“¡Buena salud a ustedes!”
¿CÓMO está su salud? ¿Está como le gustaría a usted que estuviera? Hay algo que puede mejorarla, prescindiendo de la condición presente en que esté usted. ¿Es dieta? No. ¿Es medicina? No. ¿Cuánto costará? No cuesta nada y no tiene ningún efecto secundario perjudicial. Todo lo que hay que hacer es leer la Biblia y aplicar sus principios sanos, básicos de vivir.—Pro. 4:20-22.
Los principios sencillos y limpios de la Biblia verdaderamente pueden significar ‘salud a toda su carne.’ ¿Cómo es cierto esto? Bueno, piense por un momento en el cuerpo humano. Es la “máquina” más compleja que existe en la Tierra. Ningún hombre entiende verdaderamente lo que está envuelto en las operaciones intrincadas del cuerpo. Como resultado, casi en ningún otro campo de conocimiento hallamos más contradicciones que en el campo del cuidado de la salud. Solo el Creador del cuerpo entiende completamente al cuerpo humano.
Para afrontar la vida con éxito, todos, saludables o enfermos, necesitamos una esperanza válida, bien fundada. El apropiado punto de vista mental y espiritual es esencial a fin de afrontar enfermedades que vienen y aguantar males que uno tenga. Los doctores saben que hay que considerar el bienestar total de los pacientes, mental y físico, para mejorar la salud. Dios el Creador no solo conoce toda función del cuerpo; también está más interesado en nosotros que cualquier otra persona. Por consiguiente, lo que él nos dice nos dará esperanza segura, confiable... no una cosa pasajera, sino una esperanza que puede llenar nuestra vida.
La esperanza que ofrece el Creador es vida eterna en una Tierra hermoseada bajo Su administración. Sea que nuestra salud resista hasta entonces o no, no es preciso que eso sea nuestro interés principal, porque él ha provisto una resurrección. (Hech. 24:15) Puesto que la Biblia muestra que los muertos están inconscientes (Ecl. 9:5, 10), si uno muriera antes que esta condición justa se realizara en la Tierra, el tiempo que uno pasara en la condición de muerte le parecería solo una fracción de segundo, aunque ascendiera a años. Sin embargo, uno despertaría en el nuevo arreglo de cosas de Dios aquí en la Tierra, bajo el régimen de su Reino. (Rev. 21:1-4) El saber esto es un gran paso hacia la salud de mente y cuerpo ahora, porque disminuye muchísimo el temor a la muerte.—Ose. 13:14.
Hay otro factor de suma importancia. Es la ayuda que la Biblia suministra para controlar nuestras emociones. Aquí es donde la Biblia puede darnos ayuda que ningún doctor o psiquiatra puede suministrar. ¿Qué consejo da sobre este problema vital?
Bueno, nos dice: “Nunca se inquieten y digan: ‘¿Qué hemos de comer?’ o ‘¿qué hemos de beber?’ o ‘¿qué hemos de ponernos?’ . . . Pues su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas. Sigan, pues, buscando primero el reino y Su justicia [la de Dios], y todas estas otras cosas les serán añadidas. Por lo tanto, nunca se inquieten acerca del día siguiente.”—Mat. 6:31-34.
La Biblia también aconseja bondadosamente contra las emociones más violentas y destructivas. El desahogar nuestra cólera, nuestro rencor y deseo de venganza no efectuará los resultados que realmente nos gustarían. (Rom. 12:19) Más bien, emociones y deseos de esa clase darán resultados calamitosos.
La Biblia dice: “La ira del hombre no obra la justicia de Dios.” (Sant. 1:20) Aconseja sabiamente: “Que no se ponga el sol estando ustedes en estado provocado.” (Efe. 4:26) Arregle la dificultad inmediatamente de manera pacífica. Entonces su sueño será agradable, con provecho para su salud.—Mat. 5:23, 24; 18:15.
¿Es un hecho probado que emociones de esa clase afectan en realidad la salud física de uno? La Biblia definitivamente muestra que éste es el caso. (Pro. 14:30) Y en armonía con eso, un estudio de las emociones por médicos y psiquiatras revela que los celos, la inquietud y la cólera o el furor contribuyen a, agravan, o hasta causan, dolencias como asma, enfermedades de la piel, urticaria, úlceras y malestares dentales y digestivos, y pueden iniciar insuficiencia cardíaca.
El seguir los principios bíblicos le suministra a la persona equilibrio en la vida y le ayuda a evitar las cosas que destruyen la salud. Se pueden mencionar unos cuantos ejemplos más en prueba:
Principio bíblico Resultado de seguir el
principio bíblico
“Huyan de la fornicación.” Libertad de enfermedades
—1 Cor. 6:18. venéreas
Evite codicia, glotonería, Se evitan males del
beber en exceso.—Pro. 23:20, 21; estómago, hígado y
1 Cor. 5:11. corazón o hay alivio
de éstos así como de
otros peligros
“Limpiémonos de toda contaminación Gran grado de protección
de la carne y del espíritu.” de muchas enfermedades
(Incluye hábitos como el uso de infecciosas así como
tabaco, perversiones; también enfermedades del corazón,
contaminación mental, como abuso cáncer, desequilibrio
de las drogas.)—2 Cor. 7:1. mental, muerte prematura
Evite el espiritismo. (Incluye la Libertad de ser guiado
astrología.)—Gál. 5:19, 20. a posesión demoníaca,
locura, muerte como
suicidio
Abandone las malas asociaciones. Protección de daño
—1 Cor. 15:33; Pro. 13:20; 28:7; corporal debido a ser
Éxo. 23:1, 2. atraído a acciones
imprudentes,orgías,
crimen,sublevaciones
¿Qué más podría usted desear correctamente ahora que mejor salud, una mejor condición mental y espiritual, mejores relaciones con sus semejantes y, de la mayor importancia, con Dios? “Buena salud a ustedes” es una expresión bíblica. Un hombre que tenía unos treinta años de experiencia en practicar devoción piadosa como se recomienda en la Biblia dijo de ella: “Encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir.” ¿Por qué no prueba esto usted mismo leyendo la Biblia y aplicando sus excelentes principios?—Hech. 15:29; 1 Tim. 4:8.
[Ilustración de la página 516]
El ceder a la ira afecta radicalmente los principales sistemas del cuerpo señalados arriba, con resultados potencialmente perjudiciales
FUNCIONES CEREBRALES
VASOS SANGUÍNEOS
TIROIDES
CORAZÓN
BAZO
GLÁNDULAS SUPRARRENALES
CANAL GASTROINTESTINAL
INTESTINO
VEJIGA