¿Puede uno alargar la duración de su vida?
LA VIDA es preciosa. ¿Quién de entre los millones de seres que disfrutan de buena salud mental y física estaría dispuesto a escoger el año, mes, día y hora de su muerte? Ciertamente ninguno. Cuando uno está ocupado en trabajo significante y siente que otros le tienen aprecio y lo aman, quiere que la vida continúe. Pero, ¿cómo puede uno procurarse una vida larga y fructuosa?
El que uno se preocupe acerca de ello ciertamente no añadirá ni siquiera un minuto a la duración de su vida. En vez de servir para alargar la vida, el inquietarse indebidamente solo produce desazón y hasta puede acortar la vida.
Por supuesto, puede que haya poco que uno pueda hacer acerca de lo que ha heredado a modo de debilidades y defectos en el funcionamiento de su organismo físico. Además, un suceso imprevisto —un accidente, inundación, terremoto o volcán— puede poner fin a su vida de repente. No obstante, hay cosas que se pueden hacer para disfrutar de una vida más larga aun ahora. Podemos evitar el aventurarnos insensatamente y cuidar de que nuestro cuerpo reciba el alimento y descanso que necesita. Y lo de mayor importancia, podemos optar por ser guiados por la sabiduría.
Un proverbio bíblico señala los buenos efectos que puede tener en la duración de la vida el aplicar la sabiduría cuando dice de ella: “Es árbol de vida a los que se asen de ella, y los que la mantienen firmemente asida han de ser llamados felices.” (Pro. 3:18) Sí, la sabiduría, la habilidad de aplicar el conocimiento con buen éxito, puede protegernos de dificultades incalculables, incluso una muerte prematura.
Por ejemplo, considere lo que el libro bíblico de Proverbios dice acerca de abusar del alcohol: “¿Quién tiene el ¡ay!? ¿Quién tiene desasosiego? ¿Quién tiene contiendas? ¿Quién tiene preocupación? ¿Quién tiene heridas sin causa? ¿Quién tiene deslustre de ojos? Los que se quedan largo tiempo con el vino, los que entran en busca de vino mezclado. No mires el vino cuando exhibe un color rojo, cuando luce centelleante en la copa, cuando va con suavidad. A su fin muerde justamente como una serpiente, y segrega veneno justamente como una víbora.”—Pro. 23:29-32.
Como se describe aquí, el individuo que acostumbra beber en exceso, a menudo se pone a reñir sin causa y puede hallarse envuelto en peleas. Para él, el vino tiene una apariencia indebidamente atractiva, centelleante. Su falta de moderación en el uso de bebidas alcohólicas produce el mismo efecto en él que el veneno de víbora. Puede enfermarlo físicamente, causando, por ejemplo, cirrosis, una enfermedad del hígado. También puede dañarlo mentalmente, al producir delírium tremens. Igual que el veneno de una serpiente, la ingestión excesiva de bebidas alcohólicas puede ser mortífera.
Describiendo lo que le puede pasar a una persona en estado de embriaguez, el libro de Proverbios continúa: “Tus propios ojos verán cosas extrañas, y tu propio corazón hallará cosas perversas. Y ciertamente llegarás a ser como uno que está acostado en el corazón del mar [experimentando la confusión que siente una persona que se está ahogando, y por fin pierde el sentido], aun como uno que está acostado en el tope de un mástil [puesto que la mecedura del barco está a su punto máximo aquí, la vida del borracho está en mayor peligro de cosas como un accidente, un golpe o una pendencia]. ‘Me han pegado, pero no enfermé; me han golpeado, pero yo no lo supe [dice el borracho, como si se hablara a sí mismo; sus sentidos están totalmente embotados y no sabe lo que le está sucediendo]. ¿Cuándo despertaré? Volveré a buscarlo de nuevo [sí, después de dormir y deshacerse de los efectos de sus excesos, volverá inmediatamente a beber].’”—Pro. 23:33-35.
Verdaderamente muestra sabiduría la persona que evita abusar del alcohol. Su sabiduría es un “árbol de vida” que lo protege de toda clase de dificultades y, posiblemente, de una muerte prematura.
Hay otro consejo en el libro de los Proverbios que, si se aplica, también puede contribuir al alargamiento de la vida de uno. Se nos anima a prestar atención a consejo sano, a evitar envolvimiento con elementos desaforados y a guardarnos de la inmoralidad sexual. Leemos: “El sabio escuchará y absorberá más instrucción.” (Pro. 1:5) “Si los pecadores tratan de seducirte, no consientas. Si siguen diciendo: ‘De veras ven con nosotros. Sí, pongámonos en acecho . . . ‘no vayas en el camino con ellos.” (Pro. 1:10-15) “¿Por qué, pues, debes tú, hijo mío, estar en un éxtasis con una extraña o abrazar el seno de una extranjera? . . . Sus propios errores atraparán al inicuo, y en las sogas de su propio pecado será asido. Él será el que morirá porque no hay disciplina.”—Pro. 5:20-23.
Claro está, que la conducta que armoniza con las Sagradas Escrituras contribuye a una vida más larga y feliz. Pero los beneficios de la conducta piadosa no están limitados solamente a la actualidad. El apóstol cristiano Pablo escribió: “La devoción piadosa es provechosa para todas las cosas, puesto que encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir.”—1 Tim. 4:8.
La clase de vida que el Altísimo tiene ideada para el disfrute de la humanidad en el futuro se describe en la Biblia como sigue: “¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos. Y él limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor.”—Rev. 21:3, 4.
Por lo tanto, el vivir en armonía con los requisitos de Dios puede añadir años a la vida de uno ahora y ponerlo en vías de un grandioso futuro. Pero hoy día no todos están a favor de vivir en conformidad con la Biblia. Entre éstos se cuentan los que persiguen a los siervos de Dios.
Pudiera haber ocasiones en que la persecución ponga en peligro la vida de una persona piadosa. ¿Entonces qué? ¿Debe ceder a las exigencias de los perseguidores y así escapar de una muerte prematura? Pudiera parecer que el transigir en un caso como éste resultaría en alargar la duración de su vida. Pero tal no es el caso. Jesucristo dijo: “El que quiera salvar su alma [vida] la perderá; mas el que pierda su alma por causa de mí y de las buenas nuevas la salvará.” (Mar. 8:35) “El que tiene afecto a su alma la destruye, pero el que odia su alma [no considerando la vida demasiado preciosa] en este mundo la resguardará para vida eterna.”—Juan 12:25.
Pero si uno pierde la vida prematuramente a manos de los perseguidores, ¿cómo puede eso resultar en resguardarla para una vida de duración interminable?
Porque la persona que muere fiel a Dios puede estar segura de ser resucitada de entre los muertos con la perspectiva de vida eterna. Por otra parte, la persona que transige posiblemente viva unos años más en la Tierra, pero ha perjudicado su expectativa de vida eterna. El que el individuo pierda la condición aprobada que tiene con Dios, significa que ha cambiado un futuro eterno en felicidad por unos años breves de vida en un mundo impío. ¡Qué decisión más insensata!
Se ve, pues, que si uno realmente se interesa en alargar la duración de su vida, debe adoptar las pautas de la Biblia como las suyas propias y aplicarlas. Debe hacerlo a pesar de la premura que ejerzan contra uno debido a ello. Nunca debe perder de vista el hecho de que no es el hombre, sino Dios, y solo Dios, el que puede darle una vida interminable.