El hablar la verdad une
“Hable verdad cada uno de ustedes con su prójimo.”—Efe. 4:25
1, 2. ¿Cómo muestran la historia y la Biblia por qué las naciones no han logrado la unidad mundial?
LA UNIDAD mundial ha sido el sueño y deseo de muchos hombres a través de los años. Han deseado paz mundial. A veces sus esperanzas aumentaron cuando se firmaron tratados de paz, cuando se celebraron conferencias para el desarme, o cuando se formó un foro, como la Sociedad de las Naciones o las Naciones Unidas. Pero la historia inflexiblemente da testimonio de los fracasos del hombre en cuanto a lograr unidad mundial. La revista Consolación de noviembre de 1940 rápidamente tendió un puente sobre un largo período en la historia del hombre, al decir: “Haciendo una revista de 3,421 años de historia humana se descubre que durante todo ese tiempo solo ha habido 268 años de paz. Todos los años restantes han sido años de guerra en los que se han quebrantado aproximadamente 8,000 tratados de paz.” Así la historia relata cómo las naciones del mundo hacen acuerdos con reservas mentales, y bajo el rótulo de diplomacia dicen palabras lisonjeras y pacíficas entre sí. Aun hasta este día dejan de hablar verdad una con otra, y no pueden lograr paz y unidad mundiales.
2 Mirando hacia siglos en el futuro, el profeta Daniel predijo la falta de veracidad entre los grandes grupos políticos de naciones: “En cuanto a estos dos reyes, su corazón estará inclinado a hacer lo que es malo, y en una sola mesa una mentira es lo que seguirán hablando. Pero nada tendrá éxito, porque el fin todavía es para el tiempo señalado.” (Dan. 11:27) La unidad mundial no pueden lograrla las naciones con su diplomacia y engaño. El dejar de reconocer y hablar la verdad está conduciendo a las naciones a un fin desastroso. La llamada organización de las Naciones Unidas está dividida sin esperanza. No ha estado dispuesta a reconocer la gran fuente de verdad en que yace la solución de todos los problemas de la humanidad.
¿QUÉ ES VERDAD?
3, 4. (a) ¿Qué es la verdad? (b) ¿Qué derrotero presente de las naciones fue predicho verdaderamente en el Salmo 2? (c) Dé un ejemplo de cómo la Biblia se demuestra verdadera en asuntos científicos.
3 El mismo libro que contiene la profecía de Daniel que habla del fracaso seguro de la diplomacia mundial nos da la respuesta. Jesucristo, al orar a su Padre, el Gran Creador, Jehová, declaró: “Tu palabra es la verdad.” (Juan 17:17) Aunque huestes de críticos, evolucionistas, ateos y religiosos se han afanado implacablemente por tratar de desacreditar la veracidad de la Palabra de Dios, esa declaración por Cristo Jesús subsiste cierta. Todo lo que se encuentra en la Palabra escrita de Dios, la Biblia, es verdad. Allí dentro Dios declara su propósito de establecer el gobierno de su reino sobre la Tierra, pero las naciones no han admitido al Rey nombrado por Jehová, Cristo Jesús, y así se colocan en el sendero directo de la voluntad irresistible de Jehová. El dejar de tomar en consideración al Todopoderoso Dios en lo que hacen les resultará a las naciones en desastre completo. “¿Por qué han estado en tumulto las naciones y los grupos nacionales mismos han continuado murmurando una cosa vana? Los reyes de la tierra toman su lugar y los funcionarios encumbrados se han reunido en masa como uno solo contra Jehová y contra su ungido. En ese tiempo les hablará en su ira y en su desagrado acalorado los perturbará, diciendo: ‘Yo, sí, yo, he instalado a mi rey en Sion, mi santa montaña.’”—Sal. 2:1, 2, 5, 6.
4 La Biblia, que predijo tan acertadamente el tumulto y los desacuerdos de las naciones en estos días, refleja claramente la exactitud de su autor, Jehová. No solo encontramos una multitud de profecías que dan evidencia de la veracidad del libro, sino que en la ciencia demostrada vemos que la Palabra escrita de Jehová habla con siglos de adelanto sobre los científicos humanos y resulta ser 100 por ciento exacta. Hace casi 2,700 años, en un tiempo en que los llamados eruditos especulaban en cuanto a que la Tierra era plana, Jehová hizo que fuera escrita su palabra: “Hay Uno que mora por encima del círculo de la tierra.” (Isa. 40:22) El profeta Isaías no había viajado alrededor de la Tierra. No había estado arriba en un vehículo espacial mirando hacia abajo para ver que la Tierra era redonda, sino que Jehová, quien mora en los cielos y quien creó la Tierra, dio la verdad en cuanto a su forma.
5. ¿Por qué es el derrotero de la sabiduría el estudiar ahora la Biblia?
5 El globo terrestre con sus inmensos tesoros de la creación de Dios enseña al hombre muchas verdades; es un gran almacén para engrandecer la sabiduría y habilidad de Jehová. Los tontos quizás continúen arguyendo en contra de la veracidad de la Palabra de Dios, acerca de la Tierra y su futuro, pero su porción será la frustración. Los sabios escucharán el consejo de Jehová, ‘apartándose de los discursos vacíos que violan lo que es santo y de las contradicciones de lo que falsamente se llama “conocimiento.”’ (1 Tim. 6:20) El sabio que busca la verdad concerniente a los acontecimientos mundiales de nuestro día y lo que está en el futuro cercano estudiará la Biblia para estar seguro de su galardón. En Isaías 46:9, 10, se nos dice por qué: “Acuérdense de las primeras cosas de hace muchísimo tiempo, que yo soy el Divino y no hay otro Dios, ni nadie semejante a mí; El que relata desde el principio el final, y desde hace mucho tiempo las cosas que no se han hecho; El que dice: ‘Mi propio consejo subsistirá, y todo lo que es mi deleite haré.’” El Hijo de Dios, Jesucristo, entrenado por él para decir la verdad, dio información confiable y habló de muchas cosas que vendrían en nuestro día. Él dijo a sus discípulos: “Así que ahora se lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, crean.”—Juan 14:29.
6. ¿Qué información valiosa contiene la Biblia sola, y cómo debe usarse?
6 Sea que los líderes del mundo opten por aceptar la verdad de Dios o no, sigue siendo una gran verdad el que la Biblia es la publicación más importante en existencia, y ella sola muestra el camino a la unidad y la vida. El gran profeta Moisés, concluyendo un discurso a la congregación del antiguo Israel, declaró: “Apliquen su corazón a todas las palabras que les estoy hablando en amonestación a ustedes hoy, para que manden a sus hijos que cuiden de poner en ejecución todas las palabras de esta ley. Porque no es palabra sin valor para ustedes, sino que significa su vida, y por medio de esta palabra pueden prolongar sus días sobre el suelo hacia el cual están cruzando el Jordán para tomar posesión de él.” (Deu. 32:46, 47) Jesucristo recalcó la importancia de la Palabra de Dios al decir en Mateo 4:4: “Está escrito: ‘El hombre ha de vivir, no solo de pan, sino de toda declaración que procede de la boca de Jehová.’” El apóstol Pablo recordó al joven Timoteo que la Palabra de Jehová lo había mantenido en el camino a la vida. “Desde la infancia has conocido los santos escritos, que te pueden hacer sabio para la salvación por medio de la fe en conexión con Cristo Jesús.” (2 Tim. 3:15) Jehová ha provisto una abundancia de verdad en su Palabra. Es tan necesaria para la existencia de los hombres como un abastecimiento inagotable de agua. El que busca la verdad puede extraer y seguir extrayendo, y a medida que lo hace aprende a dirigir su derrotero de la vida hacia la paz y la unidad con hombres de buena voluntad de todas las naciones y razas y dirigirse al tiempo de paz y unidad infinitas cuando todos los habitantes de la Tierra estarán unidos bajo el reino de Dios.—Isa. 12:3,4.
CÓMO HABLAR LA VERDAD
7. ¿Qué es lo que hace a la lengua hablar la verdad?
7 La lengua saludable es semejante a un caballo que hace cabriolas, llena de energía. No parece cansarse, por eso prosigue. Puede hablar cosas buenas, o puede decir mentiras. Jesús dijo en Lucas 6:45: “El hombre bueno saca lo bueno del buen tesoro de su corazón, pero el hombre inicuo saca lo que es inicuo de su tesoro inicuo; porque de la abundancia del corazón habla su boca.” El corazón tiene que estar lleno de un abastecimiento de verdad a fin de que de la lengua fluya constantemente conversación edificante. La persona sabia piensa en esto y reconoce la necesidad, como Proverbios 15:28 hace notar: “El corazón del justo medita para contestar.” Antes de soltar la lengua a semejanza de un caballo indómito ésta debe ser refrenada por un buen corazón. Entonces, dirá la verdad. El mismo proverbio continúa y dice: “La boca de los inicuos burbujea con cosas malas.” Por lo tanto, los individuos que hablan la verdad primero tienen que adquirir conocimiento de los principios correctos y proponerse el investigar y aprender la verdad.
8. ¿Cómo une a los hombres de todas las naciones el hablar la verdad para el provecho de otros?
8 Es obligación de los buenos hombres el ayudar a su prójimo. “Sigan consolándose los unos a los otros y edificándose los unos a los otros, así como de hecho lo están haciendo.” (1 Tes. 5:11) Es la verdad aprendida la que sirve de fundamento para la unificación de la familia humana bajo el Gran Creador. Mientras más aumenta el abastecimiento de verdad en el corazón de uno más seguirá pensando en el camino de Dios, y la verdad lo hará a uno obrar para su propio bien y para el bien de otros. El hablar la verdad une a los hombres de todas las naciones. Es una fórmula tan sencilla para la unidad que los líderes mundiales jamás pensarían en someterla a prueba. Pero los centenares de miles de testigos de Jehová de todas las naciones ahora en unidad mundial como una sociedad del nuevo mundo son prueba de que es el camino práctico y único para la unidad. Se interesan genuinamente en ayudarse los unos a los otros como Dios manda. “Hablando la verdad, crezcamos mediante el amor en todas las cosas en él quien es la cabeza, Cristo. De él todo el cuerpo, mediante el estar trabado armoniosamente y hecho para cooperar por medio de cada coyuntura que suministra lo que se necesita, de acuerdo con el funcionamiento de cada miembro respectivo en la debida medida, contribuye al crecimiento del cuerpo para la edificación de sí mismo en amor. Por lo cual, ahora que ustedes han echado a un lado la falsedad, hable verdad cada uno de ustedes con su prójimo, porque somos miembros que nos pertenecemos unos a otros.”—Efe. 4:15, 16, 25.
9. ¿Qué gran verdad que ahora se proclama es un gran factor en unir a los hombres?
9 Hoy el mundo ve que hay un número que constantemente aumenta de hombres que hablan las verdades aprendidas de la Palabra de Dios, declarando la única esperanza del hombre en el reino del Todopoderoso Dios, el cual traerá justicia sobre la Tierra y bajo el cual la familia humana conseguirá la vida eterna. La voluntad de Dios es que los hombres lleguen a conocer esta verdad ahora. “Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada como testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mat. 24:14) La verdad acerca del reino establecido de Dios y lo que Dios hará verdaderamente une a los hombres de todas las razas y nacionalidades como una sociedad del nuevo mundo ahora. Esa unidad es lo que necesita la familia humana. Por lo tanto, llega a ser un gran servicio a la humanidad hoy día el hablar la verdad que une verdaderamente.
10. ¿Cómo hace libres a los hombres la verdad?
10 Cuando los hombres oyen la verdad y llegan a conocerla, reciben libertad verdadera. No viven en temor ni pavor, ni odian a sus vecinos ni a los forasteros. Las palabras de Cristo Jesús resultan ciertas: “Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.” (Juan 8:32) Un conocimiento de la verdad de Dios libra al hombre de la esclavitud a ideas incorrectas y a la filosofía política corrompida. Lo alivia de las tradiciones opresivas que atan a semejanza de cadenas de prisión. La verdad es luz que conduce a libertad de las religiones falsas.
11. ¿Por qué hablar la verdad claramente si no siempre es popular?
11 Aunque no siempre es popular la verdad, es correcto decir la verdad y hace bien. Hoy millones de personas en la Tierra buscan la verdad del reino establecido de Dios y la vida eterna. Sería hacer un de servicio a la humanidad el adulterar tal mensaje. Debe hablarse clara y bondadosamente, y a medida que cae en los oídos de los que buscan la verdad lo reciben y quieren más. La verdad de Dios siempre resalta en cualquier conversación, justamente como lo hizo en los días de Cristo Jesús cuando la gente exclamó: “Jamás ha hablado otro hombre como éste.” (Juan 7:46) Los que viven de acuerdo con la verdad como Cristo Jesús y la hablan igualmente llegan a ser sobresalientes en el habla.—Hech. 4:13.
12, 13. (a) ¿Qué obligación de hablar coloca Dios en los hombres que conocen la verdad? (b) ¿Por qué son tan apremiantes la predicación y la enseñanza? (c) ¿Quiénes muestran que tienen el espíritu de Jehová sobre ellos?
12 Hoy se extiende a los hombres de todo el mundo la invitación de participar en hablar la verdad acerca del Rey y reino de Jehová. El propósito de Dios es que a través del mundo entero la gente oiga de sus obras y aprenda a observar la voluntad de Dios como Cristo Jesús mandó. Jesús dijo: “Vayan pues y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles que observen todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren! estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas.” (Mat. 28:19, 20) Si algunos dejaran de hacer esto, Dios todavía lo habría hecho, por cristianos dedicados que tuvieran aprecio. Y se está haciendo hoy, como lo muestra la historia del pueblo de Jehová. Centenares de miles de testigos van a través del mundo esparciendo la verdad, dándola a conocer. La verdad se esparce como aguas refrescantes en una tierra seca. La llamada sale en este día de salvación: “El espíritu y la novia siguen diciendo: ‘¡Vengan!’ Y cualquiera que oye diga: ‘¡Vengan!’ Y cualquiera que tenga sed venga; que cualquiera que desee tome del agua de la vida gratis.”—Apo. 22:17.
13 Dios ha enviado su espíritu sobre sus siervos. Gran trabajo está efectuándose en armonía con la comisión manifestada en Isaías 61:1, 2: “El espíritu del Señor Jehová está sobre mí, por motivo de que Jehová me ha ungido para decir buenas nuevas a los mansos. Me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los llevados cautivos y la apertura ancha de los ojos aun a los presos; para proclamar el año de la buena voluntad de parte de Jehová y el día de la venganza de parte de nuestro Dios; para consolar a todos los que están de duelo.” La verdad revela la proximidad del día de la venganza de Jehová, dando énfasis a la necesidad de diligencia en estudiar y hablar la verdad en todo el mundo. “Predica la palabra, hazlo urgentemente en tiempo favorable, en tiempo dificultoso, reprende, corrige, exhorta, con toda gran paciencia y arte de enseñanza.” (2 Tim. 4:2) Ahora cuando tiempos dificultosos han venido al mundo no hay trabajo más importante que hacer que el predicar la verdad. Es un mensaje apremiante porque están envueltas las vidas de las personas. Para el que quizás muera mañana las nuevas son apremiantes hoy. El predicar incluye el enseñar, porque no todas las personas que oyen la verdad la aceptan fácilmente. Algunos presentan objeciones, pero el predicador que verdaderamente esgrime “la espada del espíritu” vencerá las objeciones, aunque esto requiera el que se hagan muchas revisitas para despejar el camino de piedras de tropiezo mentales. Mientras más abunde la verdad en el almacén personal de uno mejor equipada estará su lengua para hablar cosas buenas y enseñar a los de buen corazón. “Los mismísimos labios del justo siguen pastoreando a muchos, pero por falta de corazón los tontos mismos siguen muriendo.”—Pro. 10:21.
POR HABLA Y POR VIDA
14. ¿Qué prácticas divisivas del mundo evitan los que sirven a Jehová?
14 El camino de Dios es el camino correcto. El enseña a sus siervos a usar habla edificante al ayudar a otros y al hablar la verdad. Cuando una persona habla la verdad todos los días lo hace con facilidad. Es importante en todo aspecto de la vida hablar la verdad. El ejemplo de los diplomáticos del mundo no es el ejemplo que los siervos de Dios han de seguir. Jesús dijo: “Simplemente signifique su palabra Sí, Sí, su No, No; porque lo que es en exceso de éstas proviene del inicuo.” (Mat. 5:37) Eso no da lugar a lisonja o cualquier expresión hipócrita de hospitalidad o encomio. La unidad no se fomenta mediante el hacer una promesa y luego hacer una cosa diferente. La unidad no aumenta cuando uno habla en pro de un hombre en su presencia y en contra de él en su ausencia. Son las mentiras las que causan la desunión y resultan en la muerte. Los amadores de la justicia que son siervos de Dios no dejarán lugar en su vida para la falsedad, sea en los negocios comerciales, contratos, o relación de familia. Dios no enseña al hombre a mentir; odia a los mentirosos. “Cualquiera que pronuncia justo al inicuo y cualquiera que pronuncia inicuo al justo-aun ambos son cosa detestable a Jehová.” (Pro. 17:15; 4:24; 3:29; 6:16-19; 11:1) El mundo al llevar a cabo sus prácticas malas ha desarrollado una actitud de sospecha, desconfianza y falsedad. Hay inspectores y agentes de toda clase en las nóminas gubernamentales tratando de mantener al mínimo el fraude y la falsedad, pero el mundo hoy, desde los pequeños hasta los grandes, todavía tiene un record inenvidiable a la vista de Dios.
15. (a) ¿Cómo se une la familia mediante la verdad que es la base para crear unidad en cualquier comunidad? (b) ¿Cómo mantiene unidas a las congregaciones la verdad?
15 El siervo verdadero de Jehová Dios habla la verdad mediante sus palabras y mediante la vida que vive. Se esfuerza continuamente por añadir a su fondo de verdad. Dios ha hecho provisión en el círculo de la familia para esparcir la verdad, y el padre sabio presidirá bien sobre su propia casa, manteniendo la unidad de su familia sobre la base de hablar la verdad de Dios. (1 Tim. 3:4; Deu. 6:7) Habrá unidad de familia cuando se ejerza el apropiado control por parte de los padres sobre los hijos y a éstos no se les permita que se salgan con la suya en todo. Hay veces cuando tienen que poner atención para aprender. Debe apartarse tiempo en el hogar para el estudio de la verdad, y los padres deben encargarse de que los hijos se unan con otros de la comunidad para aprender más de la verdad. La provisión de Dios es una congregación teocrática. A medida que los siervos de Dios aumentan por toda la Tierra el número de congregaciones aumenta. En la congregación hay muchas oportunidades para hablar la verdad e incitarse los unos a los otros al amor y a las obras excelentes. Todo esto se logra mediante la declaración pública de la verdad en la congregación. “Considerémonos unos a otros para incitar a amor y a las obras excelentes, no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino animándonos, y tanto más al ver que el día se acerca.” (Heb. 10:24, 25) Aquí dentro uno ve la estructura para crear unidad por medio de la verdad. Ante todo, el individuo aprende la verdad y llena su corazón con ella. Los miembros individuales de una familia se unen por medio de la verdad. Los grupos de familia unidos se juntan y forman una congregación. Todos llegan a estar unidos en torno de la verdad de Dios. Siempre que haya oportunidades de reuniones sociales, la conversación edificante sobre la verdad resultará en gran bendición. Por medio de la organización de congregación hay oportunidades de ayudar a los individuos que quizás hayan sido negligentes en llenar su corazón con la verdad. Aun si algunos tendieran a deslizarse, una visita a ellos será provechosa y su unidad fuerte puede ser restaurada en la congregación.
16. (a) ¿Qué fuerza se halla en acción para impedir la unidad en las comunidades y naciones? (b) Entonces, ¿cómo puede haber un mundo unido?
16 Es lamentable el que todas las criaturas humanas sobre la Tierra no querrán aceptar la verdad de la Palabra de Dios, llenar su corazón con ella y hablar la verdad unas con otras. Si lo hicieran, la unidad podría esparcirse del individuo a la familia, de la familia a la congregación y de la congregación a enteras comunidades y naciones; pero hay una influencia mala en acción, Satanás el Diablo, el padre de las mentiras. (Juan 8:44) Está ocupado en suscitar altercación para la humanidad. Satanás ha cegado su mente y le ha enseñado a la humanidad a ser egoísta, celosa y violenta. Su codicia y anhelo vehemente de poder le ha enseñado a hablar falsedades. Esa mala influencia debe ser quitada, y el propósito de Dios es quitarla en el futuro cercano. Con la destrucción de Satanás el Diablo y todos sus súbditos inicuos habrá fin a la mentira, la diplomacia y las acciones hipócritas. Cuando todos los hombres hablen la verdad unos con otros habrá gran felicidad y paz.—2 Cor. 4:4; Apo. 20:1-3.
17. ¿Cuáles son los beneficios de hablar la verdad con otros ahora?
17 Pero aun ahora, el hablar la verdad produce felicidad. Libra a los amadores de la verdad del encono, la manía de criticar y la envidia. La gente en todas partes del mundo ve la felicidad de la sociedad unida del nuevo mundo de los testigos de Jehová, que tienen razón para estar felices porque saben adónde van y lo que el futuro encierra para ellos. La Palabra de verdad de Dios ha iluminado su calzada a la vida. “Tu palabra es una lámpara para mi pie, y una luz para mi calzada.” (Sal. 119:105) La verdad enfoca los pensamientos de uno en las cosas espirituales y da una visión del futuro y de sus bendiciones del Reino. El favor del Gran Dador de vida eterna, Jehová Dios, viene sobre los que en este tiempo le temen y hablan la verdad unos con otros. “En aquel tiempo los que temían a Jehová hablaron unos con otros, cada uno con su compañero, y Jehová continuó poniendo atención y escuchando. Y delante de él comenzó a escribirse un libro de memoria para los que temen a Jehová y para los que piensan en su nombre. ‘Y ciertamente llegarán a ser míos,’ ha dicho Jehová de los ejércitos, ‘en el día en que estoy produciendo una propiedad especial. Y les mostraré compasión, tal como un hombre muestra compasión a su hijo que le está sirviendo. Y ustedes otra vez ciertamente verán la distinción entre un justo y un inicuo, entre uno que sirve a Dios y uno que no le ha servido.’” (Mal. 3:16-18) En asociación con los testigos de Jehová regocíjese en hablar la verdad para su salvación y la salvación de cualquiera que le escuche.—1 Tim. 4:16.