Cooperando plenamente con los individuos nombrados por Dios
“Sean obedientes a los que llevan la delantera entre ustedes y sean sumisos, porque ellos están velando por las almas de ustedes como los que rendirán cuenta; para que lo hagan con gozo y no con suspiros, por cuanto esto les sería gravemente dañoso a ustedes.”—Heb. 13:17.
1. ¿Qué desean vivamente ver todos los amadores de la justicia? ¿Cómo es posible esto?
¿ES USTED una persona que ama la rectitud y la justicia? Si es así, ¿verdad que su corazón desea vivamente ver que desaparezcan el odio y la violencia, que prevalezca la paz y que la felicidad reemplace a la lobreguez? Todo esto y más es posible por medio del reino de Dios, por el cual los asuntos de esta Tierra serán dirigidos cabalmente. (Isa. 11:3-5; Mat. 6:9, 10; Rev. 21:1-4) ¿No es eso lo que usted personalmente quiere ver, un sistema completamente nuevo que reemplace a este sistema viejo y moribundo donde predominan el egoísmo y el pecado? ¿Puede usted formar en su mente el cuadro de alguien que no sea el Dios Todopoderoso desempeñando la poderosa tarea de edificar un sistema completamente nuevo sobre las cenizas del viejo sistema y eso dentro de nuestra generación?—Dan. 2:44; Pro. 29:2.
2. ¿Cómo sabemos que está muy cerca el nuevo sistema? ¿Adónde podemos dirigirnos para obtener detalles?
2 No nos proponemos considerar cronología aquí, sin embargo con toda libertad pida a cualquier testigo de Jehová que le muestre de las Escrituras la evidencia de que solo faltan unos cuantos años para que se completen seis mil años de la existencia del hombre en la Tierra, y pregúntele lo que ellos creen que esto significa en términos de verdadera libertad y liberación desde el punto de vista de Dios. A ellos les dará gusto compartir esta información con usted.a
EL “NUEVO SISTEMA” REQUERIRÁ COOPERACIÓN
3. Describa algunas de las tareas monumentales que será necesario efectuar en el nuevo sistema.
3 Por favor, deje que su mente se espacíe por un momento en algunas de las tareas monumentales que será necesario efectuar en ese nuevo, divino sistema de cosas. Entre otras cosas, se requerirá un vasto programa educativo para enseñar un nuevo idioma a los millones de muertos resucitados a medida que salgan de las tumbas. (Juan 5:28, 29) Y, además, piense en el trabajo que se requerirá para transformar el corazón y mente de estas personas, muchas de las cuales jamás han oído de la Biblia, o de las leyes y propósitos de Dios para la humanidad. Luego, piense en el programa que se inaugurará a fin de transformar esta Tierra nuestra en el jardín hermoso que Dios se ha propuesto. Cuando uno se pone a pensar en cuánto tiempo se requiere para limpiar solo una hectárea de terreno, cultivar el suelo y plantarlo para que produzca arbustos y árboles y otras plantas de tal manera que haga esa zona digna de ser llamada un parque-jardín, le da alguna idea de la empresa colosal que será el transformar toda la Tierra en un paraíso global con suficientes zonas productivas de alimento para sustentar a una población cómoda en la Tierra.—Gén. 1:28; Sal. 72:16; 67:6; Eze. 34:27.
4, 5. (a) Para que se cumpla 1 Corintios 15:24-28, ¿qué tiene que efectuar con éxito el gobierno real de Cristo? (b) Describa la satisfacción que el Rey ciertamente tendrá en ese tiempo.
4 E, imagínese, todo esto tiene que efectuarse en un período de mil años para que se cumpla la profecía: “En seguida, el fin, cuando entrega el reino a su Dios y Padre, cuando él haya reducido a la nada todo gobierno y toda autoridad y poder [en oposición a Dios]. Porque él tiene que gobernar como rey hasta que Dios haya puesto a todos los enemigos debajo de sus pies. Como el último enemigo, la muerte ha de ser reducida a la nada. Porque Dios ‘sujetó todas las cosas debajo de sus pies.’ Mas cuando dice que ‘todas las cosas han sido sujetadas,’ es evidente que esto es con la excepción de aquel que le sujetó todas las cosas a él. Pero cuando todas las cosas hayan sido sujetadas a él, entonces el Hijo mismo también se sujetará a Aquel que le sujetó todas las cosas a él, para que Dios sea todas las cosas para con todos.” (1 Cor. 15:24-28) Obviamente, para que se cumpla esta profecía, toda la Tierra tendrá que ser transformada en un paraíso global, así como se propuso en el principio, y eso dentro de un período de mil años.—Rev. 20:2-6.
5 Piense, también, en el placer y satisfacción que esto dará a Jesucristo como director y coordinador de todas estas obras al decir a su Padre celestial, de hecho: ‘Aquí está, Padre. La asignación que me diste ha sido completada. La Tierra ha quedado convertida en un paraíso como Edén. Todos los muertos que estaban en Seol han sido resucitados, entrenados y disciplinados. La humanidad ha alcanzado la perfección. Todas las cosas que me has pedido que haga ya se han efectuado, ¡y todo a tiempo!’
6. ¿Qué conclusiones podemos sacar de este breve vistazo al futuro?
6 Ahora bien, ¿qué nos enseña este breve vistazo anticipado? Entre otras cosas, enfatiza el hecho de que la vasta obra que está adelante de nosotros que hay que efectuar requerirá organización, unidad, trabajadores capacitados, corazones dispuestos, administradores excelentes y, sobre todo, el espíritu y bendición de Jehová para efectuarla a tiempo. ¿No es ésta una de las razones por las cuales Dios nos está suministrando superintendencia amorosa hoy día, a saber, que tal superintendencia puede prepararnos para trabajar y producir en el nuevo sistema del futuro que se ha acercado tanto?—Juan 15:5, 8; Col. 2:19.
SEA OBEDIENTE A LOS QUE LLEVAN LA DELANTERA
7. ¿Qué pregunta surge en cuanto a nuestra actitud para con la superintendencia y la disciplina ahora y en el futuro?
7 Por consiguiente, ¿cuál debe ser la actitud de todos los siervos de Dios para con la dirección, superintendencia y disciplina que vienen por medio de la congregación cristiana hoy día? No solo queremos aprender cuál debe ser nuestra actitud, sino qué recompensas resultarán de tener el punto de vista correcto para con la dirección y disciplina ahora y en el futuro.—Heb. 12:5-11.
8. (a) Aunque todos los superintendentes humanos cometen errores, ¿por qué podemos confiar en los individuos nombrados para ser superintendentes en la congregación cristiana? (b) ¿Cómo nos suministra Hebreos 13:17 materia en que pensar y dirección en este sentido? (c) Explique la responsabilidad de “rendir cuentas” y sus efectos.
8 Entre otras cosas, queremos recordar que somos humanos, y todos los humanos cometen errores. (Sal. 51:5) Sin embargo, los cristianos dedicados, especialmente los superintendentes y siervos ministeriales, han sido entrenados a ser bondadosos, amorosos, prestos para ayudar, y al mismo tiempo a ser firmes. Estas cualidades de bondad amorosa, misericordia y justicia son marcas que identifican a los cristianos maduros. (Juan 13:35; Miq. 6:8) ¿No debe sentirse impelido nuestro corazón a confiar en hombres como ésos? De hecho, el apóstol Pablo nos insta a ser sumisos a ellos, escribiendo en Hebreos 13:17: “Sean obedientes a los que llevan la delantera entre ustedes y sean sumisos, porque ellos están velando por las almas de ustedes como los que rendirán cuenta; para que lo hagan con gozo y no con suspiros, por cuanto esto les sería gravemente dañoso a ustedes.” Ahora bien, al razonar sobre este texto, notamos que estos superintendentes tienen que rendir cuentas respecto a nuestra alma, es decir, nuestra vida. Cuando alguien comprende que tiene que rendir cuentas a alguien superior a él, por lo general esa persona piensa antes de hablar u obrar. Ciertamente no quiere obrar imprudentemente.
9. ¿Qué les enseña 2 Crónicas 19:6, 7 a los que tienen la responsabilidad de juzgar y aconsejar?
9 Jehová, desde tiempos antiguos, ha instado a los humanos encargados de la responsabilidad de juzgar, guiar y dirigir, a pensar antes de ponerse en acción. Cuán bien se enuncia este principio en 2 Crónicas 19:6, 7: “Y pasó a decir a los jueces: ‘Vean lo que hacen, porque no es para el hombre que ustedes juzgan, sino que es para Jehová; y él está con ustedes en el asunto de juicio. Y ahora que el pavor de Jehová llegue a estar sobre ustedes. Tengan cuidado y actúen, porque con Jehová nuestro Dios no hay injusticia ni parcialidad ni aceptación de soborno.’” Por eso el tener cuidado, el considerar los hechos, el juzgar toda la evidencia siempre precede al actuar, es decir, al decidir, al dar el veredicto.
10. (a) ¿Es fácil ser superintendente? Explique. (b) ¿Por qué no debemos ser recelosos en cuanto a la superintendencia provista en la congregación cristiana? (c) ¿Cuán importante es tener tal superintendencia amorosa?
10 No es fácil ser anciano, pastor, superintendente o juez. El tomar decisiones sabias para provecho del pueblo de Dios requiere discernimiento, conocimiento y entendimiento. (Pro. 2:3-5) Y en muchos sentidos, debido al elemento humano, no es fácil tratar con todas las personas. Quizás usted sea una persona que se niega a aceptar consejo, por lo menos hasta cierto grado. Quizás usted no haya estado asociado con la organización de Jehová por mucho tiempo. O, quizás sea una persona que está estudiando con el pueblo de Jehová, y está algo receloso en cuanto a la disciplina y el ajuste que se le pide que haga en su vida de la norma humana a la cual usted ha estado acostumbrado. No tenga miedo de la superintendencia amorosa que ejerce la organización de Jehová. No solo está preparándonos para vida en el nuevo sistema de cosas; es inapreciable al ayudarnos ahora a llevarnos bien los unos con los otros en nuestra condición imperfecta hoy día. (Sal. 141:5) Cuando uno piensa en las presiones que nos sobrevienen en este viejo sistema, donde los malos genios se encienden, donde algunos usan mal su lengua para chismear, donde el gobierno de uno mismo es una expresión que se entiende poco y se utiliza menos, podemos apreciar cuán importante es tener superintendencia amorosa y consejo directo de los que son de más edad espiritualmente. (Pro. 1:22, 30, 33) La dirección hábil y la ayuda amorosa de los ancianos resultan en una combinación maravillosa de talentos y personalidades diversificados, todos combinados para efectuar la obra más importante de la Tierra hoy día, a saber, la predicación de las buenas nuevas del Reino antes que sea demasiado tarde.—Mat. 24:14.
CÓMO RESTAURAR A LOS QUE DAN PASOS EN FALSO
11. (a) ¿Por qué tienen que usar sabiamente su lengua los que tienen responsabilidad como maestros? (b) ¿Debe retraerse de dar consejo un superintendente cuando ve un error? Explique.
11 Acuérdese, también, que no es fácil dar consejo. La persona a quien se le confía responsabilidad, a quien se le pide que enseñe o aconseje, tiene que considerar lo que dice. (Sant. 3:1) La lengua puede herir y lastimar así como sanar. (Sant. 3:5-10) Pero los superintendentes del pueblo de Dios no deben retraerse cuando ven que hay error. Sin duda es por eso que Pablo escribió: “Hermanos, aun cuando un hombre da algún paso en falso antes de darse cuenta de ello, ustedes que tienen las debidas cualidades espirituales traten de reajustar a tal hombre con espíritu de apacibilidad, a la vez que cada uno de ustedes se vigila a sí mismo, por temor de que también sea tentado.”—Gál. 6:1, New World Translation.
12. (a) ¿Se dirige solo a los superintendentes Gálatas 6:1? Explique. (b) Si llegamos a saber de un pecado serio, ¿cómo podríamos tratar con la situación? (c) ¿Qué cooperación puede esperarse de los que son verdaderamente leales a Dios cuando observan conducta pecaminosa dentro de la congregación cristiana?
12 ¿Se dirige este texto solo a los superintendentes o ancianos? No, porque si alguien ve a uno de sus colaboradores que da algún paso en falso antes de darse cuenta de ello, es responsabilidad de él tratar de restaurar a esta persona con espíritu de apacibilidad. Realmente, sería amoroso de nuestra parte el hacerlo. Si el pecado es serio, correctamente le diríamos al transgresor que informara esto inmediatamente a los superintendentes responsables de la congregación, y que si dejara de hacerlo, nosotros mismos estaríamos moralmente obligados por apego leal a la organización de Jehová, a llamar el asunto a la atención del comité judicial de la congregación. (1 Cor. 5:9-13; Sal. 31:23) El que ama la justicia y es verdaderamente leal a Dios valerosamente intervendrá y expondrá cualquier conducta crasamente pecaminosa de la cual sea testigo dentro de la congregación y testificará sin reservas a la verdad del asunto cuando se le pida que lo haga.—Lev. 5:1; Efe. 4:24; Luc. 1:74, 75.
13. Explique cómo el amor nos ayuda en la congregación cristiana.
13 Por supuesto, cuando consideramos el asunto de llevarnos bien unos con otros y de cooperar con los que están en puestos de superintendencia, a menudo se nos recuerda la actitud amorosa que todos nosotros debemos tener los unos para con los otros. De hecho, el amor debe cubrir una multitud de pecados, y cuando uno tiene una actitud amorosa para con su semejante, puede perdonar y olvidar. El amor verdaderamente obra maravillas. (1 Ped. 4:8; 1 Cor. 13:4, 5) Sin embargo, a veces el amor no impele a los cristianos dedicados a pasar por alto un mal, sino a esforzarse por ayudar al transgresor debido a que el problema puede ser muy serio. ¿Cuál, pues, es la fórmula para zanjar diferencias serias entre individuos?
‘PON AL DESCUBIERTO EL PECADO DE TU HERMANO’... ¿CUÁNDO Y CÓMO?
14. (a) ¿Qué pasos bosquejó Jesús para encargarse de casos de pecado contra una persona, casos que son demasiado serios para ser pasados por alto? (b) ¿Qué significaría el que a uno se le considerara “como hombre de las naciones y como recaudador de impuestos”?
14 Jesús dio consejo acerca de pecados que pudieran cometerse contra una persona y ser considerados de naturaleza demasiado seria para ser pasados por alto. Dijo: “Si tu hermano comete un pecado, ve y pon al descubierto su culpa entre ti y él a solas. Si te escucha, has ganado a tu hermano. Pero si no escucha, toma contigo uno o dos más, para que por boca de dos o tres testigos se establezca todo asunto. Si no les escucha a ellos, habla a la congregación. Si no escucha ni siquiera a la congregación, sea para ti exactamente como hombre de las naciones y como recaudador de impuestos.” (Mat. 18:15-17) Los que escuchaban a Jesús, siendo judíos, sabían que el que otros de su pueblo miraran a un judío “como hombre de las naciones y como recaudador de impuestos” significaría que se le consideraría arrojado de la congregación judía.
15. ¿Cómo pudiera uno encargarse provechosamente de una ofensa personal de poca importancia, pero fue ésta la clase de ofensa que Jesús consideraba aquí?
15 Puesto que los pasos que Jesús describió podrían llevar a tan seria consecuencia, obviamente no estaba dando una fórmula para encargarse de cualquier ofensa insignificante contra un individuo. Por supuesto, muchas veces es lo propio y sabio y muy útil el ir y hablar a alguien en los casos en que existen dificultades personales por alguna ofensa de poca importancia, haciéndolo con el objeto de cerrar cualquier brecha que aparentemente estuviera desarrollándose. (Mat. 6:14, 15; Pro. 12:18) Muchos malos entendidos se despejan de esta manera. Pero evidentemente no era de esto que Jesús hablaba en esta ocasión. No se refería a simples diferencias personales, sino a ofensas lo suficientemente serias como para merecer la expulsión de alguien de la congregación.
16. Antes de iniciar el procedimiento bosquejado en Mateo 18:15-17, ¿qué precaución es apropiada?
16 Antes de siquiera iniciar el procedimiento que se describe en Mateo 18:15-17, pues, usted debería tener prueba definitiva de que un pecado serio de esa índole realmente se cometió contra usted. Jesús no dijo: ‘Si crees que tu hermano ha pecado.’ Usted debe considerar el consejo de Proverbios 25:8-10 para que no comience algo que solo le resulte en vergüenza y humillación a usted. Hasta en los casos en que existe la prueba, no debe esparcir el asunto entre otros, chismeando acerca de él, sino que debe ir en privado al ofensor y ‘poner al descubierto su culpa entre usted y él a solas.’
17. ¿Qué se da a entender en este texto por ‘ganar’ uno a su hermano?
17 Si su hermano “escucha,” aceptando su censura, entonces ‘ha ganado a su hermano.’ ¿Se refiere esto sencillamente a efectuar una reconciliación personal? No, sino que, como el resto del consejo de Jesús muestra, tiene que significar ‘ganarlo’ en el sentido de ayudarlo a mantenerse dentro de la congregación, haciendo que se vuelva de un proceder que podría llevar a que fuera expulsado de ella, con pérdida acompañante del favor y la bendición de Dios. Por eso el ‘ganar’ a su hermano sería en el sentido que se describe en Santiago 5:19, 20, Gálatas 6:1 y Judas 22, 23. Este, de hecho, debe ser su objeto y deseo principal... no el de obtener alivio o satisfacción personal por alguna ofensa.
18. ¿Qué ofensas no son abarcadas por las instrucciones que Jesús da aquí, y por qué no?
18 Jesús declara que en los casos en que el pecador acepta la censura y busca perdón, no hay necesidad de llevar el asunto más allá de ese punto. Este hecho muestra que, aunque serias, las ofensas que aquí se consideran estaban limitadas en naturaleza a las que se podían resolver entre los individuos que tenían que ver con ellas. Esto no incluiría ofensas como fornicación, adulterio, homosexualidad, blasfemia, apostasía, idolatría y otros graves pecados similares, porque bajo el pacto de la Ley que entonces estaba en vigor, estos pecados exigían más que perdón de parte de un individuo ofendido.—1 Cor. 6:9, 10; Gál. 5:19-21.
19. ¿De qué índole eran los pecados que aquí se consideran, y qué indica que éste es el caso?
19 En vista de esto, y en vista de la ilustración que Jesús dio después de esto, según se registra en Mateo 18:21-35, los pecados que aquí se consideraban eran manifiestamente pecados como los que tenían que ver con asuntos financieros o de propiedad —el no haber hecho el pago apropiado por algo, alguna acción en que estuviera envuelto cierto grado de fraude— o quizás causar daño a la reputación de uno por calumnia efectiva, o pecados similares. En estos casos, si el ofensor reconocía el mal que había hecho, y expresaba que estaba dispuesto a corregirlo hasta el grado posible, y buscaba perdón, el asunto se podría resolver con que el ofendido otorgara perdón.—Compare con Mateo 5:25, 26; Lucas 12:58.
20. (a) Si el transgresor no responde favorablemente cuando usted le habla a solas, ¿qué otro paso tiene que dar? (b) ¿Quiénes serían el “uno o dos” más que usted llevaría con usted?
20 Pero, ¿qué sucede si usted da este paso inicial y el que está pecando no responde? Debido a lo serio de la ofensa, usted no puede sencillamente olvidarse del asunto. El consejo de Jesús muestra que usted debe buscar a una o dos otras personas y regresar para hablar con el ofensor. Estos deberían ser, razonablemente, testigos del mal que se cometió. No van como simples observadores neutrales o mediadores que trataran de efectuar una reconciliación o una solución por medio de concesiones. En vez de eso, usted los lleva con usted para que, por haber sido testigos del mal cometido, puedan añadir su testimonio al suyo. También pueden servir como oidores de lo que entonces se diga. Si el asunto necesita otro paso y llega a estar ante “la congregación” y el ofensor niega o altera ciertas declaraciones o admisiones que haya hecho, estos otros pueden dar su testimonio y sacar a relucir los hechos reales. Lo que se espera es que este otro paso no sea necesario y que el individuo responda a los esfuerzos combinados que se hacen para restaurarlo a un proceder de justicia. Si es así, entonces el asunto queda cerrado.
21. ¿Qué otro paso posiblemente todavía sea necesario dar, con qué posibles resultados?
21 Si el ofensor todavía rehúsa admitir su culpa, entonces ¿qué? El asunto ahora debe ser llevado a la atención de los miembros responsables de la congregación, los del cuerpo de ancianos asignados a servir en capacidad judicial. Se espera que ahora el individuo preste atención al juicio oficial de ellos y sea “ganado” como persona que es digna de permanecer en la congregación. Si no, entonces es expulsado, para ser tratado después de eso como una persona de afuera.—Mat. 18:17.
COOPERACIÓN EN OTROS ASUNTOS
22. Mencione algunas de las cosas bondadosas que los ministros individuales de una congregación pueden hacer por su propia iniciativa. ¿Qué efectuarán para la congregación acciones de está clase?
22 La cooperación con los individuos nombrados de Dios asume muchas formas, todas las cuales obran para la unidad y armonía dentro de la congregación cristiana. Aquí sería bueno mencionar algunas de las cosas que los ministros individuales pueden hacer por su propia iniciativa. No se requiere mucho para ver que cada cristiano tiene una responsabilidad para con alguien que está enfermo, alguien que necesita estímulo, o quizás alguien que esté en el hospital. ¿Debería ser necesario dirigirnos al superintendente presidente para preguntarle si hay algo que podemos hacer cuando existen situaciones como éstas? Por ejemplo, si una cristiana se ha enfermado y recientemente ha salido del hospital y está recuperándose, ¿no es evidente que muy probablemente necesite alguna clase de ayuda? Quizás necesite que le lleven comidas calientes. Quizás necesite que alguien limpie su casa, o le lea y la estimule, o le dé a su familia ayuda física o espiritual. ¡Cuán cerca nos hace sentir esto los unos de los otros, y cuán semejantes a Cristo serían acciones como éstas de parte nuestra!—Sant. 1:27; 2:14-17.
23. Bosqueje otros servicios que pudiéramos efectuar voluntariamente que mostrarían nuestro amor a los de la congregación cristiana.
23 Además, piense en mantener limpio y bien reparado el Salón del Reino. A veces estas responsabilidades recaen sobre unos cuantos de la congregación. ¿Podría usted cooperar, ayudando en cuanto a esto, quizás hasta ofreciéndose voluntariamente a hacerlo? O, ¿hay alguien enfermo espiritualmente a quien usted pudiera estimular o ayudar? ¿Hay alguien que falte a las reuniones o que da la impresión de no tener el mismo gozo en el ministerio del campo que tuvo anteriormente? ¿Son solo los ancianos los que han de mostrar interés en estas personas? Ciertamente que no. Sin entremeterse en los asuntos personales ajenos, ¿podría usted servir de estímulo espiritual y ayudar a un individuo en semejante situación? A veces el simplemente visitarlos en sus hogares, sin ir allí para averiguar qué les pasa, les sirve de consuelo, y en el transcurso de la conversación a menudo se revela el problema, y entonces es posible dar la apropiada ayuda espiritual. ¡Cuántas cosas podemos hacer si somos impelidos por amor a todos en la congregación!
24. (a) ¿Cuál debe ser el deseo de todo amador de la justicia hoy día? (b) ¿Qué beneficios podemos obtener de acostumbrarnos al control y superintendencia amorosa de los individuos nombrados por Jehová hoy día?
24 Sin lugar a duda, vivimos en tiempos extraordinarios. Los cristianos dedicados y los que estudian la Biblia con ellos se dan cuenta de que viene la “tribulación grande.” (Mat. 24:21, 22) Ese tiempo está muy cerca. Vemos el favor de Dios sobre su congregación. Ciertamente debe ser el deseo de todo amador de la justicia alinearse plenamente con la congregación cristiana. Pero, parece que algunos asociados con la congregación cristiana verdaderamente no rinden su servicio a Jehová de todo corazón o no son tan obedientes a él como pudieran serlo. Muchas cosas distraen a estos individuos, y parece que tienen “un pie en el viejo sistema,” por decirlo así. ¿Qué pasará con estas personas en solo unos cuantos años a partir de ahora? ¿Estarán allí? En ese entonces no habrá un viejo sistema de cosas; el reino de Dios estará en pleno control sobre la Tierra y sus asuntos. Entonces cuando tengamos tratos con personas, todos serán nuestros hermanos o personas a quienes se les está enseñando a vivir en el nuevo sistema de cosas. Todos seremos gobernados por la ley de amor de Jehová. (Sant. 2:8) Con miras a vivir entonces, es prudente acostumbrarnos al pastoreo y superintendencia amorosa de los individuos nombrados de Jehová en la congregación cristiana hoy día. (1 Tes. 5:12, 13) Con toda seguridad esto nos suministrará una magnífica ventaja en el nuevo sistema de cosas, donde absolutamente no quedará ni un solo elemento de este viejo sistema de cosas. Realmente, pues, hay razones apremiantes para que cada uno de nosotros nos pongamos bajo la superintendencia amorosa de la congregación cristiana hoy día, trabajando juntos, transformando nuestro corazón y mente, haciendo cualesquier ajustes físicos, emocionales y espirituales que sean necesarios para agradar a Jehová.—Rom. 12:1, 2.
25. ¿Qué hace que el pueblo de Jehová constituya una multitud tan feliz hoy día?
25 Verdaderamente, la congregación cristiana de Jehová es una maravilla. No es perfecta en el sentido absoluto o final, pero ciertamente está dedicada perfectamente a Jehová y despliega sus cualidades de bondad amorosa, misericordia y justicia. La atmósfera contaminada del viejo sistema de cosas es mortífera. La atmósfera pura del nuevo sistema de cosas es vivificante. ¡Cuán felices debemos sentirnos todos nosotros, así como todas las personas interesadas que aman la justicia, al saber que por medio de la superintendencia amorosa provista por Jehová, su Hijo-Rey Jesucristo y la clase del “esclavo fiel y discreto,” se nos está instruyendo, corrigiendo y protegiendo a medida que caminamos juntos y cooperamos los unos con los otros, ayudándonos los unos a los otros a conseguir la entrada al nuevo sistema de cosas por la bondad inmerecida de Jehová Dios!
[Nota]
a Para detalles vea el capítulo uno, “Por qué todavía habrá liberación de la creación humana,” en el libro Vida eterna, en libertad de los hijos de Dios.
[Ilustración de la página 755]
El ayudar a limpiar el Salón del Reino es una de las muchas maneras de cooperar con los superintendentes nombrados