¿Por qué es tan difícil ganarse la vida?
¿LE PARECE a usted que se ha hecho más difícil ganarse la vida? Así le parece a la mayor parte de la gente. Los cheques en pago del sueldo no compran tanto ahora como compraban antes. Las amas de casa observan que casi todo en las tiendas cuesta más.
La raíz del problema es la inflación... es decir, la subida constante de los precios. Ese ha sido el modelo por muchas décadas ya. Y en 1974 la proporción de inflación en todo el mundo fue más alta que en cualquier otro tiempo. Debido a la inflación, se requiere cada vez más de su dinero para comprar las mismas cosas.
Lo que fue especialmente dificultoso el año pasado fue que los precios subieron mucho más aprisa que los salarios. Y para algunas personas los salarios subieron muy poco, o no subieron en absoluto. Esto quiso decir que casi todo el mundo se halló un poco más pobre al fin del año.
Sin embargo, para otros el problema es mucho peor. El Times de Nueva York informó: “Prescindiendo de lo severo que haya sido la inflación de los precios de los alimentos en los Estados Unidos, ha sido moderada en comparación con muchos otros países donde los precios han aumentado al doble y triple en meses recientes. Para muchos pobres el precio de una sola comida excede ahora los ingresos de un día.”—(La letra cursiva la hemos puesto nosotros.)
Esta condición es un notable cumplimiento de profecías bíblicas acerca de nuestro tiempo, una de las cuales predijo: “El salario de todo un día por una hogaza de pan.” (Rev. 6:6, Weymouth) Se profetizó que los precios altos, las escaseces de alimento, las epidemias de enfermedades, las guerras mundiales y otras dificultades sin precedente en nuestra generación ocurrirían como resultado de cabalgar los ‘jinetes del apocalipsis,’ todo lo cual identifica a nuestro tiempo como los “últimos días” predichos.—Rev., cap. 6; 2 Tim. 3:1-5.
¿POR QUÉ HAN SUBIDO LOS PRECIOS?
¿Cuáles son los factores en nuestro tiempo que han creado esta tremenda alza de los precios? Hay varios, uno de los cuales ha sido escaseces de alimento y de varias materias primas. También, la “explosión” demográfica ha hecho aumentar la presión sobre todos los artículos de primera necesidad. Además hubo el enorme aumento en los precios del petróleo en el transcurso de los últimos dos años.
Pero una razón más fundamental por la inflación durante tantas décadas es que demasiadas naciones, y pueblos, han estado gastando en exceso de sus rentas. Esto sucede especialmente en los países industriales más “avanzados.” Por muchos años, la mayoría de los gobiernos, negocios y muchos individuos han estado gastando más dinero del que han estado ganando. De modo que se endeudan cada vez más. En los últimos años esta carga de deuda ha aumentado más aprisa. Ahora, la deuda pública y privada en la mayoría de las naciones está en el punto más alto que jamás ha alcanzado.
Este pedir prestado y gastar estimula una demanda de artículos de comercio y servicios mayor que lo normal. Pero cuando la cantidad de dinero disponible aumenta a un paso más rápido que los artículos de comercio y servicios, los precios suben. Entonces los obreros exigen salarios más altos para compensar los precios más altos. Así, se forma un círculo vicioso y se edifica una “psicología” inflacionaria que es muy difícil de detener sin tomar medidas drásticas.
¿QUÉ ESTÁ DETRÁS DE ELLO?
¿Qué ha estado detrás de esta desenfrenada actividad de pedir prestado y gastar? Muy a menudo ha sido el egoísmo, el no estar satisfechos con vivir con los ingresos sin endeudarse. Es el desear más de lo que uno realmente necesita o de lo que sus ingresos le permiten comprar.
De consiguiente, si los ingresos de una persona (o de una nación) no le permiten comprar las cosas que anhela, a menudo se endeuda. Pero siempre hay un día de ajuste de cuentas. Las deudas tienen que pagarse, o resulta bancarrota. Y eso es lo que está sucediendo con mayor frecuencia ahora, no solo a individuos sino a negocios y bancos. ¡Pues, naciones enteras ahora se hallan cerca de la bancarrota!
Las deudas ascendentes han resultado en mucha angustia, en noches de desvelo, en tener que trabajar en dos empleos, en altercado entre esposos y esposas, aun en el desbarate de familias. No se puede evadir la verdad, que se declara en la Biblia, de que “el amor al dinero es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales,” y que a causa de éste muchas personas “se han acribillado con muchos dolores.”—1 Tim. 6:10.
Por lo tanto, aunque hay varias razones por la inflación, una de las más básicas es la de gastar en exceso de los ingresos de uno. Respecto a esta causa, el Times de Nueva York hizo notar lo siguiente:
“El Times de Londres imprimió un artículo por Christopher Derrick el otro día sobre ‘el problema moral de la inflación.’
“‘¿Qué es inflación, después de todo?’ preguntó. ‘Es la palabra del economista para el consumo en demasía; para gastar en exceso de sus ingresos; para sacar más de la polla de lo que se pone en ella.’
“‘El hecho es que todos hemos . . . llegado a presuponer una noción bastante imaginativa y lejos de la realidad en cuanto a la norma de vivir a la que tenemos derecho.’”
¿QUÉ SE PUEDE HACER TOCANTE A ELLO?
Hay poco que uno puede hacer para detener la inflación mundial. Uno no puede controlar las escaseces, o los aumentos de precio por los productores. Sin embargo, hay cosas que uno puede hacer para ayudar a su familia a enfrentarse al problema. La Biblia no solo señaló esas ayudas hace mucho, sino que también nos da el incentivo para ponerlas por obra.
Para vivir con la inflación, es preciso que usted tenga un modo práctico de ver lo que puede hacer con el dinero que usted gana. Concéntrese en las cosas que necesita, más bien que en las cosas que a usted le gustaría tener pero que realmente no le conviene comprar. Tocante a esto, lea en su Biblia las palabras del apóstol inspirado en 1 Timoteo 6:6-8.
En tiempos difíciles, hay que tomar medidas severas. Y éstos son tiempos difíciles. Es hora de avaluar de nuevo sus recursos, hora de sentarse con su familia y alistar los ingresos que usted tiene en contra de sus gastos, y luego considerar cómo reducir los gastos.
Un paso inmediato que muchas personas pueden dar es el de no aumentar sus deudas, a menos que sea una emergencia. El constantemente endeudarse mantiene a una persona en un aprieto financiero. Y si azota la desgracia y el que ha pedido prestado no puede cumplir con sus pagos, entonces el prestamista se lleva su mercancía. El que pide prestado también pierde el dinero que ya ha pagado.
El consejo inspirado de Proverbios 22:26, 27 es tan práctico hoy como siempre: “No llegues a estar . . . entre los que salen fiadores por préstamos. Si no tienes con qué pagar, ¿por qué debe tomar tu cama de debajo de ti?” Aunque esto se refiere principalmente a una persona que refrenda un préstamo, el principio todavía aplica a una persona que pide prestado pero no puede pagar de vuelta.
Aunque el que pida prestado cumpla con regularidad con todos sus pagos del préstamo, los cargos por intereses casi siempre son tan elevados ahora que acaba pagando mucho más por el artículo que el precio de lista. Eso es igual a botar dinero bueno. Como dice la Biblia, por pagar tanto a los prestamistas, “el que toma prestado es siervo del hombre que hace el préstamo.”—Pro. 22:7.
Es cierto que el no endeudarse quizás signifique el no comprar algunas de las cosas bonitas que uno desea. Pero ¿no es eso mejor que asumir cargas que fácilmente pueden resultar en mayores dificultades?
El disminuir uno sus deseos, evitando el lazo del materialismo, ciertamente tiene sentido en vista de los elevados precios y las condiciones económicas inestables de hoy día. “Mejor es un pedazo de pan seco con el cual hay tranquilidad que una casa llena de los sacrificios de la riña.”—Pro. 17:1.
¿Qué otros pasos inmediatos se pueden dar para aligerar las presiones de ganarse la vida hoy día? ¿Qué hay en cuanto a examinar algunas zonas donde usted podría ahorrar dinero y que al mismo tiempo hasta resultarían en bien para usted de otras maneras?
REDUCIENDO LAS COSAS NO ESENCIALES
Una zona en la cual se puede ahorrar mucho dinero es en el esparcimiento, o diversión. Hoy a algunas personas les parece que no están divirtiéndose a menos que gasten dinero para ir al cine, teatros, eventos deportivos o para comer en restaurantes. Sin embargo en “tiempos antiguos” la mayoría de las familias no tenían dinero para esas cosas, y, además, la mayoría de las formas de diversión de la actualidad no estaban disponibles para la persona de término medio.
Las formas de esparcimiento mencionadas pueden ser muy costosas ahora, aun si no se participa de ellas con regularidad. Se pueden ahorrar centenares de dólares hallando otro esparcimiento, como dentro del círculo familiar o con amigos. Excursiones y visitas a lugares interesantes pueden ser agradables y relativamente baratas. El participar uno en juegos con sus hijos, o con adultos, puede ser una pausa refrescante de las presiones del día. Reuniones sociales informales con amigos, sin que uno gaste mucho dinero en comida o bebida, pueden ser agradables. Realmente, cuando las familias se concentran en hallar maneras de divertirse sin gastar mucho dinero, a menudo se sorprenden por los buenos resultados.
Una forma de esparcimiento de la cual se ha olvidado casi toda la gente, pero de la cual disfruta ahora un creciente número de familias, es leer juntos libros y revistas edificantes. El tomar turnos en leer en voz alta y comentar sobre lo que se dice es estimulante y educativo.
Otra zona en la cual se pueden alcanzar grandes ahorros es en extirpar hábitos malos. Muchas personas gastan grandes sumas de dinero cada año en el hábito del tabaco... fumando. Sin embargo, como la Biblia indica y como lo ha verificado la ciencia médica, el fumar es “contaminación de la carne.” (2 Cor. 7:1) Es costoso así como perjudicial. El suprimir algo que es tan perjudicial es proceder acertado en cualquier ocasión, ¿no es verdad? También, el uso excesivo de las bebidas alcohólicas puede ser muy costoso tanto en dinero como en salud. Aunque la Palabra de Dios no condena el ingerir bebidas alcohólicas, sí aconseja la moderación. (Pro. 23:29, 30) El precio de estas bebidas es muy elevado hoy día, de modo que el reducir el uso de éstas ahorrará dinero y quizás también proteja la salud de uno. Recientemente un periódico, escrito para mineros de los Estados Unidos, hizo eco al consejo de la Biblia, pues sugirió lo siguiente para economizar: “Si a usted le gustan los tragos y los toma a menudo, beba menos. Si usted fuma, es buena hora de dejar de hacerlo.”
Muchas personas que nunca antes jugaban por dinero se han puesto a hacerlo. Les parece que pueden ganar “dinero fácil” de este modo. Otros juegan para ‘alejarse de sus dificultades.’ Como dijo el director de un periódico del Japón: “Veo hoy a la gente apostando para olvidar sus dificultades. No tienen esperanza de comprar una casa debido a la inflación. No pueden planear para el futuro, de modo que viven para hoy.” Sin embargo, la abrumadora mayoría de los jugadores tiene que perder! El perder está incorporado en el juego, porque la “casa” siempre logra una ganancia. ¿Le parece a usted que esto sea una manera de alejarse de las dificultades? Al contrario, por lo general las aumenta.—1 Tim. 6:9.
Por supuesto, se podría decir mucho más en cuanto a ahorrar dinero de otras maneras, como el comprar alimentos más baratos pero buscar a la vez maneras más interesantes de prepararlos. Algunos están plantando huertos donde hay terreno disponible. Las amas de casa pueden ahorrar mucho dinero aprendiendo a coser, y dejando de estar demasiado preocupadas tocante a mantenerse al día con la última moda. Al preocuparse menos por asuntos pasajeros, tanto las mujeres como los hombres a menudo podrían usar la ropa mucho más tiempo que el que la usan ahora.
¿QUÉ ENCIERRA EL FUTURO?
¿Terminará alguna vez la inflación? ¿Serán resueltos los problemas económicos del mundo actual? Por supuesto, con estrenuos esfuerzos los líderes mundiales podrán lograr algún progreso. Pero, al mismo tiempo, la situación es como se describe en la revista New York, a saber:
“Parece que este país y el resto del mundo industrializado están balanceándose en la orilla de la bancarrota y la depresión.
“Estamos comprometidos más allá de nuestra capacidad para cumplir. Hemos pedido prestado demasiado del futuro en un esfuerzo por realizar estas tremendas expectativas nuestras.”
Aunque los observadores humanos solo pueden suponer el futuro, hay una fuente de información verdaderamente confiable en cuanto a lo que encierra el futuro cercano. Esa guía al futuro es la Palabra de Dios, la Biblia. Sus profecías para nuestro día ya han resultado ser notablemente exactas; también resultarán serlo sus profecías en cuanto al futuro.—2 Ped. 1:20, 21.
La Palabra profética de Dios revela que en breve la humanidad en general ‘segará lo que ha estado sembrando.’ (Gál. 6:7) El entero presente sistema de régimen económico, político y religioso edificado sobre egoísmo está por lanzarse al mayor tiempo de dificultad que jamás se ha conocido en la historia. Jesús predijo esto para el muy cercano futuro, al decir: “Habrá entonces grande tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder.”—Mat. 24:21.
Esa “grande tribulación” traerá este sistema de cosas a su fin, cortado por Dios. Los que han confiado en los proyectos humanos y en el poder del dinero de seguro sufrirán desilusión; según el principio expresado en Proverbios 11:4: “Las cosas valiosas no serán de ningún provecho en el día del furor, pero la justicia misma librará de la muerte.”
Después de este venidero tiempo de angustia el nuevo orden de Dios introducirá la más pacífica y fructífera era que jamás han experimentado los hombres. Bajo el régimen de un solo gobierno por Dios, su reino celestial, la gente en la Tierra jamás tendrá que preocuparse por precios elevados o escaseces. “Un banquete de platos con mucho aceite” es lo que el futuro encierra, y no solo para los que tienen mucho dinero, sino para toda la humanidad que viva entonces.—Isa. 25:6; Sal. 72:16; Mat. 6:9, 10.
[Ilustración de la página 164]
LA BIBLIA PREDIJO: “El salario de todo un día por una hogaza de pan.”—Rev. 6:6, Traducción de Weymouth.
[Tabla de la página 165]
(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)
AUMENTOS DE PRECIOS EN UN AÑO
ESTADOS UNIDOS
FRANCIA
INGLATERRA
MALAYSIA
ITALIA
JAPÓN
MÉXICO
BRASIL
INDIA
Por ciento 0 5 10 15 20 25 30