Los jóvenes preguntan...
“¿Cómo voy a crecer si no me voy de casa?”
COMO la mayoría de los jóvenes, probablemente esperes con anhelo el día en que tengas las libertades (¡y responsabilidades!) de la edad adulta. Sin embargo, hay algunos jóvenes que suponen que el mejor modo de obtener esa independencia es irse a vivir por su cuenta y experimentar directamente cómo es la vida.
Hay que reconocer que los desafíos de ‘salir adelante por cuenta propia’ han ayudado a algunos jóvenes a madurar rápidamente. Pero ¿tiene uno en realidad que irse de la casa para desarrollarse? ¿Son únicamente los que ‘viven por su cuenta’ quienes pueden tomar decisiones maduras? ¿Son los únicos que pueden comportarse con formalidad? ¡De ningún modo! El libro Adolescence comenta: “El simplemente irse del hogar de la familia de uno no garantiza que la transición [a la edad adulta] tenga éxito. El quedarse en casa tampoco implica que uno ha fracasado en desarrollarse”. (Las cursivas son nuestras.) Muchos jóvenes que se van de la casa en busca de independencia, de hecho, terminan siendo económica y emocionalmente dependientes de sus padres. Por otro lado, muchos jóvenes que deciden permanecer en casa se convierten en adultos maduros y responsables. ‘Pero ¿cómo puede uno crecer si no se va a vivir por su cuenta?’, preguntan algunos.
El desarrollo... ¿qué es?
Para algunos jóvenes, crecer significa tener su propio dinero, trabajo y apartamento. Pero la Biblia dice otra cosa. Por ejemplo, cuando describe el crecimiento de Samuel, dice: “Mientras tanto Samuel iba creciendo y haciéndose más agradable tanto desde el punto de vista de Jehová como del de los hombres” (1 Samuel 2:26). Este texto expresa mucho en cuanto al desarrollo. En primer lugar, para ser “agradable” a Dios, la conducta de Samuel tiene que haber sido sin tacha (Salmo 15:1, 2). Él tiene que haber orado con regularidad y haber mostrado “cariño” a las leyes de Dios (Salmo 119:16). Nota, también, que él era “agradable” a los hombres. Sabía llevarse bien con la gente. Así, aunque sólo era un muchacho, Samuel se había desarrollado de muchas maneras.
No obstante, el adulto también tiene que tomar sus propias decisiones. Salomón escribió el libro de Proverbios “para dar a los inexpertos sagacidad, al joven conocimiento y habilidad para pensar” (Proverbios 1:4). Muchos jóvenes, aunque viven por su cuenta, no tienen esa “habilidad para pensar”. Toman decisiones que los perjudican en sentido emocional y espiritual. Pero Salomón dice: “Cuando entre la sabiduría en tu corazón y el conocimiento mismo se le haga agradable a tu mismísima alma, la habilidad misma para pensar te vigilará, el discernimiento mismo te salvaguardará, para librarte del mal camino”. (Proverbios 2:10-12.)
El tener esa “sabiduría” y “habilidad para pensar” es, por tanto, otra señal de madurez. Y a menudo el escuchar y obedecer las instrucciones de tus padres es el mejor modo de conseguirla. Pues la Biblia dice: “La sabiduría de arriba es primeramente casta, luego pacífica, razonable, lista para obedecer” (Santiago 3:17). Pero ¿qué hay si estás teniendo problemas en casa? ¿Es todavía posible que madures mientras vives en casa?
‘Llevar el yugo en la juventud’
Se aprende a vivir cuando uno se enfrenta cara a cara con los problemas y se esfuerza por resolverlos o abordarlos. Nada se gana con huir de situaciones que no nos gustan. Sin embargo, para muchos jóvenes, el irse de casa es meramente un modo de escapar de los padres, con quienes se les hace difícil llevarse bien, o a quienes consideran demasiado estrictos. El profeta Jeremías, no obstante, dijo en una ocasión: “Bueno le es al hombre físicamente capacitado llevar el yugo durante su juventud”. (Lamentaciones 3:27.)
Mac, que actualmente tiene 42 años de edad, recuerda lo difícil que se le hizo vivir en casa: “Papá trabajaba en una cuadrilla de construcción y estaba fuera la mayor parte del día. Aquello quería decir que terminábamos haciendo las faenas agrícolas tan pronto como llegábamos a casa de la escuela. Cuando llegaban las vacaciones de verano, papá nos llevaba a trabajar consigo todo el día. Yo pensaba que él era el hombre más malo del mundo porque no nos dejaba jugar ni divertirnos. A menudo pensaba: ‘¡Si solo pudiera irme de aquí y tener mi propio lugar donde vivir!’”. Pero ¿resultó ser ‘bueno’ para Mac el “llevar el yugo”? Ahora él dice: “Fue inapreciable lo que papá hizo por mí. Me enseñó a trabajar duro y sobrellevar las dificultades. Desde entonces me he tenido que enfrentar con problemas mucho más serios, pero sé acometerlos de frente”.
Vida entre nubes
Sin embargo, el simplemente vivir en casa no es garantía de que madures. Horst, quien se fue de la casa a los 17 años de edad, recuerda: “El vivir en casa con mis padres era como vivir entre nubes. Ellos me hacían todo. Yo no tenía que hacer ningún quehacer doméstico. Pero cuando me fui de casa tuve que empezar a lavar mi propia ropa. A menudo la ropa quedaba desteñida o manchada”.
Parte del desarrollo es aprender a hacer las cosas por ti mismo. No obstante, es lamentable que muchos jóvenes sencillamente no ven el valor de poner manos a la obra y ayudar en los quehaceres de la casa. Hay que reconocer que el sacar fuera la basura o lavar la ropa no es tan divertido como el tocar tus discos favoritos. Pero ¿cuál puede ser el resultado si nunca aprendes a hacer esas cosas? Puedes convertirte en un adulto ‘inútil’, completamente dependiente de tus padres. Por eso el Dr. Richard Robertiello aconseja a los jóvenes que participen de lleno en las tareas domésticas, pues esto es una “actividad que estimula el desarrollo de una personalidad autónoma e independiente”.
¿Te estás preparando (seas un joven o una joven) para ser finalmente independiente al aprender a cocinar, limpiar, planchar o realizar reparaciones domésticas? Ahora bien, tal vez tengas que tomar la iniciativa en algunas ocasiones, especialmente si a tus padres les gusta hacer muchísimas cosas por ti. Sin embargo, un joven llamado Timo, quien pidió a sus padres que le asignaran alguna tarea doméstica, dice que ¡se quedó ‘asombrado’ por la reacción positiva que tuvieron! Tus padres pudieran reaccionar de la misma manera.
Independencia económica
Lucy, de 12 años de edad, dice: “Muchas veces pienso que no es justo porque los padres no permiten que una haga lo que quiera con su propio dinero”. Con frecuencia los jóvenes prefieren ganar y manejar su propio dinero a tener que vivir de una mesada. Y el tener un trabajo de media jornada puede ser una experiencia valiosa.
¡Pero el ganar dinero es tan importante como el administrarlo! El Dr. Jerald Bachman, del Instituto de Investigación Social, señala que muchas veces los jóvenes gastan el dinero en artículos de lujo. No obstante, los que nadan en dinero concluyen a menudo que es fácil conseguir ese dinero y aun más fácil gastarlo. ¡Qué duro despertar les espera cuando se pongan a vivir por su cuenta! Horst (a quien mencionamos anteriormente) recuerda: “Al final del mes tanto mi billetera como la alacena estaban vacías”.
Así que aprende a administrar el dinero mientras vivas en casa. Y tus padres pudieran ser excelentes maestros. Han tenido años de experiencia haciendo eso y a menudo pueden ayudarte a evitar muchas trampas. Puede que ahora vacilen en decirte cuánto ganan, pero probablemente estarían más que dispuestos a decirte cuánto tienen que gastar. El libro Pulling Up Roots sugiere que les hagas preguntas como las siguientes: ‘¿Cuánto pagamos mensualmente por la electricidad? ¿La calefacción? ¿El agua? ¿El uso del teléfono? ¿Qué clase de impuestos pagamos? ¿A cuánto asciende el alquiler?’. ¡Pudiera sorprenderte el saber que muchas veces los jóvenes que tienen empleo tienen más dinero para gastos personales que sus padres! De modo que si tú estás trabajando, ofrécete a hacer una contribución razonable para el mantenimiento del hogar.
Aprende antes de irte de casa
No, no necesitas irte de casa para crecer. Pero tienes que trabajar duro mientras estás en casa a fin de desarrollar buen juicio y sensatez. El que despliegues ‘benignidad, bondad, apacibilidad y gobierno de ti mismo’ te hará también agradable tanto a los ojos de Dios como de los hombres (Gálatas 5:22, 23). Pero tienes que dedicar tiempo a estudiar la Biblia y publicaciones basadas en la Biblia. Aprende, también, a llevarte bien con los demás. Demuestra que puedes aguantar crítica, fracaso o desilusión. Esos rasgos son verdaderas señales de un cristiano (o cristiana) desarrollado.
Con el tiempo las circunstancias pudieran resultar en que te fueras de tu hogar... quizás debido a que te cases o a la oportunidad de ensanchar tu servicio a Dios. Pero si verdaderamente te has desarrollado, al irte del hogar no te precipitarás al desastre. Lo que hayas aprendido en casa resultará ser un fundamento sólido para que te desarrolles más. Y aunque tu partida pudiera deshacer a mayor grado los vínculos de dependencia, los lazos de amor y afecto entre tú y tus padres permanecerán intactos para siempre.
[Ilustración en la página 22]
El hogar puede ser como vivir entre nubes, si no haces un esfuerzo por ayudar en los quehaceres de la casa
[Ilustración en la página 23]
Nuestros padres han tenido años de experiencia en la administración del dinero, y a menudo pueden enseñarnos mucho