¿Qué ocupa el primer lugar en su vida?
“Sigan, pues, buscando primero el reino [de Dios] y Su justicia.”—Mat. 6:33.
1, 2. (a) ¿Por qué no es fácil contestar la pregunta en cuanto a qué ocupa el primer lugar en nuestra vida? (b) ¿Cómo puede ilustrarse esta dificultad?
¿QUÉ ocupa el primer lugar en su vida? El dar una respuesta correcta a esa pregunta quizás sea más difícil de lo que usted piense. ¿Por qué? Porque es muy fácil engañarse uno mismo, como dice la Palabra de Dios: “El corazón es más traicionero que cualquier otra cosa y es desesperado. ¿Quién lo puede conocer?” Sí, ¿quién lo puede conocer? “Yo, Jehová, estoy escudriñando el corazón, . . . aun para dar a cada uno conforme a sus caminos, conforme al fruto de sus tratos.”—Jer. 17:9, 10.
2 ¿A qué se debe esto? En gran parte se debe al egoísmo heredado. (Gén. 8:21) Por eso el Creador nos suministró su Palabra, concerniente a la cual ésta misma nos dice: “La palabra de Dios es viva y ejerce poder y es más aguda que toda espada de dos filos y penetra hasta dividir alma y espíritu, . . . y puede discernir pensamientos e intenciones del corazón.” Un político puede engañarse y pensar que está poniendo en primer lugar los intereses de su país cuando, de hecho, lo que la gente piensa de él es que un anhelo de poder ocupa el primer lugar. Los caudillos religiosos del día de Jesús daban mucho énfasis a la justicia de Dios, pero su respuesta al ministerio de Jesús reveló que lo que ocupaba el primer lugar en su vida era la ganancia egoísta.—Heb. 4:12; Luc. 16:14; Juan 5:44.
3, 4. ¿Cuáles son dos maneras mediante las cuales mostramos lo que ocupa el primer lugar en nuestra vida?
3 “Lo que ocupa el primer lugar en su vida usted lo revela de varias maneras. Por ejemplo, usted revela lo que ocupa el primer lugar en su vida por aquello en lo que usted sigue pensando. Quizás hasta afecte su mente inconsciente de modo que usted sueñe en cuanto a ello. Un hombre o una mujer enamorados-usted sabe lo que ocupa sus pensamientos y sueños. Lo mismo es verdad del hombre que especula en la bolsa; cada día lee con cuidado y ansiosamente los periódicos para ver si sus acciones valen más o menos. Por eso se le aconseja a usted: “Más que todo lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón, porque procedentes de él son las fuentes de la vida.”—Pro. 4:23.
4 Su habla también revela lo que ocupa el primer lugar en su vida. Su tema favorito de conversación, sea dinero, o ropa, alimento, salud, diversiones, sexo, o el ministerio cristiano, por lo tanto es muy revelador. Esto se confirma por los estudios que han mostrado que entre los hombres los temas más populares de conversación son los negocios y los deportes, mientras que entre las mujeres son los hombres y la ropa. Sí, como dijo Jesús: “El hombre bueno del buen tesoro de su corazón produce lo bueno, . . . porque de la abundancia del corazón habla su boca.”—Luc. 6:45.
5, 6. ¿De qué otras maneras mostramos lo que ocupa el primer lugar en nuestra vida?
5 Por otra parte, ¿es usted sensitivo especialmente en cuanto a cierto tema o punto en cuestión, como la igualdad racial? Si ése es el caso, así usted también revela lo que ocupa el primer lugar en su vida, lo que es ¡ay! tan importante para usted, aunque quizás sea bastante insignificante a los ojos de Dios. Hoy en día muchos países están llenos de contienda y fricción debido a que la gente, no apreciando los valores verdaderos, está dejando que las cosas comparativamente insignificantes ocupen el primer lugar en su vida.
6 Y, por supuesto, usted revela lo que ocupa el primer lugar en su vida por aquello en lo que gasta su tiempo, energía y recursos económicos. Aunque damos por supuesto que usted quizás tenga que gastar la mayor parte de su tiempo y fuerzas en ganarse la vida, para hacer ‘provisión honrada a la vista de Jehová así como a la vista de todos los hombres,’ como dice Pablo en 2 Corintios 8:21, queda la pregunta: ¿Qué está usted haciendo con el tiempo, las fuerzas y los recursos económicos que están a su disposición? Por la manera en que usa éstos usted también muestra lo que ocupa el primer lugar en su vida, sea que esté obedeciendo el mandato de Jesús de ‘seguir buscando primero el reino de Dios y Su justicia,’ o no.—Mat. 6:33.
LA NECEDAD DE PONER OTRAS COSAS EN PRIMER LUGAR
7-9. ¿Qué intereses personales dejan muchas personas que ocupen el primer lugar en su vida? ¿con qué resultado?
7 Muchísimas personas ponen primero en su vida el adquirir posesiones materiales. Trabajan desde temprano hasta tarde, horas extras, o tienen dos trabajos para alcanzar seguridad u opulencia financiera. ¡Cuán necio es el poner primero en su vida tal búsqueda! Después de todo, ¿a qué equivaldrá todo? Como dice el sabio rey Salomón en Eclesiastés 2:22, 23—y ciertamente él estuvo en posición de saber de lo que hablaba—“Pues ¿qué llega a tener el hombre por todo su trabajo duro y por el esforzarse de su corazón con lo cual está trabajando duro bajo el sol? Porque todos sus días su ocupación significa dolores y vejación, también durante la noche su corazón simplemente no se acuesta. Esto también es mera vanidad.”
8 Para otros el alimento y la bebida finos ocupan el primer lugar, como bistecs selectos, licor costoso y cosas semejantes. Estas son las cosas por las cuales viven. De ellos pudiera decirse bien: “su dios es su vientre.” Para todavía otros, las diversiones o el entretenimiento ocupan el primer lugar. Sufren de ser adictos al teatro, o a jugar baraja, o a seguir determinados deportes; obviamente, son “amadores de placeres más bien que amadores de Dios.” Y no para pocos, el sexo ocupa el primer lugar. El interés sexual determina su selección de programas de televisión, películas y las piezas teatrales que ven, de los libros y revistas que leen. Este determina sus vacaciones, sus fiestas, su baile. El poner tales cosas en primer lugar en su vida no solo significa incurrir en el desagrado de Dios sino que también significa obrar en contra de sus leyes inmutables y segar frustración, si es que no también corrupción, de la carne. No podemos evitarlo: “Cualquier cosa que el hombre esté sembrando, esto también segará.”—Fili. 3:19; 2 Tim. 3:4; Gál. 6:7, 8.
9 Por otra parte, aún otros, quizás un poco más instruidos, pero básicamente también egoístas, hacen de la salud y fuerzas físicas las primeras cosas en su vida. Piensan, hablan y trabajan en ello. Siempre están a dieta, o bajo tratamiento, o probando algún nuevo artefacto de salud. Están tan preocupados con su salud física que desatienden su salud espiritual. Tales personas pasan por alto que el hombre no vive tan solo de alimento sino “de toda expresión de la boca de Jehová.” Para el cristiano, un cuerpo sano no debe ser su meta sino, a lo más, simplemente una ayuda para realizar sus metas.—Deu. 8:3.
¿QUÉ DEBE OCUPAR EL PRIMER LUGAR? EL REINO
10. ¿Qué debe ocupar el primer lugar en nuestra vida, y por qué?
10 ¿Qué debe ocupar el primer lugar en su vida? Eso depende de lo que usted quiera. ¿Quiere segar frustración, inquietud y quizás corrupción de la carne? O, ¿quiere usted conseguir la aprobación de Dios y la vida eterna en su nuevo orden de justicia? Si es esto lo que usted quiere, entonces debe dejar que el reino de Dios ocupe el primer lugar en su vida.
11, 12. (a) ¿Qué tenemos que adquirir ante todo si queremos dejar que el reino de Dios ocupe el primer lugar en nuestra vida? (b) ¿Qué ayudas ha provisto Dios en este respecto?
11 Por supuesto, para que usted pueda dejar que el reino de Dios ocupe el primer lugar en su vida, ante todo tiene que adquirir conocimiento. Tiene que rehacer su mente para probarse a usted mismo lo que es la buena y la acepta y la perfecta voluntad de Dios para usted, así como se nota en Romanos 12:2. Ese conocimiento solo puede conseguirse mediante un estudio de la Palabra de Dios. Solo ésta puede servir como ‘una lámpara para sus pies, una luz para su calzada.’ Solo ésta puede ‘hacerlo sabio para la salvación.’ Solo ésta “es inspirada de Dios y provechosa para enseñar, para censurar, para rectificar las cosas, para disciplinar en justicia,” para que pueda estar “completamente equipado para toda buena obra.”—Sal. 119:105; 2 Tim. 3:15-17.
12 Sin embargo, esto no quiere decir que usted puede conseguir esta ayuda de la Palabra de Dios sin ayuda. Usted tiene que aprovecharse de la ayuda que Dios ha arreglado providencialmente para usted en este día y era. Así como Dios usó a ciertos individuos en los días de los apóstoles para dar alimento espiritual a los cristianos entonces, así en nuestro día hay un cuerpo de cristianos dedicados, consagrados y ungidos, a quienes Cristo está usando para dar a sus seguidores el alimento espiritual a su debido tiempo y a quienes ha nombrado sobre todos los intereses terrestres de su reino.—Mat. 24:45-47.
13, 14. (a) El adquirir la clase correcta de conocimiento, ¿qué nos impulsa a hacer? (b) Después, ¿bajo qué obligación quedamos?
13 El adquirir la clase correcta de conocimiento lo hará a usted consciente del Reino, lo ayudará a apreciar su importancia y cuán grande es el privilegio de servir al reino de Dios. Entonces, como Jesús, usted gozosamente venderá todo lo que tenga, por decirlo así, para heredar ese reino. En otras palabras, esto hará que usted se dedique a servir a Dios, hacer su voluntad y seguir en los pasos de Jesús.—Mat. 16:24.
14 “Habiéndose dedicado así a Dios, usted tiene la obligación de ser cristiano veinticuatro horas al día. Usted tiene que ser cristiano todo el tiempo. Pero el que esto signifique en su caso el ser también un predicador de tiempo cabal o no puede depender de circunstancias sobre las cuales usted no tenga control. Quizás tenga obligaciones de proveer para usted mismo y para su familia, y por lo tanto esté efectuando trabajo seglar. Sin embargo, usted tiene que vivir cristianamente y poner los intereses del Reino en primer lugar en su vida.
AYUDAS PARA PONER EN PRIMER LUGAR EL REINO DE DIOS
15, 16. (a) ¿Qué papel desempeña la fe en llevar a cabo esa obligación? (b) ¿Cómo nos ayudará la honradez?
15 El poner el reino de Dios en primer lugar en su vida no es fácil en el actual sistema de cosas, y por esta razón usted necesitará cultivar virtudes cristianas, entre las principales de las cuales está la fe. La fe le dará a usted una convicción inmovible de que Dios existe y de que él recompensará a los que le buscan encarecidamente. La fe lo capacitará a usted a proseguir apoyándose en la promesa de que, si usted sigue buscando primero el reino de Dios, ‘todas las otras cosas necesarias serán provistas.’ La fe lo capacitará a usted a poner primero el reino de Dios y a ser leal a él aun ante la persecución y la muerte.—Mat. 6:33; 1 Cor. 15:58; Heb. 11:6.
16 La honradez o el actuar por conciencia también le ayudará a dejar que el reino de Dios ocupe el primer lugar en su vida. Estrictamente hablando, usted tiene una obligación moral de servir a Dios. Después de todo, ‘él nos hizo y no nosotros mismos,’ y la vida de usted depende de Él. Por lo tanto, usted está en deuda con Dios, y todo hombre honrado quiere pagar sus deudas. El que usted se dedique a hacer la voluntad de Dios hace aun más imperativo el pagar esta deuda.—Sal. 100:1-3.
17, 18. (a) ¿Cómo pueden ayudarnos la devoción piadosa y el bastarse con lo que uno tiene en este respecto? (b) ¿Cómo puede ayudarnos la modestia?
17 Ayudan también a dejar que el reino de Dios ocupe el primer lugar en su vida las excelentes cualidades de devoción piadosa y el bastarse con lo que uno tiene. La devoción piadosa lo capacitará a evaluar apropiadamente las cosas materiales de esta vida en comparación con las cosas espirituales. El bastarse con lo que tiene lo capacitará a tener tranquilidad de ánimo y felicidad con un mínimo de los recursos económicos de la vida de este mundo. ¡Cuán sabio es el consejo de Pablo: “Ciertamente es un medio de gran ganancia, esta devoción piadosa junto con el bastarse con lo que uno tiene. Porque nada hemos traído al mundo, y tampoco podemos llevarnos cosa alguna. Teniendo, pues, sustento y con qué cubrirnos, estaremos contentos con estas cosas”!—1 Tim. 6:6-8.
18 Entre otras cualidades cristianas que lo ayudarán a dejar que el reino de Dios ocupe el primer lugar en su vida está la modestia. Modestia significa evaluar, medirse usted mismo y medir sus habilidades correctamente. Significa el ‘no pensar más elevadamente de usted mismo de lo que es necesario pensar.’ La modestia impedirá que usted se tome demasiado en serio y también tome las faltas de otros demasiado en serio. La modestia facilitará el que usted se someta a la voluntad de Dios y a los que están llevando la delantera y sea obediente a ellos por causa de los intereses del reino de Dios. La modestia le ayuda a usted a encajar o encuadrar en su lugar, reduciendo al mínimo la fricción.—Rom. 12:3; Heb. 13:7, 17.
19. Sobre todo, ¿qué cualidad nos ayudará a dejar que el reino de Dios ocupe el primer lugar en nuestra vida?
19 Pero la más importante de todas las cualidades cristianas es el amor, porque, de ‘la fe, la esperanza y el amor,’ la mayor es el amor. El amor a Jehová Dios hará que usted quiera agradarle, que quiera tener su sonrisa de aprobación. Al grado que usted ame a Dios con todo su corazón, mente, alma y fuerzas, a ese grado usted hallará fácil el dejar que Su reino ocupe el primer lugar, que esté delante de todo lo demás que le parezca deseable. El amor al prójimo también le ayudará a usted, porque lo hará activo para hablarle en cuanto a ese reino y sus bendiciones.—Pro. 27:11; Mar. 12:29-31; 1 Cor. 13:13.
USANDO SABIAMENTE SU TIEMPO
20-22. El dejar que el reino de Dios ocupe el primer lugar en nuestra vida, ¿qué requiere de nosotros en lo que toca a nuestro tiempo?
20 Para hacer que el reino de Dios ocupe el primer lugar en su vida usted tiene que ser un mayordomo sabio de su tiempo, porque de veras está limitado. La gente que usted encuentra a las puertas dice que está demasiado ocupada para escucharle, y ciertamente tiene mucho en que ocupar su tiempo. Pero si supiera cuán valioso, cuán importante es el mensaje de la Palabra de Dios que usted trae emplearía tiempo para escucharle.
21 ¿Aprecia usted la importancia de las palabras del apóstol Pablo en Efesios 5:15-17 en cuanto al uso del tiempo? Jamás fueron más pertinentes que ahora mismo. Si usted ciertamente las aprecia, las aplicará a su vida diaria: “Vigilen estrechamente que su manera de andar no sea como imprudentes, sino como sabios, comprándose todo el tiempo oportuno que queda, porque los días son inicuos. Por este motivo dejen de estar haciéndose irrazonables, sino sigan percibiendo cuál es la voluntad de Jehová.”
22 ¿Comprarse el tiempo oportuno que queda para qué? Para estudio personal, entre otras cosas. Es tan importante como la asistencia a las reuniones de congregación, para las cuales usted también tiene que comprarse el tiempo que queda. Para usar de la mejor manera su tiempo, estudie y escuche, no solo con la idea de usarlo en el ministerio para enseñar a otros, sino también para enseñarse usted mismo, aplicándose a usted mismo lo que oye y ve. Y en cuanto a su asistencia a las reuniones, ¿está usted dejando que el reino de Dios ocupe el primer lugar en su vida cuando permite que un poco de tiempo malo le impida asistir?—Rom. 2:21.
23. ¿De qué otra manera estaremos alerta a usar nuestro tiempo si dejamos que el reino de Dios ocupe el primer lugar en nuestra vida?
23 Para que usted deje que el reino de Dios ocupe el primer lugar en su vida también tiene que comprarse tiempo que queda para el ministerio cristiano. ¿Está usted dedicando todo el tiempo que puede a predicación incidental, en las calles, y de casa en casa, de las buenas nuevas eternas, a volver a visitar y a conducir estudios bíblicos en los hogares de la gente interesada? Seguramente la meta mínima sugerida para esto: veinte minutos al día, dos horas y media a la semana o diez horas al mes, es una meta razonable para un cristiano maduro. Los testigos de Jehová tratan de dedicar por lo menos diez horas al mes a su ministerio del campo. Muchas de las personas a quienes visitan creen que esto es demasiado tiempo porque, en algunos países, las visitas les parecen muy frecuentes.
USANDO SABIAMENTE SUS HABERES FÍSICOS Y ECONÓMICOS
24, 25. El dejar que el reino de Dios ocupe el primer lugar en nuestra vida, ¿qué dicta en cuanto a nuestras energías físicas?
24 Usted también muestra lo que ocupa el primer lugar en su vida por la manera en que usted gasta sus energías físicas. Su tiempo es valioso solo al grado que usted tenga fuerzas mentales y físicas para usarlo. Puesto que sus fuerzas están limitadas, usted quiere tener cuidado de no gastarlas por medio de comer o beber en exceso, desvelarse o por medio de emoción indebida. Hasta puede uno desperdiciar mucha energía nerviosa hablando demasiado, ¡aunque los músculos de la lengua jamás se cansen!
25 Al usar sus energías físicas usted quiere evitar ambos extremos. Por una parte, no se haga fanático, porque, como Dios nos asegura en el Salmo 103:14, él es un Padre comprensivo; “él mismo conoce bien la formación de nosotros, recordando que somos polvo.” Usted necesita suficiente descanso; vaya a su trabajo con serenidad, gobierno de sí mismo, con el espíritu de un juicio sano. Por otra parte, evite el extremo de estar sumamente preocupado con su bienestar físico, como si esto fuera la cosa principal en la vida. Esfuércese por equilibrio, por racionalidad, así como aconseja la Palabra de Dios en Filipenses 4:5: “Llegue a ser conocido de todos los hombres lo razonables que son ustedes.”
26-28. ¿Cómo usaremos nuestros haberes financieros si el reino de Dios ocupa el primer lugar para nosotros?
26 Y, por supuesto, lo mismo aplica al uso de sus recursos económicos, su dinero y otras posesiones materiales. Hoy, el amor al dinero es un lazo particularmente poderoso y sutil que fácilmente puede estorbarle a usted el dejar que el reino de Dios ocupe el primer lugar en su vida. Recuerde, “los que están determinados a ser ricos caen en tentación y en un lazo y en muchos deseos insensatos y dañinos, que precipitan a los hombres en destrucción y ruina. Porque el amor al dinero,” o el amor a las cosas que se pueden conseguir por dinero, “es raíz de toda suerte de cosas perjudiciales.”—1 Tim. 6:9, 10.
27 Es verdad, usted tiene la obligación de proveer honradamente para usted mismo y los suyos. Pero si, para estar satisfecho, usted tiene que tener lo más fino o lo más fino posible a modo de casa, ropa y automóvil, bien se pudiera preguntar: ¿Está usted dejando que el reino de Dios ocupe el primer lugar? Los que tienen tal punto de vista merecen la reprensión que Pablo dio a los cristianos corintios, que obviamente eran de disposición carnal y materialistas: “Ustedes ya están hartos, ¿verdad? Ya se han hecho ricos, ¿verdad? Han empezado a gobernar como reyes sin nosotros, ¿verdad? Y verdaderamente desearía que hubiesen empezado a gobernar como reyes, para que nosotros también gobernásemos con ustedes como reyes. . . . Nosotros somos necios por causa de Cristo, mas ustedes son discretos en Cristo; nosotros somos débiles, mas ustedes fuertes; ustedes tienen buena reputación, mas nosotros deshonra. . . . No estoy escribiendo estas cosas para avergonzarlos, sino para amonestarlos como a mis hijos amados.” Esos cristianos corintios no estaban dejando que el reino de Dios ocupara el primer lugar en su vida.—1 Cor. 4:8-14.
28 Sí, al grado que usted deje que el reino de Dios ocupe el primer lugar en su vida, a ese grado será modesto en las posesiones materiales que usted adquiera y de las cuales disfrute. Entonces tendrá más “Mammón” disponible para granjearse la amistad de Dios y de Jesucristo, contribuyendo hacia los intereses de Su reino en la Tierra y sus hermanos necesitados.—Luc. 16:9.
MANTENIENDO EL ESPARCIMIENTO Y EL ENTRETENIMIENTO EN SU LUGAR
29. ¿Dónde encajan el esparcimiento y el entretenimiento?
29 “El dejar que el reino de Dios ocupe el primer lugar en su vida no excluye el esparcimiento ni el entretenimiento. No significa que usted jamás pueda ver una película, que jamás pueda pasar algún tiempo en la playa, que jamás asista a una fiesta, boda o juego de béisbol. Pero usted querrá tener cuidado de no dejar que estas cosas le estorben indebidamente su estudio bíblico personal, su asistencia a las reuniones de congregación, su ministerio cristiano. Aquí otra vez, se trata de un asunto de equilibrio. Para muchos, estas cosas pueden cumplir un propósito bueno, si se mantienen en su lugar, pero no las ponga en el primer lugar.
30. ¿Qué cosas deben tomarse en consideración en cuanto a nuestro entretenimiento?
30 Sí, tales cosas no son excluidas para los cristianos si se mantienen en su lugar y si ellos se mantienen limpios. Pero mucho del entretenimiento de hoy en día es inmundo, aun moralmente sucio, especialmente las películas y las piezas teatrales. La misma precaución aplica a las fiestas. Pueden ser o una excusa para entregarse a los deseos de la carne o ser una ocasión para esparcimiento sano, llegando a conocerse mejor unos a otros y edificándose unos a otros. No sea como el clérigo a quien en una fiesta una persona que buscaba la verdad le hizo una pregunta bíblica y él contestó: “¡Vamos! ¡No mezclemos los negocios con el placer!” No excluya la conversación cristiana en las reuniones sociales. ¡Por aquello de que le gusta a usted hablar en tales ocasiones usted también muestra lo que ocupa el primer lugar en su vida!
31. Si verdaderamente dejamos que el reino de Dios ocupe el primer lugar, ¿qué es lo más probable que no sufra alguna desatención o falta de tiempo y energía y qué sí?
31 Hay muchísimas cosas que exigen su tiempo, su dinero y sus energías, y no obstante, que hacen sumamente interesante la vida. Usted tiene que proveer cosas honradas a la vista de todos los hombres para usted mismo y para los que son suyos; hay mucho estudio bíblico personal que hacer; hay cinco reuniones de congregación cristianas cada semana para las cuales prepararse y a las cuales asistir; hay mucho que hacer en el ministerio cristiano, y luego también se necesita esparcimiento y diversión. Ciertamente se necesitará sabiduría para dar a cada asunto lo que le corresponde; pero si algo va a desatenderse, ¿qué será? ¿Dejará usted que el esparcimiento y la diversión estorben vez tras vez sus obligaciones cristianas de modo que su cristianismo sea a menudo simplemente asunto de buenas intenciones? O ¿será su interés en las actividades cristianas tan fuerte que quizás el esparcimiento y la diversión tengan que desatenderse un poco?
32-34. ¿Por qué tres buenas razones debemos dejar que el reino de Dios ocupe el primer lugar en nuestra vida?
32 El dejar que el reino de Dios ocupe el primer lugar en su vida es lo sabio, justo y amoroso que se puede hacer. Así usted trae honra a Jehová Dios y participa en la vindicación de su nombre, alegrando Su corazón, el corazón del Soberano Universal.
33 Al dejar que el reino de Dios ocupe el primer lugar en su vida usted también causa el mayor beneficio duradero posible a otros; a los de su familia, a los de su congregación con quienes adora regularmente y a las personas interesadas de afuera a quienes ministra.
34 Y al dejar que el reino de Dios ocupe el primer lugar en su vida usted sacará provecho; no solo evitará las frustraciones y dolores que les sobrevienen a los que van en búsquedas egoístas, sino que usted obtendrá muchas bendiciones, como una conciencia limpia, satisfacción al notar su progreso a la madurez espiritual, y gozo al ver los frutos de su trabajo, en sus compañeros cristianos y en los hombres cuyo interés en Dios se esté suscitando. Además, usted puede esperar vida sin fin en felicidad en el nuevo sistema de cosas, como parte de los nuevos cielos o de la nueva tierra en los cuales habrá de morar la justicia.—2 Ped. 3:13.
[Ilustración de la página 40]
MINISTERIO CRISTIANO
[Ilustración de la página 41]
RECREACIÓN
ROPA NUEVA
DINERO