Capítulo 3
Después del día de bodas
1. ¿Cómo pudiera beneficiar al matrimonio de uno la clase de cooperación que se describe en Eclesiastés 4:9, 10?
SUS bodas han pasado, y usted y su cónyuge están estableciéndose como nueva unidad familiar. ¿Se siente usted ahora completamente feliz? Ya no está solo o sola, sino que tiene compañía en la cual poner confianza, con la cual compartir sus gozos y también sus problemas. ¿Ve usted que Eclesiastés 4:9, 10 sea una realidad en su caso?... “Mejores son dos que uno, porque tienen un buen galardón por su duro trabajo. Pues si cayese uno de ellos, el otro puede levantar a su socio. Pero ¿cómo será con el que está solo y cae cuando no hay otro que lo levante?” ¿Florece su matrimonio con esta clase de cooperación? Generalmente se necesita algún tiempo y esfuerzo para que dos vidas se combinen felizmente de este modo. Pero en muchos matrimonios, y triste es decirlo, eso nunca sucede.
2, 3. (a) ¿Qué realidades de la vida hay que afrontar después del día de bodas? (b) ¿Por qué es solo razonable esperar que haya que hacer ajustes después que uno se casa?
2 En los cuentos románticos, a menudo el problema es hacer que los dos que están enamorados lleguen a estar juntos. Después de eso viven felices para siempre. En la vida real, el verdadero desafío lo presenta el vivir felices después de eso, día por día. Después de los deleites del día de bodas viene la rutina diaria de la vida: levantarse temprano, ir a trabajar, ir de compras, preparar las comidas, lavar los platos, limpiar la casa, y así por el estilo.
3 La relación marital exige ajustes. Ustedes dos entraron en ella con por lo menos algunas expectativas y algunos ideales que no eran muy prácticos ni realistas. Cuando éstos no se realizan, pudiera venir alguna desilusión después de las primeras semanas. Pero recuerde que usted ha hecho un gran cambio en su vida. Ya no vive sin compañía o con una familia con la cual haya estado toda su vida. Ahora está con una nueva persona, una de la cual usted quizás esté descubriendo que no la conoce tan bien como pensaba que la conocía. El horario de usted es nuevo, su trabajo quizás sea nuevo, su presupuesto es diferente, y hay que acostumbrarse a nuevos amigos y parientes políticos. El buen éxito de su matrimonio y su felicidad dependen de lo dispuesto que usted esté a hacer ajustes.
¿DESPLIEGA USTED FLEXIBILIDAD?
4. ¿Qué principios bíblicos pudieran ayudar al casado a hacer ajustes? (1 Corintios 10:24; Filipenses 4:5)
4 A algunas personas, por orgullo o soberbia, se les hace difícil ser flexibles. Pero, como dice la Biblia, “delante de la ruina va la soberbia, delante de la caída va la presunción.” El persistir en ser terco puede ser calamitoso. (Proverbios 16:18, Nueva Biblia Española) Jesús recomendó tener la disposición de avenirse y ceder cuando dijo que si alguien quería ‘la prenda interior de vestir de uno, uno dejara que le llevara también la prenda exterior de vestir,’ y si alguien quería que uno fuera por ‘una milla, uno fuera con ése dos millas.’ Para indicar qué hacer en vez de argüir con alguien en estrecha relación con uno, el apóstol Pablo preguntó: “¿Por qué no dejan más bien que les hagan injusticias?” (Mateo 5:40, 41; 1 Corintios 6:7) Si los cristianos pueden ir a tales extremos para mantener la paz con otros, de seguro dos personas casadas que se aman deberían poder hacer ajustes para que su nueva relación tenga buen éxito.
5. ¿Cómo pudiera uno pensar positiva o negativamente acerca de su cónyuge?
5 En todas partes se presentan circunstancias que pueden dar lugar a que uno sea feliz o infeliz. ¿A cuáles responderá usted? ¿Se concentrará en lo positivo, o se espaciará en lo negativo? La nueva esposa quizás piense: ‘Ahora que estamos casados, ¿dónde está aquel hombre romántico que solía llevarme a lugares interesantes y pasar tiempo conmigo? Está fijo en una rutina. Me da por sentada. ¡Ciertamente no es el mismo hombre de antes!’ ¿O entiende y comprende ella que él ahora está trabajando duro para ser buen proveedor para su familia? ¿Y nota este nuevo esposo que su esposa se afana por cocinar y limpiar, que a veces está muy cansada y no tiene tanto tiempo para dedicarlo a tratar de parecer encantadora? ¿O se dice a sí mismo: ‘¿Qué le pasó a aquella joven atractiva con la cual me casé? Ahora que tiene a su hombre, ha cambiado.’
6. Cuando marido y mujer realmente se esfuerzan por el buen éxito de su matrimonio, ¿cómo afecta esto la relación de cada uno con el otro?
6 Ambos deberían ser maduros y darse cuenta de que ninguno de los dos tiene ni el tiempo ni la energía necesarios para hacer todas las cosas que hacían antes del matrimonio. Ahora es el tiempo en el cual mostrar flexibilidad y aceptar la profundamente satisfaciente responsabilidad de hacer que el matrimonio tenga buen éxito. Una sola persona puede arruinar un matrimonio, pero se necesitan dos para que tenga buen éxito. El hacer que el matrimonio tenga buen éxito es un logro. Lograr algo implica llevarlo a cabo a pesar de las dificultades. Cuando ustedes dos se unen en este esfuerzo, una parte de cada uno se combina en este logro. Este esfuerzo unido con una meta mutua los enlaza; los estrecha; hace uno solo de ustedes dos. Con el tiempo esto crea un enlace de amor que sobrepasa todo lo que se haya sentido mientras se esperaba el matrimonio, y en esa felicidad unificadora llega a ser un placer el ser flexibles al ajustarse cada uno a las diferencias del otro.
7. Si hay que tomar decisiones, ¿cuándo es bueno el saber ceder?
7 El orgullo se desvanece a medida que el amor crece, y hay felicidad no solo en dar, sino también en ceder, cuando lo que está envuelto es preferencia personal y no algún principio. Quizás se trate de la compra de algún artículo para la casa, o de cómo pasar unas vacaciones. Cuando se muestra interés en la felicidad de la otra persona, la pareja empieza a mostrar armonía con estas palabras del apóstol Pablo: “No vigilando con interés personal solo sus propios asuntos, sino también con interés personal los de los demás.”—Filipenses 2:4.
PUNTO DE VISTA EQUILIBRADO SOBRE LO SEXUAL
8, 9. ¿Cuál es el punto de vista bíblico sobre las intimidades maritales?
8 La Biblia no es remilgada en cuanto a las relaciones sexuales. Por poéticas figuras retóricas muestra el éxtasis que esto debería causar al esposo y la esposa; también da énfasis a que las relaciones sexuales deben circunscribirse a los que son marido y mujer. Este pasaje se halla en Proverbios 5:15-21:
“Bebe agua de tu propia cisterna, y chorrillos que salen de en medio de tu propio pozo. ¿Deben esparcirse afuera tus manantiales, tus corrientes de agua en las plazas públicas mismas? Resulten ser para ti solo, y no para los extraños contigo. Resulte bendita tu fuente de aguas, y regocíjate con la esposa de tu juventud, una amable cierva y una encantadora cabra montesa. Que sus propios pechos te embriaguen a todo tiempo. Con su amor estés en un éxtasis constantemente. ¿Por qué, pues, debes tú, hijo mío, estar en un éxtasis con una extraña o abrazar el seno de una extranjera? Porque los caminos del hombre están enfrente de los ojos de Jehová, y él está contemplando todos sus senderos trillados.”
9 Sin embargo, sería un error dar demasiado énfasis a las relaciones sexuales y llegar al punto de dar a entender que el buen éxito del matrimonio gira en torno de la vida sexual de la pareja, o que ésta pudiera compensar por serias faltas en otros aspectos de la relación. La inundación de material acerca del sexo en los libros, películas y anuncios comerciales —mucho de lo cual tiene el propósito de agitar el deseo erótico— hace que las relaciones sexuales parezcan tener esa importancia. Sin embargo, la Palabra de Dios no concuerda con eso, y recomienda el gobierno de uno mismo en todo aspecto de la vida. Hasta en el matrimonio, el poner a un lado toda restricción puede conducir a prácticas que abaratan o rebajan la relación marital.—Gálatas 5:22, 23; Hebreos 13:4.
10. ¿Qué cosas se podrían considerar que pudieran ayudar a una pareja casada a ajustarse sexualmente?
10 Frecuentemente el ajuste sexual es difícil y puede requerir algún tiempo después de la boda. Esto por lo general se debe a falta de conocimiento y a no discernir las necesidades del compañero de uno. El hablar de antemano a un amigo casado a quien uno respete puede ser útil. El hombre y la mujer no solo están hechos de manera diferente, sino que también sienten de manera diferente. Es importante tomar en consideración la necesidad de ternura de la mujer. Pero no debería haber ningún sentimiento negativo de modestia falsa o pudibundez o sentimiento de que las relaciones sexuales son de alguna manera vergonzosas. Tampoco deben convertirse en una ocasión de conquista, como sucede en el caso de algunos hombres. “Que el esposo rinda a su esposa lo que le es debido,” dice la Biblia, y “que la esposa haga lo mismo también a su esposo.” Al hacer eso, este principio bíblico es apropiado: “Que cada uno siga buscando, no su propia ventaja, sino la de la otra persona.” Si hay esa clase de amor y el deseo de agradar por parte de ambos, se hará un buen ajuste.—1 Corintios 7:3; 10:24.
DISIENTA SIN SER DESAGRADABLE
11-13. Cuando hay desacuerdos, ¿qué debemos tener presente para que las diferencias o desacuerdos no se desarrollen en serias desavenencias?
11 En la Tierra no hay dos individuos que sean exactamente iguales. Cada uno es distintamente diferente. Esto también significa que no hay dos personas que concuerden en todo. La mayoría de los desacuerdos pudieran ser triviales, pero algunos pudieran ser serios. Hay hogares en los cuales los desacuerdos se desarrollan rápidamente en una gritería, en el lanzamiento de objetos, en empujones y golpes; un cónyuge o el otro quizás parta del hogar por varios días o semanas, o quizás los cónyuges sencillamente dejen de hablarse. Es muy posible disentir sin que se desarrolle una situación de esa índole. ¿Cómo? Por medio de encararse a cierta verdad básica.
12 Todos somos imperfectos, todos tenemos fallas, y, hasta cuando hay las mejores intenciones, se manifiestan debilidades. El apóstol Pablo vio la realidad de esto en su caso: “Lo bueno que deseo no lo hago, más lo malo que no deseo es lo que practico.” (Romanos 7:19) De nuestros primeros padres hemos heredado el pecado. La perfección está más allá de lo que podemos lograr. Por eso, “¿quién puede decir: ‘He limpiado mi corazón; he quedado puro de mi pecado’?”—Proverbios 20:9; Salmo 51:5; Romanos 5:12.
13 Nosotros aceptamos nuestras propias debilidades y nos excusamos por ellas. ¿No podemos aceptar y excusar las de nuestro cónyuge? Indudablemente reconocemos con presteza que somos pecadores, pero ¿nos ponemos a la defensiva y vacilamos en admitir un pecado específico? ¿Y tenemos la perspicacia de comprender que esta vacilación en cuanto a admitir que uno se ha equivocado es cosa típica en la gente, incluso en nuestro cónyuge, y tomamos esto en cuenta? “La perspicacia del hombre ciertamente retarda su cólera, y es hermosura de su parte pasar por alto la transgresión,” dice el proverbio inspirado. No es de dudarse que usted, tal como toda otra persona, acepta el principio de la “regla áurea.” Jesús lo declaró en su famoso Sermón del Monte: “Por lo tanto, todas las cosas que quieren que los hombres les hagan; también ustedes de igual manera tienen que hacérselas a ellos.” La mayoría de la gente acepta esto de los dientes para afuera; pocas personas lo practican. Su aplicación sincera resolvería los problemas de las relaciones humanas, incluso problemas maritales.—Proverbios 19:11; Mateo 7:12.
14, 15. (a) ¿Qué resultado puede haber cuando uno compara desfavorablemente al cónyuge de uno con otra persona? (b) ¿En cuanto a qué asuntos se hacen a veces, imprudentemente, comparaciones de esa clase?
14 A todos personalmente nos gusta que se piense en nosotros como el individuo que somos y que se nos trate como tal. Cuando una persona nos compara desfavorablemente con otra, quizás considerando nuestras cualidades o aptitudes como inferiores a las de otra persona, ¿cómo respondemos a eso? Por lo general nos sentimos heridos o nos resentimos por ello. En realidad estamos diciendo: ‘Pero yo no soy esa persona. Yo soy YO.’ Por lo general esas comparaciones no motivan, porque deseamos que se nos trate con comprensión.
15 Vamos a ilustrar el punto: ¿Expresa usted, el esposo, aprecio por las comidas que su esposa prepara, o se queja diciendo que ella no puede cocinar como lo hace su madre? ¿Cómo sabe usted lo bien que podía cocinar su madre cuando ella era recién casada? Pudiera ser que su esposa lo haga mejor de lo que lo hizo ella. Dé a su esposa una oportunidad de desenvolverse y crecer en sus nuevos deberes y hacerse eficaz en ellos. Y ¿se queja usted, la esposa, diciendo que su nuevo esposo no trae a casa el salario que el padre de usted trae? ¿Cuánto ganaba su padre cuando era recién casado? Ni siquiera eso importa. Lo que importa es la ayuda que usted dé a su esposo. ¿Se levanta usted y le prepara el desayuno antes de que él se vaya a trabajar, de modo que él piense que usted apoya y aprecia sus esfuerzos? ¿Riñe uno de ustedes con el otro, o viceversa, con relación a los parientes políticos, o están en desacuerdo acerca de las amistades que se han de cultivar o la recreación en que han de participar? Es posible que surjan estos desacuerdos, y otros. ¿Cómo los resolverán?
16. ¿Qué deficiencia hay en la teoría de que las riñas violentas ayudan a resolver las dificultades?
16 Hay sicólogos modernos que alegan que las riñas son útiles para resolver dificultades. La teoría de ellos es que las frustraciones van creciendo, generan presión y finalmente explotan en una riña violenta. En el calor de esas expresiones coléricas, los resentimientos por mucho tiempo encerrados dentro del individuo se exteriorizan, son ventilados, y así se dispone de ellos... dice la teoría. Hasta cuando esto sucede, las frustraciones se mantienen dentro del individuo, calentándose e hirviendo, y entonces salen y se derraman en una ocasión posterior. Pero hay el grave peligro de que esos estallidos de cólera hagan que usted diga cosas que no quiere decir, y quizás inflijan heridas que no se puedan curar. Usted quizás cause tan grave daño a la otra persona que se levante una barrera que usted no pueda romper después. Como advierte Proverbios 18:19: “Un hermano contra quien se ha transgredido es más que un pueblo fuerte; y hay contiendas que son como la barra de una torre de habitación.” El consejo sano que se halla en la Biblia es: “Deja la porfía antes que se entable.”—Proverbios 17:14, Versión Nácar Colunga.
¡COMUNÍQUENSE!
17. ¿Qué se pudiera hacer para evitar que los desacuerdos vayan creciendo dentro de uno y alcancen proporciones explosivas?
17 Lo que es mucho mejor que dejar que los desacuerdos vayan creciendo dentro de ustedes hasta que alcancen proporciones explosivas es considerarlos a medida que surgen. El meditar sobre un mal casi siempre hace que parezca peor de lo que en realidad es. Considérenlo ahora u olvídenlo. ¿Es solo una declaración hecha de pasada? Déjenla pasar. ¿Es necesario considerarla? ¿Ha hecho su cónyuge algo que le causa angustia a usted? No condene rudamente; trate de presentar el punto en forma de pregunta, o presentando una sugerencia que lo plantee para consideración. Por ejemplo, usted pudiera decir: ‘Amor, hay algo que no entiendo. ¿Pudieras ayudarme a verlo bien?’ Entonces escuche. Trate de entender el punto de vista de la otra persona. Preste atención a la advertencia que se da en Proverbios 18:13: “Cuando alguien está respondiendo a un asunto antes de oírlo, eso es tontedad de su parte y una humillación.” A ninguno de nosotros le gusta que alguien se precipite a conclusiones erróneas acerca de nosotros. Por eso, más bien que reaccionar rápidamente, esfuércese por discernir la intención o motivo que hay detrás del acto. Haga como aconseja Proverbios 20:5: “El consejo en el corazón del hombre es como aguas profundas, pero el hombre de discernimiento es el que lo sacará.”
18. ¿Qué pudiera ayudarnos a deshacernos de los estados de ánimo negativos?
18 ¿Es propenso usted a estados de ánimo de mal humor o a ser taciturno? Es difícil vivir con la persona malhumorada o taciturna. Algunos alegan que no podemos controlar nuestros estados de ánimo, que son gobernados por sustancias químicas en el cerebro. Sea eso verdad o no, los sentimientos son contagiosos. Las personas que nos rodean pueden alegrarnos o comunicarnos depresión. La música puede crear varias clases de estados de ánimo en nosotros. Los relatos también pueden hacer eso. Los pensamientos que abrigamos en la mente afectan la manera en que nos sentimos. Si uno cavila con amargura en cosas negativas, se deprime; por un acto de la voluntad uno puede obligar a la mente a pensar pensamientos positivos y optimistas. Piense en éstos. (Filipenses 4:8) Si esto se le hace difícil, trate de emprender alguna vigorosa actividad física... efectúe algún trabajo físico duro, aunque sea arrancar malas hierbas con un azadón o restregar un piso; salga y ejercítese corriendo con ritmo lento o camine entre los árboles, o mejor todavía, haga algo que sea útil para otra persona... cualquier cosa que dirija su atención y energías hacia otra cosa; es mucho mejor nutrir un buen estado de ánimo que alimentar uno malo. ¡Y es mucho más divertido, para usted y muy ciertamente para su cónyuge!
19. ¿Cómo pudiera uno tratar comprensivamente con los estados de ánimo de su cónyuge?
19 Sin embargo, hay veces en que ciertos acontecimientos le causan profundo dolor, o alguna grave enfermedad y sufrimiento lo aflige. O, en el caso de su esposa, los ciclos mensuales y la preñez causan grandes variaciones en la secreción de hormonas poderosas que afectan el sistema nervioso y las emociones. Puede ser que una mujer estuviera experimentando tensión premenstrual sin darse cuenta de ello. Este es un factor de importancia que el esposo debe tener presente para que, en vez de exasperarse, pueda mostrar perspicacia. En esas circunstancias especiales tanto el esposo como la esposa deben reconocer la causa de cualquier cambio en el temperamento y responder de manera edificante. “El corazón del sabio hace que su boca muestre perspicacia, y a sus labios añade persuasiva.” Y, “un compañero verdadero ama en todo tiempo, y es un hermano nacido para cuando hay angustia.”—Proverbios 16:23; 17:17.
20-22. (a) ¿Por qué deben evitarse los celos indebidos? (b) ¿Qué pudiera hacerse para dar al cónyuge de uno un sentido de seguridad?
20 ¿Es celoso su cónyuge? Es propio el que un individuo sea celoso o muestre celo en lo que respecta a su reputación, y también a su matrimonio. Tal como la adrenalina hace que un corazón empiece a latir de nuevo, así los celos despiertan el alma en defensa de lo que se atesora. Lo opuesto de tener celos es mostrar indiferencia, y no debemos ser indiferentes con relación a nuestro matrimonio.
21 Pero hay otra clase de celos, una inducida por la falta de seguridad y alimentada por la imaginación. Esos celos irracionales y demasiado posesivos convierten el matrimonio en una prisión desagradable donde no pueden sobrevivir la confianza y el amor verdadero. “El amor no es celoso” de tal manera, y los celos obsesivos son “podredumbre a los huesos.”—1 Corintios 13:4; Proverbios 14:30.
22 Si su cónyuge tiene causa justa para sentirse inseguro debido a celos, remueva esa causa inmediatamente. Si no hay verdadera causa, haga todo cuanto pueda para edificar la confianza de la persona celosa, por palabras y, de más importancia, por actos. ¡Dirija sus esfuerzos al corazón!
23. ¿Qué sería beneficioso considerar cuando alguien se inclina a buscar la ayuda de extraños para resolver los problemas maritales?
23 ¿Pudiera recibirse ayuda de otras personas para resolver los desacuerdos que hay entre personas casadas? Posiblemente, pero no se les debe llamar a menos que ambos cónyuges concuerden en ello. Primero, “defiende tu propia causa con tu semejante, y no reveles el habla confidencial de otros.” (Proverbios 25:9) Hay un riesgo especial al pedir a parientes políticos que obren de árbitros. No es probable que sean imparciales. Con sabiduría, la Biblia dice: “El hombre dejará a su padre y a su madre y tiene que adherirse a su esposa.” (Génesis 2:24) Lo mismo aplica a la esposa con relación a sus padres y su esposo. En vez de pedir que los padres o parientes políticos obren de árbitros, de modo que se pongan del lado de un cónyuge y en contra del otro, debe haber adherencia entre marido y mujer y éstos deben reconocer que sus problemas son problemas que ellos comparten y que deben resolver juntos. El que un cónyuge recurra a personas extrañas al matrimonio sin el consentimiento del otro los rebaja a ambos a los ojos de otros. Si ustedes se comunican con franqueza, honradez y amor, no hay razón por la cual no deberían poder hallar solución a sus problemas ustedes mismos. Se pudiera consultar por consejo a otras personas maduras, pero la solución al fin depende de usted y su cónyuge.
24, 25. ¿Qué pudiera hacer uno si el orgullo estorbara el solucionar un problema marital?
24 “No os estiméis en más de lo que conviene,” aconseja el apóstol Pablo. (Romanos 12:3, Biblia de Jerusalén) Entonces añade: “En cuanto a mostrarse honra los unos a los otros lleven la delantera.” (Romanos 12:10) Algo que nos ayuda cuando el orgullo nos hace sentir heridos es reflexionar en que en realidad no somos tan grandes. Ciertamente no somos grandes en comparación con la Tierra, y la Tierra misma es pequeña en el sistema solar, que, a su vez, es diminuto en el universo. A los ojos de Jehová “todas las naciones son como algo inexistente . . . como nada y como una irrealidad le han sido estimadas.” (Isaías 40:17) Esos pensamientos nos ayudan a mantener las cosas en la perspectiva apropiada, a ver que, después de todo, los desacuerdos quizás no envuelvan cosas tan importantes.
25 A veces un sentido de buen humor pudiera ayudarnos a no atribuirnos demasiada importancia y no tomarnos demasiado en serio. El poder reírse de uno mismo es una marca de madurez y allana muchas asperezas en la vida.
“ECHA TU PAN SOBRE LA HAZ DE LAS AGUAS”
26, 27. ¿Qué principios bíblicos deben aplicarse cuando el cónyuge de uno no responde a los esfuerzos que uno hace por resolver apaciblemente las diferencias, y por qué?
26 ¿Qué hay si su cónyuge no responde a sus esfuerzos por resolver apaciblemente las diferencias? Siga el consejo de la Biblia: “No devuelvan mal por mal a nadie.” Jesús es el modelo que debemos copiar: “Cuando estaba sufriendo no se puso a amenazar.” La práctica común entre las personas es pagar con la misma moneda. Pero si usted adopta ese proceder está dejando que otros lo moldeen, que lo hagan lo que usted es. En realidad, ellos lo están haciendo lo que ellos son. Dejar que esto suceda es negarse usted mismo, negar lo que usted representa, los principios que usted ama. En vez de eso, copie a Jesús, quien se apega fielmente a lo que es, sin dejar que lo cambien las debilidades de los que lo rodean: “Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo.”—Romanos 12:17; 1 Pedro 2:23; 2 Timoteo 2:13.
27 Si usted es lo suficientemente fuerte como para detener un ciclo de mal con bien, pudiera ser que diera comienzo a un ciclo de bien. “Una respuesta, cuando es apacible, aparta la furia.” (Proverbios 15:1) Una respuesta apacible no proviene de debilidad, sino que proviene de fortaleza, y su cónyuge percibirá esto. Puesto que tantas personas pagan a otros con la misma moneda, el importante adelanto que marcará usted por el bien que hace pudiera cambiar el ciclo de malo a bueno. Ciertos textos bíblicos indican esto. “El que liberalmente riega a otros también él mismo será liberalmente regado.” “Con la medida con que ustedes miden, se les medirá a ustedes en cambio.” “Echa tu pan sobre la haz de las aguas; que después de muchos días lo hallarás.” (Proverbios 11:25; Lucas 6:38; Eclesiastés 11:1, Versión Moderna) Quizás se requiera tiempo para que su bondad haga que de su cónyuge le venga una cosecha de bien. No se siembra la semilla un día y se siega en el otro. No obstante, “cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará; . . . Así es que no desistamos de hacer lo que es excelente, porque al debido tiempo segaremos si no nos rendimos.”—Gálatas 6:7-9.
28. ¿Cuáles son algunos excelentes principios que se encuentran en el libro bíblico de Proverbios que pueden ayudar a promover una feliz vida de casados, y cómo?
28 Aquí hay algunos textos bíblicos y preguntas que las parejas casadas pueden considerar:
Proverbios 14:29: “El que es tardo para la cólera abunda en discernimiento, pero el que es impaciente está ensalzando la tontedad.” Si usted se da tiempo para pensar, ¿no descubre con frecuencia que no hay buena razón para estar enojado?
Proverbios 17:27: “Cualquiera que retiene sus dichos posee conocimiento, y un hombre de discernimiento es sereno de espíritu.” ¿Mantiene usted su espíritu sereno, y retiene las palabras que encenderían con ira el espíritu de su cónyuge?
Proverbios 25:11: “Como manzanas de oro en entalladuras de plata es una palabra hablada al tiempo apropiado para ello.” La palabra que es apropiada en un tiempo puede ser inapropiada en otro tiempo. ¿Muestra usted percepción en cuanto a lo que es la palabra apropiada al tiempo apropiado?
Proverbios 12:18: “Existe el que habla irreflexiblemente como con las estocadas de una espada, pero la lengua de los sabios es una curación.” Antes de hablar, ¿se detiene usted y piensa en el efecto que sus palabras van a tener en su cónyuge?
Proverbios 10:19: “En la abundancia de palabras no deja de haber transgresión, pero el que tiene refrenados sus labios está actuando discretamente.” A veces cuando estamos agitados decimos más de lo que queremos decir, y después lo lamentamos. ¿Se cuida usted contra esto?
Proverbios 20:3: “Le es una gloria al hombre desistir de disputar, pero todo el que es tonto estallará en ello.” Se necesitan dos para una riña. ¿Es usted lo suficientemente maduro como para ser el que se detenga?
Proverbios 10:12: “El odio es lo que suscita contiendas, pero el amor cubre aun todas las transgresiones.” ¿Está usted continuamente repasando las viejas disputas, o ama a su cónyuge lo suficiente como para dejar estas cosas atrás?
Proverbios 14:9, “New English Bible”: “El tonto es demasiado arrogante para enmendarse; los hombres justos saben lo que significa reconciliación.” ¿Es usted demasiado orgulloso para hacer concesiones y buscar la paz en su matrimonio?
Proverbios 26:20: “Donde no hay leña se apaga el fuego.” ¿Puede usted dejar de reñir, o tiene que decir la última palabra?
Efesios 4:26: “No se ponga el sol estando ustedes en estado provocado.” ¿Se espacía usted en los desacuerdos y prolonga así el sufrimiento para usted mismo y para su cónyuge?
29. ¿Cuáles son algunos puntos fundamentales que han de tenerse presentes cuando se hacen esfuerzos por mantener un matrimonio feliz?
29 El consejo sabio es provechoso solo cuando se pone en práctica. Trate de aplicarlo. De manera similar, esté dispuesto a tratar de aplicar la sugerencia que le haga su cónyuge. Vea si produce buenos resultados. ¿Quién tiene la culpa si algo sale mal? Eso no es importante. Lo importante es cómo se pueden arreglar las cosas. Sean flexibles, ventilen los desacuerdos, hablen sobre ellos, y no se tomen demasiado en serio. ¡Comuníquense! Si usted ‘ama a su cónyuge como a sí mismo,’ no debería ser demasiado difícil ajustarse a la relación matrimonial y hacerla una relación feliz.—Mateo 19:19.