“El amor edifica”
“El conocimiento hincha, pero el amor edifica.”—1 Cor. 8:1, NM.
1. ¿Qué textos bíblicos muestran la importancia del conocimiento? ¿de la fe? ¿de las obras?
LA PALABRA de Dios, la Biblia, atribuye gran importancia al conocimiento. Aconseja: “Reciban . . . conocimiento antes que oro escogido.” También advierte que el “pueblo es destruído por falta de conocimiento.” La Biblia también da énfasis a la importancia de la fe: “Sin fe es imposible lograr su buen agrado [el de Dios].” “Sobre todo, tomen el escudo grande de la fe, con el cual podrán apagar todos los dardos encendidos del inicuo.” Y la Palabra de Dios no deja ninguna duda tocante al valor de las obras, porque “en verdad, así como el cuerpo sin aliento está muerto, así también la fe sin obras está muerta.”—Pro. 8:10; Ose. 4:6, NR (Normal Revisada, en inglés); Heb. 11:6; Efe. 6:16; Sant. 2:26, NM.
2. ¿Cómo se compara el amor con el conocimiento, la fe y las obras?
2 Vitalmente importantes como lo son el conocimiento, la fe y las obras, hay algo de todavía mayor importancia, tan importante, en realidad, que sin ello éstos no valdrían nada. Y ¿qué es eso? El amor. Como el apóstol Pablo tan bien lo expresa: “Si tengo el don de profecía y entiendo todos los secretos sagrados y todo el conocimiento, y si tengo toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, yo soy nada. Y si doy todas mis posesiones para alimentar a otros, . . . pero no tengo amor, en nada he aprovechado.”—1 Cor. 13:2, 3, NM.
3, 4. (a) ¿Cómo considera Jehová el amor? (b) ¿Por qué otras razones es preeminente el amor?
3 Claramente, entonces, el amor ocupa la posición preeminente. Con razón leemos: “Dios es amor.” Note, no únicamente que Dios es amoroso en el sentido de que es justo, sabio y poderoso, sino que en sentido singular Dios es amor. Y aunque es omnipotente y el legítimo Soberano Supremo, Jehová Dios se gloría en el hecho de que gobierna a sus criaturas inteligentes por amor. Dice él: “Con amor eterno te he amado, por tanto te he extendido mi misericordia.” Por eso todos sus mandamientos pueden resumirse en una sola palabra, amor; amor a él con todo nuestro corazón, mente, alma y fuerza, y amor a nuestro prójimo como a nosotros mismos.—Jer. 31:3; Mar. 12:30, 31, NM.
4 El amor también es preeminente porque “el amor nunca se acaba.” Jehová, habiendo dotado a sus criaturas con la capacidad de amar, confiadamente pudo aceptar el desafío de Satanás concerniente a las criaturas, como se ilustra por la experiencia de Job, porque sabía que el amor las habilitaría para retener la integridad a pesar de todo lo que el Diablo pudiera causar contra ellas. Por lo tanto, el amor más que cualquiera otra cualidad que poseyéramos, obra hacia la vindicación del nombre de Jehová. Y ¿por qué puede efectuar todo esto el amor? Porque “el amor edifica.”—1 Cor. 13:8; 8:1, NM; Job, capítulos 1, 2 y 42.
POR QUÉ Y CÓMO EDIFICA EL AMOR
5, 6. ¿Por qué edifica el amor, como se muestra por qué tratos de Jehová?
5 El amor edifica porque “no busca sus propios intereses.” Impulsa a cada uno a ‘seguir buscando, no su propio provecho, sino el de la otra persona.’ El amor edifica porque oye y ve, entiende y aprecia, es atento y considerado para con otros. Nota las buenas cualidades y posibilidades de ellos, sus necesidades y las oportunidades que tiene de suplir lo que se necesita para esas necesidades. Es práctico y toma la iniciativa, imitando a Jehová. Hace cosas y da, altruísta y generosamente. Ante todo, el amor fué lo que impelió a Dios a crearnos. ¡Y cuán generosamente nos proveyó lo que necesitábamos, y con cuántas facultades nos dotó para que disfrutemos plenamente de esa generosidad! “Fué debido a que Jehová los amó” a los israelitas que los sacó de la esclavitud y los introdujo a una tierra que manaba leche y miel. Y ¿no fué amor, amor al nuevo mundo, lo que hizo que él diera a su Hijo unigénito?—1 Cor. 13:5; 10:33; 2 Cor. 8:24; Deu. 7:8; Juan 3:16, NM.
6 El amor edifica además porque es benévolo y benigno, tierno y compasivo. “Grande, poderoso e inspirador de temor” como es Jehová, él no está por ello incapacitado para expresar para la edificación de sus criaturas estas cualidades de amor que alegran el corazón. “Como un padre se compadece de sus hijos, así Jehová se compadece de los que le temen.” Aun la compasión de una madre puede acabarse, pero no la de Él. Sí, “Jehová es muy tierno en afección y compasivo.”—Deu. 10:17, NM; Sal. 103:13; Sant. 5:11, NM.
7, 8. ¿Por qué otras razones edifica el amor, y por qué no puede ser derrotado?
7 Y todavía hay otras razones por las cuales el amor edifica. El amor edifica porque cada uno de nosotros necesita dar y recibir amor; porque nos necesitamos unos a otros como se necesitan los diversos miembros del cuerpo humano; porque nos hace ‘observar los mandamientos de Dios,’ y porque ‘echa fuera, al temor, el temor que ejerce una restricción,’ el temor que por lo tanto estorbaría la edificación. Tal vez nuestros esfuerzos no hayan sido tan hábiles o tan prósperos como habíamos esperado o pensado, o tal vez hasta hayan sido mal entendidos y rechazados, como a menudo sucede cuando ofrecemos las buenas nuevas del Reino a transeúntes en las calles o a los amos de casa a las puertas; no obstante el amor edifica porque nos edifica a nosotros, si es que no edifica también a aquellos a quienes tratamos de ayudar. Absolutamente no hay manera de derrotar el amor.—1 Juan 5:3; 4:18, NM.
8 Y finalmente, el amor edifica porque no se desalienta y desiste, sino que persevera. “El amor es sufrido,” “soporta todas las cosas, . . . aguanta todas las cosas.” El amor continúa sin desistir, como el agricultor, hasta la cosecha. ¡Qué ejemplo de gran paciencia nos ha puesto Jehová en sus tratos con el género humano y en particular con la nación de Israel! Y no ha sido en vano, porque a causa de ello él puede señalar a una larga línea de testigos fieles y a su debido tiempo él verá la realización completa de sus propósitos concernientes a la vindicación de su nombre, cuando él “sea todas las cosas para con todos.”—1 Cor. 13:4, 7; 15:28, NM.
9. ¿Por qué no debemos confundir el amor con el sentimentalismo?
9 Entre paréntesis, nótese que el amor no debe confundirse con el sentimentalismo, el cual es sentimiento que traspasa los límites de lo razonable y el cual se expresa sólo por la complacencia que uno pueda tener en ello. Más bien que ver llorar a su hijo, o ver que no esté feliz, un padre o una madre sentimental concede todo antojo a su hijo y no lo castiga cuando es necesario. Pero el padre o la madre que verdaderamente ama a su hijo será firme cuando sea necesario. Jehová es amor, pero no es sentimentalista. Por eso leemos que “a quien ama Jehová él disciplina, de hecho él azota a todo el que recibe como hijo.” No hay nada sentimental en azotar, pero es edificante, es amoroso.—Heb. 12:6, NM.
EL AMOR EDIFICA A LA FAMILIA
10. ¿Por qué edifica al grupo de la familia el amor a Jehová?
10 Entre las cosas que el amor edifica está el grupo que compone una familia. Y ante todo, el amor a Jehová edifica al grupo de la familia. ¿Por qué? Porque el amor a Jehová se interesa en el buen nombre de él y en el de la sociedad del nuevo mundo. Desbarate el grupo de la familia y el resultado es separación, adulterio y divorcio, delincuencia de adultos y de jóvenes, todo lo cual trae oprobio a Jehová y a la sociedad del nuevo mundo, y por consiguiente es entregarse directamente en manos de Satanás el Diablo. Por eso Jehová está interesado en preservar el grupo unido de la familia, y el Diablo está interesado en destruirlo. Así como desde el principio los cristianos no entraron en la relación marital simplemente para disfrutar de felicidad conyugal, sino a causa del amor a Jehová y sus requisitos justos, así este mismo amor puede suministrar el más fuerte estímulo para que querramos tener éxito en el matrimonio proveyendo edificación al grupo de la familia.
11. ¿Qué significa amar a una persona? y ¿cómo puede el amor del esposo edificar espiritualmente a su esposa?
11 Como bien se ha observado, ‘el amar a una persona significa cuidar y sentirse responsable de su vida y crecimiento y el desarrollo de todas sus facultades y habilidades.’ Por supuesto, el esposo, por razón de su posición bíblica como cabeza de la esposa, tiene una obligación muy definida en conexión con esto, y el amor lo ayudará a edificar a su esposa. El amor a ella lo ayudará a poner el ejemplo correcto en cuanto al estudio de la Palabra de Dios, celo para el ministerio y comportamiento cristiano apropiado. Estando interesado en el bienestar de ella, él pondrá en primer lugar en la vida lo que debe estar en primer lugar, los intereses del Reino, y con ese fin él cultivará mentalidad espiritual, dirigiendo la conversación hacia conductos edificantes, y encargándose de que su esposa también tenga tiempo para estudiar, para las reuniones y el servicio. Y aunque no descuide las necesidades materiales de ella, él no pasará por alto el hecho de que su esposa necesita amor aun más que las cosas materiales, porque ella puede, si la necesidad surge, proveerse a sí misma las cosas materiales que necesita, pero ella no puede proveer el amor, afecto y aprecio que tanto necesita. Por eso el amor hará que el esposo oiga y vea las cualidades buenas de su esposa y exprese ese aprecio, porque ¿no es verdad que leemos que “la mujer que teme a Jehová es la que será alabada,” y no es lógico que el primero que dé esa alabanza sea su esposo? ¡Seguramente que sí!—Pro. 31:30.
12, 13. ¿Cómo se conduce el esposo amoroso con respecto a las más íntimas relaciones maritales, y con qué beneficio para sí mismo?
12 Todo eso se incluye en el mandato bíblico: “Los esposos deben amar a sus esposas como a sus propios cuerpos.” Y más. El amor lo hará ser atento y considerado tocante a los aspectos más íntimos de la relación marital, y él mostrará paciencia y entendimiento cuando ella sufre de las vicisitudes peculiares de la mujer. El esposo también edifica a su esposa prestando atención al consejo de Proverbios 5:15-20 concerniente a estar locamente enamorado de su esposa y no de una mujer extraña, porque sólo así le es posible a ella dar su atención indivisa a sus deberes, segura de la lealtad de él.—Efe. 5:28, NM.
13 Y quizás no haya otra cosa que con más pureza de verdad indique el amor que el esposo le tiene a su esposa y cuánto se interesa en edificarla que su actitud concerniente al débito conyugal, el punto más vulnerable de él en lo que toca a egoísmo. No sólo ‘pagará a su esposa su débito,’ dado que “el esposo no ejerce autoridad sobre su propio cuerpo, sino que su esposa la ejerce,” sino que, recordando Mateo 7:12, él estará atento y dará la debida consideración a la naturaleza emocional de ella, y no abusará del derecho que le atañe a él simplemente porque “la esposa no ejerce autoridad sobre su propio cuerpo, sino que su esposo la ejerce.” Pedro da a entender que la consideración que el esposo muestre en estos asuntos edificará a su esposa espiritualmente, porque escribió: “Ustedes esposos, continúen habitando de igual modo con ellas de acuerdo con el conocimiento, dándoles honra como a un vaso más débil, el femenino, puesto que ustedes también son herederos con ellas del favor inmerecido de la vida, para que sus oraciones no sean estorbadas.” Y que la moderación y gobierno de uno mismo en este asunto hasta pueden edificar al esposo intelectual y espiritualmente es un hecho reconocido por la ciencia médica y uno que también se da a entender por el consejo que Pablo dió sobre el asunto. (Véase 1 Corintios 7:1, 5.)—1 Cor. 7:3, 4; 1 Ped. 3:7, NM.
EL AMOR TAMBIÉN EDIFICA AL ESPOSO
14. ¿Cómo puede el amor de la esposa edificar a su esposo?
14 Aunque la esposa es el “vaso más débil” el amor de ella puede edificar a su esposo. Si es privilegio de él ‘trabajar duro en hablar y enseñar,’ ella estará entre los primeros en considerarlo ‘digno de doble honra.’ En vez de tratar de dar órdenes a su esposo ella recordará que la Palabra de Dios requiere que las esposas estén sujetas “a sus esposos en todo.” El amor de ella puede edificar a su esposo; no que ella deba ponerse a prepararle sus conferencias o a criticarlo, sino que ella debe hacerle posible estudiar bajo las condiciones más favorables que se puedan crear, dejando de pensar demasiado en sí misma y de molestarlo con cada problemita o molestia insignificante, y siendo honrada con él cuando él le pide su opinión y cuidando apropiadamente del bienestar físico de él.—1 Tim. 5:17; Efe. 5:24, NM.
15. ¿Desde qué punto de vista debe verse ella misma, y por qué hará el amor discreta a la esposa?
15 El amor hará devota, leal y comprensiva a la esposa, todo lo cual fortalece a su esposo, particularmente en tiempo de dificultad. Le ayudará a verse ella misma desde el punto de vista correcto, no como la cabeza de su esposo ni como su felpo, sino como su ayudante que está al lado de él, no entremetiéndose ni siendo demasiado modesta para ofrecer ayuda cuando se necesita, ocasiones que percibirá por la comprensión que también le dará el amor. El amor hará discreta y modesta a la esposa, lo cual también edifica a su esposo: “La mujer de acendrada virtud es la diadema de su marido; pero como carcoma de sus huesos es la que se porta vergonzosamente.” Y verdaderamente acarrea vergüenza la esposa indiscreta: “Como anillo de oro en el hocico de un cerdo es la mujer hermosa y carente de discreción.”—Pro. 12:4; 11:22, NR.
16. (a) ¿Cómo puede el amor de la esposa edificar a su esposo en lo que concierne al débito conyugal? (b) Si no lo recibe de su esposo, ¿de quién tiene ella la certeza de recibir su galardón?
16 E igual que sucede con el esposo, quizás la prueba rigurosa decisiva del amor de la esposa esté conectada con el asunto de cuán dispuesta está ella a cooperar con su esposo tocante al débito conyugal. Si ella ama a su esposo no lo tiranizará a causa de la necesidad de él, optando por pasar por alto que ella representa una carga para él y que la única razón bíblica al tiempo presente para que el hombre decida llevar dicha carga es la atracción mutua que Dios colocó en los sexos. Más bien, ella estará agradecida de que pueda contribuir tanto al bienestar mental, emocional y físico de él. Por otra parte, el amor impedirá que quede frustrada porque, a veces, por causa del servicio de Dios ‘los que tienen cónyuges necesitan ser como si no tuvieran.’ Y, sea que se aprecie plenamente o no, el amor hará que la esposa cristiana haga su parte en edificar a su esposo, confiada de que recibirá un galardón de parte de Jehová, y sabiendo que mediante dicho proceder ella misma se edifica.—1 Cor. 7:28, 29, NM.
17. ¿El reconocer qué hechos ayudará mejor a esposo y a esposa a tenerse mayor aprecio mutuo?
17 Sí, el amor hará que la esposa y el esposo se edifiquen mutuamente. Y entre todavía otras maneras en que pueden hacer esto está el ser pacientes y perdonarse mutuamente sus debilidades, escondiéndolas de extraños, porque ¿no es verdad que leemos que “el amor cubre una multitud de pecados”? El amor también les ayudará a apreciar que Dios creó a Eva de manera que fuera “como complemento” de Adán. Por lo tanto el esposo amoroso no esperará que su esposa siempre razone sobre los problemas tan claramente como él quisiera que ella lo hiciera, ni esperará de su esposo la esposa amorosa el mismo grado de sentimiento tierno de que puede ser capaz ella. Al mismo tiempo el amor hará posible que cada uno vea en los buenos rasgos característicos del otro oportunidades para mejoramiento propio. ¡Qué oportunidades tienen los esposos y las esposas para edificarse mutuamente!—1 Ped. 4:8; Gén. 2:18, NM.
EL AMOR EDIFICA A LOS HIJOS
18. ¿Qué evidencia científica muestra que el amor edifica a los hijos?
18 Probablemente no haya otro lugar en que se demuestre tan indisputable y enérgicamente la verdad de que “el amor edifica” que en la crianza de los hijos. La investigación médica moderna no sólo ha averiguado que el amor de la madre es indispensable para el crecimiento mental y físico de los infantes y niños de pocos años, sino que la falta del amor de la madre es el más grande factor en la delincuencia por los jóvenes. Para ilustrar gráficamente el poder que tiene el amor para edificar se cita un experimento que ciertos científicos hicieron con ratas bebés. Durante unos cuantos minutos cada día los científicos acomodaban a las ratas bebés cerca de su pecho y las acariciaban suavemente desde la parte trasera de la cabeza hasta la base de la cola. Las que fueron acariciadas así aumentaron más de peso, les crecieron huesos más grandes y tuvieron menos temor a condiciones extrañas que otras ratas. Cuando, como adultas, las ratas fueron puestas bajo tensión severa, tal como el mantenerlas inmóviles durante cuarenta y ocho horas y sin alimento y agua, las ratas mimadas mostraron mucho menos daño a su organismo que las que no recibieron dicho cuidado especial. (Science News Letter, 2 de enero de 1954) Que lo mismo es cierto respecto al género humano lo indica el informe tocante a un grupo de 165 amas de casa, personas de profesión y de negocios que visita regularmente a Bellevue, uno de los hospitales más grandes de la ciudad de Nueva York, para llevar amor a los niños abandonados que están allí como pacientes, “una medicina que los mejores hospitales no pueden comprar,” la cual “obra prodigios,” y es “una vitamina sin la cual los bebés se debilitan o se vuelven idiotas y los niños mayores tienden a desmejorar o se vuelven delincuentes.”—Saturday Evening Post, 30 de julio de 1955.
19. ¿De qué deben estar informados, en particular, los padres?
19 El amor hará que los padres disciernan las necesidades de sus hijos y cómo pueden hacer provisión para esas necesidades, especialmente sus necesidades espirituales, distinguiendo, naturalmente, entre lo que sus hijos quieren y lo que realmente son sus necesidades. El amor hará de los padres y las madres los compañeros alegres, equilibrados y saludables de sus hijos, y especialmente el amor hará del padre el compañero que sus hijos varones tanto necesitan. La investigación científica indica que una de las razones principales de que muchos muchachos formen “pandillas” destructoras es la falta de compañerismo masculino adulto que sea espiritual y moralmente saludable. Por eso, en particular, ustedes, padres, noten el mandamiento que Dios dió por medio de Moisés: “Debes inculcar [mis palabras] en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes.” El inculcar significa “impresionar algo en la mente a fuerza de repetición o amonestación repetida y enfática.”—Deu. 6:7, NM.
20. ¿Por qué no deben los padres dar de mala gana a sus hijos el tiempo que requieren para ser instruidos o entrenados apropiadamente?
20 El amor paternal edifica porque no da de mala gana a los hijos el tiempo que podría emplear en diversiones mundanas. No alquila a una cuidadora de niños para substituirlo. El amor ni siquiera dará de mala gana a los hijos el tiempo que se emplea con ellos que podría emplearse en otras actividades teocráticas. El tiempo es una cosa esencialísima para criar a los hijos “en la disciplina y consejo autoritativo de Jehová,” y las obligaciones paternales deben recibir la primera atención. ¡Si eso parece ser una declaración fuerte, recuerden los padres que el descuidar a sus hijos puede descalificarlos para un puesto de siervo! El amor lo hará a usted aun más interesado en el bienestar espiritual de sus hijos que lo que usted está concerniente al progreso espiritual de las personas con quienes usted conduce estudios bíblicos de casa.—Efe. 6:4; 1 Tim. 3:4, 5, NM.
21. ¿Por medio de hacer qué cosa edificará espiritualmente a los hijos el amor de los padres?
21 El amor paternal lo ayudará a usted a edificar a sus hijos porque lo capacitará a usted a entenderlos, a razonar pacientemente con ellos y a asegurarse de que entiendan la importancia y significado de lo que usted está esforzándose por enseñarles. Así como el amor capacita a una esposa y madre a observar inmediatamente si su esposo o hijos no están bien físicamente, así el amor debe capacitarlo a usted a descubrir cualquier debilidad espiritual en sus hijos para que usted pueda remediarla antes de que sea demasiado tarde. Por medio de estudiar juntos las lecciones para las reuniones de congregación, por medio de superentender su preparación de lo que se les ha asignado en el programa, y por medio de dejar que lo acompañen a usted en todos los rasgos del ministerio cristiano, usted estará colocando un buen fundamento para la carrera de ellos como ministros cristianos. Muestre ternura, dulzura y compasión, y no obstante no se haga sentimental. Tenga presente que “quien detiene la vara odia a su hijo; mas el que le ama, le corrige con empeño.” Ni pase por alto que aun en dichas ocasiones el amor “no se irrita.”—Pro. 13:24; 1 Cor. 13:5, NM.
EL PAPEL DE LOS HIJOS
22. ¿Qué obligación tienen los hijos concerniente a su propia edificación?
22 En la edificación del grupo de la familia ustedes, los niños, también pueden participar; en realidad, tienen que participar, si van a recibir edificación. Ustedes también pueden aligerar la carga de sus padres, dándoles más tiempo y energía para edificarse ellos mismos. Prescindiendo de cuánto se esfuercen sus padres, a menos que ustedes tengan la condición de corazón correcta ellos no podrán edificarlos espiritualmente. “Aun un niño se da a conocer por sus hechos, si lo que hace es o no puro y recto.” El amor a Jehová y el amor a sus padres hará a los niños anuentemente “obedientes a sus padres en todo.” El amor los hará a ustedes trabajar con sus padres, no contra ellos, en sus esfuerzos por edificarlos a ustedes. El amor los ayudará a ustedes a ver del modo debido la corrección que reciben, que es algo dado para su propio bien.—Pro. 20:11, NR; Col. 3:20, NM.
23. ¿Cómo pueden participar los hijos en la edificación de sus padres?
23 Y eso no es todo. Como testigos cristianos de Jehová sus padres tienen muchas obligaciones que cumplir además de hacer provisión para ustedes material y espiritualmente. Por su obediencia amorosa y cooperación anuente ustedes pueden aligerar la carga que llevan de cuidarlos a ustedes. Además, el amor les ayudará a ver qué necesita hacerse en la casa y los hará ayudar cuanto puedan, no esperando que les manden a hacer las cosas y luego refunfuñando porque tales deberes los apartan por un tiempo del juego. Dicha consideración ayuda a edificar a su mamá, porque le deja a ella tiempo y fuerza para estudio bíblico, reuniones de congregación y el ministerio cristiano. Y al tener cuidado de no someter a su padre a esfuerzos innecesarios por exigencias sin base verdadera y necesaria en lo que toca a su dinero, tiempo o paciencia, ustedes también pueden participar en edificarlo a él. De todas esas maneras ustedes se muestran sabios, y los niños sabios hacen felices a los padres. (Pro. 15:20; 27:11) Sí, cada miembro del grupo que compone la familia, el esposo, la esposa, el padre, la madre y el hijo, tiene una obligación para con los otros y, por medio de manifestar amor, puede edificarlos a ellos así como edificarse a sí mismo, todo para alabanza de Jehová.