Capítulo 12
¿Terminas lo que empiezas?
1, 2. Para que tengas la satisfacción que es resultado del logro, ¿qué se exige de ti?
MUCHA de la felicidad humana es resultado del logro. Por ejemplo, si decides aprender a tocar guitarra y sigues esforzándote hasta que puedes, entonces te puedes deleitar con eso. Pero si abandonas el esfuerzo poco después de haber empezado, nunca obtienes ese placer y esa satisfacción. Lo mismo sucede en cuanto a cualquier cosa que uno emprenda que exija práctica y entrenamiento por cierto espacio de tiempo.
2 Sin embargo, en este asunto de apegarse a un proyecto hasta que está terminado, hay ciertas tendencias que todos tenemos que dejar atrás o vencer debido a mayor comprensión.
LOS PROBLEMAS IMPLICADOS
3-8. (a) ¿Qué puede ayudar a la persona a vencer la impaciencia? (b) Antes de siquiera empezar a trabajar en un proyecto, ¿qué es prudente hacer? ¿Del consejo de quiénes te pudieras beneficiar al tomar una decisión? (c) ¿En qué circunstancias pudiera ser mejor no terminar lo que hubieras empezado?
3 Como sabes, los niñitos no pueden poner su atención en nada por largo tiempo. Hasta cuando están jugando se les puede distraer fácilmente, o pueden perder interés en lo que hacen, antes de que pase mucho tiempo. Pero a medida que la persona crece, las facultades de concentración se desarrollan. Quizás hayas notado eso aun en ti. Esta es una cualidad que hasta gran grado tienes que cultivar, pero de seguro vale la pena hacer eso, porque te ayuda a sacar mucho más provecho de la vida.
4 El concentrarse significa que hay que vencer otra característica común. Esa es la de la impaciencia. Piensa en cuando eras una criaturita. Como recuerdas, ¡los niñitos siempre quieren las cosas AHORA! Por lo común están dispuestos a abandonar fácilmente el esfuerzo cuando tratan de hacer algo y no pueden lograrlo en unos cuantos intentos. Bueno, probablemente conoces a muchos adolescentes que todavía son así. Pero el comprender que algunas de las cosas que más valen en la vida requieren tiempo y esfuerzo te ayudará a no rendirte fácilmente.
5 La persona impaciente usualmente se pone a hacer cosas sin haber pensado mucho en ellas, por impulso. Un sabio proverbio nos dice: “Los planes del diligente seguramente propenden a ventaja, pero todo el que es apresurado seguramente se encamina a la carencia.” (Proverbios 21:5) Por eso, antes que te envuelvas en algún proyecto o aceptes alguna asignación o trabajo, primero asegúrate de que sea algo que verdaderamente valga la pena.
6 En algunos casos lo sabio es no terminar lo que empiezas. ¿Por qué? Porque quizás haya sido una mala idea desde el principio. La meta pudiera ser una meta mala, una que no estuviera en armonía con los principios correctos. O quizás no sea buena para ti. ¿Merece el tiempo y el esfuerzo que se necesitarán para alcanzarla? ¿Tienes buena razón para creer que puedes alcanzarla?
7 Jesús habló acerca del hombre que se pone a construir una torre sin haber sacado cuenta primero del costo y determinado si puede sufragarlo o no. Como Jesús dijo, el hombre quizás colocara el fundamento y entonces descubriera que no puede hacer nada más, lo cual haría que los observadores se rieran y dijeran: “Este hombre comenzó a edificar pero no pudo terminar.” (Lucas 14:28-30) Por eso, si quieres terminar lo que empiezas, cuenta el costo antes.
8 Pesa las ventajas y las desventajas. Pide la opinión de otros, especialmente de tus padres. Benefíciate de la experiencia de ellos; ellos han cometido equivocaciones y pueden dirigirte de modo que te alejes de esos errores. La Biblia es una fuente sobresaliente de consejo sabio y práctico. Proviene de Dios y presenta lecciones que la gente aprendió durante un espacio de miles de años. Por ejemplo, el rey Salomón hizo cuanto un hombre pudiera hacer en cuanto a buscar placer en cosas puramente materiales. Él nos dice el resultado: Era solo “esforzarse tras viento.” Por eso, ¿por qué envolverse en un empeño inútil similar a aquél?—Eclesiastés 2:3-11.
EVITA EL HÁBITO DE NO TERMINAR
9-12. (a) Cuando hayas seleccionado una meta, ¿por qué es bueno que hagas planes en cuanto a cómo vas a alcanzarla? (b) Cuando te encuentras con problemas, ¿cómo deberías considerarlos? (c) ¿Por qué es importante no habituarse a dejar las cosas sin terminar? (Lucas 9:62)
9 Cuando tengas la convicción de que tu meta realmente vale la pena, también es vital que hagas planes en cuanto a cómo alcanzarla. Muchos jóvenes dejan sin terminar lo que empiezan porque ceden al desaliento. Pudieran presentarse problemas y obstáculos imprevistos. O pudiera ser que descubrieran que lo que hubieran empezado a hacer era más difícil de lo que pensaban. ¿Y ahora qué?
10 Una situación como ésa saca a luz lo que en realidad hay en ti. Si dejas que las dificultades te llenen de pensamientos negativos y pesimistas, esto te privará de la fortaleza que necesitas para seguir adelante. Es tal como lo dice el proverbio bíblico: “¿Te has mostrado desanimado en el día de la angustia? Tu poder será escaso.” (Proverbios 24:10) Por eso, considera más bien la situación como un desafío. Levántate a arrostrarlo con más que esfuerzo común... con más pensamiento, energía y tiempo. Los desafíos pueden hacerte la vida interesante si no huyes de ellos. El vencerlos acrecentará tu confianza e ingenio. Entonces puedes emprender tareas futuras con mayor confianza y disfrutar más de ellas.
11 Por eso, evita desarrollar el hábito de dejar las cosas sin terminar solo porque surgen dificultades. Si no, la próxima vez que surjan dificultades tenderás a hacer lo mismo, “darte por vencido,” abandonar la lucha. Negándole a este hábito el comienzo, puedes evitar que tu vida se convierta en solo una serie de fracasos y proyectos inconclusos.
12 Si pruebas que no eres una persona que se rinda fácilmente, que no te rindes con facilidad ante los obstáculos ni abandonas tus responsabilidades, te ganarás la confianza y el respeto de otros. Del cristiano primitivo Timoteo, mientras todavía era hombre joven, “daban buenos informes . . . los hermanos” de dos pueblos diferentes. (Hechos 16:2) Por eso el apóstol Pablo lo seleccionó como compañero de viajes. Timoteo tuvo privilegios singulares, pues viajó con el apóstol por muchas partes del Imperio Romano. Después de aproximadamente doce años de servicio fiel, a veces en medio de situaciones peligrosas, se le confió pesada responsabilidad, la cual él efectuó a pesar de desventajas en cuanto a salud. Sí, se podía confiar en que Timoteo permaneciera en su asignación e hiciera un trabajo concienzudo. Era un hombre en el cual se podía confiar. Pero el merecer aquella confianza exigió tiempo y perseverancia.
BASE PARA LA PERSEVERANCIA
13, 14. (a) ¿Qué beneficio hemos derivado de que Noé perseverara en la construcción del arca? (b) ¿Qué podemos aprender del ejemplo de perseverancia del apóstol Pablo? (2 Timoteo 4:16, 17)
13 Si te empeñas en hacer algo porque es correcto o por el deseo de agradar a Dios, entonces él te ayudará a completarlo. Considera a Noé, por ejemplo. El arca que él y sus hijos construyeron fue una estructura de tres pisos con una longitud de más de 122 metros. Este no era un “trabajo de fin de semana.” Pero porque él se apegó al trabajo hasta terminarlo, Noé y su familia se salvaron del Diluvio y nosotros, sus descendientes, estamos vivos hoy.
14 También, considera al apóstol Pablo. Él fue un verdadero ejemplo de una persona que no se rendía cuando surgían dificultades. Para él, la asignación particular de servicio que tenía valía el aguantar toda clase de dificultades con el fin de retenerla hasta terminarla. Estuvo dispuesto a experimentar golpizas, apedreamientos, aprisionamiento, trabajos forzados, noches sin dormir, sed, hambre, frío y falta de ropa, peligros debidos a enemigos de la verdad y a delincuentes comunes, también a bestias salvajes y las fuerzas de la naturaleza mientras viajaba sobre tierra y mar. Porque no tenía el hábito de no terminar nada, pudo decir con verdad que había ‘peleado la excelente pelea, corrido la carrera hasta terminarla, observado la fe.’ ¿Fundándose en qué? No en confianza en sí mismo; más bien, fue como Pablo mismo dijo: “Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder.” Y como también escribió: “Estamos saliendo completamente victoriosos por medio de aquel que nos amó.” (2 Timoteo 4:6-8; Filipenses 4:13; Romanos 8:35-39) ¿No dirías tú que él era una persona a la cual valía la pena imitar?
15. (a) ¿Por qué es necesario que todos podamos llevarnos bien con otras personas? (b) ¿Qué nos ayudará a evitar el “darnos por vencidos” rápidamente en cuanto a otros cuando nos desilusionan?
15 Para disfrutar de la vida también debes poder llevarte bien con otros, obtener su cooperación y ganarte su respeto. No puedes hacer esto si rápidamente te “das por vencido” en el trato con la gente, de modo que empiezas amistades y entonces las abandonas a la primera señal de desacuerdo. Examínate. ¿Descuidas a veces lo que haces en tus relaciones con otros, de modo que quizás tengan razones para sentirse ofendidos? Bueno, ¿hace esto que “te des por vencido” en cuanto a ti mismo? Entonces, ¿por qué irritarte con facilidad o perder interés en otros porque ellos a veces te desilusionan? Toma el tiempo que necesites para resolver los problemas con paciencia. ¿Quién no puede ver la sabiduría que encierra el proverbio que dice: “El que es tardo para la cólera abunda en discernimiento, pero el que es impaciente está ensalzando la tontedad”?—Proverbios 14:29.
16. ¿Cómo está envuelto el que desarrollemos perseverancia con el que obtengamos el cumplimiento de nuestra esperanza cristiana?
16 Las recompensas de la perseverancia son muchas y ciertamente valen la pena. Si demuestras que eres una persona que se apega a las cosas hasta terminarlas, adquirirás muchos privilegios y beneficios. Jesús dijo de los que le seguían: “El que haya perseverado hasta el fin es el que será salvo.” (Mateo 24:13) Como cristianos, estamos en una carrera. El magnífico premio es la vida eterna. Obtendrás ese premio solo si desarrollas la habilidad de perseverar a pesar de problemas o dificultades y te apegas a las cosas hasta terminarlas.