¿Confían sus hijos en usted?
“Hijos, sean obedientes a sus padres . . . ustedes, padres, no estén irritando a sus hijos.”—Efe. 6:1, 4.
1. Describa el cambio que a menudo acontece en la actitud de un niño para con sus padres cuando crece.
¡QUÉ deleite es ver a un niñito tratar excitadamente de relatar a sus padres algún pequeño suceso que acaba de acontecer! Para este niño lo más importante en ese momento es decirles a su padre y a su madre todo lo que pasó, pues le parece que, más que cualquier otra persona, los padres tienen que saberlo. Pero ¡ay! unos cuanto años después esa confianza afectuosa e íntima a menudo se deteriora en silencio acompañado de frialdad, y sobreviene una actitud evasiva y helada.
2. ¿Se reconoce por lo general la razón por la que los padres pierden la confianza de sus hijos? Por eso, ¿qué se necesita?
2 ¿Por qué tan agudo cambio de actitud? Los padres y los hijos que se encuentran en esta situación infeliz pueden mencionar una entera sarta de quejas los unos contra los otros, pero pocos de ellos saben las razones básicas del cambio, de otra manera podrían afrontarlo. Por lo general están demasiado cerca del problema y demasiado envueltos emocionalmente para reconocer la causa o para hallar el remedio de por sí. Necesitan ayuda exterior. Necesitan la ayuda de la Palabra de Dios, la Biblia, pues ésta señala con precisión la causa y pone de relieve el remedio.
3. ¿Cuándo se plantaron originalmente las semillas de la rebelión contra los padres, y quién las plantó?
3 Al buscar la causa ha de reconocerse, ante todo, que las semillas de la rebelión contra la autoridad de los padres se plantaron hace mucho tiempo. El Diablo, aquel rebelde original que también se llama Satanás, lo cual significa adversario u opositor, hizo que Adán y Eva perdieran confianza en su Padre Jehová, poniendo en tela de juicio la ley divina. (Gén. 3:1-6; 2 Cor. 11:3) Desde entonces la prole de Adán, “los hijos de la desobediencia” en su mayor parte, han cifrado poca fe y confianza en Jehová o en su Palabra. (Efe. 2:2) Tocante a esto, los líderes religiosos son principalmente responsables, y esto es especialmente cierto en tiempos modernos. Hoy la mayoría del clero descarta la Biblia como no inspirada por Dios, y en su lugar predica que ‘Dios está muerto’ y que el hombre es producto de la evolución.—Mat. 15:6, 9.
“TIEMPOS CRÍTICOS, DIFÍCILES DE MANEJAR”
4. ¿Son peores las condiciones hoy que en las generaciones pasadas?
4 Aunque las semillas de la insubordinación se plantaron hace mucho, solo ha sido en tiempos modernos que se ha presentado tan abundante cosecha de rebeldes. Esta generación de desaforados ha creado una crisis en la Tierra como la cual jamás había existido una antes. Al mismo tiempo que se están peleando guerras internacionales a causa de disputas de fronteras, se están peleando guerras de otras clases en muchos frentes domésticos, y es en éstas que los jóvenes son afectados más. Un motín en el vecindario tiene mayor impacto en los niños que el bombardear aldeas en una zona bélica al otro lado del globo terráqueo.
5. ¿Cuáles son hoy algunas de las cosas que son “difíciles de manejar”?
5 Las disputas de los obreros locales ocurren con más y más frecuencia y se hacen cada vez más difíciles de conciliar. A menudo la paz en estas disputas solo se restaura temporalmente. La confianza y la seguridad están en un nivel muy bajo. Los obreros y los patronos han perdido la confianza mutua que se tenían. En el ínterin todos sufren. Los productos y los servicios se deterioran, el costo de la vida sube vertiginosamente, la carga de los impuestos aumenta. Todo el mundo parece descontento.
6. ¿Son las condiciones algo mejores entre los empleados públicos?
6 No solo es ocurrencia general y sin coto la rebelión entre los obreros industriales, sino que muchos empleados de servicios públicos se rebelan contra la autoridad constituida. Hace unos cuantos años era casi desconocido el que hubiera huelgas entre empleados municipales, estatales y federales. Pero en la actualidad policías, bomberos, empleados de saneamiento, trabajadores postales y otros se han lanzado a la huelga, no solo en busca de salarios más elevados, sino en protesta contra otros asuntos. También hay una rebelión de maestros contra juntas escolares que crece constantemente.
7. ¿Qué actitudes rebeldes son de una naturaleza aun más seria?
7 Además de las disputas sobre cuestiones económicas, hay los desenvolvimientos de una naturaleza más seria que envuelven protestas y rebeliones contra el sistema de cosas actual, contra lo que se llama ‘el establecimiento.’ Hay en marcha muchos movimientos “anti”... antiguerra, antipaz, antirricos y antipobres. A veces estos pequeños incendios de descontento no pueden reprimirse sino hasta que se han perdido varias vidas.
8. ¿Cómo se predijeron en la profecía bíblica las condiciones actuales del mundo?
8 ¡Realmente, los asuntos mundiales son exactamente como predijo el apóstol Pablo, “tiempos críticos, difíciles de manejar”! Pablo describió los detalles de esta manera: “Los hombres serán amadores de sí mismos, amadores del dinero, presumidos, altivos, blasfemos, desobedientes a los padres, desagradecidos, desleales, sin tener cariño natural, no dispuestos a ningún acuerdo, calumniadores, sin gobierno de sí mismos, feroces, sin amor de la bondad, traicioneros, testarudos, hinchados de orgullo, amadores de placeres más bien que amadores de Dios, teniendo una forma de devoción piadosa mas resultando falsos a su poder.” Ciertamente, estas condiciones constituyen una montaña de evidencia de que estamos viviendo en “los últimos días” de este sistema de cosas.—2 Tim. 3:1-5.
9. ¿Por qué es seguro que los jovencitos serán afectados por las condiciones actuales del mundo?
9 No sorprende, entonces, que los hijos que viven en medio de estos tiempos críticos, desesperados, sean afectados adversamente. En muchos casos los padres han perdido confianza en sus líderes sociales y políticos, en sus superiores industriales y en sus maestros religiosos. Entonces, ¿qué puede esperarse de los hijos cuando empiezan a pensar por sí mismos? Ellos también pierden confianza en el sistema a su alrededor, y en sus padres y abuelos, a quienes consideran responsables del sistema actual que, cual cosa podrida, está desmoronándose.
ESCUCHE LAS QUEJAS DE SU HIJO
10. ¿Cuál es una queja que se oye a menudo contra los padres?
10 Una de las quejas que los jovencitos tienen es que sus padres no los comprenden. Por ejemplo, cuando los jovencitos sí confían y revelan un problema que tienen, muy a menudo los padres se encolerizan en vez de suministrar la ayuda que se necesita. Por eso para evitar fricción de familia, les parece a los hijos que es mejor no mencionar sus problemas a sus padres faltos de conmiseración.
11. (a) Cuando dan instrucciones a los hijos, ¿qué dejan de hacer algunos padres? (b) ¿Se puede depender siempre de las promesas y opiniones de los padres?
11 Hay otras quejas también. A menudo los padres les dicen a los hijos lo que no han de hacer, pero rara vez les dicen lo que han de hacer ni cómo hacerlo. En otras palabras, se da énfasis a lo negativo en vez de a la instrucción edificante. Muy a menudo los padres no cumplen sus promesas. Prometen a sus hijos algo muy deseable, pero después no cumplen la promesa poniendo el pretexto endeble de estar demasiado ocupados o demasiado cansados. Por eso, si los padres proceden así, ¿cómo puede un hijo confiar en ellos cuando le hacen promesas? Lo mismo es cierto respecto a las amenazas que emiten los padres. A veces las llevan a cabo; la mayor parte del tiempo no. De modo que llega a ser un juego de azar, y el niño pronto aprende que en este juego lo más probable es que la palabra del padre o la madre no es confiable. De manera parecida, a menudo se les da a los hijos un regaño severo a causa de ciertas cosas, pero en otras ocasiones estas mismas cosas se pasan por alto sin decirse nada como si no fueran importantes. Muy a menudo esta inconstancia, estos antojos y caprichos y nociones erráticas de parte de los padres bastan para destruir la propensión del hijo a fiarse de ellos y para alejar su confianza y cariño.
12. ¿Qué falta cuando los padres no dicen a sus hijos los “hechos acerca de la vida”?
12 Una de las acusaciones más serias de muchos adolescentes es que sus padres dejan de instruirlos en las mismísimas cosas fundamentales acerca de la vida y su reproducción, es decir, en asuntos que tienen que ver con las relaciones sexuales correctas. ¿Verdad que hay falta de amor genuino cuando los padres no instruyen a sus hijos en cuanto a la santidad del matrimonio, o no les advierten acerca de la promiscuidad sexual, y las consecuencias de la conducta moral disoluta que resulta en preñez vergonzosa fuera del matrimonio y en enfermedades venéreas infecciosas que producen ceguera, esterilidad y demencia? ¿Dónde está el amor de los padres cuando a una hija no se le dice que una muchacha que se entrega fácilmente al fin llega a ser despreciable a los ojos de sus llamados “amantes”? ¿Dónde hay amor de parte de los padres que dejan que sus hijos aprendan los “hechos acerca de la vida” de los elementos depravados y degenerados de la sociedad?
13. ¿Quiénes son responsables en sumo grado por la corrupción de los jóvenes mediante la pornografía?
13 La acusación que hacen los adolescentes es cierta: Son adultos, muchos de los cuales son padres y madres, los que hacen y proveen libros y cuadros pornográficos para la corrupción moral de los jóvenes. Parece que a algunos padres no les preocupa el que sus hijos lean literatura sucia así como no les preocupa la clase de compañeros que tiene su prole.
14. ¿Qué otra crítica severa se lanza contra muchos padres hoy día? ¿Está justificada?
14 Los hijos también tienen crítica severa pero honrada que ofrecer cuando se trata de la vida personal que llevan a veces los padres y el ejemplo que así están poniendo para los jóvenes. En todas partes uno encuentra padres que son mentirosos y ladrones, que hacen alarde de astutas prácticas comerciales, que hurtan materiales de sus patronos y defraudan en cuanto a horas, que quebrantan las leyes de velocidad y fraudulentamente detienen el pago de impuestos sobre la renta. Algunos padres son alcohólicos, algunos están habituados a las drogas, algunos son adúlteros y perversos sexuales. Es cosa común que los esposos y las esposas se griten y se lancen denuestos los unos a los otros en presencia de sus hijos. Y a pesar de todo esto, estos mismos padres a menudo ostentan cierta clase de devoción religiosa. ¡Qué farsa! ¡Hipocresía piadosa! Y sus hijos lo saben bien.
15, 16. (a) ¿Qué compañeros buscan a menudo los jóvenes rebeldes, y por qué? (b) ¿Resuelve los problemas de los jóvenes el asociarse con pandillas?
15 ¿Es razonable esperar que la prole de personas de esa índole cifren confianza en sus padres, que se fíen de ellos? ¡Ni pensarlo! Es más probable que busquen compañeros con quienes les gusta estar, y según la ley natural de que ‘Dios los cría y ellos se juntan,’ es probable que esos compañeros sean una pandilla de jóvenes con problemas similares. Éstos, entonces, harán confidencias los unos a los otros y ventilarán francamente sus quejas mutuas. Sea que las conclusiones a las que lleguen resuelvan los problemas o no, importa poco. Por lo menos tienen alguien con quien hablar, alguien que escuche, alguien que les muestre conmiseración.
16 Poco a poco, estos jóvenes van apartándose de la custodia de sus padres. Cuando se meten en dificultades ahora confían en la pandilla. A medida que acrecenta su sentido de seguridad en la pandilla, se intensifica su sentido de amargura para con sus padres. Ahora solo les falta un paso corto para unirse a los grupos de “protesta” en un esfuerzo por descargar el desdén que le tienen a la sociedad con la cual se identifican sus padres.
CÓMO GANARSE LA CONFIANZA DE SUS HIJOS
17. Como padres, sea que tengan la confianza de sus hijos o no, ¿qué deberían hacer ustedes?
17 Es mucho más fácil retener y conservar la confianza de un niño que volver a ganarla una vez que se ha perdido. Por eso, si sus hijos confían en usted no lo dé por sentado, sino esfuércese solícitamente para retener esta buena relación que es mutuamente tan provechosa. Sin embargo, si usted es uno de los muchos millares de padres desalentados que han perdido la confianza de su prole, quedará probado que vale la pena todo el tiempo y esfuerzo que se necesiten para recuperarla. A continuación se dan unas cuantas sugerencias de cómo puede efectuarse esto.
18. ¿Cuán importante es que los padres cifren su plena confianza en Jehová?
18 Comience por colocar un fundamento sólido. Ese fundamento durable es su propia confianza y fe en su Padre celestial, Jehová, y en su Palabra, la Biblia. “Confía en Jehová con todo tu corazón,” dice el proverbio, “y no te apoyes en tu propio entendimiento. En todos tus caminos tómalo en cuenta, y él mismo hará derechas tus sendas.” Si usted cifra confianza implícita en Jehová, ¿no le parece que sus hijos a su vez se inclinarán a confiar en usted? Por lo general lo harán.—Pro. 3:5, 6.
19. (a) ¿Por qué es tan importante el amor a Jehová? (b) Si los padres odian lo malo, ¿se muestran los hijos más dispuestos a confiar en ellos?
19 Ahora sobre este fundamento sólido de confianza, coloque la piedra angular importante que se llama amor, amor a su Padre Jehová. El amarlo con todo su corazón, alma, mente y fuerzas es “el más grande y el primer mandamiento.” (Mat. 22:37, 38; Mar. 12:30) Si usted ama a Jehová, usted amará lo que él ama y usted odiará lo que él odia. Jehová odia a todos los que practican la maldad... fornicadores, idólatras, adúlteros, homosexuales, ladrones, avarientos, borrachos, injuriadores, practicantes de extorsión, mentirosos. Individuos de esas clases, dice Dios, no vivirán bajo su justo régimen del Reino a menos que cambien radicalmente su proceder. (1 Cor. 6:9, 10; Gál. 5:19-21; Efe. 5:3-5; Rev. 21:8; 22:15) Por eso “amadores de Jehová, odien lo que es malo” absteniéndose de todas esas prácticas. (Sal. 97:10; 1 Juan 5:3) Por proceder así, ¿no le parece a usted que sus hijos adquirirán confianza en usted? Por supuesto que sí.—Col. 3:5-9.
20. Describa la “nueva personalidad” que se insta a que se pongan los padres.
20 Cuando los individuos se libran de estas prácticas malas es como si se despojaran de una “vieja personalidad.” En lugar de ésta, se les exhorta a que se pongan una “nueva personalidad,” que consta de tiernos cariños de compasión, bondad, humildad, apacibilidad, gran paciencia, amor, el soportarse los unos a los otros, y el perdonar a todos los que le causen daño a uno. (Col. 3:10-14; Efe. 4:22-24) Ahora, ¿qué opina usted? ¿Confiarán sus hijos en usted si despliega tan deleitable personalidad, una personalidad que refleja el ‘fruto del espíritu de Dios’? ¡Ciertamente que sí!—Gál. 5:22, 23.
21. ¿Qué tienen que hacer los padres si desean que sus hijos confíen en ellos?
21 Las Escrituras dicen: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda injusticia.” (1 Juan 1:9) Solo cuando ustedes, padres, confían así en Jehová, pidiéndole en oración que ‘les perdone sus deudas, como ustedes también han perdonado a sus deudores,’ pidiéndole que señale el camino correcto por el cual ir en este mundo inicuo, diciendo: “Instrúyeme, oh Jehová, en tu camino, y guíame en la senda de la rectitud a causa de mis opositores,” solo entonces pueden esperar que sus hijos se sientan libres para traerles sus problemas y pedir consejo sobre lo que deben hacer.—Mat. 6:12; Sal. 27:11.
22. ¿Qué ejemplo de extender misericordia hacen bien en copiar los padres?
22 Y cuando sus hijos llegan a confiar en usted, ¿cómo serán tratados? ¿Les extenderá misericordia de la misma manera que usted espera que su Padre en los cielos le extienda misericordia a usted? Recuerde que, “al que no practica misericordia se le hará su juicio sin misericordia.” (Sant. 2:13; Mar. 11:25; Luc. 6:36) Usted se alegra de que su Padre celestial es sufrido y paciente con usted, que “toleró con mucha y gran paciencia vasos de ira hechos a propósito para la destrucción,” y que “es paciente para con ustedes porque no desea que ninguno sea destruido.” (Rom. 9:22; 2 Ped. 3:9) Por lo tanto, usted a su vez no deje de ser sufrido y paciente con sus hijos y los problemas que tienen. Como dice el proverbio: “Cualquiera que tapa su oído al clamor quejumbroso del de condición humilde, él mismo también clamará y no se le responderá.”—Pro. 21:13.
23. ¿Por qué nunca debe considerarse que los problemas de su prole son demasiado pequeños para preocuparse con ellos?
23 Otro punto: Nunca piense que los problemas de sus hijos son demasiado insignificantes y pequeños para que usted se preocupe con ellos, y nunca se excuse diciendo que está demasiado ocupado para considerarlos. ¡Considere, por favor, lo pequeños e insignificantes que han de parecer sus problemas a los ojos del Dios Todopoderoso! ¿Y quién podría estar más ocupado que él? No obstante usted está muy agradecido de que él tiene abiertos los oídos de día y de noche al clamor que usted le dirija y que jamás se cansa de escuchar y contestar sus oraciones, por más triviales que éstas sean.—Sal. 34:15; Luc. 18:7, 8.
CÓMO SE RETIENE LA CONFIANZA DE LOS HIJOS
24. Al comunicarse con sus hijos, ¿qué puntos deben tenerse presentes?
24 Ustedes, padres, que tienen cifrada su plena confianza en Jehová, no dejen de aplicar Su consejo e instrucción sabios al tratar con sus hijos, si quieren que ellos confíen en ustedes. Comuníquense con ellos, y háganlo de una manera apropiada a la edad de ellos. Cuando son jovencitos, no los traten como bebés; cuando son adolescentes, háblenles como a adolescentes. (1 Cor. 13:11) Al comunicarse, impartan conocimiento a su prole, especialmente acerca de los propósitos de Dios que se manifiestan en la Biblia. Razonen con ellos, dejando que ellos hagan preguntas y expresen sus opiniones personales. Si están equivocados, bondadosamente señálenles su error de manera bondadosa, no con desprecio.
25. Junto con instrucción, ¿qué más deben dar a sus hijos los padres, pero qué dice Hebreos 12:11 acerca de esto?
25 Si la instrucción ha de efectuar su propósito deseado, tiene que estar acompañada de disciplina correctiva. Comience a disciplinar a los hijos cuando son pequeñuelos; entonces cuando crezcan no tendrán los problemas que otros jovencitos tienen. Como está escrito: “Entrena al muchacho conforme al camino para él; aun cuando se haga viejo no se desviará de él.” “Es cierto que ninguna disciplina parece por el presente ser cosa de gozo, sino penosa; sin embargo después, a los que han sido entrenados por ella, da fruto pacífico, a saber, justicia.”—Pro. 22:6; Heb. 12:11.
26. ¿Por qué no deben vacilar los padres en usar la vara, si es necesario, para disciplinar a los hijos?
26 No vacile en usar la vara para administrar disciplina. “La tontedad está atada con el corazón del muchacho; la vara de la disciplina es lo que la alejará de él.” “En caso de que le pegues con la vara, no morirá. Con la vara tú mismo debes pegarle, para que libres su mismísima alma del Seol mismo.”—Pro. 22:15; 23:13, 14.
27. (a) Pero, ¿qué precauciones son necesarias al administrar castigo? (b) ¿Por qué es importante que las reglas del hogar se basen en la Biblia y en los principios de ésta?
27 Sin embargo, el castigo jamás debe administrarse en un arranque de enojo ni debe ser un estallido de emoción debido a la falta de gobierno de parte de uno mismo. No sería justo castigar a un niño por haber hecho algo que jamás se le había dicho que era incorrecto. Primero tiene que impartirse instrucción cuidadosa y paciente, una “regulación mental de Jehová,” de modo que el niño no solo sepa lo que se espera razonablemente, sino también por qué. (Efe. 6:4, New World Translation) Por eso cuando haga reglas y disposiciones reglamentarias asegúrese de que estén en armonía con los principios bíblicos y así usted siempre podrá decir: ‘Así dice la Palabra de Dios.’ Esto ayudará al niño que teme a Dios y ama sus leyes a tener gusto en obedecer las reglas del hogar. Entonces, después de esto, si se necesita castigo, el niño sabrá que se debe a que ha habido una violación voluntariosa y deliberada de instrucciones que tienen base bíblica.
28. En imitación de Jehová, ¿cómo deben disciplinar los padres a sus hijos?
28 Pero aun entonces, que se administre el castigo en justicia templada con misericordia. Que el padre, en imitación del Padre celestial, demuestre comprensión y conmiseración, junto con paciencia y gobierno de sí mismo. El castigar al niño por medio de mofarse de él delante de sus amigos descorazona al niño, hasta lo hace hostil. Por consiguiente se da este consejo: “Padres, no estén exasperando a sus hijos, para que ellos no se descorazonen.” “No estén irritando a sus hijos.”—Col. 3:21; Efe. 6:4.
29. ¿Qué otras virtudes deben cultivar los padres?
29 En todo esto, los padres nunca deben ser indecisos o vacilantes, diciendo una cosa en una ocasión y algo diferente en otras ocasiones. “Que su Sí signifique Sí, y su No, No.” (Sant. 5:12; 4:8) La humildad, también, es una gran virtud y le agrada a Dios. Por eso evite el ser altivo, arrogante o jactancioso. Jehová odia a los de corazón orgulloso. Sus hijos también lo amarán a usted si usted es de inclinación humilde, y si ellos lo aman a usted, también confiarán en usted.—Pro. 16:5; 1 Ped. 5:5, 6.
30. ¿Cómo únicamente pueden ganar y retener los padres la confianza de sus hijos?
30 Todo es tan claro. Si los hijos han de confiar libremente en sus padres, entonces los padres mismos tienen que mostrar fe en Jehová, devoción a él y obediencia a su Palabra. También tienen que demostrar en su vida cotidiana cualidades piadosas como misericordia, conmiseración, bondad, paciencia y gobierno de sí mismos, junto con integridad a la verdad y amor a la justicia. Solo de esta manera pueden esperar los padres ganar y retener la confianza de sus hijos.
[Ilustraciones de la página 301]
Al escuchar con conmiseración los problemas y quejas de sus hijos, los padres animan a sus hijos a confiar en ellos
Si sus hijos confían en usted, no lo dé por sentado; esfuércese solícitamente para retener esta buena relación