo, Jesús estaba alerta para enseñar la verdad
[Ilustración de la página 145]
En los meses finales de su ministerio Jesús expandió su actividad, enviando a treinta y cinco pares de testigos a preparar el camino delante de él
[Ilustración de la página 146]
Poco antes de su muerte, Jesús entró a Jerusalén cabalgando en una procesión triunfal; la entera ciudad se puso en conmoción
[Ilustración de la página 148]
Pilato no pudo hallar falta alguna en Jesús, pero la chusma gritaba: “¡Al madero con él!”
[Ilustraciones de la página 133]
A los doce años de edad Jesús estaba en el templo de Jehová, escuchando y haciendo preguntas
Después de su bautismo en 29 E.C., Jesús empezó su ministerio dinámico
[Mapa de la página 142]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Jesús intensificó su ministerio: efectuó una tercera gira de Galilea, visitando “todas las ciudades y aldeas” para predicar el reino de Dios
GALILEA
Corazín
Capernaum
Betsaida
Mar de Galilea
Magadán
Caná
Tiberíades
Nazaret
Llanura de Esdrelón
Mte. Tabor
Naín
Río Jordán
Gadara
Betania más allá del Jordán
[Mapa de la página 143]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
Jesús abarcó el territorio desde Fenicia hasta la Decápolis en un corto tiempo y casi todo a pie
MAR MEDITERRÁNEO
FENICIA
Sidón
Tiro
ABILINE
Damasco
MONTE HERMÓN
Cesarea de Filipo
ITUREA
TRACÓNITE
Rafana(?)
Canata
GALILEA
Corazín
Betsaida
Capernaum
Magadán
Caná
Tiberíades
Mar de Galilea
Nazaret
Naín
Hippos
DECÁPOLIS
Dión
Abila(?)
Gadara
Betania más allá del Jordán(?)
Pela
Gerasa
Escitópolis
Salim(?)
Enón(?)
Samaria
MONTE GUERIZIM
Fuente de Jacob
SAMARIA
ESCALA DE KILÓMETROS 0——10——20——30