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¿Cómo debes considerar la disciplina?La Atalaya 1972 | 1 de mayo
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cristiano, para aceptar la censura. No abrigó resentimiento alguno y más tarde se refirió a Pablo como “nuestro amado hermano.”—Gál. 2:11-14; 2 Ped. 3:15, 16.
Por supuesto, no tienes que esperar hasta que otros te corrijan. Puedes practicar “autodisciplina.” Estando alerta, puedes reconocer muchos de tus propios errores y dar pasos para corregirlos.—1 Cor. 11:31, 32.
De modo que muchos beneficios provienen de estar dispuestos a recibir la disciplina. El reconocer los errores o las faltas de manera franca le suministra a uno un sentimiento interior más saludable, más limpio. Fortalece el corazón y mente de uno para lo que es correcto. Contribuye a buenas relaciones con otros; ellos te reconocen como persona honrada, humilde y equilibrada, refrescantemente diferente de tantas personas hoy día. Y, sobre todo, proceder así te asegura la aprobación y bendición de Dios. Sí, “las censuras de la disciplina son el camino de la vida.”—Pro. 6:23.
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La madurez cristiana... ¿una meta elusiva?La Atalaya 1972 | 1 de mayo
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La madurez cristiana... ¿una meta elusiva?
¿PRECISAMENTE qué es la “madurez cristiana”? ¿Cómo la definiría usted? ¿La tiene usted? O, ¿todavía está tratando de alcanzarla?
Hay verdadero valor en entender correctamente lo que es la madurez cristiana. Entre otras cosas, el no entender correctamente lo que es puede resultar en desaliento. Puede hacer que la madurez cristiana se parezca a un espejismo, a una ilusión engañosa que de manera atormentadora se aleja precisamente cuando uno cree que está a punto de alcanzarla. El alcanzar la madurez cristiana no es una meta así de elusiva.
Además, el tener el entendimiento incorrecto de lo que es puede resultar en que nos llevemos por normas falsas al estimar o juzgar a otros. Puede hacer que no veamos y apreciemos las buenas cualidades de ellos. Por tener un concepto falso de la madurez cristiana una persona podría tender a degradar a otros y elevarse a sí misma en su propia estimación, o a favorecer a algunos equivocadamente por encima de otros.
PASANDO DE LA NIÑEZ ESPIRITUAL
En el sentido común, la persona “madura” es una que ha salido de la niñez y pasado al estado de adulto. El crecimiento físico alcanza cierto punto, entonces a paso más lento logra su límite. La madurez emocional se desarrolla de manera algo parecida pero a menudo requiere más tiempo que el crecimiento físico.
En cuanto a los cristianos, también hay crecimiento de la niñez espiritual al estado de adulto espiritual, la madurez cristiana. ¿Cómo puede uno saber si ha logrado el estado adulto espiritual?
A los que todavía son “pequeñuelos en Cristo” hay que alimentarlos únicamente de la “leche” de la verdad cristiana. Estos “pequeñuelos” no están seguros en cuanto a lo que es la verdad, y por eso se inclinan a tambalear y a dejarse desviar fácilmente por las tretas y astucia de hombres que promueven enseñanzas falsas. En este estado
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