“Las buenas nuevas de salvación por él”
“Digan de día en día las buenas nuevas de salvación por él.”—Sal. 96:2, NM.
1. ¿Por qué cosas extrañas pasamos durante la I Guerra Mundial, y qué clase de nuevas ha tenido el mundo desde entonces?
DESDE el año 1914 nosotros, criaturas humanas, hemos pasado por cosas extrañas, cosas que son primeras en su clase, cosas que crean noticias. Ese año estalló la primera guerra de proporciones verdaderamente “mundiales.” Las dieciséis naciones e imperios que participaron en esa guerra sintieron que se les hacía necesario movilizar sus poblaciones totales para tener parte de manera unida en la lucha global. Por primera vez se introdujo la lucha desde los cielos usando aviones. Conforme la lucha se enfurecía se recurrió a guerra de gases químicos, y los muchachos que se hallaban en el frente tuvieron que usar las espantosas máscaras contra gases para respirar y vivir a través de la tormenta química. Las barreras o cortinas—la cortina rodante o reptante de fuego de los cañones que avanzaban y las barreras de globos contra aeroplanos y de minas en el mar—llegaron a ser nuevos rasgos. Los primeros proyectiles de alcance sorprendentemente largo se dispararon de inmensos cañones alemanes—a París, a treinta millas de distancia. Y luego en septiembre de 1916 las primeras fortalezas acorazadas movibles, tanques blindados ingleses con bandas rodantes de tractores, alarmaron a todo el mundo a medida que, con ruido sordo, avanzaron velozmente contra el enemigo sobre el terreno más escabroso, como monstruos sobrenaturales que escupían fuego salvajemente y aplastaban cruelmente todo lo que encontraban en su camino. Aumentando el número de víctimas llegaron hambres y grandes escaseces de alimentos, plagas y pestilencias mortíferas, dislocaciones de poblaciones, el enfurecimiento de intensos odios y la persecución de pequeños grupos fieles a su creencia y principios religiosos y el establecimiento del primer estado bolchevique comunista. Desde entonces siempre ha habido una cadena continua de malas nuevas para este viejo mundo.
2. Como da testimonio The Encyclopedia Americana, ¿cómo no ha sido el mundo el mismo desde entonces?
2 No hay contradicción a esta última declaración. Los hombres que vivían en 1914 y antes de ese año saben que este mundo no ha sido el mismo desde entonces. Con referencia a este hecho The Encyclopedia Americana habla de la guerra mundial que comenzó en 1914 y dice: “El gran conflicto, terminado en 1918, cambió no sólo las fronteras de las naciones, sino prácticamente todo interés y carácter de la vida humana. Creó un gigantesco cataclismo entre los principios fundamentales que hasta entonces se habían aceptado y que sustentaban el gobierno, la ley, las relaciones internacionales, la democracia, la libertad, el comercio, la industria, la hacienda, el trabajo, etc. Más de veinte tronos se derrumbaron y sus anteriores ocupantes buscaron la seguridad en el destierro. Se han hecho necesarias revaluaciones y declaraciones nuevas en todos los campos de esfuerzo humano. La conflagración de 1918 envolvió al 93 por ciento de la población del mundo, los países clasificados como neutrales tenían una población combinada de sólo 130,000,000, mientras que los países que participaron en la guerra tuvieron una población combinada de más de 1,700,000,000.” Verdaderamente fué una guerra mundial ésa, y la primera del género humano. No podía menos que acarrearle cambios irrevocables al mundo. A pesar de los esfuerzos políticos, comerciales y religiosos que se hicieron para mejorar la situación, el cambio desde 1914 ha sido constantemente hacia lo peor y recientemente hacia lo pésimo. No hay por qué citar aquí lo que hombres eminentes de este mundo han dicho acerca del empeoramiento de la situación mundial. Los lectores de La Atalaya ya han leído sus declaraciones sombrías citadas en estas columnas o en otras partes.
3. La calidad continuamente mala de las noticias mundiales nos hace hacer ¿qué preguntas vitales, y cómo podemos contestarlas?
3 Los corazones humanos están enfermos a causa de las continuas malas noticias que siguen derramándose sobre ellos, las cuales no ofrecen ninguna esperanza sólida para el futuro, su propio futuro. El aumento de los suicidios da testimonio de esto; también lo da el aumento en el número de trastornos mentales dentro de los hospitales y fuera de ellos, y también la enloquecida, desenfrenada e insensata búsqueda de placeres que distraigan. No obstante, ¿no hay algunas buenas nuevas, no nuevas que sean buenas sólo para un individuo o una familia o un grupo limitado de personas interesadas, sino nuevas que sean buenas para todo el género humano? ¿Nuevas que sean tan importantes que eclipsen toda la masa de malas nuevas puestas juntas? ¿No hay fuente que tenga buenas nuevas? ¿No hay conducto alguno para tales buenas nuevas que pueda hacer que lleguen hasta nosotros? ¡Sí lo hay! Y por medio de este conducto esa fuente nos da a conocer las buenas nuevas de salvación de todas estas condiciones terribles y de sus consecuencias. De primera importancia es la fuente de las nuevas. ¿Y quién o qué es esa fuente? ¡Es Dios! Ah, pero a tantos, sí, a cientos de millones tan sólo en la India, se les llama “Dios.” ¿Cuál Dios de entre todos éstos es la fuente divina de las únicas buenas nuevas? ¿Cómo se llama?
4. ¿A quién pedimos que conteste la pregunta acerca del nombre de Dios? ¿Por qué?
4 Si La Atalaya contestara esta pregunta vital basándose en su propia autoridad la contestación tal vez careciera de valor para la gente que no se cuenta entre sus tres millones de lectores. Por lo tanto pediremos que un hombre hable en respuesta, un hombre cuyo nombre ha sido conocido alrededor del mundo por diecinueve siglos y cuya vida y mensaje han afectado a un sinnúmero de multitudes para bien eterno, Jesucristo. Le pedimos a él, y no a la llamada cristiandad, que nos dé la respuesta.
5, 6. (a) ¿Cómo contestó la pregunta ese hombre? (b) ¿Cómo obtienen los testigos de Jehová sobre la tierra las nuevas verdaderamente buenas?
5 En los primeros días de su predicación del mensaje de un “reino del cielo” este Jesucristo se puso de pie en el lugar donde celebraban reuniones religiosas los sábados sus vecinos de la localidad, entre quienes había pasado la mayor parte de sus treinta años de vida hasta entonces. En las manos tenía el libro de la profecía de Isaías, profecía que tenía 700 años de edad, y de ella leyó los versículos uno y dos del capítulo sesenta y uno. Esto es lo que él leyó: “El espíritu de Jehová está sobre mí, porque él me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres, me envió para predicar una liberación a los cautivos y un recobro de vista a los ciegos, para despedir a los quebrantados con una exoneración, para predicar el año aceptable de Jehová.” Después de eso Jesús dijo a sus oyentes: “Hoy se cumple esta escritura que acaban de oír.”—Luc. 4:16-21, NM; vea también Isaías 61:1, 2.
6 Así Jesús dijo que Jehová era la fuente de las buenas nuevas y que Jehová había ungido a Jesús con espíritu santo para predicar estas buenas nuevas a la gente pobre, a la gente cautiva, a la gente ciega y a la gente quebrantada, a la gente mansa, angustiada y que llora. ¿Está usted entre esta clase de personas? Para apoyar la predicación que él hizo, Jesús constantemente citó de la Santa Biblia, porque la Biblia es la Palabra inspirada de Jehová Dios. En ese libro encontramos en forma escrita las buenas nuevas de parte de Jehová el Dios y Padre de Jesucristo. Si Jesús hubiera ido más al principio del libro, a Isaías 43:10, 12, esto es lo que hubiera leído: “Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi Siervo, a quien he escogido; para que sepáis, y me creáis, y entendáis que yo soy. Antes de mí no fué formado dios alguno, ni después de mí habrá otro. . . . ¡vosotros pues sois mis testigos, dice Jehová, y yo soy Dios!” Jesús mismo nos ha dicho que él fué y es el “testigo fiel y verdadero” de Jehová Dios, y sólo es de parte de Jehová mismo que sus testigos sobre la tierra obtienen las nuevas que verdaderamente son buenas. Ellos las obtienen de él por medio de dirigirse a su Libro, la Santa Biblia. Este es el único Libro-Fuente de buenas nuevas. Jehová Dios no suscribe o enlaza su nombre a ningún otro libro o escritura religiosa sobre la tierra. Sus testigos verdaderos tienen que hacer la misma cosa que hizo el Principal Testigo, Cristo Jesús: tienen que basar su mensaje en la Santa Biblia, la Palabra de Dios.—Apo. 1:5; 3:14.
7. ¿Cuáles fueron las buenas nuevas que Jesús declaró, y cómo, por lo tanto, gritó la gente durante su entrada a Jerusalén cabalgando?
7 Específicamente, ¿qué fueron exactamente las buenas nuevas que Jesús declaró? ¿Podrían ser buenas nuevas para nosotros hoy en día? La historia que la Biblia da de su vida nos dice: “Él se fué viajando de ciudad en ciudad y de aldea en aldea, predicando y declarando las buenas nuevas del reino de Dios.” (Luc. 8:1, NM) Al fin de su vida humana sobre la tierra Jesús estuvo de pie ante el gobernador romano Poncio Pilato, en su tribunal en Jerusalén. En respuesta a la pregunta de Pilato: “¿Es usted un rey?” Jesús contestó: “Le toca a usted decir que soy un rey. Con este propósito he nacido y con este propósito he venido yo al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo el que está de parte de la verdad escucha mi voz.” (Juan 18:37, NM) Horas más tarde ese día Jesús de Nazaret pendía de un madero de tormento, clavado a él, y sobre su cabeza estaba colocado el título: “Jesús el nazareno el rey de los judíos.” (Juan 19:19, NM) Únicamente cuatro días antes de eso Jesús había entrado en Jerusalén cabalgando como los antiguos reyes de la nación de Israel lo habían hecho al tiempo de su coronación, y la gente jubilosa que quería ser independiente de Roma y que quería un rey de la tribu de Judá y de la familia real de David prorrumpió en diversos gritos, como: “¡Bendito es El que viene como Rey en el nombre de Jehová! ¡Paz en el cielo, y gloria en las alturas!” “¡Salva, oramos! ¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová! ¡Bendito es el reino venidero de nuestro padre David! ¡Salva, oramos, arriba en las alturas!” “¡Salva, rogamos, al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre de Jehová! ¡Sálvalo, rogamos, arriba en las alturas!”—Luc. 19:38; Mar. 11:9, 10 y Mat. 21:9, NM.
8. ¿Cómo contestó Jehová el grito y oración de la gente?
8 Jehová Dios contestó ese grito y oración que salió de la gente. Él sí salvó a su hijo real Jesucristo, no de la ignominia y crueldad del madero de tormento, sino de la muerte que sufrió en el madero. Al tercer día después de la muerte de Jesús, Jehová Dios lo levantó de entre los muertos y en el transcurso de cincuenta días después de eso Jehová sentó a Jesús a su propia diestra en el cielo para que esperara el tiempo que Dios había determinado para establecer el Reino y para poner a todos sus enemigos en el cielo y en la tierra bajo los pies de su Hijo como Rey.—Hech. 2:32-36, NM; Sal. 110:1, 2.
LAS ANTIGUAS NUEVAS HECHAS MEJORES
9. ¿Cómo ha sido aumentada la benignidad de las nuevas hoy en día, y qué garantizó Jesús que tendrían sus seguidores hoy en día?
9 Hace diecinueve siglos ese mensaje del Reino proclamado por Jesús y sus seguidores fueron las mejores nuevas que se habían proclamado en tiempo alguno. Fueron nuevas gratis para los pobres. Alentaron a los mansos. Vendaron los corazones quebrantados. Dieron vista a los que eran ciegos en asuntos religiosos. Pusieron en libertad a los que estaban bajo el peso de las opresiones y esclavitud de este mundo, y consolaron a todos los que lloraban a causa de las malas condiciones religiosas. El transcurso de mil novecientos años no ha disminuído la benignidad de ese mensaje del Reino; todavía son buenas nuevas. Pero la benignidad de las nuevas ha aumentado hoy día. ¿Por qué? Porque el reino de Dios, que fué tan esperado, ha sido establecido en manos de su Hijo Jesucristo. Fué establecido en el trono de Dios en los cielos, donde su Hijo ha estado sentado diecinueve siglos a su mano derecha. Fué establecido en 1914 d. de J.C., el mismo año que comenzó la primera guerra global que cambió al mundo. Jesús nos dijo que oráramos por que ese reino de Dios por medio de su Cristo extendiera su poder a esta tierra para acabar con las condiciones malas que existen. Nos enseñó esta oración: “Nuestro Padre en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Cúmplase tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.” (Mat. 6:9, 10, NM) Hace diecinueve siglos los testigos de Jehová sobre la tierra, a saber, Jesús y sus seguidores, osadamente declararon las buenas nuevas del reino venidero. Hoy, desde 1914, ¿qué tienen que hacer los seguidores verdaderos de Jesús, que igualmente son testigos de Jehová? ¿Tienen ellos algún mensaje dado por Dios, algunas buenas nuevas, que decir a la gente de todas las naciones, tribus, familias y lenguas? Jesucristo garantizó que sus seguidores de hoy día tendrían tal mensaje.
10. ¿En conexión con qué cosa predijo Jesús el trabajo de sus seguidores hoy día, y cómo?
10 Mirando hacia el futuro con la visión de un profeta inspirado, Jesús previó y predijo los acontecimientos de nuestra generación desde 1914. Él predijo la primera guerra mundial con sus concomitantes hambres, pestilencias y terremotos y persecución religiosa, todo lo cual junto es prueba terrestre visible de que el reino de Dios al fin ha recibido su poder y está gobernando hacia la tierra. Entonces Jesús predijo la obra de sus seguidores en ese tiempo, que es nuestro tiempo. ¿Había de ser su trabajo el de multiplicar los sufrimientos, pesares y crímenes de la tierra por medio de participar en guerras mundiales y perseguir a otras personas religiosas? ¡No! Señalando adelante hacia un trabajo gozoso y consolador para sus seguidores, Jesús dijo: “Y [después de la I Guerra Mundial] estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin consumado [de este sistema de cosas].” (Mat. 24:7-14, NM) Este testimonio del reino establecido de Dios tiene que darse antes de que este sistema de cosas lisiado por las guerras termine totalmente en una lucha de Armagedón.
SALMO DE CORONACIÓN
11. ¿Qué merece el establecimiento del reino de Dios, y por qué?
11 El establecimiento del reino celestial de Dios sobre esta tierra rebelde merece un cántico de coronación, un cántico para glorificar el coronamiento de su amado Hijo Jesucristo como su Rey nombrado sobre todo el género humano. Cuando en el año 33 Jesús entró en la ciudad de Jerusalén cabalgando al estilo real, los gobernantes religiosos judíos del templo dejaron pasar la oportunidad de ofrecerle una corona. No lo reconocieron como el Hijo prometido del famoso rey David, que hacía mucho tiempo se había sentado en el ‘trono de Jehová’ en Jerusalén. (1 Cró. 29:23) No tenían el mismo ánimo que tenía la muchedumbre gozosa que acompañó a Jesús a la ciudad real, gritando: “¡Salva, rogamos, al Hijo de David!”
12. ¿Cómo llegó el rey David a componer un cántico de coronación para nosotros, y por qué tenemos que cantarlo ahora?
12 El antiguo rey David mostró lo apto que era un cántico de coronación en un acontecimiento tal como el de asumir Jehová el poder sobre toda la tierra. David hizo que trajeran la señal visible de la presencia de Dios, el Arca del Pacto hecha de oro, a la ciudad real de Jerusalén y que la pusieran en una tienda de campaña cerca de su palacio real. De modo que David compuso y cantó un cántico de coronación, que alcanzó su clímax grandioso con el tema: “Alégrense los cielos, llénese de gozo la tierra, y digan entre las naciones: ‘¡Jehová mismo ha llegado a ser rey!’” (1 Cró. 16:23-33, NM) Bajo la guía del espíritu santo de Jehová el rey David adaptó ese mismo tema y compuso un nuevo salmo. Este salmo mostró que un cántico de coronación tiene que ser cantado en una escala grandiosa ahora en nuestro día después del establecimiento del reino de Dios y después de colocar en su trono celestial a su resucitado Hijo fiel en 1914. En el Libro de los Salmos éste es el Salmo 96, y se conoce como uno de los Salmos de Coronación. La gran entronización y gloriosa coronación han tenido lugar en las resplandecientes cortes del cielo, del cual hecho tenemos toda la evidencia necesaria desde 1914. De modo que todas las cosas que se ordenan en este Salmo de Coronación tienen que llevarse a cabo. Los testigos de Jehová de hoy día, con el ojo de la fe, están llevando a cabo esas cosas. ¿Cuáles cosas?
UN NUEVO CÁNTICO
13. ¿Qué cosas menciona el Salmo 96:1-3, y qué invenciones más recientes de la ciencia no son las cosas nuevas acerca de las cuales cantar a Jehová?
13 “Canta a Jehová un cántico nuevo, canta a Jehová, toda la tierra. Canten a Jehová, bendigan su nombre. Digan de día en día las buenas nuevas de salvación por él. Declaren entre las naciones su gloria, entre todos los pueblos sus maravillosas obras.” (Sal. 96:1-3, NM) Las bombas de hidrógeno, que tienen la fuerza explosiva mortífera de millones de toneladas de los explosivos comunes, aunque se encuentran entre las invenciones más recientes de la ciencia moderna, no son nada nuevo acerca de lo cual cantar a Jehová. Hace miles de millones de años, como los mismos científicos han señalado, Jehová Dios hizo que dentro del sol acontecieran explosiones termonucleares de hidrógeno para suministrar luz y calor a nuestra tierra, para que el género humano pudiera existir sobre este planeta. Las bombas, los proyectiles balísticos de largo alcance, los submarinos atómicos y las otras invenciones militares y productos comerciales de la ciencia del siglo veinte no son las “maravillosas obras” acerca de las cuales cantar en alabanza a Jehová como si él hubiese guiado e iluminado a los científicos a ejecutarlas. Los científicos se mofan de Jehová y prefieren usar el cerebro que él dió al hombre al tiempo de crearlo en cosas incorrectas por medio de servir al enemigo maligno de Dios y el hombre, Satanás el Diablo.
14. ¿Qué cosa nos suministra el tema para un “nuevo cántico,” y por qué?
14 No, estas invenciones y desarrollos científicos modernos no nos suplen el tema para el nuevo cántico de alegría. Desde 1914 el acontecimiento grande y arrollador que suministra al pueblo de Jehová el tema para un “nuevo cántico” que da alabanza a él es el nacimiento de su gobierno real, que él coloca sobre los hombros de su Hijo Jesucristo quien ha esperado esto mucho tiempo. Aunque fué prometido hace aproximadamente seis mil años en el primer hogar terrestre del hombre, en el paraíso del Edén, hasta 1914 d. de J.C. no había habido nada en el cielo o sobre la tierra semejante a este reino de Dios por su Simiente prometida, Jesucristo. (Gén. 3:15) Nunca antes de 1914 ha habido una organización capital sobre todo el universo viviente, con Cristo como Cabeza suya y con el Altísimo Dios Jehová morando en ella y funcionando por medio de ella para hacer que su voluntad sea hecha en todo el universo. (Fili. 2:5-11) Esto verdaderamente es algo nuevo, algo gloriosamente nuevo, y significa bendición para todos los hombres de buena voluntad así como para los ángeles santos. Cuando una persona comprende esto, ello hace que prorrumpa en canto. ¡Requiere un nuevo cántico, con un tema enteramente nuevo, enteramente diferente! Jehová por medio de introducir su reino ha hecho posible esto. Es a él y en honor de él que debe cantarse el nuevo cántico.
15. ¿A quiénes se habla como “toda [la gente de] la tierra,” y qué está haciendo ella en cumplimiento del salmo?
15 A “toda [la gente de] la tierra” se le exhorta a cantar a él y a bendecir su nombre. Es decir, a ustedes a quienes Jehová ha hecho israelitas espirituales en su organización, para que sean sus testigos en todas las naciones. Ustedes fueron aquellos a quienes su Dios primero reveló estas verdades y a quienes él primero les enseñó a cantar este nuevo cántico. Él preordenó que había de haber 144,000 de ustedes, los israelitas espirituales, asociados con Jesucristo en su reino celestial, no sobre el monte de Sión terrestre, donde el rey David solía reinar, sino en el monte de Sión celestial o asiento del gobierno real. Por diecinueve siglos Jesús ha estado en el cielo, glorificado allí a la mano derecha de su Padre. Pero desde el establecimiento del reino gobernado por Dios la mayor parte de los testigos cristianos fieles de Jehová, los israelitas espirituales, ha sido glorificada con el Cristo entronizado en el monte de Sión. ¿Cómo? Por medio de ser resucitados ellos de la muerte a la vida en el cielo como criaturas espirituales inmortales que tienen “naturaleza divina.” Sólo un pequeño resto de los 144,000 herederos del reino celestial de Dios todavía se encuentra sobre la tierra. Pero todos los 144,000, tanto los del resto que todavía se encuentran sobre la tierra como los resucitados triunfantes herederos del Reino, están cantando para la alabanza de Jehová, cooperando todos juntos visible e invisiblemente en dar a conocer los maravillosos nuevos hechos de la historia universal. El Apocalipsis, en el capítulo 14, versículos 1-4, descubre ante nuestra vista la magnífica visión.
16. ¿Qué visión se le dió a Juan de que ellos hacían esto?
16 Allí el apóstol Juan, quien primero vió la visión, escribe: “Y yo vi, y ¡he aquí! el Cordero [Jesucristo, que fué sacrificado una sola vez] de pie sobre el monte de Sión, y con él ciento cuarenta y cuatro mil teniendo su nombre y el nombre de su Padre escrito en sus frentes. Y oí un sonido procedente del cielo como el sonido de muchas aguas y como el sonido de fuerte trueno; y el sonido que oí fué como el de cantantes que se acompañan con el arpa tocando en sus arpas. Y cantan como si fuera un nuevo cántico ante el trono [de Dios] y ante las cuatro criaturas vivientes y las personas de edad avanzada; y nadie pudo aprender ese cántico aparte de los ciento cuarenta y cuatro mil, que se han comprado de la tierra. Estos son los que no se contaminaron con mujeres; en realidad, son vírgenes. Estos son los que persisten en seguir al Cordero [Jesucristo] no importa dónde vaya. Estos fueron comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero.”—NM.
17. ¿De quiénes tiene que aprender la gente sobre la tierra este “nuevo cántico,” y por qué?
17 En obediencia al mandato del Salmo 96:1-3 el resto espiritual sobre la tierra, que ha aprendido el cántico, actúa como una clase del “esclavo fiel y discreto” y canta el “nuevo cántico.” (Mat. 24:45-47, NM) Todos los demás sobre la tierra que quieran tener parte en cantar tienen que aprender del resto este cántico enteramente nuevo y diferente, porque los políticos y financieros e industriales de este mundo y aun los clérigos nominalmente cristianos de la cristiandad no saben el nuevo cántico y no pueden enseñarlo a nadie. Sólo a Jesucristo y sus 144,000 coherederos les ha enseñado el nuevo cántico Jehová Dios y sólo ellos pueden llevar la delantera en cantarlo. (Isa. 54:13; Juan 6:44, 45) Ellos son las personas a quienes Dios ha estado escogiendo durante los pasados diecinueve siglos, dando su atención a las naciones “para tomar de ellas un pueblo para su nombre,” Jehová. (Hech. 15:14, NM) Ya hace siglos que los diferentes sistemas religiosos de la cristiandad han tenido activos a sus misioneros dentro de la cristiandad y entre todas las naciones fuera de la cristiandad, y no obstante todos ustedes los habitantes del globo saben que no ha sido el clero religioso de la cristiandad o de la judería el que les ha informado concerniente al nombre Jehová o el que les ha enseñado a bendecir su nombre, como dice el Salmo 96:2 que lo hagan los cristianos verdaderos.
18. ¿Quiénes han traído el nombre de Jehová a la atención del mundo hoy día, y particularmente desde cuándo?
18 Hace treinta y un años, en el número del 1 de enero de 1926 de la revista The Watchtower, el artículo primero y principal llevó el título: “¿Quiénes honrarán a Jehová?” Desde ese tiempo en particular los fieles adherentes a esta revista han mostrado que son dignos del nombre que los identifica, testigos de Jehová, nombre que ellos jubilosamente abrazaron en 1931. Desde 1931 todos los pueblos de la tierra han conocido que ha sido el resto cristiano que lleva el nombre de Jehová el que ha traído Su nombre a la atención de ellos y les ha mostrado las grandiosas razones que hay para honrarlo y bendecirlo. El clero, católico, protestante y judío, sin embargo, no imita a Jesús, quien dijo a Jehová Dios: “He hecho tu nombre manifiesto a los hombres que del mundo me diste.” En vez de eso, se ha mofado de los testigos de Jehová y ha tratado de impedir de todas maneras que ellos den testimonio al santo nombre de Dios. ¡Pero todo en vano! Los testigos de Jehová han seguido adelante, imitando a Jesucristo. (Juan 17:6, NM) Ellos han hecho manifiesto el nombre de Jehová, obedeciendo el mandato: “Declaren entre las naciones su gloria, entre todos los pueblos sus maravillosas obras.” (Sal. 96:3, NM) Ni siquiera los países gobernados por los comunistas han podido impedir que los testigos de Jehová obedezcan este mandato divino. Aun en esos países han esparcido melodiosamente las alegres nuevas de que el reino de Jehová por Cristo fué puesto en acción en los cielos en 1914.
¿DÓNDE HA HABIDO SALVACIÓN?
19. ¿Por qué no ha salvado el reino de Dios a las naciones de entrar en esta condición mundial que suscita temor?
19 Pero si ese gobierno divino ha estado funcionando desde el primer año de la I Guerra Mundial, ¿dónde ha habido salvación por él? ¿Dónde ha habido algunas buenas nuevas de salvación por Jehová que se pudieran decir? ¿Por qué están las naciones, aun las de la cristiandad, acercándose al borde de la destrucción de ellas mismas y tratando de salvarse de las consecuencias inevitables de su creciente división y de su mal uso de las invenciones de la ciencia moderna? ¿Por qué no las ha salvado Jehová por su reino de esta condición mundial que suscita temor? Los hechos contestan que es a causa de que las naciones no quieren el reino de Jehová por Cristo. No lo consideran como la bendición más grandiosa que le pudiera sobrevenir a todo el género humano; al contrario, ellas no tienen fe en él. En realidad, lo temen como si fuera la peor cosa que pudiera sobrevenirle a la humanidad. Confiando en ellas mismas, se sienten independientes del reino celestial de Dios y no quieren ser parte alguna de él y no quieren salvación por él. El hecho de que ellas rechazan el mensaje del Reino que los testigos de Jehová publican y que persiguen y estorban a estos testigos pone de manifiesto que están en contra del Reino. Sus guerras mundiales y su Sociedad de las Naciones y sus Naciones Unidas para la dominación mundial también lo prueban. En consecuencia no ha habido ninguna salvación para ellas y sus asuntos marchan de mal en peor.
20. ¿Cómo experimentaron los ángeles celestiales una salvación por el Reino?
20 Pero nosotros que hemos sido salvados sabemos que ha habido una “salvación por él” de la cual debemos hablar de día en día como buenas nuevas. Sabemos que el “dios de este sistema de cosas” es Satanás el Diablo, el adversario más inicuo de Dios, y que “el mundo entero está yaciendo en el poder del inicuo.” (1 Juan 5:19 y 2 Cor. 4:4, NM) Sabemos que en 1914 se desató furiosamente una guerra peor que la I Guerra Mundial sobre la tierra. Fué una guerra en el cielo. No una guerra desde zepelines o por aviones, no una guerra por superhombres, no una guerra por míticos “marcianos,” sino una guerra en los cielos invisibles por Cristo, el Rey recién entronizado, y sus ángeles en contra del dios falso, Satanás el Diablo, y sus ángeles demoníacos. La guerra celestial estableció el reino recién nacido de Dios más firmemente en el poder, porque todas las huestes satánicas sufrieron una derrota y fueron arrojadas hacia abajo desde esos cielos a la proximidad de nuestra tierra. ¡Cómo apreciaron las huestes celestiales esta salvación por el poder de Dios! Con voz alta exclamaron: “¡Ahora han acontecido la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de su Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos ha sido arrojado hacia abajo! . . . ¡Alégrense por causa de esto, ustedes cielos y los que residen en ellos! Ayes para la tierra y para el mar, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran ira, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.” (Apo. 12:7-12; 11:15-18, NM) Aun aparte de la guerra mundial entre sus naciones esta derrota en la guerra celestial fué una tribulación terrible para Satanás y su organización mundial.
21, 22. ¿Quiénes sobre la tierra experimentaron primero una salvación por el Reino, y cómo?
21 Pero Satanás sabía que sólo era el comienzo de la tribulación que le venía a su organización. Sabía que después de un “corto período de tiempo” vendría el grandioso fin de esa tribulación, y que esto querría decir el Armagedón para él, su derrota aplastante por la destrucción de toda su organización en la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso.” (Apo. 16:13-16; 19:11 a 20:3, NM) Este “corto período de tiempo” acortó la tribulación que el reino recién nacido le impuso a su organización. Les sirvió como desahogo a él y sus demonios. Pero no fué en el interés de él que esos días de tribulación fueron abreviados. Fué en el interés de lograr una salvación divina del resto de los 144,000 coherederos de Jesucristo, “el residuo de su simiente, los que guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesús.” (Apo. 12:17) Al residuo o resto se le ultrajó maliciosamente durante la I Guerra Mundial, tanto en los Estados Unidos de Norteamérica como en las otras naciones en guerra, en un esfuerzo por desorganizarlo, detener su obra de testimonio, atemorizarlo para que se alejara para siempre de su obra y arruinar su reputación y crédito por todo el tiempo venidero. No principalmente a la muerte física, sino a la muerte espiritual se enfrentaban los del resto si continuaban en su condición de esclavitud a este mundo en guerra contra el reino de Dios. Si el Armagedón les hubiese sobrevenido a las naciones en ese entonces, el resto, bajo disfavor divino por faltar en su deber a Jehová, tal vez hubiera perecido con las naciones mundanas.
22 La situación seria del resto de los escogidos de Dios requería una salvación misericordiosa. Sólo Jehová podía proveerla por medio de su Cristo victorioso, y lo hizo, abreviando la tribulación que había venido a la organización de Satanás y reservando el Armagedón para después de un “corto período de tiempo.” Jesús predijo esto en estas palabras: “Aquellos días serán días de una tribulación como la cual no ha acontecido una desde el principio de la creación que Dios creó hasta aquel tiempo y no ocurrirá otra vez. De hecho, a menos que Jehová hubiese acortado los días, ninguna carne se salvaría. Pero a causa de los escogidos que él ha escogido él ha acortado los días.”—Mar. 13:19, 20, NM.
23. Como se les reveló en 1920, ¿por qué habían sido salvados sobre la tierra los del resto?
23 La historia moderna registra el hecho de que en la primavera de 1919, o poco después del fin de la I Guerra Mundial, Jehová Dios sorprendió aun a la cristiandad y libró a los del resto de sus testigos de la esclavitud vil en que estaban a este mundo. El año siguiente él les abrió los ojos para que vieran que habían sido “salvados” y librados y conservados vivos sobre la tierra para cumplir el mandato profético de su Amo: “El que haya perseverado hasta el fin es el que será salvo. Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada con el propósito de dar un testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin consumado.” (Mat. 24:13, 14, NM) Ellos eran los únicos que tenían estas “buenas nuevas” del Reino que había sido establecido en los cielos al fin de los “tiempos señalados de las naciones” en 1914. Eran buenas nuevas de salvación. Ese reino había peleado en el cielo para efectuar la salvación de los ángeles santos de las actividades profanadoras y amenazadoras de Satanás y sus ángeles demoníacos. Había salvado al resto de los escogidos sobre la tierra de su peligro espiritual y lo había librado y animado para el servicio reanudado de Jehová y su reino.
24. ¿Quiénes más sobre la tierra han sido salvados desde entonces?, y por eso, ¿qué es un privilegio hacer ahora?
24 Hoy, años después de eso, la mayoría de esta generación ha rechazado el testimonio que el resto ha tenido que dar antes de que venga el fin completo de este sistema de cosas en el Armagedón. Sin embargo la predicación de “estas buenas nuevas” del reino de salvación ya ha resultado en la salvación de una “grande muchedumbre” de personas de buena voluntad “de entre todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas.” Tenía que acontecer así inevitablemente, porque fué predicho. (Apo. 7:9-17, NM) En el Armagedón el reino teocrático triunfará y librará al universo de la organización de Satanás y salvará a esta “grande muchedumbre” de personas de buena voluntad a través de la tribulación destructiva del Armagedón y la introducirá al nuevo mundo, el justo nuevo sistema de cosas que predominará en la tierra. Después del Armagedón ese reino, ejerciendo todavía más su poder salvador, traerá salvación aun a los muertos que están en las tumbas memorialescas por medio de resucitarlos a la vida sobre la tierra durante los mil años del reinado de Cristo. Teniendo en cuenta todas estas cosas, aquí, en verdad, desde 1919 hay una “salvación por él,” tal salvación que las buenas nuevas acerca de ella merecen contarse “de día en día.” Es un privilegio intensamente conmovedor unirse a los salvados y participar en decirlas.