¿Por qué ser honrados?
Hechos útiles que desean saber los jóvenes
“EL SER honrado, según marcha este mundo, es ser un hombre escogido entre diez mil.” Así escribió William Shakespeare hace más de trescientos años. Desde entonces el respeto que el público le tiene a la honradez y al valor de ella no ha mostrado verdadero mejoramiento. Como tú probablemente sepas, esto también es cierto entre los jóvenes. ¿Por qué se coloca un valor tan bajo sobre la honradez?
Hoy la mayoría de la gente no cree que tiene sentido decir la verdad todo el tiempo. Muchos comerciantes alegan que no podrían competir con buen éxito si no recurrieran a alguna falta de honradez. Diariamente, anuncios se presentan ante nuestra vista que exageran los productos o los presentan en falsos colores. Aunque líderes políticos llevan la carga seria de vigilar el bienestar general del público, la mayoría de la gente opina que a menudo la palabra de ellos no es digna de confianza.
Viendo tanta falta de honradez entre los adultos, los jóvenes a menudo adoptan el mismo derrotero. En la escuela muchos hacen trampa en las pruebas o faltan a las clases bajo falsos pretextos. Al estar con sus amigos, quizás hagan alarde, se jacten y de otra manera pinten cuadros falsos de lo que son o han hecho. En casa, quizás hasta engañen a sus padres... contestando preguntas en cuanto a su conducta con verdades a medias, ocultando los hechos al frasear su respuesta de modo que deje una impresión enteramente diferente de la verdadera. Si sus padres, u otros que tienen el derecho de estar interesados en su bienestar, tratan de averiguar lo que opinan sobre la inmoralidad o las drogas o cosas similares, quizás les den “un cuadro puro” para encubrir los hechos, diciendo lo que creen que las personas que los interrogan quieren oír, no necesariamente lo que es su opinión verdadera. Para conseguir dinero o permiso para hacer algo, quizás ablanden como “mantequilla” a un padre o una madre con cariño falto de sinceridad o con adulación.—Compara con Salmo 55:21.
En realidad, es extraño que hoy tantos jóvenes insistan en que ‘se les digan las cosas como son,’ cuando ellos mismos pasan tanto tiempo ‘diciéndolas como no lo son.’ Sin embargo a muchos les parece que están justificados en hacer esto. ¿Por qué? Bueno, es cierto que sus padres quizás les digan que es incorrecto mentir. No obstante, posiblemente vean que sus padres mismos presentan los hechos en falsos colores a fin de salirse de alguna situación desagradable o para evitar el pagar alguna cuenta, deuda o impuesto. Algunos padres hasta usan a sus hijos para que mientan al hacer excusas por ellos.
Donde prevalecen condiciones como ésta, ¿qué estímulo hay para que los jóvenes —o cualquiera de nosotros— se esfuercen por ser honrados en todas las cosas? En un mundo donde el mentir y el defraudar son tan comunes, ¿cuán práctico y digno de mérito es el que te adhieras a lo que es verdadero? ¿Realmente te traerá eso mayor beneficio que la falta de honradez, y, si es así, qué clase de beneficio?
BENEFICIOS DE CORTA DURACIÓN CONTRA LOS DE LARGA DURACIÓN
Pregúntate: ¿Qué quiero... una rápida ventaja momentánea, un beneficio aparente, o aquello que produce beneficios duraderos? Cualesquier beneficios aparentes del mentir y defraudar a lo más son de corta duración. Considera, como ejemplo, a un hombre de negocios que presenta en falsos colores algún producto. Quizás logre una venta, es cierto, pero al hacerla quizás pierda un cliente cuando la persona descubra que fue defraudada. O, supongamos que fueses a hacer trampa en la escuela. Si no se descubre, quizás obtengas calificaciones superiores. Pero ¿de qué te serviría aun si salieras con nota de sobresaliente en todo si terminaras la escuela con muy poco conocimiento? ¿Por qué desperdiciar esos años en la escuela cuando podrías usarlos para aprender cosas que pueden resultarte valiosas más tarde en la vida?
Así pues, al fin, la persona que defrauda realmente se defrauda ella misma ante todo. (Compara con Proverbios 20:17.) Considera algunas de las cosas que la persona falta de honradez tiene probabilidad de perder, y verás por qué cualquier persona que piensa que la falta de honradez le ayuda a lograr una vida mejor o más feliz realmente es un individuo muy falto de perspicacia.
Si se te conoce por ser recto y honrado en tus tratos, te ganas el respeto y la confianza de otros. Es más probable que los amigos que te atraigas sean genuinos porque te encuentran genuino y aprecian esto. Aunque es cierto que el mundo comercial moderno a menudo es falto de honradez, también es cierto que los patronos por lo general tienen suficiente tino para evaluar a los empleados que son honrados. Están más dispuestos a confiarles mayor responsabilidad. Una reputación por honradez, entonces, puede conseguirte empleo cuando el empleo esté escaso, o puede ayudarte a retener un trabajo cuando otros están perdiendo los suyos. En el hogar, la honradez contribuye a un ambiente cómodo, agradable, eliminando dudas o sospechas entre cónyuges y entre padres e hijos. (Sal. 34:13, 14) Cuando los hijos mediante esta honradez se ganan la confianza completa de sus padres, los padres por lo general están dispuestos a gradualmente ensancharles su zona de libertad. Se concede que el decir la verdad acerca de algún error o acto incorrecto que cometiste puede acarrearte disciplina. Pero esa disciplina bien puede ser más leve debido a que fuiste honrado. Y si, en el futuro, niegas verídicamente el haber cometido algún mal, es más probable que crean tu explicación.
Contrasta esto con la persona que cede a la falta de honradez para “salir de un apuro” o para conseguir alguna ventaja. Arriesga el perder todos estos beneficios excelentes. Porque el tratar con una persona falta de honradez es como viajar en un auto con un defecto en la dirección... nunca se sabe exactamente lo que hará. Por eso, comprende que cuando mientes a alguien o lo defraudas, la desconfianza que produces puede durar años antes que se borre. Donde un padre o una madre o un amigo está envuelto, la herida causada puede sanar pero puede dejar un mal recuerdo que es como una cicatriz duradera. Si haces una práctica de la falta de honradez, puede llegar el tiempo en que seriamente quieras y necesites que otros te crean y confíen en ti pero les parecerá a ellos que no pueden hacerlo. (Compara con Proverbios 10:9; 17:20) Considerando esto, ¿vale la pena cualquier ventaja temporal que se obtenga de la falta de honradez?
¿QUÉ PRODUCE MAYOR LIBERTAD Y FELICIDAD?
¿Produce mayor libertad la falta de honradez? A algunos les parece que sí porque la ven como una salida de situaciones o restricciones desagradables. Pero, en realidad, el mentir es como el vadear en arena movediza. Cada mentira requiere otras para que la respalden, y pronto se encuentra uno entrampado en un ciclo vicioso. (Pro. 12:13) El mentir a menudo empieza como el juego de azar. La persona que juega empieza apostando cantidades pequeñas, pero —por lo general para cubrir algunas pérdidas— gradualmente es atraído a hacer apuestas cada vez más grandes. Los que mienten a menudo empiezan con verdades a medias y “mentirillas,” luego gradualmente prosiguen a mentiras peores.
Si mientes a otros, por lo general acabas mintiéndote a ti mismo. Puedes comenzar a vivir una mentira, haciéndote pensar que eres algo que no eres y que tu vida realmente es mucho mejor y más feliz de lo que realmente es. Puedes convencerte de ser muy inteligente y sabio, mientras que realmente sabes muy poco. El razonamiento falso ayuda a justificar el defraudar con dolo o soltar una sarta de mentiras con la idea de que, después de todo, solo estás obteniendo lo que legítimamente debía ser tuyo de todas maneras, como algo que se te debe. Sin embargo, tarde o temprano el individuo que hace esto se enfrenta a circunstancias que lo obligan a encararse a la realidad. Quizás entonces se sienta sacudido al verse como realmente es, comprendiendo qué farsa ha sido su vida... como un edificio sin nada salvo arena resbaladiza por fundamento.—Compara con Mateo 7:26, 27; Salmo 36:2.
El decir falsedades con la cara seria puede parecer denodado, atrevido, y algunos se entrenan para mirar a los ojos cuando mienten. Pero el mentir realmente es acto de cobardía más bien que de valor. Lo que requiere valor es decir la verdad y enfrentarse a cualesquier consecuencias que traiga. En vez de entrañar fuerza, una mentira es como un cojo débil, que no puede pararse por sí solo, pues necesita otras mentiras para sostenerla, incapaz de enfrentarse cara a cara con la verdad. ¿Por qué, pues, ser como una persona que pasa su vida llevando un rostro falso, escondiéndose, buscando escapadas y excusándose? ¿Por qué ser como Judas Iscariote, que llegó a ser un embustero, que trató de llevar una vida doble y al fin fue un fracaso y un suicida? (Juan 12:4-6; Mat. 27:3-5) ¿Por qué no ser muy hombre o mujer y ser honrado? Es la única manera de mantener dignidad y una buena conciencia.
Esto señala al factor más importante de todos: la buena voluntad y aprobación de Dios. Jehová Dios solo aprueba a los que lo adoran “con espíritu y con verdad,” y su Hijo dijo que la libertad genuina solo viene con la verdad. (Juan 4:23, 24; 8:31, 32) Jehová detesta el mentir en todas sus formas —engaño, jactancia, calumnia, fraude— porque brota del egoísmo, la codicia y una indiferencia insensible en cuanto a los intereses de otros. (Pro. 6:16, 17; 11:1; Sal. 5:5, 6; 15:1-3) Sabe que todas las dificultades y sufrimiento de la humanidad brotaron originalmente del mentir... de parte del “padre de la mentira,” Satanás, el enemigo principal de Dios. (Gén. 3:1-5; Juan 8:44) La Palabra de Dios asocia correctamente el mentir con el hurtar, el adulterio y otros males serios porque —sea directa o indirectamente— casi toda clase de maldad empieza con alguna forma de falta de honradez o ésta está envuelta en ello.—Ose. 4:1, 2; Rom. 1:24-32; Rev. 21:8.
¿Sinceramente quieres adherirte fielmente a un derrotero de honradez? Entonces debes comprender que no puedes resistir tentaciones severas a actos faltos de honradez solo por medio de aceptar mentalmente la honradez como “la norma más práctica.” Se necesita más. Solo el amor genuino a tu Creador y a tu prójimo puede darte la motivación que necesitas. Debe haber un amor sincero a la verdad por el bien que hace y un odio igualmente intenso al mentir por el daño que hace. (Pro. 4:23, 24) Además, la aprobación de Dios tiene que significar más para ti que la de cualquier otra persona. Acuérdate, solo se debe a que Él mismo ama la verdad y odia el mentir que podemos tener una esperanza sólida para el futuro, basada den Sus promesas infalibles y la confiabilidad probada de Su Palabra.—Compara con Josué 23:14; Hebreos 6:18, 19.
Asegúrate, también, de que tus amigos sean amadores de la verdad. Los llamados “amigos” que mienten y defraudan a otros te harían lo mismo si les pareciera que la situación lo hiciera valer la pena. Lee las palabras del rey David registradas en Salmo 101:5-7 y haz tuyas sus normas para la amistad. Sí, acuérdate de que “el labio de la verdad es el que se establecerá firmemente para siempre, pero la lengua de falsedad no durará más que un momento.”—Pro. 12:19.