Buen consejo para la vida
“Las peleas de mis padres siguen un patrón definido,” escribió una joven de 15 años de edad. “La discusión se hace cada vez más acalorada y . . . entonces mamá comienza a enojarse mucho y le tira algo. Papá le arroja algo de vuelta o le da una bofetada en la boca. Ella llora y él se va a dormir en casa de su madre.”
Los arrebatos de cólera son comunes. Una encuesta reciente muestra que aproximadamente uno de cada seis matrimonios norteamericanos se ve envuelto en violentos arrebatos de ira en los que marido y mujer se patean, se muerden o hasta amenazan matarse uno al otro.
Tales estallidos de ira tampoco son raros en otros países. En el Japón una enojada ama de casa tiró una caja de cerillas a su esposo. Estas se encendieron y cayeron dentro de un recipiente que contenía fuegos artificiales. La explosión mató a su esposo y a sus tres hijitas.
Los arrebatos de cólera no son nada nuevo. Por ejemplo, Alejandro Magno no era magno en lo que tenía que ver con controlar su genio. Cuando un amigo íntimo lo provocó, Alejandro cedió a su mal genio y arrojó una manzana contra él. Estando todavía airado, Alejandro agarró una lanza y atravesó a su amigo. El historiador Plutarco dice: Cuando el rey vio lo que había hecho, “habría hundido [la lanza] en su propia garganta si los guardias no le hubiesen aguantado las manos y no lo hubiesen llevado a la fuerza a su habitación, donde toda aquella noche y el día siguiente lloró amargamente.”
¿Cede usted alguna vez a arrebatos de ira? Si así es, reflexione en el consejo de estos proverbios: “Cualquiera dispuesto a la furia tiene muchas transgresiones” (Pro. 29:22) “Todo su espíritu es lo que el estúpido deja salir, pero el que es sabio lo mantiene calmado hasta lo último.” (Pro. 29:11) La persona que cede a su ira puede sentir alivio, pero ese alivio es solo momentáneo.
En Proverbios 16:32, la Biblia da este buen consejo: “El que es tardo para la cólera es mejor que un hombre poderoso, y el que domina su espíritu que el que toma una ciudad.”
Aplique este buen consejo en su vida. Sea sabio. Mantenga tranquilo su espíritu. Evite el daño y los pesares que resultan de ceder a la ira.