Educando a los hijos para vida en el nuevo mundo
“Dejen que los niños vengan a mí y no traten de detenerlos.”—Luc. 18:16, NM.
1. ¿A qué problema se enfrentan los padres hoy, y qué probabilidad hay de resolverlo con buen éxito?
UN PROBLEMA de gran interés para todos los padres devotos en este período antes del Armagedón es el de educar correctamente a los hijos en el favor divino. A medida que el estado se inmiscuye en el campo de los derechos paternales el problema viene a ser proporcionadamente más difícil. Asumiendo el control acrecentado del campo de instruir y educar a los jóvenes la presente sociedad decadente del viejo mundo trata de reducir a su nivel inferior no cristiano las normas elevadas de la instrucción bíblica ofrecida por padres temerosos de Dios. Los que tienen una visión de la entrante sociedad del nuevo mundo consideran seriamente este asunto. Ellos notan que los adoradores verdaderos de Jehová en siglos anteriores se enfrentaron al mismo problema y lo solucionaron aplicando los bien probados y sanos principios de instrucción y educación arraigados en las Escrituras. Que estos padres primitivos temerosos de Dios tuvieron buen éxito se atestigua por el registro bíblico de muchos siervos fieles de Dios quienes desde su tierna juventud fueron instruídos en la devoción divina. Estos encontraron el favor de Jehová y recibieron una esperanza asegurada de vida en el nuevo mundo.—Heb. 11:8-40, NM.
2. ¿Qué instrucción trae favor divino, y qué ha querido decir esto para el pueblo de Jehová?
2 La instrucción que trae el favor divino no es norteamericana, británica, francesa, alemana, ni de acuerdo con alguna otra cultura de la sociedad del viejo mundo. Más bien la instrucción que vale es la instrucción teocrática, la cristiana. Esto significa que todos los que esperan ser miembros de la sociedad del nuevo mundo, viejos y jóvenes, deben ser reeducados para aprender nuevas maneras adoptando normas más elevadas. Eso es exactamente lo que ha estado aconteciendo durante los muchos años pasados con la comunidad mundial de los testigos de Jehová quienes han estado recibiendo un curso incomparable de instrucción divina. Sus maestros han sido Jehová Dios y su Hijo Cristo Jesús. (Isa. 30:20) De su libro de texto uniforme, la Biblia, ellos han aprendido el lenguaje puro de la verdad bíblica. (Sof. 3:9, AN) De ese modo aunque se hallan esparcidos por todo el globo, los del pueblo fiel de Jehová de muchos orígenes nacionales han sido formados en un grupo social unificado. Ellos ocupan la posición de ser un pueblo distinto del nuevo mundo con una visión brillante de una civilización teocrática permanente para el futuro. Aun ahora ellos perseveran en instruirse ellos mismos y a sus hijos según las elevadas normas cristianas prescritas en la Biblia para los que aspiran ser súbditos del nuevo mundo.
3. ¿Qué interés manifestó Jesús en los niños?
3 Jesucristo durante su ministerio terrestre de tres años y medio fué el modelo perfecto que los cristianos imitan hoy en su instrucción para llegar a ser súbditos del nuevo mundo. Aunque Jesús fué un hombre extraordinariamente ocupado predicando y enseñando, no estuvo tan ocupado que pasaba por alto a los niños de su tiempo. Jesús tuvo afecto para los jóvenes de otros y los abrazaba cariñosamente. (Mar. 9:36, NM) Afectuosamente puso las manos sobre los niños y ofreció oración para ellos. (Mat. 19:13, NM) Él recomendó a sus discípulos el espíritu de mansedumbre semejante al de los niños. (Mat. 18:3, NM) Él autorizó el dar dones buenos a los niños y los usó como ejemplos en sus discursos. (Mat. 7:11; Luc. 9:48, NM) Niños asistieron a sus reuniones junto con sus padres y tres de los grandes milagros que él ejecutó tuvieron que ver con niños. (Mat. 14:21, NM) Uno fué la resurrección de la muchachita, hija de Jairo, y otro fué la curación de un muchacho poseído de demonios a quien Jesús amorosamente devolvió a las manos ansiosas de su padre atónito. El tercer caso fué cuando Jesús curó mediante control remoto al hijo de un cortesano del rey. Jesús hasta afectuosamente llamó a sus propios discípulos “hijitos”.—Luc. 8:42, 54; 9:42 y Juan 4:49-51; 13:33, NM.
4. ¿Qué atención prestaron a los niños los discípulos de Jesús?
4 Los discípulos imitaron a su Amo mostrando también gran amor y consideración para los niños. Pedro usó a los hijos correctamente instruídos como un ejemplo de obediencia. Él mostró cómo las promesas preciosas del nuevo mundo pertenecen también a los hijos de los cristianos. (1 Ped. 1:14; Hech. 2:39, NM) Pablo aconseja acariciar a los hijos y que los padres deben amar a sus hijos cariñosamente. (1 Tes. 2:7; Tito 2:4, NM) El apóstol Juan al escribir una de sus cartas incluyó a hijos en su dirección. (2 Juan 1, NM) Tanto Pablo como Juan se refieren a los cristianos en conjunto como “hijitos”. (Gál. 4:19; 1 Juan 2:1, NM) Así se ve que los hijos y sus modos inocentes fueron objeto de mucha atención en los días de Jesús y de la congregación primitiva. Entonces, ¿cómo podemos nosotros, siendo el pueblo temeroso de Dios en este siglo veinte, dejar de prestar atención cuidadosa a la instrucción de los hijos y a su asociación en medio de nuestra congregación?
5. ¿Qué tiene de interés para nosotros hoy Lucas 18:16?
5 Contrario a los Césares de este mundo que excluyen la instrucción bíblica de sus escuelas, Jesús definidamente dijo, “Dejen que los niños vengan a mí y no traten de detenerlos.” (Luc. 18:16, NM) Aquí Jesús está abogando inequívocamente por una instrucción cristiana para la prole de padres temerosos de Dios. Los padres cristianos prestarán atención a este requerimiento de ‘dejar a los niños venir a Jesús’. Ellos no se acarrearán condenación como lo hace el mundo que trata de impedir que los niños sigan tras Cristo, el Rey del nuevo mundo. Basta con mencionar la práctica vergonzosa de muchos países donde las autoridades educativas de César expulsan a los hijos de los testigos de Jehová bien portados tan sólo porque no pueden, por causa de su conciencia, saludar insignias nacionales, siendo esto clasificado como absoluta idolatría y contrario a los mandamientos bíblicos. (Éxo. 20:4, 5) A pesar de que otros entiendan mal su actitud y se opongan a ellos, el pueblo fiel de Jehová y sus hijos continuarán obedeciendo la ley de Jehová Dios primero. (Hech. 5:29) Como parte de su verdadera adoración a Jehová Dios los testigos de Jehová rendirán este deber hacia Dios, devolviendo lo que le pertenece y rehusando ceder a los Césares que no tienen autoridad para inmiscuirse en los derechos cristianos de educación paternal en maneras y mandamientos bíblicos. (Luc. 20:25, NM) ¿Cuáles son las maneras y principios cristianos para la instrucción de los jóvenes que van en contra de los métodos educativos de este presente sistema de cosas malo?
6. Describa la instrucción de Jesús como niño y joven.
6 Cuando era niño Jesús mismo recibió una correcta y sana instrucción bíblica. Su madre María de la tribu de Judá y su padre adoptivo José de la casa de David le dieron la acostumbrada educación judía de ese día. Como joven siendo menor de edad Jesús continuó rindiendo honra y obediencia a sus padres terrestres en completa sujeción piadosa. En esos años formativos creció saludablemente en sabiduría y estatura física. Al mismo tiempo estudió las Escrituras hebreas y fué aprendiz de carpintería. (Luc. 2:47; Mat. 13:55) De este período temprano de su existencia humana está escrito: “Y él bajó con ellos y vino a Nazaret, y continuó sujeto a ellos. . . . Y Jesús siguió progresando en sabiduría y en desarrollo físico y en favor con Dios y los hombres.” (Luc. 2:51, 52, NM) En ningún tiempo en su vida posterior habló Jesús con desaprobación de los principios y costumbres usadas para su educación en el favor divino.
7. En la entrevista que el gobernante joven tuvo con Jesús ¿qué se revela en cuanto a la educación de los hijos?
7 En una ocasión de su ministerio cierto gobernante joven le preguntó a Jesús. “‘Buen Maestro, ¿qué debo hacer para heredar vida eterna?’ Jesús le dijo: . . . ‘Usted conoce los mandamientos: “No mates, No cometas adulterio, No robes, No des falso testimonio, No defraudes, Honra a tu padre y a tu madre.”’ El hombre le dijo: ‘Maestro, todas estas cosas las he observado desde mi juventud.’ Jesús lo miró y sintió amor por él y le dijo: ‘Una cosa falta acerca de usted: Vaya, venda las cosas que tiene y dé a los pobres, y usted tendrá tesoro en el cielo, y venga y sea mi seguidor.’” (Mar. 10:17-21, NM) De esto vemos que, aunque Jesús abogó por el requisito nuevo y más importante de que el joven viniera a ser un discípulo ministerial de Cristo, él no dió de mano los básicos principios rectos hallados en el pacto de la ley de Jehová Dios con la nación de Israel. Por ejemplo, Jesús mencionó en la lista anterior la necesidad continua de la sujeción obediente de los hijos a sus padres. Años después Pablo también empleó este mismo principio del quinto mandamiento, imponiéndolo sobre los cristianos gentiles de Éfeso. (Efe. 6:1-3) De modo que aunque las leyes autorizadas de Moisés llegaron a un fin como leyes para Israel cuando Jesús fué empalado en la estaca de tormento en 33 d. de J.C., sin embargo los principios eternos en que se basaba la ley permanecieron como aplicables. (Col. 2:14, NM) Así que examinemos algunos de los principios primitivos y costumbres básicas que gobernaron a la sociedad teocrática típica de los días del antiguo Israel.
EDUCACIÓN TÍPICA DE LOS HIJOS
8. ¿Cuán importante se consideró la educación de los hijos en la teocracia típica de Israel?
8 En la estructura social de la sociedad teocrática la familia es la unidad básica. Así como Jehová Dios enseña, instruye y disciplina con la vara de autoridad teocrática a su entera familia universal de hijos e hijas, así los padres naturales tienen la responsabilidad primaria de enseñar y educar a sus hijos. Cuando Dios organizó la nación teocrática de Israel en 1513 a. de J.C. esta responsabilidad paternal fué incorporada como parte de la ley del país. Impuso sobre los padres la obligación de instruir a sus hijos temprano en su niñez en cuanto a su deber hacia Dios el gran Dador de vida. Esto fué importante para esa nación, porque garantizó que los futuros ciudadanos de la nación serían amadores de Dios y de este modo la nación continuaría caminando en este camino saludable. La ley mosaica dice: “Oye, Israel: . . . estas palabras que te ordeno hoy, han de permanecer sobre tu corazón; y las inculcarás a tus hijos, y hablarás de ellas sentado en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y al levantarte.” (Deu. 6:4-7) ¿Cómo aplicaron los israelitas ese requerimiento divino, y cuál fué su entendimiento de lo que comprendía el educar a los hijos?
9. ¿Qué entendieron los israelitas por el término educar? Ilustre.
9 Por educar los israelitas entendieron que más estaba implicado que sólo dar conocimiento a sus hijos. Educar quería decir para ellos disciplinar al hijo de acuerdo con la estricta autoridad teocrática. Quería decir sujetar el hijo a sendas fijas de justicia. La instrucción intelectual debía ser puesta en práctica y una impresión indeleble debía hacerse sobre la mente tierna de los jóvenes en cuanto a su valor. Sería como plantar y cultivar un árbol o parra joven. Primero hay que plantar el árbol o parra en tierra buena que esté bien regada. (Jer. 17:7, 8) El niño debía de tener una buena condición de corazón comparada con “tierra buena” y luego estar sujeto a un abastecimiento constante de las aguas del conocimiento bíblico. (Luc. 8:8, NM) Pero esto no era todo: el árbol o parra entonces debía ser dirigido en cuanto a su senda de crecimiento, ya sea verticalmente como en el caso de un árbol u horizontalmente como en el caso de algunas parras. De igual modo en el caso de un niño el padre y la madre debían cuidadosamente dirigir su curso de desarrollo en un cauce determinado. “Mi hijo, haz el mandato de tu padre, y no rechaces las direcciones de tu madre; fíjalos siempre en tu mente, átalos firmemente alrededor de tu cuello; porque su mandato arrojará luz sobre tu vida, sus direcciones te iluminarán, y el ser instruído así es el camino para vivir.”—Pro. 6:20-23, Mo.
10. ¿Qué se quiso decir por la “vara”, y por qué fué necesario su uso?
10 Se vió que esta dirección constante sobre la mente impresionable joven era necesaria en vista de la verdad declarada en los Proverbios: “La tontería se adhiere a la mente del niño; la vara la desterrará.” (Pro. 22:15, Mo) Si no era instruído correctamente por el padre, el corazón o mente del niño no podía menos que entrar en el camino de la insensatez mundana o tontería mortífera. “No dejes sin castigo a tu hijo; si lo azotas, lo salvas de la muerte. Debes azotarle con la vara, y conservar así su vida.” (Pro. 23:13, 14, Mo) El uso de la vara aquí no quiso decir en todo caso usar un palo literal sino hacer sentir la vara de autoridad paternal. Se hallaba que meras palabras sin el apoyo de autoridad paternal lograban poco. “Meras palabras nunca instruirán al esclavo; él entiende, pero no obedecerá. El muchacho mimado se hunde llegando a ser esclavo, y viene al dolor al fin.” (Pro. 29:19, 21, Mo) Manoa, el padre de Sansón, realmente oró a Jehová para que lo guiara en la instrucción de su hijo: “Oh Señor, . . . sírvete dejar que el hombre de Dios a quien tú enviaste regrese para decirnos cómo hemos de instruir al muchacho que va a nacer.” (Jue. 13:8, Mo) Por eso el educar a los hijos e hijas no era un asunto fácil. No todos los hijos sacaban provecho de la instrucción sabia de sus padres, y por eso algunos más tarde apostataban de la adoración verdadera.
11. ¿Por qué es que no todos los hijos sacan provecho de la misma educación saludable? Dé ejemplos.
11 Dos hijos podrían recibir la idéntica educación e instrucción teocráticas. Empero si la condición de corazón de uno era mala, no importaba cuán excelente y estricta fuera la instrucción, el fin del tal pudiera no estar firmemente establecido en los caminos de la justicia. “Aun un niño es conocido por lo que hace, a medida que se porta bien o mal.” (Pro. 20:11, Mo) Considere los ejemplos de Ismael e Isaac. Por seguro Abrahán dió a los dos muchachos la mejor instrucción doméstica teocrática posible. No obstante en la vida posterior Ismael perdió la fe y se apartó enteramente de la adoración verdadera, pero Isaac se adhirió firmemente a las promesas preciosas del nuevo mundo. De nuevo, los ejemplos de los gemelos Esaú y Jacob. Los padres Isaac y Rebeca seguramente les deben de haber dado a los gemelos la misma instrucción cuidadosa y diligente en armonía con la voluntad revelada de Dios en ese tiempo. Esaú resultó malo, pero Jacob vino a ser un siervo temeroso de Dios. Los padres de entonces como ahora no fueron responsables por el corazón malo hallado en algunos de su prole. Empero mientras que los padres tenían jurisdicción sobre ellos un esfuerzo se hacía para revolver la “tierra” de su corazón con conocimiento bíblico, ya que pudiera ser que el corazón débil de estos inclinados perversamente pudiera ser transformado. De los hijos que tenían buen corazón y eran sabios en su desarrollo teocrático está escrito: “Más vale un joven pobre pero sabio, que un rey viejo e imbécil, que ya no sabe admitir el consejo.” (Ecl. 4:13) Para casos como los del fiel Isaac y Jacob, quienes tenían buenos corazones, el proverbio bíblico es verídico, “Instruye al niño en el camino que debe ir; y aun cuando sea viejo, no se apartará de él.”—Pro. 22:6, UTA.
12, 13. (a) ¿De dónde se administraba la instrucción y educación juveniles en tiempos precristianos? (b) Describa cómo se hacía esto en las casas judías.
12 Parece que hubo cuatro diferentes lugares donde la instrucción y educación de los jóvenes se administraba en tiempos precristianos. Primero, en la casa; segundo, en el trabajo; tercero, congregacionalmente; y cuarto, nacionalmente en Jerusalén. Consideraremos cada uno en turno.
EN LA CASA
13 En la casa el padre judío fiel tomaba la delantera en la educación de sus hijos. El padre dedicaba alguna parte de cada día dando instrucción específica. (Deu. 6:7) El principal método usado era el de instrucción oral junto con repetición y ejercicios. Importantes pasajes bíblicos de la Ley, los Salmos y los Proverbios se aprendían de memoria por los muchachos y las muchachas. Parece que desde una edad temprana se les enseñaba a los jóvenes a leer y a escribir. También se les inculcaban buenos modales y la correcta manera de portarse delante de los mayores. A todo tiempo el padre mantenía el orden en la casa y usaba la vara de autoridad para disciplinar a sus hijos y tener su respeto. Se les enseñaba a los niños el arte del canto y algunos aprendían a tocar instrumentos musicales. Los cánticos que aprendían de memoria eran aquellos de los salmos que habían sido hermosamente puestos en música. El cantar estos salmos hacía posible que los hijos aprendieran a expresarse emotivamente con todo su corazón en su amor y devoción a Jehová. De este modo las muchas verdades bíblicas contenidas en los salmos fueron hechas suyas. Esto se ilustra en el caso del coro de niños que repitió de memoria parte del Salmo 118 cuando recibió a Jesús a su entrada en el templo el 10 de nisán de 33 d. de J.C. (Mat. 21:15, NM) Aparentemente fué más fácil para los niños reconocer a Jesús como el Mesías en cumplimiento del Salmo 118 que para los líderes religiosos de los judíos.
14. ¿Qué oportunidades se ofrecían para la instrucción al tiempo de cenar?
14 La cena era la gran ocasión del día y generalmente una de mucho deleite para los jóvenes. Muy a menudo el padre obsequiaba a invitados. (Luc. 14:12) Experiencias emocionantes del día o noticias de acontecimientos de lejos y cerca se relataban por todos los mayores presentes. Luego, también, discusiones bíblicas y dichos sabios siempre recaían en los oídos de los jóvenes. (Deu. 6:7) Los niños estaban allí sólo para escuchar y aprender. A veces quizás se le pedía a un hijo mayor que leyera cierta porción de las Escrituras o recitara algún pasaje bíblico bajo discusión por los maduros. Una vez cada año en el 14 de nisán en la cena de Pascua existía la costumbre de que uno de los hijos hiciera a su padre la siguiente pregunta, “¿Por qué se distingue esta noche de todas las demás noches?” Al punto su padre tenía la obligación de narrar la entera historia de la pascua a su familia. (Éxo. 12:3-27) El hogar teocrático continuaba siendo el centro básico de instrucción en todo respecto. Madres y padres sabios y amorosos eran los compañeros íntimos de sus hijos e hijas. Ellos estaban estrechamente unidos en sus asociaciones e intereses cotidianos. Impresiones sanas y duraderas constantemente estaban grabándose en la mente muy receptiva de sus hijos.
EN EL TRABAJO
15. ¿Cómo eran instruídos los muchachos para el trabajo de su vida?
15 Los hijos aprendían principalmente no sólo por lo que oían en la casa sino también por demostraciones reales en cuanto a lo que sus padres hacían en su trabajo diario. (Deu. 6:7) Por eso el segundo lugar de instrucción había de ser con sus padres mientras trabajaban. Durante el día los muchachos acompañarían a su padre a los campos o a los talleres para observar a su padre ejecutar su ocupación seleccionada. Mientras los muchachos todavía eran chiquillos jugaban cerca de su padre y se divertían. Pero a medida que crecían los muchachos llegaban a ser aprendices con su padre, quien les daba trabajos pequeños que hacer y personalmente vigilaba que hicieran el trabajo bien. Con el tiempo los hijos venían a ser tan hábiles como sus padres en cualquier actividad que desempeñaran. Esto nos recuerda cómo aprendió David el arte de pastorear y practicó el mismo cuando tenía sólo diez años de edad. (1 Sam. 16:11) Luego también el joven Jesús (o Josué) debe haber aprendido el oficio de carpintería de su padre adoptivo José, a quien había observado desempeñar expertamente todas las ejecuciones de su oficio. (Mar. 6:3) De este modo los pequeños Davides y los pequeños Josués recibían su instrucción práctica para el trabajo de su vida.
16. ¿Cómo eran instruídas las muchachas para el trabajo de su vida?
16 Las pequeñas Saras y las pequeñas Raqueles también aprendían mediante el estar con su madre en el trabajo. Mientras eran muy niñas jugaban alrededor de la casa a la vista de su madre. Cuando venían a ser más grandes pronto eran puestas a ayudar a su madre con diferentes trabajos pequeños. De este modo ellas aprendían las artes de la ciencia doméstica en todas sus formas, tales como cocinar, manejo de casa, tejer y coser. Llegaban a ser tan expertas como su madre en estos quehaceres necesarios. Las niñas hallaban placer y deleite en ayudar a sus madres, también. Además debe mencionarse que las hijas de Israel eran diestras en el canto, la ejecución de instrumentos musicales y en el baile.—Jue. 11:34.
CONGREGACIONALMENTE
17. Describa la contribución hecha por la congregación local en instruir a los jóvenes.
17 La congregación o comunidad local desempeñaba su parte en instruir a los jóvenes. En tiempos bíblicos posteriores cada comunidad sostenía una sinagoga donde la congregación de los mayores y los menores se juntaba todos los sábados para oír a los levitas y a otros maduros leer y explicar las Escrituras. (Hech. 15:21, NM) Estas reuniones semanales resultaron ser una gran fuente de educación bíblica para los jóvenes judíos de ambos sexos. En el transcurso de los años todas las Escrituras hebreas serían leídas y discutidas por estos líderes congregacionales. Los jóvenes así como también los niños y niñas se sentaban en silencio oyendo atentamente a cada palabra que se leía o se hablaba. Luego de vez en cuando profetas viajeros y otros interlocutores nacionales visitaban a la comunidad local para dirigir la palabra a la asamblea de la sinagoga o para hablar en la plaza. (Mat. 4:23) Sus mensajes les daban mucho en que pensar, y durante días después discusiones en que participaban los padres y sus invitados se oían en los hogares durante la cena. De este modo la instrucción comunal hacía su contribución para amoldar el corazón y la mente de los jóvenes en los caminos del Señor.
NACIONALMENTE
18. ¿Qué provisión se hacía nacionalmente para la instrucción?
18 Jehová el educador magistral hizo arreglos para todavía un cuarto lugar para la instrucción teocrática de los jóvenes de Israel. Ese fué en las reuniones periódicas celebradas por toda la gente, rica o pobre, en el centro de adoración designado por Jehová, a saber, el templo en Jerusalén. (Deu. 12:5) Tres veces al año los padres llevaban a sus jóvenes en un viaje emocionante a la gran ciudad de Jerusalén para asistir a las fiestas teocráticas allí. A medida que los grupos felices viajaban hacia Jerusalén los padres les enseñaban a sus hijos lecciones de geografía al alcance directo. Sabemos que José y María llevaban al niño Jesús con ellos cada año a Jerusalén. Sin duda de este modo Jesús personalmente llegó a conocer todos los lugares históricos de la Tierra Prometida. Jesús a la edad de 12 años también aprovechó la ocasión para interrogar a los líderes eruditos en el templo para satisfacer su ansiosa mente investigadora en cuanto a las profecías.—Luc. 2:41-47.
19, 20. ¿Qué provecho sacaban los hijos de su visita a Jerusalén?
19 No sólo el viajar ensanchaba la mente de los jóvenes al ver Palestina en toda su belleza paradisíaca, sino que en Jerusalén aprendían a ser parte de una vasta familia de Jehová abarcando a centenares de miles de personas. Conocían a parientes y hacían nuevos amigos de todas partes del país. Pero era en los servicios del templo mismos que más educación se administraba. Los niños habiendo aprendido de memoria importantes pasajes bíblicos y habiendo sido instruídos en el arte del canto podían seguir cuidadosamente todas las ceremonias significativas ejecutadas por los sacerdotes. Entendían las incitadoras respuestas cantadas por los miles de cantantes levitas instruídos. (1 Cró. 25:7, Mo) Todo esto impresionaba a los niños con la majestad de Jehová su Dios, a quien ellos servían. También fueron enérgicamente recordados de que como pecadores necesitaban una propiciación. De este modo se daban cuenta de la seriedad de su relación espiritual como pueblo escogido de Jehová.
20 Definidamente, el asistir a las vastas asambleas del pueblo de Jehová anualmente culminaba el programa de instrucción para los jóvenes judíos. Podemos estar seguros de que la vida para los jóvenes del Israel teocrático era llena, vívida, saludable y estimuladora. Ningún otro pueblo de tiempos antiguos se interesaba tanto en sus hijos como los israelitas temerosos de Dios. ¿Qué otro pueblo antiguo llevaba a sus hijos jóvenes en largos viajes costosos tres veces al año para adorar a su Dios en un lugar central? Ninguno.
¿ES POSIBLE HOY?
21. ¿Qué condiciones existentes hoy hacen difícil el dar instrucción teocrática?
21 La pregunta se presenta ahora, ¿Es posible hoy criar a los niños en el favor divino, y hasta qué grado pueden emplearse hoy los métodos usados por los israelitas? La instrucción teocrática moderna de los jóvenes presenta muchos problemas, pero ninguno de ellos es insuperable. Hoy, como se predijo hace mucho, se han levantado regímenes políticos, tanto totalitarios como los llamados “democráticos”, que privan a los hijos de instrucción por padres que temen a Jehová Dios. (Apo. 13:16, 17) Pero los padres teocráticos cuidadosos se opondrán a la intrusión del estado en este campo de derechos familiares. Ellos obedecerán la autoridad superior de Dios y continuarán enseñando a su prole que el obedecer las leyes de Dios y el aprender de Dios son asuntos de la mayor importancia. (Mar. 12:17) Además, los padres teocráticos modernos tienen que combatir una marea creciente de propaganda del viejo mundo calculada para capturar y retorcer la mente de los jóvenes. El radio, la televisión, el cine, las historietas cómicas y la prensa en general todos están llenos de instrucción antiteocrática y malsana. El padre prudente debe reducir a lo mínimo estas fuentes de declaraciones inspiradas por los demonios y proteger la mente de sus hijos jóvenes de su influencia maligna. (1 Juan 4:1, NM) Si se recurre al radio, televisión y el cine el padre prudente debe ser escogedor.
22. ¿Qué es “responsabilidad de familia”? ¿Cuán importante es hoy el desarrollar el “mérito de familia”?
22 En este punto debemos considerar el asunto de “responsabilidad de familia” como se presenta legalmente en las Escrituras. Bajo el principio bíblico de “responsabilidad de familia” donde el padre o la madre o ambos vienen a ser inicuos, el juicio adverso les sobreviene a todos los hijos menores de la familia. Considere el ejemplo de Acán, quien cometió una transgresión fatal contra Jehová. Al hacer eso Acán trajo condenación sobre toda su familia de hijos y todos fueron muertos a pedradas junto con él. (Jos. 7:1, 24, 25) Pablo habla de este principio a lo inverso, al cual podríamos referirnos como “mérito de familia”. Si el padre o la madre de una familia es un cristiano creyente y practicante él o ella produce mérito para la entera familia de hijos. Pablo escribe: “Porque el esposo incrédulo es santificado en relación con su esposa, y la esposa incrédula es santificada en relación con el hermano; de otra manera, sus hijos en verdad serían inmundos, pero ahora son santos.” (1 Cor. 7:14, NM) Por lo tanto esto manifiesta que los hijos menores de padres cristianos son santificados indirectamente o considerados dignos de protección a la vista de Dios hasta que alcancen la edad de la responsabilidad individual. Por consiguiente en este día de juicio final desde 1918 los padres son responsables por el destino final de sus hijos menores. Cuando el Armagedón estalle todos los niños menores que no estén bajo tal arreglo de “mérito de familia” recibirán la aniquilación sin ninguna esperanza de una resurrección. Esto se indica fuertemente en Ezequiel 9:6 (AN), donde está escrito: “Matad completamente al anciano, al joven y a la virgen, y a los niñitos y a las mujeres; pero no os acerquéis a ningún hombre sobre quien esté la marca.”
23. Dé algunos puntos de consejo hallados en las Escrituras cristianas griegas en cuanto a la educación de los hijos.
23 Los padres teocráticos están familiarizados con lo que las Escrituras cristianas griegas dicen en cuanto a la educación de los hijos. Pablo muestra que el padre sabio debe ‘gobernar a su propia familia de manera recta, teniendo a los hijos en sujeción con toda seriedad’. (1 Tim. 3:4, NM) Pablo escribe además: “Padres, no estén irritando a sus hijos.” (Efe. 6:4, NM) Es decir, no bromear despiadadamente con el niño ni desanimarlo de ningún modo. Sobre este punto la Biblia también dice: “Padres, no estén exasperando a sus hijos, para que no se descorazonen.” (Col. 3:21, NM) Además está escrito: ‘Sigan educando a sus hijos en la disciplina y consejo autoritativo de Jehová.’ (Efe. 6:4, NM) Para disciplinar apropiadamente a un hijo la “vara de corrección” debe usarse. (Pro. 22:15, UTA) Si los padres imprudentemente dejan de corregir el corazón o mente de sus hijos inclinados a la insensatez mientras son jóvenes y manejables, entonces en el logro seguro de los propósitos de Dios una corrección alcanzará a esos hijos. No es necesario que la “vara de corrección” que se usa para apartar a los hijos de la muerte en desobediencia a Dios sea un palo literal. La vara simboliza autoridad y poder paternales, y aplicar la “vara de corrección” significa que los padres ejercen ese poder y autoridad confiado a ellos de cualquier modo que parezca bíblicamente prudente para corregir al niño. El empuñamiento del padre de la vara de poder, autoridad y responsabilidad nunca debe ser aflojado. Respeto para dicha vara debe estar impresionado en la mente y corazón de los hijos. Esto resultará en vida eterna para ellos en el nuevo mundo.