¿Puede la risa beneficiar su salud?
¿ENCUENTRA usted que las premuras diarias de la vida lo ponen tenso y dificultan el que usted se relaje? ¿Contribuye eso a veces a una sensación de cansancio y abatimiento? Si es así, la risa puede ser una excelente medicina para usted. Tiende a relajar a la persona, disminuyendo así la tensión y levantándole el ánimo.
Se sabe que las emociones tienen un efecto marcado en el cuerpo. La cólera y la ira, por ejemplo, pueden contribuir o hasta causar padecimientos como el asma, enfermedades de la piel, úlceras y problemas de la digestión.
Por otra parte, el estado de ánimo relajado y jovial asociado con la risa puede protegerlo a uno de los malos efectos de las emociones perjudiciales. Es verdad que hasta personas dadas a la ira y temores mórbidos a veces pueden reírse, pero su risa no les produce alivio duradero. Las personas que conservan una disposición alegre a pesar de la adversidad reciben los beneficios verdaderos.
Hay los que creen que la mismísima acción de la risa en sí es provechosa al cuerpo. Se dice que puesto que el abdomen no tiene espacios huecos, el movimiento vertical del diafragma en la risa afecta a los órganos internos de manera muy semejante a como lo haría el ejercicio sano. Como resultado funcionan mejor, la circulación mejora y los desperdicios se descargan más fácilmente del cuerpo. Por consiguiente la risa puede contribuir hacia ayudar al cuerpo a evitar la enfermedad.
Se cree que el corazón es uno de los órganos vitales que se beneficia del masaje que obtiene de la risa. Esto significaría que la risa puede ayudar al corazón a efectuar su asombrosa tarea de bombear sangre a través de unos 160.000 kilómetros de vasos sanguíneos, transportando así nutrimento y oxígeno a las células. Es significativo el hecho de que se ha notado que la risa afecta la presión sanguínea. Según un estudio, se descubrió que la risa sana disminuye la presión arterial alta o aumenta la presión arterial baja en diez o más puntos.
También se cree que la más grande y la más importante glándula del cuerpo, el hígado, se beneficia de la risa sana. En los jóvenes el hígado se mantiene en buenas condiciones por el ejercicio en forma de correr, saltar y lanzar. A medida que uno aumenta de edad, la risa sana puede ser una ayuda en cuanto a esto.
El considerar las muchas funciones vitales que desempeña el hígado, podemos apreciar cuán valiosa puede ser para nosotros la risa. El hígado remueve ciertos desperdicios y venenos de la sangre. Transforma parte del azúcar de la sangre en glucógeno. Entonces el glucógeno se almacena en el hígado y se pone en circulación como azúcar al tiempo que se necesita en la sangre. El hígado también almacena vitaminas y minerales, y tanto produce como almacena proteínas sanguíneas como albúmina, globulina y fibrinógeno. Otra sustancia que elabora el hígado es la bilis. Este fluido ayuda en el proceso de la digestión.
El hecho de que se ha descubierto que la risa mejora la digestión evidentemente indica que ésta aumenta la corriente de bilis. Además, la mayor parte del proceso de la digestión tiene lugar en el intestino delgado. En consecuencia el intestino delgado evidentemente se beneficia también del masaje que obtiene por medio de la risa.
Todavía hay otro beneficio: Se dice que el masaje del intestino grueso producido por la risa ayuda al intestino grueso a librar al cuerpo de la materia fecal.
Un punto de vista equilibrado
Aunque es provechosa, la risa, como declaró el sabio rey Salomón, tiene su “tiempo.” (Ecl. 3:1, 4) Aun las cosas buenas, cuando se participa de ellas en exceso, pueden ser perjudiciales. La risa no es la excepción. Declara la Illustrated Medical and Health Encyclopedia (página 1345): “La risa es, entonces, como cualquier otra función del cuerpo, un mecanismo que debe usarse bastante pero nunca demasiado. El ejercicio en demasía o el uso en demasía de cualquier función del cuerpo humano no conduce a su mejor desarrollo.”
La risa en exceso a veces puede provocar el vómito. Especialmente en lo que toca a los niños, el reírse en demasía puede hacer que los músculos esfínteres de la vejiga y el recto se relajen súbitamente, con resultados bochornosos. Algunos doctores hasta creen que la risa es peligrosa para los que padecen del corazón o de afecciones de las vías respiratorias superiores.
Por supuesto, los efectos físicos adversos de la risa son relativamente raros. Hay una razón más vital para controlar la risa. Entre otras cosas, debe controlarse la risa cuando es enteramente inadecuada para la ocasión. La risa inconsiderada puede irritar los oídos de otros. En vez de resultar ser una fuente de estímulo, esa risa tiende a desanimar a otros. La Biblia la compara al sonido de los espinos debajo de la olla.—Ecl. 7:6.
Hay veces cuando es preciso que tomemos un punto de vista sobrio de nuestra vida. Si notamos que estamos desperdiciando demasiado tiempo en risa frívola y no estamos haciendo un buen nombre por medio de efectuar obras excelentes, tenemos razón para estar vejados con nosotros, para que nos pese nuestro proceder y cambiar. Esto mejorará nuestro corazón tal como reconoció el sabio rey Salomón.—Ecl. 7:3.
Para ser fuente de estímulo debemos esforzarnos por tener intensa ternura a otros, regocijándonos o lamentándonos en el tiempo y ocasión apropiados. Altruistamente querremos regocijarnos cuando otros reciben algo bueno y están rebosando de gozo. Al mismo tiempo debemos estar alerta a oportunidades de consolar a los que han pasado por adversidad. ¡Qué inadecuado sería el olvidarlos y continuar de manera despreocupada!
Ría cuando sea apropiado hacerlo. Pero, aun de más importancia, cultive una disposición agradable y gozosa. Esto, más bien que el sencillamente reírse por reírse, hará que usted sea una fuente de estímulo para otros y lo beneficiará mental, física y emocionalmente.