Sobreviviendo por medio de la fe
“El que se acerca a Dios tiene que creer . . . que viene a ser remunerador de los que lo buscan encarecidamente.”—Heb. 11:6.
1. ¿A quiénes se les promete el galardón de sobrevivir, y qué tienen que hacer?
MUCHOS afirman creer en Dios, pero, ¿creen en él como Dios, Jehová? ¿‘Miran resueltamente hacia el pago del galardón,’ como lo hizo aquel denodado paladín del nombre de Jehová, el profeta Moisés? (Heb. 11:26) Es únicamente a los “mansos de la tierra,” a los que ‘buscan a Jehová’ de todo corazón, junto con la justicia y la mansedumbre, a los que se les promete el galardón de sobrevivir a través del “día de la ira de Jehová” para entrar en su nuevo mundo de paz. (Sof. 2:3) Deben buscar encarecidamente a Dios por medio de su Palabra, la Biblia, y en asociación con sus testigos. Deben comprender que, aunque la creación puede subsistir en prueba de la existencia de Dios, solo es la Biblia, su revelación a la humanidad por medio de sus profetas, la que da a conocer su Nombre eterno, la plenitud de su amor abundante, y su propósito glorioso de librar a los que lo aman, en vindicación de su Nombre.—1 Ped. 1:25.
2. ¿Por medio de quién tienen que buscar los hombres a Jehová, y por qué?
2 Preeminentemente, Dios “al fin de estos días nos ha hablado a nosotros por medio de un Hijo, a quien nombró heredero de todas las cosas, y por quien hizo los sistemas de cosas.” (Heb. 1:2) A este Hijo también se le llama la Palabra y Cristo Jesús. Habiendo sido el colaborador de Jehová en la creación, él está bien capacitado para hablar de todas las glorias de los logros de Jehová. “De modo que la Palabra vino a ser carne y residió entre nosotros, y tuvimos una vista de su gloria, gloria como la que pertenece a un hijo unigénito de parte de un padre; y estaba lleno de bondad inmerecida y verdad.” (Juan 1:14) Todos los que buscan al Padre, Jehová, tienen que hacerlo por medio de Su Hijo, porque él es el que derramó su propia sangre vital humana para redimir al hombre del pecado, y quien así puede interceder ante Jehová a favor de los hombres pecaminosos.—Juan 14:6; Heb. 9:11-14.
3. ¿Cómo es él el Profeta como Moisés, y por qué mayor que Moisés?
3 El Hijo no solo es el Medianero entre Dios y el hombre, sino que también es el mayor de todos los profetas. Él es aquel de quien Moisés habló: “Ante eso, Jehová me dijo: ‘. . . Un profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, semejante a ti; y verdaderamente pondré mis palabras en su boca, y ciertamente él les dirá a ellos todo lo que yo le ordene. Y debe suceder que al hombre que no escuche mis palabras que él hablará en mi nombre, yo mismo le pediré cuenta.’” (Deu. 18:17-19) Pedro identificó más tarde a este profeta representado por Moisés como el “Cristo nombrado para ustedes, Jesús.” (Hech. 3:19-24) ¿En el nombre de quién profetizó él? ¿En su propio nombre, Jesús? No, sino en el nombre del Dios que lo envió, Jehová. Así él testificó concerniente a su Padre, Jehová: “No puedo hacer ni una sola cosa de mi propia iniciativa; así como oigo, juzgo; y el juicio que yo dicto es justo, porque no busco mi propia voluntad, sino la voluntad del que me envió.” (Juan 5:30) El enseñó a sus seguidores a orar: “Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre,” y él mismo oró en una hora de prueba: “Padre, glorifica tu nombre.” (Mat. 6:9; Juan 12:28) Como el Profeta mayor que Moisés, Jesús hizo aun más que Moisés en declarar y glorificar el nombre de Jehová. Al terminar su derrotero terrestre, pudo decir en oración a Jehová: “He puesto tu nombre de manifiesto a los hombres que me diste del mundo. . . . Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad.”—Juan 17:6, 17.
4. ¿Qué grandes profecías habló Jesús que son de vital interés en esta era nuclear?
4 En el nombre de Jehová Dios, el profeta Jesús habló profecía que es de vital interés a los hombres que viven en la Tierra en esta era nuclear. En los capítulos 24 y 25 de Mateo él predijo las guerras mundiales, las hambres, los terremotos, el aumento del desafuero, la predicación del reino de Dios, la subida a la prominencia de las N.U., el aumento del materialismo, y muchas otras evidencias que señalan a esta era como “la conclusión del sistema de cosas.” Culminando esta gran profecía, Jesús habló de sí mismo como viniendo en gloria del Reino para separar a las naciones como ovejas y cabras. A las ovejas él dice: “Vengan, ustedes que tienen la bendición de mi Padre, hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo.” A estos individuos a semejanza de ovejas se les representa como mostrando buena voluntad a los hermanos de Cristo. (Mat. 24:3, 7, 12, 14, 15, 37-39; 25:31-46) Hoy, los que buscan encarecidamente el galardón de Jehová por medio de la fe hacen bien en asociarse y servir con la sociedad del nuevo mundo de testigos de Jehová.
5. ¿Cómo recalcó Jesús el aguante gozoso, tanto de palabra como de hecho?
5 En conexión con este fin del mundo, Jesús también dijo: “Mas el que haya perseverado hasta el fin es el que será salvo.” (Mat. 24:13) Este aguante en la fe es importante a todos los que sobrevivirán y alcanzarán el galardón. Jesús mismo es el ejemplo superlativo de aguante, de modo que a todos se nos amonesta así: “[Miren] atentamente al Agente Principal y Perfeccionador de nuestra fe, Jesús. Por el gozo que fue puesto delante de él aguantó un madero de tormento, despreciando la vergüenza, y se ha sentado a la diestra del trono de Dios. Sí, consideren con sumo cuidado y atención al que ha aguantado tal habla contraria de pecadores en contra de sus propios intereses, para que no vayan a cansarse y a desfallecer en sus almas.” (Heb. 12:2, 3) ¡“Por el gozo que fue puesto delante de él”! ¡Así, también, podemos aguantar todas las pruebas, ‘como si viéramos a Aquel que es invisible,’ y con la gloriosa perspectiva de las bendiciones del nuevo mundo de Jehová!—Heb. 11:27.
6. ¿Qué galardones les aguardan al “rebaño pequeño” y a la “grande muchedumbre”? ¿Por qué?
6 ¿Cuál es el galardón, por el cual se nos amonesta que nos esforcemos tan encarecidamente? A sus coherederos en el reino del cielo, Jesús dijo: “No teman, rebaño pequeño, porque su Padre ha aprobado darles el reino.” “Busquen continuamente su reino.” (Luc. 12:32, 31) También, Pablo dice: Dios “pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que por perseverancia en la obra que es buena buscan gloria y honra e incorruptibilidad.” (Rom. 2:6, 7) Así que el premio para el “rebaño pequeño” de 144,000 seguidores de Jesucristo es gloria del Reino con vida eterna. Después de describir a este rebaño del Israel espiritual en Apocalipsis 7:4-8, el profeta Jesús pasa a dar una visión de “una grande muchedumbre, que ningún hombre podía contar,” tomada de entre todas las tribus de la humanidad. Esta también busca el galardón de Dios con fe, por medio de ‘rendirle servicio sagrado día y noche en su templo.’ ¿Será defraudada en su esperanza? No, porque la profecía pasa a decir que “el Cordero, que está en medio del trono, los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida. Y Dios limpiará toda lágrima de sus ojos.” (Vss. Rev 7:9-17) Ora que el galardón sea vida eterna con el Cordero, Cristo Jesús, en su Reino celestial, o vida eterna en el dominio terrestre de ese reino, ¡cuánto vale la pena esforzarse por ese galardón con fe fuerte, y con aguante!
PRUEBAS DE AGUANTE
7, 8. (a) ¿Qué resulta por medio de retener integridad con fe? (b) ¿Qué ayuda inconmensurablemente tocante a aguante?
7 Consideradas apropiadamente, las pruebas a las que se enfrentan los hombres de fe son causa de regocijo. ¿Por qué? Porque, haciéndoles frente apropiadamente, traerán satisfacción, y con ello la fortaleza que resulta de retener la integridad. Por esta razón Pedro escribe: “En este hecho ustedes están regocijándose en gran manera, aunque ahora por un poco de tiempo, si es menester, han sido contristados por diversas pruebas, a fin de que la cualidad probada de su fe, de mucho más valor que el oro que perece a pesar de ser probado por fuego, sea hallada causa de alabanza y gloria y honra al tiempo de la revelación de Jesucristo.” (1 Ped. 1:6, 7) Como los profetas fieles de la antigüedad, como Jesús, el gran profeta y dechado, como los valerosos vencedores del día moderno entre los testigos de Jehová, ¡todos con regocijo persistamos en esta batalla de la fe!
8 Como una ayuda para aguantar con fe fuerte, siempre debemos considerar como de gran valor nuestro inestimable privilegio de mantener en alto el glorioso Nombre de Jehová Dios. (Salmo 145) Se debe al inicuo desafío de Satanás a la supremacía de Jehová que se le ha permitido que pruebe y persiga a los siervos de Dios hasta este día. (Éxo. 9:16) Por medio de aguantar en integridad podemos participar en la vindicación de Jehová. ¡Cuán profundo amor tenemos al santo Nombre de Jehová! ¡Ese Nombre significa más para nosotros que cualquier otro nombre en el extenso universo! Solo por medio de retener integridad a Jehová podemos mostrar nuestro aprecio sincero por todo lo que ha creado y hecho, nuestro aprecio por el don de vida, sí, nuestro aprecio por su abrumadora bondad amorosa al proveer el camino de la vida eterna por medio de su Hijo, Cristo Jesús. Así, con fe regocijada respondemos a la llamada: “Canten a Jehová, bendigan su nombre. Digan de día en día las buenas nuevas de salvación por él.”—Sal. 96:2.
9, 10. (a) ¿Qué debe estar unido al amor a Jehová? (b) ¿Por qué es el estudiar de importancia tan vital, y cuáles son algunos ejemplos bíblicos?
9 Unidos con un amor a Jehová y su justicia, debemos tener un profundo odio a lo que es injusto, a lo que reprocha o difama el nombre de Jehová, o a lo que viola sus principios justos. En esto, debemos ser del mismo parecer que Cristo Jesús, de quien está escrito proféticamente: “Has amado la justicia y odias la iniquidad. Por eso Dios, tu Dios, te ha ungido con el aceite de exultación más que a tus compañeros.” (Sal. 45:7) Que nosotros, también, participemos de esa exultación odiando todo lo que viola los principios correctos de Jehová. No que odiaremos a los individuos como tales, sino que ciertamente no queremos asociarnos con los que dicen de Jehová: “En el conocimiento de tus caminos no hemos hallado deleite.” (Job 21:14) Más bien, pasemos tiempo con otros de la misma fe preciosa nuestra, y estudiando los pensamientos de Jehová. “¡Qué grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos. Ningún hombre irrazonable mismo puede conocerlas, y ninguno que sea estúpido puede entender esto.”—Sal. 92:5, 6.
10 ¡Sí, estudie! ¡Qué ayuda para el aguante! ¡Cuánto edifica la fe, fijando el corazón en alcanzar el galardón! ¿Apreciamos todos, y ahondamos bastante para obtener el pleno caudal de información que se encuentra en cada número de La Atalaya? En casi todos los países hoy día, la religión solo es una conveniencia social, que ha de visitarse para bautizos, casamientos y funerales. Hay mucho ceremonial, pero el interés en doctrina o profecía casi no existe. No hay fe viva, no hay nada de la investigación celosa por la verdad bíblica que ejemplificaron enérgicamente los testigos cristianos primitivos. Pues, “día tras día asistían constantemente y de común acuerdo al templo” para recibir instrucción de la Biblia, y a medida que predicaron a otros las magníficas verdades que aprendieron, éstos también “recibieron la palabra con suma prontitud de ánimo, examinando con cuidado las Escrituras diariamente en cuanto a si estas cosas eran así.” (Hech. 2:46; 17:11) Era un asunto diario; era su mismísima vida. Por eso, hoy, los que buscan los galardones de la fe tienen que abandonar las costumbres perezosas de la religión del viejo mundo, clavar los ojos con fe en el nuevo mundo de Jehová y llegar a ser de toda alma en el estudio bíblico personal diario, así como en la asistencia regular a las reuniones con los cristianos verdaderos.
11, 12. (a) ¿Qué ejemplo del día moderno ilustra el aprecio a la provisión de Jehová? (b) ¿Por qué el estudio y la asociación son tan esenciales en este tiempo particular?
11 Un ejemplo del día moderno del celo de los cristianos verdaderos por la Biblia y su estudio se halla en aquellos testigos de Jehová que sufrieron en los campos de concentración nazis. Después de su propia liberación del campo de concentración, Genoveva de Gaulle, sobrina del general De Gaulle, el actual presidente de Francia, dijo esto concerniente a las testigos de Jehová en el Campo de Mujeres de Ravensbruck: “De veras, les tengo verdadera admiración. Eran de varias nacionalidades: alemanas, polacas, rusas y checas, y han aguantado muy grandes sufrimientos por sus creencias. . . . Todas ellas mostraron gran valor y su actitud atrajo con el tiempo aun el respeto de los S.S. Pudieron haber sido puestas en libertad inmediatamente si hubieran renunciado a su fe. Pero, al contrario, no cesaron de resistir, hasta teniendo éxito en introducir libros y tratados en el campo, los cuales escritos causaron que varias entre ellas fueran ahorcadas.”a
12 ¡Piense! ¿Es nuestra propia fe tan fuerte que arriesgaríamos el ser ahorcados para obtener el número más reciente de La Atalaya? ¿Hemos edificado nuestra fe hasta el punto en que confiamos en resistir cualquier prueba que el ataque final de Gog de Magog traiga sobre nosotros? Tal vez llegue el día cuando sea muy difícil reunirnos, así como nuestros hermanos hicieron frente a tales pruebas en los campos de concentración nazis, y como otros hacen frente a ellas en los campos soviéticos hoy día. Ahora, en este período de respiro de comparativa libertad para reunirse hay la oportunidad preciosa de reunirse cuatro o cinco veces a la semana, y absorber tanto la asociación cristiana como las preciosas verdades bíblicas que fortalecerán nuestra fe para sobrevivir y entrar en el nuevo mundo de justicia. “¡Miren! Ahora es el tiempo especialmente acepto. ¡Miren! Ahora es el día de salvación.”—2 Cor. 6:2.
13. ¿Por qué debemos guardarnos de “los ojos altivos”?
13 Otras pruebas de fe no son el directo ataque de frente de las persecuciones. Son el ataque indirecto, las emboscadas que Satanás pone a lo largo del camino, y pueden venir inesperadamente a cualquier tiempo. Otra vez, la fe fuerte y el aprecio profundo de la justicia de Jehová son lo que vencerá. Como aconseja Proverbios 6:16-19, hay siete cosas que son detestables al alma de Jehová. La primera de éstas es “los ojos altivos.” Una persona pudiera estudiar duro, obtener un conocimiento excelente de las Escrituras, y progresar hasta grandes privilegios de servicio en la organización de Jehová. Sin embargo, ¿qué beneficio aportará todo esto si se hincha, y comienza a pensar que es alguien? Su orgullo solo pondrá prólogo a una gran caída. La seguridad en sí misma la expondrá plenamente al ataque de Satanás, y faltará el escudo grande de la fe cuando uno de los proyectiles encendidos del inicuo la atraviese para humillarla. (Efe. 6:16) Aun Moisés el hombre de fe tropezó en una ocasión, pero se recobró y permaneció en el favor de Dios. (Núm. 20:7-13) A pesar de su glorioso privilegio como profeta de Dios, Moisés siguió siendo el ‘más manso de los hombres,’ y en esto hacemos bien en seguir su ejemplo.
14. ¿De qué otras cosas aborrecibles debemos guardarnos, y por qué?
14 Al vivir en un mundo corrompido, delincuente, el hombre de fe está rodeado de tantas influencias malas, que debe mantenerse en guardia a todo tiempo. Hay otras “cosas que Jehová ciertamente odia,” y las cuales debemos igualmente odiar con un odio piadoso. Son “la lengua falsa, y manos que están derramando sangre inocente, el corazón que inventa ardides perjudiciales, los pies que se apresuran a correr a la maldad, el testigo falso que lanza mentiras, y cualquiera que envía contenciones entre hermanos.” Estas cosas perjudiciales pertenecen al mundo de Satanás, y perecerán con el mundo de Satanás. En el celo de la fe verdadera, debemos guardarnos contra el que entren en nuestra vida individual y en la congregación cristiana. Recuerde: “Jehová es justo; él sí ama los actos justos. Los rectos son los que verán su rostro.”—Sal. 11:7.
15. ¿Qué privilegio maravilloso acompaña a la fe viva?
15 Una fe viva no está contenta con recibir. ¡Lo está la fe que da! ¿De qué mejor manera puede uno dar de su fe que por medio de servicio semanal regular a Jehová, en compañerismo con otros de fe semejante? Sí, trabaje con un propósito, volviendo a visitar a las personas de buena voluntad, estudiando con ellas, y participando plenamente en el arreglo feliz bosquejado en Romanos 10:13-15: “Porque ‘todo el que invoque el nombre de Jehová será salvo.’ Sin embargo, ¿cómo invocarán a aquel en quien no han puesto fe? ¿Cómo, a su vez, pondrán fe en aquel de quien no han oído? ¿Cómo, a su vez, oirán sin alguien que predique? ¿Cómo, a su vez, predicarán a menos que hayan sido enviados? Así como está escrito: ‘¡Cuán hermosos son los pies de los que declaran buenas nuevas de cosas buenas!’” ¡Hermosos verdaderamente a la vista de Jehová son aquellos que él envía, y que aceptan este magnífico privilegio de compartir la fe con otros!
16. ¿Qué consejo aplica a la generación joven hoy día?
16 Hoy, existe una generación nueva y joven que está creciendo en la sociedad del nuevo mundo de los testigos de Jehová. Estos, también, necesitan fe. Muchos que ahora están llegando a asociarse con el pueblo de Jehová no han tenido que aguantar persecuciones ardientes como las de la II Guerra Mundial. No han pasado por chusmas, campos de prisión, encarcelaciones, proscripciones y reproches que han experimentado los Testigos de más años. No obstante, éstos, también, deben estudiar para edificar la misma cualidad genuina de fe que ha caracterizado a los siervos de Jehová en todos los siglos. Estos, también, deben ser diligentes en equiparse con la armadura de la fe, poniendo atención a la exhortación que Pablo dio al joven Timoteo: “Pelea la excelente pelea de la fe, logra asirte firmemente de la vida eterna para la cual fuiste llamado y presentaste la excelente declaración pública en frente de muchos testigos.”—1 Tim. 6:12.
17, 18. ¿Por qué es éste el tiempo para ‘ser vigilantes en cuanto a oraciones’?
17 La fe en Jehová acercará a la persona más a Jehová, y el acercarse a Jehová significa abordarle en oración. En conexión con esto Pedro exhorta: “Pero el fin de todas las cosas se ha acercado. Sean de juicio sano, por lo tanto, y sean vigilantes en cuanto a oraciones. Ante todo, tengan amor intenso los unos para los otros, porque el amor cubre una multitud de pecados.” (1 Ped. 4:7, 8) Manténgase cerca de Jehová en oración, porque es la oración de la fe, unida con amor, la que mantiene los pies de uno en el sendero hacia el galardón de la vida eterna en el nuevo mundo de Dios.
18 Verdaderamente, “el fin de todas las cosas se ha acercado,” y esto se puede apreciar bien por la manera en que las naciones de la humanidad están luchando bajo los problemas de su crisis nuclear de hechura propia. Es el tiempo de estar completamente vigilantes, de mantener la fe de uno en perfecta condición, para estar listo a seguir toda indicación de Jehová y su Hijo, durante estos días culminantes que llevan hasta el Armagedón. ¡Qué día tan tremendo será ése! ¡Que nosotros entonces, todos nosotros, podamos mostrar la cualidad probada de nuestra fe, para alabanza y gloria y honra en la “revelación de Jesucristo” del Armagedón!—1 Ped. 1:7.
19, 20. (a) ¿Qué promesa gloriosa de protección se encuentra en el Salmo 91? (b) ¿Por qué provee Jehová tal protección?
19 Retrocediendo de nuevo hasta el profeta Moisés, podemos leer en su salmo cuán grandes son los galardones para los hombres que buscan encarecidamente a Dios. Estos son los que llegan a morar “en el escondite del Altísimo” y “bajo la mismísima sombra del Todopoderoso.” Ellos dicen a Jehová: “Tú eres mi refugio y mi plaza fuerte, mi Dios, en quien confiaré.” A estos que confían, Jehová les asegura: “No tendrás temor de nada aterrador de noche, ni de la flecha que vuela de día, ni de la peste que anda en lo oscuro, ni de la destrucción que despoja al mediodía. Mil caerán a tu mismo lado y diez mil a tu mano derecha; a ti no se acercará. Solo con tus ojos contemplarás y verás la retribución misma de los inicuos. Porque tú dijiste: ‘Jehová es mi refugio,’ tú has hecho del Altísimo mismo tu morada; ninguna calamidad te sobrevendrá, y ni siquiera una plaga se acercará a tu tienda. Porque él dará a sus propios ángeles un mandato concerniente a ti, que te guarden en todos tus caminos.” ¡Qué gloriosa promesa de protección durante la tormenta del Armagedón que se está formando rápidamente!
20 ¿Por qué promete Jehová tal protección? El salmo continúa: “Lo protegeré porque ha llegado a conocer mi nombre.” Es porque el que busca diligentemente a Dios ha llegado a conocer a Jehová, y todo lo que representa Su glorioso nombre. Es porque cree que Dios, Jehová, existe, y porque tiene completa fe en alcanzar los galardones prometidos de Jehová. Es porque invoca a Jehová con fe. “El me invocará y yo le responderé. Estaré con él en la angustia. Lo rescataré y lo glorificaré. Con longitud de días lo satisfaré, y haré que vea la salvación por mí.”—Sal. 91:1, 2, 5-11, 14-16.
21. (a) ¿En qué pueden regocijarse los que sobrevivan al Armagedón? (b) ¿Cuál es la victoria que vence al mundo, y con qué galardón?
21 Ya que la “longitud de días” se extiende a una eternidad de servicio gozoso del Creador-Dios, Jehová, los recipientes de sus bendiciones en el nuevo mundo se regocijarán porque llegaron a ser los hombres de fe durante los días concluyentes de este viejo mundo. Se regocijarán porque creyeron en Jehová Dios, y creyeron en su poder para recompensarlos. Se regocijarán porque su fe llegó a ser una cosa vibrante, viva, y porque los fortaleció para resistir los embates del mundo de Satanás durante sus dolores de muerte de la era nuclear. Los galardones de esa fe serán de la clase más grandiosa, una eternidad de galardones, con exultación levantándose sobre exultación, a medida que el hombre escudriñe más y más las gloriosas obras de Jehová, y sienta más y más Su benignidad paternal. ¡Los que se adhieren firmemente a la fe de la religión verdadera durante los momentáneos “últimos días” de este viejo mundo serán recompensados ampliamente en la eternidad de vida pacífica, gozosa, en el nuevo mundo venidero! “Y ésta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.”—1 Juan 5:4.
[Nota]
a Jehovah’s Witnesses in the Divine Purpose, página 174.