¿Qué está usted haciendo con su vida?
“[La sabiduría] es árbol de vida a los que se asen de ella.”—Pro. 3:18.
1-3. (a) ¿Por qué debemos apreciar la vida que tenemos ahora? (b) ¿Participa directamente Dios en el nacimiento de cada niño? (c) ¿Por qué da vida Jehová a otros?
¿APRECIA usted el hecho de estar vivo? ¿Se ha puesto a pensar alguna vez en el gran galardón que es la vida? A medida que la vida se pasa de padres a hijos la variedad de combinaciones de rasgos y cualidades que se transmiten por medio del arreglo genético es astronómica en cantidad. De una larga cadena de circunstancias que afectaron a nuestros antepasados, hemos llegado a ser. Realmente es algo por lo cual estar agradecidos, porque, por ejemplo, si nuestros padres o abuelos se hubieran casado con diferentes cónyuges, uno jamás habría nacido. O si su madre hubiera concebido en una ocasión diferente, la persona nacida habría sido otro niño, no usted.
2 Jehová es la Fuente y Dador de la vida. (Sal. 36:9) Él dotó a Adán y a Eva, como sus creaciones directas, con la facultad de transmitir vida a sus hijos. En Juan 1:13 el apóstol señala que los humanos nacen de acuerdo con la “voluntad carnal,” la voluntad de sus padres. Por consiguiente, las personalidades producidas no son predestinadas por Dios, tampoco tiene él participación directa en la concepción y nacimiento de los niños. El tiempo y las circunstancias gobiernan las combinaciones de los factores en la célula de la reproducción. Por lo tanto una persona debe apreciar encarecidamente el hecho de que existe, que ocupa un lugar entre los que tienen vida.
3 Jehová evalúa en gran manera la vida. Él es el Dios feliz, y quiere que otros sean felices. (1 Tim. 1:11) Él se complace en ver que otros disfruten de la vida. Por lo tanto da vida a otros con un propósito. ¡Qué importancia atribuye a vivir de la manera correcta! Si los humanos no desperdician su vida en búsquedas insensatas, sino que viven de la manera que Dios los ha hecho para vivir, les dará vida eterna.
LO QUE SE NECESITA PARA LA VIDA
4-6. (a) ¿Qué además de alimento material necesita el hombre para la vida? (b) ¿Por qué necesita el hombre energía espiritual procedente de Dios?
4 Se necesita que el cuerpo esté nutrido constantemente por medio de respirar, beber y comer. Pero hay algo mucho más esencial para la continuación de la vida. ¿Qué es esto? Bueno, de toda la creación terrestre de Dios, solo el hombre fue hecho a la imagen y semejanza de Dios. (Gén. 1:26, 27) Diferente, entonces, de los “animales irracionales,” el hombre tenía los atributos mucho más superiores de amor, justicia, sabiduría y las otras cualidades de Dios. (2 Ped. 2:12) Tenía la capacidad para la espiritualidad. Podía razonar en cuanto a por qué había sido creado; podía aprender acerca de su relación con Dios. Y a medida que progresara en conocimiento de Dios, los excelentes atributos que Dios le dio se harían más profundos en él.
5 Además, la capacidad del hombre para adquirir conocimiento de Dios, para progresar mental y espiritualmente, era ilimitada. Dios, desde Su almacén ilimitado, insondable continuaría suministrándole al hombre estas cosas esenciales durante toda la eternidad. Así la espiritualidad y la sabiduría de Dios siempre serían ensanchadas en el hombre.—Rom. 11:33-36.
6 Según su constitución creada, el hombre, para seguir viviendo, tenía que tener un abastecimiento constante de energía espiritual procedente de Jehová. Necesitaba conexiones espirituales con Dios. Aun el hombre perfecto, suplidas todas las necesidades materiales, moriría sin alimento espiritual. Si el hombre adquiriera alimento espiritual, Dios suministraría las cosas materiales, tal como lo hizo para Adán y Eva.—Gén. 1:29; 2:9; Mat. 6:33.
7. ¿Qué derrotero incorrecto emprendió Adán, e hizo esto que Dios abandonara su propósito para con la humanidad?
7 Los lectores de la Biblia saben que Adán no continuó permaneciendo cerca de Dios en obediencia y sabiduría y para aumentar su espiritualidad, sino que en vez de eso se cortó de Dios y le acarreó el pecado y la muerte a la raza humana. (Rom. 5:12) No obstante, Dios no abandonó su propósito para con la humanidad. Él le traerá a la humanidad obediente lo que se propuso para ellos. Por esta razón ha hecho que la Biblia sea escrita y ha enviado a su Hijo como sacrificio para beneficiar a los que desean servirle.—Rom. 5:8.
LOS PROVERBIOS DAN PRINCIPIOS PARA VIVIR
8-10. ¿Por qué tuvo el escritor principal del libro bíblico de Proverbios una oportunidad excelente de saber acerca de la vida, y hasta qué profundidad alcanzó su conocimiento?
8 El libro bíblico de Proverbios nos suministra los principios básicos para vivir. El rey Salomón de Israel, el principal productor de Proverbios, ciertamente comprendía la vida en sus muchos aspectos. Tuvo tiempo y oportunidad para observar la vida, y efectuó mucha meditación e investigación. Y no ha de pasarse por alto el hecho de que Dios, que creó todas las cosas mediante su sabiduría, dio sabiduría a Salomón para que pudiera tener entendimiento de estas cosas.—Pro. 3:19, 20; 1 Rey. 3:11-14.
9 Aunque el reino de Salomón solo abarcaba una zona pequeña en el Oriente Medio, gente de muchas naciones reconocía su sabiduría, puesto que se dice de él:
“La sabiduría de Salomón era más vasta que la sabiduría de todos los orientales y que toda la sabiduría de Egipto. . . . Y podía hablar tres mil proverbios, y sus canciones llegaron a ser mil cinco. Y hablaba acerca de los árboles, desde el cedro que está en el Líbano hasta el hisopo que va saliendo en el muro; y hablaba acerca de las bestias y acerca de las criaturas volátiles y acerca de las cosas movientes y acerca de los peces. Y seguían viniendo de todos los pueblos para oír la sabiduría de Salomón, aun de todos los reyes de la tierra que habían oído de su sabiduría.”—1 Rey. 4:30-34.
10 Ahora bien, Salomón no simplemente mencionó estas creaciones de Dios en su habla; también las entendía y entendía su crecimiento, hábitos y comportamiento, así como su lugar en las obras creativas de Dios. Los libros de Proverbios y Eclesiastés también revelan el discernimiento que tenía del hombre y de sus deseos y modos de ser. Salomón entendía el derrotero sabio y el derrotero imprudente que podía emprender el hombre, con sus consecuencias.
11. ¿Por qué podemos tener plena confianza al aplicar las palabras de Salomón en nuestra vida?
11 Además, Dios se propuso que Salomón hablara y escribiera para nuestro provecho, y por Su espíritu guió las palabras de Salomón de modo que son mucho más que la sabiduría de un simple hombre. Son adecuadas para ser registradas como palabras inspiradas en la Biblia, la Palabra de verdad de Dios.
12. ¿Qué requiere Dios del hombre a fin de que obtenga Su favor para la vida eterna?
12 ¿Qué requiere Jehová Dios del hombre para entrar en buena relación con Él y tener esperanza de vida eterna? Salomón nos dice: “Llevar a cabo la justicia y el juicio lo prefiere más Jehová que el sacrificio.” (Pro. 21:3) Dios no le ha pedido al hombre que haga algo imposible. Por medio de su profeta Miqueas, Jehová corroboró las palabras de Salomón, diciendo: “Él te ha dicho, oh hombre terrestre, lo que es bueno. ¿Y qué es lo que Jehová está pidiendo de vuelta de ti sino ejercer justicia y amar la bondad y ser modesto al andar con tu Dios?” ¿Cómo puede usted hacer esto?—Miq. 6:8.
13, 14. ¿A qué conclusión llegó Salomón acerca de la vida, y por qué?
13 Quizás usted haya observado al mundo y la vida como la vive ahora la mayoría de la gente. Usted ve frustración, injusticia y futilidad. Muchas personas que trabajan duro están, de hecho, en una rutina fatigosa, y hoy nadie sabe cuál será la siguiente cosa que suceda. Aun los ricos y los poderosos de la Tierra no pueden hacer nada para detener la vejez y la muerte. El rey Salomón observó esto, y dijo:
“Odié la vida, porque el trabajo que se ha hecho bajo el sol era calamitoso desde mi punto de vista, porque todo era vanidad y un esforzarse tras viento. Y yo, yo mismo, odié todo mi trabajo duro en que estaba trabajando duro bajo el sol, que dejaría atrás para el hombre que llegaría a ser después de mí. ¿Y quién hay que sepa si resultará ser sabio o tonto? Sin embargo él asumirá el control de todo mi trabajo duro en que trabajé duro y en el que mostré sabiduría bajo el sol. Esto también es vanidad.”—Ecl. 2:17-19.
14 Salomón no odiaba la vida misma, sino la vida como se vive bajo el presente sistema de cosas. Jesucristo, que fue mayor que Salomón, mostró que este sistema de cosas está bajo el control de Satanás el Diablo. Después de su derrotero fiel, en el cual ‘venció al mundo’ por medio de mantener fidelidad a Dios, dijo: “Ahora hay un juicio de este mundo; ahora el gobernante de este mundo será echado fuera.” Volvió a decir que el gobernante de este mundo no tenía dominio sobre él. Pronto este sistema de cosas con su gobernante será destruido.—Juan 16:33; 12:31; 14:30; 2 Cor. 4:4; Rev. 11:18; 12:9.
15, 16. ¿Cuál es la primera cosa que uno necesita a fin de entrar en la calzada que lleva a la vida?
15 ¿Cómo, pues, podemos vivir a fin de evitar el control del “gobernante de este mundo” y agradar a Dios, para vivir en la Tierra bajo un justo nuevo orden cuando el gobernante de este mundo sea removido de su posición de control invisible de este sistema de cosas?
16 Volvamos a las palabras sabias de Salomón para la respuesta. Él nos dice: “El temor de Jehová es el principio del conocimiento.” (Pro. 1:7) El temer a Jehová es ponerlo en primer lugar en nuestra vida, aprender sus caminos y principios y obedecerle por encima de todos los demás. Con esta actitud una persona puede discernir su necesidad espiritual, la necesidad de alimento espiritual de Dios a fin de vivir. (Mat. 5:3) Además, Salomón dice esto acerca de buscar la sabiduría de Jehová: “Si sigues buscando esto como a la plata, y como a tesoros escondidos sigues en busca de ello, en tal caso entenderás el temor de Jehová, y hallarás el mismísimo conocimiento de Dios.”—Pro. 2:3-5.
EL ESTUDIO DE LA BIBLIA CAMBIARÁ SU VIDA
17. ¿Qué preguntas tiene que hacerse seriamente la persona, si quiere la vida?
17 Esto es muy claro y sencillo. Significa que, para conseguir la vida, uno tiene que estudiar la Biblia. Es cierto, todos estamos ocupados. Pero note que tenemos que querer la sabiduría como tesoro, como un buscador de tesoros está dispuesto a sacrificar tiempo y energía y excavar por él. Por eso, pregúntese: ‘¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Estoy ocupando mi tiempo del todo en cosas que no satisfacen mi necesidad de conexiones espirituales con Dios?’ Si es así, y si usted ‘no puede hallar tiempo’ para el estudio de la Biblia, entonces usted, de hecho, está diciendo que no quiere la vida. Nadie puede programarle a uno su tiempo, uno tiene que tomar tiempo de alguna manera para hacerlo. Entonces otros pueden ayudarle.—Efe. 5:15, 16.
18. ¿Por qué no es difícil conseguir un conocimiento de la Biblia?
18 Al comenzar uno a obtener esta sabiduría de la Biblia, encuentra que la Biblia es muy sencilla y franca. “Al entendido el conocimiento es cosa fácil,” dice el proverbio. (Pro. 14:6) Esto es cierto. Después de estudiar por un tiempo uno comienza a conectar nueva información con cosas que ya sabe. La verdad de la Biblia es tan lógica, tan correlativa, que las ‘piezas’ comienzan a encajar muy rápidamente, y todo el propósito de Jehová empieza a aclararse. “Entenderás justicia y juicio y rectitud, el derrotero entero de lo que es bueno,” dice Salomón.—Pro. 2:9.
19. A medida que uno empiece a entender la Biblia, ¿cómo le empezará a ayudar este conocimiento?
19 Al continuar estudiando, se le hace más fácil a uno apartar tiempo para las cosas buenas. También, su sabiduría recién hallada lo alejará de las cosas improductivas. Ya el lenguaje malo o las bromas malas no forman parte de su habla. Uno evita hacer hasta las cosas “pequeñas” que son faltas de honradez. Muchas cosas que uno deseaba en el pasado ahora se ve que no son cosas de valor real, duradero. Salomón expresó esta verdad, diciendo: “Cuando entre la sabiduría en tu corazón y el conocimiento mismo se le haga agradable a tu mismísima alma, la habilidad misma para pensar te vigilará, el discernimiento mismo te salvaguardará, para librarte del mal camino, del hombre que habla cosas perversas, de los que dejan las sendas de rectitud para andar en los caminos de oscuridad.”—Pro. 2:10-13.
20. Además de conocimiento de la Biblia, ¿qué otra ayuda recibe uno a medida que estudia?
20 A medida que se desechan estos hábitos malos uno comienza a desear la asociación con aquellos cuya conversación es buena, con los que pueden edificarlo a uno. Tales asociaciones empiezan a ser verdaderamente gozosas. Quizás alguien estudia la Biblia con usted. Él y otros de fe semejante servirán de gran ayuda y protección para usted, porque es cierto que “el que está andando con personas sabias se hará sabio, pero al que está teniendo tratos con los estúpidos le irá mal.” Aquí la palabra hebrea para “estúpido” no implica simplemente alguien que carece de conocimiento, sino alguien que es impío, insensible a la verdad moral.—Pro. 13:20; compare con Proverbios 10:23; 13:19; 14:8.
21. ¿Cómo debería usted considerar la corrección que le ofrezcan sus asociados cristianos?
21 De vez en cuando puede que sus nuevos asociados cristianos le llamen bondadosamente su atención a algo que le ayudará a ponerse más en armonía con el modo en que Dios ve las cosas. Quizás sea algún hábito que usted tenga, alguna práctica común para el mundo, que se le llame a su atención. Quizás le indiquen ciertos textos que tratan del asunto. En vez de sentirse lastimado u ofendido, tenga presente que usted, como todos los cristianos, ha salido de un mundo que no conoce a Dios, un mundo que habitualmente hace cosas que desagradan a Dios. Usted está en el proceso de ‘rehacer su mente.’ (Rom. 12:2) Está aprendiendo la ley de Dios, y de esto dice el sabio: “Porque el mandamiento es una lámpara, y una luz es la ley, y las censuras de la disciplina son el camino de la vida.”—Pro. 6:23.
JEHOVÁ AYUDA A LOS OBEDIENTES
22. ¿Cómo muestran los Proverbios la importancia de la disciplina?
22 Dios quiere que nos hagamos obedientes a él, como un hijo a un padre excelente, y, tal como el padre hebreo de la antigüedad aconsejó a su hijo, así Dios nos dice: “La disciplina de Jehová, oh hijo mío, no rechaces; y no aborrezcas su censura, porque al que Jehová ama él censura, aun como lo hace un padre a un hijo en quien se complace.” (Pro. 3:11, 12) Lo mismo que el hijo que se esfuerza por ser obediente, usted agradece el que el asunto se le haya llamado a su atención, que alguien se interesó lo suficiente en usted para enderezarlo. Es mucho mejor que se nos corrija recién emprendido un derrotero incorrecto y no que sigamos en nuestro propio camino inestorbados, pues el sabio escritor inspirado nos dice: “Sus propios errores atraparán al inicuo, y en las sogas de su propio pecado será asido. Él será el que morirá porque no hay disciplina, y porque en la abundancia de su tontedad se extravía.”—Pro. 5:22, 23.
23. ¿Por qué es esencial la oración para enfrentarse a los problemas de la vida?
23 Todos encontramos problemas al emprender un derrotero cristiano, quizás en nuestra propia familia, en las relaciones con compañeros de trabajo o amigos. Pero uno puede recibir consuelo de este consejo sabio: “Haz rodar sobre Jehová mismo tus obras y tus planes serán firmemente establecidos.” (Pro. 16:3) Uno puede llevar sus problemas a Jehová en oración con la seguridad de que él le contestará. “La oración de los rectos le es un placer” y “[él] oye la oración de los justos.” (Pro. 15:8, 29) Jehová lo fortalecerá a uno y ‘establecerá firmemente’ los planes que forge para servirle de manera aceptable.—Ecl. 4:9-12.
24. ¿Qué responsabilidad se indica en Proverbios 24:27?
24 En el pasado, quizás usted haya dado la atención principal a las necesidades materiales de su casa. Pero ahora usted discierne su necesidad espiritual. La Biblia suministra el punto de vista equilibrado, al decir: “Prepara tu trabajo fuera, y alístatelo en el campo. Después también tienes que edificar tu casa.” (Pro. 24:27) Tal como el agricultor hebreo cuidaba de su campo, preparándolo para plantar y segar, así usted, por medio del trabajo seglar, suministra cosas materiales para su familia. Pero allí no termina su responsabilidad. La necesidad de edificar su casa de manera espiritual es de igual importancia. Esto, usted halla, es mucho más gozoso que su trabajo seglar, y más remunerador, porque usted sabe que no solo se está salvando usted mismo, sino también a los que usted ama más tiernamente.—Compare con 1 Timoteo 4:15, 16.
25. ¿Qué le resulta a la persona que ‘honra a Jehová con sus cosas valiosas’?
25 Usted también llega a comprender el significado verdadero del proverbio: “Honra a Jehová con tus cosas valiosas y con las primicias de todos tus productos.” Tal como los israelitas traían lo óptimo a Jehová, así lo hace el cristiano en toda faceta de su vida. “Entonces,” dice la sabiduría de Dios, “tus almacenes de abastecimientos estarán llenos de abundancia; y tus propias tinas de lagar rebosarán de vino nuevo.” (Pro. 3:9, 10) Esto no se refiere principalmente a las riquezas materiales, aunque Dios asegura a su pueblo que se les suministrará todo lo necesario para la vida. Se refiere principalmente a riquezas espirituales, junto con el gozo y la seguridad que éstas traen. “Cuando quiera que te acuestes no sentirás pavor; y ciertamente te acostarás, y tu sueño tendrá que ser placentero. No tendrás que temer ninguna cosa pavorosa repentina, ni la tempestad sobre los inicuos, porque viene. Pues Jehová mismo resultará ser, de hecho, tu confianza, y él ciertamente guardará tu pie de captura.”—Pro. 3:24-26.
26. Al conseguir sabiduría de Dios, ¿qué cosas se aprenden acerca del uso de la lengua?
26 Al emprender usted este curso, usted desarrolla en su vida los frutos del espíritu de Dios. (Gál. 5:22, 23) Aprende a gustarle mucho hablar acerca de las cosas buenas, acerca de los propósitos de Dios. Desarrolla el deseo de ayudar a otros y habla acerca de estas cosas a otros que no conocen las excelentes provisiones de Dios. Como dice el proverbio: “La lengua de los sabios hace el bien con el conocimiento, pero la boca de los estúpidos hace salir burbujeando la tontedad.” (Pro. 15:2) Usted aprende a eludir las dificultades ocupándose de sus propios asuntos, porque sabe que el individuo “que vigila su boca está guardando su alma. El que abre con anchura sus labios... él tendrá ruina,” y “una palabra falsa es lo que el justo odia.” Uno llega a comprender que, “el que es tardo para la cólera abunda en discernimiento.”—Pro. 13:3, 5; 14:29; 16:32.
EL CAMINO DE LA FELICIDAD
27. ¿Qué cambio de actitud y punto de vista consigue la persona al obtener sabiduría de Dios, y con qué beneficios?
27 Al seguir tras este camino de vida recién hallado, uno comienza a tener un punto de vista alegre, optimista. “Feliz es el que está confiando en Jehová,” dijo Salomón. (Pro. 16:20) Usted se regocija, no de manera superficial, como lo hace el mundo, sino profundamente en su corazón, porque la verdad lo ilumina. “El brillo de los ojos regocija el corazón.” (Pro. 15:30) Sus conocidos notan su cambio de expresión. Usted hasta halla beneficios para su salud, pues los doctores de medicina reconocen la verdad de los proverbios: “Un corazón calmado es la vida del organismo de carne,” y “un corazón que está gozoso hace bien como sanador.” (Pro. 14:30; 17:22) Aunque el mundo en general está triste, aun en dificultades usted no siente la tristeza desesperanzada del mundo. (Compare con 1 Tesalonicenses 4:13.) Los testigos de Jehová, a medida que sirven a Dios, han hallado que es cierto que “el que está bueno en el corazón tiene un banquete constantemente.” (Pro. 15:15) Y aproximadamente tres veces al año, en las asambleas de los testigos de Jehová, todos disfrutan de una ocasión especialmente excelente, un “banquete,” en que adquieren conocimiento bíblico, disfrutan de buena asociación y de viajar.
28. Explique Proverbios 19:17: “El que está mostrándole favor al de condición humilde le está prestando a Jehová, y Él le pagará de vuelta su trato.”
28 Usted llega a tener muchos asociados en la congregación cristiana que espiritualmente son “hermanos y hermanas.” Como dijo el apóstol Pablo, ‘no muchos sabios según la carne, no muchos poderosos, no muchos de nacimiento noble’ están entre ellos. (1 Cor. 1:26-29) Pero ricos o pobres, son de corazón humilde, como lo fue Jesús. Además, usted encuentra otros en el mundo que están en una condición entristecida debido a la angustia creciente en la Tierra. Estos también son de condición humilde. Al esforzarse usted por hacerles bien, Jehová ve su bondad. El escritor sabio nos dice: “El que está mostrándole favor al de condición humilde le está prestando a Jehová, y Él le pagará de vuelta su trato.” (Pro. 19:17) Aunque el de condición humilde quizás no pueda pagar de vuelta de manera alguna, Jehová considera el bien que se hizo como algo que lo obliga a Él a pagar de vuelta, y lo hace generosamente.
29. ¿En qué pensamientos debe meditar una persona, en cuanto a lo que está haciendo con su vida?
29 Bueno pues, ¿qué está usted haciendo con su vida? o, ¿cómo quiere usted que resulte su vida? ¿Aprecia usted tener vida aun al grado que disfruta de ella ahora? ¿Está usted dispuesto a hacer un esfuerzo razonable por aprender acerca de las provisiones y requisitos de Dios para la vida eterna? Si es así, ¿está usted dispuesto entonces a continuar en el derrotero correcto, conservando su espiritualidad por medio de estudiar la Biblia, asociarse con regularidad con los que están sirviendo a Dios y participar con ellos en declarar las buenas nuevas del reino de Dios? ¿Está usted dispuesto a dedicar su vida a Jehová Dios, viviendo con devoción de toda alma a él? Si así es, Jehová Dios y su Hijo lo amarán a usted, así como lo amarán todos los que sirven a Dios, y le ayudarán a usted a encaminarse en la senda y permanecer en el derrotero que lleva a la vida eterna.
[Ilustración de la página 9]
Los proverbios de Salomón suministran los principios básicos para vivir; con sabiduría dada por Dios habló del comportamiento que se observa entre los animales y los rasgos de las plantas, también del derrotero sabio y el derrotero imprudente de la humanidad
[Ilustraciones de la página 11]
El estudio personal de la Palabra de Dios es importante para los adultos . . .
. . . y para los niños