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La ciencia: un punto de vista equilibrado¡Despertad! 1983 | 22 de febrero
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cortés para “falsificación”, pero que significa lo mismo.
Un ejemplo de predisposición intencional ocurrió en 1976. Varios periódicos alemanes aclamaron como “sensacional” el descubrimiento de un fósil que se desenterró entonces. Se pensó que era un eslabón perdido en la cadena de los cefalópodos, y, por lo tanto, una prueba a favor de la evolución. En 1979 se expuso la “predisposición intencional” y se halló que el fósil era falso. “Pero —gimió un periodista— la paleontología [el estudio de los fósiles] está señalada por una interesante historia de fósiles falsificados.”
Por consiguiente, aunque no debemos quitarle méritos a las grandes contribuciones que ha hecho la ciencia para la humanidad, también debemos recordar las limitaciones de la ciencia. Esto es especialmente importante cuando la comparamos con esa otra gran fuente de información: la Biblia.
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La ciencia y la Biblia¡Despertad! 1983 | 22 de febrero
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La ciencia y la Biblia
¿HACE la ciencia moderna que sea imposible creer en la Biblia? Algunas personas parecen creer que sí, pero debemos recordar que la Biblia no es principalmente un libro de texto científico. Revela una verdad que es de índole diferente a la que se revela por métodos científicos. No obstante, a veces sí toca asuntos que tienen que ver con la geología, la arqueología y otras ciencias. En tales casos, ¿está ella en armonía con lo que dicen los científicos? Considere tan solo dos ejemplos:
En el libro de los Salmos leemos: “Él ha fundado la tierra sobre sus lugares establecidos; [...] Con una profundidad acuosa precisamente como una prenda de vestir la cubriste. Las aguas estaban situadas por encima de las montañas mismas. [...] Montañas procedieron a ascender, llanuras de valles procedieron a descender” (Salmo 104:5-8). ¿Realmente ‘ascienden’ las montañas? Y ¿están a veces sumergidas en el mar? El libro The Book of Popular Science dice: “Desde los tiempos [más remotos] hasta la actualidad, ha continuado el proceso perpetuo de construir y destruir montañas. [...] Las montañas no solo han provenido del fondo de océanos que se han desvanecido; también han estado sumergidas mucho tiempo después de su formación, y luego han vuelto a elevarse”.
En el primer versículo de la Biblia leemos: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). En un tiempo los científicos debatían acaloradamente la cuestión de si alguna vez hubo un principio, o si la materia siempre había existido. Pero, en 1979, la revista Time declaró: “La
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