-
Progreso hacia domar la lenguaLa Atalaya 1952 | 1 de febrero
-
-
y calmadas palabras cuando las circunstancias sean perturbadoras, como se aconseja: “Donde abundan las palabras, no falta el pecado: el que controla su lengua es hombre sabio. Guarda su vida el que guarda sus labios: el que habla libremente—¡es ruina para él! Un hombre de razón ahorra sus palabras; el prudente se mantendrá calmado. El que cuida sus labios y lengua podrá evitar la dificultad:” (Pro. 10:19; 13:3; 17:27; 21:23, Mo) Mantenga la lengua domada y con freno cuando surjan los enojos, tapándose la boca con la mano si es necesario. (Job 40:4; Sal. 39:1; Pro. 30:32) Si se siente demasiado débil para lograr buen éxito en sí mismo, diga la oración del salmista: “¡Pon, oh Jehová, una guarda a mi boca! ¡vigila la puerta de mis labios!”—Sal. 141:3.
El domar la lengua es tan vital porque “la muerte y la vida están en el poder de la lengua”. Cuando se usa mal en explosiones inflamatorias está llena de veneno mortífero, pero “la lengua benigna es árbol de vida”. (Sal. 34:12-14; Pro. 15:4; 18:21) Con ella uno reconoce a Dios y confiesa a Cristo y “hace declaración pública para salvación”: Así que con tales perspectivas gloriosas de servicio y vida en mira, progresemos hacia domar la lengua a medida que avanzamos a la madurez.—Rom. 10:10; 14:11; Fili. 2:11; Heb. 6:1, NM.
-
-
Intriga sacerdotal se rinde a la Verdad en el LevanteLa Atalaya 1952 | 1 de febrero
-
-
Intriga sacerdotal se rinde a la Verdad en el Levante
AUNQUE el Levante fué la primera área bendecida con el mensaje del verdadero cristianismo, hoy languidece, sujeto a la intriga sacerdotal. Pero el poder libertador de la verdad corta a través de los lazos más apretados. Hace más de un año un ministro que dedica todo su tiempo a predicar el reino de Jehová, visitó un monasterio en una ladera entre Jerusalén y Belén. Mientras estuvo allí, el precursor tuvo la oportunidad para dar el testimonio acerca del Reino a un monje que halló en el acto de inclinarse ante unas imágenes. Después de un año el testigo se encontró con el mismo monje en Belén. Este le contó al precursor que poco después de su primer encuentro él había rehusado obedecer a su jefe o rezar a las imágenes, y había demandado una Biblia. Dijo adicionalmente: “Creí lo que usted me dijo porque me lo mostró en la Biblia. . . . de modo que me huí con la idea de buscarlo.” Ahora está lleno de gozo porque puede asociarse con los hermanos, y está aprendiendo cómo ser verdadero cristiano tan rápidamente como le es posible.
Otro testigo de Jehová encontró a un sacerdote sirio y a algunos de sus seguidores. La gente los animó a que tuviesen una disensión de sus creencias, esperando probar que la del hermano era falsa. Después de una discusión muy breve, el sacerdote le dijo a la gente que lo dejaran solo con el testigo. Entonces le dijo con confianza al hermano: “Usted tiene razón en sus creencias. Retenga firmemente lo que se le ha enseñado, porque nosotros estamos en el error. Por supuesto, yo no puedo decirle esto abiertamente a la gente ciega porque me apedrearían.” Unos días más tarde, este mismo sacerdote regañó a un grupo de adoradores en la iglesia siria porque se habían apiñado delante de una imagen para besarla, y les habló largo tiempo acerca de lo malo que era adorar imágenes. Debido a esto no se le dió su sueldo. Posteriormente le pidieron que se expresara acerca de ese tema ante un grupo de fanáticos religiosos falsos. Les causó disgusto a sus oyentes puesto que describió la práctica general falsa del cristianismo como una religión pagana, lejos del verdadero cristianismo y declaró que su derrocamiento está muy cerca.
-